Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Bueno, todas y los pocos todos que estamos aquí, que es un placer que esto ocurra, aunque como siempre decimos dese acá, todos los temas de género y todos los temas que tienen que ver con el empoderamiento de las mujeres no son un tema de mujeres, son un tema de todas y todos, literalmente.
Agradezco mucho a todas y a todos, su presencia, muchísimas gracias, en particular a la Senadora Kenia López, que ha dejado momentáneamente sus funciones en el Senado para sumarse a éstas, que también son funciones que le atañen.
Gracias a todas y a todos por acompañarnos, perdóname, te sumo al todos, ¿no?, al todos no estamos, también estamos bien distribuidos.
Estimadas y estimados amigos, para comprender la importancia de establecer un protocolo que oriente a los partidos sobre la forma de ejercer el tres por ciento de su presupuesto en la promoción del liderazgo político de las mujeres, es necesario hacer un poco de historia.
La incursión de las mujeres en la vida pública no solo se ha visto a lo largo del tiempo obstaculizada por inercias culturales, que todavía hoy siguen siendo el principal desafíos, la principal barrera por erosionar y por estereotipos de género, sino que también se ha visto afectada por prácticas de simulación, e incluso por el incipiente desarrollo administrativo que padecían los partidos políticos.
El día de hoy, por cierto, y en breve me permitiré hacer un pronunciamiento adicional sobre este tema, podemos constatar que lamentablemente esas prácticas de estimulación para el cumplimiento de, no solamente lo que son prescripciones, venturosas preinscripciones legales hoy como la de la paridad, sino una serie de acciones administrativas, acciones afirmativas que desde el ámbito administrativo y jurisdiccional, las autoridades electorales hemos planteado como exigencia para los partidos políticos, siguen vigentes y constituyen ominosos ejemplos de cómo ésta lamentablemente es una batalla que todavía tiene muchos episodios que tendremos que dar. Y me refiero, por supuesto, a lo que está ocurriendo en el estado de Chiapas.
Por ejemplo, sobre la simulación basta recordar que las mujeres eran postuladas en espacios de elección que se sabían perdidos de antemano, que se les asignaban candidaturas, que se les asignaban candidaturas para después de la votación obligarlas a renunciar para que fueran suplidas por hombres, como sucedió con el famoso caso de las Juanitas, que está hoy, como justamente mencionaba, teniendo una reedición inaceptable en el ámbito local, luego de la elección más grande, más democrática y más libre, y por cierto, más incluyente de la historia.
Y el caso del dinero etiquetado para fomentar su participación política, la forma de ejércelo reflejaba improvisación y hay que decirlo con todas las letras, sin ambages, un cierto desdén, se gastaba sin una planeación, sin un diagnóstico y reiteradamente una y otra vez se reportaban subejercicios.
Dicho de otra manera, se simulaba que se fomentaba el liderazgo político de las mujeres y que se les incluía en las tomas de las decisiones, cuando no era así.
Afortunadamente las cosas han cambiado, en tan solo 12 años, pero no del todo, y sigue habiendo, insisto, sigue siendo ésta una agenda pendiente en muchos sentidos.
En tan solo 12 años, pasamos del sistema de cuotas a un sistema paritario por mandato constitucional y el presupuesto que deben destinar los partidos políticos a fomentar el liderazgo de las mujeres pasó del dos por ciento, gracias a la reforma de 2007-2008, al tres por ciento con la reforma última, la de 2014 que además dispuso de la creación del Sistema Nacional de Elecciones y concentró las tareas de fiscalización en el Instituto Nacional Electoral, con independencia de que se trate de ingresos y gastos del ámbito o de las elecciones locales o federales, con lo cual se tiene un control y una visibilidad mucho mayor, una supervisión mucho mayor a cargo de la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral y en última instancia de la Comisión de Fiscalización y del Consejo General.
Además al establecer el nuevo modelo de fiscalización en línea y establecer la Ley General de Partidos Políticos, la última reforma, la de 2014, está contribuyendo al fortalecimiento administrativo de los partidos y a la institucionalización de sus decisiones y procedimientos internos. El efecto de estas disposiciones normativas es contundente tanto en materia de igualdad de género, como en la rendición de cuentas de los partidos políticos.
Con las elecciones del 1º de julio de este año la legislatura en curso, en la legislatura en curso tendremos tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados el mayor número de mujeres legisladoras de nuestra historia, que coloca ya a nuestro país en tercer lugar en número de presencia de legisladoras en los órganos parlamentarios, solo después de Bolivia y de Ruanda, situación, decía, nos coloca como los países con mayor porcentaje de parlamentarias en el mundo.
En cuanto a la rendición de cuentas también tenemos cambios realmente significativos, si comparamos la forma en que se reportaron los ingresos y gastos de campaña en las elecciones celebradas en los años 90, con el detalle con el que se registraron las operaciones de los partidos políticos y candidatos en 2018, gracias a los resultados de la fiscalización podemos afirmar que la democracia mexicana ha desarrollado un sistema de partidos que ha avanzado drásticamente en la rendición de cuentas.
Es por ello que en el INE estamos convencidos que éste es un momento para consolidar los avance en materia de igualdad de género y rendición de cuentas de los partidos políticos, y una herramienta para ello es que los recursos etiquetados para fomentar el liderazgo político de las mujeres se ejerzan en una forma más eficaz, más auditada y con resultados visibles en el corto y mediano plazo.
Esto implica que los gastos que se programen que se hagan diagnósticos para definir con precisión a qué rubro se destinará ese dinero, que se incorporen mejores prácticas en el ejercicio del gasto y que la obligación de rendir cuentas sobre los recursos destinados al liderazgo político de las mujeres se convierta en un estímulo para contribuir desde el interior de los partidos al fortalecimiento de una democracia paritaria y responsable financieramente.
De ahí que en el protocolo que se analizará el día de hoy aquí se detallen los procesos de actuación técnica para la planeación, ejecución y comprobación de los recursos del gasto programado bajo el rubro de la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
Queremos escuchar las opiniones de personas expertas provenientes de la academia y de la sociedad civil, aliadas estratégicas del Instituto Nacional Electoral en estas batallas y, por supuesto, a quienes destinen los recursos para ese rubro por parte de los partidos políticos.
Estamos convencidos que orientar a los partidos en el uso correcto de los recursos públicos para impulsar el liderazgo político de las mujeres mediante una adecuada planeación e instrumentación de proyectos, implica brindar un acompañamiento a las acciones de inclusión y garantía de paridad que realizan los propios partidos como parte del cumplimiento de las obligaciones derivadas del Artículo 1º Constitucional, del Artículo 41 y que mandata, obliga a todas las autoridades del Estado Mexicano.
Un cumplimiento de obligación, como señalaba hace unos momentos, que el día de hoy está siendo diluida por una serie de eventos que son absolutamente inaceptables y que están ocurriendo en el ámbito local en la integración de los órganos de gobierno y de representación estatal derivadas de las elecciones del 1º de julio pasado.
Permítanme a nombre de las y los Consejeros Electorales hacer un señalamiento muy puntual, pero muy energético respecto a que estos hechos no son aceptables en un contexto democrático, y mucho menos cuando constituyen actos de simulación y de vulneración de lo que ha sido una decisión colectiva, un acuerdo político plasmado ni más ni menos que en la Constitución Política de nuestro país, se trata de actos respecto de los que, aunque no sean una competencia directa del Instituto Nacional Electoral, estarán teniendo en las horas por venir un seguimiento puntual de parte de las autoridades de este Instituto, de parte de quienes integramos el Consejo General y las autoridades competentes, es decir, las instancias locales, sea las electorales, sea las otras instancias que estén involucradas ante actos de violencia política contra las mujeres y de simulación y fraude a la ley serán acompañadas por este Instituto, son actos que tienen que visibilizarse, que tienen que subrayarse, que tienen que condenarse, que tienen que corregirse porque resultan inaceptables en el contexto que hoy tenemos.
El compromiso del Instituto se ha visto plasmado no solamente como resultado de una obligación legal de vigilancia del cumplimiento de ciertas determinaciones plasmadas en la Constitución, en la ley, sino, además hay una serie de escisiones que a través de acciones afirmativas ha potenciado la lógica de paridad y nos han permitido que la elección del 1° de julio sea, también, como decía, la elección más incluyente.
Me estoy refiriendo, para no darle, para no dejar, digamos, este pronunciamiento en un plano abstracto, a los inaceptables hechos de coacción y de presión para que mujeres que han sido electas, y que han sido o que han ocupado inicialmente cargos de representación en diversos municipios del estado de Chiapas, de legisladoras que han sido electas bajo las reglas de paridad y los principios, repito, que jurisdiccionalmente, administrativamente hemos fijado las autoridades electorales, están viéndose obligadas a renunciar para que varones ocupen su cargo.
Esto forma parte de una regresión en la lógica de progresividad que se ha tenido en esta materia, que forma parte y que recuerda algunos de los más bochornosos, escandalosos, inaceptables episodios de la lucha por el empoderamiento de las mujeres, que no es otra cosa, sino la concreción del principio de igualdad que sustenta la democracia, y que está garantizado por la Constitución.
En el Instituto Nacional Electoral, desde el Instituto Nacional Electoral ejerceremos todas las acciones desde nuestro ámbito de competencia y de visibilización de un hecho que es absolutamente, lo digo así, a nombre de las y los Consejeros del INE, inaceptable, y que no vamos a permitir.
Pero en estos temas, necesitamos justamente, como ha venido ocurriendo, como lo refleja todo lo que hoy estamos cosechando en términos, digamos, de acciones afirmativas primero, disposiciones legales y constitucionales después, una suma de voluntades, un acompañamiento colectivo de autoridades electorales, de partidos políticos, de la sociedad civil, por supuesto, de instancias gubernamentales y legislativas, de medios de comunicación; porque como suele ocurrir, los derechos en las democracias tienen garantes, pero se construyen y se defienden por todos.
Así que este es un espacio en el que me permito convocar a todas y todos para que, desde nuestra trinchera, desde nuestro ámbito de responsabilidades no permitamos que una historia que lamentablemente ha estado manchada de episodios inaceptables siga sumando casos ominosos a esa lista que, lamentablemente, no es poca, pero que con el esfuerzo y compromiso decidido de todos, con la suma de una corresponsabilidad en esta materia, hemos logrado ir superando poco a poco.
Muchísimas gracias, y bienvenidos a todas y todos a este foro.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, durante la Inauguración del Foro Presentación del “Protocolo para la Implementación de Buenas Prácticas en el Ejercicio de los Recursos del Gasto Programado: Capacitación, Promoción y Desarrollo del Liderazgo Político de las Mujeres”, celebrado en el lobby del INE
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