Buenos días a todas y todos.
Saludos con mucho gusto a mi querida y respetada amiga, la Magistrada Presidente de Tribunal Electoral, la Magistrada Janine Otálora.
Saludo, también, por supuesto a otra amiga querida, a la Magistrada Mónica Soto, a mis colegas las consejeras Adriana Favela, Dania Ravel y Claudia Zavala.
Saludo también y agradezco su presencia la maestra Alexandra Haas, presidenta de CONAPRED; a la maestra Eréndira Cruzvillegas, cuarta visitadora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; a la Diputada Federal Marisela Contreras; a nuestra querida amiga y aliada, la maestra Belén Sanz, titular de ONU Mujeres; a todas y todos ustedes integrantes de la academia, de la sociedad civil, de los partidos políticos y de los órganos electorales.
A 23 días de la Jornada Electoral, los órganos electorales y permítanme el uso de la primera persona en el plural. Estamos en condiciones de asegurar a la sociedad mexicana que el proceso electoral más grande de nuestra historia avanza y avanza bien.
Los plazos establecidos en la ley y las tareas programáticas se cumplen, una a una, para darle legalidad y definitividad a los actos que permitirán en 23 días a 89.1 millones de mexicanas y mexicanos ejercer con libertad el sufragio y contribuir con ello a la definición del rostro público que tendrá nuestro país en los próximos años.
La maquinaria institucional y el círculo de colaboración, el circuito de colaboración entre autoridades electorales, se ha sincronizado una vez más para garantizar que el próximo 1° de julio, cada persona inscrita en la Lista Nominal, contará con todos los elementos para poder ejercer su derecho al voto en libertad.
Permitan compartir algunas cifras de la segunda etapa de capacitación para dimensionar el trabajo que se ha desplegado y el entusiasmo que hace unos meses era probablemente una de nuestras principales preocupaciones, hoy venturosamente erradicada, con el que la ciudadanía se está apropiando de la elección más grande que hayamos vivido en el país.
Para instalar las casi 157 mil casillas, necesitaremos el 1° de julio la colaboración, la apropiación del proceso electoral de 1.4 millones de ciudadanas y ciudadanos.
De esta cifra, hoy, a 29 días, 30 días, corrijo, de los 53 que conforman esta etapa y que culminará justo el día antes de la elección, tenemos poco más, ya hoy, de un millón 230 mil ciudadanas y ciudadanos con nombramientos entregados y que han protestado el cumplimiento de su rol el día de la elección en las casillas.
De ellas, más de un millón 30 mil han recibido una capacitación específica para el rol que les toca cumplir, es decir, vamos muy bien y vamos avanzando con más expectativa, con expectativas mucho más altas de las que originalmente teníamos.
Para decirlo de una nuez, a tres semanas de la Jornada Electoral la ciudadanía ha demostrado estar a la altura que exige una competencia democrática tan grande como la que estamos viviendo a nivel federal y en 30 entidades.
Estoy convencido del entusiasmo de la ciudadanía pero debemos seguir enriqueciendo y blindando hasta el día de la votación, para que ese entusiasmo acompañe la igualdad que ese día todas y todos tendremos ante las urnas.
El día de las elecciones, nos gusta decir desde el INE, se concreta el momento de mayor igualdad en una sociedad democrática entre sus integrantes. Nunca como el día de las elecciones, las y los ciudadanos, somos tan iguales entre nosotros.
Por ello, debido a los lamentables hechos de violencia experimentados en las últimas semanas y que están enmarcando el contexto en el que celebramos esta décima sesión, décimo primera sesión del Observatorio de Participación Política de las Mujeres, me permito manifestar lo siguiente:
El INE y las instituciones que integramos el Observatorio rechazamos, como lo ha hecho hace unos minutos la Magistrada Presidenta del Tribunal Electoral, todo tipo de violencia política emitido en el marco del actual proceso electoral.
Reprobamos de manera absoluta los asesinatos ocurridos en contra de mujeres y hombres, precandidatos y candidatos a puestos de elección popular.
Para quienes estamos comprometidos con la equidad y luchamos tanto por la construcción de una sociedad 50-50, como por la consolidación de una democracia incluyente, es inadmisible que se estén presentando casos de violencia que enturbien el buen desarrollo del proceso electoral que se ha caracterizado, como lo señalaba, por una vigorosa participación ciudadana.
Sabemos por información que directamente las instancia de seguridad con quienes mantenemos una coordinación permanente y bien aceitada, que los reprobables actos de violencia que se han experimentado desde el diciembre pasado hasta la fecha, en el marco del proceso electoral, no han tenido, sin embargo, como principal objetivo obstaculizar la organización de las elecciones.
Se trata de un proceso electoral que lamentablemente está circunscrito en un contexto de violencia que viene de mucho atrás. En ese contexto comparto con usted la información con la que el INE cuenta sobre la violencia política que estamos viviendo en el marco del actual proceso electoral.
De diciembre de 2017, cuando arrancábamos precampañas al día de hoy, se tiene registro de 19 asesinatos de personas que aspiraban a un cargo de elección popular, de estas, 13 son hombres y seis con mujeres. De los 13 hombres, seis eran precandidatos y siete estaban ya en campaña registrados como candidatos.
De las mujeres, dos eran precandidatas y cuatro estaban haciendo campaña como candidatas. Las 19 personas pertenecían a diferentes partidos políticos y todas y todos, tanto precandidatas y precandidatos, como candidatas y candidatos, estaban compitiendo por un puesto de elección popular a nivel local.
En San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Chihuahua y Oaxaca, tenemos el registro de un asesinato en cada una de esas entidades. Siete muertes ocurrieron en Guerrero, tres en el Estado de México y tres en Puebla.
En ese sentido, quiero ser claro, porque no pretendo ni de lejos minimizar las cifras y lo que las mismas suponen.
Una sola muerte es suficiente para indignarse y ser rechazada, una sola muerte empaña el buen desarrollo de unas elecciones. Todas esas muertes, sean de mujeres u hombres son absolutamente reprobables y lamentables, por ello los asesinatos contra precandidatos y precandidatas, así como contra candidatas y candidatos debemos considerarlo como una erosión de nuestra convivencia en clave democrática, en tanto que la democracia misma supone la negación de la violencia.
En este Observatorio, cuyo foco es el seguimiento en pulso de la participación política de las mujeres, hemos dado cuenta de los obstáculos estructurales que ellas tienen, que ellas deben sortear para el ejercicio efectivo de sus derechos políticos.
A la par hemos documentado en diferentes ocasiones las políticas y medidas que desde las instituciones y organizaciones que lo integramos hemos instrumentado para aumentar la participación política de las mujeres.
La violencia, constituye una forma de inhibición de la participación ciudadana en los procesos democráticos, y en particular la violencia contra las mujeres es una forma de inhibir el empoderamiento político que espacios como éste pretenden empujar.
Desde el instituto Nacional Electoral, y de nueva cuenta, desde los órganos electorales, si se me permite ese plural, el uso del plural, hacemos un llamado a las y los mexicanos a asumir con responsabilidad que todas y todos tenemos que preservar nuestras libertades y establecer condiciones para el ejercicio de nuestros derechos político electorales en condiciones de tranquilidad y paz.
En ese mismo sentido, desde las instituciones que encabezan este Observatorio reconocemos las movilizaciones a las que la sociedad civil y la academia han convocado recientemente para manifestar de forma contundente el rechazo a la violencia política en general, y contras las mujeres en particular; y para la ciudadanía, que tienen, y contra la ciudadanía, y que tienen como finalidad dirimir las diferencias políticas en paz y elegir en condiciones de igualdad, legalidad y libertad a quienes ejercerán los poderes públicos en los próximos años.
Por eso nosotros nos sumaos al llamado #AltoALaViolenciaPolítica.
Las y los consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral, así como el personal directivo y el personal técnico y administrativo que así lo decida nos sumaremos a la convocatoria que las organizaciones y academia están planteando para los próximos días.
En tal sentido, de forma institucional en el INE participaremos de la siguiente forma: en todas nuestras oficinas en la Ciudad de México, así como en nuestros órganos delegacionales y subdelegacionales en el país, nos congregaremos en los espacios adecuados para decir #AltoALaViolenciaPolítica y unirnos en este esfuerzo ciudadano y hacer un llamado a tener elecciones en paz.
Por eso quisiera, digamos, con el acompañamiento de todas las instituciones presentes, hacer un llamado a todos aquellos que pretendan expresar un rechazo a la violencia política en general, a la violencia política en contra de las mujeres en particular, no solamente a asistir a estos ejercicios de convocatoria pública, sino a también hacer estas elecciones un rechazo a la propia violencia.
De 1994 frente a una violencia de un tipo distinto al que hoy aqueja a nuestra sociedad, pero violencia al fin y al cabo. La sociedad mexicana se volcó en las urnas provocando la participación electoral más alta que se tenga registro en nuestra historia.
En aquel momento aquella participación inédita, que sigue marcando un hito de referencia en la participación política en los procesos electorales, fue interpretado, creo con razón, como una manera en la que la ciudadanía refrendara su compromiso democrático y a través del voto le decía no a la violencia.
Las condiciones están dadas para que el próximo 1° de julio tengamos las elecciones más libres de nuestra historia.
Por eso mismo creo que es pertinente también, que como ciudadanas y ciudadanos comprometidos con la democracia, y esto es implícitamente con un rechazo a la violencia, a cualquier tipo de violencia, en contra de cualquier persona, hombre o mujer que sea, hagamos de nuestro voto también una manera de refrendar esa vocación democrática que hemos venido construyendo a lo largo de más de tres décadas y que hoy nos brinda una oportunidad, recrear una vez más en paz nuestras diferencias políticas y definir, en consecuencia, en libertad y en paz, rechazando la violencia el futuro político de nuestra sociedad para los próximos años.
Muchísimas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, durante la Sesión de Trabajo del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México
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