Muchas gracias, muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Saludo con mucho afecto a las y los integrantes del presídium, Ale muchas gracias por acompañarnos en esta reunión simbólica importante, agradezco mucho la intervención de Marina y su presencia aquí a nombre de las y los delegados del Instituto. Mario bienvenido y muchas gracias por acompañarnos, tú que presides la Asociación de Consejeras y Consejeros Electorales de los Organismos Públicos Locales. Vicki un placer escucharte y tenerte además aquí en este largo presídium que además entiendo discutíamos con Dania, es probablemente la razón de este espacio, digamos extraño, pero que quiero imaginar evoca la horizontalidad del tema y no, digamos un tema que nos acerca y no nos aleja, en fin gracias a todas y todos por estar aquí.
Debo decir que, viéndolos reunido, no sólo me da muchísimo gusto sino que en pleno curso del Proceso Electoral más grande de la historia me pone un poco nervioso, salvo seis o implemente que no tienen más que otra tarea que ir acompañando las tareas del Instituto, pero que no tienen una responsabilidad directa en Procesos Electorales, porque son los dos únicos estados que no tienen elecciones.
Esta reunión, no solamente es motivo de celebración sino, insisto, que podría alguien interpretar, hombre, de nervios estamos parando las elecciones, creo es más bien el símbolo de que las elecciones van bien y nos podemos permitir reunirnos con una agenda importante para la propia elección como ya se ha señalado, como la que nos reúne esta mañana.
La adopción de esta agenda para la igualdad de género por parte de las instituciones que conformamos el Sistema Nacional de Elecciones, implica desde mi punto de vista una gran expectativa: en tres años hemos tenido avances muy importantes en la estandarización de las condiciones para la competencia democrática por los poderes públicos en el país.
Hemos avanzado en el fortalecimiento de este renovado y complejo circuito de colaboración institucional, en el que el destino de cada una de las partes es también el destino del conjunto.
En este periodo, los esfuerzos para configurar un andamiaje normativo adecuado a la concepción constitucional y legal del nuevo modelo de la democracia mexicana, de carácter nacional, ha contribuido a incrementar la competitividad en las elecciones locales. Los últimos tres años son también los años no solamente en los que se ha visto una tendencia al incremento de la competitividad electoral, sino también es el periodo en nuestra historia democrática en el que ha ocurrido el mayor número de alternancias por la vía de las urnas.
Y esto es de celebrarse, no por la alternancia en sí, sino porque la posibilidad de la alternancia es lo que, digamos, expresa la fortaleza y la robustez de un sistema democrático. Si la alternancia existe o no, eso, como lo sabemos, es una decisión de las y los ciudadanos.
A esa estandarización, hoy agregamos una agenda que compromete una convicción asumida y practicada como se ha señalado desde hace tiempo por todos nosotros. Un compromiso para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres, y pasar de la paridad en la competencia democrática, a la igualdad sustantiva de nuestra democracia.
Si bien el sistema de cuotas estableció las bases que favorecieron la adopción de un sistema constitucional paritario, es el sedimento que encuentra en la paridad una evolución natural, y que es aplicable a todas las candidaturas, por cierto, tenemos que reconocer que todavía nos falta mucho camino por andar en estos temas.
Ejemplo de ello es que México ocupa el octavo lugar en el número de mujeres parlamentarias. Esta es una buna noticia derivada de la reforma de 2014, y que seguramente traerá un efecto novedoso y nos colocará en una nueva dimensión visto de por primera vez la paridad se aplicará en la elección de los integrantes del Senado.
En tal sentido, en el marco de la Conmemoración del Día Internacional de las Mujeres y de cara al proceso electoral más grande que haya vivido la sociedad mexicana me parece que es pertinente insistir que el derecho a la igualdad no es suficiente para garantizar ni la igualdad sustantiva, una cosa es el derecho en cuanto tal, otra cosa es la realidad concreta, en la participación política de las mujeres, y que ejerzan sus derechos sin discriminación.
Esa es la importancia que hoy el Instituto Nacional Electoral, sus delegaciones y los Organismo Públicos Locales Electorales del país adoptemos la agenda para la igualdad de género en el sistema electoral mexicano. Con ello pretendemos encausar nuestros esfuerzos y poder sistematizar los datos en los que se registran los avances que conseguimos.
Es evidente que como autoridades electorales venimos trabajando desde hace tiempo en diferentes frentes, ya Dania ha hecho un recuento, digamos, de cómo se ha venido avanzando en este tema a través de múltiples proyectos para lograr el objetivo común de garantizar el derecho a la igualdad en la participación política.
Las comisiones de género y los mecanismos para la igualdad, tales como los observatorios de participación política de las mujeres, las políticas internas para institucionalizar la perspectiva de género, la emisión de lineamientos de paridad, el establecimiento de acciones afirmativas para grupos en desventaja histórica, los cursos, talleres de sensibilización y formación en género, las guías que hemos realizado junto con el CONAPRED, entre otras, ejemplifican las decisiones y medidas que hemos tomado para contribuir a la participación política en condiciones de igualdad.
Con la adopción de la agenda para la igualdad de género en el Sistema Nacional Electoral, pretendemos precisamente sistematizar esas experiencias y buenas prácticas con la finalidad de contar con un diagnóstico de cómo estamos, un corte de caja que nos permita, no solamente ponderar y valorar lo hecho, sino mirar hacia adelante, definir las áreas de oportunidad y la ruta que hemos de seguir. Con base en dicho diagnóstico, podremos compartir y divulgar las medidas exitosas entre quienes integramos el sistema.
La agenda titulada #IGénero, a la que hoy nos adherimos, es el resultado de una colaboración activa y constructiva entre el INE, sus delegaciones y los Organismos Públicos Locales Electorales a lo largo de 2016 y 2017.
Precisamente, los encuentros que celebramos en esos años para intercambiar experiencias sobre la participación política de las mujeres, identificamos las temáticas comunes sobre las que debemos seguir avanzando y que están reflejadas en la agenda.
Dicho de otra manera, la misma, esta agenda, constituye la hoja de ruta que las autoridades electorales debemos tomar en cuenta en el marco de nuestras atribuciones para contribuir día con día, decisión tras decisión, hacer efectivo el derecho a la igualdad en la participación política.
Desde mi perspectiva, una de las principales fortalezas de la agenda es que constituye un instrumento concreto, suficientemente flexible para que pueda ajustarse a la dinámica, atribuciones, realidades, capacidad presupuestal, retos, fortalezas, realidades concretas de cada entidad federativa y disponibilidad de tiempo de cada autoridad electoral.
Nuestra expectativa en la construcción conjunta a este proyecto se puede resumir en dos resultados: primero, contar con información actualizada sobre el avance de la participación política de las mujeres, ya que a través de esta herramienta lograremos tener al día las bases de datos #MujeresPolíticas que hemos construido desde 1990 a 2017 en conjunto con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y con la colaboración puntual de cada uno de los órganos que ustedes, presidentas y presidentes, de los OPLE’s han contribuido a formar.
El segundo resultado está vinculado a la identificación de buenas prácticas y a la potenciación de las experiencias que han resultado exitosas en algunos órganos.
Estoy convencido que la información que enviaremos semestralmente y que compilaremos en el Instituto Nacional Electoral nos permitirá contar con un mapa claro de los avances y los resto para ser compartidos tanto en el Sistema Nacional de Elecciones como con organismos internaciones como el Comité SEDAU o el mecanismo del seguimiento de la convención belém do pará.
Permítame concluir subrayando que el INE y los Organismos Públicos Locales Electorales como órganos electorales e instituciones del Estado Mexicano tenemos la obligación de respetar y garantizar el derecho a la igualdad no sólo en las labores que atañen a la función electoral sino también, como ya mencionaba Dania en el ámbito interno y a nivel institucional, y justamente la agenda para la igualdad de género en el Sistema Nacional Electoral identifica temáticas y líneas estratégicas para encaminar acciones para cumplir con esa obligación y tiene además, déjenme concluir diciéndolo desde mi perspectiva, otra virtud: constituye no sólo un compromiso sino que constituye un observatorio hacia nosotros mismo, hacia nuestras tareas y con ello cumple con una de las funciones primordiales de la ENCCÍVICA a que ocupará los trabajos del resto del día que es precisamente generarnos a nosotros mismos contextos de exigencia.
Muchísimas gracias, esto es el resultado de un trabajo en conjunto y es justamente la ruta que conjuntamente transitaremos hacia el futuro.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la “Adopción de la Agenda para la Igualdad de Género en el Sistema Electoral Nacional”
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