El día de hoy empiezan las precampañas federales, el periodo previsto en la ley electoral para que los partidos políticos seleccionen candidatos de acuerdo con sus propias reglas y procedimientos. Tiene una duración de sesenta días, al final de los cuales se espera que los órganos competentes de cada partido político determinen en quiénes recaen las candidaturas, que más adelante se registrarán ante el INE.
Los primeros en establecer en la ley un periodo específico para la selección de los candidatos de los partidos políticos fueron las Legislaturas de algunos estados como Baja California Sur, Coahuila y Chiapas. Antes de 2007, había ya once entidades federativas en que la figura de las precampañas estaba definida y regulada en la legislación electoral local. Finalmente, con la reforma político-electoral de 2007, se llevó al ámbito federal la regulación de las precampañas.
¿Qué buscaban los legisladores con esta medida? El principal objetivo era contener el activismo político electoral de los aspirantes a cargos de elección popular. Según el diagnóstico de los promotores de la reforma, el activismo temprano era contrario a la equidad de la contienda, porque daba una ventaja indebida a quienes lo practicaban. El resultado eran “candidaturas inevitables” que reducían los procesos internos de los partidos políticos a una mera formalidad.
El principal instrumento para contener el activismo político electoral de los aspirantes fue la figura de los “actos anticipados”, tanto de precampaña como de campaña; una falta que la autoridad electoral puede sancionar con la negativa del registro como candidato o con el retiro de dicho registro si ya se obtuvo. En otras palabras, los legisladores establecieron que la sanción podía ser la pena máxima en materia electoral.
¿Cuál ha sido la experiencia con la regulación de las precampañas a lo largo de los diez años en los que ha estado en vigor? La opinión pública identifica el inicio de las precampañas porque coincide con el periodo a partir del cual el INE empieza a administrar los 48 minutos que corresponden a los tiempos oficiales en radio y TV. El número de spots político electorales se multiplica por ocho desde el inicio de las precampañas hasta el día de la jornada electoral en cada una de las emisoras de radio y TV de todo el país.
Sin embargo, no queda claro que haya sido exitosa en contener el activismo mediático de los aspirantes antes del inicio de las precampañas. La política es como el agua que siempre encuentra su camino. Los legisladores no pueden por decreto suspender las leyes de la gravedad. Lo que sí han logrado es reencausar el activismo político. En radio y TV las puertas se cerraron a todos, menos a los dirigentes de los partidos políticos a través de sus spots y, en menor medida, a los funcionarios públicos con sus informe de labores.
Donde la experiencia arroja un saldo desfavorable es en materia de equidad de las contiendas internas por las candidaturas. Uno esperaría que a mayor equidad mayor competencia. Sin embargo, desde la introducción de las regulaciones de precampañas, la práctica dominante han sido los llamados “precandidatos únicos”, tanto en las elecciones locales como federales. El resultado de los procesos internos de selección de los partidos se ha vuelto totalmente predecible. Las candidaturas inevitables están de regreso. Lo interesante pasa antes de que empiecen las precampañas.
El consuelo es que las elecciones sí se han vuelto más competidas y las campañas electorales —el periodo previsto en la ley para pedir el voto a la ciudadanía— cada vez más importantes. Las regulaciones de precampañas no han beneficiado a los militantes con contiendas más abiertas y competitivas. Pero los ciudadanos tienen más opciones relevantes en la boleta y su voto un peso mayor en el resultado. Al final del día esto es lo que realmente importa.
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RESUMEN