«Elecciones y resultados», artículo de Marco Baños

Escrito por: INE
Tema: Opinión

En los últimos años, la alternancia ha sido una realidad frecuente en México y cada vez se presentan elecciones más competidas, en las que nadie arranca ni hace campaña con triunfos o derrotas seguras. Eso refleja un avance democrático, aunque al mismo tiempo implica una tensión mayor entre actores políticos que disputan el mismo cargo y registran votaciones con márgenes muy estrechos entre primeros y segundos lugares.

 Las contiendas electorales del pasado 4 de junio han dejado claro que la certeza y oportunidad para comunicar resultados, particularmente en esos contextos altamente competitivos, necesitará siempre explicaciones, transparencia y también una conducta responsable por parte de actores políticos y autoridades electorales.

 Aquel domingo vimos que apenas habían cerrado las casillas y antes de que terminaran de contarse los votos, ya aparecían autoproclamaciones de victoria con base en cifras que hasta ese momento no existían. Se instalaron en las seis entidades con elección 34,094 casillas; y 99.9% tuvo acreditados a representantes de partidos observando que los votos coincidieran con el número de personas que fueron a emitirlos y que los totales reportados en actas coincidieran con el sentido de esos votos plasmados en boletas. Los partidos no tenían esas cifras pero salieron a decir que ya sabían cuáles eran ¿con base en qué fuente? No lo aclararon.

 Partidos y candidaturas no dependen sólo de los sistemas de resultados preliminares para saber qué datos hay en cada acta. Ellos mismos tienen copia fiel de la que se firma en las casillas y cuentan con garantías para estar presentes en todo momento mientras se llenan, porque pueden acreditar para ello representantes que vigilan la jornada de votación frente a cada urna. Entonces, los resultados que se contabilizaron ante sus propios ojos en esa primera escala que son las casillas no pueden alterarse sin que eso sea evidente al contrastar actas con PREP y luego con cómputos distritales.

 Las primeras cifras se contabilizan en cada casilla, y ese trabajo está a cargo de ciudadanas y ciudadanos sorteados. Fueron 136,368 ciudadanas y ciudadanos comunes quienes participaron en ello durante estos comicios.

 Los resultados se suman y se plasman en actas que a su vez se transmiten al Programa de Resultados Electorales Preliminares, el cual se puede consultar en tiempo real, para conocer números de todo el territorio con elección tal como van siendo capturados, por eso un PREP no perfila tendencias de inmediato, porque su lógica de captura no es la de una muestra representativa, reporta tal y como van llegando datos para registrarse en el sistema que ahora incluye una fotografía en formato PDF del acta original y no sólo su contenido en cifras, que permite también descargar la base de datos (lo que permite que si hay cualquier contradicción sea evidente y verificable por cualquiera a través de Internet).

 Si la autoridad electoral espera a que termine toda la captura de actas la noche de la elección para comunicar ese resultado final y no una tendencia preliminar, la ciudadanía caería en una confusión considerable porque antes de que cierre el PREP ya habrían sido difundidas encuestas privadas disonantes y discursos de triunfo contradictorios por parte de los competidores que habrán afirmado tener “datos” de sus triunfos respectivos.

 No informar sobre la tendencia de resultados de los comicios a partir de conteos rápidos y en cambio esperar al cierre del PREP o de los cómputos, significaría que no habría un solo dato oficial que perfilara proyección científica de quién aventaja en las urnas la misma noche de la elección; y es por eso que hoy son obligatorios dichos conteos cuando hay elecciones, los cuales se construyen con una muestra representativa de todas las actas, es decir, no parten de una encuesta de salida que le pregunta a las personas que acaban de votar por quién lo hicieron, sino de un ejercicio que obtiene esa respuesta directamente de actas seleccionadas en una muestra robusta y representativa que da certeza en su estimación. En el Estado de Coahuila ese ejercicio de tendencia preliminar no fue congruente con las sumas del PREP, ni con los votos y actas; y eso por ello el INE ha anunciado la revisión exhaustiva que aclarare esta misma semana (una vez concluidos los cómputos) por qué los rangos de esa muestra favorecían a un candidato y los votos en las casillas, los recuentos, las actas computadas, a otro.

 En México hemos construido un modelo de candados para cerrar la puerta a fraudes, pero también para ser oportunos en la comunicación de resultados preliminares en aras de acotar incertidumbre y confusión. No se trata de medidas inventadas y tampoco parten de llamados a tener fe, se trata de mecanismos que permiten verificar que hay coincidencia.

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