Muchísimas gracias.
Buenas tardes a todas y todos.
Querida Silvia, queridos consejeros, un placer de veras, un honor estar aquí con ustedes.
No quiero extenderme demasiado, ya lo he hecho el día de hoy con suficiencia. Y creo que una de las mejores maneras para no hacerlo, es ceñirme justamente al texto que tengo preparado.
Quiero ser breve, pero quiero enfatizar algunos de los puntos que ya Silvia en su mensaje había puesto sobre la mesa.
La evolución del sistema democrático mexicano, de la construcción del sistema electoral mexicano ha sido largo, importante y profundo. Sin embargo, la evolución de la cultura cívica en nuestro país no corresponde al desarrollo logrado en el entramado institucional que sustenta al sistema electoral mexicano.
Si uno atiende a las mediciones que, por ejemplo, estudios como Latinobarómetro han hecho, se desprende, lo han venido haciendo en las últimas de décadas, se desprende una paradoja intrínseca, pocos países han invertido tanto en la construcción de su democracia como el nuestro, pero también paradójicamente hoy México, de acuerdo con el último informe de Latinobarómetro, es el país, que hay una enorme insatisfacción con la democracia encuentra. Y ahí hay una dimensión cultural.
Necesitamos impulsar una transformación de la cultura cívica que la sincronice con los avances logrados en los procedimientos electorales. Y ese, como ya anticipaba Silvia, es el propósito de la ENCCÍVICA 2017-2023, que presentamos hace un mes en el Museo de Antropología.
En esa ocasión insistimos en el hecho, es el diagnóstico del que parte la ENCCÍVICA, de que la desigualdad, la impunidad, la discriminación y la corrupción que han ensombrecido el proceso de transición a la democracia no deberían, no deben seguir distinguiendo al México del futuro.
De ahí la importancia que tiene el promover un amplia convocatoria para diseñar una política pública en materia de cultura cívica. El reto en esta materia, lo sabemos es enorme. También sabemos que trasciende a las capacidades técnicas del INE, e incluso me atrevería a decir que supera el potencia institucional del conjunto de órganos autónomos del país.
Justamente por el tamaño del desafío es que es necesario empezar desde hoy y convocar en ese sentido a todas las instituciones del Estado, a las organizaciones académicas, y a los organismos de la sociedad, incluyendo, por supuesto, a los partidos políticos y a los organismos regionales y multilaterales para trabajar en empujar ese cambio cultural.
En ese contexto estoy profundamente complacido y orgulloso de que hoy podamos formalizar en el convenio que estamos por firmar la convergencia de esfuerzos entre el INE y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y el Instituto Nacional Electoral.
Este convenio, permítanme decirlo, con mucha satisfacción, es el primero que suscribimos en materia de cultura cívica después de la presentación nacional de dicha estrategia. Con este convenio estamos estableciendo las bases de colaboración para generar, como ya anticipaba Silvia, sinergias que nos ayuden a enriquecer y multiplicar la deliberación democrática que estamos impulsando a todo lo largo y ancho del país.
Queremos, para decirlo claramente, construir nuevos vínculos, nuevos puntos de contacto entre la sociedad, las instituciones y los actores políticos que favorezcan la participación e incidencia de la sociedad en la toma de decisiones públicas.
Se trata de que el INE apoye en la elaboración de marcos conceptuales y metodológicos que contribuyan a las investigaciones y evaluaciones que realiza el INEE en materia de formación de ciudadanía y educación cívica, y que los trabajos que ustedes realicen en esta materia puedan servir como insumos en los proyectos de cultura cívica que lleve a cabo la autoridad electoral nacional.
Por ello quiero agradecer muy sentidamente a nombre de las Consejeras y los Consejeros Electorales del INE su interés por sumarse a la causa de la cultura cívica, de la conformación de las prácticas políticas que mediante la deliberación informada y franca contribuyen a consolidar la vida democrática del país.
Estoy convencido que con aliados estratégicos que estamos llamados a ser por nuestro mandato constitucional, pero también por la convicción de quienes integramos a los órganos directivos del INE y del INEE, favorece nuestra participación y la apropiación por parte de los ciudadanos de los espacios públicos, propiciaremos que los mismos, que los ciudadanos eleven el contexto de exigencia a las instituciones y autoridades que es indispensable en toda democracia, y facilitaremos la eliminación de opacidad en la vida pública.
Opacidad que como todos sabemos, suele abrir una puerta a la corrupción, arbitrariedad y la impunidad. Crear las condiciones para esa transformación de la cultura cívica a cinco meses de que inicie el proceso electoral más grande que hayamos vivido los mexicanos, es una convicción y un compromiso de quienes creemos que la opción democrática es la mejor vía civilizatoria que han encontrado las sociedad contemporáneas y que esta función se cumple mejor cuando la democracia es más incluyente y la sociedad exige más a sus autoridades.
De veras muchísimas gracias Silvia, consejeros, por la confianza y, sobre todo, por emprender a partir de ahora una ruta compartida en esta materia.
Versión Estenográfica, Firma del Convenio General de Colaboración entre el Instituto Nacional Electoral y El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
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