Consejera Presidenta del INE, Gudalupe Taddei

Consulta el artículo de la Consejera Presidenta, Guadalupe Taddei, publicado en Milenio

Escrito por: INE
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Desde su fundación, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha sido sinónimo de innovación institucional y compromiso democrático. A lo largo de su historia, el INE ha sabido leer las transformaciones sociales, tecnológicas y culturales para convertirlas en oportunidades de mejora en el cumplimiento de su misión fundamental: garantizar elecciones libres, equitativas y confiables. Y en este camino, no hemos sido meros observadores del cambio: hemos sido actores activos, conscientes de que el fortalecimiento de la democracia pasa por la capacidad de anticiparse, adaptarse e innovar.

Desde que asumí la presidencia del Consejo General del INE en abril de 2023, he tenido claro que uno de nuestros principales deberes es mantenernos a la vanguardia, no sólo en la administración de los procesos electorales, sino también en atender las legítimas demandas de una sociedad cada vez más informada, más exigente y plural. Por eso, una de mis prioridades ha sido impulsar acciones afirmativas y decisiones institucionales que reflejen el espíritu de justicia social, inclusión y equidad que la ciudadanía merece.

Bajo esta convicción, durante los procesos electorales de 2023-2024 y 2024-2025, en el INE consolidamos medidas sin precedentes para garantizar la paridad de género en las candidaturas a gubernaturas, exigiendo que cada partido postulase al menos cinco mujeres en las nueve entidades en disputa. Esta decisión no fue solo una aplicación técnica de un mandato constitucional: fue un paso firme para cerrar brechas históricas y visibilizar la fuerza y capacidad de las mujeres en todos los espacios de representación política. Hoy, gracias a esas acciones, México es uno de los pocos países del mundo donde el Congreso de la Unión está compuesto de forma paritaria y donde la presencia femenina en los cargos ejecutivos estatales ha dejado de ser una excepción.

Asimismo, hemos mantenido una política activa para evitar la violencia política contra las mujeres en razón de género y, aunque aún hay camino por recorrer, se han sentado precedentes que fortalecen la participación de las mujeres en condiciones de mayor igualdad. En mi trayectoria previa, tanto en el ámbito local como nacional, he promovido estas causas, organizando incluso la primera elección indígena en Sonora y abriendo espacios de debate entre candidatos que hoy forman parte de los procesos electorales modernos.

Hoy, el INE enfrenta nuevos desafíos. La irrupción del uso de tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial (IA) exige una actitud institucional transparente y ética. En un contexto global donde los países más avanzados discuten marcos regulatorios para contener los posibles abusos de la IA, el INE no puede —ni debe— quedarse atrás. Por el contrario, debemos dar el ejemplo.

Por ello, he solicitado al Grupo de Gobierno de Tecnología de la Información del INE que elabore, a más tardar el 15 de agosto, una propuesta integral para regular el uso de la Inteligencia Artificial en nuestras funciones institucionales. Esta propuesta deberá incluir un diagnóstico técnico, un código de principios éticos, mecanismos de supervisión y control, y un programa de capacitación para todo el personal. Además, se establecerán lineamientos de trazabilidad y etiquetado para todos los contenidos generados por IA. El objetivo es claro: proteger la integridad de los procesos electorales y garantizar que ninguna herramienta tecnológica sustituya los principios que rigen nuestra vida democrática.

Con esta hoja de ruta, el INE se posiciona como una de las primeras instituciones en América Latina en construir una regulación interna pionera sobre el uso ético de la IA. Esta decisión, más allá de su impacto inmediato, puede abrir el camino para que el Congreso de la Unión establezca un marco legal robusto, moderno e incluyente, que asegure que la tecnología esté al servicio de la democracia y no al revés.

Estoy convencida de que la mejor manera de honrar el mandato que nos ha confiado la ciudadanía es no tener miedo a transformarnos, a evaluar nuestras prácticas y a responder con responsabilidad y visión al mundo que viene. El INE ha sabido hacerlo y lo seguirá haciendo. Porque si algo hemos aprendido en estas décadas de construcción democrática, es que la innovación con sentido ético no es un lujo: es una necesidad para incrementar la confianza ciudadana.

Y esa, precisamente, seguirá siendo mi prioridad.

Siempre.

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