Versión estenográfica de la presentación editorial, Conferencias Magistrales: Democracia, infancias y adolescencias, FIL Guadalajara 2024

Escrito por: INE
Tema: Discursos

Moderadora: Hola. Muy buenas tardes a todas las personas que nos acompañan el día de hoy.

También aquí saludamos al pequeño que nos está acompañando en esta presentación y a quienes nos acompañan en línea.

A nombre del Instituto Nacional Electoral, les damos una cordial bienvenida a la presentación de este libro de “Democracia, Infancias, Adolescencias”, del autor Alejandro Cussiánovich Villarán.

Y bueno, nada más brevemente comentarles que es muy importante que estén aquí, su presencia.

Como ustedes saben, el INE más allá de tener esta facultad que todos conocemos de emitir credenciales de elector, pues también tiene un sello editorial muy importante, con personas muy especializadas.

Allá podrán ver en la orilla todo el recorrido histórico que tiene el INE en estas temáticas.

La producción editorial del INE abarca diversas temáticas, diversos autores y autoras en las materias, en los diferentes temas. Invita a que tengamos espacios de reflexión, deliberación pública y actualmente el INE tiene siete colecciones, una serie de libros y esta obra que estamos presentando el día de hoy, que corresponde a las Conferencias Magistrales.

Les voy a comentar cuál sería nuestra dinámica. Se encuentra aquí con nosotros el Consejero Martín Faz Mora y también esperemos que en algún momento se pueda conectar el autor del libro.

Ustedes saben que a veces esto de la tecnología no tiene palabra de honor, entonces él nos va a acompañar a la distancia, pero de cualquier forma estamos aquí con el consejero.

Si me permiten brevemente, señalaré una semblanza del autor y del consejero que aquí nos acompañan.

El autor, Alejandro Cassuánovich, es ordenado en 1965 por la Orden Salesiana, se graduó como profesor en educación primaria, estudió filosofía y teología y es pedagogo, profesor, teólogo, activista, defensor de los derechos de los niños y de las niñas.

Y ha sido profesor de la maestría en políticas sociales, coordinador del Instituto de Formación para educadores de jóvenes, adolescentes, niños trabajadores de América Latina y el Caribe.

Asimismo, nos está acompañando también por acá el Consejero Martín Faz Mora, que es Maestro en Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, en la sede México.

Ha sido catedrático en diversas instituciones de educación superior y en el año 2020 fue designado como consejero electoral del INE.

Fue fundador del Centro Potosino de Derechos Humanos. Ocupó el cargo de Secretario Técnico de la Red Nacional de Organismos Civiles y de Derechos Humanos, todos los derechos para todas y todos.

Ha participado activamente en diversas organizaciones de la sociedad civil, y el movimiento local y nacional por los derechos humanos.

Actualmente, Preside la Comisión de Capacitación y Organización Electoral del Consejo General del INE y, además, integra la Comisión de Debates Presidenciales, la de Vinculación de Organismos Públicos Locales, así como la Comisión del Servicio Profesional Electoral Nacional.

La verdad es que tienen una experiencia muy importante los dos. Yo solamente estoy diciendo algo breve, pero si les parece bien, daría el uso de la palabra al consejero para que pueda dirigirse aquí al público presente.

Consejero del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Hola. ¡Qué tal!

Buenas tardes.

Es un gusto recibirles en el stand del Instituto Nacional Electoral, ya nos lo decían. El INE tiene un sello editorial, pues ¿qué podemos decir los que estamos en el INE? Que es bueno.

La verdad es que es bueno, porque es muy especializado, no es un sello editorial de grandes, de mucho volumen de libros, pero sí es muy, muy especializado en algunos temas.

Y hoy, particularmente, con ocasión de la obra del doctor Alejandro Cussiánovich,, es un tema particularmente importante porque tiene que ver justo con democracias, infancias y adolescencias, que es un tema que es importante problematizar justo porque en las democracias tradicionales, dicho así, las infancias y las adolescencias no cuentan, no votan desde el punto de la vista de la democracia electoral.

A pesar de que constituyen hasta, depende de qué país, pero al menos en este país una tercera parte de la población, y hay países en donde pueden incluso ser hasta más.

Y, sin embargo, los resultados de los procesos electorales, de las elecciones y demás afectan, desde luego, estas poblaciones.

Entonces, en ese sentido es bien importante abordar y problematizar. Y justo es eso lo que hace el Doctor Cussiánovich, en esta obra.

El Doctor Cussiánovich, esperemos que se pueda conectar un momento más. Es un referente a nivel mundial sobre el tema de protagonismo político de las infancias y las adolescencias.

Y en esta obra, que de hecho fue una Conferencia Magistral que nos dio el Doctor Cussiánovich, revisa justamente la importancia de reconocer a la niñez y a las juventudes como sujetos activos que viven, sienten y atraviesan eso a lo que hoy aspiramos a consolidar, que es la democracia.

Y en ese fin es urgente comprender el papel que hoy juegan no solo en la atención de la agenda que les involucra directamente, sino en general en la vida de las comunidades.

En este texto el autor expone que niños, niñas y adolescentes tienen voz y demandas para el mundo en el que vivimos, pues también se ven afectados por las problemáticas que les rodean, principalmente el adultocentrismo, que se manifiesta cuando las personas adultas nos consideramos superiores a otras generaciones y por el simple hecho de pertenecer a ese grupo etario gozan de privilegios que niñas, niños y adolescentes no poseen.

Así se cree que las infancias y las adolescencias son incapaces de sentir o tomar decisiones, entre otras cosas, y esto a su vez los deja fuera de los temas que les afectan.

Este adultocentrismo, que es parte, que respiramos de manera permanente en nuestra cultura, pues ha hecho justo que todas las formas de organización política y social giren entorno a la mirada de los adultos, pensando que las infancias, que las adolescencias y las juventudes no tienen una voz propia y que, por lo tanto, están en una etapa de aprendizaje y que ya llegará el día en que participen, pero mientras tanto, se acoplan a lo que nosotros los adultos decimos en las familias, en las escuelas y en la sociedad en su conjunto.

Y es un tema que el Doctor Cussiánovich,enfrenta.

Él también señala que existen diversos grupos que están rodeados de estigmas y que particularmente uno de estos grupos representan las adolescencias y las infancias, y que tienen que luchar para que sus derechos sean una realidad en la vida cotidiana, pues las personas adultas, nos dice en su texto, no han querido convertir a las infancias y a las adolescencias en interlocutores.

En ese sentido, en el libro se brinda una reflexión de cómo, en primera instancia, se debe pensar en pluralizar la democracia, ya que no es igual como se entiende esta en el mundo urbano, en el mundo indígena o en las diferentes culturas que existen.

Lo mismo pasa con las infancias y adolescencias, ya que se conciben dependiendo de su territorio, su contexto y sus tradiciones.

En la obra del Doctor Cussiánovich,se encontrarán reflexiones en torno al modelo civilizatorio dominante, en el que niñas, niños y adolescentes conviven a los movimientos de resistencia que estos grupos han generado, a la agenda ético política e intertranscultural al sistema de la Organización de las Naciones Unidas y a la Convención sobre los Derechos del Niño, que debiera ser de las infancias, pero bueno, es del niño, así se llama oficialmente ante la ONU.

Por otro lado, el Doctor Cussiánovich,cuestiona las distintas representaciones sociales que se tienen de niños, niñas y adolescencias que son propiedad de sus padres y madres, que son potencia, es decir, son ciudadanos en potencia, no se les da un carácter de ciudadanía; de hecho incluso desde el punto de vista legal en muchísimos países la ciudadanía legal comienza hasta que se tiene una determinada edad, en nuestro caso los 18 años, y es un problema serio.

Y también dentro de la obra, además de problematizar esta visión adultocéntrica de ver a las infancias como algo en potencia y no como una realidad que tiene, que sabe, conoce y puede exigir sus derechos, entre otras cosas, pues también se analizan los diversos tipos de estigmas, particularmente el que tiene que ver con la violencia, cómo particularmente hacia las adolescencias hay un estigma en general de presentárseles a las adolescencias y a las juventudes como personas violentas.

Es por ello que en el texto el Doctor Cussiánovich,advierte que es importante reconocer que hay agendas pendientes en el contexto actual, particularmente en el contexto de la democracia y que es urgente poner el tema de los derechos de las infancias y las adolescencias, pero no solamente como un asunto de tutela, que es como también la visión adultocéntrica de los derechos de las infancias y las adolescencias, los ve desde una perspectiva de tutela y nuestro autor aborda que tiene que ser desde una perspectiva que son sujetos, sujetos que tienen esta capacidad de conocer, saber y exigir sus derechos, no a modo de tutela, sino como de un ejercicio activo.

Pero sí es fundamental que en las democracias se problematice el tema y se ponga sobre la mesa, porque en términos generales las democracias, sobre todo desde una perspectiva electoral, invisibilizan a las infancias en términos generales.

Para ello es indispensable la construcción de una ciudadanía plena, una ciudadanía plena no solamente para las personas adultas, sino para niños, niñas y adolescentes.

Resulta, para mí al menos, imposible disociar la presentación de esta obra con los resultados de las Consultas Infantiles y Juveniles que el Instituto Nacional Electoral realiza cada tres años, al término de las elecciones federales.

El Instituto Nacional Electoral lleva organizando ya muchos años unas Consultas Infantiles y Juveniles que son un espacio que justo da voz a las infancias y que acaba de concluir justo apenas el último día, todo el mes de noviembre fue el mes en el que se desarrolló la Consulta Infantil y Juvenil. En este caso es la Décima Edición que tenemos de esta Consulta Infantil y Juvenil.

Si bien es cierto que ya llevábamos 10 Consultas Infantiles y Juveniles realizadas, fue apenas en el 2021 que abordamos la necesidad de abandonar justo el adulto-centrismo, es decir, las Consultas Infantiles y Juveniles eran preguntas que se diseñaban desde los adultos y los adultos les preguntaban cosas a las infancias.

Y en el 2021 justo dimos un giro para que fueran las propias infancias y las adolescencias quienes definieran no solamente las temáticas de la Consulta Infantil y Juvenil, sino incluso las preguntas.

Para ello se hizo todo un ejercicio previo para que se pudiera establecer cuáles eran los temas y cuáles eran las preguntas que las distintas infancias querían poner sobre la mesa.

Se trató de un proyecto que consideró la participación desde un primer momento de estos grupos etarios, en una lógica de co-construcción de las temáticas sobre las que habría de consultarse y la forma en las que estarían redactadas las preguntas, desde una visión que abandonara el adulto-centrismo, reconociendo a niñas, niños y adolescentes como agentes activos, conscientes y como personas con capacidad y criterio para definir los problemas que les interesa, que les aquejan e incluso sobre las vías de solución más allá de las agendas particulares de la discusión que existe en la arena pública.

Además, se incorporó el pleno respeto al criterio de inclusión de la diversidad, un enfoque de género y respeto a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derecho. Es decir, esta vendría siendo ya la segunda consulta la del 2024, cuyos resultados vamos a tener hasta el próximo año. Pero es la segunda ocasión en la que ya no es organizada desde los adultos, sino que hemos dado un giro total a la consulta para salirnos de este esquema adultocéntrico.

Y tanto la consulta del 2021, como la del 2024 desde su diseño se han considerado las opiniones de niños, niñas y adolescentes.

Fue así que ellos mismos decidieron que esta Consulta, la del 2024 tratara sobre el cuidado del planeta, el bienestar y los derechos, cuestión que de inicio ya da cuenta del alto contenido de conciencia y responsabilidad social que tienen nuestras infancias.

Para este año, siguiendo la misma metodología, las infancias y adolescencias en México eligieron como temas prioritarios para dar su opinión la seguridad en los espacios comunitarios, el cuidado del medio ambiente y de los animales, y la prevención de las adicciones, que son las temáticas que se abordaron en esta del 2024, que recién termina en noviembre.

Los resultados de estas encuestas han sido aleccionadores, respecto a cómo viven las infancias y adolescencias, así como las distintas experiencias que habitan en función de su edad, su identidad y sus condiciones socioeconómicas.

Y más allá de poner la atención sobre la necesidad de construir una agenda por los derechos de la infancia, que también se requiere hacer una agenda para ello, los resultados son una muestra irrefutable de la conciencia pública que niñas, niños y adolescentes tienen ya, y no la tienen en potencia, sino que la tienen ya.

Y la urgencia de incorporarlos a la discusión de los problemas de un mundo que es también suyo.

Hay algunos mecanismos de participación ciudadana en algunos estados que sí incluyen la participación o permiten la participación de menores de 18 años, que si bien no tienen la condición de ciudadano elector, porque no disponen de una credencial de elector y, por lo tanto, no pueden tomar decisiones en las votaciones, sí hay algunos mecanismos de participación ciudadana en algunos estados en los que sí intervienen e incluso se dirigen particularmente hacia las infancias.

Y son algunos de los ejercicios que pueden realizarse a lo largo y ancho, porque para estos mecanismos de participación ciudadana, por ponerles un ejemplo, el presupuesto participativo en la Ciudad de México, entiendo que aquí en Jalisco también hay presupuesto participativo.

De hecho, hay proyectos que involucran a infancias y adolescencias, y es una forma de tomar, de permitir que vayan participando en las decisiones de las comunidades o incluso en algunos estados hay también mecanismos de representación comunitaria, juntas de mejoras, en cada estado tienen un nombre distinto en el que en ese tipo de asambleas se permite la participación de infantes y de adolescentes, no es un proceso electivo en un sentido estricto, pero sí son procesos de participación ciudadana en los que es cada vez más importante incorporar a las infancias y a las adolescencias.

La Consulta Infantil y Juvenil que realiza el INE sin duda se ha convertido en un insumo, quizá el más robusto a la fecha en México para aquellos que gustan recurrir a los datos como fuente confiable para entender a los fenómenos sociales. No es la única fuente confiable para los fenómenos sociales, pero sí es importante la de los datos empíricos.

Y justo la Consulta Infantil y Juvenil ha creado un acervo muy importante a lo largo de todas estas 10 ediciones respecto de cuáles son los intereses de las infancias en nuestro país, y muy particularmente la Consulta Infantil del 2021 y del 2024, porque, como ya se los mencioné, estas son las Consultas en las que ya no fueron los adultos los que nos dedicamos a indagar respecto de algo que queríamos saber de las infancias, sino que el diseño de las mismas estuvo desde un principio, se consideró desde un principio a las infancias y las adolescencias.

Algo que sería importante y algo que me gusta resaltar siempre cuando hablamos de este tema de las consultas infantiles es que la enorme participación de niños, niñas y adolescentes en estas Consultas, uno de los primeros datos que nos arroja es ir quitándonos de la cabeza este concepto de la apatía, de la apatía de las juventudes para participar en lo político.

En las Consultas Infantiles participan millones de niños, niñas y adolescentes, pero además en los propios dateos que el Instituto Nacional Electoral tiene respecto de las juventudes, por lo menos de los 18 a los 29 años, que es la edad tope para ser joven, aunque hay quienes toda su vida es joven de espíritu, pero bueno, retóricamente sí, pero de los 18 a los 19, es verdad, es verdad, y esto es un hecho irrefutable, que de los 19 a los 29 años son los que menos participan en los procesos electorales.

De los 18 años se participa mucho, la primera participación electoral es, pues no sé, la emoción o el estrenar la credencial de elector, más allá de poder entrar al antro, hay una gran participación, pero de los 19 en adelante es el grupo etario que menos vota.

Sin embargo, es el grupo etario que más observadores electorales tiene, es el grupo etario que más funcionarios de casilla tiene y es el grupo etario que también más supervisores y capacitadores electorales tiene, aunque ahí como es un asunto laboral también; sin embargo, las juventudes participan cuando se crean espacios; espacios auténticos para que participen, no espacios mediatizados para que participen, porque hay espacios mediatizados para que participen, espacios de adultos hechos para infancias y adolescencias, pero mediatizados para que hagan lo que los adultos quieren o queremos.

Cuando se ofrece un espacio, las juventudes participan y, sin embargo, dentro de estos estigmas que se han conformado en torno a las juventudes, uno de ellos es el de la apatía o el de la violencia o el de que son revoltosos o el de que son vagos, estigmas a los que se enfrentan las juventudes en su conjunto, aunque hay algunas juventudes que las enfrentan todavía con mayor crudeza, particularmente las juventudes que viven en contextos de pobreza, particularmente.

Pero son algunas de las estigmatizaciones con las cuales las juventudes tienen que enfrentar.

Y la Consulta Infantil y Juvenil en sus distintas ediciones también, además de; no de preguntar; bueno, sí son preguntas, pero son preguntas que elaboraron ellos mismos, además de plantear cuáles son las problemáticas a las que se enfrentan, también vienen cuáles son las soluciones que se pueden encontrar.

La Consulta Infantil y Juvenil no solamente trata de hacer un diagnóstico, dicho de esa manera, de las problemáticas desde la perspectiva de las infancias y las juventudes, sino también de las formas de resolverlas. Y eso es también un elemento fundamental y es un elemento fundamental y lo emparejo en este caso con la obra del Doctor Cussiánovich, porque justo uno de los elementos que señala es esta parte de que las infancias y las adolescencias tienen la potencia activa de ser ciudadanía.

Les invito a leer la obra del Doctor, es una obra, como les digo, el Doctor es una referencia a nivel mundial en estos temas de infancias y adolescencias.

Él vive en Perú, también por eso la distancia de no estar ahora con nosotros. Esperemos que logre conectarse, no alcanzo a ver que lo logre hacer.

Pero leyendo la obra ustedes podrán ver cuáles son las distintas temáticas que se logran abordar. Yo casi les podría decir que hay escasísimas obras que problematicen el problema de la democracia, las infancias y las adolescencias.

¿Por qué? Porque no votan. Entonces, quienes analizan temas de democracia los invisibilizan, aunque no sean mala onda, dicho así coloquialmente, pero se les invisibiliza y aparte a eso súmale el adulto-centrismo, pues peor todavía.

Para ir concluyendo, hoy más que nunca es clara la urgente necesidad de incorporar el interés superior de la niñez en la política de Estado, es una tarea que nos concierne a todos, a todas y es un paso indispensable en la construcción de una ciudadanía plena.

Es imposible transitar a una sociedad con mayores estándares de bienestar y a una cultura cívica que estreche los lazos solidarios entre las personas si no ponemos en el centro de la agenda pública a los niños, niñas y adolescencias, que son generaciones que en el mediano y largo plazo deben consolidar nuestra incipiente democracia, si es que todavía tenemos forma de reorientarla o de seguirla consolidando.

La lectura de esta obra es fundamental, es de hecho, nosotros tenemos toda una Colección Árbol que efectivamente está dirigida a niños, niñas y adolescentes.

Nuestra colección, por cierto, estrella, es la verdad, es la colección estrella del Instituto. Ustedes pueden ver todas las obras, justo están allá a un ladito.

Sin embargo, estas obras que están hechas particularmente para ir despertando valores cívicos, habilidades cívicas; sin embargo, esta es la primera obra que aborda el tema de las infancias y las adolescencias, y lo problematiza con el tema de la democracia electoral ¿no? porque nuestros libros, la Colección Árbol tiene otra finalidad, es otra la finalidad que tiene.

Pero esta obra es la primera obra de nuestro sello editorial donde se problematiza de una forma muy seria y muy profunda el tema de cómo las democracias deben y pueden incluir a las infancias y a las adolescencias.

Entonces, ni qué decir de la recomendación de que lean esta obra. Por cierto, es una obra sencilla, digo sencilla en cierto sentido, porque sí hay unas reflexiones teóricas del doctor Cussiánovich muy interesantes y muy profundas, pero es una lectura fácil de realizar. Y que, sin duda, creo que a todos quienes la puedan leer les va a despertar una inquietud clara sobre de qué forma tenemos que empezar a incluir cada vez más de una forma en verdad seria a nuestras infancias y adolescencias en la democracia.

Gracias.

Moderadora: Muchísimas gracias, consejero Martín Faz, por esta lectura.

Como ustedes saben, la invitación, por supuesto, es a que se acerquen a la obra, a que la lean. Aquí ya nos lo comentaba el Consejero Martín Faz.

También, mencionar que este análisis que hace Alejandro Cussiánovich, que creo que lamentablemente no se pudo conectar, es importante porque tiene una dimensión ética política. Efectivamente, hay una serie de conceptos interesantes, como este de adultocentrismo que de pronto cuando eres profesora universitaria es ahí cuando lo escuchas, te lo dicen muchas veces.

Y de pronto sí es una obra reflexiva. Se les invita a que la puedan leer. Plantea las agendas pendientes que hay, la exclusión, la desigualdad, la pobreza.

Y, efectivamente, como nos dice el consejero, va a problematizar esta mirada de la democracia desde las juventudes e infancias que normalmente no las pensamos.

También, yo lo que les invitaría es que tuviéramos un espacio de preguntas y respuestas. Podríamos aprovechar aquí también la expertise del consejero, que ya también nos estuvo comentando de la consulta infantil y juvenil, que es muy importante, que es uno de los actos cívicos que realiza el Instituto Electoral.

Si le parece bien, consejero, ¿algunas preguntas o algo? Algún comentario, ¿alguien que quiera aquí aprovechar?

Allá, por favor, tenemos una pregunta.

Pregunta: Gracias.

Más que nada que una pregunta, es una aportación.

Yo soy estudiante de la Licenciatura de Psicología de la Universidad de Guadalajara, ahora sí que me encuentro de intercambio, porque mi Universidad de origen es la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo, y creo que nuestras universidades han tratado de enfatizar mucho este tema, tanto de infancia y adolescencia, que creo que es un tema muy importante que nosotros vemos en psicología educativa, nosotros tratamos con pequeñitos, y creo que al momento de que, por ejemplo, un adulto lleva a su hijo a terapia, es muy complicado esta situación porque realmente en muchos casos el problema no es el niño, sino que simplemente es esta parte egocentrista que tiene el adulto de decir: el niño o el adolescente es el problema, y muchas veces no es así, muchas veces el problema es el adulto mismo.

Y lo peor, bueno, al menos lo complicado de este tipo de casos es que los adultos tratan de enfatizar todo este tipo de casos que nosotros vemos diariamente como un problema a nivel global.

Muchas veces también se ve en las escuelas, que tanto docentes, directivos también tratan de ver que los adolescentes y los pequeños son el problema, y no es así, realmente tenemos un origen y un contexto familiar muy complicado aquí en México; entonces el hecho de que el autor trate de abordar estos temas y de visibilizarlos como esta problematización, como lo hicieron, como lo comentaron, creo que es muy interesante, y la obra va a venir a completar mucho este tema para que a nivel nacional se vea un poco más visible que realmente esta población no es el problema.

Consejero del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Totalmente de acuerdo con usted. De hecho, entre mis actividades previas a ser consejero, yo fui director de una preparatoria y con quien batallaba era con los papás.

Sí, primero, los más difíciles los papás, luego los maestros, y luego ya las adolescencias, era a nivel educación media superior, y efectivamente lo complejo era tratar con los papás.

Sí, totalmente de acuerdo, es decir, justo ese adultocentrismo que incluso le avienta la problemática hacia las infancias, y el tema de adultocentrismo ahí entre otras andadas que hice también en San Luis Potosí, que es el lugar de origen, ya puse ahí mi huellita, para que no se vayan sin poner su huella allá atrás de dónde vienen para que se nos llene el mapa, alguna vez impulsamos desde una organización que trabaja derechos de las juventudes, una ley de la juventud para el estado de San Luis Potosí; y cuando pusimos el concepto de adultocentrismo; no, pues se volvieron locos en el Congreso, pero locos, así locos de remate de verdad, que qué técnica jurídica era esa, que para qué andaba uno inventando términos antropológicos y queriéndolo poner en leyes; bueno, bueno, parecía que hubiésemos ido al mismísimo Vaticano a destrozar la capilla más sagrada de ahí, porque en la ley poníamos, siempre en todas las leyes al principio vienen unas definiciones y venía una que decía adultocentrismo. No, se pusieron como locos, tuvimos que hacer tanta cosa.

Al final lo logramos, se logró aprobar la ley de personas jóvenes para el estado de San Luis Potosí con el concepto de adultocentrismo, pero fue una locura, eh, con la gente del Congreso, con sus asesores, con todo mundo.

Veo que ya anda por acá nuestro autor, Alejandro Cussiánovich. Qué gusto verle.

Hicimos una pequeña presentación, pero muy ligerita, así nada más, en espera de que pudiera conectarse. Qué bueno que ya está con nosotros.

Autor, Alejandro Cussiánovich Villarán: Listo.

Consejero del INE, José Martín Fernando Faz Mora: ¡Eso!

Autor, Alejandro Cussiánovich Villarán: Mil perdones.

Ahora tengo que arrinconar esto.

¿Ahí me veo? Lo que no sé es cómo pasar para poder, yo tengo un papel que quiero proyectar. El ser ignorante es fregao.

Bueno, perdónenme. Un instante, por favor, si fueran tan amables.

Entonces ahí estamos.

No veo a todos, pero no importa.

Quiero en primer lugar, pedir disculpas. Como cualquier analfabeto de estas tecnologías y de cualquier otra cosa, suelen siempre pedir disculpas, ¿no? No he estudiado, no sé; bueno, por la larga espera. Nos hemos esperado mutuamente, pero ahí estamos.

A mí me parece que el título “Democracia, infancias y adolescencias” es un título que pareciera que es una secuencia de categorías, es decir, de significantes que están expuestos a múltiplos significados, dependiendo de los contextos, dependiendo de las experiencias, dependiendo de los haberes que se puedan tener.

El título, sin embargo, se presenta formalmente estas tres cuestiones de forma lineal, una especie de yuxtaposición, de temáticas. Lo que trata son tres categorías como referentes epistémicos para cotejarse crítica y creativamente entre sí.

Y ciertamente, de tres significantes, por lo tanto, que pueden tener acepciones que se las da la gente como lo vaya entendiendo, también los chicos entienden, los niños, las niñas.

Cuando uno dice: infancias, dice: “¿y por qué usas el plural?”. Es que todos los niños del país son igual a ti, han pasado por la misma experiencia, han tenido las mismas condiciones de familia, no, allá. Entonces, son distintos, aunque a ambos les podamos llamar niños o niñas.

Entonces, esto me parece importante porque permite entrar en algo que para países como México y, en este caso, como Perú, país andino, acá estaría mal hablar del niño, la niña, cuando hay múltiples formas de ir siendo niño o niña, dependiendo de los contextos, de las etnias, de las culturas, de las lenguas que estén hablando.

Por lo tanto, estas culturas heredadas de infancia, de alguna u otra forma, de forma subliminal o de forma abierta y descarada, han colocado al ser niño y a ser niña en representaciones que los marginaban o que de alguna manera les quitaban el peso social y político de su propia existencia, abría al conjunto de la colectividad.

Por lo tanto, niñeces y adolescencias son el eslabón débil históricamente de la cadena demográfica y también, yo diría, de la cadena de reflexión social, sociológica, antropológica.

Y en algunos lugares, aquí por lo menos, también en una especie, el más reciente, para historiadores y para antropólogos.

De ser así, entonces entendemos la emergencia desde hace décadas de desafíos, gran parte se han planteado, enumerados.

Los chicos se preguntan acá: ¿Hay que reinventar la democracia desde nosotros? O eso ya está pautado y ya eso no se toca. Tenemos que entrar y someternos.

Las infancias y adolescencias organizadas, sin embargo, y ustedes la tienen en México, genial, yo creo.

Ejemplo. También exigen replantearse eso de democracia representativa. Las propias organizaciones de muchachos, criaturas dijimos, cuando ustedes eligen a alguien que los coordina o alguien que los representa, pero ¿esa representación de quién depende? Depende no sólo de quién te elige, sino qué es lo que van a llevar. Eso me pasó con una niña cuando fuimos a Italia para un evento, una niña de un barrio acá, y ella me dijo: no tengo ganas de comer esto, ni lo otro.

Le dije: ya tú no tienes ganas porque no te gusta, pero ¿a quién representas tú acá? Al movimiento, me dijo.

Entonces, no van a decir: esta chica es una desganada. Van a decir: la chica que vino de este movimiento, ah, me dijo.

Entonces, ya, ya entiendo, no me estoy representando a mí misma.

Pero democracias representativas o democracias participativo, o deliberativas, o pre deliberativas. Hablar de la democracia o las democracias.

Aquí cuando hemos ido a unas comunidades indígenas de pueblos del Ande, también decían democracia, ¿qué, ustedes no viven insultándose y discutiendo todos en la asamblea de la comunidad? Porque aquí en la comunidad campesina discutimos todo, todos.

Bueno, infancia y adolescencia, por lo tanto, de nuestros pueblos originarios.

Viven la experiencia de pertenencia. Cuando uno le pregunta a la criatura de la ciudad: ¿a quién perteneces? A mi mamá y a mi papá. Hasta ahí.

Quizás vayan a decir: bueno, pertenezco al distrito tal, pero el sentido de pertenencia que tienen las criaturas en el mundo, de nuestras comunidades originarias, es una pertenencia donde se cifra su identidad, no solo su identificación.

Una participación real que supera todas las formas ficcionales de todo aquello que cuando la escuela, en el entorno externo, hoy hablar de democracia, porque el profesor es el que manda, ahí nosotros tenemos que estar atentos a lo que nos va a plantear, o cuando se habla de la relación de lo público y lo privado, ¿privado de qué, te dicen?

Hay algo que no es de todos, entonces lo que trato de señalar es cómo hay una cuestión de imaginarios y hay una cuestión al mismo tiempo, yo diría, de representaciones sociales, que se han casi naturalizado a partir del dominio de una cultura oficial, en este caso más venida desde el occidente y desde nuestros pueblos originarios.

Pero también cuando oyen hablar de derechos humanos, nosotros empezamos con las organizaciones de chicos y chicas hablar de derechos, todavía no existía la convención, entre paréntesis, nosotros hablábamos de dignidad, qué pasa en la vida cotidiana nuestra, pues sentimos que nuestra dignidad, y dignidad qué significa, le pregunto, tú mismo cómo te sientes, te está tocando algo. No era una definición de la dignidad en sí, sino era una experiencia que afectaba lo más profundo.

Los franceses de…, en donde: si me tocan eso, me están tocando a mí. Era fundamentalmente de dignidad, pero con todo y el derecho consuetudinario, por lo menos para la gran mayoría hay que explicarles, forman parte de tal; por lo tanto, el hecho de emplear el programa en infancias y adolescencias no permite, el hecho de que en nuestro países, en efecto, hay muchas maneras, siendo niñas, niños, de ir siendo adolescentes.

Pero la democracia ellos la van a entender cuando uno les pregunta: ¿tú te sientes un interlocutor válido? Interlocutor válido; es decir, que te consulta por ejemplo tus padres, ¿te preguntan? No cuando tienen que decidir cosas sobre ti, sobre la casa, sobre lo que está pasando dentro de la casa, a partir del barrio o la colectividad, etcétera.

No tienes por qué opinar, porque hay culturas de infancia en el ámbito familiar en donde no les es fácil a las criaturas que ellos se sientan, al oír los votos les dicen “ustedes son interlocutores válidos en todo aquello que les concierne”. Y la pregunta es: ¿y qué no nos concierne?

Porque si tú te enfermas, vamos a decir cómo hacer, si se enferma el abuelo o la abuela nos concierne, porque es de la familia; o si el vecino ha tenido un accidente.

Entonces ser interlocutor es válido, la sociedad adulta, quien antecedió escuchaba que el compañero hablaba muy bien de eso de adultocentrismo, adultismo, ¿no es cierto? Es casi una blasfemia y lo seguirán haciendo todavía, desafortunadamente mientras no logremos quebrar esa naturalización ya internalizada de que el adulto por ser adulto, teniendo una función que no hay que negarla, hay que discutirla en qué consiste, pero que haya una función; evidentemente eso es así.

Entonces en un modelo civilizatorio como el que tenemos, productor de ausencias, productor de neocolonialidad que impregna la indecencia de la vida cotidiana o al mismo tiempo en contextos de una injusta distribución del peso político de la palabra.

¿Cómo es la cosa ahí, qué peso tiene la palabra de un niño, de una niña, de un adolescente y qué peso pueden tener las palabras de jóvenes, adultos, etcétera? Bueno, eso lo perciben y lo saben.

Yo lo que creo es que de una u otra manera estamos ante un cambio de época que se siente en los últimos años, por lo menos en un país como el nuestro, y la pandemia lo graficó, lo que alguien llamó la brutal pedagogía de la pandemia.

Entonces este cambio de época en el sentido de una transformación en la manera de sentir y de pensar las cosas, también en el muchachismo, también en los niños, niñas y adolescentes en general.

Entonces esto nos plantea a la sociedad la urgencia de volver a levantar el carácter cívico, ciudadano, participativo, democrático, responsable y solidario público y libre, en el marco del paradigma de lo que es François Houtart levantó este sociólogo belga que ya murió en Ecuador, lo que le llamaba el paradigma del bien común de la humanidad, y la añadíamos, y de su entorno natural.

Por lo tanto, en realidad tiene espacios cívicos como instrumentos al servicio de la colectividad, espacios cívicos al servicio de la comunidad, de las diversas expresiones de ir siendo sociedad.

Son espacios y son tiempos en que se acuerda qué tipos de estructuras, normas e instituciones se requieren para el logro del respeto, por ejemplo, un clima en que la infracción no forma parte de la capacidad de afirmarse como persona, o sea, sin este respeto, el reconocimiento.

Ahí ustedes sabrán y tendrán experiencia, en casa, como afuera, cuando dicen: “ni me miró la cara el señor que me atendía”; o un adolescente que va, sea varón o mujer, y le dicen: “ni me miró”, ¿esto qué significa?, significa que si no hay ese carácter y ese clima de qué espacio cívico, ciudadano y democrático podemos hablar.

Ese espacio de la vida cotidiana, personal y colectiva, como la familia, la escuela, el barrio, el distrito, la región, el país, el rebelde, el movimiento, la asociación, el colectivo, la red, están llamados a ir siendo espacios cívicos para entender esto de democracia.

Pero hay que esperar a cumplir 18 años en este país, no sé cuánto es ahí en México, pero aquí hay que tener 18 años para dejar de ser niño y empezar a ser adulto.

Y ahí hay un problema con la definición que adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño, difícil de entender. Se es niño hasta antes de cumplir 18 años.

Yo recuerdo en África, por ejemplo, los jovencitos, los adolescentes decían: ¿cómo? O en la misma Argentina cuando en una reunión con los chicos del pueblo, me acuerdo, de varias instituciones, ellos decían: aquí 20 años, 18 años, ya por eso el movimiento de niños.

Entonces, fíjense ustedes, vamos a volver sobre el tema de la edad cronológica para poder hablar de democracia y de participación.

Bueno, entonces esta cuestión de los espacios cívicos me parece fundamental. Y digo cívicos para que no digan: ay, espacios genéricos, de participación, o para no decir político, me dicen cívico.

Todo tiene carácter político, específicamente tratándose de infancias y adolescencias, el dominante modelo civilizatorio (inaudible) y de emociones hace de la dimensión afectivo subjetiva, un componente insoslayable de neocolonización globalizada.

Oigan, lo decía Aníbal Quijano hace muchos años, antes de irse para siempre. Él decía una cuestión bien interesante, él decía: la estrategia del imperio es la ocupación de las conciencias.

Crecientes, sectores de niños y niñas adolescentes desde hace décadas en nuestra región vienen organizándose, y haciendo de este terreno un campo de resistencia y luchas sin pausa.

Moderadora: Doctor, ¿nos escucha?

Autor, Alejandro Cussiánovich Villarán: Sí.

Moderadora: Ay, doctor, fíjese que nos da mucha pena, pero por cuestiones de tiempo vamos a tener que hacer un corte.

La verdad es que estamos aquí todas las personas muy agradecidas y entretenidas con todas estas reflexiones tan profundas que nos está compartiendo.

Qué le parece si nos da un mensaje de cierre de dos minutos, para que ya podamos concluir por acá, por favor, Doctor.

Autor, Alejandro Cussiánovich Villarán: Con el mayor gusto.

Entonces, me voy a mi último punto para poder cerrar esto que estábamos compartiendo.

Miren, todo lo que signifique la emergencia de un nuevo sujeto político, de un nuevo sujeto social, de un nuevo sujeto cultural con voz propia, como diría (…) sujetos con discurso propio representa una amenaza.

Háblenme de democracia con tal de que no pongamos en tela de juicio la división política del poder o instaurar mayor violencia incluso.

Ese es un punto que me parece clave.

Lo que decía esa socióloga hindú, puede el subordinado hablar, tiene derecho a opinar, mientras creamos que las infancias por ser infancias están subordinadas a las propuestas de nuestro adultocentrismo y no solamente adultocentrismo, sino androcentrismo, falocentrismo, pero eso va por ahí también.

Esto a mí me parece muy importante para poder entender esto que hoy está focalizado en lo que podríamos llamar la sociedad-mercado que hace de todo una mercancía del cuerpo, de las imaginaciones, de la conciencia de las propias criaturas.

Por lo tanto, termino violentamente, pero se los puedo mandar el pequeño texto que he presentado. Sí me parece importante que hacia adelante las criaturas, los niños, las niñas, los adolescentes quieren encontrar formas concretas de poder decir: reconozco que esto es lo que ustedes llaman, nos van a decir a los adultos, democracia y capacidad de coparticipación.

Nosotros, como me dijeron los chicos de América Latina reunidos, preparando un evento que se iba a realizar con la gente de la organización Internacional del Trabajo, ellos me dijeron lo siguiente: no hablemos más de protagonismo, porque nos ha traído problemas, creen que son los que mandamos, hablemos de coprotagonismo, junto con los demás.

En primer lugar, junto con nuestra propia generación, junto con los que son como nosotros, de la misma edad, pero son de otro sector social, de otra lengua, de otra clase. Eso es fundamental.

Por lo tanto, que democracia e infancias y adolescencias entremos en esto que algunos estamos llamando el desborde de la explotación, que no está ligada solo a los niños pobres, a los niños que están en las calles, a los niños que trabajan, sino que está ligada a toda la nueva forma como el sistema hoy hace producir dentro del círculo de reproducción del capital a todas las criaturas mediante tecnologías y otras formas de pensar.

Les vuelvo a repetir, pidiéndoles disculpas por este atraso.

Y muchas gracias por la paciencia en los pocos minutos que he tenido el privilegio de dirigirme a ustedes.

Moderadora: Muchísimas gracias, Doctor.

Bueno, pues agradecemos mucho todo lo que nos comparte. De verdad nos deja llenos de reflexiones, una serie de conceptos para reflexionar.

Me parece muy importante esto de que hable de las infancias y de las juventudes como interlocutores válidos y de hablar de algo que les concierne.

Y bueno, no sé si el consejero quiera decir algo más.

Pues agradecemos mucho su tiempo, su presencia, por supuesto reiteramos la invitación a leer este libro.

Como vieron, ya aquí está el autor. Siempre nos invita, nos detona el interés por seguir investigando y conociendo lo que reflexiona.

Pues gracias a quienes nos siguen en línea y, bueno, no se pierdan las actividades que tiene el INE, porque ésta no es la última.

Gracias.

Ah, el libro es gratuito, por favor. Y también podrán encontrar la conferencia que vino a dar en línea, seguramente.

Buena tarde a todas las personas.

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