Moderador: (…) El Instituto Nacional Electoral en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara y también, quienes nos acompañan, a través de las transmisiones en las plataformas digitales, bienvenidas, bienvenidos a la presentación del libro “Cambio Climático, crisis ambiental y democracia. Reflexiones sobre gobernanza ambiental en el Antropoceno”, del Doctor Exequiel Ezcurra y de Paula Ezcurra.
Este es un cuadernillo que forma parte de la colección del Instituto Nacional Electoral, los Cuadernos de Divulgación Democrática, porque además de organizar elecciones, de tramitar nuestra credencial de elector, el INE tiene la facultad de difundir la cultura democrática, de promover la educación cívica y lo hace, entre muchas y muchas acciones y proyectos, a través de los libros que es, para mí en Lo personal, una de las acciones más eficaces de promover la cultura democrática.
Sin más, les explico, en primer momento, el Doctor Exequiel nos dará, nos presentará la obra, posteriormente, nos acompaña el Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral, Jorge Montaño, quien comentará el contenido de la misma obra, ambos tendrán 15 minutos para su participación y pues, sin abundar, quisiera presentar al Doctor Exequiel Ezcurra, quien es Doctor en Ecología por la Universidad de Gales y miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores de México.
Fue presidente científico de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas, editor del Journal of Vegetation Science. Presidente del Instituto Nacional de Ecología en México.
Decano del Museo de Historia Natural de San Diego, California y Director del Instituto para México y los Estados Unidos en la Universidad de California.
Por su trabajo a favor de la conservación del medio ambiente y la cooperación internacional, fue designado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias y miembro distinguido de la Ecological Society of American.
Actualmente es profesor distinguido de Ecología en la Universidad de California, desde donde impulsa varios proyectos de investigación colaborativa entre México y California.
Ha publicado más de 300 artículos, libros, capítulos y ensayos, y desarrolló el guion científico de la película documental Oasis Marino, galardonada con varios premios internacionales.
Ha recibido, entre otros reconocimientos el Conservation Biology Award, el Biology Fellowship, el Premio UAM a la Investigación, la Cátedra Miguel Alemán en Medio Ambiente y el Science Diplomacy Award de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias.
Doctor, adelante, además, la coautoría es con la Doctora Paola Ezcurra, pero dejo que el doctor nos explique la dinámica del libro.
Adelante, Doctor.
Autor, Exequiel Ezcurra: Muchísimas gracias. Todo un desafío hablar con toda la locura de ruido de la Feria Internacional del Libro, pero qué padre, qué padre que haya ese ánimo tan intenso alrededor del amor a los libros, que es realmente el amor a la cultura.
Este pequeño libro es hijo del coronavirus Covid-19. Empezó en el año 2022 cuando estábamos saliendo de la pandemia y me empieza a llamar el Licenciado Antonio Nava del INE, que es una persona que no acepta el no como una respuesta, a pedirme que escribiera el libro, y yo le dije: Oye, por qué no lo escribe el Doctor Sarukhán, que sí sabe del tema, o Julia Carabias, que sabe muchísimo del tema, y me dice: No, Doctor, el Comité Editorial del Instituto sugirió su nombre. Le digo: No tengo la menor idea por qué sugirió mi nombre, pero vamos a hacerlo.
Y yo tengo la suerte y aparte una cierta pasión por ello, que me encanta trabajar con mis hijas y tengo una hija que sí trabaja en serio en el tema de cambio climático, que ha publicado mucho en el tema, y que ahora está muy metida en el aspecto social y de gobernanza de cambio climático. Tiene un proyecto muy importante con todos esos grupos indígenas que fueron divididos de una manera terrible por la frontera entre México y Estados Unidos, por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, y trabaja con grupos indígenas, a los cuales a ellos sí el cambio climático les está impactando mucho y de maneras inesperadas.
Vamos a hablar un poco de eso.
Después la cosa siguió, yo me puse a trabajar, el Licenciado Nava se fue, cambió de Institución, y quiero agradecer muy especialmente a la Licenciada María Elena Cornejo Esparza, que fue la encargada de seguirme persiguiendo con el látigo para que me pusiera a trabajar, y a Sandra Barraza, la Directora de Difusión, que también realmente se han visto maravillosas en la interacción alrededor de la realización de ese libro.
Déjeme entonces que les platiqué un poco cómo tomé el desafío que me planteó el Instituto Nacional Electoral. Yo pensé que iba a ser una cosa relativamente fácil, pero es muy interesante los desafíos, ahora que todos me imagino tienen acceso a ChatGPT o a Google o a Inteligencia artificial, etcétera.
Lo primero que uno hace es meterse en la computadora a ver, investigar en la red qué hay sobre el tema y para mi asombré y un poco mi horror, me encontré que hay muy poco sobre el nexo entre democracia y cambio climático, lo cual es realmente sorprendente si uno lo piensa, porque posiblemente los dos grandes desafíos de nuestro tiempo son esos dos, si uno lo piensa en serio a futuro, ¿cómo vamos como humanidad a enfrentar la degradación masiva del medio ambiente? Y asociado a eso, cómo vamos como humanidad a generar un sistema de gobernanza y toma de decisiones que nos permita enfrentar una crisis ambiental, que espero convencerlos en un rato, realmente pone en riesgo la supervivencia de la vida sobre la tierra como se está planteando.
Pero, posiblemente porque las organizaciones internacionales como el IPCC y distintos organismos, el Convenio Marco de Cambio Climático, el Convenio de Biodiversidad, son todos convenios de Naciones Unidas, Naciones Unidas muy elegantemente no opina sobre los sistemas de gobierno de los países y por lo tanto, los documentos de Naciones Unidas sobre el tema de medio ambiente global y cambio climático realmente no tienen nada, vale la pena hablar de esos documentos del IPCC sobre el desafío de la gobernanza ambiental.
Entonces, decidí estructurar el libro en cinco capítulos fundamentales.
El primero lo llamé: “Los desafíos del Antropoceno”, pero básicamente fue una reflexión casi personal y espero que me entiendas esas reflexiones de viejito, voy a decirlo, porque lo he vivido a lo largo de mi vida.
Cuando yo estudié fisiología vegetal, en el año de, aquí va una confesión, en el año de 1970 cursé fisiología vegetal, nos enseñaron a aprender un número mágico, de todos esos números que los estudiantes tiene que aprender, la aceleración de la gravedad 9.8 metros sobre segundo al cuadrado; el número de Avogadro, que no se los voy a repetir porque no me acuerdo; la constante universal de los gases; y la concentración de dióxido de carbono en la atmosfera, había que aprendérsela, y yo de ésa sí me acuerdo hasta el día de hoy, 317 partes por millón.
Todavía en el año de 1970 cuando yo estaba en la universidad creía la comunidad científica que la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera era constante, que no cambiaba y que iba a ser siempre la misma y había que aprenderse ese número.
Y todos los cálculos de fotosíntesis los hacíamos basados en una presión parcial de gases en la atmósfera de 317 partes por millón de CO2, de dióxido de carbono.
Fue hasta un tiempo más tarde que de golpe empiezo a leer que un investigador de nombre Keeling, en la Universidad de California, yo no estaba en aquella época en la Universidad de California, estaba en México, había medido la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera arriba del volcán de Mauna Loa en Hawái y que estaba subiendo año con año, que no era constante.
Y empezó una preocupación porque el dióxido de carbono es opaco a la radiación infrarroja de no va a generar eso un calentamiento global de la tierra, pero es muy impresionante; bueno, y lo está generando, lo estamos viendo.
Nada más piensen ustedes en el huracán Otis hace un año y cachito en Acapulco, producto directo y concreto de la acumulación de temperatura en la costa del Pacífico mexicano. Y tenemos muchas miles de esas otras historias.
Cuando uno a lo largo de su vida ha pasado de esa epifanía, como dice James Joyce, esa apertura a una transición de que cuando yo era ni siquiera chico, cuando yo era joven, pensamos que el dióxido de carbono en la atmósfera era constante y ahora sabemos que no es constante y que los seres humanos lo estamos aumentando en el planeta, realmente le da a uno un pequeño escalofrío.
Déjenme que les dé otra, y voy a parar en eso, cuando empecé a estudiar biología, me encantaba, me encanta hasta el día de hoy visitar las milpas mexicanas, la agricultura inventada en Mesoamérica, porque es uno de los sistemas agrícolas más increíbles, más inteligentes, más maravillosos del planeta.
Y un buen milpero planta junto con el maíz, lo saben ustedes, calabaza y frijol, ¿verdad? Bueno, plantan las tres juntas, no las plantan separadas, un cultivo de calabaza acá, un cultivo de frijol acá, un cultivo de maíz allá, plantan las tres juntas. Y lo hacen porque el frijol tiene unas bacterias en la raíz, unas bacterias simbióticas que fijan el nitrógeno atmosférico.
Y eso es algo que los agricultores mexicanos saben de toda la vida, de miles de años, de hecho desde hace ocho mil años cuando empezó la agricultura mexicana acá, en el occidente de México y en la depresión del Balsas, que, si se planta el maíz con frijol, la cosecha es alta y es porque el frijol fija el nitrógeno atmosférico.
El ciclo del nitrógeno en el planeta, que a lo mejor se los enseñaron en la prepa era ese. El nitrógeno que está en la atmósfera en cantidades muy grandes lo capturas las bacterias de las raíces de las leguminosas, lo meten al suelo, de ahí lo aprovechan otras plantas.
Pero, he aquí que, hace algunas décadas, impulsados por la Primera y Segunda Guerra Mundial, la industria bélica aprendió a fijar el nitrógeno atmosférico, a través de una síntesis catalítica con energía eléctrica y lo usaban, porque el nitrógeno es un elemento muy importante en la fabricación de explosivos.
Cuando se acaba la guerra, empiezan a utilizar, la misma industria de nitrógeno para capturar nitrógeno para ofrecerlo a la agricultura.
Entonces, tenemos esos grandes campos agrícolas ahora, por ejemplo, en el norte de Sinaloa, donde siembran mil hectáreas de maíz sin el frijol, porque metemos industrialmente al nitrógeno.
Eso ha sido una explosión, una verdadera revolución agrícola y revolución no lo digo en un término necesariamente bueno.
En ese momento, el 60 por ciento de todo el nitrógeno que capturamos de la atmósfera no lo capturan las leguminosas, ni cae naturalmente a través de la lluvia, sino que lo capturamos en inmensas industrias que, para capturarlo queman cantidades ingentes de carbón y de petróleo, porque es un proceso que requiere muchísima energía.
En el Capítulo 1 analizamos eso en mucho detalle. Voy a pararla acá, pero quiero que reflexionen sobre este tema. Por primera vez, en los 3 mil 500 millones de años que tiene la vida sobre el planeta, por primera vez en estos últimos 50 años, una sola especie biológica, homo sapiens, es decir, nosotros, gobierna el ciclo del carbono y gobierna el ciclo del nitrógeno, los dos ciclos más importantes que mantiene la vida sobre la tierra.
Es decir, nosotros, los humanos, como especie biológica, de golpe nos hemos apropiado en medio siglo de 3 mil 500 millones de años de flujos de vida y lo manejamos nosotros, para bien o para mal, con conciencia o sin conciencia de ello.
Las consecuencias, en general lo hacemos desafortunadamente con poca conciencia, lo que estamos haciendo. Las consecuencias de eso son inmensas, porque el nitrógeno industrial que aplicamos se lava de los suelos agrícolas, contamina nuestros lagos, contamina nuestros ríos, todos ustedes si viven en Jalisco saben que ninguno de ustedes se puede bañar en el río Santiago, lo más probable es que se muera si lo hace, y eso es básicamente producto del exceso de fertilizantes y de residuos industriales.
Hemos destruido realmente los ciclos de la vida sobre el planeta con poca consciencia de eso.
El siguiente capítulo, me voy a ir muy rápido ahora, sobre el cual quise hablar en el libro, es también un tema que ojalá nuestros políticos tuvieran más consciencia, que es lo que se llama “los servicios ecosistémicos”. Durante muchos años creímos que nosotros éramos los dueños del planeta y que no necesitábamos ecosistemas silvestres para sobrevivir.
Vean solo un ejemplo que analizo en el libro de decenas de otros ejemplos. La mayor parte de la población de México, de hecho la mitad de la población de México vive a lo largo de ese corredor biológico que se llama “el eje Neovolcánico transversal”, que es esa maravillosa cadena de volcanes que empieza en el Pico de Orizaba y acaba en el Nevado de Colima.
Y en todas esas montañas y volcanes hay bosques. Esos bosques es donde se captura el agua que bebemos todos nosotros, se captura en estos bosques, baja por las laderas y finalmente rellena nuestros acuíferos.
Entonces durante mucho tiempo hemos talado esos bosques, convencidos que lo único bueno que nos daban era madera; es más, y esto es para los que son jóvenes espero sorprenderlos y que levanten las cejas, todavía en la década de los 70s, cuando yo era un joven estudiante, después investigador, México tenía una Comisión Nacional de Desmontes, cuyo objetivo fundamental era talar los bosques, porque se consideraban tierras improductivas, y convertirlos en campos agrícolas que se consideraban tierras productivas.
Había un esfuerzo del Gobierno Federal con el dinero de todos los que pagamos impuestos para eliminar los bosques de México, y eso otra vez no fue en la colonia, no fue durante el Imperio Azteca, fue cuando yo era un joven investigador, todavía enfrentamos eso.
Bueno, pues resulta que los bosques con sus árboles silvestres y con sus plantas silvestres son las que nos mantienen vivos, pues están capturando bióxido de carbono, limpiando la atmósfera de la horrible contaminación de nuestras ciudades y fijando agua, sin ellos no podríamos vivir, que es muy fácil calcular, y está dicho en el libro, cada kilómetro cuadrado de bosque en el Eje Neovolcánico, produce agua para unos cinco o seis habitantes, con un valor de un cuarto de dólar el litro de agua en, perdón, en metro cúbico de agua en lo que pagamos de tarifas, cada kilómetro cuadrado de bosque nos produce al año en el orden de tres a cuatro mil dólares de servicios hídricos al año, más de lo que produce un campo agrícola sin hacer nada, nada más dejando que la vida silvestre que crezca ahí.
En el mismo tomo del libro hablamos de la diversidad bilógica y de porqué también durante años creímos que la diversidad biológica era, como muchas veces me decían a mí y yo estudié agricultura como el Doctor Meli también, peor después hubo un momento que dije: “Lo que a mí me interesa es conservar la vida silvestre” y muchos de mis amigos que habían estudiado agricultura como yo, me decían: “Exequiel, a ti te gusta la protección de plantitas y animalitos” en el momento que lo ponen como diminutivo suena como una actividad fútil y son mayor importante ¿verdad?
Bueno, resulta que la biodiversidad es lo que mantiene nuestros bosques, mantiene nuestros manglares, mantiene nuestras pesquerías; la diversidad biológica, la riqueza de especies en México y en el planeta es lo que permite que nosotros vivamos, sin esa diversidad nosotros no estaríamos vivos.
Ya les voy a dejar de torturar, un poquitito más ahora; el último punto, hasta acá pura bilogía lo que tiene el libro, explicando un poco la razón de las crisis ambientales.
Pero un punto muy importante en eso que es la parte social de la crisis ambiental, lo que se llama la justicia ambiental.
Resulta que, si uno se pone a investigar en detalle el problema, va a encontrar que no todos sufrimos igual la crisis ambiental, déjenme que les diga un ejemplo lejos de México y después les daré ejemplos más dolorosos cercanos a nosotros.
Lejos de México tenemos el ejemplo paralelo de dos países, los Países Bajos, antes Holanda, que mucha parte está por abajo del nivel del mar y están empezando a sufrir el ascenso al nivel del mar que produce el calentamiento global porque se derriten los Glaciares, pero los holandeses tienen los recursos para construir diques, muros, vallas y están enfrentando perfectamente bien el ascenso del nivel del mar.
Los habitantes de las Islas Salomón en el Pacífico o del maravilloso Archipiélago de Kiribati, dos grupos de islas que cuya parte más alta es un metro por encima del nivel medio del mar, están teniendo que abandonar sus islas e irse a vivir a Australia, a Nueva Zelandia o a Asia, porque el ascenso del nivel del mar los está matando, no tienen cómo contrarrestarlo.
Ahora, piensen esto, los habitantes de Kiribati nunca han usado combustibles fósiles, nunca han usado carbono, tienen piraguas a vela y viven de la pesquería que sacan en los corales, no han contribuido en absoluto al fenómeno del cambio climático global y son los que están pagando las consecuencias del cambio climático global.
Los holandeses han tenido una industria, como todos los países de Europa, basado en el consumo masivo de carbono, han contribuido de manera significativa al cambio climático global, pero tienen los recursos y la riqueza para poder liberarse de ellos.
Eso es clarísimamente una inmensa injusticia, lo que llamamos injusticia ambiental.
Ahora, ustedes dirán “bueno, ocurre entre Holanda y las islas del Pacífico, ¿no? Pero piensen ustedes, por ejemplo, en la Ciudad de México, un caso que he estudiado muy bien, los habitantes en Bosque de las Lomas tienen agua, abren la llave y sale agua, no quieren saber de dónde viene, pero sale agua; pero el agua viene para Bosque de las Lomas o para Lomas de Chapultepec viene de la cuenca del Lerma y de la cuenta del Río Cutzamala donde hay campesinos que se han quedado sin agua o estamos bombeando esa agua a la Ciudad de México. Es un caso clarísimo de injusticia ambiental.
Los habitantes de Chalco y de Ciudad Nezahualcóyotl, a donde se han mudado las bombas que bombean el agua, se están hundiendo cada vez más y cada vez que hay una lluvia fuerte en la Ciudad de México el drenaje se revierte y sus colonias enteras se inundan con el drenaje de la Ciudad de México, con un problema de salubridad infantil inmenso.
Pero eso no impacta a todo el mundo igual. Mi hija que es clasemediera y vive en la Magdalena Contreras no tiene problemas de agua o de inundaciones.
Lo que quiero decir con esto es que los impactos de la tragedia ambiental se reparten de manera inequitativa entre las poblaciones y normalmente entre las poblaciones que más tienen y las poblaciones que menos tienen.
Y no hace falta ser un radical de ultraizquierda para darse cuenta de esto, es un fenómeno que está ocurriendo, que es visible, que lo podemos observar.
El problema de justicia ambiental y la necesidad de enfrentar la injusticia ambiental ya se han convertido en un problema mayúsculo para México.
Yo trabajo apoyando a grupos de migrantes mexicanos que llegan a California, con una asociación civil que trabaja con ellos y cada vez más tenemos migrantes urbanos.
Hace 20 años, los migrantes mexicanos venían de zonas agrícolas que se habían empobrecido, ahora tenemos migrantes de la Ciudad de México, de toda el este de la Ciudad, de Tláhuac, de Chalco, de Nezahualcóyotl y la razón que argumentan es ambiental, que se inundan con aguas negras cuando llueve, que no tienen agua durante la temporada de secas, que las enfermedades respiratorias, cuando hay tolvaneras son inmensas y que ya, la condición se ha hecho, la situación se ha hecho realmente imposible para ellos y que han decido buscar nuevos horizontes y migran hacia otras partes, incluyendo los Estados Unidos.
Ese es un problema mayúsculo que tenemos que enfrentar en todo el país y pudiera darles ejemplo de muchísimas otras partes.
Entonces, ahora sí, vamos al capítulo final, ya le voy a parar, me dieron 35 minutos, ¿no? Estoy tomando el tiempo, quiero ser respetuoso con el público también.
Voy a cerrar con realmente el desafío que me dio el Licenciado Nava, cuando me llamaba, me daba lata, día por medio para que me pusiera a trabajar en el tema. Hasta acá, mi miedo cuando narro esas cosas es deprimir al auditorio, que el auditorio diga: “Bueno, ahora sí que ya nos llevó el tren. ¿Qué vamos a hacer? Vivimos en un país de profunda injusticia ambiental. Vivimos rodeados de problemas ambientales inmensos, no hay mucho que pueda hacer”.
Entonces, mejor me compro una Hummer. ¿Cómo se llama el camión nuevo de la Tesla, que está hecho de acero? Me compro un monstruo. El Cybertruck, me compro un Cybertruck y ya a la fregada. ¿Qué vamos a hacer? No vamos a hacer nada.
No, resulta que sí se pueden hacer muchas cosas y esa es la parte que quise resaltar en el último capítulo. Tenemos, no solo tenemos el derecho, yo siento que tenemos la obligación del optimismo y de imaginar un futuro esperanzador por nuestros hijos, por nuestros nietos, por la humanidad toda y déjenme que les mencionen algunas cosas.
Unas son las historias de éxito, a lo largo, otra vez, una de las pocas ventajas de empezarse a hacerse ya viejito, viejito, es que uno he vivido mucho. Yo he vivido varias historias de éxito.
Cuando yo estudiaba en Inglaterra, haciendo mi doctorado, como bien leyó acá mi compañero, en la Universidad de Gales había una preocupación inmensa por lo que se llamaba “la lluvia ácida”. A lo mejor ustedes han oído hablar de la lluvia ácida, ahora ya nadie está preocupado por la lluvia ácida.
Bueno, la lluvia ácida era un fenómeno, producto del uso de carbón en Europa, el carbón tiene mucho azufre; al quemar el carbón el azufre sale como óxido de azufre que se combina con el agua en las nubes, en la atmósfera, y cae, precipita como ácido sulfúrico. Los europeos estaban recibiendo la precipitación de ácido sulfúrico que le estaba disolviendo todos los monumentos de mármol por ejemplo, que se disuelve con el ácido sulfúrico.
Había una preocupación muy seria de la lluvia ácida, y, bueno, en un momento llegó a ser tan intolerable que se juntaron todos los países y dijeron: tenemos que organizar una economía sin emisiones de azufre, y fue muy doloroso, muy costoso, muy difícil, pero lo lograron, la lluvia ácida no es en este momento un problema.
Tan es así que ayer inauguraron, hay que celebrarlo, la Catedral de Notre Dame después del incendio, se inauguró ayer, y están las gárgolas de Notre Dame que estaban derretidas por la lluvia ácida, las han restaurado perfectamente.
Estaba pensando: bueno, ya no queda si quiera la memoria de la lluvia ácida en Notre Dame.
Otra historia de éxito tiene que ver con México, y es muy interesante. En el año 73 nos enteramos por las investigaciones de un joven en ese momento químico mexicano de nombre Mario Molina, de que lo que se llaman los gases propelentes, que son los gases que se usaban para impulsar aerosoles y también más importante para impulsar los equipos de refrigeración que tienen el raro y largo nombre químico de clorofluorocarbonos, que los clorofluorocarbonos que había encontrado Mario Molina no se descomponían en el momento que uno se ponía desodorante en aerosol se iban a la atmósfera y eventualmente llegaban a la estratosfera, donde se combinaban con la radiación ultravioleta y desarmaban las moléculas de ozono, que son el escudo que tiene la tierra contra la radiación ultravioleta, pues una preocupación muy seria, y es el famoso agujero de ozono en la tierra, empezó a faltar ozono.
Y una preocupación seria sobre el futuro del plantea, a partir de las investigaciones de Mario Molina, algo que no muchos saben.
Uno de los grandes éxitos ambientales del siglo XX se lo debemos a un notable mexicano, que después, muchos años después fue reconocido con el Premio Nobel por sus hallazgos.
Pero el chiste es que hubo un momento que siempre se vio una preocupación muy seria, la cantidad de ozono; perdón, la cantidad de radiación ultravioleta que estaba llegando ya era mucho más alta, había casos preocupantes de incremento en cáncer de piel y los países se juntaron, se pusieron de acuerdo y tuvieron que resolver un problema mayúsculo que fue generar una industria sin cloro, flúor o carbonos; pero lo logramos, se puso a trabajar la inventiva humana, a fabricar alternativas a los propelentes y en ese momento el agujero de ozono es una preocupación del pasado, lo hemos superado.
Tengo muchas otras historias similares, de también, fíjense una cosa muy interesante, algunas ciudades en el mundo, para mí uno de mis casos favoritos es la ciudad de Curitiba, en Brasil, donde un día se juntaron; tiene una apreciación comunitaria muy grande en Curitiba y los habitantes de Curitiba dijeron: “Bueno, ¿cuál es el problema del cambio climático?, ¿qué tenemos que hace para reducir el cambio climático a nivel mundial?”.
Dijeron: “Bueno, usar menos el carro, ser más eficiente en el consumo de energía, tener más áreas verdes, plantar árboles”. Dijeron: “Bueno, si hacemos eso en nuestra ciudad, suena como que va a ser una ciudad muy agradable”.
Entonces, los curitibences se dieron cuenta que perseguir las metas globales del cambio climático, era también perseguir un modo de vida diferente para su ciudad.
Y Curitiba, el día de hoy es un modelo mundial, viaja gente de todas partes del mundo para ver cómo lo han hecho. Todo el mundo se mueve en transporte público, no tiene esos inmensos líos de tráfico que tenemos en Guadalajara o Ciudad de México, no se me ofendan, pero realmente sí tenemos un problema muy serio de tráfico en nuestras ciudades.
Todos se mueven en transporte público, han plantado áreas verdes a diestra y siniestra, recuperaron los bosques de la Araucaria Brasilera que los habían talado totalmente y es una ciudad de inmensa calidad de vida.
Muchas otras ciudades en otras partes del mundo han hecho lo mismo, entonces una de las cosas que nos tenemos que dar cuenta y no quitar el dedo del renglón con nuestras autoridades, es contribuir a resolver el cambio climático global, es tan bien contribuir a dar una nota de esperanza a nuestra traza humana. A nuestras ciudadanes, haciendo ciudades más humanas, más vivibles, más a la escala de los seres humanos.
Estamos realmente diseñando ciudades para automóviles y no para seres humanos, pensemos en fabricar ciudades o diseñar ciudades para personas nuevamente y vamos a contribuir de una manera inmersa al cambio climático o a resolver el cambio climático.
Ya voy a parar, porque ahora sí ya van los 35, voy a cerrar con esta reflexión.
El libro tiene toda una reflexión al final sobre distintos sistemas de gobernanza, hay mucha gente, con horror me di cuenta, que creen que para resolver la crisis ambiental planetaria tenemos que tener una especie de despotismo ilustrado.
Y el ejemplo clásico es Singapur, donde tienen un partido único, un presidente autoritario que ha logrado unos logros increíbles en materia ambiental y de educación, Singapur está siempre en los primeros tres países en el mundo a nivel educativo, etcétera.
Y suena atractivo, muchos investigadores han dicho “bueno, por qué no buscamos resolver el problema ambiental con gobiernos autoritarios que se animen a hacerlo”.
El problema en mi opinión, y lo he estudiado bastante para el libro, lo van a ver, es que tener un déspota ilustrado nos mete en el riesgo de a lo mejor tener un déspota no ilustrado. ¿Y quién lo controla? Porque las grandes tragedias ambientas del planeta han ocurrido también en países autoritarios.
Les voy a dar sólo dos ejemplos. La tragedia del Mar Aral, un mar interior en el centro de Asia, en la frontera entre los países del sur del Oriente Medio y la ex Unión Soviética, que por decisiones del Comité Central en Moscú, se decidieron represar ríos y mandar agua hacia el norte y el Mar Aral se ha secado, es un inmenso mar muerto, son 50 mil kilómetros cuadrados muertos en el centro de Asia, una verdadera tragedia ambiental. Dicen “cómo nadie se dio cuenta de esto”.
Y otro que no tengo por qué extenderme mucho es la tragedia de Chernóbil también, que fue manejada pésimamente mal por un gobierno centralista y autoritario, que no fue capaz de darse cuenta a tiempo y proporcionar a su sociedad lo que para mí son los elementos más importantes.
No sólo necesitamos, y con esto voy a cerrar, no sólo necesitamos participación democrática en una democracia electoral, que es absolutamente necesario para enfrentar las tragedias ambientales, pero también necesitamos defender a ultranza todo los que estamos preocupados por el medio ambiente, el acceso a la información y la transparencia informativa.
Tenemos que saber cómo es nuestra calidad del aire, cómo es nuestra calidad de agua y tenemos que tener acceso a poder platicar con nuestras autoridades para mostrarles y convencerlos de la verdadera dimensión de la tragedia ambiental que estamos viviendo en muchas partes del planeta.
Pero yo estoy convencido que si lo hacemos así, sí vamos a poder revertir la crisis del cambio climático, como hemos revertido tanto de la biodiversidad, dicho sea de paso, como hemos podido revertir tantos otros desafíos que se ha planteado la humanidad.
Muchísimas gracias.
Moderador: Muchas gracias, Doctor.
Nos ha planteado y a mí en lo particular me queda la reflexión sobre cómo sí debemos vincular los dos, para mí los dos grandes desafíos de la actualidad que es: frenar el cambio climático y la defensa de la democracia y la afección democrática.
Y pensaba en la primera parte de su intervención en una reflexión que, a mí, que hace poco leí de Yuval Noaḥ Harari, que él dice que la humanidad somos adictos y adictas a tener poderes que no podemos controlar.
Y lo que usted decía sobre cómo en los últimos 50 años, la humanidad tiene el poder de controlar el CO2 y el nitrógeno me llevó a esa reflexión.
Muchísimas gracias.
A continuación, le cedo el uso de la voz para comentar la obra al Consejero Jorge Montaño Ventura, quien es Licenciado en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Cursó la maestría en Derecho Constitucional y Amparo y actualmente elabora trabajo de investigación y publicación para la obtención del grado de doctor en Derecho.
Tiene diversas publicaciones en democracia, cultura democrática, fue en Tabasco Consejero Electoral del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco. Fue Magistrado del Tribunal Electoral de Tabasco, presidió el Tribunal Electoral en Tabasco.
En 2021 fue nombrado Fiscal Especializado en Delitos Electorales de la Fiscalía General del estado de Tabasco y actualmente se desempeña como Consejero Electoral del Consejo General del Instituto Nacional Electoral nombrado por la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.
Consejero, adelante con sus comentarios.
Consejero Electoral del INE, Jorge Montaño Ventura: Muchas gracias.
Pues, buenas tardes a todas y a todos, es un gusto saludarles y darles la bienvenida, que nos acompañen aquí en este espacio de la cultura democrática del Instituto Nacional Electoral y por supuesto agradecer a las autoridades que nos acompañan también del Instituto Nacional Electoral, la Maestra María Elena Cornejo de la DECEYEC.
Así como también la Consejera Claudia Zavala, mi colega, con la cual integramos la mesa del Consejo General, así como también a consejeras y consejeros de los Institutos Electorales Locales de Tabasco, de Guanajuato, Nayarit y Coahuila, y también todas y todos bienvenidas.
Y un gusto y un honor para mí poder estar aquí comentando esta importante obra, de la cual muy acertadamente y con toda la claridad y con los puntos en las íes, nos ha venido explicando su autor Exequiel.
Exequiel Ezcurra, ya hablábamos de los términos gales, catalán, habla uno de cómo a veces la escritura y la pronunciación, porque hablábamos de, vasco, sí, perdón, tenía que ver con algo de la madre patria, y hemos escuchado esta importante obra.
Yo tuve la oportunidad de que me la compartieron y por supuesto darle una lectura, había, elaboré igual un pequeño resumen, pero ya escuchándolo de viva voz aquí del autor y que va en coautoría con su hija, Doctora Paula, digo, es muy distinto, bien decían que no hay como lo presencial a lo virtual, hoy estamos de manera presencial, para mí esto era un poquito más virtual, el haber tenido la oportunidad de leer esta importante obra.
Y, bueno, también agradecerle aquí a Carlos, consejero del Instituto Electoral, anfitrión aquí del estado de Jalisco.
Hablar de esta importante obra, donde efectivamente aquí Paula y Exequiel, el desarrollo de los capítulos de este libro nos vienen hablando de la importancia que reviste precisamente lo que es tener una visión ecológica que debe ir de la mano también de la cultura democrática.
Bueno, ¿pero qué tiene que ver? Por supuesto que en la democracia, que es la expresión donde se llevan a cabo la elegibilidad de quienes toman las decisiones, o sea el gobierno, que lleven a cabo planes concretos, tangibles, aterrizables, que se puedan materializar, que no solo sean de un discurso de una campaña y que no puedan llegarse a concretar en beneficio de toda una sociedad, que hoy más que nada nos exige precisamente que se respete ese equilibrio ecológico, y que vayamos buscando el rescate de lo que es la biodiversidad, como bien comentaba ahorita aquí su autor.
El tema viene más allá, los esfuerzos que se han venido encaminando de personas, ya hablaba de las autoridades de quienes toman las decisiones, hablábamos de la gobernanza.
El esfuerzo que se ha venido dando precisamente encaminado a que podamos nosotros mantener y preservar lo que son los recursos naturales.
Concretamente, bien lo señalaba, haciendo historia de cómo el Premio Nobel aquí en nuestro país el Doctor Mario Molina, tuvo a bien advertir lo que era y que fue noticia en los 80´s, yo estaba todavía en la secundaria, ahí saquen cuentas.
Hablábamos del famoso en ese momento, término que era la capa de ozono, que era el agujero la capa de ozono, que incluso hasta hacíamos nosotros en el bien sentido del humor en las escuelas: “oye es que dijeron que van a contratar personal para que vaya a reparar la capa de ozono”, ah, pues vamos a ver quién se anota.
Todavía en ese tiempo, todavía lo veíamos hasta cierto punto lejano, pero nos alcanzó de ahí, entonces los gobiernos también vienen haciendo esfuerzos encaminados, se dio en nuestro país, concretamente en la capital, el Hoy No Circula, que fue un programa que iba encaminado precisamente a reducir la contaminación derivada de los vehículos que consumen combustibles fósiles.
Y ahí se fueron dando estos pasos, a nivel global se han hecho acuerdos muy importantes para reducir precisamente las emisiones de gases que originalmente van a la atmósfera y que nos han llevado a otro término ya más actualizado, que es el llamado “efecto invernadero”.
Entonces, hablamos cómo va concatenado la ecología, como va la preservación del medio ambiente, la naturaleza con la democracia; como lo he venido señalando, tenemos también que encaminar políticas públicas, insisto, aterrizarles que se puedan materializar y que no solo sea en discurso para que podamos nosotros seguir abonando a esos esfuerzos internacionales, no solo de personas sino también de asociaciones,
Y señala muy bien el tema de la contaminación, de los mantos acuíferos, al dar cuenta aquí de mi síntesis curricular, yo soy originario en un estado del sureste donde se ha venido dando este fenómeno, la contaminación de los mantos acuíferos y lo que ha desencadenado ese desequilibrio ecológico, entonces se ha dado inundaciones, en el sureste en el 2007 en el estado de Tabasco se vivió la inundación histórica, se fue la mitad de la capital con consecuencias no sólo de biodiversidad, sino también en su economía.
Y como bien señala el autor, aquí los grupos en desventaja, los grupos vulnerables son los que más resentían este tipo de situaciones, perdían parte de su patrimonio y con esto se desencadenaban temas de salud, no era sólo por el consumo del agua, sino por lo que acarrea que una creciente luego al bajar, al irse el agua que se encontró estancada un cierto tiempo también trae consecuencias ya en el tema de salud pública.
Entonces hablar del cambio climático, que hoy tenemos ya también, escuchamos, bien decía aquí nuestro Doctor, el tema de vehículos ya ecológicos y todo, una marca, no le hagamos propaganda, nos van a cobrar el comercial; pero bueno, era un vehículo por una empresa muy conocida, ya son vehículos, algunos son híbridos y algunos ya son vehículos completamente eléctricos.
Aquí se han ido buscando los esfuerzos precisamente para minimizar un poco lo que son estos efectos precisamente del cambio climático, pero hay voces que señalan que es irreversible, que tendrían que pasar cientos de años para poder recuperar el mismo estatus que teníamos hace 200, 300 años.
Y quienes señalan esto se atreven incluso a llevar fotografías de la Antártida de 1900 y a cómo está ahora en el 2020, fotografías donde señalan el deshielo también que ha venido, y que eso es parte también de la contaminación y de esta desestabilización que se ha venido dando precisamente en lo que es la naturaleza, en la biodiversidad no de nuestro país, sino de todo el planeta en su conjunto.
Aquí tenemos nosotros, en nuestro caso como autoridades encargadas de organizar elecciones y también de promover la cultura democrática a través de importantes obras, como ésta que tenemos el día de hoy, encaminar en las personas que buscan o pretenden tomar decisiones importantes en beneficio de la sociedad, que no se olviden que hoy tomar decisiones en favor de preservar el medio ambiente son decisiones que van a impactar a las generaciones que nos van a suceder.
No puede ir divorciado el hecho de la toma de decisiones con el cambio climático.
Hablaban, Doctor Veterinario, Médico Veterinario. Agrónomo, perdón.
Hay niveles, ¿sí? Perdón.
Entonces, nos comentaba también el autor de, pues, la base alimentaria en nuestro país, el maíz, la siembra de maíz, el cultivo de la tierra y cómo se realiza.
Bueno, también se han llevado plantaciones, he visto algunas plantaciones muy grandes de melina, teca, que lo que he escuchado de quienes saben esto es que absorben y consumen demasiada agua y esto lleva, por supuesto a la reducción de la capacidad de los mantos acuíferos.
Esto ha venido, tiene, va concatenado, porque no solo es la contaminación, sino también la reducción de los mantos acuíferos al cambiar los cultivos o la búsqueda también de poder sostener una mejor, proveer mejor. Incluso la alimentación, a través de la cultura, pues ha llevado a una sobre explotación también de la tierra, a utilizar químicos para acelerar también el crecimiento de los cultivos o mejorar también los cultivos.
Entonces, ya los mantos acuíferos reducidos y algunos también por la contaminación, como el caso de la actividad petrolera subterránea se han contaminado los mantos acuíferos y esto es lo que llega a nuestros hogares, el consumo del agua potable, que es agua entubada mayormente en nuestro país, no es agua potable.
En otros países sí pueden decir categóricamente que el agua que consumen desde el grifo es agua totalmente potable.
Entonces, ese cambio también que se ha hecho del uso del suelo, de la tierra para los cultivos, de los nuevos cultivos y la deforestación que se dio, que se convirtió en una política de Estado, que era: vamos a deforestar para sembrar cultivos o para la cría de ganado, para hacer grandes extensiones de ganadería, eso se dio mucho en el sureste.
La Selva Lacandona es un mudo testigo de esto que sucedió y bueno, no se veía, no se consideraba, no se le daba la importancia, la relevancia a lo que era preservar precisamente nuestro entorno natural, nuestro ambiente y ello, conlleva también, esa diversidad que existe de fauna en estos lugares.
Ya hoy hablamos incluso de especie que se encuentran en peligro de extinción, pero ha sido toda esta labor del hombre lo que ha venido llevándonos a tener hoy este panorama desolador, pero alentador con personas que hacen un estudio, un análisis, como el caso del autor en esta obra, de lo que ha sucedido, pero también de lo que podemos hacer, no solo lo deja en relatarnos, en hacernos ver lo que es el cambio climático, las consecuencias, sino también que todavía lo que podemos y lo que debemos nosotros hacer para lograr tener resultados exitosos.
Y habla de un término, no me quiero equivocar, el término de Antropoceno, o sea yo lo tomé de la obra como precisamente esa, los seres humanos asumimos que si actuamos como una especie dominante, pero esa especie dominante que somos no está tomando las decisiones o las mejores decisiones, por no decir que no son decisiones correctas.
Felicitarle a los autores, por supuesto Exequiel, Paula, y también invitarles a que podamos dedicar el tiempo a un tema tan importante como es precisamente el cambio climático, la preservación del medio ambiente y las consecuencias que nos va a llevar el que nosotros hoy, que todavía consideramos estamos a tiempo, podamos hacer acciones que puedan revertir o por lo menos restringir el avance de lo que es la vida en nuestro planeta.
Felicidades nuevamente, y gracias a ustedes por dedicarnos su generoso tiempo para escucharnos y poder compartir y comentar con ustedes obras tan importantes, como esta que son de la colección que tiene el Instituto Nacional Electoral en estos libros de divulgación que tenemos precisamente en el Comité Editorial.
Muchas gracias a todas y a todos.
Moderador: Muchas gracias, Consejero.
Para cerrar y despedirnos, simplemente el doctor decía al inicio que le costó mucho trabajo encontrar investigaciones, documentación con la relación del cambio climático y la democracia, este libro se suma a esta producción editorial y a esta información pública que debemos de tener para relacionar la defensa y la protección del medio ambiente y la democracia.
Cierro con una reflexión: para frenar el cambio climático necesitamos más y mejor democracia.
El Doctor hablaba del acceso a la información pública, también en el último capítulo menciona como a través de formas de participación ciudadana en el Ecuador, se frenaron acciones depredadoras del medio ambiente.
Aquí en Jalisco, por ejemplo, y cierro, hay un grupo de ciudadanos que se está activado para presentar una iniciativa ciudadana para dotar de personalidad jurídica al Lago de Chapala y así poderlo defender.
Es a través de estas formas democráticas como podemos preservar el medio ambiente, pero sin democracia, sin estos recursos democráticos será complejo frenar la depredación del medio ambiente.
Por eso es fundamental defender la democracia, defender el medio ambiente y frenar el cambio climático; esta obra abona esa reflexión compleja y conjunta.
Muchísimas gracias, doctor.
Muchas gracias, Consejero.
Les invitamos a consultarlo y cabe más abundar que es completamente gratuita esta obra, la podrán encontrar también de manera digital.
Muchísimas gracias y buenas noches a todas y a todos.
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