Gracias, Presidenta.
Primero que nada, buenos días a todas y a todos.
Con la anuencia de mis compañeras y compañeros Consejeros Electorales y los medios de comunicación que siempre, de manera puntual, dan seguimiento a las actividades que realizamos en este órgano electoral.
Por supuesto, al público en general que nos sigue a través de las diversas plataformas de esta institución.
Y de manera muy especial, el día de hoy, igual, quiero señalar la asistencia y el siempre apoyo que nos brindan las autoridades locales. Me refiero a las presidencias de los Institutos Electorales Locales de cada una de las entidades federativas de nuestro país.
Bienvenidas y bienvenidos, como siempre saben, del respeto que tengo por todos ustedes, todas y todos ustedes.
Así también, por supuesto, a las y los titulares de las Vocalías Ejecutivas de los 32 estados, las representaciones que tiene el Instituto Nacional Electoral, en cada una de estas entidades. Igual, bienvenidas y bienvenidos, todas y todos.
Y gracias por acompañarnos en este día histórico donde no existe un precedente para llevar a cabo un proceso electoral del Poder Judicial, en México.
También, por supuesto, agradecer la presencia de magistrados electorales de los tribunales electorales locales de nuestro país, de la República Mexicana y también a
fiscales electorales, fiscales especializados en delitos electorales de las Asociación Mexicana de Fiscales Electorales.
Sean bienvenidas y bienvenidos, es muy halagador ver que están participando con nosotros, siempre lo he dicho, forman parte de un trípode electoral, somos una familia electoral, tenemos distintos apellidos, pero el nombre es el mismo.
Entonces, vamos a un proceso donde todavía tenemos que estudiar precisamente las normas secundarias, cómo vamos a transitar con ello, como bien señalaron quienes me han antecedido, ya se está trabajando en ello y por supuesto que en lo local vamos a trabajar de la mano con las 300 juntas distritales con las que cuenta el Instituto Nacional Electoral a lo largo y ancho de este país y que sin duda muchas de ellas nos están viendo a través de las plataformas y va para ellas un saludo y nuestro reconocimiento también por el gran trabajo que realizaron el pasado proceso electoral y que sin duda, en este proceso extraordinario nuevamente van a refrendar ese profesionalismo.
Y hablando del trípode electoral, es un proceso electivo y donde va a ser importante la participación, no solo de este órgano electoral administrativo encargado de organizar este proceso, sino también de las autoridades jurisdiccionales y, por supuesto, de las autoridades penales electorales.
Es una triada electoral y como tal nos debemos de ver integrados las tres instituciones que participamos.
El día de hoy iniciamos una nueva etapa para la vida política de nuestro país, ya que seremos testigos de un proceso electoral único e innovador para democracia mexicana, en el que por primera vez elegiremos a las y los juzgadores del Poder Judicial, ello derivado de una reforma constitucional que entró el pasado 16 de septiembre de este año, cuyo artículo transitorio segundo establece que este proceso electoral deberá iniciar con la primera sesión que celebre el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, esto es dentro de los siete días posteriores a su entrada en vigor.
Estamos ante la presencia de un proceso histórico que marca una nueva ruta para la justicia mexicana, ya que esta reforma es la expresión y el acuerdo de la regla democrática de las mayorías, que es la voluntad del pueblo representada en el poder constituyente.
La construcción democrática nos exige asumir responsabilidades que redunden en el fortalecimiento de nuestro sistema electoral, el cual hemos venido diseñando a lo largo de más de medio siglo bajo la premisa de que la participación de la ciudadanía en la vida pública debe ser transparente y libre, en aras de que las elecciones garanticen la expresión de la voluntad popular.
No podemos soslayar que, gracias al trabajo de la ciudadanía mexicana y su participación en todos los procesos electorales, se han generado grandes acuerdos para el diseño de las reformas electorales que en cada momento de nuestra historia responden a las exigencias de contar con elecciones auténticas y confiables.
Lo anterior nos demuestra que la participación de la ciudadanía en las elecciones ha sido determinante, no sólo para la construcción del Estado de Derecho, sino también para motivar que las reformas constitucionales vayan encaminadas a garantizar que esa voluntad sea posible y que se respeten los derechos políticos de todas y todos los ciudadanos mexicanos.
Esta dinámica de participación ciudadana y reformas constitucionales en materia electoral ha tenido como principal objetivo generar condiciones para mejorar la vida pública y la certeza de que vivimos en una República con el respeto al orden jurídico constitucional.
Estamos en el arranque de la etapa de preparación de una elección de cara al año 2025, la cual permitirá que las y los ciudadanos a través del voto popular puedan elegir los cargos para ocupar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como diversas magistraturas de Circuito, juzgadoras y juzgadores de Distrito, integrantes de la Sala Superior y salas regionales en materia electoral, y del Tribunal de Disciplina Judicial.
Esta Reforma busca salvaguardar mecanismos democráticos que permitan a la ciudadanía participar activamente en los procesos de elección de las personas juzgadoras, con el propósito de que sus integrantes sean responsables de las decisiones que adopten frente a la sociedad, pero que también sean sensibles a las problemáticas que aquejan a la ciudadanía, representando la polaridad cultural, social e ideológica que conforma la Nación para contar con un poder del Estado que constituya un pluralismo jurídico abierto, transparente, participativo, gratuito y con auténtica vocación de servicio público, según se señala en la propia exposición de motivos de la Reforma.
Estamos ante un cambio de paradigma en nuestro sistema electoral y el ejercicio del voto de la ciudadanía, porque cambiar el diseño estructural, electivo y de organización del Poder Judicial es un reto fundamental para el Estado mexicano y, en especial, para el Instituto Nacional Electoral.
Estoy seguro de que el INE garantizará el cumplimiento de las disposiciones legales y constitucionales, observando los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad, objetividad y paridad de género, procurando en todo momento un proceso electoral libre de toda violencia.
Las elecciones en las que la ciudadanía ejerce sus derechos políticos son y serán nuestro mayor compromiso para el fortalecimiento del sistema electoral, siguiendo
siempre los lineamientos expresados por el poder constituyente permanente con estricto apego a la Constitución. Así debe ser y por ello debemos luchar.
Vivamos la democracia.
Gracias, Presidenta.
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