Muy buenos días a todas y todos los presentes.
Saludo con mucho gusto a todas las personas que nos acompañan también, desde la virtualidad en esta sesión.
Como ya se ha señalado en la mesa, el pasado 15 de septiembre del año en curso fue publicada la Reforma por la que se adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de la elección para el Poder Judicial.
En cumplimiento a dicha reforma es que el día de hoy damos inicio nuevamente a una elección federal, pues en ella se establece que será este Instituto Nacional Electoral quien de manera inédita habrá de organizar por primera vez la elección de diversos cargos del Poder Judicial de la Federación, entre ellos los correspondientes a las ministraturas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Hoy nuestra realidad es distinta, el modelo que por años hemos estudiado en las aulas ha cambiado y así, pues lo ha dispuesto el Legislativo Federal, a iniciativa del Ejecutivo y corresponde a esta autoridad prever todo lo necesario para que la ciudadanía pueda acudir a las urnas el primer domingo de junio del 2025 y elegir así diversos cargos del Poder Judicial mediante sufragio.
Ahora bien, es necesario que el personal que labora en este Instituto, y aunque es cierto que ha adquirido con el paso de los años y, aparte con el desarrollo de múltiples procesos, experiencia acumulada, que resulta sumamente valiosa y que ha permitido entregar grandes resultados a la ciudadanía en términos institucionales.
Sin embargo, las implicaciones técnicas y operativas que llevará el poder desahogar este proceso de elección no son menores, lo que se traduce en un reto mayúsculo para esta autoridad nacional, quizá uno de los mayores desde el comienzo de la aplicación de la gran reforma político-electoral del 2014, no sólo por el importante número de cargos que habrán de elegirse, sino también porque este proceso no puede ni debe ser pensado desde la forma tradicional en la que hemos preparado los comicios de otras dos funciones del poder público, pues tiene sus propias connotaciones dada la naturaleza de los cargos en disputa.
Para conseguir llevar a buen puerto esta reforma, pues será necesaria la estrecha colaboración de diversas autoridades, la comunicación constante entre las mismas y depende de compartir también toda esta información valiosa que vaya permitiendo el correcto desahogo de cada etapa de esta elección.
Por supuesto, agradezco de antemano a las juntas del INE, a los OPLE, que serán y que tienen un gran talento y que sin duda serán clave también en este proceso y a quienes agradezco también su presencia en esta mañana y que han reiterado también su compromiso y el interés por dar seguimiento y acompañarnos en esta misión.
Este sin duda será un proceso sumamente importante para la historia del país, pues en menos de un año la ciudadanía a nivel nacional habrá de volver a las urnas para decidir esta vez sobre la personas que habrán de impartirles justicia desde el nivel federal, rompiéndose con ello con siglos de tradición que ha existido, no sólo en este país, sino en la gran mayoría de las naciones en el mundo y que conlleva una gran responsabilidad y, por tanto, informar sobre las propuestas para tomar las decisiones correctas.
También será una gran misión y una gran responsabilidad de ambas partes. Notros como autoridades, y la ciudadanía de informarse y optar por la mejor decisión.
En los próximo meses habrá de fijar todas las reglas que permitan un adecuado desarrollo de este proceso y, desde luego, lo harems bajo los más altos estándares a los que la ciudadanía está acostumbrada a recibir por parte de su Instituto, y bajo los principios que rigen la función electoral.
Nos deseo mucho éxito a todas y todos, y bueno, pues damos inicio así a este proceso.
Muchas gracias Presidenta.
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