El primer debate presidencial llevado a cabo por el Instituto Nacional Electoral este domingo pasado fue el ejercicio democrático que por primera vez reunió a las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, así como al candidato Jorge Álvarez Máynez ante la opinión pública para exponer sus propuestas ante la temática: “La sociedad que queremos”.
Estas personas, registradas como candidatas a la Presidencia de la República, de las coaliciones “Fuerza y Corazón por México” y “Sigamos Haciendo Historia”, respectivamente, junto con el candidato Álvarez Máynez, del partido político Movimiento Ciudadano, constituyen las personas por las que la ciudadanía podrá votar este próximo 2 de junio.
Dentro de la temática planteada para este primer debate, las candidatas y el candidato expusieron, de acuerdo con el formato aprobado por el INE, sus propuestas y posiciones relacionados con los rubros de educación y salud, transparencia y el combate a la corrupción, la no discriminación, grupos vulnerables y la violencia contra las mujeres.
Para el tratamiento de cada uno de estos temas la y el periodista designados para este debate, Denise Maerker Salmón y Manuel López San Martín como moderadores, bajo el esquema de una moderación activa con el objetivo de propiciar el dinamismo de la argumentación y confrontación de ideas establecida por acuerdo del Consejo General del INE, fueron los encargados de realizar las preguntas a las candidatas y al candidato a la Presidencia de la República provenientes de las mexicanas y mexicanos que interactúan en redes sociales y plataformas digitales de tres regiones del país: norte, centro y sur.
El domingo en el transcurso del debate se presentaron diferencias respecto al tratamiento de algunas temáticas e incluso se formularon acusaciones que son comunes en este tipo de ejercicios democráticos lo que le permitirá a la ciudadanía conocer, desde su punto de vista, la persona o personas candidatas mejor preparadas, con mejores propuestas, o bien, quien o quienes no hicieron los planteamientos que la ciudadanía espera y demanda para su bienestar, entre otros aspectos.
En el desarrollo del bloque inicial del debate se detectaron dos eventualidades relacionadas con la operación de los relojes. Una de ellas ocurrió en la primera bolsa de tiempo del debate, en la que en un primer momento en pantalla aparecía que se descontaba tiempo a la candidata Sheinbaum cuando hacía el uso de la voz la candidata Gálvez, la cual se corrigió y se regresó el tiempo a la candidatura, lo que no resultó en una afectación sustancial en los tiempos de intervención de cada una, ya la candidata Claudia Sheinbaum tuvo el uso de la voz durante 5 minutos 6 segundos, la candidata Xóchitl Gálvez 5 minutos con 1 segundo y el candidato Jorge Máynez 4 minutos 59 segundos.
La segunda está relacionada con una composición que se hizo para que los cronómetros de la bolsa de tiempo pudieran ser visibles en las pantallas del foro por las candidaturas para que tuvieran referencia del tiempo que ocupaban. Esta situación afectó la visualización del tiempo para las candidaturas, pero no el cronometraje de los tiempos que fue correcto.
Este debate llevado a cabo por primera vez en las oficinas centrales del INE, implicó retos importantes para transformar la Sala de Consejo en un foro de televisión y albergar no solo a las candidatas y al candidato, también, a diversas personalidades, a distintas autoridades, invitados especiales, a la producción del debate y, por supuesto a los medios de comunicación que hicieron la cobertura de este debate presidencial.
Por primera vez, como compromiso con la inclusión y la maximización de derechos a la ciudadanía el debate contó con 5 transmisiones: la principal, con lengua de señas mexicana; una especial en lengua de señas mexicana en la que cada candidatura y la moderación tenían a su intérprete y 3 transmisiones simultáneas en 3 lenguas indígenas: maya, náhuatl y tsotsil, cada una con una persona traductora para cada candidatura y la moderación. Además, el debate, por primera ocasión será transmitido en los Centros Federales de Readaptación Social y en los de algunas entidades federativas.
En redes sociales y plataformas digitales, con corte a las 10 de la noche del domingo 7 de abril, el debate alcanzó en Facebook más de 7.4 millones de reproducciones; en X 536 mil 191 vistas, con 344 mil 214 espectadores. En YouTube 823 mil visualizaciones en español; 9 mil 800 en maya; 15 mil 800 en náhuatl; 34 mil 700 en tsotsil y 164 mil 300 en Lengua de Señas Mexicana.
Adicionalmente, de conformidad con los términos de la empresa a la que se le adjudicó el contrato para la medición del rating de cada uno de los debates presidenciales, este primer debate tuvo un alcance de más 11 millones de personas, es decir, manteniendo el rating de debate presidencial de 2018, pero con mayor impacto en redes sociales.
Sin duda este primer debate deja muchos aprendizajes y enseñanzas para los dos que vienen, áreas de oportunidad y temas que deben, sin duda alguna, corregirse para que no vuelvan a ocurrir jamás. Sin embargo, la experiencia de haber propuesto y que mis colegas y yo decidiéramos colectivamente realizar el primer debate en la historia en la casa de la democracia, en el INE, deja muchas lecciones pero también muchas satisfacciones.
Ahora bien, con este debate y los dos subsecuentes que se desarrollarán, el INE va conformando las bases para que la ciudadanía tenga las condiciones para la emisión de un voto informado que es siempre recomendable en los sistemas democráticos como el nuestro.
El voto informado le permitirá a las y los ciudadanos contar con elementos para razonar su voto con lo que el INE estará cumpliendo con generar ciudadanía y una cultura cívica democrática.
Por ello, invito a la ciudadanía a seguir las transmisiones de los dos siguientes debates presidenciales el 28 de abril, desde los Estudios Churubusco, “La ruta hacia el desarrollo de México” en el que serán analizados los temas de economía, empleo, la información, la pobreza y la desigualdad, y el 19 de mayo, en el Centro Cultural Tlatelolco, “Democracia y gobierno: diálogos constructivos”, con temas relacionados con la política social, la inseguridad, el crimen organizado, migración, democracia, división de poderes.
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