En el desarrollo de los procesos electorales en nuestro país existen componentes que garantizan la integridad de las elecciones, es decir, los parámetros que dotan de confianza y credibilidad a los procesos democráticos que se llevan a cabo por las autoridades electorales administrativas tanto la nacional como las locales para la renovación periódica del poder público.
De acuerdo con Electoral Integrity Project la integridad electoral es medida por once elementos fundamentales en las que destacan el registro de las y los votantes, el registro de partidos, el financiamiento de las campañas electorales, el proceso de votación, el conteo de votos y los resultados electorales.
En este sentido, la observación electoral constituye un referente importante en la verificación de la integridad electoral de los procesos electorales ya que permite transparentar y dar acceso a la ciudadanía al desarrollo de las elecciones en sus diferentes etapas que van desde la convocatoria por parte de las autoridades electorales para el registro de partidos políticos y ciudadanas y ciudadanos interesados en postularse a alguna candidatura de elección popular, el desarrollo de las campañas electorales, la jornada electoral, la etapa del escrutinio y cómputo de votos, así como la declaración de los resultados electorales.
En cada una de estas etapas se verifican, a su vez, un sinnúmero de actividades tales como la instalación de casillas, el voto anticipado que se llevará a cabo por primera vez en todo el país, el voto de las personas en prisión preventiva, el voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero, el registro de incidentes que se susciten durante el desarrollo de la jornada electoral, entre otras, en donde la observación electoral, que es realizada por ciudadanas y ciudadanos de manera independiente e imparcial, constituye un referente de certificación política del desarrollo de los procesos electorales y sus resultados que se inserta en nuestro sistema democrático con un mecanismo de transparencia en la importante función de la renovación de los cargos de elección popular en disputa.
Para el presente proceso electoral en el que estarán en juego más de 20 mil cargos electivos, en el que participará el mayor número de electoras y electores en la historia de nuestro país, cuyo padrón rebasa ya los 99.7 millones de registros, entre otros aspectos importantes, las personas interesadas en participar como observadoras y observadores electorales cuentan con un periodo de registro en el que deben acreditar los requisitos legales dispuestos en la Convocatoria respectiva, cuyo plazo inició el pasado 4 de septiembre de 2023 y concluirá el próximo 7 de mayo del año en curso.
Bajo este contexto, la observación electoral que puede llevarse a cabo en las 32 entidades federativas sin importar el lugar de residencia, fortalece nuestra democracia y permite identificar áreas de mejora en relación con los informes que presentarán las y los observadores electorales participantes una vez concluidas las elecciones.
Ahora bien, de acuerdo con información publicada en el portal del Instituto Nacional Electoral (INE), con corte al 10 del presente mes, se han registrado 1,715 solicitudes individuales, así como un total de 44 organizaciones. Las personas que pretendan ser observadoras electorales deberán tomar un curso virtual, presencial o a distancia lo que permitirá dotarles de los elementos suficientes de las diferentes etapas del proceso electoral.
Por ello, la participación de ciudadanas y ciudadanos en la observación electoral es un ingrediente importante en las elecciones en marcha ya que se constituye como un elemento de equilibrio entre los actores políticos y las autoridades electorales lo que enaltece nuestro sistema electoral en beneficio de todas y todos los que participamos en el buen desarrollo de los procesos electorales.
Consulta el artículo en La Silla Rota.