VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CONFERENCIA MAGISTRAL: “LA CIUDADANÍA SUSTANTIVA DE LAS MUJERES: PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y TOMA DE DECISIONES EN ESPACIOS LIBRES DE VIOLENCIA”
Presentadora: Sean bienvenidas todas las personas, a la Conferencia magistral: “La ciudadanía sustantiva de las mujeres: participación política y toma de decisiones en espacios libres de violencia”, la cual se realiza en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.
Nos honran con su presencia la Consejera Electoral y Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del Instituto Nacional Electoral, Rita Bell López Vences.
La Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral, Norma Irene De la Cruz Magaña.
Y la escritora y periodista, experta en feminismo y conferencista del día de hoy, Nuria Varela.
Agradecemos el acompañamiento de titulares de las vocalías ejecutivas, del personal de las direcciones, unidades técnicas y coordinaciones del Instituto Nacional Electoral, de personas representantes de partidos políticos y de organizaciones de la sociedad civil.
Y de manera especial agradecemos la presencia de Flor Dessiré León Hernández, Titular de la Unidad Técnica de Igualdad de Género del INE.
Y de Marisa Arlen Cabral Porchas, Coordinadora de Asuntos Internacionales del INE.
Para dar inicio, damos la palabra a la Consejera Rita Bell López Vences.
Agradecemos la presencia también, de la Consejera Electoral Dania Paola Ravel Cuevas.
Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchas gracias.
Muy buenos días a todas y todos.
Sería esta presentación con una frase: “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, Minerva Mirabal, La Mariposa.
María Argentina Minerva Mirabal Reyes, conocida como Minerva Mirabal y también como La Mariposa, nació el 12 de marzo de 1926 en Ojo de Agua, Salcedo, en República Dominicana.
Ella conoció en 1949 a Leónidas Trujillo, y ella solo tenía 23 años y desde entonces fue acosada sexualmente por él, de manera muy insistente, lo cual pues lo llevó incluso a perseguir también a su familia, a ser acosada también la familia, ya que ella pues no permitió este acoso y no aceptó las pretensiones de este señor.
Ella fue abogada y activista, y se incorporó a la lucha clandestina en contra de la dictadura, y participó en la conformación del movimiento del 14 de junio, que pugnó por la liberación de República Dominicana.
Asimismo, fue en 1960, un 21 de enero, cuando ella y sus hermanas fueron detenidas y fueron puestas en prisión.
Es importante señalar que bajo esta dictadura, como de todas, pues a las mujeres principalmente, fue ella agredida de manera brutal, por supuesto, ella soportó violencia física, psicológica, probablemente sexual.
En la prisión, ella estuvo en la 40 y La Victoria.
E igualmente, ella junto con sus hermanas y sus esposos, fueron puestos en prisión.
Y ellas fueron liberadas más tarde, pero sus esposos sí fueron juzgados por atentar contra la seguridad del estado dominicano, y fueron condenados a tres años de prisión.
Entonces, dado que los esposos de ellas estaban en prisión, un día 25 de noviembre de ese mismo año, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal justo regresaban de haber hecho la visita a la prisión para ver a sus esposos, y ahí fueron emboscados por agentes del Servicio de Inteligencia Militar de su país, quienes las condujeron a la comunidad de La Cumbre, y ahí fueron asesinadas cruelmente.
Se dice que fue a golpes, a garrotazo, que tardaron mucho tiempo en morir y las violentaron durante mucho tiempo.
A la provincia en la que nacieron las hermanas Mirabal hoy lleva su apellido en honor a su lucha y su resistencia contra el régimen de Trujillo, el 25 de noviembre, fecha en que los cuerpos de las hermanas Mirabal fueron encontrados, dio origen a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, inaugurado así por la Organización de las Naciones Unidas en 1999.
Por eso el día de hoy vestimos de naranja, y comenzamos a hacer trabajo ya desde hace tiempo para visibilizar este día, y ahora se ha extendido a 16 días de activismo, justo para hacer un alto a la violencia contra las mujeres.
Y es importante señalar que esa violencia en principal grado los sufrimos las mujeres, en manos de los hombres, a quienes hoy día a día se les enseña todavía a ser valientes, a no tenerle miedo a nada más que a parecerse a mujeres.
Y eso pues tenemos que tomar conciencia para hacer cambios en la forma en la que seguimos educando a niñas y niños, y en la que nos vamos conduciendo en todos los espacios, tanto el público como en el privado.
Tenemos que hacer un alto a la violencia, y ésta empieza por hacer conciencia por el reconocimiento de las mujeres como seres humanos, por ser humanas, ser tratadas con respeto, con dignidad y con el reconocimiento de todos nuestros derechos.
Hacemos un llamado, hoy todavía no es la fecha, pero esta conferencia se celebra en el marco de las actividades que este Instituto Nacional Electoral realizará para la conmemoración del Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Por eso hacemos este llamado, por eso hacemos esta explicación antes de iniciar estas actividades, nos hemos incluso adelantado para comenzar a visibilizar lo que urge en nuestro país y en el mundo de tener la violencia contra las mujeres, y pugnar por una vida para todas y todos libre de cualquier tipo de violencia.
Y en ese tenor, pues, agradecemos el día de hoy que nos acompañe la doctora Nuria Varela, quien el día de hoy va a impartir la Conferencia Magistral “La ciudadana sustantiva de las mujeres. Participación política y toma de decisiones en espacios libres de violencia”.
Me permitiré presentarla y luego ya le cederemos el uso de la voz para escucharla.
Nuria Varela es periodista y escritora, en 2017 se doctoró con honores con una tesis centrada en la violencia contra las mujeres.
Fue reportera de 1989 a 2008, especializada en conflictos bélicos y crisis de personas refugiadas; cubrió buena parte de los conflictos internacionales ocurridos desde la guerra de Bosnia en 1992, hasta la guerra de Irak de 2003, así como los feminicidios de Ciudad Juárez y en Afganistán.
Es profesora agregada de la Universidad de Castilla-La Mancha, y docente en programas universitarios de posgrados de Comunicación, Políticas de Igualdad, Historia de la Teoría Feminista y Violencia de Género.
También es consultorio internacional y colaborador habitual de distintos medios de comunicación. Autora de libros como “Feminismo para principiantes”, “Cansadas”, “Feminismo 4.0”, “La cuarta ola”, “Violencia de género en hijas e hijos de maltratadores, la perpetuación de la violencia”, entre otros de gran importancia teórica para el feminismo.
En el ámbito institucional, fue la primera directora de gabinete del primer ministerio de igualdad de gobierno de España y directora general de Igualdad del gobierno del principado de Asturias, y a quien hoy, le damos una cálida bienvenida en este nuestro México, con un fuerte aplauso le agradecemos mucho su presencia.
Nuria Varela Méndez: Buenos días a todas y a todos.
En primer lugar disculpen la mala calidad de voz que tengo, yo creo que es un castigo patriarcal, pero bueno espero que me escuchen.
Lo primero por supuesto, quiero agradecer la invitación del Instituto de participar aquí, estar aquí hoy con ustedes, no les voy a engañar, me declaro enamorada de su país, lo he visitado muchísimas veces, norte a sur, la Ciudad de México.
Tengo grandes amigas y grandes maestras, así que cada vez que me invitan y puedo venir ni lo dudo y una vez más me da, lo que me pone un poco nerviosa porque me reciben con demasiada expectación y siempre temo defraudarles.
Les hablaré con mucha demás, porque estamos de celebración, me han invitado justo cuando celebramos los 70 años del voto de las mujeres, México, cuando celebramos los 10 años de la unidad de igualdad del Instituto y cuando creo que hoy mismo empieza la campaña electoral que sin duda o si no surge nada por el camino, les va a llevar a tener una Presidenta por primera vez en la historia del país.
Entonces bueno, como decir que no a esta invitación y al Instituto con todo el trabajo que han hecho y con toda la ilusión que lo han hecho.
Quiero agradecer por supuesto a la Dirección, a todas las consejeras y a todo el equipo, no saben la cantidad de horas que han dedicado de trabajo para poder celebrar el inicio de estos 16 días de activismo contra la violencia.
Yo para hablarles de la ciudadanía sustantiva de las mujeres, quiero, voy a pasar las diapositivas. Quiero empezar hablando de la retórica de la igualdad, porque bueno lo dejé a (inaudible) pero sobre todo contándoles una historia.
Miren, había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez mayor que nadaba en dirección contrario, el pez mayor les saludo y les dijo: buen día, con la cabeza, buenos días, chicos cómo están, cómo está el agua, los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho y por fin uno de ellos miró al otro y le dijo, qué demonios es el agua.
¿Qué demonios es el agua, amigas? El patriarcado, bien lo sabemos. Algo que tan normalizado, tan naturalizado está, que se nos ha hecho invisible, y lo vemos y lo sentimos.
Pero como bien decía la consejera, nos hemos educado en él y vivimos en él y nos rodea por todas partes.
Para hablar de la ciudadanía sustantiva de las mujeres tenemos que hacer un poquito de historia, porque ustedes saben que no hemos llegado aquí por casualidad, que nada se nos ha regalado, ¿no?, y como dice Adrienne Rich en su libro Sobre Mentiras, Secretos y Silencios, reflexionaba sobre la facilidad con la que se borran los datos y los nombres de la genealogía feminista; la facilidad con la que cada una de nosotras parece que empezamos de cero; la facilidad con la que parece que nuestra historia no existe.
Y todas ustedes saben, todos ustedes saben, que los pueblos que no tienen historia no tienen legitimidad.
A lo cual, es muy difícil que no solo el feminismo sino las propias mujeres tengamos autoridad y legitimidad si no recuperamos, si no reconocemos toda nuestra historia.
Ya decía que este es uno de los procedimientos por lo que las obras y el pensamiento de las mujeres se han presentado como algo esporádico, accidental, huérfano de tradición propia.
Siempre hablamos, fíjense, de mujeres excepcionales, ¿verdad? Bueno, pues hoy me van a perdonar pero yo quiero hacer un poquito de historia para saber de dónde venimos y cuánto nos ha costado todo esto.
Porque ese patriarcado en el que nos movemos y en el que lo hemos normalizado tan fácil, parece que ha convertido la igualdad, lejos de ser un principio sustantivo que atraviesa la política y las sociedades democráticas del siglo XXI, en una retórica.
¿Por qué digo que es una retórica?
Bueno, porque, no sé si hay que utilicen el refrán, pero en mi tierra decimos, porque parece que mucho ruido y pocas nueces.
Estamos todos hasta hablando de la igualdad, pero los feminicidios ahí están, y las dificultades y las brechas siguen ahí.
Fíjense, y ¿por qué también digo que es una retórica?
Porque de una u otra manera los estereotipos están atacando a las mujeres en el poder y las lastran de una manera determinante, lo cual hace que nuestra democracia sea cada vez más frágil.
La Primer Ministra neozelandesa, me imagino que la recordarán, Jacinda Ardern, abandonaba su cargo en enero de este año, en enero del 2023, de manera sorpresiva hasta para su propio partido. Y explicaba que no tenía suficiente energía para un nuevo mandato, decía que tras seis años de grandes desafíos, soy humana, sé lo que requiere este cargo y sé que no tengo suficiente energía para hacer justicia.
Bueno, Jacinda había ganado las selecciones en 2017 y se había convertido en la Presidenta más joven del mundo (¿No les parece casualidad que sean siempre jóvenes las mujeres en el poder? Es el precio humano de la juventud de las mujeres en el poder).
La renuncia fue sorprendente pero no es la única que ha abandonado la política a lo largo de este año, todo lo contrario, el número de mujeres líderes que dejan sus cargos es tan elevado que se ha convertido en un fenómeno que merece la pena estudiar, en cuanto que plantea una materia de preguntas tanto sobre los motivos, sobre como las consecuencias.
Las mujeres se involucran, participan, ocupan más espacios del liderazgo político que nunca, pero sin embargo la exclusión sistemática persiste y se manifiesta cotidianamente. Estas condiciones paradójicas invitan a reflexionar sobre el liderazgo político de las mujeres, incluso sobre la participación real de las mujeres.
Tengo a una de mis amigas que dice que cuando nosotras dejamos el poder, ya se ha ido, ya está en otro sitio.
Bueno, es una de las paradojas sobre las que creo que tenemos que reflexionar, incluso, yo no me voy a extender ahí, pero incluso sobre el propio concepto de poder, al que llamamos poder y cómo se desarrolla.
Y también nos lleva a esa mina la sostenibilidad y la dimensión real de la transformación de las democracias; también yo lo dejo ahí encima de la mesa, fíjense que cuantas más mujeres menos feministas.
Ahí lo dejo, no sé si les parece que estamos acertadas, pero si miramos en todo el mundo, desde luego es lo que está ocurriendo.
El tiempo sin duda se ha convertido en un artículo de lujo para buena parte de las mujeres, que sin duda no disponen de igual medida de él que los hombres; los cuidados roban tiempo, pero también energía, el cansancio es un compañero cotidiano.
Antes decían, hablaban sobre ese libro que escribí en su momento, cansadas, y yo escribí ese libro porque recuerdo que en aquel momento cada vez que saludaba a una amiga, lo típico que le decía: “Hola, qué tal, ¿cómo estás?, siempre me respondía: “Bien, bien; cansada pero bien”, yo misma le decía: “Muy cansada, pero bien”.
Yo decía, ¿por qué estamos todas cansadas?, no puede ser que sea la primera palabra que nos sale, que estamos cansadas.
Luego nosotras mismas lo minimizábamos, como diciendo: “Pero ahí sigo en la lucha”, era la primera palabra que nos salía, con lo cual es algo que también debemos estudiar.
Desde el punto de vista académico, como ustedes saben, se han desarrollado conceptos como el techo de cristal y en los últimos años lo estamos observando cómo un es más frecuente el acantilado de cristal, que como su nombre anuncia, lleva habitualmente al desastre a las mujeres que aciertan sus condiciones.
Bueno, como les decía en ese transcurso del tiempo lo que nos ha constado llegar, pues nos ha costado ni más ni menos que 112 años, desde que las sufragistas se reunieron e hicieron la declaración de sentimientos que conocemos como “La declaración de Seneca Falls”.
En aquello lo que podemos decir es que es el primer programa en la historia, no, el primer programa político del feminismo redactado y escrito como tal desde aquel año, desde 1848 marcamos ahí el punto de partida de la primera reivindicación del derecho al voto y a la participación política de las mujeres como movimiento organizado, si damos por bueno.
Aquellas militantes y aquel año, 1848, inicio del sufragismo, pues como les digo nos costó 112 años, hasta que el 21 de julio de 1960, Sirimavo Bandaranaike que se convertía en la primera mujer elegida jefa de un gobierno, ocurrió en Ceilán, hoy Sri Lanka y ocurrió, por supuesto, cuando nadie lo esperaba.
Ciento doce años, amigas, para llegar y ahora las mujeres están abandonando el poder. Hay que darle vueltas a cómo es posible que esté ocurriendo esto.
Bueno, al movimiento sufragista, desde luego, le debemos muchísimas, no solo el derecho al voto, sino algo que también comentaba la consejera, la presentación, el derecho a la educación.
Como ustedes saben, durante años, durante siglos, las mujeres tuvimos prohibido el acceso al conocimiento superior, el tener acceso a conocimiento superior y no poder entrar a las instituciones de educación supuso una, la otra gran lucha de las sufragistas.
Las sufragistas reivindicaban el derecho al voto y le derecho a la educación para las mujeres.
Yo creo que derecho a la educación es la primera de las reivindicaciones feministas, incluso antes de llamarnos feministas, ¿no?
Bueno, después de conseguir, aquí les pongo, no me pude resistir, a ponerle todo lo que le debemos al movimiento sufragista que es la palabra solidaridad, entre otras muchas cosas, que no se le inventa el movimiento obrero, sino se lo inventan las sufragistas como respuesta a la palabra fraternidad, hermana, solidaridad entre mujeres.
Y además, a la política democrática le debe otra aportación, que son todos los métodos de lucha cívica.
Y yo creo que esto es importante porque fueron las sufragistas las que empezaron a hacer esos métodos de lucha porque estaban haciendo política desde fuera, no nos dejaban entrar, no nos dejaban votar, no nos dejaban ser votadas, ¿cómo hacer política entonces? Pues desde fuera.
De ahí que se inventaran las manifestaciones, la tirada de panfletos, la interrupción de los mítines de los líderes políticos, todo eso es la forma de trabajar, de hacer política de las sufragistas.
Bueno, después de todo ese trabajo llegó el derecho al voto, lo que llamamos el vacío de entre guerras, porque prácticamente entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, prácticamente todos los países, la mayoría de las naciones desarrolladas y todos los países que habían llevado a cabo procesos de descolonización, habían conseguido el voto de las mujeres.
No les voy a contar la historia de México, solo faltaría, ¿no?, sería una audacia, pero como en todos los países, la suya también fue una historia larga, con distintos intentos, algunos como en todas partes, con, bueno, con procesos complejos, ¿no?, como aquel en el 18 que decía que son ciudadanos de la República los varones que siendo mexicanos reúnan los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad y estar casados, o 21 si son solteros, y tienen un modo honesto de vivir.
Quedan fuera de esta consideración mujeres, niños y borrachos.
Qué les voy a contar de lo largo que ha sido nuestro camino y de lo difícil que ha sido, ¿no?
Pero llegó el voto restringido y ya por fin, después de distintos intentos sucesivos, como bien saben, y distintas mujeres muy al frente de esa lucha colectiva de las mujeres mexicanas, pues se consiguió el derecho al voto.
El primer país de la región fue Ecuador en el año 29, y falta mapa de cuando se consiguió.
En la historia personal puede que parezca que hace mucho en la historia de la humanidad (Inaudible).
Son unas fechas demasiado cercanas.
Bueno, tras el sufragismo y todas sus aportaciones, el feminismo se rearma intelectualmente y teóricamente, gracias a Simone de Beauvoir.
En esa época parecía que el feminismo había desaparecido, lo que llamamos morir de éxito, y seguro que les suena, porque se lo habrán dicho mil veces, que habíamos conseguido al voto, con lo cual lo que nos decía es ¿qué más quieres?, como si el voto fuese el punto de llegada y no el punto de salida.
Obviamente las sufragistas defendían el derecho al voto y el derecho a la educación, porque pensaban que eran derechos llave, eran los derechos que abrían la puerta para conseguir, justo, a donde queríamos llegar hoy a esa ciudadanía sustantiva.
Bueno, pues casi morimos de éxito, pero, afortunadamente, Simone de Beauvoir y con su libro puso en pie el feminismo teórico de nuevo tras la Segunda Guerra Mundial.
Y después también viene una figura que yo le tengo especial devoción, que es Betty Friedan, porque Betty Friedan puso nombre a lo que en aquel momento decíamos “el problema que no tiene nombre”, que era la mística de la feminidad.
Y porque le tengo especial devoción, bueno, porque le puso nombre a ese malestar que todavía hoy es increíble, si repasan el libro que es de los años 60 del siglo XX, verán que no está tan fuera de la realidad de las mujeres del mundo.
¿Y de qué nos habla? De la domesticidad obligatoria, de cómo solo había una manera de ser mujeres, y era obligatoria para todas.
Era buena o mala, no entrábamos, es que era obligatoria, era donde ninguna podíamos salirnos.
Bueno, con Friedan y su mística de la feminidad también comenzó a organizarse un movimiento de mujeres, que es lo que conocemos como la Tercera Ola del Feminismo, y empiezan a, bueno, a mí ya les digo que tengo mucha debilidad por Betty Friedan, porque decía cosas como acciones y no palabrería. Se hacen guarderías, lo demás es pura, bueno, pues pura retórica.
O ponemos las condiciones para que realmente fuéramos a acabar con la desigualdad, o no vamos a conseguir nada.
Y en este momento aparece el feminismo que pero fama tiene: el feminismo radical. Ya les puedo decir que el feminismo radical es de lo mejor que nos ha pasado, que tiene muy mala fama.
El feminismo radical nace en el año 67, y prácticamente desaparece en el año 75. Y le llamamos feminismo radical, precisamente, porque lo que pretende es ir a la raíz de los problemas.
No es radical por extremista, sino es radical por profundo.
¿Quiénes son las feministas radicales? Pues son las primeras mujeres que consiguen entrar a la universidad, después de todo el largo periplo en cada país sabemos lo que ha costado que las mujeres entrasen en el mismo proceso, entraran las primeras disfrazadas de hombres, porque no había manera de conseguir el acceso de educación superior, bueno pues por fin está la generación que tiene acceso a la universidad y es la generación que empieza a desarrollar teóricamente todo lo que es el proceso que luego nosotros heredamos, los dos obras fundamentales, pues la política sexual de Kate Millett y la dialéctica del sexo de Firestone.
De qué nos habla, de qué nos habla el feminismo radical; pues le pone la palabra el patriarcado (inaudible) o sea pone, desarrolla el concepto de género, pero es muy polémico, pero en aquel momento era muy claro y fue muy necesario, lo hemos utilizado desde la teoría feminista, yo creo que con mucha utilidad, todo lo cultural que se nos coloca sobre los hechos biológicos.
Y empezamos a desarrollar lo que llamamos las políticas de igualdad, que ellas decían, los caminos para ir cambiando las cosas, por qué, porque ya en aquel momento estábamos viendo que las leyes por si mismas no nos (Inaudible) las realidades.
Yo quiero, agradecer también ahora esta reflexión después de este brochazo de historia que les he relatado, fijarme en este reflexión que hace Rebeca Solnit que seguro que la conocen porque es la que acuño al termino mansplaining, que es que los hombres nos explican cosas aunque sean cosas de las que nosotros somos expertas no; pues Rebeca Solnit dice que cambiar el relato no es suficiente por sí solo, pero menudo ha sido fundamental para conseguir cambios reales.
A veces, el primer paso es hacer esa herida y ver lo que no vemos, porque como decía antes, el éxito del patriarcado es que no lo vemos, pues si nos hablan de qué sistema político tenemos, pues cada uno dirá que tenemos un sistema, liberal, neoliberal, capitalista, socialista, democrático o no, república, monarquía, pero nadie del patriarcado, está absolutamente invisibilizado, porque eso hace tanto hincapié en que es necesario cambiar el relato para ir cambiando la cultura y para ir cambiando lo que antes se había pasado por alto, ahora se convierte en odio, estamos en México, que mejor ejemplo que lo que ocurrió Jenny Hermoso, lo que hasta hace poco Ulises Hidalgo inadvertido ha provocado una gran conmoción al menos en todas nosotras y en mis país desde luego a desmantelado todo la federación de fut y ha sido importante, pero todas lo sabemos, hace no 10, hace quizá 3 años hubiese pasado como algo normal, lo hubiésemos visto de los naturalizado que estaba.
Así que Solnit insiste en que todo conflicto es en parte una batalla sobre la historia que contamos, o sobre quién la cuenta y quién es escuchado; y ahí yo creo que es lo más importante del momento en el que estamos, que hemos pasado del silencio a la palabra.
En esa historia lógicamente desde, también permítanme la debilidad, pero como soy periodista, algo de esto tengo que hablar.
Desde la hoguera hasta mitad de eso sabemos que es una historia masculina, desde que empezamos a contar historias que luego se transmiten en papel, se reproducen en una imprenta, se leen en un periodo, se escucha en la radio y se proyecta en un audiovisual hasta llegar a una sociedad, fíjense que dedica más de la mitad del Producto Interno Bruto Mundial, a través de los medios de comunicación a desarrollar la industria del ocio, el entretenimiento, la cultura, la educación y la información.
Si el relato es masculino, ¿cómo vamos a hacer liderazgos femeninos?
No, el relato masculino de la historia, sobre todo se configura como mucha potencia como bien saben todas y todos en el siglo XIX, como un espacio masculino y donde se cuenta la historia a través de grandes liderazgos masculinos; una historia política de las naciones de las que los protagonistas, las protagonistas no es el pueblo sino estos líderes.
De hecho la paradoja temporal, inherente a todo relato histórico, se solventó mediante una metáfora de género; la paradoja resultaba de imaginar la nación a la vez como una comunidad política situada en el tiempo y avanzando hacia el futuro y con un ente memorial y eterno, cundía sus raíces en su escudo pasado y quien representa lo inmemorial y lo eterno, por supuesto las mujeres en todas partes del mundo.
Pero, la ecuación, el feminismo lo resolvió cuando afirmó que lo personal es político; la ecuación se resolvió por el feminismo cuando explicó y señaló que no había distinción entre las esferas públicas y privadas.
Ustedes saben que el feminismo todo lo que toca lo politiza, si el feminismo trabaja sobre el tiempo, pues nos habla de la crisis de cuidado; si el feminismo habla sobre los salarios, nos habla de las brechas salariales; si el feminismo habla de la reproducción, pues nos habla de los derechos sexuales y reproductivos.
Pues aquí el feminismo también yo creo que acertó cuando habló de que lo personal es político, la política no es una cuestión solo de lo público, solo de los varones, ni muchísimo menos.
Es más, el feminismo señaló que la esfera pública descansa en la privada, como lo hace todo el edificio político moderno, todo el edificio político moderno público descansa en la esfera privada, incluso el orden internacional trata su arquitectura mediante una serie de discursos claramente sexuados.
Aquí, no me voy a entretener mucho, pero sí quiero que hoy salgan aquí aunque les parezca una pesada, con la clara idea de todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí, porque parece que damos por hecho las democracias, que damos por hecho los derechos de las mujeres y bien sabemos si lo estamos viviendo todos los días, que nuestros derechos es lo primero que saltamos los aires.
Nada nos han regalado, nos ha costado muchísimo llegar hasta aquí, así que ya les digo, que a riesgo de que me llamen pesada voy a hacer ese relato aunque sea un poquito rápido.
Porque fíjense, la igualdad entre mujeres y hombres, es mejor un principio jurídico reconocido, pero, hasta 1945 con la aprobación de la Carta Fundamental de Naciones Unidas, ningún documento jurídico se había referido con anterioridad al sexo como motivo de discriminación. 1945, desde ahí.
En este ámbito, el documento más emblemático, sin duda, es la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer.
Es en esta época en la época en la que coincide el feminismo radical, que les decía, cuando Naciones Unidas empieza a implementar todo el desarrollo de las políticas de igualdad a nivel internacional, porque a pesar de que partimos del año 45, y a pesar de que había generado distintos instrumentos, es en los años 70 cuando realmente se empieza a poner en marcha todo el movimiento que nos lleva a las políticas públicas actuales.
Fíjense que en el 45, de los 51 estados miembros que formaban parte de las Naciones Unidas, solo 30 reconocían que las mujeres tuvieran los mismos derechos que los hombres, 30 países en todo el mundo.
Bueno, como saben, Naciones Unidas lo que hace en esa década son las cuatro Conferencias Mundiales sobre la Mujer, que van avanzando poco a poco, no solo van avanzando en generación de derechos y en asentar unos documentos internacionales, sino que, como saben, las conferencias tienen una parte política, una parte oficial, y tienen una parte de movimiento de mujeres, ¿no?, y esa parte ha sido también muy importante, porque el movimiento de mujeres mundial se ha ido consolidando también, se ha ido reuniendo, se ha ido viendo a lo largo del desarrollo de las distintas conferencias.
En el 75 se celebra la primera que, como saben, se celebró aquí en Ciudad de México, es la Primera Conferencia Mundial de Naciones Unidas, identifica tres objetivos fundamentales:
En primer lugar, lo básico, la plena igualdad de sexos y la eliminación de la discriminación por motivos de sexo, en especial en el ámbito educativo. Ya les digo que la educación siempre está ahí en primera línea.
En segundo lugar, la integración y la plena participación de las mujeres en el desarrollo.
Y en tercer lugar, la necesidad de contribuir cada vez más al fortalecimiento de la paz mundial.
Bueno, como ustedes saben, y no les voy a decir que la paz no es la ausencia de guerra, (Inaudible) mujeres en frente de batalla está en todas partes, está en la calle, está en la casa, está en el aula y está en las fiestas de cumpleaños.
Así que la creación de esa cultura de paz a las mujeres (Falla de Transmisión) sentido metafórico, sino en un sentido real.
Es en la Conferencia (Inaudible) en la que se declara el decenio de la mujer, que es toda esta etapa de los años 70 en la que empieza ese proceso.
Cinco años después, ah, en 76 se crea el Fondo del Desarrollo de Naciones Unidas, que es en lo que luego se transformará en lo que conocemos como ONU Mujeres, como les digo, en esa década, cada año tenemos un avance, aparece el feminismo institucional, en cada país, en cada región se desarrolla de forma distinta, en los países de Europa, sobre todo en el norte de Europa se desarrolla mucho los pactos interclasistas de mujeres, que son pactos incluso entre distintos partidos políticos, a mí es una forma de trabajar que reconozco que me gusta mucho, la alianza, objetivos comunes de mujeres de distintas organizaciones.
También, se organiza y este es un modelo más de Estados Unidos, la formación del “Oris” o grupos de presión también en la Unión Europea.
Se hace, luego la creación de ministerios o institutos ministeriales de la mujer que es el modelo de toda América Latina y también de España, son los organismos, la mujer en España llamamos al Instituto.
Y luego, lo que tiene el común el feminismo institucional, que luego si quieren hablamos pero bueno quería ponerles en una nota, es que frente al resto de los feminismos, por primera vez el feminismo entra, se acuerda en las instituciones, se acuerdan que les hablaba de cómo hacíamos política desde fuera, pues es la primera vez que el feminismo entra en las instituciones y pretende trabajar desde adentro, bueno este es un cambio significativo y aquí estamos; ya saben eso de que cuando entra una mujer, cuando entran muchas cambian las instituciones, la fuerza crítica en un 30 por ciento, así que yo aquí, paréntesis, siempre les digo lo mismo, no se les ocurra enfrentarse solas al patriarcado, siempre saldrán dañadas, 30 por ciento además la crítica, y a partir de ahí podemos empezar a pensar en hacer cambios, en hacer mejoras, pero nunca solas.
La segunda conferencia se celebra en Copenhague, se sigue avanzando pero tampoco es que se consiguiera demasiado o demasiada atención política, tampoco crean que en la conferencia de Copenhague se consiguieron demasiados objetivos, pero sí, al año siguiente entra en vigor la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la CEDAW y la CEDAW, sí que sigue siendo al día de hoy un instrumento poderoso, bueno al menos en España la utilizamos mucho para denunciar, para llevar, para trabajar, en muchos aspectos sigue siendo un instrumento importante.
Después llegaremos a encuentros feministas latinoamericanos y del Caribe que no están sustanciados por naciones unidas pero que yo creo que son uno de los principales factores que han contribuido, bueno pues que el año que viene tenga una Presidenta no. Han contribuido al desarrollo del movimiento feminista, pero además al desarrollo compartido del movimiento feminista en toda la región, comienzan a realizarse en el año 81 y ya han seguido realizándose de forma ininterrumpida.
Y de ahí han salido, por ejemplo, bueno, ya lo acaba de comentar la consejera, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, precisamente se fija en el Primer Encuentro que se celebró en Bogotá en el año 81, (Inaudible) pequeño pero fíjense, en el primero ya se aprueba.
La tercera Conferencia Mundial de las Mujeres es en Nairobi en 1985, bueno, que es la conferencia de la decepción, en Nairobi nos damos cuenta de que los objetivos no se han cumplido. Las metas que se habían acordado para defender a las mujeres no se han alcanzado, y constatado el fracaso se trabajó para adoptar una nueva estrategia.
Y por ello, la Conferencia de Nairobi en el 85, y se recibió el mandato de buscar nuevas formas de superar los obstáculos.
De ese mandato nació la Estrategia de Nairobi, que fue un documento pensando en el futuro.
Se reconoció, bueno, la novedad que incorporó Nairobi fue, declarar que todas las cuestiones estaban relacionadas con las mujeres, eso de que nada humano nos es ajeno, bueno, pues en Nairobi ya se dieron cuenta de que las mujeres no eran una cuestión sectorial, puesto que no somos un grupo ni somos una comunidad, sino que somos la mitad del mundo, entonces nada humano nos es ajeno.
Y debemos de tener opinión y posición y decisión sobre todas las cosas, no sobre las cosas que no son, por ejemplo, derechos sexuales y reproductivos, bueno sí, pero mediamente también; y desarrolló ferroviario también; y desarrollo en las ciudades, o el índice de precios al consumo, ¿no?
Nada humano nos es ajeno, y eso es lo más significativo de Nairobi.
Y ese documento que va a empezar a trabajar hacia el futuro, como les digo, teniendo en cuenta que había sido un fracaso, se insta a los gobiernos a que incorporen responsabilidades.
Bueno, aparece en el Quinto Encuentro de la Red Latinoamericana, aparece la Red Latinoamericana y Caribeña contra la Violencia contra la Mujer, que en ese recorrido también es tremendamente significativa. Fue en el Quinto Encuentro que se celebró en 1990.
Y de ahí sale el 28 de septiembre, que si continuamos celebrando, no como el día de la lucha por la despenalización del aborto de América Latina y del Caribe.
Insisto, fíjense lo que nos ha costado llegar hasta aquí, fíjense en la fecha.
Y hoy se ha anunciado que en Argentina va a desaparecer este derecho, y hace, bueno, qué les voy a contar.
Nunca, insisto, llámenme pesada, pero nos ha costado mucho llegar a cada uno estos acuerdos, nos ha costado mucho esfuerzo de organización y de la puesta en común, y realmente no están asentados en ninguna parte del mundo.
Bueno, en la Conferencia Internacional de Derechos Humanos en Viena del año 93, pues fíjense que casi es como la más importante, ¿no?, porque en ella se reconoce lo que puede parecer una obviedad, pero fue realmente significativo, se reconoce que la violencia contra las mujeres y las niñas constituye una grave violación de los derechos humanos.
Es decir, en el año 93 se reconoce que los derechos de los humanos también son derechos de las humanas o por decirlo de otra manera, que las humanas tenemos derechos humanos; año 1993, hasta entonces eran cuestiones que se ponían en duda.
Al año siguiente, ah bueno, iba en la declaración de eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer, puesto que consideramos que es un agravio y un atentado contra los derechos humanos.
El año siguiente llega la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo en el año 94, que también es fundamental porque aquí se reconocen los derechos reproductivos son derechos humanos y que la violencia de género es un obstáculo para la salud reproductiva y sexual de las mujeres, año 1994.
En los principios del informe de la conferencia se reafirma que los seres humanos son elementos centrales de desarrollo sostenible y que la población es el recurso más importante y más valioso de la nación, por si a alguien se le había olvidado.
Bueno, en el 94 también es el año donde se aprueba la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida en todo el mundo como la Convención de Belem Do Pará, que realmente es la primera convención, luego en Europa desarrollaríamos el Convenio de Estambul, años después; pero esta es la primera convención en la que se establece el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.
Y destaca la violencia como habíamos hablado antes en el Foro de Naciones Unidas, como una violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Por primera vez en el mundo, se propone el desarrollo de mecanismos de protección y de defensa de los derechos de las mujeres como fundamentales para luchar contra el fenómeno de la violencia.
Y además empezamos a trabajar en la buena dirección a partir de Belém Do Pará, porque se habla de que obviamente la violencia que sufrimos las mujeres como les decía antes, no es un fenómeno que ocurra en lo público o en lo privado, sino que el campo de batalla, por eso decía, lo encontramos en todas partes.
Y ya llegamos a la Quinta Conferencia Mundial sobre la mujer, que es la Beijing de 1995; de la Conferencia de Beijing, bueno el éxito de Beijing fue impresionante, no solo por la participación oficial, sino por la participación del movimiento de mujeres que ahí se reunió y porque de ahí salieron la declaración de Beijing, que realmente la declaración y la plataforma de acción de Beijing realmente es la hoja de ruta de las políticas de igualdad de los gobiernos de todo el mundo.
Continua siendo eso que ahora tanto nos peleamos sobre la agenda feminista, pues básicamente nace en Beijing.
La semana pasada estaba en la Universidad de Sinaloa y me acuerdo que me preguntaban, ¿cómo es posible que no hayamos tenido una conferencia después de Beijing?, porque nunca más ha habido una conferencia mundial, después hemos tenido Beijing más cinco, Beijing más 10, Beijing más 15, pero nunca más.
Yo sin ánimo de aguarles la mañana que no he venido para eso, pero estoy convencido que no hemos tenido una conferencia, porque en ningún caso conseguiríamos avanzar sobre lo acordado en Beijing, desde entonces, por desgracia tenemos fundamentalismos y fuerzas extremistas muy contrarias a la libertad y a los derechos humanos de las mujeres que sin duda nos impedirían avanzar sobre la plataforma de acción y la declaración de Beijing.
Pero bueno, es mi opinión, igual ahora, me rebaten y me dicen que no, que podemos ir caminando hacia ella, pero bueno mucho me tomo que no, que quizás seguiríamos perdiendo.
Ya sé que se me ha hecho un poco pesada, pero leía que era importante ver y destacar lo reciente, que es el reconocimiento de nuestros derechos y lo que nos ha costado cada uno, cada avance.
Y la otra idea que quería dejarles hoy encima de la mesa es esta, una política puede consistir también en lo que nos está haciendo, entonces tengan en cuenta que las políticas de igualdad, igual les parece una vulgaridad pero yo creo que es como andar en bicicleta, o pedaleas o te caes, porque ese patriarcado está ahí tan potente que cuando no haces, hacer una política que no se hace también es hacer política, también estas decidiendo por dónde va tu país.
Bueno como les decía, antes, Sirima llegó al puesto de primera ministra, siguiendo la estela de su marido que habíamos hablado se acuerdo, de los ciento y pico años que nos había costado pero ni siquiera llegó como Presidenta electa, hasta 1980 no tuvimos la primera Presidenta electa, a una mujer como Presidenta electa, fue en Islandia, tiene un nombre imposible para una española, es algo así como “filmogaluti” pero bueno seguro que no se le parece nada.
Dicho, la Presidenta Islandesa como les digo fue la primera Presidenta electa, desde 1848 hasta 1980, fíjese el camino que nos ha costado recorrer.
Es esta excepcionalidad de las mujeres en el poder, ese voto individual comienza a desaparecer a partir de los años 80 en favor de dinámicas de mayor habitualidad hasta llegar a la paridad, sin duda el instrumento de las leyes de paridad a las leyes de cuotas de acción positiva y paridad, es el instrumento feminista que mejores resultados ha dado, es cierto, que también es además cuantificable, no, este es el más fácil de cuantificar, los países donde han implementado leyes de acción positiva, leyes de paridad, apenas hay representación de mujeres, en los países donde han implementado estas leyes hemos visto como efectivamente las mujeres están llegando a la toma de decisiones.
Fíjense, la paridad se consigue por primera vez en el mundo en 1994, esto sí que es un… esto sí que es ayer, se consigue en Suecia, es el primer país del mundo cuyo gobierno se proclama feminista y pone la igualdad en el centro de sus prioridades, pero fue Ruanda el país que consiguió el primer parlamento con mayoría de mujeres.
¿Por qué? Ocurrió en el periodo que siguió al genocidio de los Tusis en 1994, cuando los supervivientes en su mayoría fueron mujeres por lo que a comienzos del siglo XXI tuvieron que ponerse al frente de las riendas de su país.
En 2008, Ruanda da un paso más allá de la paridad y se convierte en el primer país del mundo en tener el parlamento una mayoría femenina.
En junio de 2020, de los 80 diputados 49 eran mujeres, es esto un acantilado de cristal, bueno, lo parece bastante, las circunstancias son, sin duda, muy extraordinarias.
En 2015, Arabia Saudita, solo en las elecciones locales es el último país en conceder el derecho del voto a sus ciudadanas, 122 años después de hacerlo Nueva Zelanda que fue el primero.
Ya no insisto más, en todo lo que nos decía que habíamos trabajado lo suficiente como para que el siglo XXI pues entrásemos con legitimidad y consenso internacional para eliminar la desigualdad (falla de transmisión) pero nos dimos cuenta, eso sí que no sale el spoiler porque todos nos dimos cuenta de que teníamos mucho más desarrollo legislativo que desarrollo real y, ¿por qué?
Pues déjenme que les cuente una historia que yo creo que puede ser un buen ejemplo; la historia de los dos tipo de Alaska.
Había dos tipos, bueno, obviamente, no es mío, me lo leí el otro día pero me parecía que era un buen ejemplo.
Había dos tipos sentados en un bar en Alaska, uno de ellos era religioso y el otro era ateo y estaban discutiendo sobre si existía Dios o no.
Dice el autor que con esa intensidad especial llevaría 4 o 5 cervezas.
Bueno, entonces, el ateo dice: mira, no es que no tenga razones de peso parara no crear en Dios, no es que haya experimentado nunca con todo eso de Dios y de rezar.
El mes pasado mismo me pilló en campo abierto aquella tormenta terrible de nieve, no podía ver nada, estaba completamente perdido, estábamos a 10 grados bajo cero, así que lo hice, me puse a rezar, lo intenté, me puse de rodillos y grite: Dios, si existe estoy perdido en esta tormenta y me voy a morir como no me ayudes.
Entonces, el tipo religioso miro al ateo y dijo, bueno, entonces, tienes que creer, porque estás aquí vivo para contarlo. Te salvó y el ateo pues así como la cara de espanto y dice:
No hombre, lo único que ocurrió es que pasaron por casualidad un par de esquimales y me enseñaron cómo se volvía al campamento.
Creo que esta historia es suficientemente significativa para explicar que no vemos las cosas como son, sino como somos.
El marco mental en el que estamos, da igual lo que ocurra, pero si no cambiamos ese marco, por supuesto, no es dios, sino son los esquimales que pasaban por ahí, ¿no?
No sé si el ejemplo les puede funcionar como válido o no, pero a mí me resulta muy interesante, precisamente, para esta última parte ya de la exposición que les quería traer que es: ¿por qué nos cuesta tanto a las mujeres, romper con la desigualdad?, ¿no?, ¿cuál es el motivo por el que, como hemos visto, después de tantísimo trabajo y después de la promulgación de tantas leyes y de tanto consenso, no hay manera?
Incluso en muchas ocasiones en muchos lugares del mundo, estamos en un clarísimo retroceso.
Bueno, pues ya lo decía Poullain de la Barre, ¿por qué le traigo aquí? Pues porque realmente en este feminismo tenemos muy pocos hombres, pero tenemos a uno, así como alguno tenemos, hoy le quería nombrar, porque Poullain es uno de los mejores.
Fíjense, lo dijo en el siglo XVI, en un libro, en su libro sobre la igualdad de los sexos, Poullain de la Barre en el siglo XVI ya estaba hablando sobre la igualdad de los sexos y ya está diciendo que la mente no tiene sexos, y explicó que incomparablemente es más difícil cambiar en los hombres los puntos de vista basados en prejuicios que los adquiridos por razones que parecieran más convenientes o sólidas.
No es lo mismo que los dos tipos de Alaska, pero se le parecen mucho, ¿no?
Podemos incluir entre los prejuicios que se tienen regularmente sobre la diferencia entre los dos sexos y todo lo que depende de ella, no existe ninguno tan antiguo ni tan universal.
Y ahora, tantos siglos después podemos decir, ni tan persistente, porque continúa bien arraigado en todas nuestras sociedades.
Así que no, el sexismo y la misoginia no ha desaparecido.
Y lo que más se manifiesta en este momento y por lo que yo creo que nos está costando muchísimo avanzar es porque además el sexismo obvio, del beligerante, yo que sé, de Afganistán, ¿no?
Tenemos también lo que llamamos el sexismo sutil, el sexismo sutil es mucho más perverso porque es mucho más difícil de ver, es mucho más difícil de demostrar, ¿no?
Es lo que decía antes de la complejidad y la paradoja de las mujeres en política, cuando no había mujeres en política, es muy obvio, cuando no había mujeres es que no hay, pero cuando hay y hacen las mismas políticas que los hombres, ¿cómo explicamos eso?, ¿cómo movemos eso?, ¿cómo incluimos nuestra agenda?
Bueno, pues ahora estamos en un momento de ambos, ¿no?, de la misoginia y el sexismo claro, directo, beligerante, violento y también de sutil.
¿En qué se manifiesta? Bueno, la negación de la discriminación que padecen las mujeres, ya saben, el patriarcado muerto.
Es mentira, el agua no nos rodea y el patriarcado no existe, se los habrán dicho mil veces, pero qué más queréis, ¿no?
Estoy segura porque a mí al menos me lo dicen muy a menudo.
El antagonismo hacia nuestras demandas, parece que esta es una consecuencia del androcentrismo, esa voz pública de los hombres los parece, bueno, esa manía la hablaremos el lenguaje masculino como si fuese neutro universal, significa que los hombres no tienen intereses, pero nosotras sí.
Cuando hablan las mujeres, hablamos de parte, ¿no?
Cuando habla el masculino, habla como en beneficio de toda la comunidad.
Entonces, el antagonismo hacia nuestras demandas que parecen particulares y no para toda la sociedad.
La falta de apoyo a las políticas públicas de igualdad, eso lo vemos en todas partes, la falta de presupuesto y como ustedes saben, la política es el presupuesto, todo lo demás retórica de igualdad.
Y la descalificación y ridiculización del feminismo, que eso es clásico, desde que nace el feminismo se nos… bueno, antes éramos feas, marimachas, ahora somos feminazis, no sé cómo les insultan acá, pero bueno, es un clásico, ¿no?
No hay ningún movimiento político al que se descalifique por su aspecto. Yo al menos, no, o sea, es a falta de argumentos, insulto y descalificaciones.
Bueno, lo que es cierto es que como decía, el sexismo y la misoginia no han desaparecido, y el poder real se resiste a democratizarse, sin ninguna duda.
Como decíamos, las mujeres participan y se involucran, pero los espacios están muy complicados.
¿Qué dificultades tenemos? Bueno, como mínimo podemos marcar tres, las dificultades de partida, los obstáculos para entrar y, sobre todo, los obstáculos de permanencia.
Es muy difícil la consolidación de los liderazgos de las mujeres.
Me gusta mucho cómo lo explica Rita Segato, ¿no?, cuando explica esa trayectoria que de alguna manera se ha intentado transmitir esta mañana, de cómo en los años 60 y 70 dijimos que lo personal es político, nosotras cambiamos, pero ahora comienza la transformación de lo político, nosotras cambiamos lo personal, pero tenemos que cambiar lo político.
Y nos haremos muy bien si es suficiente entrar en el Estado o necesitamos cambiar la política.
Ya ahí se los dejo, pero me parece también una cuestión a reflexionar ahora que están en este periodo tan interesante, ¿no?
Vale con que entremos a unas instituciones que no hemos hecho nosotras ni estaban pensadas para nosotras como intrusas, o tenemos que hacer un gran esfuerzo para cambiar la arquitectura de esas instituciones, para que realmente sean de todos y de todas, bueno, es una de las dudas, ¿no?
Respecto a las dificultades de partida, no me voy a extender porque creo que son conocidas, bueno, unas sí, unas no.
La primera es la división sexual del trabajo que pensábamos que era algo que ya habíamos superado, ¿no?, que ya hacíamos de todo, pero llegó la pandemia y nos dijo claramente que no, que la división sexual del trabajo parece, permanece casi inmutable, no porque las mujeres no hayamos entrado en otras actividades, sino porque los hombres no se han hecho cargo de los cuidados y los cuidados continúan siendo el gran lastre en la vida de las mujeres a la hora de desarrollarse, ¿no?
Una de las que a mí más me interesan de esto es el trabajo de María Ángeles Durán, que quizás la conozcan, que es una de las grandes expertas en los usos del tiempo.
María Ángeles Durán ha calculado que por cada 100 horas de trabajo remunerado se necesitan 127 horas de trabajo no remunerado, que en su gran mayoría realizan las mujeres gratis.
Entonces, para que alguien, un señor, básicamente, pero también cualquier una mujer salga a trabajar y trabaje 100 horas alguien ha tenido que hacer la compra, la comida, lavar la ropa, plancharla, cuidarle cuando se pone enfermo porque todos y todas nosotras en mucho momentos de nuestra vida necesitamos cuidado.
Entonces, 100 a 127, eso el cálculo es sobre la población española. Eso en España significaría, pues lo que les pongo ahí, 25 millones de puestos de trabajo a jornada completa.
Eso cambia por completo el producto interior bruto de un país. Eso cambia las relaciones económicas y eso cambia las relaciones de poder sin ninguna duda.
Si todo ese trabajo gratuito fuese compartido y no siguiera correspondiendo a las mujeres.
Bueno, lo que nos habla eso es que del modelo masculino del uso del tiempo y de incorporación al mercado de trabajo, sin duda no es sostenible.
¿Qué quiere decir esta idea? Que si las mujeres nos incorporamos al mercado de trabajo como se incorporan los hombres abandonando los cuidados, lo sostenible la sociedad no funciona.
De ahí, la tremenda crisis de cuidados que tenemos.
¿Qué no está ocurriendo y de ahí la cadena global de cuidados que llamamos?, ¿qué nos está ocurriendo?
Que seguimos cuidado las mujeres, ¿qué mujeres? Pues, las mujeres que se quedan en sus casas o cuanto las mujeres salen también al mercado laboral normalmente mujeres más pobres o mujeres mayores, normalmente mujeres migrantes o mujeres con menos capacidad adquisitiva y las abuelas, para que yo esté aquí hoy con ustedes, mi hijo está con mi madre lógicamente, como le ocurre a todas las mujeres del mundo.
Entonces, esa cadena global de cuidados qué quiere decir, que seguimos cuidando a las mujeres y además, otro paréntesis que hago yo y no me voy a extender mucho.
Pero cuidado también con esta idea, porque se ha trasladado también la idea como de que son las mujeres las que nos hacen el trabajo a otras mujeres.
No nos enfrentemos también entre mujeres, todas las mujeres cuidamos, por ello los hombres todavía no han entrado, es como nosotras hemos salido pero ellos no han entrado.
No es que mi madre me haga el trabajo a mí. No, mi madre hace el trabajo de mi familia y también porque el Estado no se ha comprometido con la responsabilidad.
Por eso el feminismo pasó de la idea de conciliación que parecía que teníamos que sólo conciliábamos las mujeres, inventamos la conciliación y entonces, conciliamos nosotras.
Pasamos a la idea del concepto de corresponsabilidad, que nos parece más adecuado.
¿Quién tiene la responsabilidad de cuidar a los menores, a los mayores, a las personas enfermas, a las personas dependientes y cómo y por qué, y cómo resolvemos esa gran crisis de cuidados que tenemos?
Bueno, aquí no me voy a parar para nada, porque ya lo conocen en estas dificultades que hablábamos de llegar y dar acceso, el techo de cristal que está, desde que está es como el agua de los peces, no lo vemos pero está, y está y no hay manera de romperlos.
Son, también, el techo de diamante que habla de cómo se valora a los varones cuando ascienden y como se desvalorizan las mujeres. Y, otro concepto también importante es el suelo pegajoso. Como somos, tenemos muchas dificultades de desprendernos de la base, las mujeres estamos en las bases de todas las pirámides y nos cuesta mucho desprendernos. En la mayoría de los casos por lo que hablábamos del peso que tenemos cuidados, pero también muchas veces por la violencia que sufrimos, por muchas otras razones. Incluso, no solo ahí.
Pero también, a mí me estoy empezando a trabajar esa idea, de las mujeres del sótano, porque no solo hay suelos pegajosos, sino que hay mujeres a las que ni siquiera vemos, todas esas mujeres que están por muchísimos motivos que ustedes conocen igual que yo en la economía, en la economía sumergida, en la pura supervivencia y que bueno, las mujeres del sótano, las que ni siquiera están en el suelo pegajoso, ni siquiera han llegado al piso.
No me voy a enrollar, pero si es claro discriminación directa y discriminación indirecta, pero creo que políticamente es el concepto más importante quizá, es que llamamos la discriminación directa es como el machismo violento, es muy clara ¿No?, pues si te pagan bien es que tu compañero, está claro que te están discriminando. ¿Cuál es el problema? El problema es con la discriminación indirecta, cuando tenemos normas aparentemente neutras, pero que sin embargo tienen resultados negativos para las mujeres.
Les pongo un ejemplo en España, teníamos una norma para la pensión en la que el porcentaje, el salario, que se cobraba cuando las personas se jubilaban, había tremenda diferencia entre quienes habían trabajo a jornada completa, y quienes hayan trabajado jornada parcial, quienes hayan trabajado jornada parcial cobraban mucho menos en su jubilación, en su retiro.
Aparentemente es una norma neutra porque afecta todo el mundo, pero se tiene en cuenta que en España el 80 por ciento de las personas que trabajan al tiempo parcial son mujeres, es una norma claramente de discriminación indirecta, porque está penalizando de una manera muy clara a las mujeres.
Yo creo que todo nuestro sistema legal en todo el mundo estás plagado de estas cosas que son las más difíciles de ver, y son las que, bueno al final eso nos deja en el suelo pegajoso y siguen agrandando las brechas de genero a pesar de que hagamos leyes específicas para mejorar o leyes específicas de igualdad.
Así que creo que estamos en la cultura del simulacro, bueno, yo creo que la fuente del dibujo es muy clarito, la cultura es simulacro, parece un juego de palabras pero no lo es. Disimulan es fingir no tener lo que se tiene y simular es fijar tener lo que no se tiene.
Bueno, pues, yo creo que vimos en la… de simulacro en la que el patriarcado disimula el poder que tiene cuanto menos se note mejor y la igualdad se dice que ya es simula, que la igualdad entre hombres y mujeres ya es un objetivo conquistado.
Para ello necesita no sólo perpetradores sino también necesita complicidades y silencio.
La cultura del simulacro es lo que ahora llamamos negacionismo, es cuando se niegue que haya una violencia específica a las mujeres, es cuando se niega que tengamos. Bueno, no sé en México pero en España hay muchísima gente que niega que haya brecha salarial, menos mal que le acaban de dar el premio nobel a una economista que ha dedicado su carrera a estudiar la brecha salarial.
Bueno, pues esa es la cultura del simulacro, el de simular el poder y en esa cultura del simulacro, yo creo que hay que reflexionar, hay que reflexionar el concepto del consentimiento, porque también se utiliza como una palabra clave últimamente para justificarlo todo.
En el momento en que las mujeres consienten, pues, parece que no hay que tener ninguna objeción a los vientres de alquiler, a la prostitución, a la trata, a ninguna de estas cuestiones, pero el consentimiento, a ver cómo lo digo que se me entienda bien.
Yo creo que el consentimiento sólo vale realmente para lo público y para las personas ricas, entiendo la pobreza como un concepto muy amplio no sólo como una escases de recursos.
Hay un consentimiento viciada de origen. Cuando tú no puedes decir, no, da igual que digas que sí. Eso es a lo que hablo de consentimiento viciado.
Si no tienes esa posibilidad de negarte puedes consentir pero no es válido, con lo cual no justifica muchas de las cosas que ocurren o muchas de las situaciones que parece que no nos ocurren.
Por eso, el concepto de pobreza yo creo que tenemos que trabajarlo mucho no como la falta de, como una falta de recursos económicos solamente sino como una falta de poder, como una falta de relaciones sociales, como una falta de apoyo, como una falta, como la capacidad que tenemos para poder decidir ese concepto de pobreza, obviamente, es la parte económica es la más significativa, sin ninguna duda y es las más condicionante, pero todo el resto de los recursos que faltan también son importantes a la hora de hablar de consentimiento.
No sé cómo voy de tiempo Marisol, 10 minutitos.
Pues, entonces, regrésate al patriarcado que ya les aburrido bastante sobre él, pero no esta idea de que con la que ya vamos a ir terminando.
Cómo el patriarcado, decía ella ya en los años 60 no estamos acostumbrados a asociarlo al concepto de violencia y sin embargo, el patriarcado utiliza la violencia siempre que lo necesita, de ahí que hablemos de patriarcados de consentimiento, cuidado con esos patriarcados sutiles en los que ahora vivimos con consentimientos viciados.
¿Y dónde se asientan?
Bueno, Naciones Unidades hablan de la violencia como un continuum.
Yo les decía de que la trincheras está en todas partes, o del agua de los peces, como un continuo de numerosos comportamientos, desde coactivos o insultantes, hasta, por supuesto, la violencia física.
Pero que les voy a contar, no vamos a entrar ahí, de toda la violencia verbal que sufrimos, y ahora con las redes sociales, bueno, es un continuo, especialmente entre la gente más joven.
Pero sí quiero pararme un minuto para ir determinando sobre la violencia simbólica, que es otro de los mecanismos que impiden realmente los liderazgos de las mujeres.
¿Qué es la violencia simbólica? Pues no es un tipo de violencia como las demás, sino que es aquélla que una vez más que no se ve, y que sostiene el maltrato y lo perpetua.
No puede haber un maltrato hacia las mujeres si no hay una cultura que lo tolere, una cultura que lo, bueno, que lo permita, que lo conceptualice.
La violencia simbólica hay muchas definiciones, a mí la que más me gusta es la de Bourdieu, cuando dice que es una violencia amortiguada, insensible, invisible para sus propias víctimas, que se hace ejercer esencialmente a través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y de consentimiento, o más exactamente, del desconocimiento.
Es decir, es la violencia que no se ve, y prescinde de justificaciones, se impone como neutra. Un ejemplo, la violencia simbólica es cuando nos dicen cosas como “pues ya sabes, la familia es la familia”, y ahí se queda.
Y, efectivamente, lo damos por sobreentendido, la familia es la familia. No necesita ninguna justificación, esa frase sirve para todo, para decirte “has esto, o has esto”.
Bueno, de eso hablamos cuando hablamos de violencia simbólica, de esos marcos que permiten la desigualdad, y que convierte en natural lo que es una acción desigualdad, lo que hace que no la veamos.
La violencia simbólica tiene muchos mecanismos para reproducirse. Lo que le garantiza la eficiencia pues es el que está tan naturalizada, tan normalizada, que no la vemos.
Pero ¿cuáles son los instrumentos? Bueno, la desvalorización de la palabra de las mujeres, los micromachismos que ya saben que el concepto no es porque sean machismos chiquititos, sino porque son micro porque no los vemos. El concepto está desarrollado en la estela de los micropoderes de Foucault.
Los mitos del amor romántico, que les voy a contar de los mitos del amor romántico, y que el amor lo puede todo.
Es que es muy interesante, porque se nos pide que pongamos inteligencia a toda a nuestra vida, menos al área que probablemente es el más importante, ¿con quién decidimos o no compartirla?
Entonces, mujer, déjate querer.
No, porque si pensamos y le ponemos inteligencia al amor, ya saben lo que piensan que somos, unas interesadas, unas arpías.
No, o sea, tenemos que, a las niñas les decimos que sean ingenieras, o que trabajen en la NASA, pero que en el amor no piensen, el amor a primera vista.
Bueno, eso no me voy a extender porque todas sabemos que es el lenguaje sexista, el lenguaje es también, la maestra Celia Amorós nos lo enseñó, conceptualizar es politizar, el lenguaje es fundamental, hasta que no pudimos conceptualizar la violencia de género hablamos de una violencia, una violencia más, no era una violencia significativa, por ejemplo, bueno, y tantos otros conceptos que hemos hecho.
La cultura de la violación, que tampoco me voy a extender, pero ya hemos hablado de Jenni Hermoso, ¿no?, cómo vivimos una cultura que normaliza las agresiones sexuales de cualquier tipo hacia las mujeres básicamente.
El mito de la belleza es otro de los instrumentos utilizados por esa violencia simbólica, cómo no estar cansadas, embutidas siempre en tallas más pequeñas de las que nos toca, siempre a dieta, subidas en tacones y peleando contra el paso del tiempo.
Yo me imagino que muchas habrán leído El mito de la belleza, de Naomi Wolf, cuando dice que no es una prescripción sino que es una forma de control, entonces la belleza no habla de nuestra apariencia sino habla de nuestra forma de estar en el mundo.
Y luego eso va muy unido a la autoridad, se los decía al inicio cuando empezaba la Conferencia, es muy difícil que se asocie la idea de la autoridad a las mujeres cuando las mujeres mayores no están en nuestro escenario público, solo hay mujeres jóvenes, el patriarcado solo nos permite ser jóvenes, cuando somos mayores somos muy descalificadas y los estereotipos siguen influyendo.
Entonces, es muy difícil considerar que hay mujeres sabias.
Estoy segura que si les pregunto no son capaces de decirme cinco nombres de mujeres indiscutibles, que nadie ponga en duda, así de tipo Mandela o este tipo de hombres que nos saldrían de tiro 15 o 20, ¿no?
Entonces, El mito de la belleza no es ninguna tontería para todo lo que estamos hablando.
Y luego, por supuesto, el discurso mediático, yo como periodista lo digo con confianza, los medios de comunicación nos hacen un flaco favor a la hora de desarrollar conceptos de igualdad, a la hora de representar a las mujeres, a la hora de, bueno, a todo lo que estamos hablando, ¿no?, a la hora de hablar del amor, el poder de las relaciones.
Es la cultura del menosprecio.
Me voy a pasar ya rápido a lo que queda.
Pero básicamente la idea es, que la violencia contra las mujeres es el desprecio a las mujeres, es el menosprecio, es la falta de respeto. El hombre que no respeta nunca es un maltratador.
Ese es el desprecio, ese menosprecio el que hace la violencia a nivel político, a nivel general, y también la violencia personal.
Esto ya me lo voy a saltar para ir al final.
Esto era, me va a dar el gusto de decirles cómo hemos roto el silencio las feministas en la cuarta ola, contándoles todas las movilizaciones alrededor del mundo, que el silencio es el mandato patriarcal por excelencia…
Sigo, ha sido en el momento, eh.
En silencio, cállate ya.
Bueno, yo creo que si en exagerar podemos decir que esta cuarta ola lo más característico es esa ruptura de silencio, como en todo el mundo en todo el mundo las mujeres además de una manera intergeneracional, mujeres mayores como mujeres muy jóvenes se han manifestado y han como dice una de mis amigas atrevernos a decir lo que ellos se atreven hacer, y nos hemos atrevido, se ha roto el silencio de una manera clarísima.
Cuéntalo que es en castellano, el micho en castellano, en dos semanas se recogieron 3 millones de historias de mujeres violentadas, una historia que nunca estaba escrita, se acuerdan cuando decíamos que la historia era un relato masculino y que solo contaba una parte, nuestra historia no estaba contada, en dos semanas hasta cuéntalo, 3 millones de mujeres contaron sus experiencias de violencia, eso también es historia, y una historia que sin duda no estaba contada.
Por eso, la ruptura del silencio.
La parte bonita pero me la voy a saltar.
Esta idea yo creo que si es interesante, es una idea de Marcela Lagarde, nuestra gran maestra que habla del sincretismo de género en ese bucle perverso. ¿Cuál es el bucle perverso?, el bucle es que, la desigualdad permite la violencia y la violencia mantiene la desigualdad y es justo a lo que nos enfrentamos a romper ese bucle y que nos ocurre que nosotras como dice Marcela, estamos en el sincretismo de género, es decir, somos antiguas y modernas, a la vez todos los días de nuestra vida.
Y, realmente, otro gran esfuerzo por lo que estamos cansadas, porque somos mujeres modernas, pero sujetas a opiniones muy antiguas y sujetas a mandatos patriarcados muy antiguas y, estoy segura que por muy dicho que esté y puede ser directora de un periódico la jefa de una gran empresa, pero acabas poniendo las lavadoras en tu casa, seguro. Y, acabar siendo tu a las reunión de padres al colegio.
Entonces, eso dicho de una manera muy rápida y muy poco vulgar, el secretismo de generar que se refiere Marcela, como estamos en ese bucle y como tenemos que romperlo para llegar a una igualdad sustantiva, para ello hay que cambiar el marco, cambio de marco es el cambio social, es lo de los señores de Alaska. Si tú eres ateo da igual lo que pase porque no hay manera de que veas las cosas de otra manera.
Entonces, necesitábamos como decía Rebeca Sonic, cambiar el relato, y necesitamos cambiar el marco para poder hacer un marco social, tenemos que acabar con todos los estereotipos, con todas esas, no nos hemos parado, pero con todos esos instrumentos de la violencia simbólica.
Y, para cambiar el marco tenemos que construir hegemonía que no tenemos, que se construye básicamente con tres mecanismos, creando temáticas de preocupación colectiva.
Otra de mis amigas dice que a las mujeres no nos veían ni muertas, y es cierto, durante mucho tiempo a las mujeres nos asesinaban pero eso no era un tema de preocupación, aparecían en los periódicos, no hacíamos leyes, no estaban en los parlamentos.
Entonces, lo primero tenemos que crear esas temáticas de preocupación colectiva, después tenemos que crear símbolos reconocibles para toda la comunidad de lo que está ocurriendo.
Y en tercer lugar, tenemos que crear esas metáforas que simbólicamente nos unan.
Tenemos que dejar de ser tratadas y nombradas, incluso como un colectivo.
Somos la mitad del mundo, y para crear ese discurso de liderazgo político, tienen que vernos como representantes de todo el pueblo, no representantes interesadas.
Está menos alto porque se lo conocen.
Y voy a ir ya al final, que es la ciudadanía formal, la ciudadanía sustantiva.
La ciudadanía formal es la ciudadanía sustantiva, como bien saben, no se parecen. La ciudadanía formal solamente lo que hace es que formamos parte de algo, pero no nos da derechos.
La ciudadanía formal implica la pertenencia en esta nación, pero la ciudadanía sustantiva lo que representa es, justo, lo que queremos: el conjunto de derechos civiles políticos y sociales inherentes a la ciudadanía.
Ese tránsito es en el que yo creo que estábamos, en el que llevamos, bueno, todo este rollo que les he soltado, realmente estábamos hablando de ese camino que iniciamos desde el sufragismo.
Primero una igualdad formal, obviamente, sin leyes no podemos seguir caminando, necesitamos la igualdad formal; luego la prohibición expresa de discriminación, porque las leyes por sí mismas no nos lo dan; la igualdad de trato, la igualdad de oportunidades, sus sueldos pegajosos y sus techos de cristal para llegar a lo que queremos: la igualdad de resultados, que es el objetivo final que es la ciudadanía sustantiva.
La igualdad formal, pues es el reconocimiento legal nada más; la prohibición de discriminación es una protección legal; la igualdad de trato es la ausencia de discriminación, tanto directa como indirecta; la igualdad de oportunidades es la ausencia de barreras, es quitar esas dos pistas que veíamos antes en la imagen; y la igualdad de resultados es la ciudadanía sustantiva. Es realmente la meta, hacia donde queremos llegar.
No es tampoco para amargarles la mañana, pero la igualdad de resultados es acabar con el patriarcado, con lo cual, bueno, y ésta es la buena noticia. La buena noticia es que a pesar de todo, yo estoy convencida, y espero que ustedes también, de que el patriarcado no es invencible, y aún día podremos con él.
Muchísimas gracias.
Presentadora: Muchas gracias, Nuria Varela, por compartir con nosotros sus valiosos conocimientos con esta conferencia magistral, en conmemoración del Día Internacional de Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.
Para continuar, invitamos a subir al escenario y damos la palabra a la Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral, Dania Paola Ravel Cuevas, para que nos brinde los comentarios de la conferencia.
Muchas gracias.
Consejera del INE, Dania Paola Ravel Cuevas: Muy buenos días a todas y todos.
Quiero decirles que estoy profundamente emocionada de tener el día de hoy con nosotros a la doctora Nuria Varela, y les quiero platicar por qué.
En 2014 me designaron, no como Consejera aquí, sino como Consejera en el entonces Instituto Electoral del Distrito Federal, y yo quería hacer un cambio en mi trabajo, quería realmente trabajar a favor de la inclusión y de los derechos de las mujeres, y quería formarme en ese tema.
La verdad es que en ese momento no me llamaba feminista, no porque no quisiera ser considerada feminista, sino porque sentía que no tenía los conocimientos y la formación suficiente para ser llamada así.
Entonces así llegué al Campus Relatoras y recuerdo haber tomado este curso de “Feminismo para Principiantes”; así es que para mí, yo conozco perfectamente bien a la doctora a través de los que ha escrito, a través también de los chats que teníamos en el taller y los intercambios que teníamos.
Y pues yo quiero decirte, doctora, que tú has sido muy importante en mi formación, así es que para mí es de verdad emocionante y relevante tenerte el día de hoy aquí con nosotros en el Instituto Nacional Electoral y poderte escuchar de viva voz y verte en vivo y a todo color, de verdad.
Esta conferencia que marca el inicio en el Instituto Nacional Electoral de la conmemoración y los 16 días de activismo en torno al 25 de noviembre, me parece muy relevante, sobre todo para que nos preguntemos ¿por qué sigue siendo necesario que hagamos estos esfuerzos?
Más allá de lo que nos ha relatado la doctora, quiero hacer un breve recuento de acontecimientos que han ocurrido recientemente.
Por ejemplo, este año fue marcado porque Narjes Mohammadi fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, una mujer iraní condenada a 10 años y ocho meses de prisión y 154 latigazos, es esencia, por su lucha a favor de los derechos de las mujeres y de los derechos humanos en contra de un régimen autoritario.
De acuerdo con ONU Mujeres a nivel mundial, la brecha de género en la representación política sigue siendo un reto, solo el 25.4 por ciento de las parlamentarias a nivel global, son mujeres.
En Argentina acaba de ganar Javier Milei, un hombre que rechaza derechos fundamentales de las mujeres y que niega la existencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres.
En México no nos quedamos atrás, tenemos solo en 2022 y de acuerdo con el INEGI, hubo un total de tres mil 800 mujeres que fueron asesinadas de manera violenta en el país.
Tenemos 19 entidades federativas con alertas de género, con corte al 17 de noviembre hay 322 quejas de violencia política contra las mujeres en razón de género.
Tan solo en lo que va de este año, se han registrado 71 quejas por violencia política contra las mujeres en razón de género y una de cada tres de estas quejas es por violencia digital.
Y aunque en el ámbito político hemos avanzado, particularmente a partir de la implementación de medidas como la paridad en las gubernaturas y entre los años 2021 a éste, han resultado nueve mujeres electas como gobernadoras y actualmente la distribución porcentual de mujeres en las diputaciones locales en del 54.05 por ciento, y en la integración actual de la Cámara de Diputados y Diputadas tenemos una paridad perfecto, 250 hombres y 250 mujeres; en el Senado de la República tenemos una integración de 63 senadoras y 65 senadores, aún tenemos grandes retos como, aumentar la presencia de mujeres en el ámbito municipal, ya que sólo el 22 por ciento de las presidencias municipales en México están encabezadas por mujeres.
Tenemos que lograr que las mujeres puedan ejercer sus derechos políticos libres de violencia al desarrollarse al interior de sus propios partidos políticos, al hacer precampañas, incluso, ya en el ejercicio del cargo público.
La violencia política contra las mujeres en razón de género actúa como el más grande obstáculo que tienen las mujeres para poder ejercer plenamente sus derechos políticos, porque esta violencia, además, no solamente afecta a la mujer a la cual se está dirigiendo sino que pretende mandar un mensaje contundente al resto de las mujeres para que no incursionen en la política, para que no ejerzan sus derechos a riesgo de que les puedan ocurrir exactamente lo mismo.
Decía la doctora, que cuando estamos inmersos, inmersas en una realidad muchas veces dejamos de verla y comenzamos a normalizarla, y eso me hace recordar que cuando presidía la comisión, en ese momento todavía temporal de Igualdad de Género y No Discriminación, después de las elecciones de 2018, les preguntamos a varias consejeras locales, de los consejos locales del INE, si habían sufrido violencia política contra ellas en razón de género durante el desempeño de su encargo.
Todas respondieron, esa era le primeras pregunta del cuestionario, todas respondieron, un 98 por ciento respondieron que no.
La siguientes preguntas en realidad lo que estaban haciendo era describir cuestiones de violencia y contestaban que sí.
Si en alguna ocasión no se les había dejado hacer uso de la voz, si no se había escuchado su opinión, si no se había tomado en cuenta, si no les había dado la información necesaria para poder ejercer su cargo y respondían que sí.
Así es que, nos dimos cuenta que, efectivamente, lo que estaba ocurriendo es que, no notaban esa violencia aunque la estuvieran viviendo, justamente, por la normalización, por pensar que estar ahí pues el costo que tienes que pagar y que eso es lo que tienes que aguantar en el desempeño de los cargos, cosa que por supuesto no es correcto ni es normal.
En la exposición que hacía la doctora, mencionaba también cómo se fueron dando también el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres a nivel local, empezando por Yucatán en 1923 y luego decía, San Luis Potosí en 1924, cosa que es correcto, sin embargo, quiero hacer aquí un pequeño apunte, porque me he dado cuenta que desgraciadamente no podemos dar por sentado los logros que hemos obtenido.
Un claro ejemplo, es, precisamente, San Luis Potosí, sí fue una de las primeras entidades federativas donde se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, sin embargo, ¿qué ocurrió dos años después? Que se retrocedió y se dejó de hacer ese reconocimiento en 1926, porque una mujer logró ser diputada en ese ámbito, Elvia Carrillo Puerto.
Ella llega, cumple con todos los requisitos, hace campaña, resulta electa y cuando va a tomar posesión de su curul, le dicen: que pena pero lo que pasa es que la Constitución Federal no reconoce este derecho para las mujeres, pero para que a ninguna otra mujer se le vuelva a ocurrir hacer lo mismo, hacer campaña y querer ejercer sus derechos políticos, entonces vamos a modificar también nuestra legislación local para hacerla acorde con la entonces constitución federal, así es que nunca se les dejó ejercer su cargo como diputada por el simple hecho de ser mujer.
Y, para mí eso es quizás uno de los primeros casos de los vestigios que tenemos ahí en la historia que pasaron de desapercibidos porque no los nombrábamos como los nombramos ahora, pero es un caso documentado para mí de violencia política contra una mujer en razón de género, porque simplemente no pudo ejercer sus derechos políticos por ser mujer.
Pero eso también me prende a mí todas las alertas desde la perspectiva de que al final de cuentas, reitero, no podemos dar por sentado los logros que hemos conseguido. Importa también mucho las personas que están en los lugares donde se toma decisiones, lo vimos también hace poco aquí en el Instituto Nacional Electoral.
En su momento en el 2018 tuvimos una discusión amplia y tendida, no solamente en el Consejo General del INE, sino también en reuniones previas, para saber si cuando tuviéramos la cuota indígena tenía que aplicarse el principio de paridad de género en esta cuota indígena para asegurar que también mujeres indígenas fueran postuladas.
Había un grupo de consejeros electorales que decían que no y muchos partidos políticos que respaldaban esta propuesta. En Consejo General hubo una votación dividida en donde se llegó a decir, que al final de cuentas el principio de paridad de género se tenía que ver como un todo de forma integral y no de forma segmentada, y lo que iba a ocurrir si eso pasaba es que no se iban a postular a mujeres indígenas y se iba a tratar de compensar esta falta de postulación de mujeres indígenas con el resto de postulaciones de mujeres, y entonces, a partir de esta interseccionalidad se les iba a discriminar más a las mujeres más discriminadas dentro de las mujeres que son las mujeres indígenas.
Al final la discusión quedó en que se tiene que aplicar, o se tenía que aplicar el principio de paridad de género, también en estas acciones afirmativas que adoptáramos a favor de grupos en situación de discriminación, en las recientes reglas que aprobamos para 2021 no se hizo así, ahora eso ya lo revertió la Sala Superior, pero de nueva cuenta no podemos dar por sentado lo que hemos logrado conseguir. Tenemos que estar cuidándolo paso a paso para que no tengamos retrocesos.
Decía también la doctora, que en su momento se decía: “Bueno, si ya tienen el voto que más quieren, que más pueden pedir, si ya hay igualdad formal, si ya se reconoce los mismos derechos para hombres y mujeres en la legislación, que más queremos”.
Bueno, creo que eso es algo que en su momento también se pensó en México cuando se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas en 1953, si vemos pasaron muchos años cuando en un impasse, en donde creo que pacientemente estuvimos esperando en que nos fuéramos incorporando poco a poco y de manera muy natural y orgánica en los puestos públicos. Sin embargo eso no ocurría, así que hubo una primera exigencia en la década de los 90 para que los partidos políticos se comprometieran a postular a mujeres, y por supuesto en esta retórica de la igualdad los partidos políticos dijeron: “claro que sí, nos comprometemos muchísimo a postular mujeres”. Pero, la vía de los hechos no pasaba absolutamente nada.
Así es que se tuvo que pasar a las cuotas de género, y además, se tuvo que poner sanciones ante el incumplimiento de estas cuotas de género. Y, ¿qué pasó acto seguido? Pues intentos de simulación, en donde se cumplía aparentemente con la cuota, pero se mandaba a las mujeres a los lugares perdedores, donde tenían pocas posibilidades de ganar, y entonces en apariencia se cumplía, pero en la vía de los hechos las mujeres no llegaban a los cargos públicos.
Y cuando preguntábamos por qué no llegaban, los partidos decían, “es que son muy malas candidatas”, “es que incluso las mujeres no quieren votar por otras mujeres”, pero cuando lo analizamos más nos dimos cuenta que estaban mandando exclusivamente a las mujeres a los distritos perdedores.
Así nacen estos bloques de competitividad, porque ahora tenemos que cuidar, desde las autoridades electorales, que se repartan entre los bloques de competitividad alta, media y baja a hombres y mujeres para que no se mande exclusivamente a las mujeres a los lugares perdedores.
Vimos también que de repente llegaban mujeres a la Cámara de Diputados y Diputadas y renunciaban para que, en su lugar, estuvieran ahí hombres. ¿Qué pasaba? Se ponía como propietaria de la fórmula una mujer, como suplente un hombre, para presionarles y entonces, presionarlas, y así ellas renunciaran, y en todos los casos quienes terminaran ejerciendo el cargo fueran los hombres.
Hemos pasado por todo esto y ya llegamos al principio de paridad de género, que no es más una cuota, es una nueva forma de concebir el espacio público como un lugar que tiene que ser compartido por hombres y mujeres por igual. Es un principio constitucional.
Pero al final lo que vemos es esto, no podemos dar por sentado que el hecho de que se haya reconocido el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, que se nos hayan reconocido en igualdad a los hombres nuestros derechos políticos, eso no ha implicado que, en la vía de los hechos, los hayamos podido ejercer en igualdad de circunstancias.
Y es algo en lo que seguimos luchando hasta el día de hoy.
Me parece que podemos concluir que, aún queda un amplio camino por recorrer en pos de la igualdad y la participación plena de las mujeres en la vida política.
Esperemos que las elecciones 2024 marquen un punto de inflexión, impulsando un cambio positivo hacia una representación equitativa y un compromiso genuino con igualdad de género en el ámbito político para todas y todos.
Muchísimas gracias, doctora, por su conferencia.
Presentadora: Muchas gracias, consejera.
A continuación, daremos paso al espacio de preguntas y respuestas, el cual estará a cargo de la moderación de la Consejera Rita Bell López Vences.
Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchas gracias.
Pues excelentes las reflexiones de la Consejera Dania, como siempre muy atinada en las precisiones que hace, aparte de poner el contexto en la participación política de las mujeres en los procesos electorales, quien mejor que ella para señalar estos datos tan preocupantes.
Y bueno, para destacar, por supuesto, también la intervención de la conferencista que el día de hoy nos acompaña en el INE.
Bueno, voy a hacer tres bloques, si les parece bien, hay muchas preguntas, creo que todas van ahí encaminadas más o menos en las mismas preocupaciones. Entonces, voy a hacer tres bloques en lo que consideré que podía dividirlos.
Preguntan.
¿Nos podría compartir tres claves para llegar a la ciudadanía de los gobiernos?, por favor.
¿Cuál es la diferencia entre feminismo radical y feminismo institucional?
¿Qué piensa del aparato de género como mecanismo de simulación en las instituciones?
Por aquí la última que dice ¿usted considera que una de las tantas raíces de la violencia política en razón de género es que entramos a un juego político varonil machista, y aún no terminamos de construir una política feminista?
Ésas son las primeras.
Nuria Varela Méndez: Gracias.
Madre mía, voy a ver si me acuerdo de todas.
Voy a empezar por el final.
Yo creo que la violencia política es una forma más de violencia contra las mujeres, quiero decir, es imposible que en un mundo en el que las mujeres somos violentadas, no haya violencia contra las políticas, no haya violencia específica.
Y como hablaba la consejera ahora, toda la violencia es ejemplarizante. Cuando hablamos de la cultura de la violación, cuando el feminismo identifica la cultura de la violación y la relata y la explica, aparte de explicar qué es la normalización y todo lo que sabemos, hay un punto muy interesante en la autora Susan cuando explica que la violación se utiliza para amedrentar a todas las mujeres, no solo a las mujeres que son violentadas.
Y bueno, es una obviedad, a todas nos educan en el cuídate, ten cuidado, dónde vas, con quién vas, cómo vistes, a qué hora, pa, pa.
¿Eso qué significa? Que luego somos las culpables, es el único delito en el que a las mujeres se las culpabiliza de ser víctimas, ésa es la cultura, en ésa la cultura política, como acaba de decir, es exactamente igual.
Es una forma de violencia, la violencia política, que pretende el silencio de las mujeres, el mandato patriarcal por excelencia. Entonces, tú y todas tus compañeras, como decía.
Es como cuando hablamos de empoderarnos, o es cuando hablamos de otros muchos conceptos.
El feminismo es un proyecto colectivo y emancipado, y necesita un cambio cultural, porque no se puede, una mujer empoderada no es feminismo, pero además no existe una mujer empoderada, porque por muy empoderada que está una mujer, si se va a un barrio sola a las 03:00 de la mañana, será agredida.
Entonces, de ahí que ya yo haya insistido mucho en el cambio de marco y en el cambio cultural, y eso también sirve para el resto de las preguntas.
Claro que hay que hacer una política, o sea, las instituciones, incluso las leyes, están hechas cuando nosotras no estábamos, pero igual que la educación.
Cuando, ahora, no sé, hablamos de coeducación cuando en realidad de lo que se trata es de educación mixta. No estamos coeducando, no estamos educando en igualdad, no estamos enseñando a los niños a ser hombres no violentos y respetuosos con las mujeres. Lo que hemos hecho ha sido a las mujeres en las instituciones de educación hechas para los hombres.
Pues lo mismo con la política, somos las intrusas, estamos entrando en unas instituciones que desde los tiempos, a qué horas se reúnen, cómo es la forma informal de tomar decisiones, en qué espacios se socializa, desde eso hasta el lenguaje que va a ir creciendo, además, la violencia verbal en el ámbito político en los últimos años.
Todo eso nos resulta ajeno, no es, nosotras somos una vez más las intrusas, hemos llegado a un sitio que no hemos construido y en el que no participamos igual que las leyes que no estábamos, no éramos legisladoras en la inmensa mayoría de las leyes que nos rigen.
Y no sé si haya otra pregunta que se me ha escapado.
El feminismo radical y el institucional.
Sí son completamente distintos, el radical ya les digo, que nace en los años sesenta y es el feminismo que lleva de la mano de Millett, Firestone y nace, básicamente, en Estados Unidos en la parte teórica y luego se extiende por todo el mundo.
Y eso, bueno yo les voy a decir, ya se los dije antes, es mi debilidad, porque la radical lo hicieron todo a la vez, hicieron la teoría pero se convirtió en el movimiento social por todo el mundo, hicieron los grupos de auto conciencia, pero, además, abrieron los primeros centros de atención a la sexualidad de las mujeres, abrieron los primeros refugios.
Bueno, lo hicieron todo a la vez y ya les digo, las feministas radicales fueron las que hicieron los movimientos de auto inculpación “yo también he abortado”, por ejemplo, que se extendieron por todo el mundo: “yo también soy adultera” en países como el mío, donde el adulterio era un delito que solo cometían las mujeres, los hombres no eran adúlteros, no había una ley para ellos. Bueno todas estas cosas.
Entonces, el feminismo radical es ese feminismo que nace de una generación muy joven y de mujeres muy formadas y que desarrolla todos los conceptos que luego hemos venido desarrollando y que se extiende por todo el mundo.
Luego, según va llegando a distintas regiones, se va a transformando.
En Europa se transforma en buena parte en muchos países es lo que llamamos feminismo es la diferencia, feminismo cultural y todo esto.
Y el feminismo institucional.
Hay algunas compañeros que me dicen que eso no existe, pero, bueno, yo lo defiendo, porque me dicen lo que hay es feminismo en las instituciones, vale, puede que tengan razón, pero a mí me gustaría que existiera, pues, aquello de verbalizar los deseos ahí se cumple.
Llamamos feminismo institucional, al menos yo, al feminismo que se hace desde las instituciones, que puede ser radical o no, quiero decir, puede tener la agenda política que nace del feminismo radical o no, o puede tener la agenda política.
Ya saben que en el feminismo, o sea, lo bueno que tenemos las feministas es que hablamos mucho y que nuestro, realmente nuestro valor es la palabra, y que es el único movimiento, la única revolución no violenta en el mundo y en la historia; nuestra revolución está hecha a base de pensar juntas, discutir, hablar, conceptualizar y darle vueltas.
Entonces, bueno, el feminismo radical está como muy claro, y el feminismo institucional está más discutido, pero bueno, a mí me gusta utilizarlo.
Consejera Electoral Rita Bell López: Muchas gracias.
Bueno, ya diste respuesta a algunas otras que ya estaban por aquí.
Hay algunas sobre las selecciones y los procesos en México, se señala:
Aquí en México se enfrentará en 2024 una elección muy demandante, las mujeres estamos muy vulnerables en el proceso, a pesar de tener normativa, protocolos y demás para la prevención de la violencia política, vemos que no serán suficientes.
¿Qué estrategias se pueden impulsar para la prevención y atención en el contexto mexicano?
Igual, si puede señalar si existe como termómetro sobre patriarcado, si estamos como, dice, según su punto de vista, el patriarcado de México a nivel mundial, ¿qué lugar ocuparía?
Y luego por acá señala, aquí se da mucho la renuncia de las mujeres, o sea, llegan a los cargos pero renuncian.
También preguntan si hay alguna de las formas que se pueda prevenir esto.
Adelante, por favor.
Nuria Varela Menéndez: El nivel de patriarcado no sé, pero bueno, hay un índice global, ustedes saben que hay un índice de igualdad que se mide en todos los países de mundo.
Yo creo que entra dentro de la retórica de la igualdad, y yo le doy un valor pues retórica de la igualdad, porque por ejemplo, España acaba de ascender, creo que es al puesto 6, pero en España ya sé que las cifras con las que acaba de dar la consejera son mucho más pequeñas, pero claro, es que México extiende desde España, ¿no?
Pero España que supuestamente está en el puesto 5, o sea, muy arriba, tenemos 60 asesinatos al año.
Entonces, no sé yo qué, cómo se puede hablar de igualdad cuando tenemos ese número, ese grado de violencia y ese número de asesinatos, no sé.
Uno, desde luego, es Afganistán, de ahí para abajo creo que ahí andamos, no me atrevo yo a ponerle un número a cómo está el patriarcado en México.
Bueno, yo creo que a las preguntas son las que he intentado dar respuesta con escaso éxito, qué nos ocurre, bueno, realmente lo que nos ocurre es que no tenemos los instrumentos, una vez más la retórica.
¿Qué necesitamos? Yo creo que necesitamos además de las leyes necesitamos mucha formación, necesitamos entrar en los ámbitos de poder donde normalmente no estamos, por ejemplo la administración pública, da igual que hagamos leyes si luego no se cumplen y quiénes la tienen que cumplir, los empleados y las empleadas públicas.
Entonces yo creo que tenemos que hacer una tremenda capacitación para que se cumplan, luego las leyes no sé aquí cómo son de sancionadoras, en España las leyes de igualdad se cumplen poco, en las trampas patriarcales como contaba la consejera, también nosotras nos inventamos las listas cremallera, para que no hicieran trampas y poner a las mujeres en los sitios perdedores.
Entonces, la obligación es que sea a cremallera, hombre-mujer, hombre-mujer, digo, hombre-mujer, pero ya casi siempre empieza un hombre, con lo cual cuando sólo sale uno celebro esa, que, incluso con las listas cremallera hay truco, pero, bueno, eliminas probabilidades si lo haces obligatoriamente uno-una, salvo cuando sólo sale uno que siempre salen ellos.
Entonces, yo creo que necesitamos presupuestos serios en igualdad.
Las políticas de igualdad no pueden ser las hermanas pobres de la política, necesitamos que el presupuesto es la política, necesitamos presupuestos fuertes, necesitamos mucha formación, no se puede hacer políticas de igualdad con gente que no sabe nada de igualdad ni de violencia.
No se puede enfrentar la violencia si se desconoce.
No se puede, bueno, no se puede llegar eso sin ser vulnerables o consolidar nuestras vidas si tenemos dobles, triples y cuádruples jornadas, o sea, el tema de los cuidados es un tema que tiene que estar en el centro de las políticas públicas y hay que solucionarlo. Para mí es uno de los más difíciles, porque, bueno, se resiste muchísimo a cambiar.
El tema de los cuidados exige un cambio cultural, un cambio económico y un cambio social y desde las políticas públicas es difícil entrarle ahí salvo poniendo recursos públicos para el cuidado, que la forma que hemos encontrado, pero eso no hace el cambio cultural, no hace a los hombres responsabilizarse del cuidado.
Por eso, se me hace complejo, necesitamos políticas públicos pero necesitamos trabajar mucho el cambio cultural, la solución la sabemos todas es la educación, es la coeducación, si enseñásemos a nuestros niños y a nuestras niñas desde el kínder que todas los hombres y las mujeres somos seres humanos iguales en derechos, pues, iríamos cambiando, pero eso tampoco lo hacemos.
¿Por qué? Porque tampoco hemos formado a los maestros y a las maestras.
Entonces, son las trampas patriarcales. Por dónde empezamos, pues, por donde sea pero hay que empezar, hay que empezar.
Yo creo que la Universidad es un lugar que no puede estar de perfil, es un lugar especialmente sensible para formar a profesionales que luego van a hacer a realizar todas las estas políticas y tenemos que hacer un cambio cultural muy potente con lo cual algo habría que hacer con los medios de comunicación, por supuesto también hay que formarles, pero, además, bueno, pues, quizás sancionar de manera más rotunda estas vulnerabilidades.
Y luego tenemos el problema de las redes sociales.
No sé, me imagino que aquí como en España es un problemón, especialmente en la gente más joven con lo cual no podemos no regular ese ámbito, lo que ahí también si queremos un cambio social, cambio político tenemos que entrar a regular, bueno, especialmente, hay que evitar la pornografía, el acceso a la pornografía de niños y niñas tan jóvenes, porque me imagino que si no se dedican a esto no la conocerán, pero la pornografía que están viendo nuestros niños y adolescentes es la erotización de la violencia, no es pornografía como la que se veía hace 20 años, ni mucho menos, es una pornografía violentísima y absolutamente denigrante contra las mujeres, con lo cual es un ámbito al que yo creo que tenemos, no puede ser que estemos en la inteligencia artificial y no podamos ver como regulamos el acceso de los menores a este tipo de pornografía porque además estoy segura que luego no tienen una educación afectivo sexual en el aula, porque eso genera tremendos debates y parece que les dañamos cuando les educamos, no.
Entonces bueno, yo creo que por ahí son los grandes problemas.
Presentadora: Muy bien, vamos con el último bloque de preguntas.
Dicen, qué respondes cuando las personas machistas te dicen que no existe el sexismo ni el patriarcado por hablar de mayorías o paridades numéricas, quién debe educar y formar en género y feminismo a los hombres, especialmente a los hombres.
Porque dentro del mismo género, es decir, las mismas mujeres existe misoginia y sexismo y aquí vienen tres preguntas que señalan que si se está perdiendo o rechazando los derechos ganados, si el patriarcado nos los está quitando, qué tan grave se ve la crisis desde el feminismo y cómo podemos avanzar y no perder lo ganado, y al igual que una de las preguntas que hacen aquí, qué camino seguir respecto de la problemática del borrado de las mujeres.
Nuria Varela Menéndez: Se tienen que repetir porque no me voy a acordar.
Qué digo, bueno pues es que el patriarcado es tan obvio, el 100 por ciento del poder religioso del mundo es masculino, el 100 por 100, el 100 por 100 del poder militar del mundo es masculino, el 90 por 100 del poder económico del mundo es masculino y el 80 la consejera da los datos, no lo recuerdo, pero entre el 70 y el 80 por ciento del poder político del mundo es masculino.
Pero en el patriarcado ahora ya sabemos que hay quienes dicen que la tierra es plana que por decir, podemos decir cualquier cosa; pero el negacionismo del patriarcado es tanto; yo qué respondo, pues que es una obviedad, solo hay que ver eso, las fotos no lo dan, bueno, quién manda en el mundo y es bastante obvio, a los hombres.
Yo ahí tengo un debate, reconozco que no lo tengo claro porque yo creo que hay que educar a los niños, pero yo no creo que las mujeres tengamos que educar a los hombres, o sea los hombres son adultos como nosotras que pueden ir a las mismas librerías, a las mismas charlas, a las mismos cursos, yo como profesora siempre tengo uno o ninguno en los grupos; no creo que les hayamos pedido nunca entrar a las librerías especializadas, yo sé que hay incluso en mi país, mi ministerio, hacía mucho hincapié en que había que hacer campañas específicas a los hombres, yo creo que no, pero desde luego en lo personal educo a mi hijo pero no a mi pareja, solo faltaría no, claro, es que esas cosas, de que tenemos la culpa de todo y la responsabilidad de todo, hombre pues no, yo ahí no lo tengo muy claro, yo ya sé que hay mucha gente que dice, que si los hombres tal, bueno lo sé, pero no creo que nos toque también eso, los niños por supuesto, pero no delos hombres.
A la misoginia, claro, porque nosotras hemos sido educadas igual que ellos, es más hemos sido educadas para pelearnos, claro por ellos, efectivamente por ellos y por todos, (inaudible) o sea que es Amelia Balcázar la que dice que el poder corrompe y la falta de poder corrompe mucho más. Entonces efectivamente así te peleas por las migajas, pero en cualquier caso, nosotras hemos ido a los mismo colegios, vemos los mismos programas en televisión, vemos las mismas series en Netflix, oímos la misma música, ¿cómo llegamos nosotras al feminismo? por un esfuerzo de voluntad, porque el feminismo no llega a nosotras.
Claro, puede que a veces te duela especialmente no, cuando las mujeres te traicionan o cuando te ponen la zancadilla, pero cómo no, no somos distintas, estamos educadas igual y en las mismas familias y además el patriarcado con mucha de esa violencia simbólica no, el mito de la belleza y todo eso, nos ha educado el amor romántico, nos ha educado para pelearnos y competir.
Cuando hablaba la consejera de qué ocurría con las mujeres indígenas, claro es que fíjense que hay muchas ocasiones que una sola mujer representa todo, o sea es la cuota de mujer, de joven, de indígena, de migrante, de discapacidad, solo hay un puesto, no sé si me explico, así nos han educado y así nos están socializando, entonces bueno, es doloroso pero es lógico.
Ahora bien, yo no creo que el mundo cambie cuando cambien los hombres, yo creo que el mundo cambiará cuando cambiemos nosotras, juntas no solo somos más, es que somos más fuertes y somos mejores y eso yo creo que es lo importante, estar juntas y saber de nuestro potencial para cambiar el mundo.
Bueno ese es el tema más difícil de todos, me imagine y por eso me lo dejaba para el final.
Yo siempre me he definido como feminista puente y siempre he pensado que tenemos que construir y además porque lo hemos visto, las que ya tenemos una edad, hemos visto con claridad lo difícil que es construir y lo fácil que es tirarlo abajo, ¿no?
Bueno, lo que nos ha costado, pues eso, los derechos sexuales y reproductivos, y la ultraderecha y es lo primero que se carga en todas partes del mundo.
Entonces, yo creo que ahí hay que trabajar mucho el diálogo. Yo estoy muy asustada por el nivel de violencia, incluida la violencia verbal que se utiliza, yo no la he conocido nunca dentro del feminismo y mira que hemos discutido, mira que hemos discutido sobre la prostitución, mira que hemos discutido sobre tantas y tantas cosas.
Sin embargo, ahora, hay que poner… yo creo que tenemos que ser muy… que trabajar mucho y ser muy firmes en que, en aclarar que por supuesto, las feministas, las mujeres, pero en particular las feministas, toda nuestra historia y son ya tres siglos, hemos estado a favor de la ampliación de derechos de todo el mundo. El feminismo es un movimiento pacífico, feminismo es un movimiento solidario, siempre lo ha sido, el feminismo es un movimiento internacionalista, siempre lo ha sido.
Pero también es cierto que no puede ser que ampliar derechos signifique que nosotras retrocedamos en nuestros derechos.
Entonces, tenemos que trabajar más ahí y tenemos que llegar a diálogos.
Aquí en España no son posibles todavía, no tenemos espacios de diálogos y yo creo que ése es el problema, que no hay espacios de diálogo.
Bueno, yo creo que también hay mucho interés, económico, detrás de todo esto, hay mucha influencia de las élites norteamericanas y las grandes universidades estadounidenses, bueno, hay muchísimo interés detrás que el feminismo tiene que trabajar y tiene que explorar, pero sobre todo, hay que dialogar porque entre el borrado y la ultraderecha, efectivamente, estamos retrocediendo.
Entonces, hay que encontrar el camino para avanzar en los derechos de todas las personas, sin que en ningún caso se pongan en riesgo los derechos de las mujeres, porque es un absurdo.
Presentadora: Muchas gracias, doctora Nuria Varela y muchas gracias Consejera Rita Bell López Vences.
Para el cierre de este evento, damos la palabra a la Consejera Norma Irene De la Cruz Magaña.
Consejera del INE, Norma Irene De la Cruz Magaña: Buenas tardes.
Muchísimas gracias.
Yo como ustedes también, estamos muy emocionadas escuchándola aquí, Nuria Varela, no sabes, has sido un referente para muchas de nosotras.
Y también, yo se lo decía, también nos has ayudado a poder comunicar qué es el feminismo a las nuevas generaciones. Entonces, yo decía a mis sobrinitas y a mis… les he dado ahí sus…. Y no solo tener la oportunidad de tener este espacio de reflexión donde nos has llevado de la mano, cómo ha sido la lucha de las mujeres, no solo desde la herencia del sufragismo y cómo hemos ido llegando a donde estamos, pero los retos que nos seguimos enfrentando, sobre todo porque a pesar, ya nos quedó claro, tener leyes que abonan a la igualdad no son suficientes, aquí lo hemos visto, versamos mucho, pero no es suficiente.
Y también este discurso que tenemos sobre que ahora parece que como ya tenemos derecho y hay igualdad, ¿no?, o sea, no por rosa deja el patriarcado de ser duro, y este cuestionamiento que nos va llevando hacia esta ciudadanía sustantiva, más allá de lo nominativo.
Aquí la Consejera Dania Ravel nos daba un buen ejemplo cómo en México, o sea, a pesar de que votamos a partir del 53, igualdad en los puestos ejecutivos locales, apenas estamos trabajando para ello y eso… o sea, en 60 años se eligieron siete mujeres, a pesar de que tenemos paridad como mandato constitucional.
Pero a partir, y aquí sí, de la masa crítica que fue necesaria que llegara al Consejo General, sí pudimos hacer estos acuerdos para garantizar la paridad en la nominación a gubernaturas y hoy, ahora sí te podemos platicar que en tres procesos electorales se han electo, o sea, en tres años que ha habido proceso electorales, hemos tenido nueve mujeres electas.
Entonces, no es solo tener el acceso al derecho, sino cómo lo ejercitas y cómo podemos hacer, llevarlo este ejercicio pleno, porque con estas preguntas que nos decían, lo que nos están mostrando es cómo, aunque nosotras vamos avanzando, también el patriarcado se está… está mutando, ¿no?, y ahora peor, nos hace creer que tenemos libertades y que seguir en este proceso de, también de explotación, el mismo sistema nos libera, ¿no?, porque ahora podemos poner a trabajar a otras mujeres para que lo hagan y la carga de los cuidados sigue siendo una materia pendiente.
Y efectivamente, aquí nadie, ninguna de nosotras creció así en una burbuja de paridad y democracia, no, todas venimos de este sistema y obviamente, nos enfrenta a una serie de retos que además son más sofisticados y creo que por eso también es tan importante mucho de lo que nos compartían hoy porque nos hace ver ésta otra perspectiva.
¿Qué más sigue?, o sea, ya avanzamos nominalmente, ya tenemos muchas cosas, pero los retos son los mismos y seguimos expuestas a estas mismas formas de violencia y es en este marco de estos 16 días de activismo que vamos a estar trabajando desde el Instituto Nacional Electoral, para nosotras, para nosotras, y sí hablo en femenino, para nosotras, estos espacios son súper importantes, porque, como ves, tenemos a nuestras vocales distritales y locales.
De todo el país estamos escuchando, porque también esa parte de lo que hablamos de si, cuando hablamos de si las instituciones son feministas o las personas que hacen la institución son las feministas.
Y lo que podemos hablar en el INE de una nueva generación, donde los cambios se están viendo.
Y yo creo que aquí, para nosotras, más allá de agradecer que nos compartan el espacio y también que nos pongan estos otros retos que estamos viendo, porque nosotras estamos con esa perspectiva (Inaudible) y cuando vienen, y podemos mirar y contrastar qué está pasando en otras latitudes, eso nos ayuda también a ir avanzando en esta construcción, tanto desde las instituciones en lo cotidiano y en lo simbólico, porque eso nos lleva a una deconstrucción constante y en cómo vamos atendiendo.
Si bien por el ámbito de nuestras responsabilidades, aquí hablamos mucho de violencia política contra las mujeres en razón de género, bueno, no es de que estemos obsesionadas, tenemos una legislación, y es un tema que a nosotras, que lo estamos discutiendo porque a pesar de todos los compromisos, y a pesar de todas las violencias que están sufriendo las mujeres en México, tenemos un marco que desde aquí nos permite incidir para atender y tratar de erradicar ese tipo de violencia, que responde a problemas mucho más estructurales y eso aquí lo sabemos y apreciamos muchísimo, sobre todo por todo el camino que nos falta llevar desde esta ciudadanía nominal que tenemos, a una ciudadanía sustantiva con perspectiva de género, con paridad y sobre todo, son violencia.
Yo creo que ese es uno de los grandes retos que nos llevamos, y obviamente toda unas preguntas que nos dejas reflexionando, cómo seguimos avanzando, cómo estamos entendiendo las desigualdades, como incluso también esa desigualdades nos atraviesan a las mujeres o cómo nos estamos enfrentando con estas mujeres que a pesar de estar participando en político o haciendo alzar su voz, no tienen la agencia suficiente para poder actuar.
Entonces eso nos lleva a una doble responsabilidad a las mujeres que estamos en estas instituciones y que tenemos que (Inaudible) un mundo donde quepamos todas, donde quepamos todos y donde ahí sí nos cuidemos entre todas y entre todos, y para eso yo creo que nos falta muchísimo.
Y obviamente queremos agradecer, estamos muy contentas de tenerte aquí, también la presencia de todas y cada una de ustedes es súper importante; compañeros que están aquí de Construyéndose, necesitamos que vayan esparciendo el mensaje, porque yo estoy de acuerdo contigo, yo ahí sí creo que eduquemos a los chiquitos a los grandotes, ya están grandotes, que se asuman y que tomen responsabilidad también.
Porque ese sí es un asunto de responsabilidad personal, a estas alturas ya no podemos decir que no saben, a estas alturas; así que compañeros, qué bueno que nos estén siguiendo, qué bueno que lo están escuchando.
Y también los invitamos a que sigan las siguientes actividades que vamos a tener en los próximos días, mañana tenemos otro taller y va a estar fabuloso también con Nuria.
Agradecemos muchísimo la atención, el tiempo y esperamos que nos sigan acompañando y que sean parte también de la construcción de una democracia sin violencia, donde quepamos todas.
Muchísimas gracias.
Presentadora: Muchas gracias, Consejera De la Cruz Magaña.
A continuación, solicitamos sea tan amable de subir al escenario Marisa Arlene Cabral Porchas, Coordinadora de Asuntos Internacionales del Instituto Nacional Electoral, para hacer entregas del reconocimiento a la ponente y también de un detalle significativo.
Marisa Arlene Cabral Porchas: A nombre del instituto Nacional Electoral hacemos un enorme reconocimiento al trabajo de Nuria Varela y a su compañía del día de hoy.
Pero no solo eso, también queremos entregar un pequeño detalle muy simbólico de la CANA que es una organización que trabaja con mujeres en prisión y, como decíamos al principio ¿no?, menos palabrería y más acciones, las acciones pueden ser de todos los tamaños y desde todos los espacio.
Entonces con mucho gusto le entregamos esto.
Presentadora: De esta manera concluye la Conferencia Magistral en el marco del 25 de Noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Gracias a quienes participaron, a quienes han seguido la transmisión en vivo, al funcionariado que dio seguimiento a través de la plataforma Webex, y de manera especial gracias al grupo Caña Dulce y Caña Brava.
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