VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DE LA CONSEJERA DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), NORMA IRENE DE LA CRUZ MAGAÑA, EN LA INAUGURACIÓN DEL EVENTO DE CONMEMORACIÓN DEL 70 ANIVERSARIO DEL VOTO DE LAS MUJERES EN MÉXICO
Muchas gracias.
Muy buenos días.
Es un gusto enorme y un honor estar aquí en representación, primero, de la Presidenta del Instituto nacional Electoral, Guadalupe Taddei Zavala, que por una cuestión logística ya no nos pudo acompañar, se disculpa.
Y me voy a permitir leer el mensaje que al Presidenta había preparado por este 70 Aniversario del Voto de las Mujeres en México y, agradecemos al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ministras y ministros, magistradas, compañeras del presidio y personas que nos acompañan en esta conmemoración, les saludo con mucho gusto.
Es un gusto y un honor poder dirigirme a ustedes, a quienes nos acompañan de forma presencial y virtual.
Y, pues me parece fundamentalmente significativo, conmemorar un hecho histórico en la vida democrática del país, que es el 70 Aniversario de reconocimiento a nivel federal, ya nos contaron la historia nivel local, del voto de las mujeres en nuestro país; sobre todo, ahora que coincide con el inicio de lo que será el proceso electoral más grande a la fecha en nuestro país, en el cual se renovarán más de 20 mil cargos de elección popular a nivel federal y local.
En él podrán ejercer su voto 98 millones de personas, de las cuales 52 porciento somos mujeres.
Este es un motivo que nos convoca a reconocer, no sólo a las mujeres que nos abrieron el camino, sino todo el esfuerzo que ha implicado lo que significa la ruta emprendida que ha hecho posible nuestra presencia actual dentro de los diferentes poderes, órdenes de gobiernos y partidos políticos.
Para recordar a algunas de ellas, cuando se iba a reunir el Congreso Constituyente de Querétaro en 1917, Hermila Galindo, editora y diplomática mexicana, que ya no la mencionaron y la tenemos que reivindicar en cada uno de estos eventos, porque ella fue la que entregó una propuesta de sufragio femenino restringido para las mujeres con la cultura eficiente, ¿verdad?, nos decían.
Y también recordar Elvia Carrillo Puerto, quien en 1923 fue la primera mexicana en electa diputada local en el estado de Yucatán, y una defensora notable de los derechos de las mujeres, incluyendo los derechos políticos.
Otro momento importante en esta historia, es el periodo cardenista, en el cual las mujeres organizadas lucharon para obtener el derecho al voto. Destacaron el Frente Único Proderecho de las Mujeres, integrado por obreras, empleadas, maestras y campesinas, bajo el liderazgo de María del Refugio García, conocida como Cuca García; así como el Ateneo Mexicano de Mujeres, una red de escritoras, escritoras, perdón, periodistas y funcionarias públicas en las que Amalia González Caballero tuvo una participación destacada.
Las mujeres, previo al reconocimiento del voto en el ámbito municipal, organizaron un gran número de manifestaciones, incluso hubo huelgas de hambres en defensa de sus derechos y el derecho a votar y ser votadas, una propuesta para garantizar que la Constitución que garantizara el derecho de las mujeres, que fue presentada primero por Lázaro Cárdenas a finales de 1937, y aprobada el 6 de julio de 1938, en el Congreso de la Unión.
Sin embargo, eh, aquí está el truco, ¿verdad?, nada más no lo publicaron, no les ha sonado ¿eh?, nos ha pasado, ¿verdad?. Si bien ya había estado que reconocían el voto de las mujeres, como el caso de Puebla desde el 36, en el 47 se reformó el artículo 115 constitucional, estableciendo el derecho al voto femenino municipal.
Y es hasta 1953 que se reforman los artículos 34 y 115 constitucionales para reconocer a las mujeres el derecho al voto a nivel federal, realizándose el 6 de octubre de 1953 la declaratoria formal por la que la Cámara de Diputados y, ahora sí, sí se publicó en el Diario Oficial de la Federación un día como hoy, bueno, no como hoy, como el que viene la próxima semana, el 17 de octubre de ese año. Y eso es lo que hoy estamos conmemorando desde ahora.
Esta batalla ganada en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres traería otras victorias para las mujeres, ya no había limitantes legales, bueno, parecían, ¿verdad?, porque ahora, aunque se nos reconocía el derecho a ser ciudadanas, en la participación ha sido todo una avance para lograr la participación política en condiciones de igualdad.
Si bien, y recordamos, por ejemplo, a Aurora Jiménez, que fue la primera Diputada Federal en 1954; María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, que fueron las primeras senadoras.
En 1979, Griselda Alce Álvarez Ponce de León, la primera Gobernadora por el estado de Colima y en 1998, que tuvimos a Rosario Ibarra de Piedra como la primera candidata a la Presidencia de la República.
Era evidente que se avanzaba a un paso muy lento en el derecho de las mujeres a ser votadas, pues si bien la ley nos daba acceso se impedía nuestra participación de manera sustantiva. Por ello se fueron promoviendo acciones afirmativas, ya nos platicaba aquí la diputada, cómo fue esas batallas desde 1993, primero para garantizar un porcentaje de candidaturas exclusivas para mujeres en senadurías y diputaciones.
En 2002 se logró que el 30 por ciento, ahí vamos empezando la historia de las cuotas, ¿verdad? que el 30 por ciento de las candidaturas fueran para mujeres, 2008 subió al 40 por ciento.
Ya nos platicaba la Presidenta del Congreso cómo fue la batalla para lograr la paridad total y la paridad en todo.
También, y aquí vale la pena recordar ya en el 2016 no había, no teníamos un marco normativo que nos permitiera atender la violencia política contra las mujeres en razón de género.
Y hasta en el 2016, tuvimos este primer Protocolo para atender la violencia política contra las mujeres, que fue una iniciativa que sale de este Tribunal de la mano del Instituto Nacional Electoral y el Instituto de las Mujeres.
Y esto nos vino a dar un marco que fue posible ir atendiendo este fenómeno, y tenemos que destacar que es las reformas constitucionales del 2019 y 2020 que hacen posible la incorporación de la paridad total y la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia política contra las mujeres en razón de género.
Estas reformas incorporaron a través de un conjunto de normas que deberán plenamente ser implementadas y garantizadas por todas las autoridades y los actores políticos, como parte del compromiso del INE con temas de paridad y atención a la violencia política contra las mujeres y el respeto a los derechos políticos electorales de las mujeres el Consejo General ha aprobado diversos acuerdos para regular el proceso sancionador.
Tenemos el Registro Nacional de Personas Sancionadas, emitimos los lineamientos para que los partidos políticos nacionales y en su caso los locales prevengan, atiendan, sancionen y erradiquen la violencia política contra las mujeres en razón de género.
Otro tema fundamental que debe resaltarse es la paridad y su coexistencia con las acciones afirmativas para grupos históricamente discriminados, así como la prevención de este tipo de violencia.
Todos estos elementos son cruciales para avanzar a la construcción de una democracia paritaria, igualitaria, incluyente y sobre todo libre de violencia.
En retrospectiva, a 70 años del sufragio femenino podemos reconocer los avances electorales, pasamos de las cuotas a la paridad total, estamos en la transición de la paridad formal a la paridad sustantiva. Y en el camino se han generado y fortalecido diversos criterios favorables, es un camino inacabado y el reto es seguir construyendo sin retroceder.
Hoy, con la paridad total tenemos a más mujeres siendo magistradas, juezas, consejeras electorales, por supuesto, tenemos más diputadas, senadoras, tenemos más gobernadoras. Sin embargo, en los dos mil 471 municipios de este país, sólo 545 están gobernados por mujeres, lo cual significa que tenemos una deuda pendiente a nivel municipal.
El compromiso del INE con los temas de paridad y combate a la violencia política es fundamental y a 70 años del voto de las mujeres nos toca avanzar en la agenda para el logro de la igualdad sustantiva.
Requiere el cambio cultural para que las mujeres puedan pasar del acceso a la permanencia y transformar el ejercicio del poder y que requiere derrumbar las desigualdades y los prejuicios de género que todavía nos impiden el avance.
Nuestro trabajo rendirá más y mejores frutos a la ciudadanía de las mujeres si logramos un trabajo articulado, afiancemos lo logrado y vislumbremos juntas los grandes desafíos que tenemos a 70 años del sufragio femenino.
Unidas fortalecemos la democracia de nuestro país atendiendo el compromiso establecido en nuestra Constitución, hacer valer la paridad, la igualdad, el pleno respeto a los derechos de las personas humanas.
La democracia implica la erradicación de la violencia contra las mujeres en razón de género para participar en una democracia libre de violencia, porque sin las mujeres no hay democracia.
Muchas gracias.
-o0o-