El Consejero Electoral, Ciro Murayama, comentó que la reforma constitucional se frenó, pero el “plan B” modifica seis leyes secundarias que contienen una serie de disposiciones contrarias a la Constitución. Manifestó que uno de los puntos más graves es la desaparición de las 300 juntas distritales del INE, que son los equipos de trabajo que organizan la labor de las elecciones desde actualizar día con día el Padrón Electoral, hasta recorrer los distritos para ubicar dónde se colocarán las casillas. Puntualizó que el personal que ha dado elecciones auténticas y voto libre sería despedido sin más y con ello la posibilidad de que el Instituto pueda realizar elecciones como las conocemos; si la reforma constitucional mataba al INE, el “plan B” le amputa las manos y las piernas para que no pueda hacer su trabajo, acotó.