El Consejero Electoral, Ciro Murayama, sostuvo que se trata de “una reforma que atenta, no contra los consejeros directamente, sino contra los servidores públicos, la gente que llegó a su cargo por un concurso público, que es evaluada todos los años y sometida también a un programa de formación capacitación permanente”, quienes se quedarán sin trabajo por una reforma sin diagnóstico, “inspirada en una pretensión muy autoritaria que pone en riesgo la celebración de elecciones, porque al lastimar a nuestro Servicio Profesional Electoral, a estos trabajadores del INE, al final se acaba dañando a los ciudadanos”.