Versión estenográfica de la presentación del libro: Los sueños de la niña de la montaña

Escrito por: INE
Tema: Discursos


Presentadora: El Instituto Nacional Electoral da la más cordial bienvenida a todas las personas a la presentación del libro Los sueños de la niña de la montaña, para lo cual agradecemos la participación de la doctora Adriana Favela Herrera, Consejera Electoral e integrante de la Comisión de Igualdad de Género y no Discriminación del Instituto Nacional Electoral; y de la licenciada Eufrosina Cruz Mendoza, autora del libro.

Para dar inicio, atenderemos las palabras del Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, doctor Lorenzo Córdova Vianello, quien nos envió el siguiente mensaje.

Corre video, por favor.

(Se reproduce material multimedia)

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Hola, ¿qué tal?

Muy buenos días a todas y todos.

Es un gusto para mí darles la bienvenida a la presentación del libro Los sueños de la niña de la montaña, de la Diputada Federal Eufrosina Cruz.

Agradezco la invitación de la Consejera Electoral Adriana Favela, para enviarles este mensaje de bienvenida y, desde luego, a la autora, nuestra querida Eufrosina, por compartir con el Instituto Nacional Electoral sus reflexiones acerca de esta interesante obra.

La niña de la montaña es un testimonio de vida muy valioso e inspirador, pero también, una gran lección para los tiempos que, lamentablemente, vive la política contemporánea.

La lucha de Eufrosina, su alegre rebeldía y su terquedad, como ella misma llama a su perseverancia, constituye un ejemplo para millones de mujeres mexicanas y para todos nosotros en general en relación de cómo se conquistan, se ejercen y se defienden los derechos políticos de la ciudadanía, e incluso antes de tenerlos protegidos por la ley.

Eufrosina abrió brecha en muchos sentidos, se reveló frente a los usos y costumbres que le mandataban casarse a los 12 años. No aceptó el futuro que le deparaba el destino predeterminado, y se fue a estudiar, se preparó y decidió incursionar en política.

No se arredró frente al veto patriarcal y buscó ser alcaldesa de su natal Santa María Quiegolani, cosa que logró tras varios intentos.

Fue Diputada Local, Presidenta del Congreso Estatal de Oaxaca, y hoy es Diputada Federal por segunda ocasión.

Su lucha, su ejemplo y su trayectoria son paradigmáticos de la lucha de millones de mujeres por la paridad entre los géneros y por un México más justo, más libre e igualitario.

Sin paridad sustantiva, no puede haber democracia y, por ello, me da mucho gusto que se lleve a cabo esta presentación en el Auditorio del Instituto Nacional Electoral que, estoy seguro, será muy rica y aleccionadora para todas y todos nosotros.

Nuevamente, muchas gracias y sean bienvenidas y bienvenidos al INE, la casa de la democracia.

Ayer, hoy y, estoy seguro, por muchísimos años más.

(Aplausos)

Presentadora: A continuación, damos la palabra a la Consejera Electoral Adriana Favela Herrera.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias.

Oigan, y voy a tener que repetir todo lo que dije antes porque no estamos al aire, perdón.

Bueno, nada más, rápidamente, les agradecemos su presencia el día de hoy en la casa de la democracia, aquí en el INE.

Decíamos que tenemos personas de la Universidad ICEL, campus La Villa; de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM; en Tabasco está la Escuela Secundaria Técnica No. 4 de Centla, Tabasco que nos están viendo; en Campeche, el CECyTEC de Hopelchén, que es un bachillerato de distrito local indígena; en Quintana Roo, la Universidad Intercontinental Maya de Quinta Roo; de Guerrero, la Universidad Intercontinental del Estado de Guerrero en la Ciénega; y las unidades académicas en Atliaca y Ayutla de los Libres; y en Yucatán la Universidad de Oriente 1 en el municipio de Valladolid.

Y también, les decía que tenemos aquí consejeras y consejeros de los institutos electorales locales, a ver, levanten la mano, de la Ciudad de México, del Estado de México, de Querétaro de Hidalgo, de Baja California, de Guanajuato, de Tabasco y también tenemos, bueno, a un querido magistrado de la Sala Regional Toluca del Tribunal Electoral entre otras personas que están aquí, de verdad muy queridas todas las personas que nos hacen el favor de acompañarnos el día de hoy.

Eufrosina, yo iba a hacer una presentación, según yo muy breve pero, bueno, me voy a tener que ahorrar muchísimo tiempo, pero bueno, Eufrosina es una mujer, obviamente mexicana, zapoteca, ella es del estado de Oaxaca.

Como ya lo decía Lorenzo, ella era una niña rebelde que vivía en una montaña. También ella es madre de Diego quien es el centro de su vida y el ser que más ama en este mundo y de verdad gracias, Eufrosina, por regalarnos su tiempo el día de hoy, y además ella precisamente trató de estar presidiendo su comunidad, pero no la dejaron por el simple hecho de ser mujer.

Pero Eufrosina no se rindió, ella siguió luchando y después logró que se reformara la Constitución de Oaxaca para, precisamente, se dijera que, aunque las comunidades se rijan por sus usos y costumbres indígenas, no pueden discriminar a las mujeres si tienen que participar.

También ella es Contadora Pública, maestra en Ciencias Políticas, ha sido diputada en dos ocasiones, fue la primera mujer indígena que presidió el Congreso del estado de Oaxaca, ha sido diputada federal.

Y ella hizo algo histórico, fíjense, logró modificar la Constitución Mexicana para que en el artículo 2° se reconociera el derecho de las mujeres indígenas del país al voto activo y pasivo, así como acceder y desempeñar los distintos cargos públicos y de elección popular, sin que ninguna de las prácticas comunitarias limitaran esos derechos, por el hecho de ser mujer. Una medida que además fue también adoptada y replicada por la ONU.

O sea que Eufrosina ha dado muchísimo a la democracia mexicana de nuestro país, de México, pero también ha estado logrando muchos avances también para las demás mujeres de todo nuestro planeta.

Por eso el INE también el día de hoy, Eufrosina, te hace un reconocimiento por esta importante aportación en la democracia mexicana y por la lucha que has emprendido desde hace muchos años, por los derechos de las mujeres indígenas, por ello también les pido que le brindemos un muy fuerte aplauso a Eufrosina Cruz.

(Aplausos)

También el camino de Eufrosina, bueno, pues, no ha sido fácil, ella ahorita nos lo va a contar, ha estado…pero bueno, finalmente ella siempre ha salido adelante y ha hecho oír su voz en muchísimos foros motivando a la gente y ha estado alado de personalidades como Michelle Obama, Dilma Rousseff, Malala entre otras personas.

Y también gracias a su trabajo y a todo su activismo ha sido merecedora de múltiples reconocimientos a nivel nacional, internacional, como en México el Premio Nacional de la Juventud y a nivel nacional pues fue reconocida por la ONU al ser considerada dentro de las 100 mujeres líderes más poderosas del mundo en 2016.

También recientemente, recibió un premio por el Grupo Salinas y Caminos de la Libertad, que le otorgaron el premio “Una vida por la libertad”, por su larga lucha y su trayectoria de promover y preservar la libertad, siendo la primera persona mexicana en recibirlo.

Su larga lucha por la igualdad, por los derechos de las mujeres, también ha sido recogida o plasmada en diversas películas y documentales, también la Vida de Eufrosina, también ha sido recogida en muchísimos libros.

Y ella, también ha escrito este libro que estamos presentado el día de hoy, “Los sueños de la niña de la montaña”.

Y, ¿por qué es importante escuchar a Eufrosina Cruz?

Primero, porque como les digo, ella fue una niña rebelde, es una mujer valiente y que a pesar de todas las adversidades que pudo haber vivido, siempre ha salido adelante, ella sufrió discriminación, sufrió muchas circunstancias, pero siempre se ha puesto de pie y a ha seguido avanzando.

Ustedes sabían que en México, la discriminación cada día avanza más, y que la mayoría de las personas hemos sufrido discriminación, nos lo dice inclusive, fíjate, Eufrosina, la Consulta Infantil y Juvenil de 2021, nos dice ya que los niños de nueve años, ya han sufrido discriminación, y los discriminan por su peso, por su estatura, por su color de piel, por su situación económica, entre otras cosas, por su manera de vestir, por su forma de hablar.

Y la discriminación, ojala que no existiera, pero es una realidad y lo que necesitamos es tener a personas como tú que ha saltado tantos obstáculos sin darse por vencida, y que han salido adelante, para que esas herramientas que tú utilizaste, también las compartas con nosotros.

También, en esta vida que estaos viviendo actualmente, donde hay muchísima violencia, donde la pobreza se ha incrementado, donde muchas veces las personas no tenemos ya esperanza, y eso también afecta, tanto a las personas jóvenes, como a las niñas y a los niños.

También necesitamos un mensaje de esperanza y creo que tú, Eufrosina, eres la persona que nos puede dar ese mensaje, de cómo se puede salir adelante con mucha alegría, con mucho amor, con mucho entusiasmo y sin dejar que los obstáculos te arrebaten tus sueños.

Entonces, sin más, de verdad, le paso el micrófono a Eufrosina Cruz.

Tú siéntate como en tu casa, cuéntanos de tu libro, porqué lo escribiste y cuáles han sido tus vivencias más importantes, porque necesitamos escucharte.

Gracias, Eufrosina.

Eufrosina Cruz Mendoza: (Intervención en lengua indígena)

Primero, qué chingado dije, ¿verdad?

Primero, siempre cuando tengo chance de tener este tipo de diálogos, de reflexiones, porque yo no soy nadie para venir a decir, qué tiene que hacer cada quién, uno tiene que construir su propia historia, a pesar de lo adverso que puede ser esa circunstancia.

Y siempre me gusta saludar en mi lengua materna, porque es parte de mi lucha, porque yo sí quiero que este país reaprenda a verme a mí con los ojos correctos, que no soy víctima, que soy posibilidad, que no soy grupos vulnerables, que soy posibilidad.

Porque siempre nos han mirado así, tanto a los pueblos indígenas, como a las mujeres, en política pública, grupos vulnerables, mujeres, a ver, espérense, si no me falta un tornillo, me falta oportunidad, me falta posibilidad, que es bien distinta.

Y por eso también quiero que en este país se escuche, que en este país sepa, que se hablan 68 idiomas diferentes al español, que no es un dialecto.

Y también, en este trayecto de la vida me ha enseñado que lo que no se nombra correctamente no se puede defender, no se puede amar, mucho menos se pueden visibilizar y empoderar, y por eso siempre me gusta hablando y saludando en mi lengua materna, porque me siento orgullosa de ser mujer, de ser indígena, porque entendí que eso no me hace ni más ni menos, ante cualquier circunstancia soy persona, soy mexicana, y por elección, por decisión y por poder yo decidí ser indígena, y que entendí que también soy chingona, porque si no me lo digo yo quién chingados me lo dice, verdad?

Y agradezco a la consejera Favela Adriana por esta oportunidad y por esta posibilidad, porque es un gran mensaje también a las niñas que nos están viendo, a las mujeres que todavía dudan en participar en la vida pública o en lo que quieran hacer, ¿no?, y contarles un poquito de que yo nunca pensé estar aquí en la casa de la democracia, cuando hace 15 años la palabra “mujer” no existía en el catálogo de usos y costumbres de mi entorno, hace 30 años los municipios de mi entorno no tenían una institución donde registrarse.

Entonces, hemos arrebatado cada eslabón de nuestra conciencia, de nuestra libertad.

Y ¿por qué decidí hacer este libro? Porque entendí que mi historia es la historia de miles de mujeres en este país, y de hombres también, que de manera automática, por nuestro origen, ya te fregaste, que por nuestro origen ya se definió tu destino, ¿saben?, no, por eso en el libro lo hablo, mi origen no puede definir mi destino, mi origen no puede definir mis sueños.

Yo tengo la facultad y el derecho de definir mi destino y mis sueños, por más dolor que conlleva eso, por más “nos” que te diga la vida.

Porque vivimos en una sociedad, consejera, que por el hecho de haber nacido mujer, haber nacido indígena, en esa desigualdad invisible, pues ya te fregaste. Tu destino es casarte, tener un chingo de hijos y ya, pues es el uso y costumbre, es la cotidianidad, es la invisibilidad, es la normalidad, ¿saben?, y entonces las mujeres lo hemos aceptado.

No, espérense, no es normal que una niña se siga casando en este país a los12, 14 años, hay más de un millón de niñas que se siguen casando bajo ese argumento, y lo hemos solapado, eh, porque es uso y costumbre. Pues no, eso se llama violencia, eso se llama trata, se llama abuso, y hay que poner el nombre a las cosas.

¿Y cómo lo entendí? Con la educación, pero tuve que arrebatárselo a eso que se llama desigualdad, a eso que se llama pobreza, y no la pobreza que nos han dicho, ¿saben?

¿Qué es pobreza?, cuando se habla de pueblos indígenas, “es que son pobres”, ajá, pero no pobre de la panza, eh, porque en mi entorno, en nuestras comunidades hay un chingo de comer, hay quintonil, verdolaga, yo me acuerdo que me iba con mi resortera, ya me chingaba mi paloma y le echaba yo su ajo y cebolla y ya chingaba, y hoy se llama comida gourmet en los restaurantes de tres, de cinco estrellas, le echan una pinche flor y hoja y ya chingaron, ¿verdad?, ¿sí o no?

No, yo no hablo de eso, yo hablo de la pobreza de la mente. Cuando una mente no se educa, cuando una mente no ve otras posibilidades tiene mucho miedo a cuestionar, a exigir, pero sobre todo, a decidir, de lo bueno y de lo malo, porque ese es el poder de la consciencia, de la libertad eh, que tú decidas de lo bueno y de lo malo, de lo que eres responsable que es tu cuerpo, mi cuerpo es mío y de nadie más.

De lo bueno y de lo malo que pase con ella, del sexo que quieras, eh, pero es tu responsabilidad.

¿Y cómo lo entendí? Yo vengo de una comunidad que se llama Quiegolani, que amo y quiero, y me siento orgullosa de ser de Quiegolani, en una comunidad no más de mil 200 habitantes, hace más de 30 años, imagínense un pueblo sin luz, sin carretera, en donde esa cotidianidad me dictaba que yo tenía que levantarme con mamá todos los días a las 03:00 de la mañana y ser la última en dormirnos.

En donde esa cotidianidad me dictaba que yo tenía que yo tenía que atender a mis hermanos, ir al campo, ser la invisible ¿saben?

No tener por qué ir al espacio público del pueblo, no tener derecho a jugar la canica, la pelota, porque mi delito había sido haber nacido niña y de repente en esa invisibilidad llega mi maestro Joaquín, por eso en este libro también hago un homenaje a las maestras y a los maestros de este país, mi maestro Joaquín, ese maestro que me enseñó que yo tenía voz, que yo no tenía risa, porque en mi entorno y en esa normalidad ni siquiera sabemos que tenemos voz, ¿saben?, ni siquiera sabemos que tenemos risa, ni siquiera sabía que yo podía ganar una pinche partida de canica, porque era yo invisible en mi entorno.

De repente llega mi maestro que caminaba más de 12 horas en ese pueblo sin luz, sin carretera, pues sin doctor, un chingo de lombriz, yo tenía piojo, me acuerdo, y no echo la culpa ni a mi mamá ni a mi papá, eh, eran sus circunstancias, eran sus circunstancias de ellos.

Entonces, a veces pasamos en la vida también, por eso lo hablo, porque el libro también me tardé dos años en escribir en libro, en vez de ir a la mitad cuando llegue a la mitad, yo dije “qué chingados va a ser este libro, quién chingados lo va a leer”, ¿no?, porque era revictimizar a mamá, a todo ese entorno, pero me sirvió el libro de una gran reconciliación y de perdón, de perdonarme yo y de perdonar a mi madre y a mi padre, de dejar de echar “porque tú tuviste la culpa, por eso estoy así”.

No, uno tiene que asumir las responsabilidades de esa circunstancia, pero no victimizándose, saben, porque lo peor que podemos hacer es victimizarnos, “que ya me jodí, pinche gobierno tiene la culpa”, no.

Pero lo vas entendiendo con el poder de la educación. Entonces, llega mi maestro en ese espacio invisible que caminaba más de 12 horas y entonces me llevó la palabra “sueños”, saben, la palabra “aspiración”, dentro de mí mismo mundo, en su mundo, porque mi aspiración fue ir a su cuarto, mi maestro, lo cuento, por eso hablo en una parte del libro, “el olor bonito”, de decir “¿por qué mi maestro se baña todos los días y yo no?, ¿qué se pone en la mano, en el cabello?, ¿por qué huele bonito?, ¿por qué él se duerme en una cama?, ¿por qué su cuarto está lleno de colores, de dibujitos que en mi entorno no había?, ¿saben?

Y el primer acto de amor que me hizo mi maestro Joaquín fue construir mi posibilidad imaginatoria, porque yo no tuvo posibilidad real.

Mi posibilidad real creo o era repetir la historia de mamá, de la tía; a mi hermana, la más grande, papá la casó a los 12 años, a los 13 años ya era mamá, a los 31 años, que es a la mujer que más admiro hoy, ya tenía nueve hijos.

La mayoría de las mujeres de mi pueblo son abuelas; yo, Eufrosina Cruz Mendoza de 43 años, tengo un hijo de 9 años, pero porque yo lo decidí, no mi origen, pero se lo arrebaté a eso que me habían ya impuesto otros.

¿Quiénes son otros para decidir por mí?, ¿la sociedad?, ¿la moral?, ¿el uso y costumbre? Pues no, yo puedo construir y debo construir mi sueño, a pesar, vuelvo y repito, de lo adverso que puede ser esa circunstancia.

De repente ese maestro me enseñó y me dejaba agarrar canica por primera vez, imagínense esa niña de 8, 9 años, desafiando a papá. Cuando llegaba esa niña en ese pueblito, en esa casita de adobe, la chinga que le daba papá porque llegó dos horas después de la escuela; y mamá la dejaba para que hiciera un chingo de tortilla, no me gusta hacer tortilla, no es mi hobby favorito, sé hacer uno para mí, pues, pero si van un día a Quiegolani, vamos a contratar quién haga la tortilla.

Y entonces yo decía “¿cómo le hago para que se termine la masa?”, porque eran cubetas de masa. Yo no podía llegar al metate, entonces me ponían en un banquito, porque es una chinga hacer tortilla, quebrajar; cocer el nixtamal; que no se te pase; si te pasaba la cal, “es que no eres mujer, ¿qué hiciste todo el bendito día?, mira cómo está la casa”.

Entonces, decía “¿cómo chingados le hago para que se termine la masa?”, porque ya me esperaban para la partida de canica, ¿no?

Entonces yo decía, no, pues la mitad de masa le echaba yo al agua de marrano, y la mitad lo hacía, y regresaba mi mamá y me decía “¿por qué tan poquita tortilla?”, pues quién sabe, más que el marrano ya se lo había chingado.

Pero, ¿sabe?, pero, a ver, ¿cuántas de nosotras?, era nuestra forma de protestar, era mi forma de protestar, de decir “no me gusta esto”.

Y cuando yo iba a traer mi leña en mi burrito, entonces, me paraba en la piedrita que está en mi pueblo, Quiegolani está muy alto, y divisaba yo, y empezaba yo a soñar, porque yo ya había visto el mundo de mi maestro. Decía “¿qué habrá más allá?, ¿hablarán igual que yo?, ¿pensaran igual que yo?”. Y empezaba yo a soñar y a imaginar qué había más allá de mi montaña.

Por eso también lo puse, los sueños de la niña de la montaña, porque mi montaña, ¿saben?, me ayudó a construir lo infinito de lo infinito, de decir y de gritar al mundo que también pienso, que también razono y que lo único que quiero es decidir de lo bueno y de lo mío, de lo malo de mis decisiones, que yo cargue mis fracasos, que yo cargue mis éxitos, que ya dejen de juzgar, que lo único que quiero es que me vean con mis errores, con lo bueno y lo malo.

Y entonces, de repente, pero lo más, se acercaba, se acerca en estas comunidades, por eso sigo en la política, porque creo y sigo creyendo como un instrumento, porque en este país se siguen casando más de un millón de niñas bajo el argumento de los usos y costumbres, y que vivimos en un país en donde el abigeato es delito, el tener mascotas exóticas es delito, pero el que se case una niña no, porque es el uso y costumbre. Pues no, eso se llama abuso, eso se llama delito.

Y en diciembre presenté la iniciativa, en abril ya, para que en el Código Penal Federal de mi país sea delito grave, porque el peor sentimiento de una niña, ¿saben?, es llorar debajo de una cobija porque alguien va a llegar por ti, ¿a quién le dices que no te quieres casar?, ¿a mamá, a papá, a tus hermanos?, ¿a quién le dices que no quieres convertirte en mujer sin serlo?, ¿a quién le dices que no quieres ser cuidadora de otro ser sin ser y tener la capacidad?, ¿en el nombre del uso y costumbre? Pues no, ese no es el uso y costumbre.

El uso y costumbre que yo amo, que yo defiendo y que me siento orgullosa, es mi lengua, es mi vestimenta, pero no la violación a nuestros derechos humanos, menos el de las niñas, ahí se convierte en abuso y costumbre, menos el que nos digan “es que aquí no puedes participar para la vida pública del país, porque es el uso y costumbre”, no, es que no has dado tequio, ¿cómo chingados que no he dado tequio?, ¿quién se levanta primero para hacer esa tortilla para que el esposo vaya a ese trabajo comunitario?

Lo que se tiene que hacer es revalorar la aportación de nosotras a este desarrollo de la sociedad, revalorar el trabajo comunitario de las mujeres, porque siempre hemos estado en el desarrollo de nuestras comunidades, nada más que nos han invisibilizado nuestra aportación, entonces tenemos que gritarlo, tenemos que arrebatarlo, porque si no lo hacemos nadie lo va a hacer por nosotras, nada sucede por arte de magia.

Los espacios que hemos arrebatado no ha sucedido por arte de magia, muchas han dado su vida para que hoy estemos aquí, y muchas de las que ya no están, en nombre de las que ya no están, las que estamos aquí tenemos la gran responsabilidad de seguir exigiéndolo, asumiendo las consecuencias y las responsabilidades que eso conlleva.

Y entonces entendí que para yo poder cambiar eso tenía que partir mi corazón en dos, la mitad está allá en mi montaña, con mi madre, con mis hermanas, la otra está aquí con ustedes.

Entonces, cuando yo salgo de mi tierra por primera vez, también cuánto dolor conllevó a ese señor duro, a mi padre don Domingo, que a pesar de esas palabras duras que le dijo a su hija el día que salió a los 12 años, decir “está bien, te vas, pero te olvidas de nosotros”. Cuánto dolor conlleva también para ese señor romper su propio paradigma, cuando su cotidianidad le decía que tenía que repetir lo que veía todos los días, que todos los otros señores casaban a sus hijas.

De repente ese señor suelta a su hija, camina con su hija, llega a un entorno que no era de él, donde las miradas nos quedaban viendo así feo, yo no entendía por qué me dolía esas miradas, porque mi padre ya había caminado más de 12 horas, su cuerpo ya había sudado, de repente, yo con mis huarachitos, yo pensé que mi mamá me había puesto el mejor vestidito del mundo, pero cuando yo llegué a ese entorno pues me veían como el museo andante, ¿no? el de la cajita, la india, la del huarache, y yo no sabía por qué me dolía, ya de grande pues entendí que esa es la discriminación, la exclusión, ¿y saben? duele un chingo.

Y entonces es un grito también que hago este libro, a ver México, reaprende a verme con los ojos correctos, reaprende a entender que este país hay 68 olores diferentes, sonidos diferentes, tonalidades diferentes, yo hablo el zapoteco, me siento orgullosa de hablarlo, y siempre a pesar de los años se me cuatrapea la lengua al hablar el español en lugar de plural, un chingo de veces meto singular, ¿saben qué? ¡Me vale! Pues sí, porque entendí que yo ya entendí a México, ahora le toca a México entenderme a mí, con lo que soy, pero quiero que me vean con los ojos correctos.

Y entonces, pero eso lo entendí, Consejera, con la educación, esa educación que no estaba para mí, yo no sabía que había secundaria, prepa, menos carrera, o sea, ni en mi mente no, porque mi pueblito era un saloncito de piso de tierra, mis tabloncitos, mi pizarra, ya no era verde de tanta chinga que le da mi maestro; yo no sabía que eslabón seguía, pero yo sabía que mi maestro había hecho algo para que oliera bonito, para que se durmiera una cama, para que hablara tan bonito, para que se pusiera esos huaraches, los más chingones que mis ojos habían visto ¿no? y yo decía, yo quiero así, yo quiero eso, cómo le hizo ¿no?

Y entonces cuando llegas a entorno ¿y ahora qué voy a hacer? entonces entendí que tenía que sobrevivir en un entorno que no era mío, ahora me tocaba yo atender a un entorno, que no era de mi familia, a un entorno en donde para que me dieran un taco, un espacio para dormir. Y entonces a pesar de los adverso, estudiar mi secundaria, mi prepa, mi sueño siempre era comerme una torta de chori queso, lo hablo en el libro ¿no? pero me aguantaba porque costaba dinerito, yo siempre quise ir en carro para la escuela, tenía que caminar dos horas para la prepa, dos horas el regreso, porque era un dinerito, mi sueño era comprarme un libro, yo nunca pude comprar un libro en la prepa, menos en la secundaria, porque costaba dinero y hoy tengo mi libro ¿no? ya chingue.

Que por cierto ya vamos por la sexta reimpresión.

Y entonces, pero aprendí y entendí ¿saben? En ese trayecto que se llama vida, que a pesar de la soledad cuando llegas a ese cuarto que se llama soledad y volteas y queda un pedazo de tortilla que sobró el día de ayer, pues chíngatelo, mañana será otro día, entendí que el hambre pasa, la moda pasa, pero los sueños no suceden sino nos lo arrebata eso que se llama desigualdad, eso que se llama adversidad; nada, vuelvo y repito y lo hago mucho en mi libro, nada sucede por arte de magia; porque vivimos en un entorno que de manera automática, a mí el entorno me dijo 100 nos, ¿para qué lo vas a hacer?, estás loca, eres indígena, eres mujer, cómo crees, de seguro vas a regresar para el pueblo tres chamacos y no vas a saber quién va a ser el papá.

Esa era la perspectiva del entorno, de la sociedad para mí, cómo una niña indígena va a estudiar, desde 100 no, yo le arrebaté a esa adversidad, mi sí, estaba ahí invisibilizado, igual que yo.

Porque, hubiera sido bien fácil en esa adversidad, caerse y decir: ¿qué chingado hago aquí?, mejor me regreso para el pueblo, ahí tan siquiera tengo comida de a gratis; a quién le dices que te duele algo, a quién le dieces que tienes hambre, a quién le dices que ya no quieres caminar esas dos horas para llegar a la escuela, a quién le dices que ya no te alcanzó el dinero para las copias de mañana, a quién le dices que en la clausura te están pidiendo el bendito traje y no te alcanzó la lana para comprarte el bendito zapato y compras el pinche Jonson, lo pintas y resulta que ese día cae el pinche aguacerazo y se despinta.

A quién le dices, pues más que a ti.

Y en el libro también hablo, mi mejor amiga soy yo, aprendí a ser mi mejor amiga, de hablarme, de contestarme, y si me meto la pata pues soy yo; soy ser humano, tengo errores, tengo defectos, no soy monedita de oro, dijeran ¿no?, pero soy yo, es mi decisión.

Y no saben lo chingón que se siente tomar tus decisiones y de regarla también, dices: “no manches, metí la pata, pues ni modo, ya después”, pero aprendes de eso, no que otro decida por ti.

Y en esa adversidad, hay de dos caminos, echar la culpa a esa adversidad, al gobierno, a mamá y a papá, que por su culpa estamos así, o de esa adversidad de decir: “Hijos de la chingada, le voy a demostrar que soy chingona, por más dolor que conlleva eso”, y entonces tomas ese camino.

Porque hubiera sido muy fácil, pues regreso para el pueblo, y yo decía: “si me regreso, no manches, ya va a esperar el señor Andrés o Juan por mí, cuántos chamacos voy a tener”, entonces, tan siquiera ya estaba yo al frente de lo que me había construido mi maestro Joaquín, ante una posibilidad real.

Mi maestro me ayudó a construir, mi posibilidad imaginaria, a través de su mundo, de su cuarto, de su olor, y la vida ya me tenía ahí al frente una posibilidad real, que era elegir tan siquiera quién me iba a acompañar a la vida, que yo no tenía.

Entonces, en el segundo eslabón, yo quería ser médico, pero yo dije: “No, pues está difícil, la lana no me va a alcanzar ni para que yo estudie, trabaje, no”, entonces

me entero de un programa que se llama CONAFE, entonces me fui a una comunidad, para dar un servicio, a cambio, la comunidad me adopta, me da el alimento y a cambio el gobierno que sea, yo no creo en los subsidios, yo creo en las corresponsabilidades, porque para mí el subsidio a detenido la aspiración, ha detenido los sueños de la humanidad.

Yo, Eufrosina, y lo he dicho en público, en privado, en lo que sea, en tribuna también, y entonces y a cambio, CONAFE me dio mis tres años de beca.

Y ahora llego a la capital de mi estado, yo dije, llego a Rectoría, Ciudad Universitaria, con la UNAM, ahora qué chingado hago, y ahora como se saca la ficha, ¿no?, y estás platicando tú solita y ves la colita, la colísima de medicina, dices, “no, pues de ahí no soy”, ¿no?, y veo la de derecho, larguísimo también, y veo la de contaduría, pues dije “de aquí soy”, ¿no?, así saqué mi ficha de contaduría.

Y hay veces y en eso también me dejó una gran elección, ¿saben?, que hay veces que para alcanzar los sueños pues hay que desviarse del camino, para alcanzar los sueños no hay rectitud, eh, para alcanzar tus sueños está lleno de adversidad, de soledad, de frustración, de llanto.

No es cierto que te digan “no, pues ya, sueño, chingó”, no, el sueño está lleno de adversidad y de frustración, de decir “aquí la dejamos, ¿saben qué?, esto es imposible”. Más aún, de los “nos” que te dice la sociedad.

Entonces, dices “no”, y ahora llego a ser el examen, pasar el examen, yo solita, ¿a quién le dices que pasaste el examen? Pues a ti, ¿a quién le dices que sacaste 10 en tu primer semestre? Pues a ti, pues a mamá y a papá, no saben leer, no saben escribir, tus hermanos viven ahí en la montaña.

Entonces, yo dije “voy a demostrarme yo que voy a ser la más chingona” y salí con 9.7 en la universidad.

Y entonces un poquito de esta adversidad y a la par regresaba yo a Quiegolani y mi mamá seguía levantándose a las 03:00 y era la última en dormir, y la chinga que le ponía mi papá porque mi papá se echaba su mezcal, uso y costumbre, ¿no?, y las niñas no podían ir a la cancha.

Entonces, a la loca ya le traba, según yo, chingona según yo, pues resulta que esa cotidianidad me dio otra lección, que nosotras no podíamos ir al espacio público, que nosotras no podíamos sentar en la mesa, sino que nuestro espacio era en el piso y entonces yo dije “yo por qué me voy a sentar en el piso, yo también me puedo sentar en la mesa”, y me retaban los señores y no los responsabilizo, eh, en muchas de estas historias nadie les ha enseñado que también sus hijas tienen el derecho de elegir, de soñar, porque así ha sido su cotidianidad, pero que no nos digan “es que no se puede cambiar”, sí se puede cambiar.

Y entonces, me decían: “pues entonces te tomas un mezcal igual que nosotros”, yo les decía: “no, pues sí, yo también tengo gargantita y me entra chingón” y entonces entendí en ese acto, ya letrada, ¿saben?, que yo tenía que nuevamente asumir otra responsabilidad, romper el paradigma de mi entorno, pero cuánto dolor conlleva romper paradigma, a que te vas a convertir la loca de ese entorno, la anormal de ese entorno, la chamaca que anda con todos los chamacos del pueblo, “pueblo chico, infierno grande” dicen, y otra vez exponer a mamá y a papá, y de repente en esa lucha pues a la chamaca se le ocurre querer ser presidenta del pueblo, cuando en la historia del pueblo hace 15 años en este país, la palabra mujer no existía en los catálogos de usos y costumbres.

Mi estado tiene 570 municipios, 417 bajo el régimen de usos y costumbres, hoy sistemas normativos internos.

¿Y entonces?, teniendo una credencial de elector, eh, que me decía que soy ciudadana de este país, Santa María Quiegolani, localidad ciudadana, porque para partidos políticos sí votaban en Quiegolani ¿no?

Pero para lo más importante me dijeron “es que la autonomía es el uso y costumbre”.

El peor día que me dolió ser mujer fue el día que yo me enfrenté a esa Asamblea, ese día odié ser mujer en este país, porque otra vez estaba yo ante la disyuntiva por haber nacido mujer.

En lengua materna, los insultos son muy fuertes, y ahí entendí qué es violencia política, ¿saben?, la violencia política duele porque no solamente ya te expone a tu familia, sino que te expone toda una comunidad, todo un entorno porque divides una comunidad.

Romper paradigmas pues es dividir, no es ya pasa, no. Romper paradigmas de siglos duele porque crees que eres la culpable de ese dolor, porque la sociedad te hace responsable que divides una sociedad.

Ver a mamá y a papá llorar diciendo “ya párale, nos van a correr del pueblo”, ver a tus hermanos diciendo “¿ya ves?, te lo dijimos”, ver a las mujeres de tu pueblo diciendo “aguántate, China, estamos contigo, ¿qué chingado hace?”.

Dices, “¿saben qué?, ahí quédense con su municipio, ahí nos vemos”, porque es demasiado dolor, carga, responsabilidad, porque nos han construido que nosotras tenemos que cargar con esa responsabilidad.

Y no, no es nuestra responsabilidad, eh, son los que nos habían dicho que, en el nombre de nuestra cultura, las mujeres somos invisibles. Y no, no somos invisibles porque siempre hemos estado y estamos en el desarrollo de nuestras comunidades; lo único es que queremos es que nos reconozcan lo que hemos aportado en nuestras comunidades, que eso es lo único que hemos pedido para que la acción afirmativa suceda.

Hemos ganado nuestro espacio a través de sentencias en los tribunales.

Hace 15 años ni un abogado de mi estado quiso llevar mi caso, porque todos me dijeron “es que la autonomía, es que es uso y costumbre, es el derecho consuetudinario”. Pues menos los tribunales, ni la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

¿Qué hacen ustedes?

Y entonces, y es cuando decidí yo visibilizar, porque ya no era yo, es lo que sucedía en muchos municipios de mi estado, y por eso ese día también intenté ingresar a la vida pública de mi país, porque lo que me había negado estaba ahí, adentro, que era cambiar la Constitución de mi estado que, por supuesto, faltaba perfeccionarlo, sí, pero son avances.

2014, esa niña que habían ya decidido su destino, estaba en la máxima Tribuna de su país modificando su Constitución también, atrás de una banderota así grandotota, cuando ella estudió en una escuelita con una banderita llena de hoyitos y le estaba diciendo a México que también razona y piensa, y que solamente quiere decir cómo quiere participar en el desarrollo de su país, porque antes de ser indígena, es mexicana.

Y ese mismo año, esa niña estaba en la ONU. Imagínense ese salón de Naciones Unidas, yo me acuerdo muy bien, se me enchina la piel otra vez, porque de repente escuchar al Secretario General de Naciones Unidas preguntar a los mandatarios del mundo que tienen población indígena, si adoptaban esa iniciativa de esa mexicana, y que el mundo estaba alzando la mano que por unanimidad, y escuchar el martillazo, consejera, era decir ¡guau!, o sea.

De decir que por más adversa que sea nuestra circunstancia, ¿sabe?, nosotras somos las que tenemos que arrebatar lo que nos toca y lo que nos corresponde, ni más, ni menos, nada va a suceder por arte de magia.

Pero es asumir también tu responsabilidad, de lo bueno y de lo malo, porque vivimos también en un espacio, en un momento de que es bien fácil cuestionar, es bien fácil criticar, dice mi madre que la lengua no tiene hueso y dice un chingo de cosas, pero hacer que sucedan las cosas ese es el reto, ustedes me entienden, ese es el reto.

Porque yo, mira, hoy que está la política tan así yo ya me puedo dedicar a dar conferencia y me va a todo dar, eh, chingón, ya del mundo, en marzo voy a estar con Michelle Obama dando conferencia, nunca pensé ser panelista con ella, por ejemplo, puedo estar con Malala también como panelista, o sea, nunca imaginé eso, y el 2 de marzo del año próximo voy a tener esa oportunidad y esa posibilidad, y a todo dar.

Pero sigo debiendo a mi país, porque amo mi país, porque soy responsable de mi país, porque en este país camina mi hijo Diego, y yo sí quiero entregar a un ciudadano consiente de sus derechos, de sus responsabilidades, a mi país, nunca ha sido mi sueño ir a otro país, nunca, eh, a pesar de la adversidad que conllevó todo lo que he tenido que arrebatar, no, yo amo y recorro a mi país y regreso a Quiegolani, y por eso sigo en la política, porque le sigo debiendo a esta niña que se sigue casando a los 12 años.

Apenas el lunes fui a ver a la niña, a Rosario de Tuxtepec, que su prima la casó a los 12 años, le dieron 500 pesos y tres guajolotes, 2022, eh. Y hoy, ella no sabe leer ni escribir y tiene 14 años.

¿Y quién ha ido a verla?, ¿el Estado mexicano? No, ¿la Fiscalía?, ella ya denunció tanto a su prima y quien la violó, porque la violaron, la metieron en el tema de trata, una niña mexicana, uso y costumbre, pues no, eso no es uso y costumbre, se llama abuso y costumbre, y se tiene que hacer responsable todo lo que conlleva el robar la vida, la libertad de una niña.

Y entonces, por eso sigo en esto, porque yo no quiero que una niña se convierta en mujer si serlo.

Por ejemplo, lo que hoy pasó, por ejemplo, la reforma al transitorio que hubo un retroceso en Oaxaca, ojalá y aquí, hago un llamado a los tribunales, en la exposición de motivos nos ponen como si fuéramos tontas, incapaces, que la interculturalidad, a ver, si no pones enfrente la interculturalidad con perspectiva de género, ¿quiénes siguen decidiendo la interculturalidad? Pues los hombres.

Y que la paridad va a llegar de manera gradual, ¿saben cuándo va a llegar eso? Nunca.

Ah, es que genera conflicto, ¡pues por supuesto que genera conflictos! Romper paradigma vuelvo y repito, genera conflictos, pero así lo hemos hecho, porque si no hoy no estuviéramos hablando de paridad en el Consejo, de paridad en el Gabinete, de paridad en el Congreso.

Nunca va a llegar si nos siguen viendo como ciudadanas de segunda; y este transitorio que hoy hubo en Oaxaca para que no se dé la paridad en los municipios indígenas, es un total y absoluto retroceso.

Y hoy, de verdad, de manera respetuosa y con sensibilidad, le pido a los órganos y a los tribunales federales electorales, que no puedan permitir que no se dé la paridad en los municipios indígenas, se tiene que dar la paridad, no me pueden decir, es que es el uso y costumbre, es que es la interculturalidad, es que es decir, la antropología dice que esto y el otro.

A ver, no, nuestros derechos humanos y la paridad no puede estar sometida en la antropología, perdón, es paridad y es paridad, por qué me tratas diferente tú al sistema, por eso la mirada se tiene que cambiar, veme con los ojos correctos, no me trates como grupo vulnerable, y ese transitorio me está tratando como grupos vulnerables; me está tratando, ah como apenas llegó la paridad en los sistemas de partidos, pues entonces la de los sistemas normativos tiene que ser más lento, porque ustedes son más lentas, porque ustedes necesitan capacitación, porque ustedes no pueden llegar así de golpe, porque rompe con la armonía del pueblo, ese no puede ser el argumento. Porque siempre hemos estado en el desarrollo de nuestras comunidades.

Y por eso, sigo en esto y por eso quise hacer este libro, Los Sueños de la Niña de la Montaña, agradecer a ti Consejera, por el abrazo y decirles que muchas gracias, ya vamos por la sexta reimpresión del libro, muchas gracias por el cariño que le han dado y que además, gracias.

Y que además, todas las regalías del libro va para una fundación que tiene que ver con las historias de las que ya no están, porque el año pasado perdí a mi mejor amiga, a la mitad de mi corazón, que su sueño era querer ser Presidenta de su pueblo y nos la arrebataron, y sigue siendo una carpeta de investigación como muchas de las que están hoy.

Y este libro quiere abrazarnos y no sé si alcance para una carpeta, dos carpetas, porque en cada carpeta de investigación hay una historia que tenemos que dignificar, hay una historia que tenemos que visibilizar, y hay un nombre que tenemos que dignificar porque muchas de ellas dieron su vida para que nosotras las que estamos aquí, estemos aquí.

Así que muchas gracias y quiero finalmente leer una partecita del libro que dice: “un olor bonito, ese era mi mundo, pero llegaba al mundo de mi maestro y olía bonito, no sabía que era porque me daba miedo tocar, pero olía bonito y me preguntaba cómo le hacía para comprar esas cosas, porque en mi mundo no había desodorante, nadie lo usaba; eran otras posibilidades.

Cuando tu mundo ha sido adverso, el poder de la mente te permite construir tus propias posibilidades, descubrí que el maestro se podía algo en la mano o en la cabeza y olía bonito, ¿cómo le hacía? ¿Por qué en mi casa no había nada de eso? y el maestro se baña todos los días y tú no, y comienzas a aspirar a eso que miras.

Cuando no ves otras posibilidades, crees que lo que pasa es norma, la violencia, la pobreza, repetir la historia de mamá, de las tías, de todas, ahí naces y ahí mueres; la monotonía, la costumbre, tener hijos, y cuando llega algo que rompe con esa monotonía, se convierte en la semillita para decir: “el cuarto de mi maestro huele bonito”, y yo quiero que vayan por su olor bonito, sin olvidar su identidad.

Muchas gracias.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias, querida Eufrosina Cruz.

Y, también, bueno, yo les dije que de verdad les iba a encantar.

¿Les gustó o no les gustó escucharla?

Bueno.

Y también decirte, que aquí también además de las personas que ya había mencionado, están, nuestras queridas integrantes de la Red Nacional de Defensoras de la Paridad, aquí están mira, aquí están nuestra líder nacional, que traen sus carteles apoyando al INE, porque ellas piensan y yo coincido por ella, que sin mujeres no hay democracia, pero también sin una institución autónoma, independiente, seria, tampoco va a existir la democracia en nuestro país.

De verdad, gracias por estar aquí, ellas vienen desde Querétaro, desde el Estado de México, con todo su cariño, con todo su amor.

Como ustedes ya pudieron escuchar, Eufrosina sostiene que nuestro origen no puede definir nuestro destino, y que la educación es una herramienta fundamental, porque es muy poderosa para romper los paradigmas, para empoderar; razón por la cual, la educación nos ayuda, precisamente a las personas a tener mejores oportunidades de vida y también a romper, tú dices en tu libro, nuestras propias cadenas, porque liego luego son las cadenas que tenemos en nuestra mente, las que nos están atando, porque la educación libera.

También, Eufrosina, transmite muchos mensajes.

Esto que tú dices, de que tú eres tú mejor amiga, claro que tú tienes que ser tu mejor amiga, porque en esa soledad que luego a veces uno sufre, pues a quién le cuentas las cosas, pues a ti misma.

Pero yo también, Eufrosina, y lo veo también en tu libro y en las múltiples entrevistas que has dado, tú dices que las mujeres debemos de admirarnos y de apoyarnos, no tratar de obstaculizarnos unas a otras, y también por favor, ni buscar ser protagonistas, o los protagonismos.

Y también, yo por eso, también le agradezco mucho a ella que está aquí, porque también esto es un reconocimiento a ti como mujer, porque de verdad te queremos, te admiramos mucho, y queremos que lo sepas y que te lo lleves esto en tu corazón.

También ella nos ha dicho que la adversidad no tiene que ser un obstáculo para que te arrebaten tus sueños, que tenemos que ir por nuestros sueños y que a pesar de todos los obstáculos, todas las adversidades, discriminación, cansancio, pobreza, todo lo que nos pueda pasar, tenemos que levantarnos y seguir adelante, porque pues hay que intentarlo todo el tiempo.

También, algo que ella dice, que me encanta, Eufrosina, es que debemos provocar que sucedan las cosas, tú dices también en tu libro, que no debemos de estarnos quejando de lo que no nos gusta, que debemos hacer algo para cambiar esas situaciones, y eso se logra participando, y se logra creando ciudadanía, porque ciudadanía no es ir a votar el día de la Jornada Electoral, es estar participando de manera constante.

También ella nos dice que debemos construir nuestra propia historia y nuestro propio destino, creando nuestras propias oportunidades.

Y Eufrosina, en tu libro que yo la verdad lo amo y a muchas personas se lo he regalado, en la primera parte tú dices, en esto que se llama o se denomina “soy Eufrosina Cruz”, tú dices que este libro tú lo tomas como para hacer un alto en el camino, estar reflexionando de todo lo que has hecho, que para confirmar que todos estos pasos que has dado sí han valido la pena o no, si has hecho bien o mal, qué cosas has dejado en el trayecto y, sobre todo, qué debes hacer en el futuro, y te vas cuestionando, ¿no?, si todo lo que tú has hecho, si toda tu lucha, si todo lo que tú has tenido que vivir ha valido la pena.

Y adivine, yo quisiera contestarle a Eufrosina, pero seguramente recogiendo lo que ustedes sienten. Yo te diría o te podemos decir, me atrevo a hablar en plural porque creo que puedo captar lo que ustedes sienten, bueno, pues que has hecho muchísimo por la democracia mexicana, ¿no?, por las mujeres en general, pero sobre todo por las mujeres indígenas, que eres un gran ejemplo de vida para las mujeres, para los hombres, pero también para las nuevas generaciones.

Y aquí están las alumnas que están estudiando en la UNAM, en la Universidad ICEL, ¿de verdad no la admiran a Eufrosina?, ¿de verdad no es un ejemplo a seguir?, díganselo, sí lo es, o sea, no te lo estoy inventando, aquí está, eres un ejemplo, de verdad, para las nuevas generaciones.

Y también, creo que nos animas, discúlpenme ustedes, a seguir adelante y a seguir luchando por nuestros sueños.

Yo creo, Eufrosina, que la niña de la montaña seguramente ha cumplido la mayor parte de sus sueños y ha logrado cosas que jamás seguramente te imaginaste como reformar la propia Constitución Federal, para que todas las mujeres indígenas puedan votar y ser votadas, y que esto además se haya adoptado por la ONU, ¿no?, como dices tú, cuando se aprobó, ya me imagino, la gran emoción que sentiste de que no solamente mejoraste las condiciones de México, sino también las condiciones de muchas mujeres en este planeta.

Esa niña de la montaña, diría yo, se tiene que sentir muy orgullosa por todo lo que Eufrosina Cruz ha logrado, de verdad, Eufrosina, eres una mujer admirable.

Y yo también creo que todas las personas que tenemos la oportunidad de conocerte y escucharte, realmente te nos quedas grabada en el corazón, ¿o miento?, ¿verdad que sí está en nuestro corazón?, porque además de que eres una mujer admirable, con tantas cosas que nos has compartido, con tantos retos que has tenido que enfrentar, eres además tan sencilla y auténtica que por eso dejas una marca imborrable en nuestros corazones.

También Eufrosina, te queremos decir que tienes que seguir luchando, ¿sí?, que todavía falta, tenemos que luchar, exacto, que seguir luchando, sí, para que no nos hagamos guajes, porque además, fíjate, muchas mujeres y muchos hombres que están aquí, y también de las personas que nos están siguiendo por las redes sociales que ya van más de 400 personas, de muchos estados: Durango, Chihuahua, San Luis Potosí, Querétaro, Estado de México, todas las entidades federativas nos están siguiendo, obviamente también compartimos muchísimas metas, ¿no?, porque nosotros lo que queremos es tener un mejor país.

Y ese mejor país se va a lograr si le apostamos a la educación, pero también si nos tomamos de la mano y hacemos un esfuerzo conjunto por salir adelante.

Como decía Alejandro Avante, un Magistrado Electoral que estaba aquí, hace un ratito nos decía “es que no nos tenemos que ver como los unos y los otros, o que ustedes son de un grupo y nosotras de otro”, “o tú de un grupo y otro”.

No, es que somos el mismo país.

Entonces, tenemos que tomarnos de la mano y hacer un esfuerzo conjunto para seguir adelante.

También decirte, Eufrosina, bueno, que obviamente cuentas con nosotros, que sigas enfrentando todas las circunstancias personales, políticas comunes de la comunidad con mucho ánimo, con mucha alegría, como lo has hecho. Y que de verdad estamos contigo, porque eres una mujer que inspira.

Y al día de hoy, de verdad, te agradecemos mucho que hayas estado con nosotros en el INE.

Y también, te queremos decir, bueno, que tenemos varios regalos que te queremos entregar porque muchas mujeres han traído a lugares, digo, regalos desde sus lugares de origen, váyanse parando, queridas.

Y vamos a escoger a Daniela, sí te llamas, Daniela, ¿verdad, mi amor?, ven para acá, porque antes de que tú llegaras, yo le pedí a Daniela que de manera improvisada pues nos pudiera brindar un mensaje.

¿Les gustó el mensaje de Daniela?, sí.

Y vean cómo, fíjate, por el hecho de atreverse, yo por eso le estoy pidiendo a Daniela que te haga esta entrega de, este reconocimiento y primero, bueno, pues nos los lees, Daniela, por favor.

Daniela: Hola, nuevamente buenas tardes, días todavía.

Bueno, pues el Instituto Nacional Electoral otorga el presente reconocimiento a Eufrosina Cruz Mendoza por la presentación de su libro “Los sueños de la niña de la montaña”, el día 16 de noviembre en la Ciudad de México.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias, de verdad.

Lo firma el Consejero Presidente del INE que, bueno, no pudo estar el día de hoy con nosotros, Eufrosina, sí, que ha sido un gran aliado de las mujeres y de todas las personas.

Y por favor, pasen, aquí tenemos a Rosselvy, ella viene de Tabasco.

Consejera del IEPC de Tabasco, Rosselvy del Carmen Domínguez: Muy buenos días, Eufrosina.

En verdad, inspiras, y a todas esas alumnas y alumnos que nos están viendo desde el distrito indígena de Centla, Tabasco, ven que todo se puede. Si lo pueden soñar, lo pueden lograr.

Aquí está nuestro ejemplo.

Felicidades.

Representante de la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales Electorales: Pues muchísimas gracias, Eufrosina.

Yo creo que todas las que estamos aquí de alguna manera hemos sido esas niñas de la montaña, si no, no estuviéramos justamente sentadas en el lugar donde estamos. Y eres una inspiración para cada una de nosotras.

De parte de la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales Electorales, quiero mencionarte que tienes grandes admiradoras dentro de los propios institutos estatales locales.

Muchísimas gracias.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias.

Ella viene desde Baja California.

Representante de la Agencia Talentum Mujeres Civitas: Bueno.

Pues yo vengo a hacer una invitación para que nos acompañes en la próxima edición de Talentum Mujeres Civitas, llevamos cuatro ediciones apoyando a chicas de 17 a 17 años, justo, a que entiendas que ellas pueden tomar las decisiones y hacer uso de su agencia, y sería muchísimo honor poder contar contigo en nuestra próxima edición nacional.

Te traemos este pequeño regalo, justo a nombre de todas nuestras egresadas talento.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias, querida Bea.

Representante de la Red de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo: Hay un regalito que te traemos con muchísimo cariño, nosotros venimos de Querétaro, esta muñequita todos la conocen en el mundo como la muñeca Lele, que se fabrica por las mujeres indígenas de San Ildefonso, en el municipio de Amealco, pero esta muñeca Lele es una muñeca muy especial porque es la muñeca conmemorativa de cáncer.

Esta muñeca una asociación civil que se llama “Angeluchy Trans” la hacen solamente una vez al año y todos lo que se recauda de la compra de la muñeca va destinada para apoyo de pasajes o algún medicamento, a mujeres de esta comunidad de San Ildefonso que padecen de mujeres, de mujeres o niñas que padecen de cáncer, y te la traemos con muchísimo cariño por parte de la Red de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo de la República Mexicana, del capítulo Querétaro.

Eufrosina Cruz Mendoza: Yo a los 30 años, de niña no pude tener una muñeca y mi primera muñeca fue a los 30 años.

¿Qué quiero decir? Que no tengan miedo de dar a mamá, a veces a mamá creemos que la licuadora o para que haga de comer es el regalo y de verdad, no tengan miedo de dar a mamá esa muñeca que en su niñez nadie le dio.

Hace poquito le di un oso de peluche a mi mamá y vieran el rostro de mi madre, a mi hermana que admiro un chingo porque después de haber parido nueve hijos, los tres primeros fallecieron y solita se fue a ligarse y dijo “ya no quiero más hijos”, y ésa es la mujer que más admiro porque hoy en su hogar sus hijos se lavan, se cocinan y no se les cae nada.

Y le regalé su primera muñeca, o sea, de verdad, hay veces que no es la muñeca en sí misma, sino es el que sepan que también tienen derecho a eso, a tener una muñeca en su brazo, porque, a ver, niñas, niños, pues es algo simbólico porque no lo tuviste y tenerlo, a mis 30 años, imagínense la pinche emoción que tenía, yo llore y llore porque era la primera vez que alguien se acordó que yo fui niña, de eso se trata el símbolo de esto.

Representante de la Casa de la Democracia Paritaria Eufrosina Cruz Mendoza, desde la casa de la democracia paritaria, quiero invitarles a todas y a todos, a que no le quiten el apellido materno a la democracia, la democracia será paritaria o no será.

Quiero decirte desde esta casa de la democracia paritaria, que recorremos el país, que vamos a Guerrero, que vamos a las comunidades más alejadas de Michoacán, a los mismos municipios de Querétaro y de todas las entidades federativas, y encontramos a muchas niñas que no han tenido la posibilidad de soñar como Eufrosina Cruz y que vamos a hablarles de Eufrosina y de sus sueños, porque a este país al que le duele tanto, el dolor más grande que tenemos que reconocer como sociedad mexicana es toda la discriminación y toda la exclusión que esta sociedad machista y misógina ha realizado durante milenios a las personas que nacemos siendo mujeres.

Decirte que somos tus aliadas, y que tampoco vamos a dejar de luchar, que te queremos y que te respetamos.

Muchas gracias, Consejera, vamos por la mitad del poder que nos toca.

Muchas gracias.

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Y bueno, y también ya para terminar, de verdad Eufrosina, gracias por estar el día de hoy aquí en el INE en la casa de la democracia, gracias por compartirnos tus vivencias, gracias por la presentación del este magnífico libro “Los sueños de la niña de la montaña” de Eufrosina Cruz, obviamente.

Y de verdad, gracias.

Y como yo lo decía, a mí me roba el corazón, y seguramente a ustedes.

Y yo también te hago entrega de este regalo que lo traje desde Campeche, porque tuve que ir a trabajar este lunes, y yo decía, “es que yo le quiero dar algo muy especial a Eufrosina”, y cuando vi el corazón, dije “esto es lo que yo le quiero dar, mi corazón”, como te lo dan todas las personas que están aquí.

Gracias.

Y nada más un favor, se esperan ahí en su lugar y nos tomamos la foto para que todas podamos estar, ¿sí?, si nos la regalas, si tienes tiempo todavía.

Eufrosina Cruz Mendoza: Sí, claro.

Yo solo quiero también decirles, a ver, a veces muchas veces le echamos la culpa a los hombres, de repente ni siquiera los invitamos a la conversación, yo creo que hoy más que nunca necesitamos que nos ayuden a re entender qué es la paridad.

Yo nunca imaginé que ese señor rudo, que era don Domingo, que un día, de tanto que yo le insistía para que me diera un abrazo, yo sentía que yo abrazaba a un palo y que su brazo no se hacía frágil, y hace tres años que falleció mi papá, y tres años antes de que se fuera al cielo, la vida me dio la oportunidad de que él me diera mi mejor abrazo, que un ser humano recibiera, ese brazo se suavizó, y ese brazo un día me dio el mejor abrazo.

Y esa voz dura que no creía en su hija, me dijo las palabras “apúrate, porque las señoras te están esperando” o en los señores que me dijeron un chingo de cosas ese día en la Asamblea de Quiegolani, hoy los quiero mucho y ellos me quieren, no soy monedita de oro para caerle a todos bien, ¿verdad?, como ya dije, pero hoy llego a Quiegolani y me chingo un mezcalito de manera respetuosa con ellos, pero llegar, pero llegar al Palacio y ver rostros de mujeres y de hombres conversando, de eso se trata la paridad, de que todas y todos estemos reaprendiendo y dialogando en mutuo respeto y que nadie es más ni menos ¿no?

Y a mi hermana que más admiro, hoy todos sus hijos son profesionistas, hoy tengo un sobrino que es médico, otro es veterinario, otro es criminólogo, otro es ingeniero industrial, otro es licenciado en administración de empresas, otro es cantante operístico vive en Suecia, habla 6 idiomas. A lo que me refiero es que con una semillita que cambie, sí se puede romper con eso que nos han impuesto otros.

Así que, hoy vengo a invitarlas, a invitarlos a romper esa semillita para poder construir nosotras y nosotros nuestro destino y no lo que dictan otros, porque vuelvo y repito, esto que ven enfrente es nuestra responsabilidad de lo bueno y de lo malo que pase ¿eh?, de lo bueno y lo malo.

Ya no queremos que carguen con nuestros fracasos y nuestros éxitos, sino que nosotros carguemos con eso y que nunca más nos digan que somos víctimas, que somos grupos vulnerables, sino que somos chingonas, pero tenemos que gritarlo nosotras.

Gracias.

¡Chingonas!

Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Y antes de que se me olvide, bueno, siendo muy importante también, este es un regalo para Diego, tu hijo, es la Colección Árbol que hace el INE, que son cuentos para niños desde 3 años hasta los 17, que ojalá que le gusten y los disfrute mucho.

Y nada más te pedimos que nos acompañes aquí abajito a tomarnos la foto oficial.

Gracias.

Presentadora: De esta manera despedimos la transmisión en vivo de la presentación del libro: “Los sueños de la niña de la montaña”.

Gracias a quienes siguieron la transmisión a través de las redes oficiales del INE, y a quienes nos acompañaron.

Muchas gracias y buenas tardes.

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