El Consejero Ciro Murayama, señaló que estamos ante una situación inédita en la historia de la vida democrática de México, donde la posibilidad de una reforma electoral no surge del reclamo social para ensanchar el terreno de juego democrático, ni de exigencias de la oposición para tener garantías de un juego limpio y más parejo. Añadió que si no existe una buena estructura no sólo podemos perder elecciones confiables, con casillas instaladas por nuestros vecinos, sino que se abre la posibilidad de que no haya ni la capacidad de instalarlas.
En cuanto a la idea de que los miembros de los órganos electorales surjan de una elección popular yendo a pedir el voto, trae la posibilidad de tener un árbitro que pierda su autonomía, neutralidad e imparcialidad.