Conferencia magistral de Lorenzo Córdova, La democracia y sus desafíos en México y en América Latina

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CONFERENCIA MAGISTRAL: “LA DEMOCRACIA Y SUS DESAFÍOS EN MÉXICO Y AMÉRICA LATINA”, DICTADA POR EL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL MARCO DEL XXXIII CONGRESO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS ELECTORALES,  AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, ELECCIONES Y VIRAJES POLÍTICOS, ORGANIZADO POR LA SOCIEDAD MEXICANA DE ESTUDIOS ELECTORALES (SOMEE)

Presentadora: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el Instituto Nacional Electoral, IDEA, FUDEPA, el Instituto Electoral del Estado de Colima y la Universidad de Colima, les damos la más cordial de las bienvenidas a la Conferencia Magistral “La democracia y sus desafíos en México y América Latina”.

Nos acompaña esta tarde, a través de las redes, las vías remotas, el doctor Lorenzo Córdova Vianello, a quien me permitiré dar el uso de la voz en unos minutos más, sin antes hacer una breve reseña de su trayectoria académica y profesional.

El doctor Lorenzo Córdova Vianello es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor de Investigación en Teoría Política por la Universidad de Turín, Italia.

Investigador titular B de tiempo completo, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en donde fue Coordinador del área de Derecho Electoral; el Sistema Nacional de Investigadores lo reconoce como Investigador Nacional nivel 3.

Es autor de varios textos sobre temas electorales constitucionales y de teoría política. El más reciente de sus libros es La democracia no se construyó en un día, en coautoría con Ernesto Núñez por Grijalbo.

También destaca Derecho y poder. Kelsen y Schmitt frente a frente, por el Fondo de Cultura Económica; en coautoría con César Astudillo, Los árbitros en las elecciones estatales. Una radiografía de su arquitectura institucional; así como en coordinación conjunta con César Astudillo, Reforma y control de la Constitución. Implicaciones y límites; y con Pedro Salazar, Democracias sin garantes. Las autoridades contra la reforma electoral.

Articulista del diario El Universal y colaborador de la revista Voz y Voto, ha sido miembro de consejos editoriales de varias publicaciones periodísticas; desde agosto de 2005 a mayo de 2012, dirigió la Revista de la Facultad de Derecho de la UNAM.

Es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, impartiendo las materias de Teoría de la Constitución, Derecho Constitucional y Derecho Electoral.

En 2010, la UNAM lo reconoció con el Premio Universidad Nacional para Jóvenes Académicos.

En 2010-2011, se desempeñó como Secretario Técnico del Grupo de Trabajo que procesó en el Senado de la República la reforma política miembro de la Junta de Gobierno del Instituto de Estudios de Transición Democrática.

Ha sido conductor de los programas “A mí, punto de encuentro”, en el canal judicial y de la serie “Elecciones 09” del Canal del Congreso, trabajo por el cual recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodista de México.

Con Ciro Murayama y Pedro Salazar, ha conducido los programas “México diferente”, “Carril izquierdo” y “Observatorio 2012”, por el cual recibió también el Premio Nacional de Periodismo 2011 del Club de Periodistas de México, en la categoría de periodismo en temas electorales.

El 15 de diciembre de 2011, fue nombrado Consejero Electoral del Instituto Federal Electoral, derivado de la reforma político electoral el 3 de abril de 2014, la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión lo nombró Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, rindiendo protesta el 4 de abril del 2014.

Le damos la más cordial de las bienvenidas al doctor Lorenzo Córdova Vianello, quien nos hablará en esta ocasión sobre La Democracia y Sus Desafíos en México y América Latina.

Bienvenido, doctor.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchísimas gracias, mi querida Nirvana.

Me da muchísimo gusto saludarte, diciéndote, empezando, diciendo, comenzado por decirte que te extrañamos en la organización electoral, pero me da muchísimo gusto poder estar contigo y con ustedes, aunque sea virtualmente, ya en tu nueva faceta ahora como Presidenta del Consejo Directivo de nuestra querida SOMEE.

Y felicitarte a ti y a todos los organizadores por la realización de este Congreso de la SOMEE y, sobre todo, disculpándome por no haberlos podido acompañar, son semanas complejas, pero como decías, gracias a la virtualidad aun cuando sea por esta vía, para mí es un verdadero privilegio participar en este décimo tercer…, vigésimo tercer congreso, trigésimo tercer congreso, perdóname, me estoy comiendo 10 años de nuestra querida sociedad, ya son muchos años, pero el que estemos aquí reflexionando todavía como hace un buen tiempo sobre los desafíos de nuestro sistema electoral de nuestra democracia, es un verdadero privilegio.

Yo he preparado una presentación, por su puesto, si ustedes me permiten, dejaría a su disposición para que quien quiera darle seguimiento más puntual, en fin, desarrollar alguna de las láminas, pueda perfectamente hacerlo

Y espero que esté proyectándose bien, no sé si me pueden ayudar solamente con…déjame ver, no alcanzó a ver.

Sí se ve, espero que sí.

Para reflexionar algunos de los temas que tienen que ver con los desafíos, no ya, como en otras ediciones hemos hecho, de la democracia en México, sino de los desafíos de nuestra democracia en un contexto más amplio, el contexto de nuestra región, el contexto de América Latina.

Debo decir y me gustaría comenzar por ello, que los tiempos en los que reflexionábamos sobre los problemas que tenían las que entonces llamábamos “democracias en vía de consolidación”, y que eran distintos de las democracias consolidadas, quedaron atrás.

Hoy en día me parece que las democracias en todo el mundo están enfrentando desafíos muy similares, y lo que pensábamos podrían ser riesgos que enfrentaban las democracias más jóvenes como las nuestras, hoy en día están siendo problemas que, prácticamente, están presentándose, en las democracias en todo el mundo, sin importar su edad y su grado de consolidación.

En efecto, hoy, algunos de los problemas que quiero platicar aquí son parte de desafíos globales y que, como se ha dado cuenta en la reciente Cumbre Global de la Democracia Electoral que realizamos a principios del mes pasado en la Ciudad de México, concluyendo un periodo de un par de meses, de tres meses de reflexión a nivel global por regiones de cuáles eran los retos que los sistemas electorales enfrentaban, pues llegamos a la conclusión de que hoy, como dicen los italianos, el mundo es país y los problemas que hoy tenemos entre nosotros son problemas de carácter global, en primer lugar.

En segundo lugar, creo que vale la pena señalar que la democracia no goza de su mejor momento, en consecuencia, diría al contrario, que son malos tiempos para la democracia, y nos toca a todas y todos hacerle frente a los nuevos desafíos que generan estos nubarrones para los sistemas democráticos, para salvar a la democracia como la mayor conquista civilizatoria en el plano político y que ha permitido que sean los derechos políticos ejercidos por las y los ciudadanos de manera pacífica, y que permitan la recreación del poder sin violencia, es decir, sin derramamiento de sangre como solía decir Karl Popper.

Quisiera comenzar señalando, haciendo una reflexión de contexto, precisamente en el sentido de lo que señalaba.

Nuestras democracias están hoy aquejadas por un conjunto de desafíos, de problemáticas que han adquirido un carácter global y que si se quiere en mayor o en menor medida, pero están todos estos desafíos presentes en prácticamente todos los regímenes democráticos del mundo.

Señalo, quiero decir, éstos son desafíos que estaban ahí desde hace… o que se han venido generando desde hace algunos años, que están presentes y que incluso sorteando alguna problemática en específico que quiero mencionar en unos minutos más, que estarán ahí.

Y son estos problemas con los que los sistemas democráticos tienen que hacer las cuentas y que constituye en su conjunto, una serie de… como decía, de nubarrones que no se despejarán de manera sencilla y que se retroalimentan entre sí de forma perniciosa, es decir, de forma nociva.

En primer lugar, me parece que, y más adelante quisiera compartir con ustedes, por cierto, quiero anunciarlo el día de hoy en el Instituto Nacional Electoral, en la mañana, presentamos la nueva edición del Informe País, fundada en la Encuesta Nacional de Cultura Cívica que el INEGI realizó para el INE el año pasado, y que constatan algunas de las problemáticas que ahora mencionaré de manera preliminar.

En primer lugar, hay que encontrar o encontramos un conjunto de elementos, de problemas estructurales que si bien no están directamente relacionados con la dimensión electoral de nuestras democracias, sí constituyen una serie de problemáticas no resueltas, me atrevería a decir que en muchos sentidos, parafraseando a Norberto Bobbio, podemos decir que se trata de un conjunto de promesas no resueltas o no cumplidas por parte de nuestros sistemas democráticos y que tienen que ver, y en primera instancia, con el descontento o que son las razones que alimentan el descontento o la desafección de amplios factores, franjas de nuestras sociedades, con la democracia.

Quiero ser claro en este punto, no se trata de problemas generados por la democracia ni mucho menos por la dimensión electoral de la democracia, de nuestras democracias, son problemas de mucho mayor calibre, son problemas que no han sido resueltos en virtud de la falta de políticas públicas adecuadas para poder atenderlos y que, sin embargo, generan un caldo de cultivo muy peligroso en donde se corre el riesgo, puedan germinar pulsiones autoritarias.

El descontento con las democracias, en buena medida, está nutridos por problemas tales como la pobreza, que siguen aumentando y que con la pandemia de COVID-19 y la crisis sanitaria que la misma generó, y la crisis económica que la misma trajo como consecuencia, se han visto incrementados.

La pobreza, la desigualdad oceánica que caracteriza lamentablemente nuestras sociedades, nunca antes en la historia de la humanidad se había generado tanta riqueza y nunca antes en la historia de la humanidad, como hoy en día, existen tasas de desigualdad tan ominosas.

En tercer lugar, la corrupción, la impunidad en cuarto lugar y finalmente la violencia que en algunos países se convierte en una grave crisis de seguridad pública, como ocurre lamentablemente en nuestro país.

Todos estos problemas, como decía, no son problemas generados por la democracia, pero se trata de problemas que los gobiernos democráticamente electos no han logrado resolver a pesar de las grandes expectativas, que en países como los países latinoamericanos que transitaron a la democracia en un contexto en que estos problemas estaban ya presentes, generaron una especie de expectativa o de sobrecarga de expectativas en los procesos de transición democrática.

Procesos que no han sido o que no han generado gobiernos con políticas públicas adecuadas para poder, efectivamente, resolver estos problemas, y que hoy en día constituyen la fuente principal de la insatisfacción social con sus gobiernos, sin duda, con las instituciones de la democracia, pero particularmente, con la democracia misma, como señalaré más adelante.

En segundo lugar, está presente en mayo o en menor medida, pero prácticamente en todas las naciones democráticas, un proceso de desinstitucionalización, o si se quiere de crisis de credibilidad, de algunas instituciones que son centrales, particularmente algunas fundamentales para el funcionamiento, la recreación de las democracias, como son los partidos políticos y los parlamentos.

Hoy se trata, y lo enseñan, lo muestran múltiples ejercicios de opinión pública, se trata a partidos y parlamentos de algunas de las instituciones peor valoradas en nuestras sociedades, y paradójicamente, se trata de dos instituciones que constituyen los pilares fundamentales de los sistemas democráticos. Para decirlo en breve, sin partidos y sin parlamentos es imposible si quiera pensar una democracia.

Pues bueno, estas dos instituciones son algunas de las que peor credibilidad tienen, de las que peor afección o menor afección gozan.

En tercer lugar, un fenómeno, aunque no es reciente, sobre el que hemos ya dedicado al menos un par de congresos de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales, como es el fenómeno de la desinformación o de la información maliciosa, que si bien no sume algo nuevo, la mentira ha acompañado a la política desde sus orígenes, sí con la irrupción de las redes sociales y el incremento del acceso al Internet, están teniendo o adquiriendo un potencial nocivo y disruptivo que pocas veces había tenido antes en la historia.

Por cierto, aquí un paréntesis y una nota marginal.

Celebro mucho que haya un consenso entre los estudiosos de la materia, en dejar de lado ese neologismo anglosajón, por cierto inventado por Donald Trump, de fake news.

Hoy se habla más o bien de desinformación o bien de información maliciosa, o simple y sencillamente de mentiras.

Se trata de un fenómeno, repito, que no es nuevo, pero un fenómeno que ha generado mucha disrupción no solo en la administración electoral, sino en el mismo funcionamiento de los sistemas democráticos.

Y finalmente, un cuarto problema, un cuarto desafío que pondría sobre la mesa, tiene que ver con la polarización política, que si bien no es nueva, e igual que la mentira, es natural que exista en los sistema políticos y particularmente en los sistemas democráticos.

Pensemos solamente en el hecho de que las campañas electorales son los espacios institucionales creados en las democracias, precisamente para que la polarización pueda procesarse dentro de los cauces institucionales de las democracias.

Sin embargo, el problema que estamos viendo, es que esa polarización que está caracterizando, prácticamente, a todas las naciones democráticas; esa polarización en el discurso público hoy está siendo gravemente agudizada por la incorporación de ese que consideraría o definiría como el antivalor democrático por excelencia que es, precisamente, la intolerancia.

Cuando polarización e intolerancia se conjugan lo que tenemos es un peligroso coctel en donde pueden alimentarse discursos autoritarios que ven al de enfrente no como un contendiente legitimado en términos democráticos para disputar, participar en la disputa en las urnas por el poder, sino a un enemigo al que se combate y eventualmente se elimina, haciendo recordar en este sentido un tipo de narrativa y de discurso político que hace recordar peligrosamente algunos de los discursos o del ambiente que caracterizó algunas de las peores expresiones autoritarias del siglo pasado que por la vía democrática se hicieron del poder.

Se trata de, como pueden ver, dilemas que están presentes en mayor o menor medida en, prácticamente, todas las sociedades en el mundo y que claramente distinguen y caracterizan en el discurso o el contexto en el cual las democracias latinoamericanas, incluyendo la nuestra, la mexicana está recreándose.

Ese es el contexto, sin embargo, no son los únicos fenómenos y los únicos retos que enfrentan, de los desafiantes retos que enfrentan los sistemas democráticos.

Hay otro más nuevo pero que ha llamado mucho la atención y concitó como mencionaba al arranque de esta charla, una serie no sólo de reflexiones sino de preocupaciones compartidas en el seno de la Primera Cumbre Global de la Democracia que, como decía, se realizó el mes pasado en nuestro país y del que el Instituto Nacional Electoral fue anfitrión y me refiero, justamente, al problema del ataque a las autoridades electorales.

Este fenómeno es un fenómeno también que está presentándose en, como veremos más adelante, en varios países de nuestro subcontinente y de otros latitudes del mundo.

Se trata de un fenómeno que si bien no es nuevo, la descalificación de las autoridades electorales es un fenómeno que ha estado presente en mayor o menor medida en los últimos tiempos, pero que hoy está adquiriendo visos novedosos y que para un efecto de sistematización yo sugiero identificar en cinco grandes ejes.

El primer eje de este ataque a la institucionalidad electoral que inevitablemente pone en tensión, por decir lo menos, cuando no en grave riesgo a los sistemas democráticos tiene que ver con las descalificaciones verbales, públicas que, si bien no son nuevas porque en el pasado era frecuente que malos jugadores argumentaran ante sus derrotas en las urnas, digamos, una responsabilidad o una presunta responsabilidad de los órganos electorales hoy la novedad y lo sabemos muy bien en un país en donde como decía Felipe González, en una célebre conferencia de finales de los años noventa, que fue hospedada por el entonces Instituto Federal Electoral, en nuestro país y que cuyo título es muy claro del sentido de esa intervención, La aceptabilidad de la derrota como condición de funcionamiento de las democracias, es decir, en un país donde la aceptabilidad y la derrota no forma parte de la cultura ordinaria de un gran número de actores políticos, bueno, la descalificación a los árbitros estaba presente.

Sin embargo, lo que es novedoso y está ocurriendo de manera preocupante, insisto, en varios países, las elecciones que están llevándose a cabo en Brasil y que implicaron luego de los comicios del pasado 2 de octubre, la realización de una segundas vuelta el penúltimo día al 30 de octubre, el penúltimo día de este mes, son un ejemplo de cómo éste es un fenómeno generalizado, no es un fenómeno solo mexicano.

Pero lo grave, como decía, no es solamente el hecho de que hoy tengamos descalificaciones al trabajo de la autoridad electoral, sino que ahora esas calificaciones provienen de los principales beneficiarios de la existencia de un sistema electoral o de sistemas electorales, competitivos y que garantizan la existencia del voto libre, es decir, de quienes gobiernan.

Hoy la descalificación, paradójicamente en gran medida, viene desde los circuitos gubernamentales y hace temer, pues digámoslo así, el intento de descalificar a un sistema electoral que puede, como ocurre en todo sistema democrático, propiciar la salida del poder por la vía de las urnas, de quienes hoy lo detentan.

Es decir, estamos hablando de descalificaciones de quienes, como oposición, fueron beneficiarios de la actuación de las autoridades electorales y del sistema electoral, y que ahora desde el poder, parecerían pretender derruir las vías de acceso a través de las elecciones, para evitar, en un futuro eventualmente ser, como diría Karl Popper, recambiados a través de las urnas de sus cargos.

En un segundo eje, vale la pena identificar o señalar a las amenazas y las agresiones físicas a la integridad personal de los titulares de los órganos electorales.

Estamos presenciando, en el mundo, no solamente descalificaciones a las instituciones, sino claras y francas amenazas a quienes tienen que tomar las decisiones dentro de esos órganos electorales, que en ocasiones en algunos contextos latinoamericanos, han llegado no solo a amenazas verbales, sino agresiones físicas, por no hablar aquí de todas las amenazas del ejercicio de los poderes públicos como, por ejemplo, el brazo penal del Estado a partir de denuncias que pocas veces tienen fundamento, o bien, el uso o la amenazas de los impeachment o de los juicios políticos, para tratar de amedrentar y condicionar la actuación de órganos que por definición, deben ser independientes y autónomos, es decir, las autoridades electorales.

Un tercer eje tiene que ver con la asfixia presupuestal como una manera de minar la autonomía y la capacidad operativa de los órganos electorales.

Ejemplos hay muchos y ustedes en Colima lo tienen muy presente.

El órgano electoral de Colima, hoy como ha sido recortado en los informes que se han presentad ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, está viviendo una crisis económica producto de la asfixia presupuestal a la que los poderes públicos la han sometido, que le ha impedido desde hace incluso varias semanas y meses, poder cumplir con el pago de las retribuciones, de las remuneraciones de los salarios, al personal que ahí trabaja.

Ello por no hablar de ejemplos como ocurrió hace algunos meses, a escala nacional, en el sentido de que por la asfixia presupuestal a la que está sometiendo algunos órganos electorales al Instituto Nacional Electoral en concreto. Éste no pudo y no pudimos organizar la revocación de mandato, como lo mandata la ley y como hubiéramos querido hacer, es decir, con el número de mesas de votación, que la ley prescribe y que el INE pretendía instalar, pero que no pudo instalar, en virtud de la irracional decisión del Congreso de la Unión, de la Cámara de Diputados, de aplicar un recorte que volvió inoperante o imposible de cumplir las reglas electorales establecidas en las propias normas.

Pero se trata de un fenómeno, como veremos más adelante, también generalizado.

Un cuarto eje de los ataques a las autoridades electorales tiene que ver con los intentos de reformas electorales no visto como mecanismos para mejorar las normas, las reglas del juego democrático, sino como una manera de presionar la actuación de las propias autoridades electorales, o bien, pero aún, de propiciar una captura de la institucionalidad electoral, o cuando se trata de las instancias de representación política, las cámaras del Congreso, erosionar la propia representación.

El último eje tiene que ver con la acotación de los órganos de control, es decir, el colocar en dichos órganos, en dichas instancias, y aquí destaco en las instancias electorales, a correas de transmisión que por la vía, digámoslo así, de quienes son responsables de la toma de decisiones en dichas instancias, impliquen una erosión grave o, incluso, una nulificación del principio fundamental que rige la actuación de todo órgano electoral, es decir, el principio de independencia respecto de los partidos políticos y de autonomía respecto de los gobiernos.

Hasta aquí este ejercicio de estigmatización.

Permítanme, porque no me gusta, me gusta sustentar mis dichos, no pretendo hacer una mera apreciación subjetiva aquí con ustedes, sino en un evento con la seriedad académica intelectual que requiere un Congreso de la SOMEE, sustentar los mismos, con datos y con hechos.

Si nosotros pensamos en el, permítanme avanzar sobre la base de estos cinco ejes, hablando de descalificación, parto del contexto mexicano y luego haré una reflexión a nivel latinoamericana. Cuando hablamos de descalificaciones verbales públicas, es claro y notorio que desde hace algunos años, desde los circuitos gubernamentales, se ha emprendido una amplia y sistemática campaña de descalificación de la actuación de los órganos electorales.

Bueno, ayer mismo se volvió a insistir, por ejemplo, en la Conferencia Mañanera del Presidente de la República el hecho de que un servidor como Presidente del INE, está aspirando o será candidato presidencial de la oposición.

Por cierto, déjenme comentarlo, mi destape, mi falso destape ocurrió, justamente, en ese espacio hace alrededor de un año y medio, con una clara lógica de descalificar las posturas y las decisiones que desde la autoridad electoral se toman, acusándolas de estar al servicio de las oposiciones.

Y no ha bastado, por cierto, ayer el propio Presidente de la República se lo reclamó a su jefe de prensa, pero pues al parecer hay otro tipo de intencionalidades, desconociendo, incluso, que un servidor está inhabilitado para poder, afortunadamente, inhabilitado porque la Constitución así lo prescribe, para poder contender por cualquier candidatura pública, además de que aquí, en este ambiente de confianza entre estudiosos electorales, lo digo con todas las letras, ni interesado estoy para cualquier cargo público en las elecciones de 2024, en virtud de que la constitución establece, afortunadamente, que los funcionarios del Consejo General del Instituto Nacional Electoral no podemos ni ocupar un cargo público en los gobiernos en cuya elección participamos, ni tampoco ocupar alguna candidatura para cualquier cargo de elección popular en los procesos electorales dentro de los dos años posteriores a nuestro nombramiento; así que, claramente se evidencia con esta intentona de descalificar, se evidencia que claramente hay una intención de descrédito desde los circuitos del poder.

Y bueno, el Presidente de la República y aquí solamente menciono algunos ejemplos, ha señalado que no solamente los consejeros y los magistrados del Tribunal no somos demócratas, sino que además, peor aún, conspiramos contra la democracia.

En ese mismo sentido ha ocurrido desde los circuitos gubernamentales una serie de descalificaciones de manera sistemática.

Un ejemplo del segundo eje en el caso mexicano, tiene que ver con las descalificaciones de un aspirante a una candidatura que al haber incumplido las normas de fiscalización, se le aplicó la sanción establecida en la propia legislación, es decir, la descalificación como candidato, algo que ya había hecho el INE, por cierto, con un grupo, con una asociación ciudadana que aspiraba a convertirse en político, en un partido político unos meses atrás, y al que se le aplicó la misma norma, ante las faltas en materia de fiscalización.

Ejemplos, amenazas de ir a nuestras casas con seguidores, con turbas de seguidores enfurecidos, pues son parte de ese intento de presionar a las autoridades electorales para intentar gozar el favor de sus resoluciones.

Un tercer ejemplo, y ya lo mencionaba en el caso mexicano, tiene que ver con lo irracional e injustificado, a la Cámara de Diputados en acatamiento a una sentencia hace algunas semanas, intentó justificar el recorte que había sido declarado inconstitucional en términos de la actuación de la Cámara de Diputados, por la Suprema Corte de Justicia.

Y, veo con sorpresa que en el Diario Oficial de la Federación, más allá de la discusión que se tuve en la Cámara de Diputados, se publicó la nueva determinación de ratificar ese recorte sin poner ningún ejemplo ni ninguna justificación, con lo que estamos ante un franco y claro desacato e incumplimiento de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia, que por supuesto en los próximos días será objeto de una nueva controversia constitucional por parte del Instituto Nacional Electoral.

Pero aquí hay una, en esta gráfica ustedes pueden ver como, si bien los recortes al presupuesto solicitado por el Instituto Nacional Electoral, no son nuevos, sí el recorte de este año, de casi el 26 por ciento del presupuesto que había sido solicitado, pues claramente colocó al instituto en una situación de no poder cumplir con una decisión del órgano que tiene la responsabilidad de generar los recursos suficientes para que las funciones del estado, efectivamente, ocurran, que es la Cámara de Diputados.

En esta gráfica pueden ver los recortes aplicados en los últimos tres años, la primera de la columna de cada uno de los cuatros bloques, tiene que ver con el presupuesto solicitado por el INE, en la segunda barra, en la barra roja el recorte aplicado y finalmente la última barra, la barra lila, la barra del monto, efectivamente, otorgado en el presupuesto de egresos de la federación.

Ejemplos de reforma electoral también hay muchos, y un buen ejemplo nos lo dio el ex presidente de la Cámara de Diputados con una declaración que hizo el año pasado, justificando la necesidad de una reforma electoral al señalar que han cambiado muchas cosas en las circunstancias actuales y, dado que esas cosas han cambiado, valdría la pena volver a pensar, incluso, en transferir la función electoral a la Secretaría de Gobernación, es decir, echar por la borda los cambios que a lo largo de tres décadas han venido construyendo uno de los sistemas electorales más reconocidos en el mundo y que mayor solidez tienen como es el Sistema Electoral Mexicano, el que nos ha permitido una gobernabilidad encomiable.

Un dato.

A partir de la reforma electoral de 2014, es decir, en estos ocho años y medio, el INE ha estado involucrado en la organización 330 elecciones federales y locales de la mano los OPLES, éstas últimas, ordinarias y extraordinarias, y ninguna de éstas ha tenido un conflicto post electoral, litigiosidad ha existido, el caso de Colima es un caso emblemático, por ejemplo, porque, incluso, llegó a la nulidad de una elección de gobernador y la obligación del propio Instituto Nacional Electoral de asumir la elección para llevarla a cabo, ustedes recordarán. Esto ocurrió con las elecciones de 2015 que tuvieron que, en una vía extraordinaria realizarse en 2016.

Bueno, pues se trata del periodo de mayor estabilidad política y gobernabilidad democrática de nuestra historia con lo que claramente se evidencia la funcionalidad de nuestro sistema electoral.

Bueno, ahí están las amenazas de reformas electorales con unas claras intenciones de captura o de subordinación de la función electoral al poder político y un ejemplo de captura o de cooptación de órganos. Si bien no lo tenemos presente en el ámbito electoral todavía sí llama mucho la atención lo que ha ocurrido con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y pongo un ejemplo que es la verdad muy lamentable.

Hace algunas semanas la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió un pronunciamiento público que es conjunto de sin sentidos por donde se le vea, fue un pronunciamiento en medio de una campaña orquestada desde los circuitos del poder en contra del Instituto Nacional Electoral acusando al INE:

Uno, de perseguir a una legisladora que había sido denunciada por violencia política de género ante el INE, que luego de una investigación el Tribunal Electoral sancionó considerando que había violencia política de género, la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral y, luego, por cierto, en una segunda instancia la Sala Superior declaró, creo, con razón, de que esas expresiones de un twitt de esta legisladora federal no constituían violencia política de género y en el contexto en el cual al ser denunciados varios influencers a fines de las posturas políticas del actual gobierno, ante el INE y ante la solicitud de que expresaran lo que a su derecho convenía por parte del Instituto Nacional, que les hizo el Instituto Nacional Electoral implicó este desafortunado desplegado que me parece evidencia cómo un órgano constitucional autónomo claramente se suma a una campaña de desprestigio en contra de otro órgano del Estado mexicano.

Y es que este desplegado, a la derecha puede ver la respuesta que dio el INE, es un sinsentido por tres razones:

Primera, porque en el propio pronunciamiento la CNDH ese órgano, es un órgano constitucional, reconoce que no tiene competencia para emitir una opinión en materia electoral y, sin embargo, lo hace violando claramente su esfera de competencia constitucional. Primer sinsentido.

Segundo sinsentido, se suma esa campaña de linchamiento y de desprestigio diciendo que el INE había cometido un grave acto de censura en contra de la legisladora que hacía mención desconociendo o manifestando un profundo desconocimiento en nuestro orden constitucional electoral, porque en materia… en esta materia de Procedimientos Especiales Sancionadores como era el caso, el INE solo investiga y no emite ningún juicio.

Quien determinó en primera instancia que había violado la ley, esta legisladora, fue la Sala del Tribunal y, sin embargo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, evidenciando o un profundo desconocimiento o una voluntad de sumarme a un linchamiento desde ciertos circuitos que buscaban desprestigiar al INE, que han buscado desprestigiar al INE, señaló que el INE era el responsable de esa sanción.

Y en tercer lugar, señaló que el INE estaba en una actitud de persecución y de franca censura en contra de estos Influencers que en redes sociales estaban apoyando al gobierno y que habían sido denunciados ante el Instituto Nacional Electoral, porque les estaba requiriendo información.

Llama la atención que un órgano que se supone que tiene proteger nuestros derechos fundamentales, confunda las solicitudes de información que son una garantía de audiencia, que son solicitar a personas que han sido denunciadas, que puedan defenderse, con un acto de censura.

En suma, creo que hoy, lamentablemente, este órgano del Estado mexicano es un buen ejemplo de lo que significa la captura de los órganos de control.

Ahora, no me detengo en esto, ahí lo dejo, pero en las semanas recientes hubo un despliegue de todas estas actuaciones o actitudes en contra del Instituto Nacional Electoral, en un claro acto de amedrentamiento que, incluso llegó a la ridiculez de que un presunto estudiante que no niego que pueda ser estudiante, en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero que hoy es claro y abiertamente conocido que se trata de un cuadro de un partido político, del partido político que nos gobierna, que se trata de un activista y que además se trata de alguien que trabaja en las instancias de comunicación social del gobierno federal, me dijo a mí que soy universitarios, que en la Universidad Autónoma de México no soy bienvenido, cuando en la universidad si algo caracteriza, es que nadie puede decir quién entra porque las universidades son el espacio natural en donde la pluralidad de puntos de vista convive y dialoga con respeto.

En fin, no me detengo en estas láminas, apuro el paso.

Ahora, estos ataques, estos nuevos desafíos a la democracia, no son exclusivos de nuestro país.

En América Latina se han presentado ejemplos similares, mencionaba ya cómo el Presidente Bolsonaro se ha convertido en el principal detractor del sistema electoral que lo llevó al poder, acusando al Tribunal Superior Electoral del Brasil, de ser un órgano parcial y que trabaja para la oposición.

¿Han escuchado eso en algún lado?

Además, el Presidente Bolsonaro se ha convertido en el principal crítico de un mecanismo, de un instrumento que ha sido el ancla de gobernabilidad democrática en las elecciones en el país, en ese país, en Brasil, desde hace 25 años, me refiero a la urna electrónica que es uno de los mecanismos de voto electrónico más seguros, más confiables y más acreditados de los que hay en el mundo y de los que se benefició, justamente, el propio Presidente Bolsonaro hace cuatro años, cuando accedió a la Presidencia de la República de ese país.

Esto parecía parte de esto que está convirtiéndose en un libreto que cada vez más se replica en distintas partes del mundo, gobernantes que acusan a las autoridades electorales, de un fraude, antes de que las elecciones si quiera se lleven a cabo, en una clara lógica, me parece, de úsese en caso de ser necesario.

Es decir, acusar fraudes para que si pierden las elecciones digan que perdieron por culpa de fraudes, y si ganan, decir que ganaron a pesar de los fraudes.

En algo que hemos visto, ocurrió ya, por cierto, en los Estados Unidos en las elecciones presidenciales de 2020, a cargo del entonces todavía Presidente Donald Trump que buscaba la reelección en su cargo.

Por lo que tiene que ver con las agresiones a las autoridades electorales, hay muchos casos en América Latina, pero probablemente el más grave, el más enfático, fue la agresión física que sufrieron tanto el Presidente del Jurado Nacional de Elecciones, como el Presidente de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, luego de las elecciones del año pasado.

Hablando de acosos, también me parece que podemos mencionar, como el que fue el Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones en Bolivia, y que organizó la elección que permitió al MAS, al Movimiento al Socialismo, nuevamente ganar la elección el gobierno actual, es decir, recuerden que ahí se revocaron unas elecciones, se llamaron a elecciones extraordinarias, bueno, se llamó al que había sido el Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones que había organizado la elección, la primera elección que ganó el Presidente Evo Morales allá en 2005, para que volviera a organizar estas elecciones.

Las organizó, son elecciones incuestionadas, volvió a ganar el Movimiento al Socialismo, y ahora ese partido es el que ha enderezado acciones penales en contra del Presidente del Tribunal por acusaciones de fraude en la elección que el propio partido hoy gobernante ganó.

O bien, ejemplos de captura, lo que está ocurriendo en El Salvador, en donde hace algunos meses se nombró o se logró nombrar como Titular de la Unidad de Informática del Tribunal Superior Electoral de ese país, a quien hasta unos días antes había sido el gestor de las redes sociales del Presidente Bukele, en un claro ejemplo de captura de los órganos electorales.

O bien, lo que ha ocurrido o lo que está ocurriendo en República Dominicana, en donde los órganos electorales, tanto la Junta Central Electoral como el Tribunal Electoral, han recibido recortes de tal magnitud en su presupuesto que no pueden, no están en capacidad de cumplir con sus funciones constitucionales.

Como pueden ver, estos son fenómenos graves que se están presentando en mayor o menor medida en distintos países del continente.

Cabe señalar que, sin embargo, México es un país en donde prácticamente todos los ejes de ataques a las autoridades electorales, lamentablemente, están presentes.

¿Hacia dónde caminar?

Permítanme encaminarme al término.

¿Hacia dónde avanzar?

Bueno, creo que frente a estos desafíos, insisto, esos que estaban ya como parte del contexto ahí en nuestras democracias, gravitando sobre nuestras democracias, pero particularmente éste último en el que he querido hacer un énfasis por la vigencia, digámoslo así, pero sobre todo por, digamos, el efecto demostración que parecería está cundiendo en toda nuestra región, en todos los países de nuestra región, me parece que hay una serie de consideraciones que hay que hacer.

Paso rapidísimo algunas de las cifras, compañeras, compañeros, si me permiten los organizadores, esta presentación está a su disposición, paso con algunos datos del Informe País que se presentó esta mañana, son datos recientísimos, recién salidos del horno, que me parece que son pertinentes comentar como parte, como derivación de ese contexto.

Creo que, aunque vale la pena resaltar que en nuestro país el 65 por ciento de la ciudadanía considera que la democracia es la mejor, la forma de gobierno más preferible frente a cualquier otra, un tercio de la población, casi, el 31 por ciento muestra algún grado de esa afección con la democracia, o le da lo mismo que no, tener un sistema que no sea democrático, considerando en ocasiones que un gobierno no democrático puede ser mucho mejor para resolver los problemas que aquejan a la población, uno de cada tres, casi uno de cada tres mexicanos.

En segundo lugar, creo que es evidente, como esta gráfica lo revela con los datos del Informe País, que la desafección o insatisfacción con la democracia puede improbablemente estar vinculada como una sensación, con la sensación de que la democracia no está satisfaciendo las expectativas de la población.

En efecto, como pueden ver en el ámbito regional, aunque a nivel nacional el 47, un delicado 47 por ciento de mexicanas y mexicanos están insatisfechos con la democracia, en las zonas más desarrolladas esa desafección parecería incrementarse.

También vale la pena mencionar que siete de cada 10 personas, como ya mencionaba, están a favor de un gobierno democrático, pero hay inclinaciones hacia expresiones autoritarias considerables. Por ejemplo, dos de cada 10 mexicanas y mexicanos están de acuerdo con tener un gobierno con un líder político fuerte, aunque ello signifique una merma de los controles democráticos.

Y una de cada seis personas, cuidado, favorece ampliamente a un gobierno encabezado por militares, uno de cada seis personas.

En ese mismo sentido, una de cada cuatro personas no saben o no ha escuchado lo que es la democracia, es decir, estamos hablando de más del 25 por ciento, el 26.6 por ciento de personas que no tienen ninguna noción de lo que es la democracia.

Y también, casi una tercera parte de la población, casi un 30 por ciento, considera que carece de suficientes conocimientos y habilidades para poder participar activamente en la vida cívica y política del país. Y esto ocurre más entre las mujeres que entre los hombres, lo cual, en tiempos de los logros que hemos tenido en materia de paridad, habla claramente de las tareas pendientes en términos de cultura cívica, para fortalecer la participación política de las mujeres en el ejercicio y práctica de los principios y valores democráticos.

Frente a estos puntos, y termino, ¿qué es lo que considero que hay que hacer?

Bueno, en primer lugar, me parece que sobre todo después de las lecciones de la pandemia, en donde las medidas de emergencia en muchos lados del mundo no estuvieron acompañados del incremento de los controles democráticos, sobre todo, para los ejecutivos que tomaban estas medidas indispensables, sin duda, para enfrentar a la pandemia, pero que al ser medidas de excepción requerían, como debe ocurrir en toda democracia constitucional, de un incremento y fortalecimiento también de los valores, de los controles democráticos, me parece que eso es una gran lección que nos debe llevar a plantear que en los tiempos actuales, el fortalecimiento, la defensa de la democracia requiere, ineludiblemente, reforzar los pesos y los contrapesos que definen a un sistema democrático frente a un régimen autoritario.

Y en este sentido, la autonomía de los órganos electorales me parece que es un elemento esencial, porque permite que esos órganos funjan, efectivamente, como un mecanismo de control político y de combate a la corrupción en el ámbito de su competencia.

En segundo lugar, me parece que es indispensable, sobre todo en tiempos de post verdad, incrementar la capacidad que tienen los órganos en general del estado, las instituciones democráticas del estado, pero particularmente los órganos electorales para poder explicar sus funciones y, sobre todo, para tratar de construir y continuar este proceso de construcción de credibilidad pública, que es indispensable para que cumplamos nuestras funciones.

Y es que hoy en día ya no basta hacer elecciones con altos estándares técnicos como ha venido ocurriendo, es necesario tener estrategias de comunicación muy bien pensadas que sean asertivas y sobre todo oportunas.

Hoy es tiempo de explicar, explicar y explicar las condiciones con las que nosotros hacemos y los procedimientos con los que organizamos las propias elecciones; para decirlo en pocas palabras, ya no son solamente indispensable órganos técnicos que permitan hacer elecciones incuestionables y con todas las garantías del voto libre y secreto y con condiciones de equidad, por supuesto, hoy esas oficinas tienen que estar acompañadas por también por oficinas en las cuales la comunicación oportuna, asertiva, simple, sencilla y utilizando toda la pluralidad de mecanismos que las nuevas herramientas de comunicación, como las redes sociales nos proporcionan, resulta indispensable.

Frente a las narrativas de descrédito los órganos electorales no pueden entrar en una lógica en contra posición sino de explicación y de contraste, no con quienes, con los poderes o los partidos que descalifican, pero sí con los contenidos y con las descalificaciones y particularmente con las falsedades que suelen alimentar esas campañas de descrédito.

En tercer lugar hay que impulsar la deliberación pública, son momentos en los que, más allá de los mecanismos de democracia directa que sin duda son bienvenidos siempre y cuando se utilicen con la cautela necesaria, no todos los temas en política pueden resolverse a partir del llamado directo al pueblo para que se pronuncie, por ejemplo, las consultas populares solamente tienen dos posibles respuestas, temas muy complejos, no necesariamente pueden resolverse y procesarse a través de los mecanismos de democracia directa.

Qué bueno que hemos avanzado en esos mecanismos y hay que utilizarlos, pero, hay que saber que hay ciertas decisiones, ciertos temas que tienen que procesarse de otra manera.

Y frente a esto, me parece que la deliberación pública, eso que algunos teóricos como Habermas o Carlos Santiago Nino llamaban la acción comunicativa o la democracia deliberativa, resulta indispensable de fortalecerse.

En cuarto lugar, hay que cursar lo que llaman algunos, ciudadanía digital. En tiempos de post verdad en donde las redes sociales son utilizadas como una herramienta para erosionar la calidad de los sistemas democráticos, me parece que es indispensable generar, digámoslo así, nuevas habilidades en manos de las y los ciudadanos que permitan que esas narrativas falaces o peor aún, que las mentiras que circulan en las redes sociales muchas veces, puedan ser efectivamente contrarrestadas desde los propios receptores de esas noticias o informaciones incorrectas.

Yo quisiera terminar, simple y sencillamente diciendo lo siguiente, agradeciendo de nueva cuenta la oportunidad de poder participar en este espacio privilegiado, el Trigésimo Tercer Congreso de la Sociedad Mexicana en Estudios Electorales.

Son tiempos difíciles para la democracia, pero la democracia ha demostrado ser una forma de gobierno resiliente, ser una forma de gobierno, que a pesar de las problemáticas intrínsecas que hoy la aquejan, muchas de ellas intrínsecas, la problemática que la aqueja, no son pocas las democracias que desde su interior se han agotado.

También es cierto que vale la pena reivindicar a la propia democracia, como la mejor forma de gobierno que la civilización ha encontrado para procesar, de manera respetuosa la pluralidad y la diversidad política que caracteriza nuestras sociedades, pero sobre todo, de manera pacífica, la disputa por el poder político.

Y termino diciendo, la construcción de la democracia ha sido una tarea colectiva, nadie puede arrogarse, ninguna persona, ningún partido, ninguna fuerza política en particular, puede arrogarse la autoría de la construcción de nuestra democracia.

La democracia fue una obra compleja, de varias generaciones, de personas de muy distintas filiaciones políticas, que se comprometieron por construir un sistema que permitiera que fuera el voto de la ciudadanía emitido de manera libre y nada más, lo que definiera quién nos gobierna y quién nos representa.

Esa construcción fue una obra colectiva y en los tiempos que hoy corren, me parece frente a los desafíos, algunos de los cuales he querido ilustrar en esta charla, la defensa de la democracia también es algo que nos involucra a todas y todos.

Recordemos que la vía de la democracia no es una vía unidireccional, existen posibilidades de regresión democrática y la historia, con ejemplos dramáticos nos lo enseña.

Nos toca a todas y todos, que nunca más volvamos a invocar la vía de las regresiones democráticas.

Y desde ese punto de vista, toda trinchera y algunas de ellas privilegiadas como éste, el espacio que desde la SOMEE se ha construido, son trincheras indispensables que debemos ocupar y que debemos utilizar en la defensa de la democracia, para que pueda enfrentar exitosamente, los desafíos que hoy la aquejan.

Muchísimas gracias.

Presentadora: Agradecemos al doctor Lorenzo Córdova Vianello, la intervención que ha compartido con nosotros, haciendo importantes reflexiones y señalamientos sobre los principales desafíos que enfrenta México y América Latina, respecto a la democracia, destacando la desafección social con la democracia, la crisis de la credibilidad en las instituciones, la desinformación y la polarización.

Si me permite, doctor Lorenzo, comparto que como parte de los ejercicios que se han estado analizando dentro del Programa del Trigésimo Tercer Congreso de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales, se ha tenido precisamente, la oportunidad de tener un diálogo interesante sobre el Informe País, un importante diagnóstico que como compartía, nos da la posibilidad que desde las distintas trincheras en ese ánimo de colaborar y de fortalecer el ejercicio de la democracia, podamos implementar acciones específicas.

Para continuar con el programa, se abre un espacio de preguntas y respuestas, se encuentran ya parte del equipo en auditorio para quien desee hacer alguna pregunta, por favor, levante su mano y se acercará el micrófono.

Adelante.

Pregunta: Gracias.

Hola, doctor, buenas tardes.

Me llamo Mariela Díaz, soy la Jefa de Cartografía en la Junta Local aquí en Colima.

Y, bueno, básicamente usted o más bien, me queda la, es como la paradoja, por una parte usted señala que se debe promover y hacer o generar estrategias, justamente, que promuevan la participación ciudadana con respecto al diagnóstico que nos comentaba y que tuve la oportunidad de ver rápidamente en la mañana, del Diagnostico País, ¿cómo generar estas estrategias de participación si a la vez nos están copando, nos están cortando las manos, los brazos para, en cuanto al presupuesto se refiere para poder generar y hacer, llevar a cabo estas, justamente, estas estrategias de llegar a todos los niveles de la población en términos de ciudadanía para, justamente, defender la democracia, hacerles del conocimiento de qué trata la democracia, de hacer, pues, ahora sí esta cuestión de cómo consolidar la democracia si estamos a la vez sufriendo estas irrupciones de que nos cortan en cuanto a presupuesto de la denigración pública. Eso es, básicamente, cómo resolver esta paradoja.

Gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Ana, no sé si juntamos varias. Tú me dices.

Moderadora: Escuchamos varias y luego hacemos bloque de respuestas.

¿Alguna otra pregunta en el auditorio?

Adelante, por favor.

Pregunta: Mi nombre es Alejandro Pérez, estudiante en Ciencias Políticas y Administración Pública.

Mi pregunta es, ¿cómo aumentar la participación política de los sectores individualistas o ascensionistas que usualmente son estos mismos que no tienen esta participación política y me imagino que esto también sería otro elemento para combatir estos regímenes autoritaritas que están surgiendo actualmente?

Moderadora: Gracias.

¿Alguna otra pregunta en el auditorio?

Bien, damos paso a las respuestas, por favor.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, a Mariela y Alejandro por sus preguntas.

Bueno, yo diría que en términos generales, la participación ciudadana no podemos hacerla sólo depender, más bien, la multiplicación de los espacios de participación no los podemos hacer depender, exclusivamente, digamos, de las suficiencias presupuestales, en primer lugar, Mariela.

Yo creo que parte de la, la mejor manera de generar la participación es asumir que la discusión de los problemas públicos tiene que permear, prácticamente, todos los espacios de socialización: las escuelas, las universidades, espacios como éste, congresos académicos, pero, incluso, los centros de trabajo y hasta los espacios familiares deberían ser espacios en donde, sobre todo, frente a la gran cantidad de problemas que aquejan a nuestras sociedades deberían discutirse los temas públicos.

Y creo que eso es ya un primer paso en términos de:

Uno, incrementar y aquí colateralmente ahora voy con la pregunta de Alejandro, pero también tiene que ver con eso, es decir, parte de la desafección con la participación en términos de participación electoral traducida en abstención o bien, pues de este conjunto de ciudadanos que ni les interesa, ni se enteran de qué es la democracia que el Informe País señala con un porcentaje alto y desconcertante, tiene que ver con el hecho de que la política es algo que se asume como ajeno a nuestra realidad cotidiana.

Y yo no estoy diciendo que todo el día tengamos los ciudadanos, tengamos que estar las personas, tengamos que estar pensando en política.

Pero claro que reflexionar sobre las problemáticas comunes, incluso las cuestiones más inmediatas, que si hay un bache, el alumbrado, en fin, qué se yo, deberían ser parte, y de hecho son parte en las democracias más consolidadas de una discusión permanente, es decir, y para eso no se necesitan grandes recursos.

Claro, Mariela, para poder echar adelante estrategias de capacitación, de promoción de la cultura cívica, pues ¡hombre!, se requieren algunos recursos.

Pero creo que estos tiempos son tiempos sobre todo en los que tenemos que asumir la responsabilidad, sobre todo los entes públicos de hacer lo que podamos para fortalecer, involucrar en la discusión democrática, que es la discusión de los problemas públicos, al mayor número de personas sin estarnos preocupando demasiado por los recursos que tenemos.

Existen muchísimos mecanismos, de hecho el Instituto Nacional Electoral es una institución privilegiada en el sentido que tiene una estructura permanente, o al menos todavía con el marco legal actual, que le permite un contacto con la propia ciudadanía, es más, desde el INE brindamos un servicio ciudadano cotidiano a decenas de miles de personas, que es la expedición de la credencial.

¿Cómo lograr convertir, por ejemplo, los espacios de entrega de la credencial, los módulos, en espacios literalmente en donde se construye ciudadanía?, más allá de entregar la identificación.

O por ejemplo, ¿cómo aprovechamos que cada tres años el Instituto Nacional Electoral recluta un ejército cívico, democrático, de un millón y medio de personas, y que permiten que las elecciones se lleven a cabo? Esos son ciudadanos que son los primeros defensores, porque saben cómo funciona y son los garantes de respeto del voto libre, digamos, en nuestro sistema democrático, por lo menos en su dimensión electoral.

Lo que quiero decir en síntesis, Mariela, es que hay que soltarnos el pelo, déjame utilizar esta expresión, en intentar de multiplicar actividades que involucren la práctica o que ayuden, digamos, a ejercitarnos como ciudadanas y ciudadanos en la práctica, y por ende, la asunción de los valores y los principios democráticos.

Ésa me parece que es la primera manera de formar ciudadanía y de involucrar a las personas en, no solo la práctica, sino por ello en la defensa de sus derechos, y eso, en el mejor de los sentidos, es hacer política.

Alejandro, terminaría diciéndote, pues mira, yo creo que aquí tenemos una gran tarea todas y todos, porque cuando tenemos tasas de abstencionismo elevadas lo que estamos teniendo, simple y sencillamente, es un desdén en la política que está provocando no que dejen de tomarse decisiones, así vote un 20 por ciento, un 10 por ciento del padrón electoral, del listado de electores.

Los poderes públicos deben instituirse, deben conformarse y deben reproducirse y deben actuar, pero cuando tienes esas tasas de participación, paradójicamente lo único que vas a tener es multiplicar la desafección con la política, porque las decisiones políticas se van a tomar, pero tú vas a tener una ciudadanía cada vez más alejada de las mismas, que dejó en manos de otro las tomas de las decisiones y que, en consecuencia, se va a alejar más y más.

Creo que hay que lograr convencer de que quien no participe en una elección lo único que está haciendo es, no impidiendo las decisiones, sino simple y sencillamente dejando que otros decidan por uno.

Y creo que los problemas que tenemos nos aquejan a todas y todos, y la única manera democrática de resolverlos no es esperando que un redentor nos resuelva los problemas, la democracia implica dejar de lado todas las lógicas paternalistas, sino involucrarnos en el proceso de discusión y, sobre todo, de decisión de aquellas medidas que nos permitan enfrentar esas graves problemáticas.

Muchísimas gracias.

Presentadora: Muchas gracias.

Agradecemos al doctor Córdova Vianello por la intervención que ha tenido esta tarde y el honor de cerrar con esta Clausura Magistral.

A quienes nos acompañan en el auditorio, les pedimos, por favor, permanecer unos minutos para dar inicio a la clausura y a quienes nos siguen en redes sociales también por favor, en unos minutos estaremos continuando con la clausura.

Muchas gracias.

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