VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA INAUGURACIÓN DE LA CUMBRE GLOBAL DE LA DEMOCRACIA ELECTORAL
Muchas gracias.
Muy buenos días a todas y todos quienes nos acompañan esta mañana aquí en la Ciudad de México, y buenas tardes a quienes nos siguen por medios virtuales desde otras regiones del mundo, sean todas y todos bienvenidos al Instituto Nacional Electoral o, como gustamos de llamarlo en México, “la casa de la democracia”.
Quiero, en primer lugar, expresar mi agradecimiento a todas las personas y organizaciones, a todos nuestros aliados estratégicos que han hecho posible esta Cumbre Global de la Democracia Electoral, así como a la serie de foros regionales que se han organizado en la ruta a la celebración de este encuentro internacional.
Agradezco a todas y todos ustedes por atender la convocatoria que distintas organizaciones, incluido el INE, y más de 17 aliados que conformamos esta red global de autoridades electorales, organismos internacionales e instituciones regionales especializadas en materia electoral hemos lanzado. Una auténtica coalición internacional en defensa de la democracia electoral.
Hace tan solo un par de décadas, al amanecer de este nuevo siglo, la democracia se erigía triunfante en la mayor parte del mundo. Las autocracias iban retrocediendo de forma paulatina en todas las regiones del planeta.
Hoy, sin embargo, las tendencias globales parecen apuntar en una dirección muy diferente.
En efecto, hoy más que nunca, la democracia en el mundo muestra signos inequívocos de retroceso, los espacios se achican en muchos países, crece la desconfianza ciudadana con sus representantes y el desencanto con las instituciones de la democracia, así como el avivarse de la desinformación y el desengaño que antes se ocupaba, ocupaba un espacio en la política, pero ahora proviene en gran medida desde el poder político.
Antes la desinformación era utilizada como mecanismo para acceder al poder político, hoy se ejerce en el ejercicio del poder político.
Y crece también el acoso en contra de la libertad de expresión y señaladamente en contra de las instituciones encargadas de la organización de elecciones.
Las sociedades contemporáneas son crecientemente complejas y, en muchas ocasiones, difíciles de comprender en toda su pluralidad, riqueza cultural, amplia diversidad social, pero también, con sus profundas desigualdades, persistente violencia, ofensiva corrupción y amenazas climáticas, incluso.
Si bien perfectibles, la democracia y las elecciones son, precisamente, la ruta más civilizada que la humanidad ha encontrado para enfrentar y resolver sus desafíos, incluyendo los que hoy nos aquejan. Así lo muestra la historia y así lo plantea el anhelo de millones de personas, destacadamente mujeres y jóvenes, que en años recientes han salido a la calle para exigir sus derechos y demandar mejores condiciones de vida, en democracia.
Por eso, la Cumbre Global de la Democracia Electoral que hoy iniciamos, busca promover la defensa de los valores, comportamientos e instituciones que permitan que la democracia y las elecciones perduren y se perfeccionen como un mecanismo esencial para solventar los problemas que nos afectan y construir un mejor futuro colectivo como el único mecanismo que ha encontrado la humanidad para acceder y renovar el poder sin derramamiento de sangre.
La democracia solo perdura si se practican los principios esenciales que le dan soporte, cuando se respetan y aceptan los resultados de las elecciones, de todos los resultados, y no solo de aquellos en los que se obtiene el triunfo y en donde, en la vida cotidiana, las personas ejercen los valores, y practican los valores de la propia democracia.
La democracia se preserva cuando las elecciones y la integridad electoral se comprenden como el único recurso posible para la lucha pacífica por el poder político. Por el contrario, la democracia se pierde cuando se ve en las elecciones, no una oportunidad para la confrontación abierta de las diferencias, de ideas y programas, sino como un simple medio para la conquista de cargos y posiciones, a toda costa, cuando son un medio en donde todo se vale para conseguir un determinado fin.
La democracia solo puede crecer cuando la política, con todas sus pasiones e intensidad, se entiende como medio para fraguar consensos, a partir de la persuasión entre personas libres. Por eso, la democracia perece cuando la política se usa como instrumento para la polarización, para el acoso y la segmentación simplista y anti pluralista de las sociedades cuando se usa para practicar la intolerancia, el valor antidemocrático por excelencia.
La democracia es posible cuando las instituciones que se encargan de organizar los procesos electorales ejercen sus funciones de forma autónoma del poder político. En contraste, la democracia se vulnera cuando dichas instituciones y quienes laboramos en ellas, somos objeto de descalificaciones, amenazas e incluso agresiones físicas, cuando somos, como instituciones, sujetas a la asfixia presupuestal, y amedrentadas con reformas legales que esencialmente buscan facilitar la influencia del gobierno e incluso permitir la captura institucional con fines políticos.
Tras cinco foros regionales celebrados en los meses recientes, que nos han permitido conocer los desafíos, retos y perspectivas de la democracia electoral en África, Asia, Europa, la Región Árabe y las Américas, hoy nos damos cita en esta Cumbre. Una Cumbre Global que es, a un tiempo, punto de arribo, pero, sobre todo, punto de partida para articular una agenda crítica para enfrentar los problemas que hoy sufre la democracia y el hostigamiento que las autoridades electorales padecemos en buena parte del mundo.
La estrategia más prometedora para resguardar a la democracia, la integridad electoral y las instituciones que las hacen posibles, consiste en articular una amplia coalición de personas y organizaciones, a nivel nacional e internacional, que actúen colectivamente en su defensa de la democracia.
De eso, precisamente, se trata esta Cumbre Global de la Democracia Electoral. De reconocer la dimensión de los retos que tenemos enfrente como autoridades electorales y organizaciones internacionales especializadas en elecciones y en la promoción de la democracia, y de impulsar la acción colectiva que nos permita atajar estos desafíos.
Los problemas de la democracia solo se solucionan con más y mejor democracia, y dentro del mismo arreglo democrático, sin atajos antidemocráticos de presunta eficacia y sin falsas salidas que suspendan derechos y el orden constitucional. A esto estamos comprometidas todas y todos en esta Cumbre Global de la Democracia Electoral.
Van mis mejores deseos en este arranque de la Cumbre, y nuestro compromiso desde el INE, para que este sea el arranque de una agenda colectiva de largo plazo, internacional, para defender y renovar nuestras democracias y las instituciones que, de la mano de la ciudadanía, hacen posible las elecciones en todo el mundo.
Muchas gracias a todas y todos por su asistencia, pero, sobre todo, por su entusiasta participación en esta obra colectiva que es la defensa de nuestras democracias.
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