VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA MESA 1: “ANTECEDENTES Y SURGIMIENTO DEL INSTITUTO FEDERAL ELECTORAL”, EN EL MARCO DEL FORO: PRESENCIA Y LEGADO IFE-INE EN MÉXICO ACTUAL. HOMENAJE AL LICENCIADO FERNANDO ZERTUCHE
Presentadora: Gracias por seguir la transmisión en vivo del Foro. Presencia y Legado IFE-INE en el México Actual, Homenaje al Licenciado Fernando Zertuche.
En este momento inicia la mesa de trabajo titulada “Antecedentes y surgimiento del Instituto Federal Electoral”, para lo cual damos la palabra y agradecemos su participación como moderadora a la Directora de la Unidad Técnica de Transparencia y Protección de Datos Personales del Instituto Nacional Electoral, maestra Cecilia Azuara.
Titular de la Unidad de Transparencia y Protección de Datos Personales, Cecilia del Carmen Azuara Arai: Muchas gracias.
Bienvenidos todos y todas, es un placer para mí moderar esta mesa. Y, sin más preámbulo, pues voy a dar la presentación de cada uno de los integrantes, empezando por la primera intervención que es a cargo del licenciado Manuel Carrillo Poblano.
Él es licenciado en Ciencia Política y Administración Pública por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Y tiene una Maestría en Ciencia Política del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México.
Colaboró en el área de Capacitación y Formación de Funcionarios en el Instituto Nacional de Administración Pública, así como en diversas dependencias del gobierno mexicano, destacando la Secretaría de Gobernación y la Presidencia de la República.
Es autor de diversas colaboraciones en materia electoral, entre las que se encuentran su aportación para la segunda edición del Diccionario Electoral, editado por el Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
Ha participado como ponente en foros nacionales e internacionales, entre los que se puede mencionar la Presentación del Libro Constitucionalizar, Democratiza, editado por el Colegio de Profesores e Investigadores con Actividades Académicas Formales en Universidades Extranjeras de Excelencia.
Y su ponencia sobre el avance democrático en la región latinoamericana en el marco del 30 Aniversario del Tribunal Supremo Electoral de Guatemala.
Adelante, por favor, Manuel.
Gracias.
Coordinador de Asuntos Internacionales del INE, Manuel Carrillo Poblano: Muchas gracias, Cecilia por la presentación.
Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Estimados colegas; compañeras y compañeros del INE, amigas y amigos todos:
Es para mí un honor participar en este homenaje a un amigo y jefe, Don Fernando Zertuche Muñoz.
Reza bien el título de este evento: Presencia y Legado de Don Fernando, en el marco del surgimiento del IFE y de su proceso de consolidación.
Compartiré con ustedes algunas reflexiones en torno a este homenaje a un grande.
Fernando, hoy ganaste otra batalla, la del reconocimiento unánime a tu persona y a tu papel como funcionario electoral.
Wolfgang von Goethe, en su relato de la primera celebración de la fiesta de San Roque en Bingen junto al Rin, fiesta que podría realizarse nuevamente después de una larga interrupción provocada por las guerras napoleónicas.
Goethe observa cómo los hombres y mujeres han acudido a participar de la fiesta. Se dejan de arrastrar en medio de la apretada aglomeración para pasar frente a una imagen del Santo.
Goethe observa sus rostros, los de los niños y los adultos están iluminados, reflejan la alegría del día del evento.
Todos los demás rostros de los jóvenes son diferentes, dice Goethe.
Los jóvenes pasan sin emoción, indiferentes. Su explicación del hecho resulta iluminadora, dice Goethe.
Nacidos en tiempos difíciles, esos jóvenes no tenían nada bueno que recordar, por eso tampoco nada que esperar.
Solo quien puede recordar también puede esperar. Memoria y esperanza firman una unidad indisoluble.
Recordar algunos capítulos de la vida como funcionario electoral de Don Fernando Zertuche, nos motiva a seguir cuidando nuestra democracia en estos tiempos recios para mantener viva la esperanza de tiempos mejores.
Don Fernando al concluir su gestión como Secretario Ejecutivo, destacó que su estancia en casi más de 8 años en el Instituto había sido grata y moralmente plena, no hubo mención o crítica de los momentos difíciles que vivió; siempre apostó por el optimismo, acompañado de su amable y vital sonrisa.
Era un artista de las finas maneras.
Fue testigo de la transformación política de nuestro país en el campo electoral, entusiasta impulsor del proceso democratizador iniciado en la década de los setentas del siglo pasado e impulsado de manera creativa en México en los noventas.
La creación del IFE en 1990 fue la fórmula para que nuestro país atendiera los justos reclamos de elecciones libres, transparentes y justas.
Al formar parte del grupo de seis consejeros ciudadanos que integraban el Consejo General del IFE de 1994-1996, se perfilaba el nuevo perfil del funcionario electoral. No solo se requerían conocimientos intelectuales y jurídicos de lata especialización, sino integridad personal.
Ese fue un plus, el funcionario electoral tenía ahora la responsabilidad de cuidar y salvaguardar la voluntad de los ciudadanos expresada en el sufragio.
Este es, a mi parecer, la diferencia fundamental con el servidor público del Estado moderno.
Cito a don Fernando.
“A México lo están transformando sus ciudadanos, fue su voluntad la que permitió el surgimiento de un organismo electoral autónomo que constituyó el avance real hacia el establecimiento de un régimen democrático.
Fue un hombre cuya personalidad armonizó con los momentos de grandes cambios en el mundo y en México.
Los transcendentales cambios ocurridos en la entonces Unión Soviética y en la Europa del Este, cambiaron la fisonomía de la política, la economía y las relaciones internacionales en el mundo.
El reclamo de libertades políticas y de regímenes democráticos cerraban la puerta al autoritarismo y a la falta de elecciones auténticamente libres.
El movimiento democratizador en el mundo iniciado en la década de los setentas, recibió un vigoroso impulso con la caída del socialismo real.
Países de Europa Central y del Este de África, Asia y América Latina, impulsaron sus procesos democratizadores a través del cambio electoral con semejanzas y diferencias, producto de la cultura política, los antecedentes históricos y las perspectivas de miras hacia el futuro.
Sin embargo, hubo una coincidencia significativa, la creación de organismos electorales autónomos, la desconfianza y la falta de garantías para tener elecciones libres y transparentes constituyeron factores para conformar nuevas autoridades electorales bajo un nuevo perfil profesional.
La exigencia social y política de tener elecciones confiables, trajo en consecuencia la constitución de un poder electoral constitucional, o bien, la creación de organismos autónomos.
La organización de elecciones en países que transitábamos a la democracia no debía estar en manos del ejecutivo ni en otros de los poderes del Estado.
De los 18 países que integran América Latina en 17 de ellos, excepto Argentina, el órgano electoral está reconocido en la Constitución Política, independiente de los otros poderes del estado aun cuando participen en la conformación del mismo con distintas modalidades.
Destaca un rasgo común que prevalece, que prevalece la colegialidad. Un cuerpo colegiado no equivale a un equipo de trabajo. El primero supone una composición de pares, de igual jerarquía. El trabajo en equipo admite niveles jerárquicos y dirección inequívoca.
La capacidad intelectual es muy importante pero insuficiente. Se requieren cualidades suplementarias, la capacidad de asumir se parte de un colectivo. Saber escuchar, saber dialogar más que imponer, saber persuadir empatía, discreción, tolerancia y capacidad de adaptación.
Este era el nuevo escenario donde el Consejero Ciudadano Fernando Zertuche se desempeñó con talento y compromiso institucional.
Imprimió un estilo conciliador, nunca alzó la voz, nunca interrumpió posiciones contrarias a las de él. Ante agresiones nunca reaccionó fuera de tono, solía decir, cito: “No todo el que calla otorga”.
Tenía intervenciones cortas sin pretender aparecer que él era el experto o querer obtener ventaja, deliberaba con tolerancia y elegancia.
El Secretario Ejecutivo Fernando Zertuche no solo fue efectivo, eficaz y eficiente. Tenía una conciencia de la responsabilidad muy particular sobre la ética, de la responsabilidad del trabajador y del funcionario electoral.
Supo interpretar su vida pública en el contexto de importantes transformaciones de la política democrática en México y en el mundo.
El filósofo austriaco Karl Popper solía hablar sobre la democracia en estos términos, cito: “Hablando con propiedad existen únicamente dos formas de gobierno, aquellas en la que es posible derrocar al gobierno sin derramamiento de sangre y por medio de una votación y aquéllas en la que esto no es posible”.
Ahí estaba apuntado el perfil y la responsabilidad de los organismos electorales y de sus trabajadores, una nueva mística dentro del servicio público.
Don Fernando asumió con sabiduría el nuevo rol que le tocaba jugar como funcionario electoral, tenía claras sus cualidades, el compromiso con la democracia, convicción del sentido humanístico que tiene esta forma de gobierno para dignificar al hombre respetando sus libertades y su voluntad, no más imposiciones.
Hacer respetar la decisión de los ciudadanos expresada en las urnas a través del derecho y la administración efectiva.
En segundo lugar, tener mesura al administrador los procesos electorales garantizando legalidad y certeza, defendiendo la imparcialidad del Instituto Federal Electoral.
El funcionario electoral requiere de temperamento, pero también de carácter para controlarlo, trabaja con emociones y pasiones políticas de políticos, partidos políticos, candidatos, legisladores, funcionarios públicos, grupos sociales, medios de comunicación, entre otros. Hay que tener temperamento y carácter para controlarlo.
Finalmente, la responsabilidad, considero este es un principio fundamental.
El funcionario electoral sabe de su compromiso con la democracia y, sobre todo, con los ciudadanos para salvaguardar su voluntad, independientemente del color o tendencia ideológica de los partidos disputándose el poder.
Hay una nueva mística en el funcionario electoral, hay una clara fusión en la ética de sus convicciones y en la ética de sus responsabilidades, sus actos tienen consecuencias para la vida pública del país, el orden político y la certeza jurídica para que se gobierne con legalidad y legitimidad.
Congruencia, integridad, legalidad y verdad, son ejes rectores del funcionario electoral en el siglo XXI.
Al respecto, Don Fernando decía: “deseo destacar la integridad del profesionalismo y la imparcialidad de los trabajadores del Instituto en todo el país, lo que ha permitido que la gran mayoría de los mexicanos considere que las condiciones en las que se llevan a cabo las elecciones son adecuadas, que la competencia política es justa, que el sufragio se ejerce sin mayor trámite, y que todos los votos son contados a tiempo y en cumplimiento de las normas legales”. Esa es la responsabilidad del funcionario electoral.
Impulsor convencido del servicio civil de carrera. Veía en el Servicio Profesional Electoral el camino para que el Instituto tuviera una estructura calificada, basada en los méritos y la capacitación permanentes.
Aquí está presente su legado, Instituto Nacional Electoral, creíble y robusto para acompañar el proceso de consolidación democrática de México, administrando elecciones libres, justas, limpias y equitativas.
La institución hoy tiene una mayor responsabilidad ante el reconocimiento y legitimidad por su actuación en México y en el ámbito internacional.
La confianza y la credibilidad se acreditan día a día, nada es dado de una vez y para siempre. La historia es lenta, las naciones requieren siglos para formarse, crecer y madurar.
Decía Octavio Paz, el proceso histórico es tan lento que muy pocas veces sus cambios son perceptibles para aquellos que lo viven, pero el trabajo subterráneo del tiempo se manifiesta con repentina violencia y desencadenada series de mutaciones que, a la vista de todos, se suceden con impresionante rapidez.
No hay atajos, trabajo diario y en forma colectiva para cuidar a nuestra democracia, pues todo puede ser reversible.
Para ello, necesitamos revisar nuestra historia y el legado de funcionarios como el de Fernando Zertuche Muñoz, él está presente hoy a través del legado que nos ha dejado.
Memoria y Esperanza forman una unidad indisoluble, Don Fernando nunca creó discordias sino cortesía, finos morales para fortalecer nuestro optimismo en nuestra institución y en nuestra democracia.
Muchas gracias.
Titular de la Unidad de Transparencia y Protección de Datos Personales, Cecilia del Carmen Azuara Arai: Muchas gracias, Manuel.
A continuación presentaré a la maestra María Elena Cantú, ella es periodista desde 1988, los temas electorales, medios y el derecho de acceso a la justicia figuran en su trabajo periodista.
Conducta del noticiero ADN en el Canal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de 2008 a 2016 y conductora de Voces de la democracia del Instituto Nacional Electora, programa transmitido por Radio UNAM y TV UNAM durante 8 años.
Inició su carrera en la agencia de noticias Alpress, ha colaborado en El Financiero, el periódico Reforma, ABC Radio, MVS Radio y Televisión, CNI Canal 40, entre otros.
En 2006 fue miembro del Comité Técnico de Evaluación del Fondo de Apoyo para la Observación Electoral coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Muchas gracias, maestra Cantú.
Adelante.
María Elena Cantú: Al contrario. Muchas gracias.
De verdad es un gusto, agradezco al Instituto Nacional Electoral, al doctor Lorenzo Córdova, Consejero Presidente, a las consejeras y los consejeros del Instituto por su invitación al Foro Presencia y Legado IFE-INE en el México actual, con motivo del aniversario luctuoso del doctor Fernando Zertuche Muñoz.
Es un gusto compartir la mesa Antecedentes y Surgimiento del IFE con la maestra Cecilia Azuara, muchas gracias por la presentación, directora la Unidad Técnica de Transparencia y Protección de Datos Personales del INE.
Con Manuel Carrillo que somos amigos desde hace muchísimos años, escuché que te dijeron “la institución”, en la institución, así es, Manuel siempre presente, coordinador de Asuntos Internacionales del INE, y también es un gusto estar al lado de la Consejera Electoral, amiga también, Carla Humphrey, muchísimas gracias, Carla.
Empecé a cubrir elecciones siendo muy pequeña, en 1988, no lo sabía, entonces, pero la vida me concedió un enorme privilegio: conocer a Don Fernando Zertuche.
Lo conocí en 1994 y pude constatar que se trataba de un hombre que entregó lo mejor de sí mismo como ser humano, como profesional y como ciudadano, para sumar esfuerzos en la construcción, como él bien dijo, del difícil sendero mexicano para lograr comicios limpios y confiables.
Cuando me buscó para solicitar un artículo sobre la elección de 2006 desde una mirada periodística para formar parte del libro El Instituto Federal Electoral Presencia y Legado, sentí un enorme compromiso porque se trataba de elecciones que derivaron en un conflicto político-electoral que dividió al país y que puso a prueba la solidez del entonces, Instituto Federal Electoral.
Sí, división, discordia, ataques a las instituciones electorales tal cual lo vivimos hoy.
Les comparto algunos párrafos de aquel artículo:
… “Todavía no era la media noche de aquel 2 de julio cuando la sospecha irrumpió en la gigantesca sala de prensa, era la elección más competida de la historia reciente. No se informó oficialmente quién era el ganador, pero los apetitos voraces se impusieron.
En cuestión de horas se espetó la palabra que tomó más de 20 años combatir y que habíamos superado desde la autonomía del IFE en 1996: ¡Fraude! La acusación envenenó la elección.
¿Cómo llegamos ahí?
En el camino es posible encontrar juego sucio, malas artes y ambiciones desmedidas que presagiaban el conflicto que derivó de aquellas elecciones presidenciales.
Entre ellas, están el desafuero, capitulo que generó tensión en la vida política nacional y que concluyó con la determinación de la PGR, y no de ejercitar acción penal contra López Obrador.
Le siguieron intervenciones como la del entonces, presidente Vicente Fox, el doctor Simi y el Consejo Coordinador Empresarial, algunas de ellas sacando provecho a vacíos legales y otras, de plano violando reglas electorales.
A lo largo de la contienda, los ciudadanos fueron observadores de una andanada de spots y declaraciones que Rafael Pérez Gay bien resumió, aquel domingo en el periódico El Universal.
“No ha faltado nada, cito, en la trayectoria que nos ha traído a este domingo su variedad y duración han sido muchas veces insufribles”, y concluye más adelante, “han repletado la televisión y la radio dándose de bofetadas en los spots más ofensivos y desquiciados de que tenga noticia nuestra vida política”.
En efecto, aquella guerra mediática sin escrúpulos dejó en letra vacía el acuerdo democrático por la equidad, la legalidad y la gobernabilidad firmado por los partidos políticos el 13 de junio de 2006 y que tenía, como propósito, enviar un mensaje de serenidad. Ese fue el clima previo al domingo de las elecciones.
Durante la mañana y las primeras horas de la tarde de ese 2 de julio, se había desarrollado en términos generales una elección ordenada y tranquila.
Entrada la tarde incrementó la intensidad informativa con la llegada de las encuestas de salida: “empate” se escuchaba en los stands de los medios de comunicación.
En efecto, Ipsos Pinza y Consulta Mitofsky coincidían, Calderón 36.5 por ciento, López Obrador 36.5 por ciento; otras casas encuestadoras iban en el mismo sentido.
Luego de las 08:00 de la noche, el PREP confirmaba una escasa diferencia, México esperaba impaciente que dieran las 11:00 de la noche. A esa hora, Luis Carlos Ugalde daría a conocer los resultados del Conteo Rápido que había diseñado el IFE, se trataba del más ambicioso y preciso que hasta ese momento se había realizado en el país.
A las 11:00 en punto apareció en vivo y en cadena nacional el Consejero Presidente declaro, cito:
“El Comité Técnico del Conteo Rápido informa que en estos momentos no es posible estimar con precisión la tendencia de la votación para Presidente de la República y más adelante concluyó, cuando terminen los cómputos distritales sabremos cuál fue el candidato que obtuvo más votos”.
Dos candidatos que había peleado a rabiar por el poder y una sociedad que tenía presente el carrusel, el ratón loco, los mapaches y un sinfín de trampas para hacer fraude electoral, explican lo que ocurrió en los siguientes minutos.
A las 11 con 17 minutos, López Obrador soltó desde el hotel Marquis de Reforma: “de acuerdo con nuestros datos, ganamos la presidencia de la República, estamos cuando menos 500 mil votos arriba”.
Ocho minutos después salió Felipe Calderón: “no nos cabe la menor duda que hemos ganado las elecciones presidenciales”.
La sospecha de fraude electoral estaba sembrada.
¿Por qué Luis Carlos Ugalde no había informado las cifras del Conteo Rápido?, nos preguntábamos entre los medios de comunicación. Luego explicaría el IFE, que se trataba de un acuerdo firmado con los partidos políticos, el 22 de junio anterior.
Ese acuerdo establecía que en caso de una elección muy cerrada, no se darían rangos de votación a nadie, pero el IFE no informó lo suficiente a la ciudadanía para explicar el conteo rápido y qué opciones existían esa noche del 2 de julio.
El 3 de julio, mientras las primeras planas de los diarios consignaban “Y el ganador es…”, larga y muy larga espera, y el IFE rebasado aplaza el veredicto con las fotografías de los punteros levantando la mano en señal de triunfo, un diversidad de voces llamaba a los candidatos a la mesura, a evitar declaraciones triunfalistas que no son buenas para México, pero nada detuvo a los ansiosos candidatos quienes insistieron en declararse ganadores en una serie de entrevistas en prensa, radio y televisión.
Mientras López Obrador advertía que defendería los votos a su favor, Calderón afirmaba que no es a gritos y sombrerazos como se gana una elección.
Cuando faltaban 10 minutos para las 07:00 de la noche y poco más de una hora para que concluyera el PREP, llegó el petardo.
En conferencia de prensa, López Obrador declaró “faltan alrededor de tres millones de votos”, era un hilo más a la madeja de confusiones y sospechas.
No se tenía información de qué estaba pasando, los medios de comunicación buscaron inmediatamente la reacción del IFE ante la magnitud de la acusación.
A las 08:00 de la noche, el Instituto emitió un boletín de prensa en el que explicó que los votos no estaban perdidos, que se encontraban en el archivo de inconsistencias, que los partidos políticos habían sugerido y avalado ese procedimiento desde el 10 de febrero de 2006.
Una acusación tan grave se respondió con un boletín de prensa en medio del griterío de los candidatos y sus partidos.
La explicación, por desgracia, pasó prácticamente desapercibida.
En sucesivas aclaraciones, el IFE precisó que entre el 2 y el 4 de julio, hubo más de mil 200 consultas a ese archivo, solo el PRD lo había consultado 487 veces, de tal forma, explicó el IFE, que todos los partidos políticos, en especial el PRD, sabía que los votos de las actas inconsistentes no estaban perdidos, pero otra gran duda estaba presente.
El 4 de julio la coalición “Por el Bien de Todos” recorrió los noticiarios para denunciar que la elección estaba plagaba de irregularidades y que la única manera de limpiarla era abriendo todos los paquetes electorales para contar “voto por voto, casilla por casilla”.
Fue una de las frases que marcaron aquella elección.
Una de las fuentes clave para verificar si efectivamente había signos de elección sucia era la mirada desplegada por todos los observadores electorales, los 25 mil 321 que se desplegaron en el territorio nacional y los 693 visitantes extranjeros provenientes de 60 países.
La conclusión de los observadores nacionales fue que la elección registró incidentes, pero ninguno lo suficientemente grave como para declarar haber sido testigos de fraude en el ejercicio del voto.
En el mismo sentido, se expresó la misión de observadores de la Unión Europea, pero siguió la pugna y también la sospecha.
El voto por voto, casilla por casilla, y los que alegaban que se había cometido fraude, se enfrentaban a quienes rechazaban tal afirmación.
Aquellos días recordaban la expresión de Octavio Paz, “en la vida de las sociedades hay momentos en que la diversidad de opiniones se transforma en griterío e incoherencia, momentos en que sorprende la acritud de las polémicas políticas, tiempos en los que se respira un aire envenenado por la discordia, y las divergencias se convierten en desunión general”.
Ése era el momento que vivía México tras las elecciones del 2 de julio y hoy también un aire envenado por la discordia lo estamos respirando en estos días.
En el clima de acusaciones y sospechas, el IFE decidió hacer público el conteo distrital, proyectó en la Macro Sala de Prensa la pantalla de una computadora que tenía acceso a ese conteo y así los medios de comunicación podían ver y reportar el avance en tiempo real.
López Obrador se encontraba a la cabeza con casi tres puntos de ventaja y mantuvo la delantera a lo largo de todo ese día.
A las 10:00 de la noche, la diferencia seguía reduciéndose.
A las 04:00 de la madrugada con 7 minutos del jueves 6 de julio, los números se invirtieron, los resultados arrojaron 15 millones 284 votos para el PAN que representaba el 35.89 por ciento, en tanto que la coalición había obtenido 14 millones 756 mil 350 votos que representaba el 35.31 por ciento.
Pero ese resultado también fue descalificado, fue fraude cibernético, se acusó.
Había llegado el momento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. La Coalición “Por el Bien de Todos”, presentó ante la justicia electoral más de 200 juicios de inconformidad, también lo hizo el Partido Acción Nacional.
En sesión pública, después de hacer estas revisiones, el 5 de septiembre de 2006, los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, aprobaron por unanimidad el dictamen relativo al cómputo final de la elección presidencial, declaración de validez del proceso electoral y de Presidente electo.
Declaró de manera definitiva que el candidato que obtuvo más votos en la elección a Presidente de los Estados Unidos Mexicanos fue Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Llegaba de manera definitiva el final de aquella elección.
Entre la diversidad de reflexiones que se desprendieron de aquellas elecciones presidenciales, cito la de Mauricio Merino, quien fuera también Consejero Electoral del IFE, cito:
“Al seguir la ley y sus complejos procedimientos de deliberación, decisión y vigilancia, los órganos electorales vieron pasar esa larga lista de conductas opuestas a la ética democrática, sin poder detenerlas o intentando frenarlas cuando ya era muy tarde.
Para la noche del 2 de julio y los días posteriores, imaginaron y diseñaron un escenario mínimo de lealtad política y apego a las reglas básicas que, finalmente, no fue respetado por los candidatos punteros.
Muchos de quienes cubrieron elecciones desde 1988 y que informaron el esfuerzo que implicó la construcción de instituciones confiables, que dieron cuenta a los ciudadanos de los consensos y modificación de las normas, de la construcción del abigarrado blindaje único en el mundo para evitar las trampas, es decir, de todo lo que se hizo durante dos décadas, observaron pasmados el tamaño del boquete a la credibilidad en nuestro sistema electoral.
Han pasado 16 años y con todo el daño que provocó a México la inescrupulosa actuación y el inexistente compromiso democrático de aquellos candidatos, el Instituto Federal Electoral es, como bien señaló Don Fernando en el prólogo del libro Un valor político y social construido por todos los ciudadanos y ciudadanas mexicanos. Ésa fue la fuerza del IFE y es hoy, frente a nuevos apetitos voraces la del Instituto Nacional Electoral”.
Muchas gracias.
Titular de la Unidad de Transparencia y Protección de Datos Personales, Cecilia del Carmen Azuara Arai: Muchas gracias, maestra Cantú.
A continuación, presentaré y daré el uso del micrófono a la Consejera Carla Humphrey, para que nos dé sus comentarios finales de esta mesa.
Ella es doctora en gobierno y administración pública por el Instituto Universitario Ortega y Gasset de la Universidad Complutense de Madrid; especialista en Derecho Constitucional Licencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España; licenciada en Derecho por el ITAM.
Ha sido Directora General de Asuntos Normativos de la Unidad de Inteligencia Financiera; la Secretaria de Hacienda y Crédito Público; Secretaria de Estudio y Cuenta en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; consejera electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal; consultora nacional de ONU Mujeres; especialista internacional en Fiscalización, Financiamiento de Partidos Políticos y Género; en misiones de observación electoral de la OEA.
Actualmente es consejera electoral del Instituto Nacional Electoral; es socia de la Organización Internacional Women’s Forum; y forma parte de la Asociación de Magistradas Electorales de las Américas; articulista en La Silla Rota y El Universal.
Adelante, consejera.
Consejera Electoral del INE, Carla Astrid Humphrey Jordan: Gracias.
(Falla de Transmisión) …Me voy a robar el de Ceci.
Pues gracias, en primer lugar, Cecilia por la presentación. Es un honor estar, por supuesto, en este homenaje a Don Fernando Zertuche.
Todas las personas que hemos trabajado en el mundo electoral sabemos, conocemos su trayectoria, sus aportaciones, su carácter, la riqueza de platicar con él, de estar tomando un café y creo que es muy importante que recordemos a las figuras como Don Fernando, emblemáticas de nuestra construcción de nuestros modelos electorales.
Yo, además, quisiera saludar en primer término a su familia, Sofía, Martha, también por supuesto al resto de la familia que nos acompaña de Don Fernando Zertuche. He visto aquí ya caras conocidas, Alonso y Coria qué gusto, MariCarmen Alanís que se acaba de ir, Rosa María Mirón que fue también exconsejera en la Ciudad de México, casi coincidimos, y académica muy importante.
Y la verdad es que creo que es importante hacer este tipo de eventos.
Por supuesto, a Manuel Carrillo que creo que lleva más que todos en la Institución, también María Elena Cantú un gusto verte otra vez, escucharte Cecilia, Martha que nos acompaña ahora.
Y quiero decir, primero, un par de cosas. Creo que el tiempo, yo me integré al Instituto Nacional Electoral en 1997, era asesora de un Consejero Electoral que justamente platicábamos ahora está por cumplir 10 años que falleció, el Consejero Lujambio y pues tenemos mucha interacción, por supuesto, con la Secretaría Ejecutiva, ya se dijeron aquí casos emblemáticos, amigos de Fox y Pemexgate, pero es importante porque el trabajo de la Secretaría Ejecutiva parte no solo de llevar las sesiones del Consejo, sino la integración cono todos nuestros órganos y vocalías al interior de la República Mexicana.
Alguien con el carácter de Don Fernando siempre sonriente, siempre pausado, siempre escuchando, siempre queriendo aportar las mejores soluciones, creo que hace o hizo de ese Instituto que funcionara al final, empezamos con la historia de este Instituto hace 32 años, en 1990.
Pero la ciudadanización, como ya se dijo, y la autonomía del INE en 1996 y Don Fernando que fue Consejero Ciudadano del 94 al 96, fue el primero, además, de los 6 que integraban ese Consejo que tenía una sólida trayectoria en el sector público, ya que había sido Presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, Secretario General del IMSS, Subsecretario del Trabajo y Director General del Instituto Nacional de Educación para Adultos, creo que eso parte de esta trayectoria muy importante en la Administración Pública y de esa experiencia de la que se nutrió precisamente el Instituto Nacional Electoral.
Hace un año un poco más que se nos fue y la verdad es que nos hace falta, mucha falta en estos tiempos convulsos, en estos tiempos en los que, bueno, podría haber o no una eventual reforma electoral, pero sí en dar pausas, en dar tranquilidades, en hacer sentir a todos los partidos políticos y los actores políticos que as cosas se están haciendo bien, que se están haciendo con seriedad, que se está cumpliendo con la ley, con los principios constitucionales.
Y yo creo que es parte del legado esta dupla de la que hablaba Lorenzo Córdova que formaban el Consejero Woldenberg y Don Fernando por muchos años y después también por un tiempo con Luis Carlos Ugalde.
Creo que fue muy importante para tranquilizar, sobre todo, porque estamos hablando de momentos, por ejemplo, de la primera transición democrática en nuestro país en la Presidencia de la República en el año 2000 que fue un tema, ya lo narró, bueno, narró el de 2006 que también fue igual de complejo, pero fue un tema en que cada parte de cada escalón en lo que se iba trabajando teníamos todos y todas la certeza de que se estaba haciendo bien, que se estaba construyendo bien, que se estaba siguiendo con la ley.
Y parte central de eso claramente tenía que ver con nuestro Secretario Ejecutivo en ese momento con Don Fernando Zertuche.
Me gustaría comenzar pues señalando un poco lo que hemos dicho, lo que se ha dicho ya en esta mesa.
Y creo que el primer tema es que siempre desde su origen la creación y los primeros pasos del Instituto Federal Electoral, encarnaron lo que a mi juicio constituyó una revolución administrativa constitucional y política de nuestro país.
Se trataba en ese momento en los noventas de una nueva óptica respecto de la teoría tradicional de la división de poderes y de las funciones públicas del Estado Mexicano que debía garantizarse más allá del Gobierno Federal.
El país y el mundo enfrentaban particulares coyunturas nacionales, regionales e internacionales en lo político y en lo económico que condujeron a ciudadanizar la preparación y desarrollo de los procesos electorales federales, dando inicio a un ciclo virtuoso de reforma y adaptación continua.
Desde la primera lección al cargo del IFE, la ciudadanía empezó a ponderar sus comicios de otra manera, en especial la figura de los Consejeros Magistrados la impartió el nuevo órgano un carácter técnico electoral, pericial que sembró la semilla de confianza social fundamental en nuestra historia electoral.
La función de este Instituto ha sido muy importante para garantizar la alternancia en el ejercicio del poder sin derramamiento de sangre. La vivimos en la tercera elección del IFE la de 1997 que se perdió la mayoría por el partido dominante en ese momento en la Cámara de Diputados y Diputadas.
A partir de ahí lo hemos visto en la Presidencia de la República en tres ocasiones, en el año 2000, en el año 2012 porque 2006, lo que narraba mi amiga María Elena ahora, pues tenía que ver con la elección de 2006, pero fue el mismo partido, entonces no hubo esta alternancia y en 2018 que también fue un proceso electoral complejo, como lo vivimos todas y todos los que estamos aquí y quienes nos acompañan por las plataformas del INE.
En todas estas elecciones la autoridad electoral federal o nacional, derivado del cambio constitucional en 2014, ha sido pieza fundamental del engranaje indispensable para garantizar no solo la imparcialidad en las elecciones, sino la equidad en las contiendas y la garantía y promoción de los derechos político y electorales novedosos como el derecho a la identidad, el derecho de las mujeres a la paridad total o vivir una vida libre de violencia y, por supuesto, el derecho a la integridad electoral.
Este Instituto IFE y ahora INE, ha tenido un papel central en el devenir histórico de nuestro país y resulta una evidencia incontrastable que las reformas electorales resultan enriquecidas y robustas cuando también se escucha a los operadores técnicos a quienes formamos parte de esta Institución o de las instituciones electorales locales para ir más allá en los cambios que necesitamos para saber cómo funcionarían o podrían funcionar determinadas figura y cuando son escuchadas y escuchados todos los puntos de vista y todos los partidos políticos.
Así y perdón que lo diga desde aquí, pero parece que este Instituto hace muchos años que no sufre reformas sustanciales y hemos pasado ya por seis, la del 89-90 para su creación, 93-94, 96 que es justamente la autonomía y la ciudadanización del Instituto Nacional Electoral, 2007 provocada por lo que nos narraba María Elena, precisamente, este tramo muy complicado convulso de ánimo postelectoral y que lleva, precisamente, a este reforma político electoral en la que se instala un nuevo sistema de comunicación política electoral en la que los partidos políticos ni las candidaturas pueden acceder a tiempos ni espacios en radio y televisión, no los pueden adquirir, precisamente derivado de 2006 y de ese proceso electoral muy complejo.
Y bueno, la última reforma electoral, por lo menos hasta ahora, la de 2014, que hace cosas muy importantes, nacionaliza la función electoral, poner al INE en el centro de este sistema nacional electoral le otorgue más de 94 distintas funciones y entre la más relevantes veo dos: el sueño dorado, yo creo que de Don Fernando y también de Alonso Lujambio, de fiscalizar todos los recursos en el país de todos los partidos políticos y de todas las candidaturas, porque tenemos siempre este impasse entre qué hacían las autoridades locales y qué hacía la federal, no empataban los tiempos para fiscalizar, no teníamos la información adecuada en tiempo y forma para poder señalar que todos los recursos, públicos o privados, que se utilizaron en las campañas electorales, se hicieron con apego a la legalidad.
Y por supuesto, este sistema nacional que ahora desde el INE se nombra a las y los integrantes de los organismos públicos locales.
Creo que se puede hablar de que la ley electoral y todas son perfectibles, que podemos pensar en reformas que nos lleven a otro estadio electoral, pero siempre pensamos en qué queremos no hoy ni mañana, sino en 10, en 15, en 20 años, cuál es el sistema electoral que queremos, cómo lo queremos, hacia dónde queremos diseñarlo e impulsarlo.
Y creo que en esto y otra vez más, Don Fernando nos hace mucha falta, toda esta experiencia hablaría ahora y lo veo perfecto, ¿no?, de invitado en estos foros en materia electoral, para dar su punto de vista en distintas materias en los que hemos ido convocados a aportar nuestros puntos de vista; pero, precisamente, desde eso, desde una persona honesta, incansable, trabajadora, conocedora del mundo electoral y que va a aportar siempre esos mejores consejos para el bien del país.
Creo que voces de ese tamaño y de ese talento son las que necesitamos ahora, justamente, para sí hay una reforma electoral o una eventual reforma electoral, podamos y se pueda hacer, nosotros, o bueno, yo no soy legisladora, pero se pueda hacer justamente, desde la calma que da tener opciones, opiniones, propuestas de personas serias, intachables, incansables y que siempre, como lo dijo, un trabajó por México.
Me parece este homenaje, central en estos días, en estos meses que están por venir y creo que podemos recuperar muchas de las experiencias de Don Fernando, muchos de los temas como los resolvió, muchas obviamente y afortunadamente, tenemos mucha obra escrita que nos dejó y creo que eso es muy importante, para seguir repensando nuestro país, qué queremos, cuáles son las instituciones, en qué creemos, cómo lo queremos hacer.
Y pues yo me siento muy honrada de formar parte de este homenaje a Don Fernando Zertuche, pero más que nada de que podamos leer, releer, ver las intervenciones o escucharlas, y poder sentir ese talante democrático que tenía Don Fernando, estas ganas de aportar, estas ganas de llevar a esta institución a ser la institución que hoy es, la institución con la confianza y credibilidad más alta entre las y los mexicanos, y que esperamos como consejeras y consejeros electorales y, por supuesto, como integrantes de distintos órganos, seguir llevando a este Instituto al nivel que tiene hoy y que tenía, por supuesto, de la mano de la Secretaría Ejecutiva con Don Fernando Zertuche.
Así que, pues gracias por este evento, gracias por acompañarnos y gracias a su familia por estar aquí.
Titular de la Unidad de Transparencia y Protección de Datos Personales, Cecilia del Carmen Azuara Arai: Pues con esto ha concluido la mesa.
Muchas gracias, Manuel, maestra Cantú, consejera, gracias a todos ustedes, a todas, por su presencia, por su atención.
Y muchas gracias, buenas tardes.
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