VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA SESIÓN TEMÁTICA REGIONAL 3: “NUEVAS PRÉDICAS SOBRE EL FRAUDE ELECTORAL Y SUS IMPLICACIONES PARA LA INTEGRIDAD DE LAS ELECCIONES”, EN EL MARCO DEL FORO REGIONAL PARA AMÉRICAS DE LA CUMBRE DE LA DEMOCRACIA ELECTORAL
Coordinador de Asuntos Internacionales del INE, Manuel Carillo Poblano: Muy buenos días tengan todas y todos o buenas tardes, dependiendo de la región del mundo en que nos puedan estar viendo en esta ocasión, o bien, en las reproducciones correspondientes.
Hoy es el día jueves 30 de junio. Estamos en el tercer día de trabajos en el marco de la Cumbre de la Democracia Electoral de Las Américas.
Hemos, 18 organizaciones hemos impulsado un movimiento de reflexión y fortalecimiento de la democracia electoral en distintas partes del mundo.
Para ello, hemos programado cinco foros regionales: El de Europa se llevó a cabo el 8 y 9 de junio, estamos en plena realización el de América; para el 25 y 26 de julio, llevaremos a cabo el de África, 11 y 12 de agosto será el Foro Regional de Asia y en breve estaremos informando a ustedes sobre el de la región Árabe que abarca Norte de África y Medio Oriente.
Les informo que estos foros regionales tendremos una expresión global el próximo septiembre 20, 21 y 22 para celebrar la Cumbre Global y podamos discutir las conclusiones o puntos de vista y perspectiva de los distintos foros regionales.
Muchas gracias a ustedes por su participación y le doy la palabra a la doctora Mónica Pachón, colombiana.
Ella es profesora de la Universidad de Los Andes.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Bueno, Manuel, buenos días y buenos días a todos los que nos escuchan.
Es un placer está acá y les agradezco a todas las organizaciones y, especial, a Gerardo por la invitación a la OEA, por la invitación a moderar esta sesión temática sobre nuevas prédicas sobre fraude electoral y sus implicaciones para la integridad de las elecciones.
Yo creo que este es un tema fundamental, pero que en algún momento creíamos superado.
Cuando ustedes buscan las referencias académicas sobre fraude electoral, antes de estar dedicada básicamente nos referíamos a fraudes electorales de sistemas autoritarios, hablábamos de fraude electoral en sistemas de administración electoral muy precario, en donde efectivamente había muchas discusiones sobre la calidad de las elecciones.
Luego la tercera ola se crearon administraciones electorales más potentes, más capaces y más independientes, sobre todo, para lograr profesionalizar y tecnificar el ejercicio de los resultados electorales, de tal forma que dieran tranquilidad y legitimidad al proceso electoral.
Pero evidentemente es inevitable pensar del fraude electoral ahora y no recordar la suspicacia que generó el expresidente Donald Trump en 2016 sobre los resultados electorales, en una de las democracias que pues admiramos todos más y creemos, digamos, tiene un ciclo electoral y una administración electoral, aunque compleja, muy consolidada.
Y esa suspicacia que origina, digamos, todo el uso de redes sociales, circunstancias que pueden ser aisladas y no necesariamente sistemáticas o la creación de noticias falsas para entrar a cuestionar lo que es el fundamento de la democracia, que son precisamente las elecciones, sino tenemos un sistema electoral consolidado y no creemos en los resultados electorales, poca va a ser la legitimidad que deriva de ese gobierno.
Entonces, estas elecciones yo creo que son icónicas en ese respecto, y efectivamente, hacen que se cuestionen los resultados ya no desde esa suspicacia o desde la relación entre el ejecutivo y la administración electoral en otros sistemas que vimos, en donde los presidentes quisieran quedarse en el poder o tuvieran esa intencionalidad.
Entonces, creo que es interesante ver también la conjunción entre estas redes sociales y esta nueva historia de fraude electoral en varios de nuestros países.
Creo que también es importante señalara que hemos visto en muchos de los países que los resultados electorales terminan por, pues nosotros las naciones latinoamericanas, eligiendo presidentes outsiders o muy independientes, que no tienen gran poder en el Legislativo o terminan con una legitimidad muy precaria, tienen como estrategia, también, cuestionar la autoridad electoral.
Esto, digamos, lo hemos visto en el caso de Brasil, en donde efectivamente se han hecho cuestionamientos formales al Presidente Jair Bolsonaro por entrometerse y crear expectativas, digamos, de fraude electoral en el país, generan aún más desconfianza porque, por supuesto, los votantes al, la figura más importante del sistema, crear suspicacias sobre el sistema electoral pues nos hace dudar sobre ese blindaje institucional que se ha creado a lo largo de los años.
Recuerdo un poco en estos seminarios, que siempre hablamos de que hemos mejorado la ejecución del proceso electoral, pero ese resultado electoral no necesariamente significa que tenemos democracias menos congestionadas y vulnerables.
Entonces, cómo estos cuestionamientos a las autoridades electorales, a la independencia y a la credibilidad, esos resultados afectan la democracia, es el tema de hoy.
Creo que tenemos unos invitados de lujo para tener esta conversación.
Tenemos un mundo en donde los ciudadanos son cada vez más protagonistas, donde una noticia aislada se puede convertir en una noticia nacional simplemente por, digamos, la magia de las redes sociales, y esto obviamente tiene impactos importantes luego para recobrar esa independencia institucional, esa credibilidad institucional y, sobre todo, la consolidación democrática que representa ese símbolo de aceptar los resultados.
Entonces, solamente para nombrar, Venezuela en el año 2020, Brasil en el año 2021, la discusión intensa que surgió acerca de la elección boliviana y, obviamente, cómo no recordar el caso colombiano en donde acabamos de pasar unas elecciones, en donde el Presidente electo Gustavo Petro tuvo muchísimos reparos y cuestionamientos frente a un proceso electoral que surtió unos resultados en menos de dos horas y que, pues, parecía no tener muchas razones para cuestionarlo, entonces, bueno, este es el panel de hoy, vamos a darle la palabra a Gerardo de Icaza.
Para comenzar, Gerardo es el Director del Departamento de Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo, tienes 15 minutos.
Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo de Icaza: Muchas gracias, Mónica y es un gusto compartir este espacio con los otros panelistas y quiero tomar además esta oportunidad para decir que es un gran honor para participar en esta Cumbre que de una forma muy visionaria y muy positiva ha organizado en particular el INE de México y en particular la Coordinación que dirige Manuel Carillo.
Entonces una felicitación muy sincera por esta serie de eventos que constituyen una Cumbre de la Democracia Electoral que me parece muy relevante en estos momentos en el mundo entero y además habla del alcance global que tiene el prestigio ganado a través de muchos años, el Instituto Nacional Electoral de México.
La introducción que hace la doctora Pachón es muy interesante y yo me voy a disculpar, de entrada porque no me voy a referir a ningún país, ya veo que ella sí lo hará y está muy bien y me imagino que los otros panelistas también, me referiré más al fenómeno como tal de narrativa del fraude, hace unos años escribí un paper sobre esto y en la preparación de este panel, me di cuenta de cuánto ha cambiado esta propia narrativa y cómo ha evolucionado para mal esta narrativa.
Una de las razones por las cuales la narrativa de fraude tiene tanto éxito a nivel mundial, diría yo, ya en los sistemas democráticos, es primero porque hay una falta de confianza en las instituciones públicas en general y se aprovecha de aquellos que quieren hacer valer esta narrativa de fraude, de esa falta de confianza y mezclan todo tipo de cosas, mezclan desde salarios de las autoridades electorales que nada tiene que ver con un fraude, con la confianza en un proceso electoral.
Esta falta de confianza en las autoridades, en general en el poder público, es además causa y efecto de la narrativa, es decir, es por un lado una forma muy fácil de atacar a las instituciones electorales, pero por otro genera más desconfianza en las autoridades electorales y eso nuevamente no le hace bien a la democracia.
La segunda razón es lo abstracto de la palabra y del concepto de fraude. Cuando estamos diciendo que va a haber un fraude electoral, porque además, muchas veces se plantea en futuro, no se plantea a toro pasado, “hubo un fraude”, es “va a haber el fraude”.
Es decir, ahí viene el lobo, ahí viene el lobo electoral, que es el fraude.
Bueno, ¿qué significa en realidad si desmenuzamos esto de fraude que va a ocurrir?, ¿qué significa? A la mente del ciudadano común significa que, básicamente, por quien yo voté, que normalmente es visto desde la narrativa de fraude por quien está metiendo la idea de la narrativa del fraude no va a ganar, ni van a quitar la oportunidad de que esa persona sea mi líder.
Pero no se explica mucho qué significa, cómo se va a hacer, qué elementos se tienen de control para que esas cosas no sucedan, inclusive en países donde existen varias fases de control postelectoral, que garantizan que es muy difícil que exista un fraude electoral, o que existe simplemente independencia.
Una de las cosas que nosotros hemos visto es que es, prácticamente, imposible que exista, que se consuma un fraude electoral en un país en donde existe una autoridad electoral independiente; es, prácticamente, imposible. Sin embargo, sí es posible donde las autoridades electorales han sido coactadas.
Ahora, volviendo a la palabra fraude, en realidad cuando desmenuzamos esta palabra fraude, o este concepto de fraude electoral, nos estamos refiriendo a tres posibles conductas o tres posibles escenarios:
Primero escenario es el de, simplemente, que existan errores, errores que se magnifican, y entonces, eso alimenta la narrativa de fraude.
Ojo, no hay proceso electoral perfecto, los procesos electorales son procesos muy minuciosos, que tienen una infinidad de procedimientos previos, y una infinidad de cosas que pueden ocurrir desde la logística electoral, el registro de candidaturas desde el propio padrón electoral, en donde puede haber errores.
La narrativa del fraude se alimenta de estos errores, algunos de ellos muy menores, otros no tan menores, pero algunos de ellos muy menores, y maximiza esos errores.
La segunda acción son, en efecto, conductas dolosas, acciones que buscan alterar los resultados electorales, y estos también tienen una enorme, enorme gama de acciones que se pueden encuadrar dentro de estas conductas dolosas.
Pueden ser desde la compra de voto, desde la compra de las cédulas del día anterior, desde el llevar a votantes a distintos centros de votación, algunos a sus propios centros de votación, otros a centros distintos a votar, el famoso carrusel, embarazar las urnas, en fin.
Una serie de acciones, algunas de ellas que buscan incidir quizá en una localidad, otras a un nivel mayor y que buscan, en efecto, alterar un resultado electoral.
Ahora, en mayor o menor medida, prácticamente en todas las elecciones hay algo de esto, hay algo de compra de voto, hay algo de acarreo de votantes, hay algo de irregularidades menores.
El problema es claro cuando esto se vuelven operaciones mayores o cuando, además de esto, existen problemas que realmente pueden afectar los resultados y son determinantes para un resultado electoral como, bueno, la falsificación de actas electorales, el tener estructuras informáticas paralelas, cuestiones que, bueno, ahí sí ya estamos hablando de algo, digamos, irregularidades muy mayores.
Y el tercer elemento que incide en esta narrativa o que son de estas conductas que generan no solo la narrativa, sino que en algunos casos pueden ser muy dañinas para el proceso electoral, es la manipulación de las reglas electorales.
Es decir, de entrada, ya existe un desbalance y unas reglas que benefician mucho más a unos actores que a otros actores electorales. Pueden beneficiar al que tiene más dinero, puede beneficiar a un partido político en una zona determinada más que a otros o puede haber manipulación, mal uso, simulación de estas reglas electorales. La inhabilitación de candidaturas por razones muy menores o la habilitación de candidaturas que no corresponden.
Esa manipulación de las reglas también es algo complejo y todas estas cosas, insisto, están presentes en la región.
Ahora, en los últimos 10 años que ha observado elecciones la Organización de Estados Americanos y que ha observado, no sé, habrá sido unas 100 elecciones en esos 10 años, pues hemos visto estas cosas, sí. Pero se pueden contar con os dedos de una sola mano en dónde se han visto estas cosas de una forma tan determinante que afecte el resultado de la elección, son contados esos ejemplos y están disponibles en nuestros informes en todos los casos, han sido señalados por la Organización de Estados Americanos.
Ahora, existen responsables de esta narrativa de entrada. ¿Y quiénes son los responsables? Y aquí es donde viene quizás el cambio mayor de unos años para acá.
Porque siempre ha habido candidatos irresponsables, siempre. Y siempre ha sido una estrategia política para el candidato que no cree que se va a beneficiar de un resultado electoral, sembrar dudas en el proceso electoral. Es decir, no me venció el adversario, no perdí yo por ser un mal candidato, sino me vencieron las condiciones de la elección.
Pero lo que realmente ha cambiado son, creo yo, dos cosas: Primero, que la narrativa del fraude se ha instalado en algunos gobiernos por parte no solo de candidatos que ganan, sino durante el ejercicio de esos gobiernos.
Y eso no solo genera una narrativa, instala falta de confianza en el proceso electoral, sino que además crea un conflicto institucional, crea un conflicto porque esa persona ya no es un candidato o una candidata, ya no es un particular aspirando a un cargo público, ya es la representación humana de una institución y ataca a otra institución.
Bueno, y estos ataques también varían. Van desde ataques personales a los integrantes de la autoridad electoral, a presiones, a intimidaciones, amenazas, a no otorgar presupuestos, en fin. Una serie de ataques que, además, nuevamente se vuelven causa y efecto de la desconfianza en las instituciones.
La otra cosa que ha cambiado es el acceso y el poder y, sobre todo, el acceso a una cantidad de información no verificable que tiene la ciudadanía.
Y yo diría no solo eso, sino a la simulación de información que parece ser veraz. La buena desinformación tiene algún elemento de veracidad, tiene algún elemento que puede ser confundido como verdad.
Pero lo que ciertamente hay hoy en día es un esfuerzo de la ciudadanía de equiparar fuentes de información y darle el mismo valor conforme a su propia ideología política. Y eso no pasa solo en lo electoral, es decir, puede haber 100 estudios que dicen que tal vacuna funciona, pero el ciudadano que cree en que la vacuna no funciona o que una vacuna no funciona, se agarra del estudio de la universidad remota hecha por tres especialistas que no eran especialistas en vacunas, para decir: Aquí tengo una fuente de información que valida mi postura.
Y es muy difícil convencerlos de lo contrario.
¿Qué se puede hacer?, y voy a los otros dos responsables y con esto termino.
Los responsables de siempre, los candidatos que buscan como ya dije ponerle algún tipo de duda, algún proceso electoral cuando no se ven beneficiados.
Ahora, a mí me parece muy positivo lo que estamos viendo y es la única referencia a un país que voy a hacer, lo que está pasando ahora en Estados Unidos, es decir, se están tomando medidas de rendición de cuentas, de responsabilidad frente a una narrativa del fraude y me parece que eso es algo de lo que en la región debemos de aprender.
La segunda y la, perdón, la cuarta pero la segunda de los tradicionales, son los medios de comunicación y con esto termino.
La responsabilidad de los medios de comunicación no solo reside en dar toda la información o la información más exacta y más correcta y toda la información que tenga un valor noticioso, pero también hay una tendencia y me interesaría también saber qué opinan los otros panelistas sobre este tema.
De que cuando un candidato o una candidata afirma que habrá o hay un fraude electoral, la carga de la prueba curiosamente no la tiene el candidato o la candidata que afirma eso, sino la institución electoral tiene que demostrar que no hay fraude, y ahí hay una carga de la prueba, digamos, totalmente al revés, porque los medios de comunicación tienen la responsabilidad de cuestionar a estos candidatos (…), por qué dice usted esto y de informarse previamente, no después esperando la respuesta, sino previamente, aprender el proceso electoral y saber qué garantías hay.
Con eso terminaría mi primera intervención.
Muchas gracias, doctora.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Muchas gracias, Gerardo, por tu intervención.
Me parece muy importante esa aportación sobre el concepto de fraude y cómo este ocurre y digamos cuáles son los alcances de diferentes tipos de fraude, siendo obviamente la manipulación de reglas electorales muy grave, porque podría tener potencialmente efectos sobre los resultados y las preferencias de los votantes y también toda esta argumentación sobre la narrativa del fraude que es tan fundamental y que se hace mucho más problemática en la medida en que efectivamente la ciudadanía tiene acceso a datos, pero también es sujeta de manipulación en la presentación de información que no necesariamente genera una, digamos, que puede ser excepcional o puede ser leída, dependiendo de los sesgos y los prejuicios que tiene cada uno de los votantes.
Efectivamente, tener más acceso a la información nos trae muchos beneficios, pero también puede ser un, digamos, puede ser un arma de doble filo en la medida en que no tenemos la posibilidad de jurar y sopesar la calidad de la información que estamos recibiendo, especialmente en momentos de alta competencia y animadversión institucional, como mencionas.
Entonces, muchas gracias, Gerardo.
Quisiera darle la palabra, entonces, a Tammy Patrick, asesora principal del Programa de Elecciones de la Fundación para la Democracia, Democracy Found.
Tammy es una gran experta en este tema, tiene una extensa experiencia y es un gusto poder escucharla, Tammy.
(Intervención en inglés)
Asesora del Programa de Elecciones en el Fondo para la Democracia de IFES, Tammy Patrick: Muchísimas gracias.
Estoy teniendo problemas de conexión de Internet.
Por favor, háganme saber cuándo sea más serio el problema para apagar mi video.
Es un verdadero placer estar con ustedes el día de hoy.
Me rompe el corazón hablar de lo que está sucediendo en Estados Unidos, pero quería compartir con ustedes mi perspectiva de lo que vemos en las elecciones intermedias, basado en lo que ha sucedido en los últimos años.
Lo que hemos aprendido en Estados Unidos es algo que ya deberíamos de saber, que no se puede dar por sentado la democracia. Las normas democráticas no se pueden dar por sentado, ¿por qué? Porque pueden desaparecer en un parpadeo.
Entonces, cuando hablamos del fraude electoral, las elecciones en Estados Unidos son muy descentralizadas, tenemos más de 10 mil jurisdicciones de elecciones.
Entonces, generalmente, las elecciones se dan de manera muy local, en jurisdicciones muy pequeñitas. De hecho, el 75 por ciento de los funcionarios electorales atienden no solamente el ocho por ciento de los electores, y vemos que el otro porcentaje atiende al 75 por ciento.
O sea, hay muchos votantes urbanos, pero también hay muchos funcionarios que conocen a cada uno de sus votantes o a su familia.
Entonces, esto se vincula a la noción del fraude, sobre todo cuando hablamos del fraude de identificación.
Entonces, aquí tengo una diapositiva que me gusta compartir con ustedes, porque así sabemos cómo los electores han cambiado en Estados Unidos, y eso ha afectado la narrativa de fraude.
Perdón, estoy recuperándome de COVID, entonces, tengo un poco de tos.
En el 96, la gran mayoría de los estadounidenses iban a las casillas el día de las elecciones, eso es lo que vemos arriba. Algunos estados estaban haciendo votaciones por correo y algunos otros podían hasta votar antes de las elecciones.
En el año 2000, más electores tenían más opciones, y es por eso que vemos este globito de nieve arriba, porque cuando les damos más opciones a los electores.
Esto es 2004, 2008, y vemos que cuando tienen más opciones para votar, por ejemplo, en el 2012 no tienden a seguir el método de solamente votar en un día.
2016 vemos que también va cambiando.
Entonces, cuando ya no van al día de las elecciones, la narrativa de fraude ha cambiado, y ahora se enfocan a los votos por correo, y esto lo vimos mucho en el 2020, donde más de la mitad de nuestros electores votaron antes del día de las elecciones, y por la pandemia global muchos de ellos aprovecharon el hecho de mandar su boleta por correo, pero millones de votantes están recibiendo su boleta por parte del correo tradicional.
Y uno pensaría que eso tendría un impacto en la narrativa del fraude en mi estado, por ejemplo, de Arizona, donde 60, 70 o hasta 90 por ciento de los electores estaban recibiendo su boleta por correo, y así lo habían recibido durante 10 o 20 años; y sin embargo, vimos esa narrativa de fraude.
Y la realidad es que las elecciones del 2020 de Estados Unidos fue una de las elecciones más seguras, observadas, auditadas, transparentes, de la historia y el más debatido; y tuvimos también el número más alto de electores.
Entonces, nosotros debíamos estar celebrando las elecciones del 2020 porque fue un evento increíble, no fue la catástrofe que hubiera podido ser, desafortunadamente no fue lo que escuchamos, y lo escuchamos del Presidente, de su FBI, de su Seguridad Nacional, de su Departamento de Justicia, todos le dijeron al Presidente “No hubo fraude, fue una elección segura”.
Sin embargo, aquí “vivimos” lo que sucede en los reclamos de fraude, de que hay gente (Inaudible) votando, de que los no ciudadanos están votando, que la gente está votando dos veces, que la gente que no puede votar está votando, y que eso de alguna manera va a eliminar un voto válido porque esas personas están votando.
Y esto está en los titulares, pero lo que sabemos es que cuando se da el fraude electoral, porque obviamente sí se da, generalmente es muy limitado, aquí tenemos algunos ejemplos de personas que votaron con la boleta de la mamá que había muerto, siempre es la boleta de la mamá muerta. Y hay casos en los que se da, sin embargo, estamos hablando de una o dos boletas, es algo mínimo.
Sin embargo, lo que sí vemos es que hay una persecución no proporcional, en estos casos estos individuos, que de manera consciente usaron la boleta de su mamá muerta, no fueron sancionados tan fuertemente.
Sin embargo, en Florida donde había una legislación y litigaciones sobre individuos que habían obtenido nuevamente su derecho a votar, fue presentado ante los tribunales y cambiaban las reglas, y los individuos estaban confundidos y votaron y a la mejor tenían una multa de 7 dólares que no habían pagado, entonces los meten a la cárcel por un año, y obviamente son personas de color.
Entonces, aquí es donde vemos el racismo sistémico de nuestro sistema penal y de nuestra jurisprudencia. Vemos que aquí es un factor importantísimo y es muy importante por varias razones, pero cuando nosotros hablamos de fraude es muy importante que recordemos que no es muy común en Estados Unidos, de hecho muchas veces lo citan, y se verifica que más personas son electrocutadas por un relámpago que ser acusadas de fraude electoral.
Entonces, la idea es que las personas tienen que seguir participando, seguir enojadas y seguir donando.
Hay un incentivo de seguir con la narrativa de fraude. Por ejemplo, en los últimos dos años, nosotros sabemos que millones de dólares se invirtieron en Arizona para la revisión postelectoral.
Y debo de decir que las elecciones en Arizona se hacen con auditorías hechas a mano, yo trabajaba ahí.
Hay auditorías de reconciliación para asegurarse de que no haya más votos que boletas, entonces, tienen una auditoría muy robusta y real en las elecciones. Y, sin embargo, veían esto como una oportunidad para meter millones de dólares al estado, a los actores de los partidos políticos.
Y cada estado en Estados Unidos tiene una ley para que los candidatos tengan la posibilidad de ir a un tribunal si no fue legítimo o legítima la elección, pero no hubo evidencia en ningún estado que se tuviera que cuestionar la elección, solamente un caso de todos estos 62 casos en donde no porque hubiera fraude, sino porque el estado quería permitir que los electores tuvieran días adicionales para verificar su firma y el tribunal no lo permitió.
Entonces, si hablamos de socavar la legitimidad de las elecciones de 2020 en Estados Unidos, esto utilizó estas declaraciones de fraude para meter muchísima legislación, revisiones adicionales por los partidos políticos como lo que mencioné de Arizona y el 6 de enero querían detener el recuento de votos del colegio electoral.
Y también como resultado hubo un ataque a los funcionarios electorales a través de amenazas de muerte, acoso a su familia, amigos, personal y estamos viendo una cantidad enorme de funcionarios electorales que dejan su trabajo en algunos estados, hasta una tercera parte o la mitad de los que están ahí trabajando dejan su trabajo como funcionarios electorales.
Y eso es muy problemático y precisamente por las audiencias del 6 de enero, nosotros sabemos que un expresidente de Estados Unidos intentó presionar a estos funcionarios electorales a nivel estatal y local para que cambiaran los conteos de votos para encontrar votos, para rechazar lo que se había aprobado legítimamente.
De hecho, varios condados tenían boletas, por ejemplo, en centros urbanos y que mandaran una narrativa totalmente falsa. Todas son actividades ilegales y se están documentando antes de las audiencias del 6 de enero y creo que lo escucharemos conforme se van haciendo descubrimientos.
Sabemos que ese mismo presidente y no estoy diciendo nombres intencionalmente, pero ese mismo presidente les pidió a varios procuradores que declararan que la elección había sido corrupta y que los del congreso hicieran todo. Los procuradores no hicieron esto, se rehusaron y, más bien, salieron y declararon públicamente que no había fraude en las elecciones del 2020, pero ahí no se detuvo la narrativa, sabemos que estas fuerzas antidemocráticas son impulsadas también por adversarios extranjeros con mensajes en redes sociales, sabemos que han intentado robar una elección del ganador legítimo, de acuerdo a reclamos al fraude.
Llevo 20 años en este trabajo y nunca pensé que estaría hablando de nuestras elecciones de esta manera en Estados Unidos y sin embargo, aquí estamos, creo que nos dejamos llevar en la comodidad, pensando que las reglas democráticas eran lo suficientemente fuertes, pero aquí está la amenaza, el fraude a la gente en la degradación del proceso, la falta de confianza de la legitimidad de las elecciones, el ataque a los funcionarios electorales, así como también aquellos profesionistas que dejan su área de trabajo.
Y lo que hemos visto, por ejemplo en las últimas semanas, en Estados Unidos, es que hemos visto en Nuevo México que hay oficiales municipales que no quieren certificar una elección, pero se les auditó, no se encontró problema, encontraron que todo el equipo de conteo funcionaba perfectamente bien, no había discrepancias, sin embargo los individuos de esa comisión municipal sabían que por instinto, en su corazón, que esos sistemas electorales no eran precisos, que el conteo no había sido preciso porque lo escucharon del expresidente.
Estamos hablando de un hecho después, donde las emociones están dominando lo que sabemos como verdadero.
Hace un par de días, el martes sucedió algo bueno en colorado, Tina Peters que fue acusada por sus teorías de conspiración y por dar acceso a los individuos que no tenían autorización, a todos sus sistemas de votación pusieron contraseñas en una pantalla en un evento promocional, así lo voy a llamar, porque no sé cómo llamarlo, pero ella perdió, le quitaron su puesto, pero después estaba postulándose para una posición de nivel estatal, entonces vemos que no se le acusó de nada y ella sigue adelante, ello es triste.
No tengo una nota positiva que decir, pero sí hay un recurso para revisar lo que está sucediendo en Estados Unidos, que es “Alec Sheinman”, “Alec Sheinman” es una acumulación de reportes de noticias a nivel nacional y local, todas las mañanas, por ejemplo a las 6:30 de la mañana, más o menos aparece el reporte y aquí pueden ir viendo qué es lo que está sucediendo en el país y en otros lados.
Entonces, muchísimas gracias, esta es toda mi presentación, aquí está mi información de contacto y estoy muy feliz de estar aquí, pero estoy muy triste por la situación que tengo que compartir.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Muchas gracias, Tammy, por esta excelente presentación.
Creo que es muy importante la frase con que comienza la presentación, ¿no?, …we should not take democracy for granted, no hay que tomar la democracia como algo que ya tenemos, que ya se consolidó.
Es una historia, digamos, muy difícil de contar, precisamente, por la complejidad de la elección en Estados Unidos; cuando uno le habla a los estudiantes de que, efectivamente, las elecciones son de tal nivel de descentralización en Estados Unidos, es muy complejo para entender cuando en muchos de nuestros países la elección tiene (Falla de Transmisión) nacional, en donde el escrutinio se hace con las mismas tarjetas electorales, digamos, todo este tipo de complejidades son interesantes, pero también ofrecen oportunidades.
En parte, digamos, de la idea de tener un día de elección versus tener otras tecnologías que le permitan a las personas acceder al sistema y votar para volver las elecciones más legítimas, como mostrabas en 2020, son fundamentales, pero ¿cuál es el beneficio y el costo beneficio?
Y a la medida en que se cuestiona el sistema electoral, creo que las autoridades electorales dudan en la innovación por, precisamente, evitar el cuestionamiento.
Y llegamos a tal punto, como dice Tammy en la presentación, de tener funcionarios públicos (Falla de Transmisión) o tal convicción de que las cosas están tan mal que ni siquiera se atreven a hacer su trabajo que es declarar una elección, o declarar un ganador, precisamente, porque, por un lado, están completamente con su cerebro lavado de toda la información que recién, o están en una amenaza tal que les toca, básicamente, cambiar de trabajo, porque el tomar una decisión distinta, contraria, puede implicar una condicionalidad, un acoso no solamente parte de las autoridades, que vemos que en el caso de Estados Unidos la figura del Presidente fue fundamental, pero también de parte de la ciudadanía.
Los amigos, las redes sociales que los cubren rápidamente los vuelven los enemigos de un resultado y de una figura política tan importante, generando una circunstancia muy difícil.
Entonces, Tammy, mil gracias por esa presentación y por la exposición detallada del caso Estados Unidos y hablaremos un poco más de…
Le doy la palabra y la bienvenida a Salvador Romero. Salvador es el Jefe del Programa Paraguay de IDEA Internacional; ha estado, obviamente, vinculado a estos ejercicios de observación y de análisis de los sistemas democráticos y de elecciones en varios países de América Latina.
Bienvenido, Salvador. Pues felices de tenerte acá.
Tienes tus 15 minutos, comenzando desde ya.
Jefe de Programa en Paraguay de IDEA Internacional, Salvador Romero: Muchísimas gracias, Mónica.
Y agradezco por la invitación para poder participar en la Cumbre.
Y cuando vemos el título del tema que hoy nos reúne, que son estas nuevas prédicas del fraude electoral, creo que es importante para poder comprenderlos y percibir su novedad dónde están los elementos nuevos de estos mensajes, de estas denuncias de fraude, que es importante comprende históricamente cuáles han sido los discursos y los mensajes sobre el fraude en América Latina.
Y lo que podríamos observar en esa mirada ya amplia es que las denuncias de fraude han sido casi consustanciales a los procesos electorales en la región y por supuesto que podemos encontrar una cantidad muy grande de ejemplos desde el Siglo XIX, muchas de estas denuncias, además estaban asociadas con episodios de muy fuerte violencia, pues en golpes de estado, levantamientos, sublevaciones, guerras civiles, etcétera, y hay que señalar que muchas de estas denuncias efectivamente tenían fundamentos sólidos, porque los resultados de esos procesos electorales en muchos casos, en el siglo XIX y también en el siglo XX, estuvieron viciados.
Los resultados estaban predeterminados y por supuesto a favor de la persona o del grupo que estaba ejerciendo el poder.
Entonces, muchas de estas denuncias de fraude sí tenían un fundamento en la realidad, como en el retorno a la democracia en la tercera ola a fines de los 70, comienzos de los 80, cambia la situación en América Latina, hay una mejora indiscutible en la calidad de las elecciones, mejora la calidad de los organismos electorales.
Esto no implicó el final de las denuncias, pero las denuncias tal vez sean no tan enfocadas en el fraude, sí señalaban muchas veces denuncias de irregularidades en los procesos electorales en América Latina, en las décadas del 80 o del 90, incluso un poco más allá y hay que indicar que varias de estas denuncias de irregularidades, varias de ellas tenían un fundamento y fueron importantes para impulsar reformas en los distintos países que fortalecieron la integridad electora, es decir, que en muchos de los cambios que se produjeron en América Latina para bien en la organización de los procesos electorales, partieron de denuncias justificadas de irregularidades.
Y también hubo a la par, denuncias de fraudes anuales, aparecido por parte de muchos de los candidatos que eran derrotados en las elecciones, pero ellas tenían ciertamente un carácter frívolo, un carácter irresponsable y a la larga no tenían mayores consecuencias o no tenían consecuencias muy fuertes, sobre el sistema políticos porque pasaba hace algunos días o pasabas algunas semanas del proceso electoral quedaban olvidadas y se asumía o el conjunto de la sociedad asumía que estábamos ante un proceso electoral que se había cumplido de manera adecuada.
Y por lo tanto esas denuncias quedaban rápidamente superadas.
Pero estamos en un nuevo escenario y vamos a tratar de explicar algunas de las características de este nuevo escenario y solamente para limitarme a algunos de los ejemplos más recientes, podemos pensar en 2020, en los casos de Estados Unidos que ya se te ha explicado, de Bolivia, en 2021, en Perú, en México, este año, en Brasil, entre otros ejemplos que hay, por supuesto en la región y más allá de ella.
¿Cuáles son las características de estas nuevas denuncias de fraudes?
En primer lugar, que son campañas que se dirigen contra organismos electorales que han efectuado un trabajo serio, un trabajo imparcial, que han conducido elecciones limpias.
Este es un trabajo que ha sido avalado por quien puede juzgar ese trabajo con distancia, con imparcialidad, con objetividad como es la observación electoral internacional y, eventualmente, en los países que existen por las plataformas de observación electoral local.
Dicho de otra manera, elecciones que la observación internacional indican que han sido limpias, que han sido serias, que han sido correctas pueden ser atacadas como elecciones fraudulentas.
Este es uno de los cambios importantes con respecto al pasado.
Segundo elemento, es que estas denuncias de fraude, estas campañas de denuncias comienzan en fases muy tempranas del ciclo electoral. Es decir, ya no solamente se dan alrededor de la jornada de votación de los días posteriores, sino que comienzan temprano y abarcan elementos centrales, ya sea porque se dirigen para descalificar al organismo electoral o porque las denuncias atacan algunos de los elementos centrales del proceso.
Puede ser en un país el voto postal, en el otro puede ser la urna electrónica, más allá puede ser el padrón electoral, etcétera. Es decir, que se toman algunos de estos elementos y se los va cuestionando para ir generando desde temprano una duda en la ciudadana sobre el proceso electoral.
Tercer elemento. Estas son campañas promovidas, sin duda, por actores políticos que suben a la primera línea, aprovechan su notoriedad, generan la duda, el cuestionamiento, pero también hay que indicar que tienen un papel importante, influencers para dar algún nombre, que son activos en Internet, que están desprovistos de experiencia técnica seria en asuntos electorales, pero que usan elementos anecdóticos, marginales para “armar el caso de la denuncia”.
Y pueden terminar, por supuesto, hacen que no sea necesario que los líderes políticos estén todo el tiempo en la primera línea en la denuncia de estos fraudes, porque se encargan de mantener vivos en las redes sociales todas estas denuncias.
El siguiente elemento es que estas denuncias se multiplican, sobre todo, a través de las redes sociales que permiten, como lo sabemos, una difusión exponencial de una denuncia, una difusión inmediata alcanza a públicos muy amplios de manera muy rápida, no tiene filtros, no tiene contrastes, y llega a poblaciones que pueden ser muy amplias.
Y aquí hay que señalar que estas denuncias que van proliferando, se multiplican en las redes sociales, tienen muchas veces una difícil respuesta institucional, es decir, que demostrar que aquello que se está acusando en una frase de una manera muy lapidaria, desmontar esa acusación exige muchas veces una demostración técnica que no es sencilla y, obviamente, para los organismos electorales se encuentran en una situación difícil, compleja, tratando de desmontar estas denuncias.
Y en otro elemento, el último, que da una característica novedosa a las denuncias en las que estamos, es que muchas de ellas parten, son denuncias desde el gobierno, cuestionando al organismo electoral, cuestionando elementos claves de los procesos.
¿Cuáles son los objetivos de esas denuncias desde el gobierno? A veces, eventualmente, justificar resultados que pueden ser adversos, pero en otros casos el objetivo es socavar la independencia de los organismos electorales independientes y buscar cooptarlos al haber desacreditado el funcionamiento imparcial, correcto, de estas instituciones, buscándole darles un color, un contenido partidario que no lo tienen.
Y las acusaciones desde el gobierno tienen una gran fuerza.
Primero, porque tienen un eco mediático muy amplio, si habla el Presidente, si hablan los ministros, por supuesto que esto genera inmediatamente una gran repercusión mediática, tienen la palestra suficiente para darle un gran eco a sus denuncias.
Luego, porque cuando viene el ataque y la denuncia desde el ámbito del oficialismo, pueden haber varias tenazas que terminan generando una situación extremadamente difícil, porque el gobierno puede tener, en algunos países, puede tener mayorías legislativas que pueden generar un acoso legislativo sobre el proceso o sobre la autoridad electoral.
Y en otros casos, la otra tenaza, esto se ve no en todos los países pero en varios, puede haber una tenaza judicial que termina complicando muy seriamente a la autoridad o al proceso electoral con estas denuncias.
Entonces, es no solamente el gobierno, sino que en varios países es el aparato estatal que puede dirigirse contra el proceso o contra la autoridad electoral.
Y estos creo que son algunos de los rasgos descritos de manera sucinta, por supuesto, que diferencian estas nuevas denuncias de fraude de los escenarios anteriores.
Y quisiera concluir con tres reflexiones de cierre.
La primera reflexión y, probablemente, la más importante es que el sustrato de estas denuncias de fraude, de estos discursos de fraude en realidad se encuentra en el verdadero problema.
¿Y cuál es el verdadero problema? El de las sociedades polarizadas, en las sociedades polarizadas nos encontramos con que una mitad de la sociedad no puede aceptar el resultado porque le parece inconcebible, porque le parece inadmisible, porque la parece absurdo, porque le parece terrible como futuro para su sociedad.
Y en ese caso, la retórica del fraude permite esconderse en un mundo ficticio y alternativo, y éste no es un tema solamente de líderes políticos; si estos discursos talan de esta manera en la sociedad es porque la sociedad está polarizada y hay una mitad que no está dispuesta a aceptar el resultado electoral.
Segunda reflexión, este debilitamiento de los organismos electorales, de los procesos electorales que provienen de las denuncias de fraude se inscriben en un marco general de, lamentablemente, de estancamiento e, incluso, de retroceso democrático.
Y no va a poder ser abordado de manera aislada, es decir, que sería ingenuo pensar que se lo puede resolver únicamente desde el punto de vista de los organismos electorales o de las respuestas técnicas, o de las respuestas comunicacionales.
Estamos ante un proceso más general de retroceso democrático, y éste es uno de los elementos que, peligrosamente, está debilitando uno de los fundamentos centrales de la democracia, la posibilidad de que la sociedad pueda dirimir de manera pacífica la sucesión en el poder, a través de un mecanismo aceptado por todos los actores.
Y concluyo con una tercera y última reflexión, y es que tenemos un deber de vigilancia ante la amalgama. Hay procesos electorales que, de verdad, están viciados, no solamente en la región, sino fuera de la región.
Y esos procesos electorales que están viciados pretenden también cobijarse bajo este manto en el que se señala que en todas partes hay denuncias de fraude, y que de manera sistemática esas denuncias de fraude son falsas.
No lo son en todos los casos, y creo que hay un deber democrático de ser muy claro, deber de vigilancia, de decir cuándo una denuncia tiene fundamentos y señalarla, y separarla del resto para que no se confunda con todas estas otras denuncias de fraude que no tienen fundamento y que no tienen sustento.
Creo que todos tenemos un deber y una responsabilidad en esta materia.
Muchísimas gracias, Mónica, nuevamente pues muchas gracias por la invitación.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Bueno, mil gracias, Salvador, por esas reflexiones finales.
Después te preguntaré acerca de esta última reflexión sobre el tema electoral de vigilancia, que creo que plantea un dilema importante, en la medida en que efectivamente tenemos problemas de fraude electoral y tenemos el deber de denuncia y las autoridades tener este deber de denuncia cómo ponderarlas para que no se les vaya encima.
Es duro ese balance de la presentación de esos resultados y creo que además haces una mención importante sobre la polarización.
Y también quisiera que pronto luego elaboraras si la polarización es política o si la polarización tiene que ver con sentimientos antisistema y sistema, ¿no?
Digamos, gente que acepta a las instituciones y la gente que no, porque yo siento que hay extremos tanto en derecha e izquierda o en los diferentes pueblos que existan de preferencias políticas sobre una condicionalidad de los resultados.
Me gustan los resultados siempre y cuando favorezcan a mi candidato y no necesariamente una polaridad que es la izquierda acepta resultados o la derecha no acepta resultados.
Siendo que en los dos lugares hay fuerzas antisistema importantes que se reconocen cuando se pierden las elecciones y ahí es donde vemos cómo el cuestionamiento de elecciones no es exclusiva de una ideología política, sino básicamente tiene que ver con esta confianza institucional en los procesos.
Pasamos, entonces, a las preguntas, un poco a la reflexión más profunda de cada una de las intervenciones.
Y quisiera preguntarle a Gerardo sobre este rol de los medios de comunicación y esa interacción que tiene el medio de comunicación con las redes sociales en la labor, en la discusión de estas denuncias de fraude electoral.
Cuál sería, digamos, obviamente, ¿cuál es la postura de estos medios de comunicación?
Si podemos diferenciar los medios de comunicación, obviamente, hay investigaciones que muestran que, dependiendo de la reputación del medio de comunicación, pues tienen menos o más responsabilidad en la replicación de noticias falsas, etcétera, ¿cómo lo ves tú en este sentido?
Y si hay regulaciones que no solamente ejerzan, digamos, un control sobre los líderes electos y los candidatos que, como decíamos, son grandes responsables, sino sobre los medios por hacer eco de cosas o de noticias o de hechos que de pronto no necesariamente son generalizables o que cuestionan el cuerpo de la elección.
Entonces, un poco si nos podrías contar y elaborar sobre ese punto.
Muchas gracias.
Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo de Icaza: Muchas gracias, Mónica.
Pues es una pregunta muy difícil, porque creo que no hay cómo hablar en términos generales.
Creo que uno de los fenómenos que vemos, es que se retroalimentan las redes sociales con los medios de comunicación tradicionales, es decir, esta competencia que quizá existía en un inicio se ha vuelto mucho en una coexistencia en donde se retroalimentan.
Es decir, es muy común ver que en un noticiero se mencionen tuits que se volvieron virales, aunque no sean los mejores tuits, sinceramente, es decir, aunque no sea positivo para la autoridad electoral, es desafortunado que pocas veces o quizá como un corolario de la noticia, si hay un tuit que se volvió viral sobre un posible fraude electoral o una narrativa de fraude, la respuesta de la institución que ya las instituciones electorales están respondiendo de mejor forma a los ataques en redes sociales, hay que decirlo, pues se ha expuesto un poco como “ah, la institución electoral respondió tal cosa”, pero el tema es el tuit que se volvió viral, por un lado, por otro lado la utilización, digamos, de redes sociales para dar a conocer noticias de medios de comunicación, ya es muy, muy común ver esas noticias y a veces tomadas esas noticias hay que decirlo, fuera de contexto o inclusive fuera de tiempo.
Ayer pasó eso justamente, se tomaron unas declaraciones en tu país de un expresidente que fueron declaraciones anteriores, ¿no?, en fin.
Eso está pasando.
Pero también hay otro fenómeno, doctora Pachón, que es que los medios también están tomando más y de una forma más abierta, (Inaudible), y los medios comunicación están siendo medios más ideologizados, y esto no sé si es un poco en respuesta o en seguir a un modelo poco más norteamericano en donde claramente Fox News y, por un lado, y MC VST por otro lado o CNBC por otro lado, han sido, digamos, abiertamente voceros de una posición política, uno más conservador y uno más liberal y ha visto los medios de comunicación que eso reditúa en ratings, entonces tenemos medios de comunicación en algunos países de la región que son claramente voceros de una ideología política.
Y estos medios de comunicación pues tienden a ser menos responsables con la información veraz y tratan de manipular todas las noticias para servir su ideología política.
Creo que estamos en un momento, como decía yo al principio, de mucha información, pero en donde esa información aunque muchas veces es presentada de una forma que es objetiva y que es imparcial, que es, no lo es, y bueno, hay todo un debate ahora sobre qué es la verdad, qué son los hechos, que son, y es, creo que el mero debate en temas técnicos como bien lo decía Tammy, que me pareció excelente, por cierto, su presentación.
Bueno, no es un tema de, yo siento esto, o mi corazón me dice esto, o mi hígado me dice esto, sino son los datos, en este caso son votos, son números que son comprobables.
Creo que ahí estamos en una situación muy compleja y que no le hace bien a la democracia, perdón que no tenga solución a ese problema, seguramente alguien mucho más inteligente la tendrá, esperemos pronto.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Es interesante esa… digamos, tu intervención, porque, sí, efectivamente no hay solución, pero además vemos periodistas que hablan a título personal en sus redes diciendo, “no comprometo a nadie”, pero en el agregado evidentemente están comprometiendo.
Entonces, ellos mismos en ese círculo de curaduría versus un círculo curado que se supone que tiene el medio, que es más responsable, genera, digamos, dos discursos en donde obviamente hay contaminación entre los dos.
Yo agregaría, además, Gerardo, y paso a la pregunta a Tammy, que el problema de los medios de comunicación es que entonces, por ejemplo, fue que el Presidente no ataque a la autoridad electoral pero la abandona, no la protege, y sabiendo que está haciendo bien el trabajo podría hablar de la institucionalidad, podría defender la institucionalidad, pero al sentir que es impopular la defensa institucional entonces dice, “pues es independiente mirar qué hace”, y no hay un vocero con poder que le permita a la institucionalidad mantenerse poderosa a pesar de los ataques precisamente por este problema de la popularidad, de que no es popular, no da réditos, no da likes, qué hace esta persona jugando en el otro campo, digamos de alguna forma, esa es la discusión.
Tammy, una pregunta que surge de la audiencia es que tú mencionaste que habían más de tres mil 600 iniciativas legislativas que buscan efectivamente aprobar modificaciones al sistema electoral local, supongo, en cada una de esas circunscripciones electorales o electoral constituencies.
Cómo ves estas reformas, cómo las clasificarías, y si hay reformas que se estén proponiendo que necesariamente atenten contra el proceso electoral y puedan ser antidemocráticas, como las que mencionabas de quitarle, digamos, los derechos políticos o disminuir los derechos políticos de aquellos que han perdido los derechos y han tratado de recobrarlos, como es el caso de la comunidad afroamericana en condición de pérdida de la libertad y pérdida de los derechos políticos por algún tiempo.
Asesora del Programa de Elecciones en el Fondo para la Democracia de IFES, Tammy Patrick: Sí, muchísimas gracias.
Excelentes preguntas y tantas cosas de las que hablar.
Rápidamente, en cuanto a los medios de comunicación.
Una de las cosas que yo he tratado de hacer en los últimos años ha sido educar a los medios de comunicación, para que sepan qué es lo que está y no para que sepan cuando algo está mal, para que puedan diferenciar que cuando están viendo un post de las redes sociales que dice, por ejemplo, que los votos se cambiaron en un estado y ya no son así, que sepan por ejemplo si sucedió Ohio y si es cierto o no.
Entonces, los periodistas deben de saber qué es cierto, preciso para que no perpetúen y aceleren esta mala información y esta desinformación y otra cuestión que ha sido de gran preocupación entre los observadores, los medios de comunicación etcétera, es que si ustedes no saben lo que están viendo, van a encontrar lo que están buscando, lo que quiero decir es que si su intención es descubrir un fraude local masivo entre los votantes y ustedes ven a la gente marcado las boletas, por supuesto que van a encontrar el cadáver ahí, ¿no?, cuando lo que están viendo es la duplicación de boletas que no se pueden tabular por alguna razón, ¿no?
Entonces, si no entiendes el sistema no van a poder encontrar lo que en realidad quieren y van a encontrar el cuerpo del delito, por decirlo de alguna manera, cuando en realidad están fuera de contexto porque no entiende ese sistema que es tan complejo.
Entonces, estos son algunos de los retos que tenemos con los medios de comunicación, con las plataformas de las redes sociales porque siguen diseminando la mala información o la desinformación, porque dicen: la elección ya se terminó, ya no importa más y esto no puede ser menos cierto y cuando tiene que ver con la legislación, tenemos una gran variedad de maneras en los últimos años en la que lo hemos hecho en los Estados Unidos.
Entonces, en muchos estados se implementaron leyes solamente para las elecciones de 2020, tuvimos gobernadores que tomaron poderes ejecutivos y que implementaron políticas solamente para esa elección y tuvimos una variedad de maneras en las que las elecciones cambiaron para la elección de 2020.
Algunas legislaturas vieron lo que funcionó bien en el pasado, qué les gustaba a los votantes, cuál es era la eficiencia de los buenos proceso, qué podían implementar para poder avanzar hacia el futuro.
Entonces, por ejemplo, el estado de Kentucky cambió y permite ahora que las personas puedan ir a votar antes en persona o que lo hagan vía electrónica, porque a los votantes les gustó esto.
Otros estados dijeron: No, vamos a regresar a la manera antigua, como lo hacíamos antes del 2020, (Intervención en inglés).
Entonces utilizaron esto como una oportunidad de retroceder lo que estaba sucediendo en sus propios estados, y lo que hicieron muchos legisladores es que dijeron: no podemos ser Georgia, no podemos tener lo que sucedió en Georgia, que suceda en Iowa, o que suceda en cierto estado, pero la verdad es que nada sucedió en Georgia, recontaron a mano las boletas varias veces y el Presidente Biden ganó, entonces estas narrativas se han utilizado aunque ya se han demostrado que no son verdaderas, y este es el verdadero desafío.
Tenemos fuentes legitimas de información en Estados Unidos que se toman muy enserio verificar los datos, se han adoptado esa responsabilidad y que la gente brinda cuentas de las mentiras que cuentan.
Pero el desafío es que la verdad no es tan interesante como lo que inventan las personas, con la excepción es lo que hizo el expresidente. Porque esa es la verdad y es mucho más como fascinante o emocionante que cualquier novela de misterio o película que haya visto.
Lo que se está descubriendo pasa ya del entendimiento de lo que hubiéramos podido imaginar para este país.
Lo que ahora necesitamos es garantizar que el sistema federal que es mucho menos poderoso que, por ejemplo, en sus países, que pueda garantizar que los votantes en todo el país tengan acceso igualitario, porque ahorita hay desafíos con la Suprema Corte. Sabemos que no se están avanzando con algunas legislaciones federales y en los estados sí lo están haciendo.
Y por eso tenemos que garantizar de alguna manera cierta uniformidad uniendo todas las piezas.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Muy interesante este ejemplo. Porque, claro, hay como una sensación y un discurso en donde algo pasó, algo malo pasó –all politics is local- también toda la política es local, entonces a veces tomamos unos ejemplos que son ejemplos que son mentirosos, pero que nos permiten justificar la entrada de proyectos de ley que a la postre generan problemas para la votación y para, efectivamente, tener una elección legítima para facilitar la participación de muchas de gran parte de la población.
En Colombia, por ejemplo, cuando hablábamos de pasar a un voto electrónico, tenemos inclusive una ley que dice que llegamos a hacer voto electrónico y, digamos, las suspicacias generadas alrededor de uno u otro sistema terminan porque básicamente no vamos a cambiar nada y tenemos un calendario electoral del día de la elección de 8 a 5 de la tarde, porque a la 5 de la tarde se iba la luz, a las 4, perdón, de la tarde se iba la luz y preguntarse sobre aumentar el tamaño, las horas para votar es todo un dilema.
Porque entonces no, hay fraude. Ustedes quieren hacer eso, es porque quieren fomentar el fraude.
Entonces, cualquier cambio a la regla electoral que le permita a otras personas votar, se convierte casi en un atentado contra la democracia y eso es reformando cada vez que vemos que sí son atentados que hacen, que generan, quitan derechos esas se ven como las protectoras del fraude que son.
Entonces, le quitan capacidad e innovación a la autoridad electoral, precisamente por el miedo a ser cuestionados de forma sistemática sobre sus intenciones.
Salvador, me encantaría escucharte un poco sobre esta idea de la interacción que tiene la autoridad electoral con otras ramas del poder.
Hemos discutido bastante sobre esa interacción que existe entre los presidentes, cierto, condicionando, acosando de pronto a la autoridad electoral de las formas que mencionaba Gerardo vía presupuestal, atacándolos personalmente.
De pronto, digamos, emitiendo conceptos ambiguos que pueden generarles dificultades y en su autoridad, y simplemente la intimidad como autoridad electoral. Pero tú mencionabas esa interacción también con los jueces y con las cortes.
¿Cómo ves esta utilización?, hablamos siempre en América Latina de la judicialización de la política, pero no hemos hablado de la judicialización del proceso electoral y de este proceso en donde se cuestionan las elecciones, en donde se cuestionan los candidatos.
¿Cómo ves esta interacción entre cortes y autoridad electoral en estas nuevas tendencias de la discusión sobre el fraude?
Jefe de Programa en Paraguay de IDEA Internacional, Salvador Romero: Muchas gracias.
Creo que el tema nos remite a algunas de las características básicas que deben tener los organismos electorales, y su rasgo central debe ser la independencia, su autonomía y su independencia con respecto a los otros poderes del estado.
Esto no significa que no haya niveles de coordinación, que deben darse entre los distintos poderes para llevar adelante un proceso electoral, pero esa coordinación debe hacerse desde una posición de independencia del organismo electoral frente a esos otros poderes, pero también frente a los poderes partidarios.
Debe tener una voz propia, una voz autónoma, que refleje como única prioridad la voluntad de llevar adelante un proceso electoral que sea limpio, que sea confiable.
Dentro de este círculo, por supuesto, puede haber relaciones con otros poderes de naturaleza judicial, que es un poco diferente al tema de la judicialización, del proceso electoral que tienen varias vertientes que las señalo de manera muy sucinta.
Por un lado, las legislaciones es una de las tendencias en América Latina, año ampliando cada vez más los recursos de naturaleza jurisdiccional ante los mismos organismos electorales, es decir, que como uno de los elementos de garantía del proceso electoral se han ido introduciendo figuras que permiten plantear para una mayor garantía del proceso, recursos a los que tienen derecho los actores políticos. Ésa es una primera dimensión.
Una dimensión diferente es la intervención de otros poderes, del Poder Judicial, no vinculado con el organismo electoral, como una capacidad de poder revisar fallos, sentencias, resoluciones del organismo electoral.
Y aquí sí estamos, ahí entramos ya en uno de los elementos de debate fuerte en América Latina, porque uno de los principios que ha funcionado adecuadamente, y aquí es encontrar el balance entre distintos buenos principios. Por un lado, es los organismos electorales que son la última palabra en asuntos electorales, que resuelven y que definen, ése ha sido un buen principio, ha demostrado ser útil en América Latina.
Por otro lado, otros señalan que el órgano electoral o sus decisiones no pueden ser la última instancia que es necesario abrir, como sucede en otros espacios, la posibilidad de que no otro actor pueda revisar esas sentencias, esas resoluciones, son dos principios razonables, pero cuando uno ya trata de combinarlos en la práctica ciertamente es un tema difícil.
Y luego hay lo que señalaba, o a lo que me refería en mi exposición, que es el uso del poder judicial, cuando éste no tiene verdaderamente autonomía con respecto al gobierno de turno, convertido en un brazo de incidencia política y esto es muy diferente a un poder judicial verdaderamente independiente, tomando decisiones que uno puede compartir o que puede cuestionar, pero que sabe que las están tomando de manera independiente de un poder judicial subordinado a un gobierno que toma decisiones basado fundamentalmente en una lógica partidaria y ahí sí estamos ante un escenario que amenaza, debilita de manera muy seria, no solamente a los procesos electorales, sino a la democracia, en su conjunto.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Sí, gracias, Salvador.
Yo creo que esa captura, digamos, de los órganos que se suponen independientes, claramente son muy complicados para poder mantener unas reglas claras y establecer además los resultados sobre los cuales todo el mundo se sienta cómodo.
Bueno, llegamos ya casi al final de nuestro panel.
Quisiera darle a cada uno cinco minutos del cierre de sus intervenciones para compartir sus reflexiones finales, este es un tema, yo creo fundamental, como decía Tammy, como es importante saber que es fraude para poder diferenciar qué es y que no, cómo podemos contextualizar a las autoridades, a los ciudadanos, a los mismos candidatos de cuándo deben poner un red flag o no, una banderita roja de advertencia y cuando es un proceso normal, es todo un reto en estos sistemas electorales, en donde y como decía en interacción con Salvador, me parece que la polarización está en una fuerza antisistema muy fuerte, diría yo, que se comparte entre fuerzas políticas, que es lo que a uno le da miedo finalmente.
Cuando van a cantar los resultados electorales, como dice si gana la derecha dios mío y si gana la izquierda, también dios mío, y es como ese miedo un poquito a la radicalidad de no aceptar las reglas democráticas de parte y parte.
Entonces, quisiera entonces darle la palabra a Gerardo y vamos entonces en el mismo orden para terminar.
Gerardo, tienes tus cinco minutos de reflexión.
Director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo de Icaza: Gracias, Mónica.
En realidad creo que se ha dicho todo sobre el tema, me pareció un panel muy rico y agradezco mucho la invitación, creo que me quedaría con un par de reflexiones.
La primera reflexión es esta preocupación de que las narrativas de fraude no solo sean o las narrativas en contra de las autoridades electorales y en contra del sistema electoral con los sistemas electorales se queden en el terreno de la campaña, sino que se institucionalicen una vez electos los contendientes.
Eso me parece muy preocupante, porque ahí no solo estamos erosionando el sistema electoral, sino a la democracia en su conjunto. Es decir, si se erosiona y se busca sin una propuesta cambiar un sistema electoral de tal forma en donde existan menos garantías que más garantías, con un discurso pues de engaño, eso me parece muy preocupante. Y lo estamos viendo en varios países de la región.
¿Cuál es la alternativa?
Yo no estoy en contra de que los sistemas electorales mejores, inclusive como decía Salvador, coincido que en algunos países ha habido retrocesos de principios de siglo para acá, retrocesos inclusive no solo en términos democráticos, sino en términos de técnica electoral.
Es decir, había países que resolvían sus elecciones de forma independiente y sin ningún problema, contaban los votos, tenían un padrón actualizado y estamos viendo que ya sea por falta de financiamiento, falta de capacidad técnica de los titulares en las renovaciones de los órganos, falta de independencia, una serie de razones, estamos viendo procesos electorales que no solo están siendo más atacados, sino que están teniendo más errores. Esa es una realidad también que alimenta esta idea de la narrativa de fraude.
Entonces, yo no estoy en contra de que se busquen soluciones, reformas para mejorar los sistemas electorales. De hecho, me parece que la reforma electoral debe de ser pues prácticamente una actividad continua de cómo ir mejorando los servicios electorales para la población conforme a las nuevas tecnologías, conforme a las nuevas necesidades de la población, etcétera, etcétera, pero eso no es lo que se está planteando cuando estamos hablando de estas narrativas del fraude que llegan luego al poder y atacan a las instituciones electorales.
Nos está planteando mejora del sistema electoral, se está planteando destruirlo y eso me parece muy delicado.
También me parece muy complejo esto y ya lo he dicho muchas veces, este exceso de información que se equipara, es decir, vale lo mismo lo que contesta la autoridad electoral sobre una acusación de fraude que lo que dice un twittero.
Pues cómo es posible que decir, tenga el mismo nivel de confianza en ciertos sectores de la población, es decir, estamos en el departamento electoral, ya parece un guion, porque parece un guion en la región, varias narrativas que son constantes ¿cuáles son? La famosa narrativa de los plumones o crayolas o lápices que se borran, todas las elecciones, lo mismo, las boletas premarcadas, el video del día anterior en donde se detalla que existe un fraude que se está, digamos, maquinando con el tema informático.
En todas las elecciones pasa prácticamente lo mismo, y eso, digamos, que tengan, personas que no tienen absolutamente ninguna, como lo decía Salvador, ningún conocimiento técnico, usando estas estrategias, insisto, ya prácticamente comunes en toda la región, para no sólo atacar a la autoridad electoral sino a toda la institucionalidad electoral, incluyendo, por supuesto, y desafortunadamente más común también a los observadores electorales.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Mil gracias, Gerardo por tu intervención y reflexión final.
Quisiera darle la palabra a Tammy para que también nos comparta esa reflexión final.
Asesora del Programa de Elecciones en el Fondo para la Democracia de IFES, Tammy Patrick: Muchas gracias nuevamente por permitirme participar en esta conversación del día de hoy, como reflexiones finales creo que no debemos de dejar que el temor del fraude obstaculice el acceso a los votos, el fraude se utiliza como una forma de decirle “quita tu voto valioso porque alguien que no tenía derecho a votar, votó”, y eso te quita tus derechos como ciudadanos, pero si nosotros restringimos el voto de tal manera que los que sí tienen derecho a votar no participen, pues es igual de problemático ante la democracia, no podemos descontar la importancia de que los candidatos acepten la derrota, lo que vemos en Estados Unidos es que aceptan los resultados y ganan, pero si pierden, obviamente, es un fraude y el voto fue arreglado.
Hay candidatos que consideran que jamás hubieran podido perder, y sabemos que cualquier elección tiene ganadores y perdedores, y en el caso de Estados Unidos, aceptan su propio resultado cuando ganan, es decir, todos los legisladores van cambiando leyes y ellos están en la misma boleta que el ex presidente, o sea, se les contó en las mismas máquinas, y ellos no están cuestionando sus propias elecciones, ellos no están contando la legitimidad de que el equipo funcione correctamente en su candidatura, solamente en la candidatura presidencial.
Entonces es muy importante que regresemos a las normas, a las reglas de que el candidato, si pierde, acepte de manera respetuosa que perdió y siga adelante.
Creo también que en Estado Unidos a lo que me remonto una y otra voz para darme un poquito de esperanza en estos tiempos tan difíciles, es que los electores siguen teniendo el poder, y lo digo con mucha intención, porque si el elector en este momento elige elecciones justas y verdaderas, y votan por ellos, y llegan y participan, veremos otro día y podremos continuar mejorando nuestro proceso.
Sin embargo, si creen en estas mentiras y votan como no votar, o si votan por candidatos que quieren retroceder en todos los avances que hemos en la sociedad y regresar a lo que hacíamos hace décadas, donde la gente no tenía el derecho de casarse, donde no tenían poder sobre su propio cuerpo, donde no tenían el derecho de libre movimiento y no tenían derechos de privacidad; y que la privacidad y que la población indígena no tenía control soberano en sus propios terrenos. Todos estos son puntos que se están debatiendo y que se están amenazando en regresar en el tiempo.
Espero que los electores entiendan la importancia del poder que aún tienen, mi temor es que, si votan en noviembre a estos (…) y ponen a individuos en el poder que no creen en elecciones verdaderas y justas y libres, que perderemos esa oportunidad.
Y ese es el desafío más importante que enfrentamos ahora, y de verdad yo espero que podamos llegar a suficientes estadounidenses para que participen y que realmente entiendan qué está sobre la boleta electoral.
Entonces, estoy tratando de cerrar con una nota positiva pero pareciera que la realidad regresa una y otra vez. Agradezco los comentarios, agradezco participar el día de hoy.
Gracias por la invitación nuevamente.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Hay que usarlo, Salvador Cruz, tu ultima reflexión.
Jefe de Programa en Paraguay de IDEA Internacional, Salvador Romero: Muchas gracias.
Quisiera yo compartir algunas reflexiones de cierres sobre los riesgos que implican estos mensajes, estas denuncias, estas narrativas de fraude. Implican ciertamente riesgos para las elecciones para los procesos electorales, desmotivan a la ciudadanía a la participar, pero también tienen riesgos institucionales, les restan legitimidad a quienes van a asumir los cargos, son gobiernos que quedan corroídos en su legitimidad cuando estas denuncias de fraude calan de alguna manera en la sociedad.
Pero más allá, también implican un riesgo importante para la democracia. La democracia, se funda sobre un mecanismo consensuado, es el remplazo de los gobernantes a través de un mecanismo institucionalizado y pacifico como son las elecciones.
El problema es que si desacreditamos ese mecanismo de estancia pacífica que un determinado grupo acepte que sus candidatos o las políticas públicas que querían no han tenido el apoyo suficiente, pero que hay una oportunidad adelante, porque hubo una competencia justa y habrá una competencia justa en la que podrán eventualmente acceder al gobierno.
Lo que hacen estas denuncias de fraude y este es el riesgo muy grave, es que corroen el mecanismo básico de la democracia y el mecanismo básico de la convivencia pacífica. Le quitan a la sociedad la convicción, la creencia de que se ha ganado o perdido en una competencia justa, en una competencia imparcial.
Y, por lo tanto, esto me remite al punto inicial con el que partía de nuestra larga historia latinoamericana, que es una historia de elecciones, pero también de denuncias de fraude y de violencia.
En ese momento en buena parte del siglo XIX y buena parte del siglo XX esas denuncias estaban justificadas, hoy pueden no estar justificadas, pero si hay grupos sociales lo suficientemente grandes que se convencen de que las elecciones no han sido limpias, de que las elecciones han sido fraudulentas, que quien está gobernando es ilegítimo, lo que estamos haciendo es abrir la puerta a la violencia a romper las bases de la convivencia pacífica y de la democracia.
Estas denuncias de fraude son extremadamente graves, porque no solamente conciernen a las autoridades electorales o se limitan a los procesos electorales, tienen implicaciones muy serias para el mantenimiento de la democracia y el mantenimiento de la paz dentro de cada una de las sociedades.
Muchas gracias.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Mil gracias, Salvador.
Quisiera, entonces, simplemente a manera de resumen recordar la dificultad que este nuevo repertorio de fraude electoral de la democracia, como decíamos, esto no es un proceso lineal, no podemos tomarlo por sentado que existen procesos democráticos que vamos a respetar, porque este repertorio de fraude que está siendo común a toda la región donde evidentemente ni siquiera Estados Unidos se salva, es difícil y deberíamos como comunidad no aceptar la generalización del debate.
A veces este tema de fraude se convierte en algo que la gente usa de forma light, ¿no?
Voy a dar un ejemplo, en Colombia un líder, un senador electo dice en televisión nacional: Hubo fraude en el Departamento del Pichada, porque allá no fue el candidato y sacó votos, ¿cómo puede ser que él haya ganado en ese Distrito o en ese Departamento si ni siquiera fue? Entonces, hay fraude, sin ninguna evidencia, sin ningún rigor conceptual y las personas, entonces, empiezan a utilizar esta palabra de una forma irresponsable para, efectivamente, generalizar este repertorio que destruye el régimen democrático.
Con estos discursos, uno puede terminar justificando, modificar la autoridad electoral, disminuyendo su capacidad, su presupuesto porque, de pronto, ganan mucha plata y lo que están haciendo es enriquecerse y no proteger las elecciones, puede también afectar su independencia, generando un efecto muy negativo en términos prácticos, porque le quita el poder a la autoridad electoral para poder liderar con potencial situación de fraude.
Vemos cómo esto es distinto en un sistema federal que en un sistema centralizado, pero que implica riesgos para los dos.
Me llevo este compromiso de los candidatos, cómo hacer que nuestra élite política al final se comprometa con los principios democráticos y que conozcamos ese carácter democrático cuando se pierde, que aceptemos los resultados de la Dirección y que, efectivamente, leemos la intimidad a quien ha sido elegido, como mencionaba Salvador, para que ese corazón de la democracia que son las elecciones le asegure alternativas ciertas en el futuro a aquellos candidatos que en un ciclo electoral no les fue bien.
Creo que las elecciones y el sistema electoral son fundamentales, estamos en una nueva era en donde, efectivamente, la posverdad y, digamos, la dispersión de noticias en contra de la democracia representativa es una nueva amenaza, y por tanto, debemos siempre estar atentos y estudiar este fenómeno de una forma más sistemática para poder lidiar con él de la forma más inteligente posible.
Entonces, les agradezco mucho a Tammy, a Gerardo, a Salvador por sus intervenciones. Aprendí mucho, reflexioné mucho, estoy segura que la audiencia que nos acompañó el día de hoy también.
Entonces, gracias al INE por esta invitación, y le doy la palabra a Manuel para que nos dé la finalización del evento.
Coordinador de Asuntos Internacionales del INE, Manuel Carillo Poblano: Muchísimas gracias, Mónica.
Espléndida conducción.
Muchas gracias por la presencia de Gerardo de Icaza, de Tammy y de Salvador, me parece que es una aportación inteligente al proceso de perfeccionamiento de la democracia.
La democracia no es un término y nos hace llegar un puerto, es camino, es proceso y ahí la vamos perfeccionando, y me parece que hicieron importantísimas aportaciones.
Solo les comento que habrá un reporte de esta Cumbre de la Democracia Electoral de las Américas, la cual será expuesto en la Cumbre Global, que se llevará a cabo 20, 21 y 22 de septiembre de manera híbrida en la Ciudad de México, y ahí habrá una discusión global de todas las distintas áreas con distintas problemáticas.
Agradezco nuevamente su participación, hacemos un receso para que a la 1:00 entremos al último panel.
Muchísimas gracias, Mónica, muy amable.
Gracias a todos.
Académica de la Universidad de los Andes, Mónica Pachón: Gracias a todos.
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