VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA FIRMA DEL CONVENIO DE APOYO Y COLABORACIÓN CON EL GOBIERNO DEL ESTADO DE COAHUILA, PARA LA OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN QUE COADYUVE EN LA BÚSQUEDA E IDENTIFICACIÓN DE PERSONAS
Muy buenos días a todas y todos.
Saludo con mucho afecto y agradecimiento al señor Gobernador constitucional del estado de Coahuila, el ingeniero Miguel Ángel Riquelme; al señor Presidente del Tribunal Superior de justicia del Estado, el magistrado Miguel Felipe Neri; al señor Titular de la Comisión de Búsqueda del estado, al licenciado Ricardo Martínez; a la Titular de la, a la Coordinadora General del Centro de Identificación Humana, la licenciada Jessica Garza; y, por supuesto, a la doctora Irene Irene Spigno, Directora General de la Academia de Derechos Humanos.
Hace poco más de 30 años, como ya mencionaba el Consejero Murayama, el Padrón Electoral era uno de los principales factores de conflictividad política en los procesos electorales, no había claridad respecto a quienes tenían el derecho a votar, a parecían en el listado de potenciales votantes personas que habían fallecido, quienes tenían derecho a votar en muchas ocasiones estaban inscritos en centros de votación que no era en el que les correspondían, en fin, era un problema.
El problema fundamental que había que resolver para poder transitar a la democracia.
En efecto, nadie estaba seguro sobre cuántos electores podían ejercer su derecho al sufragio, ni dónde y cómo podían hacerlo.
De ahí que la construcción de un Padrón Electoral cierto y confiable haya sido una de las prioridades durante el proceso de transición y uno de los trabajos técnicos que mayor relevancia tuvo para ir construyendo la credibilidad necesaria en torno a nuestras elecciones desde que se creó el IFE, allá en 1990 para poder transitar hacia un régimen democrático.
Pero las cosas venturosamente cambiaron con la creación del Padrón Electoral y su paulatino perfeccionamiento, actualización y depuración.
Ahora, el Padrón se ha convertido en uno de los pilares de la convivencia democrática en México y no sólo para las elecciones, porque constituye la base de datos más completa y confiable de las y los mexicanos.
No hay una sola institución financiera del país, privada o gubernamental, que dude sobe la calidad de los datos contenidos en el Padrón Electoral; cada vez que tenemos que hacer un trámite bancario confirmamos la importancia, no solamente de la credencial como el documento de identidad más relevante y de uso mayor, más difundido de nuestro país, sino también la importancia de la identificación biométrica como una manera de garantizar el potencial robo de identidad o suplantación de identidad.
La convicción de asegurar la universalidad del sufragio y que cada elector ejerza su derecho al voto una sola vez, incentivó a la autoridad electoral de nuestro país a crear un Padrón de Electores con altísimos niveles de certeza y que se actualiza permanentemente con la corresponsabilidad de la sociedad, los partidos políticos, como ya explicaba, e incluso de algunas instituciones del Estado, como los registros civiles, cuyo flujo de información oportuno a las autoridades registrales del INE permite una actualización depurando los registros de las personas fallecidas.
Esta convicción propició que desde los años noventa, la autoridad electoral haya invertido en el Padrón Electoral prácticamente uno de cada tres pesos de su presupuesto anual y que, en más de 25 años, no hayan cesado de manera permanente las constantes revisiones, la adecuación de procedimientos, la incorporación de innovaciones tecnológicas, entre otras cosas, para salvaguardar desde el punto de vista informático, la que es, por mucho, la base de datos biométrica y de datos personales más grande que tiene en nuestro país, así como las verificaciones y auditorías realizadas por parte de especialistas, de partidos políticos, e incluso por parte de los mismos ciudadanos.
Un ejemplo del trabajo invertido en el Padrón Electoral es la información multi biométrica dactilar, pero también facial ahora, que contiene el mismo Padrón.
De los poco más de 94 millones de registros incluidos en el Padrón al 31 de mayo pasado, el 98.43 de estos registros, es decir, 92.5 millones, cuentan ya con las 10 huellas dactilares.
El 1.42 del total, un monto realmente menor, tiene solamente dos huellas, es decir, son registros más antiguos que no han todavía incorporado la tecnología decadactilar, lo cual equivale a un millón 339 mil 424 registros, aunque esta cifra cada vez que se hace un trámite de renovación de la credencial de cambio de domicilio se va actualizando porque ahora, evidentemente, desde hace más de una década se están tomando las 10 huellas dactilares.
Y sin huellas únicamente se tienen 137 mil 636 registros. Estos son los registros más antiguos y que corresponden muy probablemente a personas que han fallecido pero cuyas actas de defunción no han sido entregadas al Instituto Nacional Electoral.
Estas son las cifras de un padrón, de la base de datos multi biométrica más grande del país que tiene un altísimo grado de actualización, como decía.
Desde mi perspectiva, un cuarto de siglo de trabajo canalizado hacia la actualización, depuración y verificación de datos y procedimientos del Padrón Electoral, ha redituado con creces a la sociedad mexicana por los recursos públicos, sí, cuantiosos, pero indispensables para la recreación del Estado democrático de Derecho que se han invertido en la creación, depuración y actualización de esta base de datos.
En efecto, el Padrón Electoral ha posibilitado al Estado mexicano cumplir con su obligación de proporcionar un medio de identidad confiable y seguro a todas las personas mexicanas mayores de 18 años, sin importar su lugar de residencia.
Y desde hace algunos años, debo decirlo, aunque no se ha concretado, desde el Instituto Nacional Electoral hemos venido impulsando con la Secretaría de Gobernación Federal, la posibilidad de que a través de un convenio, pueda el INE aprovechar la estructura del Registro Federal de Electores, de casi mil módulos de atención ciudadana, distribuidos a lo largo y ancho del país, de una infraestructura tecnológica robusta, confiable y segura para poder eventualmente credencializar, darle identidad a los menores de edad.
Nosotros tenemos la responsabilidad de credencializar a las y los ciudadanos, es decir, ciudadanos mexicanos mayores de 18 años, pero nosotros podríamos y tendríamos no sólo la disposición, sino la capacidad de poder, aunque no es nuestra responsabilidad constitucional, sino de la propia Secretaría de Gobernación, contribuir con la Secretaría de Gobernación para poder incorporar una base de datos multi biométrico, también de nuestras y nuestros chicos y chicas menores de 18 años.
Pero esta no la única función, insisto del Padrón. Esta base de datos también ha contribuido, como comentaba Ciro, a la identificación de personas desaparecidas, de cadáveres y de restos humanos mediante la confronta de información multi biométrica.
Ese es el objeto del convenio que firmaremos el día de hoy, contribuir a que la Comisión Local de Búsqueda de Personas del estado de Coahuila, logre la identificación de personas desaparecidas, cadáveres o restos humanos, a partir de las confronta de los datos biométricos.
Para ello, la Comisión Local de Búsqueda de Personas, siguiendo el protocolo que hemos ya trabajado conjuntamente, enviará la información de personas desaparecidas, cuerpos o restos humanos al Instituto Nacional Electoral que nos permitirá hacer la confronta de esos datos con las bases decadactilares del Padrón que tenemos en el Padrón Electoral.
Al respecto, debo mencionar que la experiencia que hemos adquirido en convenios similares desde el año ya de 2016, es decir, hay seis años de experiencia que nos ha permitido ir mejorando las, no sólo las técnicas, sino también los canales de comunicación con las distintas autoridades federales y locales del país.
Decía, aprovechando la experiencia de 2016 se ha evidenciado la importancia de elaborar dichos protocolos en virtud de que, si las huellas dactilares o las imágenes multi biométricas no se toman de manera adecuada, se dificulta el cruce y la confronta y, en consecuencia, el otorgamiento de resultados con la base de datos del Instituto Nacional Electoral.
De hecho, el 20 de junio de 2022, con base en los convenios que hasta ahora ha suscrito el INE para apoyar las tareas de identificación de personas desconocidas, ya sea de cadáveres y/o desaparecidas, se han recibido ya 59 mil 989 solicitudes de personas desconocidas, de las cuales, hemos logrado una identificación en primera instancia, es decir, un primer cruce, una primera coincidencia de 16 mil 671 registros, con alguna de las fichas de identificación que componen el Padrón Electoral y que se enviaron para confirmación de las instituciones solicitantes.
Es decir, el procedimiento es que se nos envían las imágenes, nosotros hacemos la compulsa con la base de datos del Padrón Electoral y, en caso de que haya alguna coincidencia, se notifica a la autoridad correspondiente para que se, a través de la identificación forense, es decir, una justificación jurídica, nos permita a nosotros hacer la entrega de los datos de ese registro, incluyendo el nombre, por supuesto, el domicilio, la fotografía, en fin, todo lo que cada ciudadano confía al Instituto Nacional Electoral al hacer su solicitud de Credencial o sus cambios de domicilio.
Sólo entonces es que se puede liberar el punto; es decir, estos 16 mil 671 candidatos ya han, o registros que se han, en primera instancia identificado, tienen que pasar todavía por ese proceso de identificación forense para que se pueda completar el punto, y es ahí donde estamos teniendo hoy un embudo, por eso este convenio y la creación del Centro, por parte de las autoridades de Coahuila, sin lugar a dudas va a constituir una especie, digamos, de desbloqueo de este punto en donde hoy todo el proceso encuentra su mayor dificultad.
En ese mismo sentido, se han recibido 27 mil 821 solicitudes, hasta el 20 de junio, para coadyuvar en la identificación de personas desaparecidas, de las cuales 19 mil 704 candidatos con registros en el Padrón Electoral se han ya identificado, mismos que se enviaron también a las autoridades solicitantes para que, en su caso, sean confirmados.
Para concluir quisiera reiterar, que esta utilidad pública, esta finalidad social que le estamos dando desde el INE a la base de datos biométrica del Padrón Electoral, permite afirmar que los procedimientos que hemos creado para darle credibilidad a la competencia electoral, ya lo decía Ciro, sin Padrón confiable no hay elecciones confiables, han trascendido las elecciones y contribuyen, tanto a la convivencia cotidiana entre particulares, como a la interacción entre las y los ciudadanos con sus autoridades y con las distintas instituciones públicas y privadas del país.
Por ello, sostengo que el modelo electoral que se ha confeccionado en México, además de haber garantizado, sólo en los últimos ocho años desde que el IFE se convirtió en INE, la celebración ya de 330 elecciones libres y equitativas, en las que se han renovado de manera pacífica y ordenada a los poderes públicos federales y locales, también ha generado herramientas en materia de identidad, de fiscalización y también, de vigilancia, digamos, del ámbito de las telecomunicaciones, que han contribuido a generar sinergias con los gobiernos locales e instituciones del Gobierno Federal.
Insisto y siempre lo digo cuando hacemos este tipo de colaboraciones, el INE es una institución autónoma del Estado mexicano y somos muy celosos de esa autonomía frente a los poderes e intereses políticos y privados.
Sin embargo, una cosa es que seamos un ente autónomo y otra cosa es que no nos asumamos como un ente del Estado mexicano que tiene que colaborar con otras instancias federales y locales para, digamos, paliar las problemáticas, contribuirá a paliar las problemáticas que aquejan a la sociedad.
En tal sentido, para quienes tienen intenciones refundacionales del modelo electoral, como si lo que tuviéramos no funcionará y desde aquí lo digo, desde que tenemos este padrón, en México los muertos no votan.
Cabe recordarles que el sistema nacional de elecciones ha elevado la calidad de la democracia mexicana en cualquier indicador al que se le someta, ha garantizado la paridad en la representación política de los órganos del Estado y ha transparentado como nunca antes el origen del dinero invertido en la política.
Por ello, reiteró que antes de pretender dinamitar los pilares de la gobernabilidad democrática en México, que tantas décadas nos costó construir, me parece que valdría la pena hacer a un lado las filias y las fobias, y preguntarse si el sistema nacional de elecciones ha contribuido a la renovación política, pacífica de los poderes públicos y ha logrado el propósito de que las elecciones sean creíbles.
Más aún, ha logrado, prestando servicios como el de la autenticación de la identidad, que hoy es la base de los convenios que vamos a suscribir para tratar de enfrentar un problema que aqueja a la sociedad y contribuir a mitigar el dolor de las personas que se encuentran, de las familias que se encuentran, en la penosísima situación que constituye una deuda impagada y, probablemente impagable, del Estado mexicano, como él nos conocer el paradero de un familiar, puedan a través de estos mecanismos, por lo menos procesar de una manera adecuada el duelo, que en ocasiones significa, que siempre significa la pérdida de un ser querido.
Así que el sistema nacional de elecciones sirve no solamente para la recreación democrática, sino también, para contribuir a saldar la deuda social que la violencia ha inyectado a la sociedad mexicana.
Concluyó, México cuenta con un sistema electoral robusto, confiable y competitivo que ha sido por muchos años un referente a nivel internacional y que hoy hace del Instituto Nacional. Electoral, por acciones como las que hoy se concretarán en este, en la firma de este Convenio, la institución civil del Estado mexicano en la que más confían las y los mexicanos.
Muchísimas gracias.
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