VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CONFERENCIA MAGISTRAL «ELECCIONES EN PANDEMIA, DESAFÍOS Y RESULTADOS», DICTADA POR EL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL MARCO DEL SEMINARIO LOS ESTADOS EN 2021
Sofía Ramírez: Muy buenos días a todos y a todas, mi nombre es Sofía Ramírez y agradecemos que nos acompañen el día de hoy en este Seminario de los Estados 2021. Elecciones en pandemia, desafíos y resultados.
Seminario que está organizado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en colaboración con la Cátedra ENCCÍVICA Francisco I. Madero y el Centro de Estudios Políticos. Y, por supuesto, el Instituto Electoral de la Ciudad de México.
Para comenzar tenemos justamente esta Conferencia Magistral, “Elecciones en tiempo de Pandemia”, a cargo del doctor Lorenzo Córdova Vianello y nos acompaña en la mesa y que fungirá como comentarista el doctor Fernando Castañeda, no sin olvidar a la doctora Rosa María Mirón, organizadora de este mismo Seminario.
Muchísimas gracias a todas y a todos por acompañarnos el día de hoy.
Y, bueno, si les parece muy bien, iremos comenzando y antes leeré una breve semblanza de los ponentes que nos acompañarán el día de hoy.
El doctor Lorenzo Córdova, es Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral. Doctor de Investigación en Historia del Pensamiento Político y de las Instituciones Políticas por la Universidad de Turín, Italia.
Asimismo, es investigador con licencia del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y profesor en la misma Universidad, pero en la Facultad de Derecho; y, además, es miembro del Consejo Directivo de la Cátedra Madero.
Por otra parte, tenemos al doctor Fernando Castañeda. Doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología por el Colegio de México.
Cuenta con estudios de Doctorado en Pensamiento Político y Social en Sussex, Inglaterra y actualmente es profesor en el Programa de Ciencia de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Es presidente del Comité Académico de la Cátedra Madero, así como titular de la DGAPA en esta Universidad.
Y, bueno, sin más que agregar y para comenzar justamente con esta mesa, pues le cedo la palabra al doctor Lorenzo Córdova.
Así que doctor, adelante, por favor.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Sofía.
Es un verdadero placer estar de nueva cuenta en este ya largo y exitoso Seminario de análisis de las elecciones.
Quiero comenzar agradeciendo mucho a mi amiga y admirada colega la doctora Rosa María Mirón Lince y felicitarla por su tenacidad que ha permitido que este se convierta ya reiteradamente después de cada gran proceso electoral, en un espacio de reflexión que puntualmente los meses de septiembre del año de elecciones se lleva a cabo.
Muchas gracias, Rosa María por la organización de este Seminario y, sobre todo, por permitirme de nueva cuenta, como decía tras bambalinas, antes de arrancar la transmisión, de invitarme de nuevo a ser telonero de este siempre exitoso evento.
Muchas gracias, Rosa María.
Y qué decir, la generosidad y gentileza de nuestro Presidente de la Cátedra Madero, el doctor Fernando Castañeda que hoy me preocupa porque los eventos con el INE, con el IECM, el doctor Castañeda está siempre presente y la DGAPA funciona en lo que significa lo que significa su capacidad de desdoblamiento en las actividades, digamos, académico-administrativas de la Universidad y, por supuesto, en las actividades académicas que son este punto de confluencia venturoso y que implican una alianza estratégica, así lo quiero ver yo, entre los órganos electorales y la Universidad Nacional.
Fernando, un verdadero privilegio que podamos dialogar esta mañana.
Yo quisiera compartir una presentación para no ahogarlos de cifras leídas y más bien, poder apoyarme en las láminas,
Si se ve bien me lo confirman, por favor, ¿sí?, bien.
Este año tuvimos elecciones inéditas, sobra decirlo, pero vale la pena recordarlo, por muchas características particulares que distinguen a estos procesos electorales, estos así en plural porque nunca había habido tantos que se hubieran realizado de manera conjunta, en un contexto completamente distinto a los que habíamos conocido hasta ahora, marcados en primera instancia, por supuesto, por la pandemia, pero digamos, que tuvieron muchos elementos de novedad que iré comentando a lo largo de esta charla.
Creo que vale la pena primero hacer una reflexión de contexto. Estas elecciones se llevaron a cabo en un momento que no es el mejor momento para la recreación de las democracias en el mundo, los tiempos en los que se hablaba de los problemas de las democracias latinoamericanas o de los problemas que enfrentaban los países con democracias como se decía, recordarán hace unos 20 años, en vías de consolidación, respecto de los problemas que enfrentan o enfrentaban las democracias consolidadas, las democracias añejas, quedaron atrás.
Hoy prácticamente las democracias en todo el mundo enfrentan una serie de desafíos, de problemáticas comunes, que se presentan con mayor o menos intensidad, sin duda, pero que están sin lugar a dudas, planteándose como los grandes retos que las democracias contemporáneas, sin importar su edad, sin importar su grado de consolidación, enfrentan o si se quiere, enfrentamos en estos momentos.
El primero de los…, la primera de las causas de lo que podríamos llamar malos tiempos para la democracia, y por cierto, la del aforismo latino atribuido a Cicerón, de mala tempora currunt, malos tiempos corren para la democracia, pues depende de, en buena medida de nosotros que no se complete con la segunda parte del aforismo, Cicerón decía: “y vienen tiempos peores”, así que depende en buena medida de nosotros que estos malos tiempos se enfrenten exitosamente.
Decía, los problemas son problemas, como podrán ver, que aquejan en mayor o menor medida, pero prácticamente a todos los sistemas democráticos. Estamos viviendo tiempos de una desafección, de un descontento de gran parte de nuestras sociedades, con la democracia, en virtud de la falta de resultados que los gobiernos democráticamente han venido dando respecto de los que son los grandes problemas sociales de nuestro tiempo, los grandes problemas que, repito, en mayor o menor medida, aquejan a prácticamente todos los sistemas democráticos, me refiero esencialmente a la desigualdad ominosa que cruza transversalmente a nuestras sociedades.
Nunca antes habíamos tenido tal cantidad, una generación de tanta riqueza en el mundo, ahí están muchos textos, (…) entre muchos otros, Krugman, etcétera, que han señalado esto, pero también es cierto que nunca, y ésa es la gran paradoja, ominosa paradoja, nunca había habido tanta desigualdad a lo largo de la historia como los tiempos que corren.
Esto, evidentemente, ha traído un incremento de las franjas de nuestras sociedades en donde la pobreza se incrementa, ya lo hablaré más adelante, la pandemia ha contribuido también a aumentar este problema.
Estamos viviendo un proceso grave, esto lo hemos discutido Fernando en la Cátedra Madero, una y otra, y otra vez, un proceso de desinstitucionalización cuando no incluso de crisis de las instituciones que son pilares básicos del funcionamiento democrático, en primer lugar, pero no solo los partidos políticos y los congresos, los parlamentos, lo que se ha traducido prácticamente en todos lados, en un empoderamiento o en un reforzamiento de los poderes del Ejecutivo, rompiendo la lógica tradicional que había venido inspirando al constitucionalismo moderno, no sólo de equilibrio de poderes, si no de preeminencia del órgano representativo por excelencia, que son los parlamentos, a todo ello se suman, no menos también en estos espacios hemos hablado una y otra vez, como por ejemplo la desinformación o las noticias falsas, que si bien no son un fenómeno nuevo, han acompañado a la política y sus orígenes.
Evidentemente por la gran penetración que las redes sociales y la difusión del Internet trae consigo, han roto, han transformado radicalmente el ecosistema de comunicación social, de comunicación política y le han dado un potencial distorsionador cuando no, incluso, erosionado al fenómeno de la mentira.
Y finalmente, pues el fenómeno de polarización política que no es un fenómeno propio de nuestro país es un fenómeno que cruza a las democracias a lo largo y ancho del planeta y se constituye, se convierte en un auténtico desafío, en un auténtico problema para la recreación de las sociedades en clave democrática.
A todo esto se sumó la pandemia, la pandemia tiene desde, en relación con la democracia y concretamente para ir aterrizando en el tema de las elecciones, una serie de dimensiones disruptivas, o que por lo menos son problemáticas para la normal, digamos, y ordenada recreación de la democracia a través de elecciones periódicas.
La primera dimensión es una dimensión obvia, es una dimensión estrictamente sanitaria y es que organizar y llevar a cabo una elección implica hacer exactamente todo lo que las instancias de salud a nivel sanitaria, a nivel nacional desaconsejan, digámoslo así, como la primera medida para enfrentar los contagios. Es decir, el distanciamiento social, organizar elecciones significa exactamente todo lo contrario, probablemente no hay un evento público, un evento político sin duda que implique, digámoslo así, la concentración masiva de personas que interactúan como ocurre durante las elecciones.
Organizar, decía Norberto Bobbio, probablemente lo recuerden, que una de las razones, o que de las características fundamentales de, cuando uno pensaba en una democracia, era imaginarse esas grandes filas de ciudadanos y ciudadanas que coinciden en los procesos electorales.
No sé si, perdón, hay algo que no sé si está viendo bien o está viéndose mal.
¿Se sigue viendo bien?, perdón.
Perdóneme, gracias.
Las largas filas de ciudadanos afuera de las mesas de votación, esperando su turno para emitir su sufragio, pues eso es justamente lo que la pandemia, digámoslo así, enfrentar exitosamente la pandemia desaconseja, esto por no hablar de lo que significan los actos de proselitismo, los grandes mítines, en fin, concentración de personas, pues, así que la pandemia ya representaba solamente por este hecho estrictamente físico, un problema no menor, un problema grave para la organización de elecciones, tan grandes, por cierto, lo anticipo desde ahora, las que tuvimos el 6 de junio pasado han sido y serán las más grandes elecciones en toda América Latina a lo largo de este año.
Hay una segunda dimensión, que es la dimensión económica. La pandemia ha traído consigo, una crisis sanitaria ha traído consigo una crisis económica, esto ya está ampliamente analizado, que no es solamente una ralentización, ojo, fue solamente una ralentización de la economía sino probablemente una contracción de la misma, equiparable solo a los efectos que tuvo la gran depresión a finales de los años 20 del siglo pasado, y con todos los efectos nocivos que esto trae.
Los datos están allí, y para centrarnos en nuestro país, ahí están las cifras de CONEVAL, yo sé que, en fin, hay una discusión en torno a las cifras pero por lo menos centrémonos en las cifras oficiales, en las cifras que los órganos especializados han planteado.
Dos consecuencias de la crisis económica son claramente evidentes hoy en día.
Por un lado, que ha aumentado la pobreza, pasamos de 51 a casi 55 millones de pobres, de acuerdo con cifras del CONEVAL, como producto en los últimos dos años, y claro la pandemia y la crisis económica derivada es la explicación más importante.
Y, por otro lado, bueno, en términos de evaluación o de diagnóstico de los accesos a los sistemas de salud y a los servicios sociales, pues ahí están las aterradoras cifras que nos llevaron en el curso de un par de años de una, digamos, de pasar de 21 millones de personas, de mexicanas y mexicanos que vivían en pobreza sanitaria, es decir, no tenían acceso a servicios de salud, a más de 35 millones, con lo cual, prácticamente hoy uno de cada cuatro mexicanos no tiene accesos a servicios de salud, ni públicos ni privados.
Todo esto evidentemente coloca a, pone una atención inevitable a la democracia y, sobre todo, al contexto electoral, porque finalmente si hay algo de lo que sabemos en México, es que el estado de ánimo de la sociedad influye directamente en la capacidad de organización de las elecciones.
En México las elecciones implican no solamente una gran movilización ciudadana, sino el hecho de que millones y millones de ciudadanos decidan apropiarse de la elección fungiendo como funcionarios de casilla y eso depende, en buena medida, del estado social, estado de ánimo social.
Desde este punto de vista, parecería que, y a mí me viene a la mente, lo recordarán ustedes, la gran advertencia que nos hacía en su momento el PNUD en el Informe sobre el estado de la democracia en América Latina de 2004, realizado por Dante Caputo, que terminaba con una gran cuestión, con un gran problema, las democracias latinoamericanas están jugando un juego suicida, es decir, ver cuánta pobreza y desigualdad aguantan los sistemas democráticos.
Hay una tercera dimensión derivado que trae consigo la pandemia que es la dimensión política.
Como se ha analizado mucho los espacios, por ejemplo, de la Cátedra Madero a lo largo del último año, todas las medidas de, digámoslo así, de emergencia que han tenido que tomarse en los sistemas democráticos para enfrentar el virus de SARS-CoV2, pues ha traído una serie de restricciones a derechos humanos, han traído una serie de medidas extraordinarias que no necesariamente han estado aparejadas, como lo quieren las democracias constitucionales, de efectivos mecanismos de control y de supervisión de este ejercicio extraordinario del poder cumulado.
Pero además, la propia pandemia se convirtió, y el manejo de la misma se convirtió, y en México podemos constatarlo de primera mano, en un factor adicional para incrementar esa polarización que ya mencionaba, se encuentra entre uno de los problemas esa polarización política, esa polarización discursiva, que ya mencionaba, se encuentra entre uno de los problemas fundamentales que aquejan a las democracias por independencia de la pandemia en los tiempos recientes.
La lógica de descalificación a partir de la identificación del smithiano amigo enemigo, pues claro que trae una atención adicional, digamos, en el funcionamiento natural de las democracias.
Y es que hoy la polarización que es natural que se exacerbe durante los procesos electorales, al final del día las elecciones son eso, las campañas son el espacio institucional para que las controversias, la polémica ocurra, transcurra de cara a la ciudadanía, las diferencias políticas se evidencien, digamos, el problema no es tanto ese. El problema es que hoy la polarización en el contexto actual está viéndose aderezada por una peligrosa dosis de intolerancia que por definición es un valor antidemocrático.
Polarización más intolerancia, pues forman un coctel explosivo que pone evidentemente en una situación de tensión y de riesgo a los sistemas democráticos.
La última dimensión que ha traído consigo la pandemia, es una dimensión social. En realidad esta es una dimensión que, en buena medida, es el corolario de todos los problemas, de todas las dimensiones anteriores y que puede en tiempos de desafección con los resultados de desafección con las instituciones, de desafección incluso con la democracia misma provocar que manifestaciones sociales pues trasciendan o transborden o trasvasen los cauces institucionales que en las democracias existen para manifestar las inconformidades.
El derecho a la protesta es un derecho democrático, sin lugar a dudas, pero tiene como todos los derechos en un contexto de democracia constitucional, ciertos límites y ciertas reglas y condicionantes para su ejercicio, por un lado.
Y, por otro lado, la reacción de las fuerzas estatales respecto de movilizaciones sociales, pues también tienen ciertas restricciones, ciertos condicionamientos en una democracia constitucional y el riesgo que se tiene al incrementar esa insatisfacción social, es que de uno o de otro lado esos cauces, esos límites eventualmente se transgredan, se exacerben, se rompan, con lo cual pues todo el orden democrático, el arreglo democrático se pone en dificultades.
En este contexto, varios órganos internacionales, varios organismos multilaterales han venido haciendo una serie de recomendaciones y analizando cómo a lo largo de este año y medio de confinamiento, de pandemia, se han venido enfrentando desde las distintas realidades políticas los procesos electorales.
Se ha planteado recomendaciones, por ejemplo, cuando hay que posponer elecciones, pero se han hecho también un análisis de todas las condiciones, las necesidades que tienen que satisfacer para que ello ocurra.
Por ejemplo, que haya un marco legal y constitucional que permite la posposición de elecciones, primero.
Segundo, que esto no suponga una ruptura del orden constitucional y democrático.
Tercero, que esto sea resultado de grandes consensos, de grandes arreglos políticos, entre otras medidas.
Y, por supuesto, pues ha habido una especie, digámoslo así, de observación mutua, recíproca entre las autoridades electorales que hemos tenido que organizar elecciones en este contexto de pandemia para tratar de identificar y replicar las mejores prácticas para evitar que el derecho a la salud se vea, puesto en entredicho por el ejercicio de los derechos políticos.
Ése es el contexto en el que nos encaminamos en 2021 a la elección más grande y más compleja de la historia.
Y aquí perdónenme, creo que hay un tema de orden, déjenme hacer un juego aquí con las láminas.
Perdónenme, miren, déjenme ir aquí, voy para atrás, ya después le pongo a disposición Rosa María al seminario, con el orden debido de las láminas para que quien quiera analizarla con más detenimiento lo pueda hacer.
Fuimos a la elección más grande de la historia, la elección más grande de la historia, decimos que fue la elección más grande de la historia por dos grandes razones fundamentales:
La primera por el número potencial de electores que estuvieron convocados a las urnas, casi 93 y medios de millones de personas tenían la posibilidad de votar el pasado 6 de junio, con lo cual representa respecto de las últimas elecciones federales, las de 2018, un incremento de casi el cinco por ciento.
Fuimos a las elecciones más grandes de la historia, además, bueno, y todo esto, el número de potenciales electores trae una multiplicación de los números de organización electoral, el número de casillas se incrementa, el número de ciudadanos que necesitamos como funcionarios de casilla también que necesitábamos, se incrementó; el número de ciudadanos que hay que visitar en el trabajo de campo que tuvo que realizarse y que por cierto, solo después del censo es el trabajo de campo más grande en plena pandemia, recordémoslo, que realiza el Estado Mexicano en el cumplimiento de sus actividades.
Pero además fuimos a la elección más grande porque nunca antes habíamos tenido una concurrencia total de procesos electorales. En todas las entidades federativas, en las 32 entidades federativas se eligió al menos un cargo electivo local, gubernatura, congreso o municipio, de manera concurrente con las elecciones de diputados federales.
Y en muchos estados hubo tres elecciones locales que se coincidieron con las elecciones federales.
Y finalmente, éstas son las elecciones más grandes de la historia, también desde otro punto de vista, por el número de cargos electivos a designar mediante el voto, casi 20 mil 500 cargos que son más de dos mil cargos adicionales a los que en 2018 llegaron a elegirse.
No solamente se renovó como ustedes saben, la Cámara de Diputados de la LXV Legislatura que justo hoy comienza sus trabajos, además hubo 15 elecciones de gobernador, prácticamente la mitad de los estados, casi la mitad de los estados renovaron su ejecutivo local.
Hubo elecciones en 30 congresos locales y además hubo elecciones en 30 estados, en consecuencia; y además hubo elecciones de ayuntamientos en 30 entidades federativas.
Entonces, tanto por el número, el volumen de la elección como por el número de cargos, estuvimos frente al ejercicio electivo más grande de nuestra historia, y ahora sí vuelvo a donde estaba.
Pero además, fueron las elecciones más complejas, es decir, no solamente fueron las más grandes en términos organizativos con todo lo que ello supone en términos del despliegue, la planeación, la capacidad técnica, digamos, volcado en el campo, también fueron las más complejas al menos por tres razones fundamentales.
La primera es la que ya mencionaba, con la que arrancaba justamente esta charla, el contexto de pandemia y fuimos a las elecciones más grandes de América que se realizan en este año, como decía, en América Latina, en un contexto de pandemia, pues digámoslo así, si bien ya bastante conocido, pues que estaba en pleno despliegue como lamentablemente todavía hoy lo está.
Para enfrentar este desafío, este primer gran desafío, el INE recurrió a tres grandes ejes fundamentales, el primero es el que ya mencionaba hace unos momentos, es decir, abrevar de la experiencia internacional, de esa compilación de buenas prácticas, de, digamos, experiencias comparadas que nutrieron la actuación institucional del INE y de los organismos públicos locales electorales, en primera instancia.
En segundo lugar, vale la pena recordar que el año pasado y esto fue objeto de mucha discusión, tuvimos que realizar elecciones locales en los estados de Hidalgo y de Coahuila, mismas que se llevaron a cabo en octubre de 2020, después de haberlas pospuesto algunos meses, precisamente para tratar de realizarlas en el contexto del término de la primera oleada de contagios.
Se trató, hay que decirlo de una especie de banco de pruebas en donde las autoridades electorales, el INE en primer instancia, pusimos, calibramos y pusimos apunto los distintos protocolos sanitarios que fuimos instrumentando con el paso de las semanas y que rigieron prácticamente todas las actividades del INE, desde el funcionamiento a la operación de los módulos de atención ciudadana, que reabrieron en agosto de 2020 y desde entonces no han vuelto a cerrar, sin constituirse en espacios de contagio, hasta pues los protocolos con lo que operaron el mismo día de la elección para el funcionamiento de las propias casillas.
Se trató, hay que decirlo, de protocolos que de una manera inédita y esto me resulta realmente inexplicable, sé que la UNAM tiene un grupo de expertos, Fernando, Rosa María, que han venido, digamos, generando consejos para la propia pandemia, pero entiendo que no hay ningún otro órgano del Estado, salvo el INE en donde esta lógica que me parece a mí elemental, es decir, aquí estamos coincidiendo tres, además de amigos, tres doctores, pero creo que ninguno de nosotros se asumiría la responsabilidad de recetar algo para el dolor, para un simple dolor de cabeza, con el riesgo de incurrir en algún tipo de responsabilidad médica.
Digo, ¿qué quiero decir con esto?, que hay especialistas para cada cosa y lo que el INE decidió realizar fue, o conformar, fue un grupo de expertos, de médicos expertos en materia de salud pública y de epidemiología que fueron calibrando, aconsejando y definiendo al final todas las medidas sanitarias que instrumentó el Instituto Nacional Electoral.
Si nosotros vemos en retrospectiva cómo nos fue en el enfrentar este primer desafío, la verdad creo que las muestras como lo reconocieron las distintas misiones internacionales fueron elecciones ejemplarmente conducidas en términos sanitarios.
Como pueden ver en esta gráfica, esta gráfica marca, digo, está construida por el propio INE a partir de una serie de datos, todos datos oficiales de las autoridades sanitarias federales, locales, etcétera y también de las autoridades internacionales, en materia sanitaria.
Pero, aquí se muestran y se ven con claridad cómo se han dado desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, hasta la fecha, cómo han evolucionado y cómo se han dado a partir del número de contagios, estas tres grandes oleadas, ¿no?, y la tercera que está en curso y que lamentablemente pues todavía parece dista de crecer.
En todo caso, estos son los cortes semana a semana, y el punto que me interesa relevar, subrayar, es que si ustedes ven hay una línea punteada que dice jornada, digamos que hacia el tercio final de esta gráfica, y puede verse de manera muy clara cómo la tercera oleada de contagios que hoy nos ocupa comenzó tres semanas antes de la elección. Para ser más precisos, el 16 de mayo de este año se invirtió la curva de contagios y comenzó a tener una tendencia ascendente, es decir, tres semanas antes ya la tercera ola estaba iniciando, tres semanas antes de la elección.
Sin embargo, si ven las tres semanas posteriores a la Jornada Electoral, esa línea punteada, la tendencia, si bien es una tendencia ascendente, no se modifica respecto de la tendencia que estaba ya detonándose desde antes de la Jornada Electoral, es decir, si las elecciones hubieran sido un espacio de contagio, lo que habríamos visto en las tres semanas posteriores, que es el tiempo que tarde este bicho en incubar y en manifestarse, se habría disparado al alza.
Ésta es, me parece, la mejor prueba con datos objetivos de que las medidas sanitarias fueron eficaces y no contribuyeron a alterar la dinámica de los contagios que, lamentablemente, hoy nos tienen en los picos más altos desde que inició en esta tercera oleada, desde que inició la pandemia de COVID-29.
El segundo contexto, el segundo desafío en el que tuvimos que hacer las elecciones, tuvo que ver o tiene que ver con un fenómeno que no es un fenómeno electoral pero es un fenómeno muy lastimoso desde hace por lo menos tres lustros en nuestro país, que es el contexto de violencia.
Tuvimos que realizar elecciones en un contexto de violencia, es cierto, no es la primera vez que esto ocurre, ya en 2018 ustedes recordarán probablemente, cuando vino Kofi Annan por cierto en su última visita, en su última gira internacional antes de lamentablemente fallecer, vino como visitante extranjero, como observador internacional a las elecciones de 2018, y ya entonces había señalado que la violencia que estaba ocurriendo, que era el contexto en el cual estaban desplegándose las elecciones, ya representaba un fenómeno de principal preocupación en aquel entonces.
Bueno, aquí permítanme, y todavía los datos de junio no están actualizados con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, pero miren ustedes como en una comparativa 2018-2021, es decir, los dos últimos años de elecciones federales, la tasa de homicidios dolosos que siempre es un punto de referencia, digamos, porque lamentablemente de todos los delitos es el delito que más contabilización logra tener, pues cómo las tasas de violencia, por lo menos medidas, insisto, a partir de los homicidios, pues eran incluso superiores en las primeras etapas del año, es decir, en el pleno despliegue del proceso electoral, fueron superiores a las de hace tres años.
Por otro lado, digamos, distintas organizaciones, como en este caso Etellekt, señalaron que el contexto de violencia respecto de candidatos o aspirantes que habían sido asesinados, ellos registraron 36, nuestro registro es apenas un poco menor, pero de todos modos es igual de preocupante, con lo cual, bueno, se tenía una clara, digámoslo así, preocupación de cómo las elecciones podrían verse impactado por la violencia.
El INE no estuvo exento de esto. Dos de nuestros funcionarios de campo lamentablemente fueron asesinados en episodios de violencia que, afortunadamente, y esto debo decirlo, pues es más bien el contexto y no tanto una lógica, digámoslo así, de la función electoral que estaban desplegando.
Los registros que nosotros tenemos, es que efectivamente hubo 30 candidaturas asesinadas, aspirantes o candidatos, precandidatos, precandidatas, candidatos, candidatas, en fin, a lo largo del proceso electoral con lo cual se superó la cifra de 27, el registro de 27 que nosotros teníamos hace 3 años. La mayoría fueron hombres, 5 fueron mujeres.
Aquí están los homicidios de aspirantes por partido político. Como pueden ver en esta gráfica no hubo una única fuerza política respecto de la que se hubiera volcado la violencia, por un lado.
Y si miran el mapa en donde estos homicidios se cometieron, pues hay una dispersión a lo largo del territorio.
Entonces, si bien hay zonas que sabemos son críticas como Michoacán, Jalisco, perdón, en este caso Jalisco o Guanajuato, pues, bueno, o Veracruz, pues no es una única zona, digámoslo así, y, por lo tanto, más bien la primera conclusión que uno puede sacar es que esto es el resultado de la violencia como contexto en el cual pues vivimos y en el cual pues también periódicamente tenemos que realizar elecciones.
No estoy menospreciando el fenómeno. Evidentemente, hoy hay un análisis y está todavía haciéndose respecto de si hubo una irrupción de la criminalidad organizada con el propósito de incidir en los resultados electorales y es algo que tendremos que aclarar.
Por eso todas las denuncias que se han presentado, nosotros demandamos que se resuelvan por parte de las autoridades ministeriales de los impartidores de justicia, pues para poder tener un diagnóstico mucho más claro de si hubo una intencionalidad, digámoslo así, en esta violencia que se dio y que está documentada para tratar de incidir en las elecciones, o si más bien es el lamentable estado de cosas que desde hace al menos 15 años vive nuestro país.
Es decir, la violencia como parte lamentablemente de la normalidad de la vida social en México.
Un tercer elemento de complejidad, este sí inédito igual que la crisis sanitaria, tuvo que ver no con la descalificación a las autoridades electorales y particularmente al INE, porque pues digámoslo así, aquí opera lamentablemente aquello que decía Eduardo Galeano en ese rico librito dedicado al fútbol, Fútbol a Sol y Sombra, cuando se refiere al árbitro.
Decía Galeano que el árbitro, bueno, primero siempre es arbitrario a juicio de quien lo juzga, pues sí, por mucho que aplique las reglas siempre habrá una acusación de que las reglas se están aplicando sesgadamente, pero sobre todo por el comportamiento de los propios jugadores, de los participantes en el juego electoral.
Y es que dice Galeano quien gana siempre va a decir invariablemente que ganó a pesar del árbitro y quien pierda pues va a decir que perdió por culpa del árbitro.
Dicho eso, sin embargo, lo que vimos durante este proceso electoral fue una animosidad pero, sobre todo, una agresividad y una descalificación del árbitro, proveniente de los circuitos cercanos al poder. Y eso sí es absolutamente inédito, sobre todo, por un lado, pero sobre todo por otro, por la virulencia de estos ataques, es decir, una cosa es descalificar, una cosa es…, y otra cosa es prácticamente pues establecer un discurso que no en pocas ocasiones se tradujo en francas y abiertas amenazas a la actuación de las autoridades electorales.
Pongo algunos ejemplos, incluso los documento con las notas de prensa que dieron cuenta de ellos, digamos, para tratar de ser lo más objetivo en este análisis.
Aquí tenemos al presidente del partido en el gobierno, Mario Delgado, señalando en pleno proceso electoral que al INE había que exterminarlo; o bien, un empresario muy cercano al régimen, al actual gobierno, el presidente de los grandes consorcios televisivos diciendo que el INE debe morir, por cierto, con expresiones que recuerdan la narrativa pública que antecedió a algunos de los peores experimentos autoritarios en la historia, digamos, ¿no?
Morir, exterminar, no es parte digamos, del léxico democrático, por mucho que la democracia signifique la confrontación tan intensa y tan ríspida como sea necesaria de las ideas y de las posturas políticas.
O bien, pues luego de que se le negó por haber violado las normas en materia de fiscalización a un excandidato a gobernador en el estado de Guerrero, pues amenazando clara y abiertamente con ir a visitar nuestros domicilios y con expresiones como ésta de “cabroncito”, digámoslo así, ¿no?, que fueron ampliamente comentadas y en fin, analizadas en su momento.
Bueno, pues no es casual que cuando incluso se llegaba a preguntar si era prudente o no, pertinente este tipo de discursos y se valían estos discursos, estas amenazas claras y abierta, hubo quien llegó a decir que no era lo mejor, no eran convenientes, pero había que ver lo que se les había hecho, cuando lo único que habíamos hecho las autoridades electorales había sido aplicar la ley, que fue por cierto exigida por quienes hoy están en el poder en su momento.
O bien, las declaraciones del líder de la bancaria mayoritaria señalando que vendría inevitablemente una reforma electoral, pero que si ganaban vendría la reforma y si perdían la reforma se haría antes de que acabara la legislatura que terminó el día de ayer.
O bien, las declaraciones desde la propia tribuna presidencial, acusando de conspirar contra la democracia a quienes somos responsables de conducir las autoridades electorales y por cierto, quienes organizamos la elección hace tres años que llevó al gobierno, a la actual administración, en fin.
Digamos que ésta fue parte de un discurso, bueno, el hoy Presidente de la Cámara del Congreso de la Unión, ¿no?, señalando en su momento que ya era hora de que las funciones electorales pasaran a la Secretaría de Gobernación pues porque las cosas habían cambiado, obviando 30 años de evolución democrática porque justamente de ahí venimos.
Lo que quiero decir es que ése fue el contexto, un contexto, una tercera razón de complejidad, además de la pandemia, además de la violencia, que lamentablemente caracterizó estos procesos electorales, es decir, la descalificación y la amenaza franca y abierta a quienes realizamos las funciones de arbitraje electoral.
Y sin embargo, en contraparte ocurrió una paradoja. A pesar de ese contexto adverso, la confianza en las autoridades electorales y particularmente en el Instituto Nacional Electoral, no solo se mantuvo, sino llegó a incrementarse a pesar de ese juego de descalificaciones y a pesar del riesgo que significaba organizar elecciones y tratar, en contexto de pandemia, y tratar de convencer a los ciudadanos de participar en las mismas cumpliendo con las medidas sanitarias establecidas.
Éste es un primer punto de referencia, se trata de una encuesta que se levantó a finales del año pasado por el INEGI, la Encuesta Nacional de Cultura Cívica, en donde pues se demostraba que ya casi el 60 por ciento, el 59, casi 60 por ciento ve personas en el país, confiaban en el Instituto Nacional Electoral.
Justo unos días antes de la elección, este porcentaje, de acuerdo con Grupo Reforma, una encuesta levantada por Grupo Reforma y Latinus había aumentado algunos puntos, y se ubicaba, justo, antes de la elección en el orden del 62 por ciento de confianza ciudadana en la tarea del Instituto Nacional Electoral, lo que lo convertía ya desde entonces en el órgano civil del Estado Mexicano que más confianza generaba.
Aquí hay un dato curioso, la CNDH históricamente siempre había estado en estos niveles de confianza, incluso un poquitito arriba del INE, la CNDH como pueden ver, incluso en la gráfica anterior, pues prácticamente desapareció de la medición, lo cual habla de la importancia, digamos, de preservar la institucionalidad y la autonomía de los órganos procesales autónomos.
Pero no me meto en esa discusión.
Así llegó, en ese contexto, digámoslo así, con esas complejidades llegamos a la elección.
Se trató de una elección con un amplio, no me detengo en estas cifras, con una amplia observación nacional e internacional, pero el gran dato es que a pesar de esos contextos de complejidad, pues la contundencia, digámoslo así, a incrementar la participación se mantuvo, y las del 6 de junio pasado fueron las elecciones intermedias con la mayor participación ciudadana en lo que va de este siglo, como pueden ver en esta gráfica, tratándose de elecciones intermedias por supuesto.
Piensen ustedes que todo esto ocurrió y estas mediciones ocurren con un Padrón Electoral cada vez más depurado, cada vez más afinado, con lo cual la tasa de participación es cada vez más precisa, por un lado. Pero además, en medio del contexto de pandemia, que no significó, digámoslo así, un impedimento para que esta tendencia al alza en términos de participación pudiera ocurrir,
El 52.7 por ciento de las y los ciudadanos empadronados participaron en la elección, y en números absolutos, como pueden ver en la gráfica de la derecha, pues estamos en el índice de participación, en el número de votación más alto de nuestra historia.
Todo esto trajo como consecuencia que las distintas misiones de observación internacional hicieran énfasis en tres grandes puntos:
Primero, en reconocer y felicitar la capacidad técnica del sistema electoral mexicano.
Segundo, en subrayar la participación y felicitar, digamos, a la sociedad mexicana por esta vocación de participar en contextos adversos en la recreación de la democracia.
Y tercero, pues en destacar la pertinencia que ya mencionaba de las medidas sanitarias que permitieron que la democracia no se volviera y las elecciones no se volvieran una víctima más de la pandemia.
No me detengo con las distintas misiones, observaciones, se trata de misiones de observación latinoamericanas del norte del continente; misiones de observación provenientes desde Europa.
Me quedo sí con esta expresión de las distintas misiones europeas que señalaron que el INE continúa a darle al pueblo de México, a proveerle al pueblo de México elecciones independientes y transparentes como se aprobó el 6 de junio pasado.
Cómo quedó la evaluación ciudadana después de las elecciones, bueno, a ver, ésta es una primera encuesta de parte de las encuestas de salida del propio día de la Jornada Electoral del 6 de junio, en donde la confianza el día de la elección de quienes participaron estaba, alcanzó el índice del 80 por ciento, pero claro, ése es el día de la propia jornada y es evidentemente a partir de quienes están participando en la elección, por lo menos es un asunto menor, ocho de cada 10 participantes en la elección tenían mucha, o tenían en todo caso confianza en el Instituto Nacional Electoral, que estaba organizando.
Unas semanas después, el 14 de junio, el financiero ya, digamos, habiéndose decantado, habiéndose hecho los cómputos del proceso electoral, pues refleja cómo finalmente hay una concepción de cerca del 80 por ciento de que la elección se había realizado bien, del 80 por ciento de que las elecciones son confiables, el 87 por ciento de quienes votaron por el partido en el gobierno, consideraron que las elecciones habían salido bien o muy bien.
Y finalmente, todo esto se tradujo en un incremento en la confianza en el Instituto Nacional Electoral, éste es el tracking de encuestas que realiza el propio Financiero y puede verse como, con la jornada electoral en medio, pues hubo un incremento en la confianza en torno al Instituto Nacional Electoral del orden de 10 puntos, ya no la metí aquí, pero justamente hoy en la mañana Reforma está publicando una encuesta en donde señala que ellos nos traían en abril, en el orden del 68, por ciento, según lo que hoy aparece y bajó al 68 por ciento, bueno, bajó al 65 por ciento, lo cual no está nada mal, sigue siendo el INE la institución con más confianza ciudadana.
Pero sobre todo hay que recordar y lo haré ahora en un minuto más, pues que los intentos de descredito a las autoridades electorales nos dejaron después de la elección, si no por el contrario, se incrementaron y aprovecharon digámoslo así, la realización de la Consulta Popular para atribuirle el presunto fracaso, que yo no veo que haya sido tal, se trata del primer ejercicio, en términos de participación ciudadana al INE.
Pero aquí, digámoslo así, lo que quisiera para cerrar es recordar, digamos, cómo está de intentos de cara a la discusión de una posible reforma electoral de desprestigiar y descalificar el trabajo de las autoridades electorales en lo que se está volviendo el signo, digámoslo así, de la discusión en materia electoral, pues siguen presente, ¿no?
El Presidente del partido en el gobierno, señalando que se necesitó la autoridad electoral que esté a la altura, como si, en fin, y llama la atención el contraste, todas las misiones de observación electoral, que vinieron desde el mundo a ver las elecciones, todas se coincidieron en la gran calidad técnica con la que se realizan los procesos electorales en el país y aquí se dice que se necesita una autoridad la altura, bueno, una buena pregunta es, ¿a la altura de qué? Probablemente se esté pensando en la altura de determinados intereses y no a la altura, digámoslo así, del rol que tiene que jugar una autoridad electoral que es la imparcialidad, la independencia y la autonomía en el ejercicio de sus funciones.
O bien, señalar que esta lógica de insistir en que las autoridades electorales, más allá de su costo deban ser absolutamente imparciales como si no lo hubiéramos sido, o pues desde la propia tribuna presidencial, ¿no?, que no haya autoridades electorales que responsan a intereses creados, y que corresponde a pueblo, incluso la primera dama, ¿no?, señalando que se necesita, que el INE no estaba promoviendo la Consulta, equivocándose porque ella confundió, pues digámoslo así, la fecha en la que el INE pudo comenzar a promover la Consulta como una decisión del INE, cuando había sido una decisión de las bancadas mayoritarias del Congreso de la Unión el año pasado.
O bien, la acusación del líder de la bancada mayoritaria en Cámara de Diputados, diciendo que el INE intentaba boicotear la Consulta, digamos, cosa que se repitió prácticamente por toda la nomenclatura en el poder, en fin.
Lo que quiero señalar es que el día después de la Consulta salió muy bien la Consulta, el Presidente lo dijo, se felicitó por la participación y la respuesta es que se va a hacer juicio político en contra de quienes dirigimos el INE.
Bueno, esto es algo recurrente. Sabemos que quien está inconforme con la actuación de las autoridades electorales desde aquel Consejo, Rosa María tú estabas en el Instituto Electoral del entonces Distrito Federal, pero recordarás que en aquellas épocas a los consejeros del IFE, José Woldenberg, Jacqueline Peschard, Merino, Lujambio, etcétera, un día y otro también se les amenazaba con hacerles juicio político.
Es decir, esto para plantear, digámoslo así, la recurrencia de una serie de pues hostilidad hacia las autoridades electorales con la pequeña diferencia que ahora esas hostilidades vienen, como decía, desde el circuito en el poder, en fin.
Bueno, un dato no menor el partido en el gobierno, pongo como ejemplo, a la luz de una serie de quejas y que está investigando la autoridad electoral respecto de quién financió las campañas de promoción de la respuesta de la Consulta en un determinado sentido, pues son o traen como consecuencias denuncias ante los órganos internos de control y a los ministerios públicos.
Es decir, ahora por hacer el trabajo pues nos denuncias a los funcionarios electorales, en fin.
Pero no me detengo, ahí hay ejemplos claros que hablan, digámoslo así, del estado de ánimo que contrasta, debo decirlo, luego de dos procesos electorales pues consecutivos, pues la elección a nivel nacional, la elección del 6 de junio que fue una elección, hay que decirlo, absoluta y totalmente exitosa por donde se le quiera ver desde el punto de vista de la actuación de las autoridades electorales.
Y la Consulta Popular que implicó una movilización a nivel nacional apenas un par de meses después de realizada la primera, en fin.
Ahí estamos. Creo que todavía hay mucho por analizar, las cifras apenas se están consolidando, el Tribunal Electoral resolvió en los días pasados las últimas quejas, a propósito de las Elecciones Federales.
Vendrán las etapas del análisis de la participación ciudadana en términos, digamos, por grupos etarios, por género, en fin. Todavía hay muchos análisis que en los meses por venir, como suele ocurrir, en el ámbito de quienes nos dedicamos al estudio y seguimiento de las elecciones tendrán que suceder en los meses por venir, pero creo que este es un muy buen momento y felicito de nueva cuenta la realización de este Seminario para hacer un primer balance integral, digamos, a proceso electoral ya concluido que el INE exitosamente ha llevado a buen puerto ya hoy podemos decirlo, ayer todavía no, ayer todavía sesionamos para hacer algunos ajustes, pero hoy ya podemos decir que se terminó el Tercer Proceso Electoral encomendado al Instituto Nacional Electoral y las elecciones se siguen consolidando como el espacio civilizatorio por excelencia en donde a pesar de los problemas y de las complejidades que atraviesa nuestra sociedad y la democracia en el mundo, pues siguen siendo esa apuesta, venturosa apuesta de bien lograda y que empezó hace al menos tres décadas, para que la pluralidad política pueda, intensa pluralidad política pueda recrearse en paz y el acceso a los espacios de poder pueda ocurrir a partir de la voluntad libremente expresada por las y los ciudadanos en las urnas.
Muchísimas gracias, Rosa María, Fernando, estoy atentísimo a tus comentarios y a poder iniciar eventualmente un diálogo frente a quien nos escucha.
Muchas gracias.
Sofía Ramírez: Muchísimas gracias, doctor, por la significativa y también ilustrativa información que nos ha proporcionado y justamente como comenta, le cedo la palabra al doctor Fernando Castañeda para que comente su participación.
Adelante, doctor, por favor.
Fernando Castañeda Sabido: Bueno, muchas gracias, Sofía.
Muchas gracias, Rosa María por la invitación, la verdad es un gusto, un gusto estar aquí y es un gusto comentar a Lorenzo, porque me parece que lo que ha presentado ahora es muy importante y la forma en que lo ha presentado me parece muy atinada en la forma en que lo ha analizado y que lo ha presentado.
Y quisiera empezar con algunos comentarios, a propósito del contexto que es lo primero que me parece acertado.
Él le da una dimensión más amplia, digamos, vivimos en un contexto no solo en México, sino en muchas partes del mundo donde de una u otra manera vemos que la democracia está siendo afectada, y creo que uno de los múltiples elementos que se pueden analizar de estos cambios o estas presiones, o estos procesos que han ocurrido en los países democráticos, es esta idea que le llaman democracia y creo que es lo primero que uno debería de decir, bueno, que yo creo que tengo que decir, que realmente la democracia única que conocemos en el mundo moderno, y yo no diría, y no sé si la ateniense podría ser un ejemplo de lo que normalmente se dice, pero yo creo que la democracia moderna es un buen ejemplo de lo que debe ser una democracia liberal o post liberal como quieran llamar, secular o post secular como quieran llamarla, y constitucional.
Si nosotros abandonamos todas estas cuestiones, la división de poderes, un Estado que en todo sentido debe mantener no una neutralidad en su proyecto político, pero sí un reconocimiento y una neutralidad a la hora de atender las demandas y los intereses de toda la ciudadanía, un Estado que debe reconocer que representa a cada uno de los ciudadanos, si no creemos en eso estamos ya realmente en problemas.
Y si además de eso no reconocemos todo ese orden constitucional, todas esas instituciones independientes, todo ese orden que de alguna manera le da vida y viabiliza la democracia, entonces, estamos todavía en problemas más serios.
Detrás de esto se encierra una idea de democracia que nunca me ha parecido que tenga sentido, que es la idea de una relación directa entre gobernante y pueblo, ¿no?, como si verdaderamente pudiera haber o alguna vez existió eso, por eso hablaba de la democracia ateniense, realmente existió eso de que todo los que formaban parte de una polis, no una polis porque depende cómo interpretemos polis, pero bueno, no me voy a detener en eso, pero digamos, todos los miembros de Atenas eran verdaderamente escuchados y atendidos, y era posible saber qué es lo que ellos querían, me parece que no es ni ahora ni nunca ha sido así.
No es uno de los grandes problemas para ser viable la democracia, es precisamente que necesitamos de muchas mediaciones, entre ellos y una opinión pública independiente.
Como bien lo han dicho muchos teóricos contemporáneos de la democracia, la opinión pública es fundamental, y eso es cierto.
Lo que dice Lorenzo en términos de que estamos viviendo un problema con la opinión pública a esto que le llaman posverdad algunos, infodemia, etcétera, porque es fundamental, ¿por qué? Porque en realidad la opinión pública por lo menos se forma una parte de la voluntad política, no es una cuestión simplemente de que ahí está el pueblo.
Y creo que se ha revivido ese tipo de mitos y de fetiches.
Un gran tema que yo creo que es de carácter sociológico, o bueno, yo digo que es sociológico completamente, es cómo el demos cambia de identidades o de formas, y ahora ha regresado de alguna manera o se ha hecho plausible hasta cierto punto la idea de pueblo otra vez, la idea de pueblo que sustituye a la idea de ciudadanía como universal.
Es un tipo de universal bastante tramposo porque no caben todos en la idea de pueblo.
La idea de pueblo se maneja en dos sentidos: la primera se maneja como las élites políticas económicas y el pueblo. Ahí hay claramente una confrontación, pueblo versus el poder de las élites políticas y económicas.
Y hay una segunda connotación que va asociada y que es muy importante para esta ficción de que el líder es capaz de interpretar, así como antes el líder de la iglesia católica interpretaba la palabra de Dios, ahora él es capaz de interpretar la palabra del pueblo.
Y es toda esta idea del pueblo como una unidad, esta tradición romántica del pueblo dotado de un neto, de un sentimiento, de una expresión que además lo hace homogéneo y unitario.
La verdad es que es un tema que uno debería de reflexionar, y solamente digo una cosa que me parece importante, así nada más anoto, ya Luhmann alguna vez dijo que en la exclusión social hay más solidaridad que, digamos, en la inclusión, en el mundo moderno, y que quizá esto hace que mucha gente se identifique uno con otros.
Sin embargo, Luhmann creo que no, fue un comentario al margen, no pensó tan a fondo este tema.
Esto es algo que se dice mucho ahora, a propósito de los problemas indígenas, de los problemas, de la pobreza, de los problemas de las mujeres, etcétera; se cree que todo se puede resolver en un solo momento, y eso no es cierto.
A lo mejor estamos en el mismo barco, mucha gente está en el mismo barco de la exclusión social, pero no tienen el mismo destino ni van al mismo puerto, y esto es fundamental.
Si no hay una democracia que reconozca la pluralidad de la nación en toda su diversidad, en realidad no estamos hablando de democracia.
Entonces, cuando Lorenzo habla y analiza todos estos temas iniciales y lee este contexto, en el que yo estoy ya interpretando esto que decía Lorenzo, pero sí, detrás de esto está la desigualdad, las formas de exclusión, el estancamiento que, según Paul Krugman, está provocando ya consecuencias tan graves como las de la Gran Depresión, aunque no hay depresión, este crecimiento mediocre en general del mundo está provocando efectos muy negativos, en fin.
Detrás, como dice Lorenzo, hay una serie de problemas que yo creo que tenemos que considerar y que, sobre todo, los tenemos que pensar; por eso, me atrevo a hablar de estos asuntos, tenemos que pensar en el contexto de nuestra democracia.
Es un falso universal el que se pretende vender sobre el concepto de poder, a pesar de que detrás de más de la mitad de la población de este país haya exclusión, son exclusiones muy diferentes y son lógicas muy diferentes, no es lo mismo una mujer, una secretaria que vive en la Ciudad de México, que un trabajador de alguna empresa en el norte automotriz, aunque su ingreso sea más alto que el de la secretaria, en mucho sentidos, en sus formas de vida, en sus estilos, en sus visiones, en su comprensión, no hay un solo ethos.
Y esto es lo que es muy grave, cuando se destruye precisamente la idea de identidad ciudadana, que es un artificio, claro que sí, pero un artificio fundamental, es un artificio que después se vuelve realidad cuando la gente lucha porque se le reconozca, cuando la gente actúa en público en la vida cotidiana y pide que ahí se le respete en todos los aspectos que tienen que ver con su vida cotidiana en la calle, en el autobús, en todas partes, con la autoridad, o sea, es una realidad esa identidad ciudadana, que a la mejor sí es un artificio originalmente jurídico político pero después se convirtió en una realidad.
Y creo que eso es un tema clave que a mí me parece muy importante, y que me parece importante resaltar a propósito de la conferencia de Lorenzo, porque efectivamente él tiene razón, el INE ha sido siempre quizá atacado, pero ha habido ataques muy fuertes y además de una elite política que está en el poder, que además no se reconoce como elite política.
Yo creo en lo que dice Bobbio, la democracia es un sistema de circulación de elites, ahora hay una nueva elite política, pero esta elite como las anteriores, creerse que es pueblo y no elite pues es el primer gran engaño; y recibir esta cuestión de ataques me parece grave.
Y yo quisiera resaltar varias cosas de esta elección que me parecen fundamentales y que también mencionó Lorenzo, para hablar de la importancia del INE.
Sin un Instituto Nacional Electoral como el que hoy tenemos, ¿hubiera sido posible transitar la elección con la pandemia que estamos viviendo, con la crisis económica que estamos viviendo, con la desigualdad y con la violencia que estamos viviendo? Yo creo que no. Ningún órgano electoral anterior al IFE y después al INE hubiera sido capaz de hacer nada como ha hecho el INE.
Creo que tiene una organización, tiene un grado de institucionalización, tiene un grado de profesionalización, que logró hacer una cosa que de verdad es excepcional, como lo manejó Lorenzo en sus datos, el derecho a la salud y el derecho político a votar y ser votado, los dos fueron respetados y cumplidos, y eso se hizo a través de un esfuerzo y de una estrategia y de un equipo profesional y recurriendo a toda una serie de asesores, etcétera, para poder hacer las cosas como se debían de hacer.
Mucha gente, cuando empezaron con las elecciones en Coahuila, se decía que no iba a poderse, y que no iba a haber suficientes casillas, y que iban a ser muy lentas porque todo el protocolo no sé qué, y ya estaban diciendo que no iba a funcionar, bueno, funcionaron y funcionaron tan bien, en una magnitud y en una escala infinitamente mayor.
Entonces, a mí me parece que esta es una primera cuestión fundamental de lo que está diciendo Lorenzo, y no lo estoy diciendo a título personal como criterio, como estas formas de opinión en donde cada quien pues esa es tu verdad, es la mía, yo tengo mis… no, está dándolo objetivamente.
Esto pasó, estas son las cifras, no hubo contagios que se pudieran imputar al problema de las elecciones. La gente cumplió, el nivel de participación fue más alto de lo que lleva este siglo. En elecciones intermedias nunca ha habido un nivel de participación como el actual.
Y yo creo que todo esto es una cuestión que yo sí creo que debemos reflexionar, porque no es un tema personal. Es un tema, ellos lo quieren personalizar, pero es un tema personal.
Es, efectivamente, como también lo dijo Lorenzo, un problema de institucionalización. Estamos hablando de una Institución que se ha ido consolidando, que ha ido creciendo, que se ha ido desarrollando y que hace y ha hecho las elecciones como todos estos comentarios que tú tienes aquí en tu texto y que lo dicen garantizan elecciones ciertas y transparentes a la ciudadanía. Y yo creo que eso es fundamental.
Por eso creo que es importante lo que has dicho en todos estos aspectos, no voy a recorrerlos porque son en mucho detalle, incluso hay más de lo que tú leíste en tu texto, pero yo creo que es muy importante que esto se tenga claro.
Y, sobre todo, regresando a lo que empecé a decir, porque hoy de verdad creo que quien cree en una democracia, quien cree que la democracia no la hace una persona, quien cree que no son los iluminados y que no hay iluminados, ojalá los hubiera, pero no los hay. La historia humana nos ha demostrado que no hay iluminados, que el que se dice iluminado en realidad es una persona que hace un uso del poder discrecional y que, de alguna manera, está al final de cuentas atacando a la opinión pública, está atacando otras formas de expresión donde precisamente se manifiesta la diversidad.
Entonces, dado eso, yo creo que es fundamental hoy en día señalar y decir esto que se hizo en el INE y señalar la importancia de una Institución en la que han pasado muchas personas, además el voluntarismo es el PRI-AN y esas cosas.
¿Cuántas gentes han pasado de consejeros? ¿Cuánta gente ha venido? O sea, como si el INE fuera la creación de una persona o de una mano ahí oscura detrás.
A mí me parece que es muy importante y creo que esto ojalá se pueda publicar o no sé si está publicado, ojalá se pueda publicar bien, porque creo que es muy importante dejar claro esto con respecto a la heterogeneidad.
Y solo para decir una cosa a propósito de la opinión pública, cómo vivimos en un mundo mucho más plural y diverso.
Hay todo un debate acerca de la posverdad, etcétera, no los voy a agobiar con eso. Pero lo único que quiero decir es una cosa: La verdad es que, como tú bien dijiste, Lorenzo, no es algo nuevo, aunque ahora se ha magnificado por los medios electrónicos, por el Internet, por las redes, etcétera.
Pero, sobre todo, lo que está demostrando esto que algunos llaman posverdad y que a mí no me parece que es el término adecuado, es que vivimos en un mundo muy plural y muy heterogéneo y lo que nos cuesta trabajo hoy en día para estructurar la opinión pública, es precisamente poder enfrentar esa diversidad y generar espacios hoy de racionalización con todos estos nuevos medios y todo en el que se pueda de alguna manera construir algo que estructure esa opinión pública.
Y yo creo que es la mejor prueba de eso y creo que precisamente por ese vacío se generan estas ideas redentoras y mesiánicas, bueno.
Pues ese es mi comentario y felicidades, Lorenzo.
Sofía Ramírez: Doctor, muchísimas gracias por su intervención.
Y bueno, si les parece podemos iniciar con una ronda pequeña de debate, justamente acoplándonos a los comentarios tanto del doctor Fernando Castañeda, como a la participación del doctor Lorenzo Córdova.
Entonces, si me lo permiten, me gustaría cederle la palabra en este momento a la doctora Rosa María Mirón, para que iniciemos con éste, y de manera posterior regresamos al orden habitual, entonces, adelante, doctora, por favor.
Rosa María Mirón Lince: Muchísimas gracias.
Pero en realidad yo aquí estaba nada más de mirón, literalmente, el conferenciante magistral es Lorenzo y los comentarios de Fernando súper pertinentes.
De verdad creo que, agradezco muchísimo la participación de ustedes dos, me parece fundamental las reflexiones que han hecho ambos, en ese sentido, se vive un momento muy complicado en general, en las democracias, como bien lo digo Lorenzo, pero en particular en este país, en México está viviendo procesos políticos muy complicados junto con y aderezados para mal por la pandemia, por la violencia por condiciones que si ya se había, es cierto que se habían presentado antes, pero se están agudizando en estos momentos.
Ha sido un gran reto, lo hemos visto todos los ciudadanos, el que se hayan podido realizar en paz, tranquilamente las, los procesos electorales, una cantidad inédita de procesos electorales simultáneos.
El reto del INE junto y la coordinación de los procesos federales y locales, al mismo tiempo han sido enormes y afortunadamente no hay nada que lamentar que haya correspondido a la autoridad electoral, hay sí como se dijo algunas muertes ocasionadas por esos procesos electorales, pero ha sido al margen de los mismos.
Efectivamente, democracia, diversidad, pluralismo, eso es de lo que se trata este momento, eso es de lo que tenemos la obligación como ciudadanos de defender y como académicos, me parece que el hecho de discutirlos, de estar aquí preocupados por esto, discutiendo, publicando desde luego que les vamos a pedir sus intervenciones a ambos para publicarlas en el libro, que ya se traduce siempre éste seminario en un libro anual, se los agradezco muchísimo, pero yo creo que eso es nuestra tarea como académicos, que a final de cuentas los tres lo somos, Lorenzo está prestado ahora un rato ahí, pero creo que ésa es la tarea que hacemos.
Estos foros me parecen una relevancia enorme justamente por eso, porque es necesario difundir estas ideas y de alguna manera aprovechar los espacios que hasta este momento se pueden seguir manteniendo de difusión de las ideas, cada vez se va más complicado el garantizar el respeto a las opiniones diversas por actores fundamentales en este, de este país, pero bueno, mientras podamos vamos a seguir dando la, nuestras opiniones.
Le cedo la palabra de nuevo para que comenten ustedes por favor.
Sofía Ramírez: Muchísimas gracias.
Doctor Lorenzo, adelante, por favor.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias.
Bueno yo, la verdad, Fernando, mil gracias por tus comentarios, también los tuyos Rosa María y a partir de ello quiero hilar un par de reflexiones adicionales y si me permiten, ¿no?, o de glosa más en esta lógica de diálogo, de construcción colectiva.
A ver, lo primero, yo creo que es muy pertinente analizar la elección, ya decía, éste es un seminario, el primer seminario, digámoslo así, de gran calado, además realizado vuelvo a insistir con una gran puntualidad, porque si bien hay procesos electorales locales que todavía están en curso, hay algunas disputas hoy mismo en un ratito más el Consejo General va a analizar algunos temas de fiscalización que tienen que ver con las elecciones locales que no han concluido porque están todavía en la lógica de la impugnación, sí, pues la elección federal, digamos, que es como la elección paraguas que en el sistema nacional de elecciones engloba a todas las demás, ¿no?, con independencia de sus particularidades específicas, pues es muy pertinente hacerlo.
Falta todavía, habrá muchos análisis todavía por hacer, el sentido del voto, de la participación, etcétera.
Pero creo que es pertinente comenzar, y este seminario tiene esa virtud, comenzar el análisis de la elección del 2021, sobre todo en tiempos tan vertiginosos como los que están pasando.
No hemos ni acabado la elección y como decía ya, por las razones que sean eh, porque es necesaria, porque no les gusta el estado de cosas a algunos, pues porque hay quien ve las elecciones, como dicen, para hacer una tabla rasa y que se vayan todos y qué sé yo, como si eso fuera la razón, no las elecciones, perdón, una reforma, ¿no?
Pero ya estamos en lo que sigue, es normal, estamos en tiempos muy vertiginosos, pero corremos el riesgo de no detenernos a reflexionar cómo fue posible esta elección.
Aquí he puesto algunos elementos, hay muchos otros, pero creo que el dato más relevante es, sobre todo de cara a una eventual reforma, analizar qué funcionó y qué no funcionó, porque corremos el riesgo en esta vertiginosidad de hacer lo que está ocurriendo en muchos lados, no hay una pausa, no hay un momento de reflexión, de interacción, de construcción de consensos, esto es como una…, algo que nos avasalla en los tiempos, ya es muy tarde, vámonos, lo que sea, la reforma, saquen la reforma como sea y en lo que sea.
Por cierto, antes de la reforma electoral hay otras reformas más importantes, incluso en lo electoral, antes de la gran reforma electoral. Hace unos días se quejaban de nuevo con una virulencia y por cierto, aquí quiero aprovechar, hubo un senador que se confundió y que me equiparó y luego dijo que éramos lo mismo con Pepe Woldenberg, colega de todos nosotros aquí, bueno, en fin, punto de referencia, queriendo descalificar, “es el INE José Woldenberg, ¿no?, ¿cómo se llama? Lorenzo Córdoba, son lo mismo”.
Bueno, aquí quiero hacer un agradecimiento público que alguien me compare con Pepe Woldenberg para mí es motivo de mucha distinción, por cierto, pero ese es el tipo de debate.
Es decir, ¿y por qué? Porque el INE tiene que sacar los lineamientos ahora que estamos pensando en la Revocación de Mandato, ¿no?, ya sacó los lineamientos de la Revocación de Mandato y yo sigo insistiendo, era indispensable si queríamos lograr fundamentar el presupuesto y además ya desde hoy hay una serie de actividades que se están haciendo para que si así lo hiciere la ciudadanía, pueda llevarse a cabo, efectivamente, la Revocación de Mandato y no estemos en una imposibilidad material para hacerlo.
Por cierto, si alguien se retrasó fue el legislativo, más de 430 días de retraso.
Dicho eso, hay otras prioridades, ahí está la ley de Revocación de Mandato que entiendo que afortunadamente la van a sacar muy pronto; la ley de reelección, este debate yo ya lo había escuchado, no sé si se acuerdan ustedes en diciembre pasado el INE tuvo que fijar las reglas de la reelección, la primera reelección de diputadas y diputados en la elección pasada, porque el Congreso se había tardado 12 años en sacarla.
Es decir, hay muchos otros pendientes legislativos que deberían atenderse ates de andar pensando en una reforma electoral, y si hay una reforma electoral que mejore lo que hoy tenemos, qué bueno, pero se necesitan diagnósticos.
Dicho eso, qué bueno que estemos reflexionando sobre la elección porque lo que decía ahora Fernando, cómo pudo sacarse esta elección y valorar lo que tenemos en términos de sistema electoral, de la construcción institucional, es también una manera de reconocer de dónde venimos y lo que nos ha costado llegar acá.
Si hoy tenemos una elección que se ha vuelto, por cierto, desde el punto técnico es la mejor elección que hayamos organizado en la historia democrática del país; desde el punto de vista sanitario ya es un objeto de estudio a nivel internacional. Hoy el INE está recibiendo invitaciones para tratar, digamos, ya es una de las elecciones de los ejemplos de cómo se deben hacer elecciones en tiempos de pandemia.
Bueno, si esto es así es porque ha habido una historia detrás.
Decía Fernando, es un servicio profesional electoral, sin lugar a dudas, pero hablar de esta elección también es un buen pretexto para hablar todo lo que nos ha costado llegar hasta donde hoy estamos porque, perdón, y sí, aquí voy a hacer, si me permite Rosa María también la publicidad de un texto que acaba de publicar con un colega, profesor de Ciencias Políticas, Ernesto Núñez, porque la democracia no se construyó en un día.
Y lo que pudimos tener, digamos, en temas de calidad de una elección como la del 6 de junio es producto de esa larga evolución que vale la pena tomar en cuenta para mirar hacia adelante, porque si no corremos el riesgo, como suele decirse, de tirar el agua sucia con todo y niño.
Segunda nota, y perdón que me extienda, a propósito de lo que decía tanto Fernando como Rosa María hablando de la pluralidad, de la diversidad y demás, creo que ése es el gran tema sobre el que no hay que bajar la guardia, y es uno de los grandes riesgos, yo lo señalada en mi presentación, pero creo el énfasis que están haciendo ustedes es muy pertinente, que enfrentan las democracias en todo el mundo.
Los contextos de polarización, pero no solo de polarización, es que, vuelvo a insistir, la polarización siempre ha existido, la mentira siempre ha existido, ¿por qué hoy es tan relevante hablar de la polarización y hablar de la mentira? Porque hoy están teniendo, por las circunstancias actuales, un potencial nocivo y disruptivo para la continuidad, digámoslo así, la estabilidad, la gobernabilidad democrática de nuestras sociedades que nunca antes habían tenido en la historia.
Y es que hoy hay que ver qué es lo que está nutriendo esa polarización, que por cierto, como toda polarización, acaba volviéndose una negación del pluralismo y de la diversidad, porque donde tú polarizas no hay más que de dos sopas: buenos y malos, los que están conmigo y los que están contra mí; los que están en favor de la historia y los que están en contra, en fin, como lo quieran frasear, modos hay muchos. Lamentablemente ha habido más de 100 años de construcción, digámoslo así, de lógicas y discursos polarizantes, siempre ha habido en la historia, pero nunca como los últimos 10 años y vale la pena de nuevo estudiarlos.
Y es que hoy la polarización está nutriéndose de los peores incentivos, está nutriéndose de los valores antidemocráticos por excelencia, está nutriéndose de los nativismos, está nutriéndose de los creacionismos, está nutriéndose hasta de los terraplanísmos si queremos ponerlo en plan excesivo, pero hasta de eso, es decir, la anti-ilustración, la emoción y no la razón. Están nutriéndose de neonacionalismos, están nutriéndose de exclusivismos.
Es decir, los peores ismos que han nutrido digámoslo así, las pulsiones antidemocráticas de la historia hoy están presentes y están presentes como una negación de la diversidad del pluralismo que caracteriza a las sociedades modernas.
El fenómeno de la migración, vean ustedes buena parte de la discusión ahora en Alemania que están a punto, digamos, de entrar en un nuevo ciclo de redefinición del gobierno que van a elecciones y la Merker que ya no se presenta, en fin.
Bueno, el tema de la migración es un tema central, bien lo que está pasando en nuestro país, qué bueno que estemos recibiendo, después de la catástrofe que acaba de ocurrir en Afganistán, que estemos recibiendo, digámoslo así, ojalá y que están llevando equipos de robótica, gran cosa.
Qué bueno que estemos recibiendo periodistas, pero lamentablemente hay otros desplazados a los que están también paradójicamente presentando las peores imágenes, digámoslo así, imágenes que son inaceptables en un contexto de democracia constitucional. De los desplazados centroamericanos, en fin.
¿Qué es lo que estoy diciendo?
Ese es el mundo en el que vivimos y como nunca este mundo, se hablaba de la riqueza y se hablaba de la desigualdad, lo planteaba como garante, pero como nunca este mundo es plural y diverso, nunca antes en la historia de la humanidad había habido tanta diversidad, tanto pluralismo político, étnico conviviendo en los mismos espacios.
Y la única forma que ha inventado la humanidad para que eso pueda gobernarse con respeto a los derechos de todas y todos, es la democracia.
Por eso un discurso que hace énfasis en la distinción, en la negación eventualmente del otro, en el descrédito del de enfrente, es invariablemente un discurso antidemocrático y entra en crisis con las nuevas realidades sociales, en fin.
Creo que esta discusión tendrá que seguirse dando, es muy rica, es un problema global, no es un problema de México, es un problema de todos los países, pero en medio de esta globalidad lamentable de problemas, México también forma parte de esa discusión. En México también estamos padeciendo esos problemas y creo que, desde ese punto de vista, lo único que no podemos hacer es dejarnos vencer o dejar, digámoslo así, de reflexionar sobre los mismos y dejarnos vencer por esa dinámica tan vertiginosa, como decía, pues vivimos en el día a día contemporáneo.
Sofía Ramírez: Muchísimas gracias, doctor.
Y, bueno, doctor Castañeda, ¿gusta comentar algo adicional?
Fernando Castañeda Sabido: No, yo estoy de acuerdo con lo que dice Lorenzo.
Yo creo que es muy importante hacer la defensa de la democracia. Como ya lo había mencionado antes, o sea, estas concepciones que explicó muy bien Lorenzo son terriblemente amenazantes y peligrosas en todos los sentidos.
Un dato así, un ejemplo, en algún momento cuando estuvieron los movimientos feministas muy intensos, poco antes de la pandemia, el Presidente dijo: Es que todo eso va en lo mismo. Nunca entendió ni entiende lo que es un movimiento feminista.
Según él su proyecto iba por la liberación de todos, porque él se quejaba. A todos les iba a tocar.
Es esta idea del pueblo como una sola unidad indivisible, donde la emancipación del pueblo es la emancipación del mundo.
Pues es la incomprensión completa de una sociedad plural lo que la intolerancia con respecto a los movimientos feministas es un ejemplo de lo que está diciendo Lorenzo. Además de las migraciones, las cuestiones étnicas, en fin.
Yo creo que el tema de las mujeres está ejemplificando la incapacidad de una concepción así de la política, de poder reconocer la especificidad y la particularidad del movimiento como es.
Eso es lo que yo añadiría nada más.
Rosa María Mirón Lince: Y como ese movimiento, Fernando, yo creo que es importante también recordar, ahora sí que recordar la historia. Eso que tanto le gusta al Presidente, recordar la historia.
Pero en este paraguas, esta hegemonía ideológica que ya se vivió en esta país, la época priista hacía eso, era un país monocolor, bueno, tricolor, todos éramos, todo cabía en la revolución institucionalizada, todo cabía en ese partido, y sí, hubo distintas formas de irlo sobrellevando, pero claramente y eso fue lo que vivimos, ése fue el proceso justamente de democratización que empezó desde los 70, hace ya muchos años y que ahora no se reconoce, las especificidades, las particularidades y las diferencias.
Lo que es verdaderamente triste, creo yo y muy, muy preocupante es que la discusión hoy en día, en esos niveles no se da con razones, ni con argumentos, si no con sentencias, son sentencias y son verdades absolutas frente a las cuales ésta, yo soy la verdad, entonces, bueno ya de entrada los argumentos que el resto del mundo pueda presentar, no importan, porque yo soy lo que decías tú, ¿no?, yo soy la voz del pueblo, el pueblo es bueno y sabio, y su referencia soy solo yo, yo soy el único que puede transmitir esa voluntad y ese sentir.
Y claramente, ese pueblo tricolor que ya conocimos, no es cierto, no es igual, no eran iguales los campesinos de la CNC y los obreros de la CTM, y los burócratas, no eran lo mismo esos priistas, estaban dominados, o estaban controlados, estaban homologados.
Afortunadamente ya no es esa la situación que tenemos, la probabilidad es difícil aceptarlo, claro que es difícil, es decir, bueno no coincido, te respeto, no coincido, pero también el derecho a manifestarse, eso creo yo que es muy importante, hacer valer los argumentos y eso siento yo que nos toca desde la academia, justamente hacer valer las razones y los argumentos distintos frente a un esquema que pareciera tener una voluntad totalitaria absolutista, de verdad, muy preocupante, no es eso lo que este país ha sido y no es ahí donde cabe este país, se puede poner esa cortina y tratar de homologar, pero claramente eso tiene repercusiones gravísimas y están las mujeres como muchos otros movimientos de la sociedad civil, desde luego y también agrupados en los partidos políticos o en otro tipo de asociaciones de políticas también.
Hay que dar espacio para eso, y esto creo yo que es lo que tenemos que promover, que surjan estos espacios de reflexión para que dé paso a la participación de la ciudadanía; una ciudadanía por lo demás mucho más interesada, mucho más informada, mucho más activa, los jóvenes de ahora tienen una gran cantidad de recursos para manifestarse y para hacerse presentes, no en la vía tradicional y entonces sí es muy difícil que se pretenda regresar al México de los 70, eso es imposible, este país ya no va, ya no da para eso, afortunadamente.
Sofía Ramírez: Muchísimas gracias, doctora, por su intervención, a cada uno y a cada una de ustedes.
Y bueno, justamente antes de concluir con esta Conferencia Magistral, no sé si alguien más tiene un comentario adicional que agregar, ¿no?, okey, perfecto.
Muchísimas gracias a todos y todas por habernos acompañado.
Agradezco nuevamente a quienes conformaron esta mesa, al Consejero Presidente del INE el doctor Lorenzo Córdova; al doctor Fernando Castañeda Sabido, Presidente del Comité Académico de la Cátedra Madero y, sobre todo, a la doctora Rosa María Mirón por haber organizado este tan relevante Seminario.
Y por supuesto a nuestro público, muchísimas gracias por estar una vez más con nosotros.
Y les invito a que sigan esta serie de videoconferencias, a continuación tendremos, a las 11:00 de la mañana, la inauguración del Seminario de los Estados 2021, a través del Facebook de todas las instituciones convocantes, que son: la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; la Cátedra Madero; el Centro de Estudios Políticos y, por supuesto, el Instituto Electoral de la Ciudad de México.
Muchísimas gracias, y que todos y todas tengan un muy buen día.
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