Versión estenográfica del Índice de Desarrollo Democrático en México 10 años: Evaluación y retos de la democracia

Escrito por: INE
Tema: Democracia

Presentadora: Muy buenos días a todas y a todos. 

Esta es una sala de Zoom con formato Webinar, cámaras y micrófonos permanecerán apagados en todo momento.

A nombre de la fundación Konrad Adenauer, el Instituto Nacional Electoral, PoliLat, el Centro de Estudios Políticos y Sociales y la Unión Social de Empresarios de México, les damos la más cordial bienvenida a la presentación oficial del IDD-Mex, 10 años de evolución y retos de la democracia.

Agradecemos a quienes siguen la transmisión de este evento a través de las áreas sociales de Fundación Konrad Adenauer, Facebook, Twitter y YouTube. 

(Inicia Video)

En las últimas décadas hemos visto avances importantes en el desarrollo democrático de México, elecciones libres, libertades civiles y políticas, modernización de instituciones y leyes. 

Sin embargo, aún hay retos desafiantes para lograr más y mejor democracia: desigualdad, baja participación política, clima de inseguridad. 

Para lograrlo es importante contar con: ciudadanos comprometidos, instituciones sólidas, desarrollo social y humanos, desarrollo económico.

El Índice de Desarrollo Democrático es un punto de partida hacia un camino de mejoras, ya que evalúa y mide con datos verificables, en los 32 estados de la República, a través de cuatro dimensiones: democracia de los ciudadanos, democracia de las instituciones, democracia social, democracia económica, que miden 22 indicadores principales y 25 indicadores secundarios, por medio de datos objetivos y encuestas de opinión pública, información con la que podemos reconocer fortalezas y debilidades, contar con los indicadores adecuados y observar la evolución y tendencias de mejora continua, la cual es útil para la sociedad civil, los gobiernos, legisladores y funcionarios públicos, la iniciativa privada, el sector académico.

El IDD-Mex es un instrumento para todos, que ayuda en el diagnóstico, proyección y planificación de proyectos y políticas públicas. 

Conoce más del desarrollo democrático en www.idd-mex.org

Compara los resultados de tu estado y participa. 

Construyamos juntas y juntos la democracia. 

(Concluye Video)

Presentadora: A continuación, el representante en México de la Fundación Konrad Adenauer, el ingeniero Hans Blomeier nos dará unas palabras de bienvenida. 

Director de la Fundación Konrad Adenauer en México, Hans Blomeier: Muy buenos días, amigas y amigos.

Es un gusto saludarlos y darles la bienvenida a esta presentación de los 10 años del Índice de Desarrollo Democrático en México. 

Saludo con afecto y aprecio su presencia en esta presentación a nuestros socios en la persona de Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral.

Lorenzo, gracias por estar aquí presente en esta importante oportunidad, a Arturo Germán, Presidente del CEPOS y a Eugenio Cárdenas, Presidente de la Confederación.

Muchísimas gracias, queridos amigos, queridos socios, en este proyecto.

Y por supuesto, saludo también a mi amigo Jorge Arias desde Buenos Aires, Argentina, autor y master mind detrás de este proyecto de los 10 años de IDD-Mex.

Este índice es el resultado de un esfuerzo interinstitucional, iniciado hace 10 años, en el año 2010, y que se desarrolla con el compromiso, la dedicación y el esfuerzo de estas diferentes instituciones, tanto públicas como privadas, como son la consultora PoliLat, el Instituto Nacional Electoral, el Centro de Estudio Político y Sociales (CEPOS), la Confederación USEM, y la Fundación Konrad Adenauer.

Esta conmemoración de los 10 años del IDD-Mex contiene datos e indicadores ya plasmados en esas ediciones anteriores, y así esta obra sigue siendo la colaboración de los socios de este gran proyecto a quienes aprovecho para agradecer este esfuerzo, esta continuidad, esta dedicación en cada paso de estos 10 años del IDD-Mex.

Y además, las actividades de debate, discusión, análisis y generación de propuestas en torno al estudio.

El proyecto IDD-Mex pretende, sobre todo, ser una herramienta para ayudar a las y los mexicanos, tanto, dirigentes políticos, funcionarios públicos, organizaciones de la sociedad civil, y en última instancia, ciudadanas y ciudadanos mexicanos a contar con un acceso a indicadores sobre el estudio democrático en cada uno de los 32 estados de México.

Han sido 10 años de enormes esfuerzos por parte de nuestros socios y las personas que elaboran en las instituciones que conforman este IDD-Mex; la investigación tanto cuantitativa como cualitativa que hemos consolidado en 10 años nos permite hacer este primer corte de caja para reflexionar sobre el desarrollo democrático en los 32 estados federados que hemos podido observar en estos años, sus retos, sus desafíos, sus aciertos, pero también sus pendientes.

También quisiera resaltar y un espacial agradecimiento a las y los ciudadanos mexicanos, quienes son los protagonistas de esta democracia mexicana.

A lo largo de 10 años hemos podido registrar sus opiniones y percepciones, sus dudas, sus preguntas a través de las encuestas nacionales que son parte de este estudio.

Estas encuestas permitieron una opinión libre sobre las condiciones en las cuales se desarrolla esa democracia en cada uno de los 32 estados, sumando así esa percepción ciudadana a los datos duros de la calidad democrática de las instituciones y los resultados de las políticas públicas correspondientes.

Esta afirmación parte de la convicción que la democracia no es solo un sistema de gobierno, y mucho menos solo un proceso electoral por más importante que es, las elecciones son en un sistema democrático, es más bien a nuestra forma de ver un sistema político y una forma de vida y convivencia, en la cual intervienen instituciones y personas, tanto públicas como privadas en el marco de un Estado de derecho, cuyo objetivo es promover el desarrollo humano integral, económico y social mediante la construcción de una sociedad libre, democrática, con instituciones fuertes, independientes, representativas, transparentes, una sociedad civil organizada y participativa y, sobre todo, con ciudadanos democráticamente activos y responsables.

Este estudio sin embargo no puede verse solo con un compendio de datos que obtuvimos en los años anteriores, es más bien un análisis comprensivo y comparativo en el cual podemos tener una mirada crítica en retrospectiva para entender la tendencia democrática en cada uno de los 32 estados y así también permitirnos algún tipo de pronóstico de mirada hacia el futuro.

La coyuntura y la cotidianidad en ocasiones nos hace tener una memoria histórica algo corta, pero estudios como ésta nos dejan apreciar ese desarrollo democrático de México y percibir que ese México de hace 10 años es muy distinto al cual vivimos hoy, y así el IDD-Mex es también un aporte a la reflexión de las múltiples dimensiones que tiene esta democracia mexicana.

Las dinámicas políticas en cada uno de los 32 estados de la República se han desarrollado en forma muy distinta, justamente es a ese nivel estatal en donde el IDD-Mex ha focalizado su trabajo, a la fecha no existe otros estudio que analice y evalué el desarrollo democrático por entidad federativa.

En ese tenor el IDD-Mex de los 10 años recaba los datos por identidad y le ofrece esa mirada histórica al desarrollo, y esto nos ayuda a entender las grandes diferencias en las tendencias de desarrollo democráticos justamente entre los diversos estados.

Lo que no cambia, sino más bien se afirma, es la certeza que la construcción de una democracia sólida es un proceso permanente, no necesariamente lineal y que va a estar siempre afectado por las buenas o malas prácticas de sus actores institucionales y personales, por factores externos e internos, pero sobre todo por la conducta de los ciudadanos.

Respetando el esquema del estudio por dimensiones, el IDD-Mex desglosa los datos de la década y finalmente también ofrece esa mirada hacia el futuro, ¿cómo nos imaginamos ese desarrollo democrático? Qué necesitamos para avanzar en ese desarrollo democrático más pleno, son alguna de las dudas que también discutiremos en la presentación de hoy.

Ésta es la importancia, es la esencia, es el aporte de este estudio, queremos ofrecer a las y los ciudadanos una herramienta que invite a reflexionar, analizar el camino recorrido de la democracia en estos 10 años. Entonces, comprendiendo aciertos y desaciertos perfectos y desperfectos, se pueden generar políticas públicas que encaminen a México a un desarrollo democrático más pleno, con más y mejor democracia.

No quiero adelantarme a los resultados específicos, esto lo hará después el director de PoliLat, Jorge Arias, al cual y a todo su equipo dicho sea de paso le agradezco el profesionalismo, la perseverancia y la enorme capacidad de investigación que son elementos claves para la calidad de este trabajo.

El IDD-Mex pretende ser una guía para que esta dedicación también apunte al fortalecimiento y al mejoramiento constante del sistema democrático, ése es el deseo, eso es lo que nos impulsa a participar en esta iniciativa y por eso nuevamente agradeciendo a las instituciones sin cuyo aporte esto no sería posible, agradezco también a toda nuestra audiencia que nos sigue y nos ha estado siguiendo en los últimos 10 años en cada una de las presentaciones para que todos juntos sigamos trabajando con ese anhelo de más y mejor democracia.

Muchas gracias.

Presentadora: Ahora, daremos paso a la presentación del estudio, de la mano del licenciado Jorge Arias, Director de PoliLat y autor principal de esta obra.

Director de PoliLat y Autor principal del IDD-Mex, Jorge Arias: Muchísimas gracias, Grecia.

Muy buenos días a todos.

Muchísimas gracias a todas las instituciones que nos acompañan en este foro hoy, las autoridades que nos acompañan hoy en este panel tan importante.

El camino de la democracia es una travesía permanente para las naciones, es un camino que los países inician cuando sus pueblos e instituciones toman la decisión de construir un sistema en el que la lucha por el poder estará definida en el marco de leyes, y en el que la voz, la participación y la elección de los ciudadanos asumen el papel protagónico.

A partir de ahí, empieza un trayecto cuyos matices dependerán de la cultura, las circunstancias, los desafíos y las realidades particulares, e incluso de cada realidad regional al interior del plano nacional.

Como bien comentaba Hans Blomeier, el IDD-Mex es un esfuerzo para tratar de objetivar las relaciones al interior de la democracia, en particular cuando hablamos del IDD-Mex estamos hablando de la realidad de las 32 entidades que conforman la realidad federativa del país.

Pero a su vez, México, al igual que otras democracias en el mundo tanto en países de primer mundo, de lo que llamamos el primer mundo como países intermedios en lo que es a su desarrollo, y donde no hay una etapa de enormes retos en relación con sus democracias.

La democracia que tenía históricamente una agenda de una manera fácil de establecer y de correlacionar, desde el punto de vista de sus gobernantes y de los estados en relación con la ciudadanía, se ha ido complejizando, la falta de confianza en el otro y en las construcciones colectivas, un signo de estos tiempos a nivel global; la crisis de la representación política y de los mecanismos de representación que genera, casi inevitablemente, una desconexión entre la política y la ciudadanía; el deterioro en el funcionamiento y en el diseño de las instituciones públicas para atender esas complejidades; la supremacía de los poderes ejecutivos que en general se lleva a excesos de poder, y por otro lado la judicialización de la política, pero también la politización de la justicia que trae costos al funcionamiento de la democracia prácticamente en todo el mundo.

Particularmente nuestra región, que es el tema de estudio para nosotros, América Latina no logra ni alto desarrollo ni procesos de integración virtuosos, cuestiones que caracterizan a otras regiones un poco más avanzadas en su desarrollo democracia, presenta una agenda política de problemas estructurales que están más vinculados al atraso que al progreso y el de desarrollo tecnológico y económico. 

La violencia, el narcotráfico, la pobreza, la desigualdad junto a la debilidad institucional que caracterizan a nuestras democracias conforman un ramillete básico de problemas, pero también de oportunidades para una mejor democracia. 

Vamos a repasar lo que han sido los resultados a partir de un grupo de indicadores seleccionados un poco arbitrariamente para medir devolución de estos 10 años de la democracia en el caso de México.

Iniciamos con la primera dimensión que medimos en nuestro Índice de Desarrollo Democrático, lo que denominados democracia de los ciudadanos que no es otra cosa que evaluar cuál es el comportamiento de ciudadanos y de las reglas de funcionamiento de la democracia en lo que hace a derechos, a libertades, el clima de derechos y libertades y de participación que caracteriza a cada democracia, en este caso en cada uno de los territorios, de los 32 territorios federales del país. 

El promedio de esta dimensión oscilaba entre los cuatro mil 400 y los seis mil 200 puntos. Si ustedes observan nuestra metodología, la escala en la que medimos cada indicador, el índice de cada dimensión y el índice definitivo está entre cero y 10 mil puntos. Esta dimensión oscilaba entre cuatro mil 400 y seis mil 200 puntos.

El mejor periodo se dio entre los años 2015 y 2018. 

El promedio del 2020 es muy similar al del 2011, o sea, que estamos en una evolución en todo el periodo que no ha sido favorable.

El respeto de los derechos políticos ha variado entre tres mil 400 y seis mil 100 puntos. 

El año 2020 ha sido el más bajo de la serie, o sea, que en este indicador en particular la evolución ha sido negativa. 

En lo que hace al respeto de las libertades civiles ha oscilado entre los cuatro mil y los seis mil 800 puntos. 

En el 2020 se observa también el mayor descenso.

En lo que hace a participación ciudadana, otro indicador importante, no existe democracia sin ciudadanos participativos, comprometidos con el funcionamiento de la democracia, el promedio ha estado entre los tres mil 900 y los tres mil 300 puntos.

Y otro elemento que afecta en forma negativa el clima de la democracia de los ciudadanos es el condicionamiento de libertades y derechos por inseguridad, o sea, todo aquello que termina afectando lo que determinan leyes, el marco legal en definitiva que nos otorga derechos y libertades, y lo termina afectando por el clima de inseguridad.

En definitiva, cuando los buenos ciudadanos se encierran tras las rejas y son los delincuentes los que disfrutan del espacio público.

Ese condicionamiento de libertad e inseguridad ha tenido un promedio alto, pero ese promedio sube particularmente por una cuestión metodológica, porque hay estados que tienen tal clima de violencia, tan grande que terminan beneficiando aquellos otros que tienen un clima de violencia menor. 

Aquí vemos la evolución gráfica de estas cuatro variables. 

En la parte superior se ubica, como decíamos la inseguridad, cuyo promedio sube por el bajo rendimiento de algunas instituciones, en un azul un poco más claro vemos la curva de libertades civiles y tiene algunas radiaciones para terminar por debajo de su punto inicial en el 2010, pero ha tenido puntos bastantes rescatables hasta por el 2014, 2015.

Siguiendo, vemos la curva de color rojo, derechos políticos que también ha tenido oscilaciones y tras un repunto en los años 2018 y 2019 ha caído fuertemente en el año 2020.

Y finalmente, vemos así en color naranja participación ciudadana que también ha tenido fluctuaciones y es la única curva que podríamos decir que termina con algún proceso ascendente en esta dimensión, sólo Campeche, Tabasco y Tlaxcala superan el promedio nacional simultáneamente en todas las variables que aquí analizamos, Guerrero, Michoacán y Tamaulipas son los únicos tres estados cuyas puntuaciones no alcanzaron los promedios nacionales en ninguna de las variables analizadas, ni en ninguno de los años evaluados en este informe.

Pasamos a la democracia de las instituciones, donde con un conjunto de indicadores evaluamos el funcionamiento de las instituciones que constituyen la democracia, derivado de autocontrol, el funcionamiento que tienen en relación con los, fundamentalmente con lo que denominamos en la academia accountability democrática, el grado de autocontrol de las democracias.

El promedio es el más bajo de las cuatro dimensiones, auxiliado entre los tres mil 200 y los cinco mil 400 puntos, el más bajo fue el del año 2018, el promedio del año 2020 es inferior al del inicio de esta medición en percepción de la corrupción, ha estado variando entre dos mil 900 y siete mil 300 puntos, pero el valor de 2020 es el peor de la serie a quien llama la atención para el funcionamiento de las instituciones y su transparencia.

La libertad de prensa oscilada entre tres mil 600 y siete mil 700 puntos, también lamentablemente aquí el valor más bajo corresponde al año 2020.

En desestabilización de la democracia se sitúa entre mil 700 y cuatro mil 700 puntos, o sea siempre por debajo de los cinco mil puntos que sería el promedio ideal entre cero y 10 mil, su valor más bajo sería registrado en el año 2018.

Avanzamos, la siguiente, observando gráficamente la evolución de estas curvas, vemos que ha habido una variación un poco más importante de lo que se observaba en la dimensión anterior, si empezamos por la curva que en la gráfica se ve de color rojo obscuro, libertad de prensa alcanzó su valor más alto en el año 2017, en alrededor de ocho mil puntos y desde así viene creciendo en picada para terminar el año 2020 por debajo de los cuatro mil puntos a nivel nacional.

En percepción de la corrupción, también tenemos una curva declinante, es la curva más obscura de color azul, que baja desde el 2010 hasta el año 2014 de 2015, de allí tiene un repunte importante hasta alcanzar un valor equivalente al de inicio en el año 2018, y así viene cayendo también estrepitosamente para ubicarse en el 2020 en torno a los tres mil puntos.

Con color naranja, observamos la curva de los promedios anuales del IDD-Mex entre 2010 y 2020 en desestabilización de la democracia, la de peor comportamiento entre estas tres variables.

Había tenido un repunte en el año 2013, desde allí cayó fuertemente también hasta el año 2018, donde tuvo un promedio por debajo de los dos mil puntos; repuntó por encima de los tres mil en el año 2019; y en el año 2020 vuelve a caer.

Solo Aguascalientes, Baja California Sur, Guanajuato, Hidalgo, Querétaro, Quintana Roo, Tlaxcala y Yucatán superan el promedio nacional en todas las variables aquí seleccionadas.

Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Sinaloa, por el contrario, son los estados cuyas puntuaciones nunca alcanzan el promedio nacional en toda la serie de 10 años.

En lo que hace a las dimensiones de resultados de la gestión democrática, o sea, aquellas que en definitiva terminan generando mejores o peores condiciones de vida para los ciudadanos, vamos a analizar la evolución de la democracia social y económica con un conjunto seleccionado de indicadores.

En hogares, bajo la línea de pobreza, hay un bajísimo promedio entre mil 653 y cero puntos, el mejor valor promedio lo registra Nuevo León; y el peor, Chiapas.

El coeficiente de desigualdad de ingresos también hay muchísima variación entre mil 750 puntos, y prácticamente los 10 mil. El mejor valor promedio corresponde a Baja California Sur; y el peor, a Guerrero en este caso.

(Falla de Transmisión)…50 puntos y ocho mil 850 puntos, el mayor valor promedio, y esto no es extraño, es para Ciudad de México; y el peor, para Guerrero.

Mención cada variable se toma contra el promedio nacional, entonces, el resultado final fue dar un valor positivo, si es que en ese estado el índice supera el promedio nacional, o negativo en el caso de aquellas entidades que no logran alcanzarlo por debajo del promedio nacional.

Y la máxima de 18 estados se había alcanzado en el año 2011.

En valor más bajo recibido por un estado se dio en el año 2019 con menos dos mil 613 puntos, o sea, dos mil 613 puntos por debajo del promedio nacional; y la mejor puntuación de 2018 con tres mil cinco puntos por encima del promedio nacional. 

En democracia económica, la cantidad de estados con puntuación negativa tuvo su mínimo también en 2011 con 14 estados y su máximo se registraba en 2014 con 17 estados que no lograban alcanzar el promedio nacional. 

La puntuación más baja es de menos tres mil 436 puntos en 2019 y la de mejor se había registrado en el primer año (falla de transmisión) puntos por encima del promedio nacional. 

El estado que obtuvo el valor más alto promedio en las cuatro variables en la década, tampoco extraña esto, es Ciudad de México que es una especie de enclave europeo en territorio mexicano en lo que hace a sus indicadores sociales y económicos, y el más bajo tampoco extraña demasiado, es el que corresponde a Gurrero. 

Vemos aquí la (falla de transmisión) de los promedios de las cuatro variables analizadas, el que alcanza el promedio superior es el de desigualdad que hay estados que tienen una enorme desigualdad y como pasa con la violencia, esto ocurre también en pobreza y en desigualdad, hay estados que tiran muy hacia abajo el promedio con lo cual estados que tienen un comportamiento medianamente bueno, se colocan bastante por encima del promedio. 

Bueno, así están esas dos variables, la azul desigualdad y naranja pobreza, que tienen este comportamiento. 

Y per cápita tiene un valor bajo, en general por debajo de los tres mil puntos, salvo en la serie que va de 2017 a 2019 que superaba y vuelve a caer a los tres mil puntos en el año 2020. 

En lo que hace a autonomía financiera, también hay un promedio nacional muy, muy bajo, salvo el periodo 2012-2013, donde se superaron los tres mil, o sea, el nivel de mínimo desarrollo en nuestra medición, el resto de los años siempre estuvo entre los mil 500, mil puntos alcanzó en realidad en el 2011 el promedio nacional, solo subió por encima de los tres mil en 2012 y en todo el resto de la serie está por debajo de los tres mil puntos.

Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, Sonora y Tamaulipas, superan el promedio nacional en todas las variables. 

Chiapas, Durango, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, demasiados números de estados no alcanzan el valor promedio nacional prácticamente en ningún indicador de resultados de la gestión democrática, lo cual es fuertemente preocupante.

¿Cuáles son los retos que identificamos en democracia de los ciudadanos, en derechos, libertades y participación?

Es necesario consolidar la participación ciudadana, transformar el sistema de justicia, construir una cultura política que reconozca el derecho de todas las personas a la libertad de expresión, asamblea, asociación, revertir el avance del crimen organizado y del clima de violencia institucional, política y social, evitar la polarización y la división artificial de los mexicanos, asegurar la equidad de género y de oportunidades, acelerar la inclusión social, económica y política de los sectores excluidos.

En cuestiones institucionales necesitamos adaptar con agilidad los procesos a los desafíos de los nuevos tiempos, eliminar todo tipo de amenazas contra la función periodística, avanzar en el combate a la corrupción, prevenir el riesgo de movimientos de desestabilización, desarrollar mejores prácticas democráticas más que nuevos modelos institucionales, lograr que las instituciones básicas funcionen, se respete su autonomía y se controlen adecuadamente, favorecer el diálogo y la tolerancia.

En lo que hace a desarrollo social, necesitamos combatir con eficacia la pobreza que ha sido agravada por la pandemia y asumirlo como un compromiso colectivo; proyectar y desplegar un sistema federal de educación que asegure igual dé acceso a la escuela y a la infraestructura tecnológica en todo el territorio la cuestión tecnología se ha puesto en evidencia, sobre todo a partir de la crisis que genera la pandemia, esa desigualdad es una nueva generadora de mayores desigualdades a lo largo y a lo ancho del territorio del país; lograr una efectiva cobertura universal en salud con un sistema federal integra, que resuelva también las desigualdades que se han puesto en evidencia también por la pandemia.

En lo que hace a desarrollo económico, los retos son: aprovechar la integración económica global y el avance de economía digital que generó la pandemia y la pospandemia en beneficio en la mayor igualdad de los ingresos, generando un plan nacional por la equidad, con acuerdos intersectoriales que premien conductas económicas y sociales más equitativas, y al mismo tiempo impidan abusos; lograr la concurrencia de políticas públicas acertadas con el esfuerzo de inversores emprendedores y el estado, para acelerar el desarrollo económico pospandemia; asegurar el proceso de autonomía económica y financiera de los estados; integrar un sistema impositivo y presupuestario que sea más efectivo, más ágil y útil en beneficio de la ciudadanía y de un desarrollo federal equitativo.

Estos son sucintamente los desafíos que analizamos en este informe y que han sido puestos, por todas las entidades que conforman este trabajo, en un capítulo con recomendaciones para un plan de desarrollo a futuro para la democracia de México.

Obviamente el proceso de construcción de la democracia es un proceso colectivo, complejo, no depende solo de las autoridades, tampoco solo de la ciudadanía, los dirigentes tanto políticos, económicos, y sociales tienen una gran responsabilidad para ello y como nos preguntamos en nuestro informe, seremos capaces de ser mejores ciudadanos y desarrollar mayor empatía con el otro, con aquel semejante que necesitamos para construir una sociedad mejor.

Tendremos dirigentes que aprovecharon este tiempo de introspección de la pandemia para actuar ahora concentrados en la recuperación con equidad. Podremos establecer mejores instituciones políticas, sociales y económicas.

La pandemia nos ha hecho distintos y mejores, la reingeniería personal derivado de este proceso ha sido virtuosa, haremos una mejor democracia, hay una enorme oportunidad y esperamos que seamos capaces de tomarla.

Muchísimas gracias. 

Presentadora: Para continuar con esta presentación, los representantes de las instituciones que forman parte del IDD-Mex, nos compartirán sus reflexiones sobre el desarrollo democrático en México. 

Pido al licenciado Arturo Germán Belmont, Presidente del Centro de Estudios Políticos y Sociales, encender cámara y micrófono para escuchar su reflexión. 

Presidente del CEPOS, Arturo Germán Belmont: Buenos días a todos. 

Mi agradecimiento a la fundación Konrad Adenauer representada por Hans Blomeier, al Instituto Nacional Electoral, doctor Lorenzo Córdova Vianello; a la Confederación USEM representada por el ingeniero Eugenio Cárdenas; y a PoliLat representada por Jorge Arias. 

Además de agradecer en todo lo que vale a estas instituciones, por los 10 años de realización continua y promoción del Índice de Desarrollo Democrático, quiero destacar el hecho de que desde el año 2010 este estudio ha permitido a la sociedad mexicana conocer con objetividad y profundidad el desarrollo democrático de nuestro país, y ha permitido hacerlo con la contundencia que nos proporciona el uso cuidadoso de una metodología científica adecuada. 

Las reformas políticas legisladas en los años 90 del siglo pasado crearon los espacios jurídicos para la transición democrática que hoy vivimos en nuestro país y con ello abrieron los caminos para contar con un sistema electoral bien organizado y creíble.

Y asimismo, para la reforma y la creación de instituciones sociales autónomas al poder político.

El Informe IDD del año 2020, lo destaca este último punto diciendo, cito: 

“…la afirmación y consolidación de las instituciones de la democracia, resulta indispensable para que el clima de incertidumbre, derivado de la pandemia que vivimos no se traduzca en mayores daños al conjunto de la sociedad, particularmente a los sectores con menores recursos, vulnerables y excluidos que no tienen como escapar a los costos de este tipo de crisis.

Y sin embargo, aunque el desarrollo democrático de nuestro país está en marcha y ha logrado avances sustanciales, nuestra transición democrática, si así le queremos llamar tropieza aún con graves problemas a resolver en los últimos años en particular se han tomado decisiones políticas que cuestionan de alguna manera la idoneidad de nuestras instituciones electorales, así como la existencia y las atribuciones de gran parte de los organismos sociales autónomos.

Podemos decir que en los últimos dos o tres años, por contrapartida a la transición democrática se puede estar generando una regresión populista.

Como lo señala y explica el informe en comento, del año 2020, en el capítulo de resultados por dimensiones, el informe señala que una objetividad y conmensura, los temas en los que se ha denotado una regresión al 2019, esos temas en los que es notable la regresión, son, como se nos acaba de recordar el respeto a los derechos políticos, el respeto a las libertades civiles, la violencia de género, la exclusión de derechos y libertades a indígenas, y el condicionamiento de libertades y derechos por inseguridad.

Es nuestra realidad, el desarrollo democrático de este país tendrá que acelerar el paso sin conflictos ni denostaciones, pero sería ilógico e inexcusable que no señaláramos aquí los fenómenos políticos y sociales que se han convertido en obstáculos a superar para el verdadero desarrollo democrático de la Nación.

No podemos ignorarlo, el desarrollo democrático de nuestro país, tiene ahora nuevos retos políticos y sociales a superar, ahora más que nunca debemos fortalecer y apresurar el desarrollo democrático de nuestra nación, podemos corregir y revalorar algunos de nuestros supuestos, pero no podemos desandar el camino andado, creemos que México merece ser un país de libertades y de instituciones y además creemos que sí lo logrará, por eso agradezco profundamente a todos ustedes por su participación en este evento y por su fe inquebrantable en el México democrático y progresista que estamos construyendo entre todos.

Muchas gracias.

Presentadora: Agradecemos las palabras del licenciado Arturo Germán Belmont.

Ahora, escucharemos las reflexiones del ingeniero Eugenio Cárdenas Zaragoza, Presidente de la Confederación de la Unión Social de Empresarios de México.

Presidente de la USEM-UNIPAC México, Eugenio Cárdenas Zaragoza: Buenos días a todos.

Un fuerte saludo desde la perla tapatía en Guadalajara, Jalisco.

Jorge, qué gusto saludarte, te extrañamos por acá, ojalá pronto vengas a México otra vez, y respeto y admiración.

Lorenzo, muchas gracias, qué gusto conocerte, y ahora en este camino. Gracias por creer en México y por seguir defendiendo lo que en nosotros creemos: la democracia.

Asimismo, pues un gusto saludar a Arturo Germán de CEPOS, muchas gracias.

Y también con esto, decirte, Hans, que cuando hablas de socios, me ilusiona, me ilusiona, y sobre todo hace algo que la Fundación Konrad Adenauer y la Confederación USEM sigan buscando, desde hace muchos años, una economía social de mercado que nos permita ver de una manera con ilusión y con amor, lo que significa vivir en un país con democracia.

¿Por qué la democracia la vemos importante en la Confederación? Creemos que es un principio social, es un principio social donde respetemos los derechos y donde pongamos en una forma igualitaria el principio de unidad y de servicio al prójimo.

Por eso, festejamos estos 10 años y festejamos con alegría y agradecimiento, sobre todo porque hemos sido constantes, hemos sido arrebatadores de algo que muchas veces es difícil mantener, que es trabajar unidos.

Y ahora que nos vemos todos y que estamos buscando un mejor México, pues con más gusto que este tipo de eventos, este tipo de herramientas y este tipo de información sigan nutriendo la esperanza a todos aquellos que seguimos creyendo que el bienestar de los mexicanos es trabajando, y es trabajando para construir juntos un mejor mañana.

A nosotros nos gusta mucho en la USEM hablar de los principios de la doctrina social, y creemos en uno muy importante, que es la dignidad de la persona, y la dignidad de la persona está en que se le escuche, que se le aprecie, que se le tome en cuenta, y sobre todo, que pueda ejercer con libertad un voto, y un voto en lo que él decida.

Hoy en México hemos decidido algunos caminos y hemos respetado esos caminos, y por lo cual, la USEM, algo que ilusiona y sobre todo quiero seguir enfatizando, que seguimos creyendo en un México, un México con empleo, un empleo con dignidad, un empleo con un salario justo y, sobre todo, que podamos todos defender algo que nos cuesta día a día: llevar pan a casa.

Hoy día festejo también que hablemos de la familia, porque la familia es hablar también de la democracia, una familia donde empezamos cada uno de nosotros a tener tolerancia en cada una de las decisiones de los que la integramos.

Hoy México busca más que eso, tolerarnos, tolerarnos para construir algo que nuestra casa común, en esta casa que se nos ha prestado, y sobre todo, qué queremos ver para mañana y qué queremos ver para nuestros hijos.

Algo que me gusta enfatizar es hablar de empresas, y yo creo que esta empresa que estamos viviendo con el índice es una empresa que debemos de mantener, que debemos de aflorar y, sobre todo, que debemos de comunicar, que más personas la escuchen, que más personas la sientan, que más las personas se vean en ella.

Y ahorita que hablabas, Jorge, de cosas que sean, no nos es raro saber que existen estados que no han seguido avanzado, pues es ahí donde debemos de apremiar, es ahí donde debemos de apremiar porque ahí es donde están los pobres, estos pobres que hoy día nos están diciendo a día a día “escúchenos, no nos dejen, sigan con nosotros”.

Y aquí es donde yo creo que las empresas, y en este caso la USEM, hacen la diferencia junto con ustedes, en seguir creyendo, que no nos debe de quedar la menor duda que vamos por el camino correcto, por qué no festejar en algún tiempo, 15 o 20 años, pero que siga habiendo democracia.

Y por eso, Lorenzo, para mí es muy padre defender lo que tenemos a nuestro lado, que es el Instituto donde nosotros podemos ir cada vez en nuestro periodo a dictar lo que nosotros y cada uno creemos, que es defender nuestro voto; porque si no defendemos nuestro voto, no nos vamos a poder defender en un futuro.

Gracias a la Konrad Adenauer que sigue invirtiendo en México, que sigue invirtiendo en un país que sigue avanzando, y aunque nos hemos tropezado, pero nos tropezamos para adelante, nos tropezamos avanzando y caminando juntos.

No me resta más que agradecer a todos los mexicanos y agradecer, principalmente, a las personas que han tenido la caridad de que siga existiendo el Índice para que nosotros sigamos sobre él construyendo.

Muchas gracias, y que viva México, que viva la Konrad Adenauer, y que vivan todos y cada uno de los que creemos en la democracia.

Muchas gracias.

Presentadora: Agradecemos al ingeniero Eugenio Cárdenas Zaragoza por su importante reflexión.

A continuación, tenemos el honor de contar con la presencia del doctor Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del INE, para que nos otorgue unas palabras de reflexión sobre el IDD-Mex y la democracia en México.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias.

Es un verdadero placer poder participar esta mañana en la presentación de este Índice de Desarrollo Democrático, que en realidad, como ya se explicaba, es la mirada retrospectiva de los ejercicios que se han venido realizando a lo largo de una década.

Comienzo agradeciendo y felicitando a la Fundación Konrad Adenauer, una aliada, una entidad que es aliada estratégica del Instituto Nacional Electoral en ésta y muchas otras iniciativas desde hace mucho tiempo, me atrevería a decir, desde os tiempos del IFE, y en particular a Hans Blomeier su cercanía y la, insisto, la posibilidad de seguir tejiendo y construyendo juntos en favor de la democracia mexicana.

Agradezco también a los otros socios estratégicos que permitieron la realización pero, sobre todo, ahora la difusión de este Índice, del Centro de Estudios Políticos y Sociales, a su Presidente Arturo Germán, muchas gracias, y a la Unión Social de Empresarios de México, Eugenio, también es para mí un placer conocerte y, sobre todo, pues andar este camino que hoy con el Índice de Desarrollo Democrático concretamos.

Y finalmente, por supuesto a la Consultora PoliLat, a su Director Jorge Arias, muchas gracias, Jorge, por el análisis que acabas de presentarnos, y por supuesto por el procesamiento de los no pocos datos que además tiene la enorme virtud, como ya has presentado en tu presentación, de presentar un análisis a nivel subnacional, lo que nos permite hacer una comparación no solo entre regiones sino también entre estados, del estado de la democracia en nuestro país.

El Índice de Desarrollo Democrático de México refleja la evolución y la heterogeneidad en las condiciones de vida, en el desarrollo de la democracia, y en el ejercicio y diseño de políticas públicas locales de un país tan extenso y diverso como el nuestro.

Esta edición que analiza longitudinalmente de 2010 a 2020 el comportamiento de cada una de las dimensiones que integran el Índice de Desarrollo Democrático de México y los resultados relevantes de cada una de esas variables es una obra que faciliten, quienes se acerquen a ella, la interpretación de los cambios experimentados en este lapso, en dada entidad y a nivel nacional. 

Probablemente si se tuviera que obtener una gran, sacar una gran conclusión sobre esta edición de 10 años, me parece que sería que la vida pública y la convivencia social de nuestro país es heterogénea y evoluciona en cada entidad a ritmos diferentes. 

En algunas zonas del país las instituciones se perciben más fuertes, en otras el crimen organizado y la expansión de la violencia reflejan la debilidad del estado de derecho y hasta carencias económicas; en otras más el agua es lo que más preocupa y en otras la falta de infraestructura se muestra como una demanda que incide en la vida diaria.

En materia electoral la heterogeneidad de la vida democrática en el país refleja el efecto de dos décadas de un modelo electoral federalizado, el que prevaleció hasta el año de 2013 y que dejó en manos de la correlación de fuerzas políticas de cada entidad, la construcción de los acuerdos básicos para definir las reglas de la competencia electoral, las características de las autoridades electorales a nivel local y las herramientas para impulsar la participación de los ciudadanos en la vida pública. 

Sin embargo, es innegable que en los últimos 10 años la sociedad y el andamiaje de la democracia mexicana se transformaron significativamente al constituir un sistema nacional electoral en donde el INE hoy cumple el rol de ente rector de dicho sistema y que han evolucionado hacia la estandarización del ejercicio de derechos, y en general, de la democracia.

Sé que éste no es un objetivo del índice de desarrollo democrático, pero lo dejo como un dato para subrayar, justamente, lo que estoy mencionando.

El índice de alternancia, es decir, el grado de alternancia en las elecciones que se han llevado a cabo en los últimos siete años, incluyo las de este año de 2021, es el índice de alternancia más grande de nuestra historia, más alto de nuestra historia, que alcanza, sumando los datos, insisto, de esta elección 2021, un índice del orden, un grado de alternancia del orden del 73, 74 por ciento. 

Esto quiere decir que en México la posibilidad de que un partido que gana una elección, vuelva a ganar la elección siguiente, s de apenas de uno de cada cuatro posibilidades.

Por supuesto, lo decía Hans en su intervención, la democracia va mucho más allá de la mera dimensión electoral y el índice da cuenta de ello.

Sin embargo, también es cierto como decía Ortega y Gasset, que la democracia al final del día depende de ese mísero expediente técnico que son las elecciones. Sin elecciones democráticas todo lo demás deja de tener empaque y calidad democrática.

En suma, no quiero ser reduccionista, pero quiero simple y sencillamente poner sobre la mesa estos datos adicionales que no son menores.

Y si tenemos ese dato de alternancia, quiere decir que al menos en la dimensión electoral las condiciones básicas para ser democráticos, es decir, que existan las condiciones de equidad en la competencia, de garantía del voto libre, para que las y los ciudadanos puedan decidir con su voto si hay alternancia o no, pues están dadas en México, a pesar de que, insisto, como el índice lo refleja, en las otras dimensiones, digámoslo así, en la dimensión social, en la dimensión económica, en la dimensión del estado de derecho que son consustanciales para un sistema democrático, México no está tan bien como en la dimensión electoral, sino todo lo contrario. 

Y esto, por cierto, es una buena reflexión para, en los tiempos que corren, volver a señalar que de todas las dimensiones que supone la democracia, en donde mejor estamos, en donde mayor reconocimiento nacional e internacional tenemos, es año electoral.

Son las otras dimensiones de la democracia que podríamos frasear como las promesas incumplidas del proceso de transición a este régimen de gobierno, a la democracia, las que todavía presentan síntomas ominosos, son la pobreza, son la desigualdad, son la corrupción, la impunidad en suma, la fortaleza del estado de derecho, la violencia y la inseguridad en donde todavía tenemos mucho por hacer y en donde deberíamos, si logramos trascender esa especie de miopía que nos lleva una y otra vez o nos ha llevado una y otra vez en los últimos 30 años, a estar metido en esta noria electoral, a donde deberíamos enfocar nuestros esfuerzos.

Un par de ejemplos a propósito de los datos que, de lo que he señalado a propósito de los datos que el índice se nos presenta.

La población pasó de 112.3 millones en 2010 a 126 millones en 2020, 13.7 millones más y la dinámica demográfica modificó la pirámide poblacional, debido al incremento en las personas jóvenes, respecto del total nacional.

Se incorporaron a la Constitución las disposiciones relativas a los derechos humanos que fue un gran déficit de nuestra orden constitucional del Siglo XX.

La paridad pasó a ser un objetivo electoral, de un objetivo electoral a una obligación constitucional y transversal en todos los órdenes de la vida pública, se garantizó el derecho a la información de las y los ciudadanos, se consolidó el acceso a la información pública y la protección de datos personales, y se otorgó autonomía constitucional al INAI en esta etapa.

Por otro lado, la masificación en el uso de la telefonía celular, transformó la conversación pública, multiplicó las audiencias y su forma de informarse sobre los asuntos públicos y los medios digitales, incluidas las redes sociales, se convirtieron en herramientas de comunicación y difusión de la vida pública y privada.

Pero estos cambios no se han procesado de la misma manera, ni a la misma velocidad a nivel nacional y subnacional, esta heterogeneidad social se manifiesta en las diferentes percepciones sobre los principales problemas del país y en las condiciones para la competencia electoral.

En muchos sentidos, estos profundos cambios sociales y la heterogeneidad de la vida democrática es lo que explica que en 2014 se haya sustituido como mencione, el modelo electoral federal, por otro que en carácter nacional, con la finalidad de estandarizar las condiciones de las contiendas y fortalecer la autonomía e independencia de las autoridades electorales locales, es decir, dar, estandarizar las condiciones electorales en un contexto de profunda diferencias sociales económicas y de bienestar.

Es por ello que para el INE ha sido de gran utilidad los indicadores edición tras edición plantea el Índice de Desarrollo Democrático en México. 

Gracias a la suma de esfuerzos de empresarios, de especialistas, fundaciones internacionales e instituciones, esta obra proporciona una evolución sintetizada de los indicadores sobre el desarrollo en nuestra democracia, a través de tres dimensiones que permiten tener una óptica global del funcionamiento de la democracia por entidad y a nivel nacional, y por supuesto evaluar su comportamiento.

La construcción de índices comparables por entidad federativa y a nivel nacional, revela con gran precisión la forma en la que evolucionan tanto las políticas públicas por entidad, como la forma en que la sociedad percibe la vida pública, por ejemplo si comparamos el índice de desarrollo democrático de México con el índice de 2020, con el de 2014, podemos apreciar una evolución interesante de cómo ha impactado la evolución, la estandarización de las elecciones.

Y repito, perdónenme que me centre en esta dimensión específica, pero bueno, creo que es natural pensando en la misión constitucional del INE.

De 2014 a 2020, las entidades clasificadas como de alto índice de desarrollo democrático pasaron de cinco a 11, las entidades clasificadas como desarrollo medio disminuyeron de 16 a 11, producto de varias entidades ubicadas en este nivel que subieron al nivel, al grupo de alto desarrollo.

Las clasificadas como de nivel bajo disminuyeron de ocho a cuatro, y en contraparte, las entidades de mínimo índice de desarrollo democrático pasaron de tres a seis, lo cual es preocupante porque esto significa que así como algunas mejoraron, otras empeoraron.

Desde mi perspectiva, la evolución de la clasificación de las 32 entidades de 2014 a 2020 revela que nuestro país experimenta una evolución democrática que está polarizando los niveles del índice, ya que por un lado, se duplica el número de entidades con alto índice, y por el otro, también se duplican las entidades con mínimo desarrollo.

Esto habla de que el problema de la desigualdad en México está incrementándose.

Esta polarización, me parece, debería llamar la atención de autoridades y gobernantes, para evitar que las brechas se sigan ensanchando, y que las seis entidades clasificadas como de mínimo desarrollo hagan un diagnóstico preciso de sus fortaleces y de sus debilidades para evitar que las contradicciones y desigualdades de nuestras naciones se sigan exacerbando.

En este sentido, habría que reconocer que algo se hace bien en Yucatán, Aguascalientes, y ahora en Tlaxcala, para estar en los niveles de más índice de desarrollo democrático, y analizar cuidadosamente sus políticas públicas.

En cambio, en Guerrero, Morelos, Veracruz, Michoacán, Chiapas y Oaxaca, resulta urgente rediseñar diversas políticas públicas y hacer una amplia convocatoria para que actores públicos, económicos y sociales, más allá de emblemas de partido de filiaciones ideológicas se desean a sumar lo mejor de sí, para evitar que las condiciones de vida en sus entidades siga decayendo.

No me extiendo más destacando las ventajas de esta edición 2010-2020 del índice para los hacedores de políticas públicas y para los estudios de la democracia.

Y aunque quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el futuro de la democracia de cara al 2030, no lo voy a hacer, y permítanme simple y sencillamente concluir esta intervención inaugural, dedicándole unas reflexiones básicas a un tema coyuntural que podría, incluso, alterar cualquier escenario sobre el futuro de nuestra convivencia y clave democrática, y me refiero al tema de una eventual reforma electoral.

Sin duda, las reglas electorales son perfectibles, lo van a hacer siempre. Hay una máxima en el ámbito alemán, en la ciencia política alemana que dice que hay una reforma interminable y si hay alguna reforma interminable, ésa es la electoral.

Siempre hay cabida para mejora revisión de las reglas a partir del juego democrático, a partir de la intensa dinámica y de los nuevos desafíos que surgen año con año en la vida pública, en el ámbito del acceso al poder político.

Sin embargo, también es cierto que si algo ha caracterizado a nuestro país, así una construcción sedimentaria, paulatina, gradual de reglas electorales que han ido resolviendo distintos problemas a lo largo de nuestra evolución democrática.

Primero, un problema de inclusión y de incorporación del pluralismo político no solo a la arena electoral, sino también a los espacios de gobierno.

Después, la creación de normas claras, ciertas, precisas, que permitieran inyectar certeza en los resultados electorales.

Más tarde, la construcción de condiciones de equidad en la competencia, que me parece que subyace en el hecho de que en los últimos años todas las fuerzas políticas han ganado y perdido elecciones, es decir, condiciones de equidad que existen y hay que preservarlas.

Y finalmente, la gran mencionada lógica de estandarización y homogenización de los procesos electorales a nivel federal y local.

De cara a una eventual reforma electoral, valdría la pena identificar cuáles son las necesidades, las grandes necesidades y construir en torno a ella, los grandes arreglos democráticos que nos han permitido transitar en las últimas décadas.

De otro modo, si asumimos a la reforma electoral, simple y sencillamente desde la lógica de las filias y las fobias, de los momentos y coyunturas y no miramos lejos, podemos encausar un camino que resultaría a todas luces inconveniente, el camino de la regresión democrática; y muchos países, muchas experiencias de tiempos presentes y de tiempos pasados que aquí la Konrad Adenauer, me atrevo a decir, Hans que fue el resultado justamente de un propósito, de un compromiso de la sociedad alemana para que nunca más volviera a pasar lo que llegó a ocurrir en ese país, a principios de la primera mitad del siglo pasado, refleja la importancia de asumir que la democracia no solo camina en un sentido, sino puede implicar regresiones.

Y nos toca a todas y todos, con compromiso, con altitud de miras, defender lo que nos ha costado tanto tiempo construir y que hoy nos permite, por lo menos en la dimensión electoral, decir que el trabajo que hemos hecho ha sido un trabajo satisfactorio, que sin lugar a dudas tiene espacios para mejora, pero que, como suele decirse, si funciona no lo intentes reinventar porque puedes descomponerlo.

De cara a lo que viene, el Índice de Desarrollo Democrático desde este punto de vista, nos señala en dónde debería centrarse los auténticos esfuerzos en el contexto de gran diversidad y pluralismo político que caracteriza al país para tratar de resolver los verdaderos desafíos que me parece, el Índice de Desarrollo Democrático, nos permitiría que hoy conocemos, que hoy presentamos, nos permitiría sintetizar en lo siguiente:

Hay una promesa incumplida desde hace más de 100 años, una promesa de justicia social que fue la que provocó y motivó la Revolución Mexicana.

Hoy después de 100 años, con distintos tiempos, con distintos grados de avance como lo refleja el índice que hoy conocemos, sigue siendo, en términos generales, una promesa incumplida,

Centremos, pues, los esfuerzos de una sociedad vigorosa, plural y diversa como la mexicana, para resolverlos y no perdamos lo que afortunadamente hemos hecho bien.

Enfoquémonos en lo mucho que todavía tenemos que hacer.

Muchísimas gracias. 

Presentadora: Agradecemos la presencia de los representantes de todas las instituciones que conforman el IDD-Mex.

Les pedimos a todos los representantes que vuelvan a encender su cámara para dar pie a la fotografía oficial.

(Toma de fotografía)

Director de la Fundación Konrad Adenauer en México, Hans Blomeier: Bueno, muchísimas gracias a todos por estos comentarios, primero a Jorge por la presentación de los resultados.

Y aprovecho, también para agradecer a los equipos que no necesariamente están en cámara pero que hacen posible que este esfuerzo esté disponible hoy en día, los equipos en el INE que han estado trabajando codo a codo con nosotros, los equipos en el CEPO se lucen, y aquí la propia fundación. Y, por supuesto el equipo trabajando a distancia desde Buenos Aires de la mano de Jorge.

Esto es un esfuerzo de muchas personas que culmina hoy en su primera fase y aprovecho para también invitar desde ya, en los próximos 10 días vamos a hacer lo que hemos hecho con emisiones anteriores, respetando que este es una mirada federal y, por lo tanto, vamos a tener seis presentaciones y discusiones más en Sonora, Chihuahua, en el norte y en el centro del país, en Guanajuato, en Michoacán y luego en el sureste en Campeche y Chiapas.

Para tener no solo la presentación de resultados, sino también del debate, con autoridades, con dirigentes políticos, sociales en cada una de estas regiones para reflexionar y hacer lo que tanto Arturo como Pino y Lorenzo nos indicaba de que aquí, si bien ha habido un avance de la democracia importante en México, también hay tareas pendientes, y esas tareas pendientes se resuelven en la medida que se supere, justamente, lo que Lorenzo recordaba, esta polarización y estas brechas, porque son polarizaciones y brechas de múltiples características que son preocupantes. Y son preocupantes porque no son una característica solo de México.

Creo que es una característica que vemos en muchas democracias al rededor del mundo, en diferentes continentes esta polarización en lenguaje y las brechas en la realidad, que son las que ponen en jaque a la democracia.

Y, por supuesto, cuidar lo que se tiene.

Lorenzo, te agradezco el recordatorio histórico que, efectivamente, las democracias o los procesos democráticos son reversibles, no son irreversibles. La historia nos demuestra que son reversibles si no se cuidan. Si no se cuidan cumpliendo con las promesas, una promesa de 100 años es una promesa larga, pero está pendiente; y si no se cuidan sus instituciones.

Si bien, las personas hacen las instituciones, las instituciones van más allá de las personas, les dan estabilidad a los procesos.

Y vaya que es una historia exitosa el tránsito de México del IFE al INE, porque le ha dado certeza y le ha dado credibilidad a lo que no quería menospreciar a los procesos electorales, le ha dado esa credibilidad a la columna vertebral de un sistema democrático, que es el derecho y el deber de los ciudadanos de participar, por lo menos, en los procesos electorales.

Eso, efectivamente, hay que cuidarlo, hay que cuidar las reglas del juego, eso tiene que ver con la dimensión de estado de derecho en sus múltiples facetas, que son las famosas dos caras de la misma medalla, una democracia sin estado de derecho es tan imposible como un estado de derecho sin democracia.

Entonces, aquí también hay una enorme paridad por cumplir, así que les agradezco a todos ustedes estas reflexiones que en tono general, diría yo, apuntan a algo positivo, se ha podido avanzar y hay tareas pendientes pero hay instituciones y personas comprometidas con esa democracia y eso creo que es lo más importante de este mensaje, decir: miren, sigamos trabajando para que este México, estos 32 estados, cada uno de sus municipios siga caminado en ese proceso de alcanzar la democracia, cumplir con las promesas, cerrar las brechas de desigualdad que son la amenaza, creo yo, más preocupantes para este desarrollo democrático.

Cuidando la democracia se avanza en democracia, eso creo podría ser una especie de resumen de esta discusión.

Así que, muchísimas gracias a todos ustedes.

Gracias a los que nos han estado acompañando en esta presentación.

Y los invito a estas seis discusiones regionales, donde vamos a seguir profundizando esta reflexión.

Muchas gracias a todos.

Presentadora: Damos las gracias a las y los asistentes, y a quienes nos sintonizaron a través de las redes sociales.

A los medios les recordamos que la sala se habilitará al término de esta presentación. Estaremos atentos a su ingreso para comenzar nuestra rueda de Prensa.

Al público en general, los invitamos a seguir la Gira Representaciones Regionales del IDD-Mex, 10 años, y consultar el estudio en la página www.idd-mex.org.

Gracias por acompañarnos.

Construyamos juntas y juntos, la democracia.

-o0o-