Los derechos humanos de las mujeres y hombres se han ido reconociendo en cada nación del mundo a lo largo de los años sin distinción de raza, nacionalidad, sexo, origen étnico, edad, lengua, religión. Esto ha dado origen a uno de los grandes logros de las Naciones Unidas: una normativa internacional en torno a los derechos humanos, al establecer tesis universales que incorporan el derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad de opinión, de educación, de trabajo, de creencias, entre otras.
Por ello, la lamentable situación en el mundo árabe y, en particular en Afganistán, impone un posicionamiento en torno, justamente, a los derechos humanos.
La situación en Afganistán derivada de los movimientos armados de los talibanes que los ha llevado a reinstalarse por la fuerza en el poder, preocupa al mundo por las diversas repercusiones que implicaría en materia de derechos humanos, principalmente, para las mujeres y niñas; quienes ya se han manifestado por conservar sus derechos como su participación social, la educación, la seguridad social, la salud, por supuesto la vida y la integridad.
Hay que recordar que bajo el régimen talibán que imperó en dicha nación entre 1996 a 2001 las mujeres no contaban con derechos plenos toda vez que estaban conminadas al hogar, sufriendo discriminación y violencia de género a través de «castigos» y penas trascendentes por presuntas transgresiones a la Ley Islámica.
Las restricciones para mujeres y niñas durante ese periodo y que renuevan las preocupaciones de la comunidad internacional fueron, entre otras, las siguientes:
· El trabajo para mujeres estaba prohibido fuera de su hogar. Sólo se permitía a algunas mujeres trabajar en ciertos hospitales bajo ciertas condiciones.
· Las mujeres no tenían derecho a la educación, este derecho solo pertenecía al género masculino.
· Las mujeres tenían prohibido utilizar productos cosméticos, llevar pantalones, zapatos de tacón, debían evitar que un extraño las viera por lo que las ventanas de sus viviendas debían ser opacas, y no podrían mostrar ninguna parte de su cuerpo en espacios públicos, por lo que estaban obligadas a llevar una burka.
· Las mujeres que incumplían con las disposiciones impuestas por este régimen podían sufrir diversos sometimientos que iban desde abusos verbales, lapidaciones y hasta palizas inclusive en público como «señal» de aprendizaje.
· La participación social y política de las mujeres estaba determinantemente prohibida, así las mujeres no podían tener aspiraciones, no podían realizar reuniones públicas, mucho menos tener presencia en medios de comunicación, entre otras disposiciones.
· La práctica del deporte que ha sido un pilar fundamental de desarrollo para muchas naciones del mundo también estaba prohibida para las mujeres.
En suma, el régimen Talibán busca arrasar con la dignidad de las mujeres, convertirlas en simples objetos y relegarlas al más oscuro rincón del que difícilmente podrán salir.
Su regreso podría tener graves implicaciones para los derechos alcanzados por las mujeres, situación que, principalmente a través del uso de las redes sociales, muchas mujeres afganas han dado a conocer al mundo y se han mostrado temerosas de perder sus proyectos de vida, muestran su frustración y pugnan por conservar las metas que, en el terreno social, participativo o educativo han alcanzado, solicitando a la comunidad internacional refugio para no tener que vivir una regresión en sus derechos.
México ha ido tomando acciones progresivas para garantizar en nuestra Constitución derechos igualitarios entre mujeres y hombres, por lo que no ha sido ajeno a esta problemática en Afganistán y, como en diversas ocasiones de la historia mundial, nuestro país comenzó ya a procesar solicitudes de refugio de mujeres y niñas afganas que buscan garantizar su vida, integridad y el pleno ejercicio de sus derechos.
Bajo este contexto, tuve el honor de participar representando al Instituto Nacional Electoral (INE), el pasado 18 de agosto, en el evento denominado Campaña Regional para mejorar la participación política de las mujeres, organizada por la Red Árabe de Mujeres en Elecciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que tuve la oportunidad de señalar la importancia de garantizar la plena inclusión de las mujeres en todos los ámbitos y manifestar la necesidad de la participación social, electoral y política de las mujeres en contextos libres de violencia.
Hagamos votos porque la situación de las mujeres y niñas en Afganistán no tenga consecuencias devastadoras y que el mundo pueda garantizarles los derechos y libertades con las que debe contar cualquier persona.
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