Presentadora: Sean bienvenidas todas las personas que nos acompañan en la presentación del libro: “Elecciones, justicia y democracia en México. fortalezas y debilidades”.
Agradecemos a todas y a todos por seguir esta transmisión, de manera especial gracias a integrantes del Consejo General, de la Junta General Ejecutiva, al personal de las juntas locales y distritales, así como de oficinas centrales del Instituto Nacional Electoral, organizaciones de la sociedad civil, de la academia y ciudadanía en general
Agradecemos se encuentren con nosotros el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, doctor Lorenzo Córdova Vianello; el Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral, maestro Martín Faz Mora; así como los coordinadores editoriales del libro que se presenta el día de hoy, el doctor Luis Carlos Ugalde Ramírez y el maestro Said Hernández Quintana.
Para dar inicio, agradecemos la participación como moderador y damos la palabra al Consejero Electoral, Martín Faz Mora.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Buenos días a todos quienes forman parte de esta presentación, y también a quienes a través de las redes sociales, todos y todas que nos están viendo.
Es un gusto estar en la presentación de este libro, un libro que, sin duda, se ha constituido ya en un referente para quienes estamos en el campo de los electoral, y no solamente para quienes estamos en el campo de lo editorial, sino también, para quienes desde la perspectiva académica y aún también en los no iniciados en los temas a través de este libro pueden acceder a una perspectiva y a un diagnóstico del sistema electoral mexicano, particularmente por el hecho de que el libro que presentamos el día de hoy “Elecciones, justicia y democracia en México: Fortalezas y debilidades del sistema electoral 1990-2020”, pues es una saga que ha sido realizada ya desde hace tiempo en una primera edición en el 2013, con el título “Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano 2000-2012: ideas para una nueva reforma electoral”, que de alguna manera daba inicio con estos diagnósticos sobre el sistema electoral en su conjunto, respondiendo, incluso, creo yo, a los contextos de las posibilidades en reformas electorales que se planteaban en ese entonces.
Esta obra fue seguida por otro que la complementaba, con el mismo título “Fortalezas debilidades del sistema electoral mexicano: Perspectiva estatal e internacional”, con un análisis más amplio.
Y, luego, en 2017, en una segunda edición, por título “Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano: Perspectiva federal y local”, pues permitía actualizar el estudio con las nuevas reglas que la reforma en el 2014 introdujo en los procesos electorales y podía ya analizar en los procesos electorales, tanto realizados bajo estas nuevas reglas, y bajo el nuevo modelo con el sistema nacional electoral, elecciones realizadas entre el 2015 y el 2017.
Y ahora, esta tercera edición que da continuidad a todos estos estudios, pero además, los van pegando, porque cada vez se han incorporado nuevos elementos, pues constituyen, sin duda, no solamente la actualización de lo anterior, sino constituyen nuevamente un elemento fundamental que, reitero, es un referente necesario para cualquiera que quiera conocer, analizar, profundizar y tener una visión y un diagnóstico del sistema electoral mexicano.
Y, en tal sentido, pues damos una bienvenida a esta obra que seguramente ahora que se será comentada ampliamente por quienes coordinaron, por quienes han coordinado esta obra y, también por el consejero Presidente Lorenzo Córdova.
Me voy a permitir presentar a nuestros, a quienes participan en esta presentación, cada uno dispondrá de 15 minutos para dar sus comentarios. Al término de la participación de cada uno de ustedes.
Tendríamos nueve minutos más para conclusiones, en donde cada quien tendría tres minutos para una conclusión muy rápida. Ésa será la dinámica.
El orden de la participación será el siguiente. Primero estará el doctor Luis Carlos Ugalde Ramírez, seguido del maestro Said Hernández Quintana, que son los coordinadores de la obra y finalmente el doctor Lorenzo Córdova Vianello.
Voy a permitirme leer una breve semblanza de la trayectoria de quienes nos acompañan en la presentación de hoy. El doctor Luis Carlos Ugalde, que es coordinador de la obra, es director general de Integralia Consultores, empresa de inteligencia legislativa y política, fue Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral entre 2003 y 2007.
Ha sido profesor de Ciencia Política e investigador en varias universidades de México y los Estados Unidos, entre ellas, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (el ITAM), el Centro de Investigación y Docencias Económicas, la Universidad de Harvard, así como las universidades de Georgetown y Americana en Washington D.C.
Ha publicado libros sobre democracia y finanzas públicas, así como decenas de artículos académicos y de opinión en revistas especializadas y diarios en México y el extranjero.
En 2013, 2014 y 2017 coordinó la edición de los estudios “Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano”, esta edición de la que les hablaba y que hoy estamos presentando esta nueva edición.
Luis Carlos Ugalde es Licenciado en Economía por el ITAM, maestro en Administración Pública y Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Columbia, en Nueva York.
El maestro Hernández Quintana Said, que también es coordinador de esta obra, se ha dedicado a la materia electoral desde hace más de 15 años. Es consultor asociado en Integralia. Ha formado parte del equipo asesor del Consejo General del Instituto Nacional Electoral y desde hace varios años es académico en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Cuenta con experiencia en el servicio público como es la Escuela de Administración Pública del entonces Gobierno del Distrito Federal, en 2014, el entonces Instituto Federal Electoral, del 2004 al 2010, así como editor en jefe de la revista Crónica legislativa del Congreso Federal Mexicano entre 1998 y 2001.
Ha publicado diversos artículos en libros y revistas especializados sobre elecciones, corrupción política, servicio civil de carrera y estudios sobre el poder legislativo. Said Hernández Quintana es Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública por la UNAM y es maestro en Administración y Políticas públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas.
El Doctor Lorenzo Córdova Vianello es Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y Doctor en investigación en teoría política por la Universidad de Turín, Italia, investigador titular de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en donde fue coordinador del área de Derecho Electoral.
El Sistema Nacional de Investigadores lo reconoce como investigador nacional nivel tres, autor de varios textos sobre temas electorales, constitucionales y de teoría política. El más reciente de sus libros es “La democracia no se construyó en un día” en coautoría con Ernesto Núñez Albarrán, en Grijalbo México, 2021, muy reciente.
Es profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM. Imparte las materias de Teoría de la Constitución, Derecho Constitucional y Derecho Electoral. El 15 de diciembre del 2011 fue nombrado Consejero Electoral del Instituto Federal Electoral y derivado de la reforma política electoral del 2014, la Cámara de Diputados le nombró Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, rindiendo protesta el 4 de abril del 2014.
Así que, pues tenemos una presentación de lujo porque están los coordinadores de la obra, está el Consejero Presidente y sin más pues le doy la palabra a doctor Luis Carlos Ugalde para que hasta por 15 minutos nos pueda dar la presentación de esta obra. Y felicidades también, por cierto, por esta obra.
Luis Carlos Ugalde Ramírez: Muchas gracias, Martín Faz por la presentación y muchísimas gracias a todos ustedes por estar presentes en este diálogo.
Le agradezco de manera personal a Lorenzo Córdova, Presidente del Instituto, ser anfitrión de esto y ser promotor de esta idea.
Muchas gracias, Lorenzo y a todos ustedes por estar presentes.
Quiero también agradecer al Tribunal Electoral, porque el Tribunal Electoral es promotor y editor de la obra y, en particular, a su expresidente Constanzo Carrasco quien en 2014-2015 fue uno de los promotores de la segunda edición de este libro.
Como dijo Martín, ésta es la cuarta edición de una obra que ha venido evolucionando a lo largo de los años. Quien primero editó esta obra fue el Centro de Estudios Espinosa Yglesias que en aquella época era presidido por Enrique Cárdenas, después el Tribunal Electoral promovió la segunda edición y ahora estamos en la última edición y por eso quiero agradecer.
También quiero agradecer al Magistrado Reyes Rodríguez, quien hace dos o tres años fue un impulsor de esto y al actual Presidente del Tribunal, Felipe Fuentes por su apoyo; también a Said Hernández, que es coautor y hemos estado en esta aventura juntos, casi 10 años.
Este es un largo trayecto y además me da gusto que llegue justamente el día, porque hoy lo hizo, que el Presidente de la República ha dicho que va a convocar a un grupo de especialistas a discutir una nueva reforma electoral.
Déjenme platicarles que cuando iniciamos este proyecto en 2011, no fue en 2012, la idea de escribir esta obra que se llama “Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano” era justamente propiciar elementos de diagnóstico para lo que yo pensaba sería una reforma electoral a principios del sexenio anterior.
Y la idea era poder llevar a los tomadores de decisiones, a los legisladores, un balance, un diagnóstico. En México hemos estado plagados de ocurrencias, de estigmas, de fobias personales que se convierten en iniciativas de ley en muchos temas y me parece que en lo electoral esto también ha ocurrido y por eso el origen de esta obra hace 10 años era justamente dar un balance objetivo, actual de qué funciona y de qué no funciona y cómo mejorarlo.
Y ahora que nuevamente se está discutiendo una nueva reforma electoral, creo yo que desafortunadamente con base en prejuicios, creo que esta obra llega en un buen momento.
Este libro fue publicado a fines del año pasado, de hecho, electrónicamente ya está disponible desde hace muchos meses, pero no lo quisimos presentar porque estaba en marcha el proceso electoral y, por lo tanto, era un mal momento y decidimos esperar a este momento.
Este libro da una visión panorámica de 30 años de historia electoral del país, 1990- 2020; de hecho, el libro incorpora datos de las elecciones locales de 2019, la elección de 2018 y, por lo tanto, desde mi punto de vista es la obra más completa que existe actualmente en México para entender el sistema electoral en su conjunto.
Los autores son una mezcla de funcionarios electorales, exfuncionarios electorales, académicos, personas del Poder Judicial, gente dedicada a la consultoría y observadores en general.
Aunque este libro aborda el periodo de 1990 a 2020, 30 años de historia electoral, algunos capítulos van hacia atrás, hasta 1977 por ser este el año de una gran reforma electoral que hubo en México, y otros, incluso retroceden hasta 1963 o 1973, años en los que hubo reformas electorales focalizadas pero antecedentes de lo que ocurrió en las décadas siguientes.
Y quiero dejar sobre la mesa la idea de que el libro que, bueno, son dos volúmenes, los libros, el libro en dos volúmenes, que ahora le quiero pedir a Martín si lo tiene por ahí, que nos lo pueda mostrar físicamente. Ahí lo tienen.
Estos dos libros que se editaron dos mil ejemplares, pero que está la versión electrónica, ahora la vamos a poner en la pantalla para que la vean todos ustedes.
Trae lo bueno y lo malo, y esto es importante aquilatar lo muy importante, porque una reforma electoral no significa cambiar todo, sino mantener lo que funciona y mejorar lo que no funciona.
Hay muchas cosas que son fortalezas del sistema electoral mexicano, como es el sistema de organización electoral, como es la transparencia amplia de larga data que tiene nuestro sistema electoral de comicios como son los Resultados Electorales Preliminares, los Conteos Rápidos, el Padrón Electoral.
Debo decir que, si una institución inicio en México la transparencia como un mecanismo para construir confianza desde los años noventa fue el INE, antes IFE.
La moda, las políticas de transparencia se vieron hasta la década siguiente, en 2002-2003 inició. Pero el INE-IFE ya llevaba más de 10 años construyendo confianza a partir de la transparencia.
La legalidad, la búsqueda de la inclusión, nuestro sistema electoral moderno nace a partir de la fórmula y de la búsqueda de la inclusión, ese es el origen de la reforma electoral de 1977, y que tiene que ver también, con la fórmula de registro de partidos políticos.
Por cierto, y perdón que vaya dando ejemplos, pero esta inclusión, que implicó la formación de los diputados de Representación Proporcional, en algunas de las propuestas que se han hecho en las últimas semanas busca justamente hacer una regresión de esta inclusión que es un tema fundamental para construir confianza y pluralismo en México.
De tal forma que me parece que esta es un primer mensaje del libro, hay cosas que funcionan.
En cada uno de estos 46 capítulos que tiene el libro se hace un diagnóstico. En la medida de lo posible se ofrece evidencia empírica, hay gráficos, hay cuadros. En cada uno de los capítulos se da evidencia cualitativa en ocasiones evidencia histórica y prácticamente todos los capítulos concluyen con recomendaciones de qué hacer para mejorar lo que es mejorable y qué hacer para cambiar lo que debe ser cuidado.
También, nuestro sistema electoral sin duda tiene debilidades, deficiencias, o como dirían los gurús de la planeación estratégica “áreas de oportunidad”.
Y, por supuesto, yo en lo personal y aquí hay divergencia, durante más de 10 años he escrito sobre lagunas cosas que me parecen deficientes del sistema electoral, la sobre regulaciones para empezar un problema que, a mí me parece que ha, que hemos caído en este asunto de querer normar todo y hemos crecido en la regulación del sistema electoral mexicano y me parece que ese es un mal consejo de cualquier sistema normativo el querer regular todo.
Segundo, me parece que nuestro sistema electoral tiene un enfoque punitivo que me parece que es ingenuo y que es además un aliciente para la burocratización y el conflicto. Pensar que a través de castigos o amenazas vas a modificar el comportamiento de los actores políticos me parece que no es la ruta correcta.
A través de multas y más multas nuestro sistema electoral es uno de los que más multas ha impuesto a sus partidos políticos en los últimos 20 o 30 años y yo veo que los partidos políticos han ajustado poco su comportamiento para evitar esas multas, porque es mejor ganar hoy y pagar mañana la multa y creo que esto hay que repensarlo.
También creo que nuestro sistema electoral ataca manifestaciones de problemas y no las causas de los problemas. Por ejemplo, en la última reforma electoral de 2013-2014 hubo la idea de que para evitar que se rebasara los topes de gastos de campaña, iban a establecer una sanción máxima que era anular elecciones a aquel partido o candidato que rebasara el tope en más de cinco por ciento.
Pues, ocurrió que, en lugar de prevenir el comportamiento, lo único que se hizo fue hacer que los partidos cada vez más cuenten con sistemas sofisticados de contabilidades dobles para evitar ser detectados con la autoridad y a pesar de eso el INE ha venido detectando una y otra vez cuando este fenómeno se presenta.
Pero esta idea de que vas a atacar la manifestación en lugar de ir a la causa del problema me parece que es un problema que subyace en muchos aspectos de la regulación electoral. También debo decir que, en muchas de las reformas electorales anteriores, no se decía para qué querías hacerlo.
Yo recuerdo muy bien que en la reforma electoral de 2013, la idea de una reforma electoral surgió de un dicho y esto fue el mecanismo detonador, a partir de un dicho del presidente nacional del Partido Acción Nacional quien en el mes de agosto, septiembre de 2013, dijo que él se retiraba de la mesa de discusión del Pacto por México porque los gobernadores del PRI estaban haciendo trampas, porque un audio se había filtrado de una conversación de un delegado de SEDESOL en Veracruz que aparentemente estaba ayudando a una elección local en Veracruz.
A partir de ese hecho el presidente nacional del PAN amenazó con que su partido Se retiraba de la mesa y condicionó que la única forma de que hubiese una reforma energética es que hubiese una reforma electoral que incluyera la nacionalización de los comicios.
Más allá de si eso fue o no una buena medida, que por cierto ahora se quiere regresar al estatus anterior, el hecho es que fue a partir de una declaración política de un actor político que sin más evidencia que lo que dijo, es que se generó una polémica que meses después terminó en una reforma electoral que nacionalizó parcialmente la organización de los comicios.
Entonces, reitero, un gran problema que tenemos en México es que las reformas electorales no se plantean a partir de un análisis y sobre todo de una visión de qué queremos y ésta es, me parece, una debilidad de las últimas reformas electorales.
Otra debilidad son las omisiones. Me parece que en esta elección que terminó quedó claro que, por primera vez, el crimen organizado está actuando de forma activa en las jornadas electorales y está siendo participante activo. Y me parece que éste es uno de los mayores riesgos del sistema electoral mexicano.
Si bien es cierto, el crimen organizado en los últimos diez o quince años de forma silenciosa ha venido penetrando las estructuras de gobiernos locales en México, nunca antes habíamos visto que, de forma activa fuera un jugador durante las jornadas electorales y esto me parece probablemente que es el mayor desafío de la democracia electoral en México.
Y otro, que también quiero resaltar y sobre el cual, en lo personal, durante mucho tiempo he escrito, es el tema del financiamiento ilegal de las campañas políticas, ya sea por desvío de recursos públicos, por el financiamiento de contratistas del gobierno u otros actores políticos.
Ahora bien, esto es lo que ofrece el libro “Elecciones, justicia y democracia en México”. Un balance de lo bueno y lo malo, de los desafíos, de las áreas de oportunidad y me parece que para todos aquéllos que van a participar en la discusión de una posible reforma electoral, me parece que aquí hay elementos, no ideológicos, sino elementos factuales de una evaluación integral del sistema electoral mexicano y me parece que ésa es la utilidad de estos dos volúmenes que, reitero, su gestación se dio a partir de los últimos 10 años, no con un fin inmediato de corto plazo.
Ahora, quiero terminar con algunas reflexiones.
Cuando en 2013 el Presidente Nacional del PAN inició la discusión de la reforma electoral a partir de una acusación política, tenía parcialmente razón, efectivamente los gobernadores han sido y eran jugadores que distorsionaban las condiciones de la competencia local, pero sin mayor evidencia, se convirtió una demanda política en una consigna que después derivó en una reforma electoral sin haber evaluado en su integridad al sistema.
Creo que estamos nuevamente en ese riesgo en este momento. El Presidente de la República ha insistido, bueno, ha insistido a lo largo de su carrera política, pero en las últimas semanas, sobre todo, de que quiere una reforma electoral y ha hecho a acusaciones que no tienen ningún sustento.
Ha dicho que los órganos electorales y sus integrantes son deshonestos, sin brindar evidencia de tal afirmación. Hoy en la mañana, hace dos horas, dijo que, para desterrar los fraudes electorales, como lo ha dicho siempre, era necesario hacer una reforma electoral para instaurar una “democracia auténtica”.
Y el gran problema de estos estigmas, de estas fobias personales es que se conviertan en el leitmotiv de una nueva reforma electoral y si uno parte de que el inicio de una discusión va a ser a partir de acusaciones, estigmas, dichos ocurrencias, fobias personales que no tienen ninguna evidencia, empezamos muy mal la discusión de una reforma electoral.
Lo que se requiere para plantear una reforma electoral de gran calado es, primero, saber cuál es la visión, qué queremos de la democracia electoral mexicana en los próximos 15 o 20 años.
Segundo, un balance de lo que sí funciona y de lo que no funciona y, tercero, alternativas de cómo mejorar aquello que puede mejorar.
El gran problema es que ya se politizó la discusión de la posible nueva reforma electoral a partir, reitero, de dichos estigmas y de fobias personales.
Estaba leyendo hace rato la filtración que hubo de una presunta propuesta de reforma electoral que hizo el Coordinador de los Senadores de MORENA y, cuando uno la lee, la revisé.
Evidentemente hay algunas cosas que pueden ser positivas y que se han discutido durante muchos años, pero lo que yo no vi es cuál es el diagnóstico de cada propuesta.
Una de ellas, por ejemplo, el desaparecer a los OPLES, pero en una página trata de dar alguna idea de que los OPLES son muy caros y luego pasaba a proponerlo, yo no estoy diciendo que esto pueda ser o no ser una buena idea, pero no hay un diagnóstico, un análisis integral de esto. Y eso me parece que es un riesgo.
Qué bueno que se discuta.
Yo creo y este libro lo demuestra, que el sistema electoral mexicano es perfectible, por supuesto, y siempre es bienvenida una buena reforma electoral. Como siempre es bienvenida una buena reforma de lo que sea.
El gran problema es que si la propuesta de reforma electoral es una mala propuesta de reforma electoral que se base en estigmas y fobias personales, me parece que es preferible que el sistema electoral mantenga sus sistemas actuales y no entrar a una discusión que ya empezó mal por estar basada en prejuicios.
Son mis comentarios iniciales, los invito a que lean esta obra, a que la difundan.
En las próximas semanas vamos a estar haciendo eventos en diversas instancias, esperamos poder hacerlo con algunas juntas locales del Instituto, universidades y con otros órganos electorales.
Muchas gracias
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Muchas gracias doctor Ugalde, muchas gracias por presentarnos este panorama de lo que la obra ha buscado y representa a través de las distintas ediciones, particularmente la pertinencia de un momento como el actual y en el contexto actual el poder tener esa visión de largo alcance.
Gracias, muchas gracias.
Y ahora, continuará para representación del libro el maestro Said Hernández Quintana, el cuanta también con 15 minutos, maestro felicidades por la obra y muchas gracias por estar aquí con nosotros.
Adelante.
Said Hernández Quintana: Muchas gracias.
Buenos días a todas y a todos.
Pues como todo evento de esta naturaleza es ineludible empezar con los agradecimientos. Primero al Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, por ser nuestro anfitrión.
También quiero agradecer la moderación del Consejero Martín Faz Mora.
Y, por supuesto, agradecer al doctor Luis Carlos Ugalde por encabezar este proyecto editorial.
Muchas gracias a ustedes y muchas gracias al personal del Instituto y al público que nos acompaña.
Los minutos que tengo a mi disposición los quiero aprovechar para expresar un sencillo mensaje, y es invitarlos a consultar y leer el libro.
Los invito a escudriñar en sus páginas y someter cada uno de sus casi 40 capítulos a un proceso de reflexión y crítica.
Elecciones, justicia y democracia en México es una obra que ya, como se ha dicho, se encuentra en su cuarta edición.
Los primeros trabajos editoriales se remontan a 2012 y, de ese año a la fecha el libro se ha actualizado e incluso me atrevería a decir, se ha reelaborado, prácticamente después de cada proceso electoral federal.
En su conformación, colaboraron personas expertas con distintos perfiles y con destacadas trayectorias profesionales.
El libro está dividido en dos tomos y ellos contienen uno de los estudios más completos del sistema electoral mexicano actual.
Cuáles son las enseñanzas que nos deja la presentación, la preparación del libro.
A ver, primero, puedo señalar, como una de sus grandes enseñanzas, que las elecciones nuca se repiten, los actores políticos siempre son diferentes, aunque algunos de ellos repitan en la disputa electoral son distintos en sus circunstancias, en sus estrategias, en sus alianzas y, por supuesto, en sus rendimientos electorales.
También los procesos electorales son distintos porque su organización enfrenta cada vez distintos retos. La autoridad electoral siempre enfrenta nuevos problemas.
La agenda pública incluso es distinta. Los temas de interés público son diferentes. Se mantienen los problemas fundamentales, pero siempre hay temas emergentes. Por eso, digo yo, cada elección es única. No hay una elección pequeña.
Otra enseñanza que nos deja la edición del libro es que nuestro sistema electoral es muy complejo, muy técnico y muy costoso. Las razones para su reforma han sido muchas y variadas, pero el combustible que ha alimentado esas reformas ha sido una: la desconfianza de los actores políticos en el sistema.
El reformismo nos ha heredado un sistema electoral robusto, pero particularmente complejo, al que se destinan permanentemente cuantiosos recursos públicos para el sostenimiento de sus procedimientos y de sus burocracias, así como el financiamiento público que deben de recibir los partidos políticos.
La democracia tiene un precio y ese precio es celebrar elecciones periódicas. Como lo podemos constatar en cada proceso, en cada elección, mientras la pirámide poblacional no se revierta y no se concluya el emparejamiento del calendario electoral, siempre, una nueva elección será cada vez más grande a la anterior.
Con esto último pienso en una tercera enseñanza del libro. Las elecciones son como los Juegos Olímpicos, a propósito, no se gana con cualidades especiales y nada más, es el resultado de todo un trabajo de constancia, de método y de organización.
Nuestro sistema electoral es resultado de un largo proceso de cambio político, con importantes avances y también hay que decirlo, con varios altibajos en el camino. El reformismo electoral se ha centrado, en gran medida, en lograr trasformaciones para consolidar que las instituciones sean capaces de organizar elecciones libres y justas.
También, las reformas han configurado grandes acuerdos entre los actores políticos. El principal creo yo, es que se ha conformado una red institucional razonablemente sólido para que la asociación política sea pacífica y civilizada.
El sistema funciona. Los resultados de los últimos procesos electorales pues así lo demuestran. Sin embargo, estimo que hay importantes áreas de oportunidad para mejorarlo. En general, el sistema debe adelgazarse, normativamente, procedimentalmente, etcétera. Lo que significa, reducir las funciones tan dispares y en ocasiones tan diversas que tiene la autoridad electoral, las autoridades electorales.
Si se redujeran tantas atribuciones legales, es previsible que bajen los costos de la democracia electoral mexicana. ¿Qué ofrece el libro? A ver, les platico. La estrategia metodológica que siguieron las y los autores fue, primero, describir la evolución del
sistema electoral, exponer los conceptos más importantes y las etapas más relevantes de cada temática.
Segundo, los autores debieron analizar la efectividad y pertinencia del marco legal, una suerte de diagnóstico en el que se expusieran las fortalezas y las debilidades de sistema. Y, por último, formular conclusiones con recomendaciones de mejora. Ofrecer elementos que indiquen, como coloquialmente se dice, “el remedio y el trapito” para mejorar el sistema. Cada autor ofrece diversas perspectivas sobre el modelo electoral vigente, hay incluso quienes destacan sus fortalezas y cualidades o bien quienes cuestionan su lógica y resultados.
Si algo caracteriza al libro, déjenme decirlo así, pues es la pluralidad de sus plumas.
Con el fin de ser provocador y alentar a la lectura del libro, a continuación, enunciaré algunas propuestas de los autores y que son un botón de muestra de lo que se ofrece en la obra.
A ver, por ejemplo, Yuri Beltrán propone, ante el problema de la baja participación en los ejercicios de voto migrante, propone evaluar la pertinencia de mantener la prohibición de que los partidos realicen actividades de campaña en el extranjero. “Quizás, dice el autor, una mayor presencia generaría mayores vínculos con quienes viven en el exterior, lo que se traduciría en una participación más numerosa”.
Rodrigo Sánchez Gracia, por ejemplo, también dice que “la centralización de las funciones de fiscalización en el INE, podrían no estar justificadas”; nos dice el autor que es posible profesionalizar los Órganos Electorales Locales, capacitarlos.
En este sentido, según el autor, “el INE bien podría delegar su función fiscalizadora y así despresurizar el cúmulo de problemas que se generan en la concurrencia de los procesos electorales”.
Pamela San Martín, por su parte, opina que “la alternativa más viable desde el punto de vista operativo y de la organización de las elecciones es transitar hacia la nacionalización completa del modelo, con la consecuente desaparición de los Organismos Públicos Locales”.
Un ejemplo más, quiero recuperar el caso del autor Felipe de la Mata Pizaña. El autor formula varias recomendaciones para fortalecer la independencia, la autonomía y el funcionamiento de los tribunales electorales locales. El autor propone básicamente tres puntos, enfatiza el tema de la autonomía presupuestal de los tribunales.
También sugiere fortalecer la paridad de género en su integración y algo muy interesante, propone la implementación de un sistema de carrera judicial electoral.
Finalmente, como ejemplo quiero recuperar el texto de Santiago Nieto y de Sandra Valdez Méndez, ellos proponen o ponen de relieve pues los pendientes relacionados con la justicia penal-electoral.
Es necesario atender, dicen ellos, la división del proceso y la no especialización de la materia; ellos observan que la emisión de las órdenes de aprehensión, las instrucciones de los procesos penales, las sentencias, todas ellas no se concentren o no competan a una misma autoridad”; ellos dicen que la participación de la Fiscalía se reduce a una suerte, a la FEPADE me refiero, se reduce a una suerte de acompañamiento para acelerar el proceso.
También observan los autores que en México no hay cuerpo de jueces especializados en materia penal-electoral, los cuales son muy necesarios, dicen, para coadyuvar en la inhibición de conductas delictivas.
Como pueden ver, hay muchas propuestas y éstas son cinco o seis propuestas; el libro tiene casi 40 capítulos.
Hay propuestas muy interesantes en el libro y acepto, muchas pueden ser polémicas incluso. Podemos estar de acuerdo con ellas, lo importante es conocer los argumentos que las soportan, argumentos que contiene el libro.
“Elecciones, justicia y democracia en México” y con esto concluyo, corona uno de los esfuerzos editoriales más serios y objetivos que intentan contribuir al debate sobre los procesos electorales en México. De ahí la importancia de la obra.
Contiene un nutrido banco de propuestas, todas ellas bien argumentadas para una eventual reforma.
Ya lo había dicho el doctor Ugalde, el libro es de libre acceso, lo pueden conseguir en versión impresa y electrónica. La versión impresa la pueden encontrar en la librería de la Escuela Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y el documento electrónico está a su disposición en la página de internet del mismo Tribunal.
Dicho lo anterior, solamente quiero dar las gracias y reiterar mi agradecimiento por la generosidad de los participantes en este evento.
Buenos días.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Muchísimas gracias, maestro Said, que pues nos permite adentrarnos a esta metodología con la cual fue realizada la obra, cómo cada uno de sus capítulos y sus temáticas pues siguió un abordaje respecto de hacer un, pues un diagnóstico, aportar datos y también aportar algunas, digamos, pues conclusiones o sugerencias; y, de ahí, el elemento, creo señala, cómo la obra contiene una variada serie de respuestas, pero particularmente de argumentos, así como de datos empíricos en cada una de ellas, y de ahí la importancia y la relevancia de esta obra como ya hemos señalado.
Muchísimas gracias, maestro Said.
Y ahora, tiene el uso de la voz el Consejero Presidente Lorenzo Córdova, también para la presentación del libro, hasta por 15 minutos.
Adelante Consejero, por favor.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas Martín.
Muchas gracias a los coordinadores de esta obra. Al doctor Luis Carlos Ugalde, a Said Hernández, por permitirnos presentar este texto en el Instituto Nacional Electoral en momentos particularmente relevantes de la discusión a propósito del futuro de nuestro sistema electoral.
Y en una oportunidad más, de reivindicar pues la vocación, digámoslo así de esta institución, con los datos, con una discusión cierta, objetiva, informada, incluyente, democrática en suma.
Muchas gracias además a Martín por la gentil presentación y la moderación de esta mesa.
Uno e los indicadores clave para conocer la fortaleza de una democracia es la existencia de espacios de deliberación pública partir de hechos e información con un mínimo rigor y que sean incluyentes donde las voces diversas, incluso divergentes, puedan hacerse escuchar con claridad y firmeza, pero bajo las reglas mínimas de respeto y tolerancia que alimentan y definen un debate, una discusión democrática.
Asisto a esta presentación del libro coordinado por Luis Carlos Ugalde y Said Hernández con muchísimo gusto, pero, sobre todo, con la certeza de que la publicación que hoy nos comparten y este espacio de intercambio de ideas y visiones son precisamente indicadores de la vitalidad de nuestra democracia.
Una muestra de vitalidad que, sin embargo, lamentablemente no es con una condición generalizada en otros espacios de debate e intercambio de opiniones en nuestro país.
La obra que hoy presentamos, integrada por 38 textos elaborados por más de 50 autoras y autores, componen un mosaico que combina el análisis académico con la experiencia práctica en la toma de decisiones como autoridad electoral.
En efecto, los ensayos que componen esta obra fueron elaboradas por destacadas y destacados académicos, estudiosos de los temas y de las problemáticas de la democracia y de los comicios, o bien por funcionarias y funcionarios que han tenido o tienen responsabilidades de la administración o en la justicia electoral. Es una obra que proyecta con claridad el carácter evolutivo del sistema electoral mexicano, con sus luces y sombras, con sus fortalezas y debilidades, justo como su título lo indica.
En efecto, como lo podrán observar quienes lean con atención las casi mil 500 páginas que hay en sus dos tomos que integran esta obra, a lo largo de ellas, se asoma con nitidez el resultado del esfuerzo acumulado de millones de mexicanas y mexicanos que durante más de cuatro décadas han buscado, hemos buscado, ampliar el ejercicio de los derechos políticos y construir instituciones democráticas que sean fuente de legitimidad del ejercicio de los gobiernos y también ancla de estabilidad política.
El objetivo de la obra, cito textualmente a Luis Carlos Ugalde, es, cito, “ofrecer un diagnóstico de las fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano y recomendaciones para mejorarlo, que sean útiles para la próxima reforma electoral”, fin de la cita.
En consideración de este objetivo, permítanme compartir con ustedes en algunas reflexiones sobre la posibilidad, cada vez más discutida, de una eventual reforma electoral.
La reforma electoral del 2014 gestó la construcción de un nuevo modelo electoral y de un sistema nacional de elecciones, bajo la rectoría del Instituto Nacional Electoral.
Con este sistema, se llevó a cabo una redistribución de facultades para la organización de elecciones locales, dándole un papel mucho más activo a la autoridad electoral nacional, pero sin desplazar por completo las funciones y tareas de las autoridades electorales locales.
El sistema se ha ido consolidando al paso de los años con la rectoría que la Ley le mandata al INE, pero también bajo una lógica de colaboración y corresponsabilidad en el ejercicio de la función electoral en el ámbito local.
Asimismo, la reforma de 2014 sentó bases normativas para construir un nuevo sistema de fiscalización, siempre perfectible, pero cada vez más robusto y eficaz.
Con ese nuevo sistema se han creado mecanismos efectivos de vigilancia de financiamiento de la política y se han definido y aplicado sanciones a quienes no cumplen con las reglas de financiamiento y rendición de cuentas sobre sus ingresos y gastos.
Al mismo tiempo, desde 2014 se ha consolidado un modelo de capacitación de ciudadanas y ciudadanos para fungir como funcionarias y funcionarios de casilla y la integración de mesas directivas, que cumple con el objetivo explícito de la reforma de estandarizar la calidad técnica de los procesos locales con los procesos federales.
Hoy, la regla de paridad establecida en la reforma de 2014 se ha transformado en una realidad en el Congreso de la Unión y en muchos congresos locales y particularmente en la Cámara de Diputadas y Diputados y se ha avanzado sustantivamente en la elección de legislaturas estatales también paritarias, así como una mayor presencia de mujeres electas en ayuntamientos y gubernaturas.
Desde el INE también se ha buscado expandir el principio de inclusión en la representación política de sectores sociales que antes carecían de ella.
La nueva conformación de la próxima legislatura de la Cámara de Diputados, la Sexagésima Quinta Legislatura que iniciará este primero de septiembre, será una de las más incluyentes de la historia con representantes de pueblos y comunidades indígenas, personas pertenecientes a los colectivos de la diversidad sexual, personas afromexicanas, con algún tipo de discapacidad, migrantes y todas ellas bajo las reglas de paridad de género.
Bajo este modelo surgido de la reforma de 2014, un modelo de responsabilidades compartidas entre las 32 autoridades electorales estatales y la nacional, insisto, bajo la rectoría del INE, el instituto, le ha permitido al Instituto organizar un total, al Instituto Nacional Electoral, organizar un total de 278 elecciones en los pasados siete años, incluyo aquí la Consulta Popular reciente, la exitosa Consulta Popular reciente; las elecciones internas del PRD, la elección inédita de una asamblea constituyente para la elaboración de la carta fundamental de la Ciudad de México, entre otras.
Lo que contrasta, 278 proceso electorales, que contrastan con los 18 comicios federales que organizó el IFE en los 23 años previos.
A lo largo de estos años, desde 2014, bajo el modelo electoral vigente, todos los cargos públicos del país se han renovado ya al menos una vez y el grado de alternancia alcanzado en este conjunto de procesos comiciales es inédito, en promedio se ubica en el 66 por ciento, alcanzando en algunos casos más del 80 por ciento como ocurrió con las senadurías y casi 60 por ciento en las diputaciones federales, con cifras muy similares en los ayuntamientos, congresos locales y gubernaturas.
La reforma de 2014 y el andamiaje normativo que desde entonces hemos venido construyendo, el INE y el Tribunal Electoral, ha cumplido con el propósito de convertir el voto de las ciudadanas y ciudadanos en un mecanismo efectivo para conformar la representación política y para hacer realidad el ejercicio ciudadano de la rendición de cuentas por medio del voto al dar al electorado el poder efectivo de decidir quiénes son sus representantes y gobernantes, pero también a través del voto, de premiar o castigar buenas o malas gestiones de gobierno o de representación.
Así lo demuestran las elecciones recientes y, de manera emblemática, los comicios del pasado 6 de junio, los más grandes y complejos de la historia, refrendaron el carácter plural, diverso, participativo de nuestra sociedad, pero sobre todo refrendaron el histórico compromiso democrático de las y los ciudadanos mexicanos, auténticos autores de la elección, auténticos defensores de la democracia, con la ruta electoral como una conquista civilizatoria que nos permite una convivencia pacífica, incluyente, respetuosa y tolerante, aun en los peligrosos tiempos de polarización, intolerancia y pandemia que azotan al mundo.
En suma, con el sistema electoral surgido de la reforma de 2014 y las reglas puestas en práctica en los últimos siete años, se pueden organizar elecciones federales de manera exitosa, se han podido organizar y podrán seguirse organizando en condiciones de legalidad, objetividad, imparcialidad, transparencia, máxima publicidad y certeza.
Para decirlo, en otros términos, más allá de eventuales ajustes particulares y cambios específicos que puedan hacérsele al perfectible, sin duda, modelo actual electoral, una reforma de gran calado, como algunos actores políticos han venido planteando, resulta absolutamente innecesaria, pero, además, una reforma radical no sólo es innecesaria, sino inoportuna, me explico.
La historia de las reformas político-electorales en México nos muestra que los cambios de gran calado, orientados a perfeccionar el sistema electoral mexicano y de los cuales esta obra da cuenta, se han llevado a cabo bajo una serie de directrices fundamentales.
Comparto con ustedes las que me parecen las más destacadas: Primero, surgen comúnmente a partir de demandas y reclamos de las oposiciones y particularmente después de elecciones presidenciales complejas, donde se expresan inconformidades por fallas en las condiciones de equidad en la contienda, entre otras.
Una situación que, me parece, está lejos de haberse presentado en las elecciones de 2018 o en las elecciones realizadas, desde entonces y particularmente la de este año.
Segundo lugar, las principales fuerzas políticas acuerdan las reformas sustanciales a partir del convencimiento compartido por todas ellas de que es necesario modificar las reglas, lo que regularmente ha ocurrido, por cierto, en los primeros años después de cada ciclo sexenal.
En otras palabras, se ha tratado de reformas que resultan de un amplio consenso entre los partidos políticos, que hayan sido ganadores o perdedores en los comicios inmediatamente previos.
El amplio consenso y, de ser posible, la unanimidad en torno a la definición de las reglas del juego es una condición indispensable para la estabilidad y gobernabilidad democrática. De otro modo, si una reforma es producto de un mero mayoriteo, e alguna fuerza o de algunas fuerzas del espectro político, corremos el riesgo y ya nos ha pasado, de que las reglas se convertirán, en el futuro, en vez de un ancla de certeza y estabilidad, en la fuente de descalificación y desconocimiento de los futuros procesos democráticos.
Por otro lado, una reforma de gran calado que se plantee como principal objetivo, meramente la renovación de los órganos directivo de las autoridades electorales termina por ser una reforma miope, alimentada más bien por los rencores, filias o fobias personales, que carece de altitud de miras.
Una reforma electoral no es, no puede ser, permítaseme la expresión, un asunto de estómago, sino una apuesta de gran alcance, resultado de diagnósticos y análisis ampliamente razonados, y de una discusión seria e incluyente. De otro modo, está garantizado su fracaso. La renovación de estos órganos, vale la pena recordarlo e insistirlo una y otra vez, es consecuencia de los acuerdos, de los grandes acuerdos que entre las fuerzas políticas se dan respecto de las reglas de la contienda electoral que habrán de modificarse.
En cuarto lugar, las reformas que se han planteado en nuestro país lo han sido como procesos de cambio progresivos, siempre orientados a fortalecer uno o varios de los siguientes cuatro aspectos: Primero, dar y consolidar autonomía a las autoridades electorales.
Segundo, ampliar los derechos de la ciudadanía y ello pasa por mejorar, por cierto, paulatinamente la representatividad; es decir el mejor reflejo del pluralismo político en los órganos representativos,
Tercero, perfeccionar los procedimientos técnicos del sistema electoral.
O, cuarto, hacer más equitativas las condiciones de la contienda política.
Nunca, ninguna reforma, ha buscado retroceder en alguno de estos puntos.
Por supuesto, hay aspectos criticables, mejorables sin duda de las reformas que poco a poco han venido sedimentándose y construyendo nuestro sistema electoral.
Por cierto, sistema electoral no sólo funcional, sino que es objeto de reconocimiento a nivel nacional e internacional, de otra manera, cómo se explica que el gobierno de la República haya, luego de haberlo pactado con el Gobierno de los Estados Unidos, en el ámbito del TEMEC, la participación del INE como observador en el proceso, exitoso proceso, de legitimación del contrato colectivo en la planta de General Motors en Silao que se llevó a cabo en los días anteriores.
En esos cuatro pilares, que he mencionado, se ha fundado el arreglo democrático que la sociedad mexicana ha venido construyendo en las últimas tres décadas y que ha permitido que todas las fuerzas políticas sin excepción hayan accedido a los espacios de poder público a través de las urnas a lo largo de las distintas secuencias de procesos electorales que hemos venido realizando.
Vale la pena recordar, además, que las nuevas reglas surgidas de las reformas sustanciales en el último cuarto de siglo, invariablemente se han probado primero en elecciones federales intermedias y en múltiples procesos locales; es decir, no se han puesto a prueba, por primera vez, en elecciones generales que incluyan la renovación la Presidencia de la República. Así pasó con las reformas de 1996 que se instrumentaron, se pusieron a prueba primero en las elecciones intermedias de 97, o la reforma de 2007-2008 que primero se caló y se puso a prueba en la elección intermedia de 2009. O la última reforma de 2014, que se puso a prueba en las elecciones de 2015.
La aplicación inmediata de una reforma en una elección presidencial siempre tendrá como incentivo perverso tratar de acomodar las reglas, en favor de tal o cual fuerza política o de tal o cual gobierno, con el fin de obtener ventajas de cara a esa contienda. Y en un sistema presidencial como el nuestro, vale la pena tomarlo en cuenta.
Por todo ello, la instrumentación de una reforma sustancial o de gran calado, en este momento, distanciada de esas directrices que en el pasado han mostrado ser eficaces para ir perfeccionando nuestro sistema electoral, resulta, como decía a mi juicio, a todas luces inoportuna.
Más aún, y esto es fundamental, no es un buen augurio modificar la legislación electoral en un contexto de incesantes ataques y descalificaciones a los que no piensan igual y de permanente descalificación a las autoridades electorales por la única y exclusiva razón de que ejercen su autonomía constitucional frente al poder -frente a los poderes- y su independencia frente a los actores políticos.
Quiero ser claro, y el libro que hoy presentamos es una muestra de ello: nuestro sistema electoral es, sin duda es perfectible y este libro abre la discusión sobre aspectos que podrían mejorarse, y desde esa perspectiva una reforma sería pertinente y siempre lo será, pero no es necesaria. Las elecciones de este año, las mejores de nuestra historia desde el punto de vista técnico y organizativo, demuestran que si no hay cambios en materia electoral, podemos ir a organizar los comicios de 2024 sin mayor problema.
Nuestros grandes problemas nacionales, no nos equivoquemos, están en otro lado, no en la materia electoral. Son los irresueltos problemas de pobreza, pobreza creciente, desigualdad ominosa, corrupción, impunidad, inseguridad y violencia que siguen estando ahí como promesas incumplidas del cambio democratizador, las que nos lastiman verdaderamente como sociedad y afectan prácticamente todas las áreas de la convivencia social.
Luego de más de un siglo, nuestro principal problema como sociedad es resolver la promesa incumplida de justicia social sobre la que se hizo y para la que se hizo la Revolución Mexicana, una promesa, vale la pena recordarlo, todavía hoy incumplida.
Permítanme concluir con una última reflexión.
Nuestro sistema electoral se edificó para erradicar la inequidad y la intervención gubernamental a favor de su partido y sus candidaturas.
De llevarse a cabo en las próximas semanas o meses una reforma electoral, sería importante definir cuáles son sus objetivos: qué se quiere modificar y para qué se quiere modificar, qué es pues lo que se quiere lograr con una reforma.
Para que una eventual reforma llegue a buen puerto es indispensable que parta de un debate informado, objetivo, con evidencia, con altitud de miras, apuntando a mejorar nuestro sistema electoral y el sistema de partidos políticos.
Una reforma hecha a partir de sus objetivos, perdón a partir de los objetivos que solo una de las partes, a partir de las filias y fobias que permean en el debate público, de rencores o enconos personales o de partido, está condenada al fracaso y será inevitablemente regresiva. Por eso hay que celebrar la presentación de este libro, porque abona en el sentido contrario, abona a un debate objetivo y a un debate informado, a un debate incluyente.
Debemos avanzar en una lógica de consolidar nuestra democracia, nuestro pluralismo político, la diversidad y la inclusión, que son cimiento de las fortalezas que hemos construido a lo largo de décadas y que nos permitirán, al mismo tiempo, corregir nuestras debilidades.
Si la democracia es una obra colectiva, a todas y todos nos toca defenderla y cuidarla. Por ello, es esencial que una reforma electoral se construya concibiendo al pluralismo, la representación, de la diversidad, la inclusión y el poder regulado como auténticas virtudes públicas y valores democráticas y no como debilidades de nuestra convivencia social.
El compromiso con la democracia no se agota con el voto. Continúa con la defensa de todo aquello que la hace una realidad cotidiana y hoy estamos presentando un libro que contribuye, que abona en ese sentido.
Muchas gracias.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Gracias a ti, Lorenzo, por colocar sobre la mesa una, pues una recapitulación no solamente de algunos datos específicos de lo que han sido o lo que ha dejado los procesos electorales a partir de la reforma de 2014 y que han sido realizados por el Instituto, sino también esta recapitulación que haces, como reflexiones personales respecto de las condiciones para las reformas.
Yo creo que son muy, son pertinentes y que forman parte de una discusión que seguramente cada día tendremos que estar teniendo y colocando sobre la mesa de la opinión pública y la discusión pública, para lo cual coincido, como señalas al final, esta obra es muy oportuna, ¿verdad? Muy oportuna por lo que ya nos han dicho sus coordinadores, el doctor Ugalde, el maestro Hernández que tiene y que coloca sobre la opinión pública respecto de un diagnóstico profundo del sistema electoral.
Gracias, Lorenzo.
Y, bueno tendríamos ahora para conclusiones tres minutos cada uno de ustedes; les suplicaré que puedan ser muy puntuales con algunas de las conclusiones para poder concluir con nuestra presentación y el orden será el mismo en el que fue la inicial participación.
Inicialmente está el doctor Ugalde, después el maestro Hernández y, finalmente, el Presidente Consejero del INE. Doctor Ugalde, por favor, si es tan amable a modo de conclusión.
Luis Carlos Ugalde Ramírez: Muchas gracias, Consejero Faz. Daré cinco ideas finales: la primera, los invito a leer el libro para comprender la evolución del sistema electoral en los últimos 30 años.
Es una visión global para entender los avances, los retrocesos, las omisiones y las fortalezas de nuestra democracia electoral.
Segunda idea, siempre una buena reforma electoral es bienvenida, pero siempre, una mala reforma electoral debemos combatir que ocurra.
Tercera idea, dado que, quien ha iniciado con más vehemencia la discusión de que es urgente una reforma electoral es el Presidente López Obrador. Creo que el Presidente debiese explicar tres razones para que esta discusión fuera deliberativa, fuera incluyente y fuera buena para el futuro de la democracia:
Uno, creo que debe explicar qué significa una “auténtica democracia” como repite una y otra vez.
Me gustaría saber qué es eso de una auténtica democracia, y que nos diga, de lo que existe actualmente en el sistema electoral qué cosas ayudan a esa auténtica democracia y qué cosas no contribuyen a esa auténtica democracia para partir de un balance de lo que sí funciona y de lo que en su opinión no funciona.
Segundo tema que el Presidente López Obrador debe explicar es su aseveración constante, histórica de los fraudes electorales que debemos erradicar, sobre todo porque, desde 2018 MORENA ha suido el partido que más elecciones y más cargos en disputa ha ganado.
En la última elección de hace dos meses MORENA ganó el mayor número de gubernaturas, el mayor número de diputados, el mayor número de alcaldías, el mayor numero de regidurías y, sin embargo, el Presidente sigue hablando de fraudes electorales. Creo que López Obrador debiese explicarnos que esos fraudes también ayudan para que MORENA gane elecciones o si esos fraudes son selectivos y solamente ayudan para que otros partidos ganen elecciones.
Esto es muy importante, porque desde 2018 MORENA se ha convertido en un partido hegemónico y con el voto democrático de la gente disfruta cómodas mayorías en muchos órganos políticos del país y es muy importante que el Presidente explique si los fraudes siguen existiendo y si de esos es beneficiario también MORENA.
Y la tercera cosa que nos debe explicar el Presidente de la República es por qué sigue insistiendo en la idea de que los integrantes del Instituto Nacional Electoral, su consejo directivo son deshonestos, porque el pueblo mexicano coloca al Instituto Nacional Electoral como una de las instituciones de mayor credibilidad que hay en el país. De hecho, el INE tiene más credibilidad y más confianza que la Presidencia de la República, entonces, o se trata de un pueblo engañado y manipulado que dice creer en el INE cuando el Presidente dice que sus integrantes son deshonestos o está usando información incorrecta
Es muy importante decirlo porque, buena parte de esta discusión de una reforma electoral urgente parte de una acusación a personas y me parece que si no partimos de hecho verificables por todos, estamos entrando a una discusión equivocada, sesgada que nos pueda hacer daño como país.
Son mis comentarios, por favor lean el libro que está disponible para las próximas noches, semanas que tenga ustedes.
Muchas gracias a todos y gracias al Instituto y a Lorenzo por ser anfitriones.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Gracias, gracias a ti Luis Carlos.
Maestro Said Hernández, a modo de conclusiones.
Said Hernández Quintana: Muchas gracias, Consejero Faz.
A ver, en esta parte final del evento, me pregunto qué origina un proceso de reforma política o electoral.
Casi todos los ejemplos recientes de cambios importantes han ocurrido esencialmente bajo dos escenarios. El primero es el curso de un proceso de transición a la democracia.
Esta experiencia la vivimos durante el último cuarto del siglo pasado, el Siglo XX, pues puso en el centro de la agenda política el extendido reclamo social de contar con elecciones limpias, justas y competitivas. El resultado de esa transición fue el pluralismo partidista y la alternancia política que hoy vivimos.
El segundo escenario que origina un proceso de reforma es cuando existe una crisis de gobernabilidad en una democracia establecida.
A partir de una rápida revisión de la literatura especializada pude detectar cinco tipos de problemas que provocan ingobernabilidad: el manejo ineficaz de los asuntos económicos; la incapacidad o la desatención para responder a elementales necesidades sociales; las tensiones o vacíos institucionales en los poderes del Estado; la irrupción de la violencia ya sea esta social o generada por crimen organizado; o los episodios reiterados y manifiestos de corrupción política.
Todos ellos han sido factores típicos que han provocado situaciones de ingobernabilidad en la experiencia internacional. En esta lógica, a pesar de que yo no veo hoy ningún escenario de ingobernabilidad en México, sí observo la concurrencia de varias circunstancias que podrían generar algunas notas de ingobernabilidad en el futuro, tal vez en algunos años.
Es posible que, ante estas circunstancias, algunos actores políticos de importancia nacional consideren la necesidad de impulsar una reforma política y electoral en este momento.
Ante esa inminente reforma, los temas de vanguardia deberían ser la adopción de nuevas formas para votar; encontrar soluciones a la compra y coacción del voto; también ajustar los mecanismos para mejorar la proporcionalidad en la representación política; en fin, hay muchos temas.
Digo, también son temas la reducción del financiamiento público a los partidos políticos; la reducción al número de legisladores en el Congreso; la eliminación de los Organismos Electorales en las entidades federativas, incluso de los tribunales electorales locales; la reducción de la estructura del Instituto Nacional Electoral; y la simplificación de los procedimientos electorales.
Ya se verán los temas concretos en las iniciativas de reforma que se analicen en el Congreso. Por lo pronto, yo sólo quiero expresar mi deseo, deseo al fin, de que los acuerdos de esas reformas cuenten con el mayor consenso posible y con la inclusión del mayor número de actores políticos.
Dicho lo anterior, solamente me resta agradecer nuevamente al Consejero Presidente, Lorenzo Córdova, al Consejero Martín Faz por esta presentación; gracias al doctor Luis Carlos Ugalde, y muchas felicidades por el evento.
Gracias.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Gracias a ti maestro Said Hernández.
A modo de conclusión, Lorenzo, tres minutos, conclusiones finales.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Treinta segundos Martín, porque creo que las conclusiones ya las han hecho nuestros autores, los coordinadores de esta obra.
Simple y sencillamente reiterar el agradecimiento.
Las grandes reformas siempre han estado sustentadas en una amplísima discusión.
Desde la reforma de 1977 los foros que se realizaron, esos documentos que nos llevó a la posteridad esa gran discusión nacional y que están contenidos en los 13 volúmenes editados por la entonces Comisión Federal Electoral, y ojalá siga siendo una reliquia del pasado y objeto de estudio y no eventualmente una admonición del futuro, han estado sustentadas en esas grandes discusiones.
Y creo que el texto que hoy presentamos en esta nueva edición, producto de estas reflexiones de distintos autores son base importante de la discusión. Son puntos de partida para la interacción, el afinamiento de las mejores propuestas, de los puntos que vale la pena mejorar de nuestro sistema electoral, y también de los que valen la pena defender. Porque en ello se han sustentado el gran consenso, el gran arreglo democrático que hoy nos permite ser un país, lleno de problemas, pero democrático.
Lleno de promesas incumplidas pero que han resuelto afortunadamente el expediente electoral.
Así que muchas gracias, Luis Carlos, muchas gracias, Said, por brindar este elemento importante para la discusión, y ojalá que le sigan, si hay cambios en lo electoral, las mejores tradiciones y los mejores pasos de esta construcción colectiva y a la postre exitosa, que ha sido justamente nuestra transición a la democracia.
Muchas gracias de verdad, y bienvenidas y bienvenidos a este espacio, que es la casa de la democracia, aunque sea de manera virtual.
Gracias.
Luis Carlos Ugalde Ramírez: Gracias, buenos días.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Pues, de nueva cuenta un agradecimiento, doctor Luis Carlos Ugalde, maestro Said Hernández, por la participación, pero particularmente por la coordinación editorial de este libro, que sin duda, aporta elementos para un diagnóstico, un diagnóstico que es necesario, cualquier cambio sea manifestado en una reforma electoral, o incluso, una renovación de carácter institucional que pudiera hacerse desde el propio interior del Instituto, o desde cualquier institución, y cualquier política pública requiere de un diagnóstico.
Este libro sin duda, si bien no es el diagnóstico, sí es un gran diagnóstico que además muy plural, porque tal y como lo señalaba el maestro Said, pues hay incluso, algunas opiniones que van en un sentido y otras en un sentido contrario, pero todas con base a argumentos, a datos empíricos.
Y eso es lo fundamental en un diagnóstico, y necesitamos contar con un diagnóstico, y yo creo que el aporte de esta obra, no solamente en su actual edición, sino a lo largo; porque finalmente recaba toda una trayectoria muy amplia de ya décadas de vida del sistema electoral, es, sin duda, un aporte elemental.
Y la principal conclusión creo que ya ha sido dicha, hay que leer la obra, hay que leer la obra, hay que analizarla, hay que criticarla, hay que aportar elementos, pero, sin duda, creo que es una obra que colocada ante la opinión pública en un momento como éste es un aporte fundamental, y está disponible en línea, ya nos lo han señalado varias veces, en la página web del Tribunal.
Así que una invitación, porque además de que es una obra especializada, hay que decirlo, es una obra de acceso sencillo para el público en general. Es decir, es también, no es una obra para iniciados o una obra, y cosas de esta naturaleza, desde luego es una obra especializada, pero, sin embargo, es también una obra de acceso fácil pero riguroso al tema de lo electoral.
De nueva cuenta muchísimas gracias por la obra y por participar en esta presentación, igualmente Lorenzo, muchas gracias por los elementos que colocas sobre la mesa para la reflexión y el análisis.
Luis Carlos Ugalde Ramírez: Buenos días, gracias.
Said Hernández Quintana: Saludos, gracias.
Consejero Electoral del INE, José Martín Fernando Faz Mora: Hasta luego.
Presentadora: Es así como concluye esta transmisión, agradecemos a las personas participantes en este evento. Gracias también a quienes han seguido la transmisión, que tengan muy buen día.
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