Por: Dagoberto Santos, Vocal Ejecutivo del INE en Guerrero
En Guerrero, la primera consulta popular ha sido un éxito. Lo ha sido por diferentes motivos.
El primero es porque fuimos la tercera entidad, después de Tlaxcala y de Tabasco, en la que la asistencia a las mesas receptoras fue mayor.
También lo es desde el punto de vista municipal ya que cuatro de los diez municipios con la más alta votación a nivel nacional pertenecen a esta entidad suriana; se trata de San Miguel Totolapan (distrito 1) y de Metlatonoc, Cochoapa El Grande y Cualac, (del distrito 5).
Una tercera razón, ya no de tipo cuantitativa, tiene que ver con la capacidad de convocatoria libre, desinteresada e informada con el que la ciudadanía acudió a ejercer su opinión por la opción de su preferencia en el tema de la consulta.
Puede haber algunos que difieran de esta postura, pero hay que recordarles que en otros ejercicios en el que se votan candidaturas, la ciudadanía se encuentra con presiones de diferentes magnitudes que en ocasiones colindan en el limbo entre el clientelismo y la selección oligárquica al interior de las organizaciones políticas postulantes.
En esta ocasión se trató de un ejercicio inédito en el ámbito federal, organizado por la autoridad electoral nacional, por mandato de los poderes de la Unión y, por lo tanto, es un caso de éxito institucional a pesar de que no sea posible el ejercicio de comparación con el proceso de elección de gobernantes y representantes.
Así como no es posible la comparación entre aviones y embarcaciones a pesar de que ambos son medios de transporte, tampoco es posible el símil entre dos formas de aplicar los procesos electorales porque en uno se eligen personas a cargos de elección popular y en el otro se opta por emitir una opinión por un tema en concreto que puede resultar vinculatorio o no de acuerdo con la normativa constitucional y con el nivel de concurrencia registrado en el listado nominal de electores.
El ejercicio en el que participamos el pasado domingo primero de agosto es relevante porque fomenta la conciencia cívica en las decisiones importantes para el país.
La consulta representa una manera muy adecuada de incentivar la opinión colectiva de la sociedad y enriquece a la democracia representativa.
No es un obstáculo para ella; al contrario, con la democracia participativa se busca generar un método de vigilancia ciudadana de los asuntos públicos.
Para que el poder no se corrompa, necesita ser delimitado, acotado, ser transparente, que rinda cuentas, que sea cristalino, sin oscuridades ni discrecionalidades.
De ahí que mecanismos de democracia directa como el acontecido en la fecha señalada, sirvan, cuando son bien formulados los temas, para enriquecer y ampliar el espacio público con la intención de construir -entre todas y todos- un escalón más en el edificio de la toma de decisiones colectivas en México.
La legitimidad es mayor con la participación de la ciudadanía. Ejemplos sobran en el mundo democrático. Así como nadie pudo estar en contra del referéndum que demolió a la dictadura pinochetista tampoco alguien logró demeritar el esfuerzo español por otorgar validez popular a su Constitución en la época de la transición.
En nuestro país si bien estos ejercicios comenzaron a operar primeramente a nivel municipal y estatal; este es el primero de alcance nacional con la garantía de la organización de un cuerpo profesional de servidores públicos electorales.
Fue un proceso relevante porque se constató la participación de determinados sectores de la sociedad.
En Guerrero, acudieron al llamado de la consulta grupos con fuertes lazos comunitarios en determinadas regiones indígenas y rurales.
También se observó la participación de sectores de clase media y urbana, así como de personas de distintos niveles educativos y que se dedican a diversas actividades económicas.
Digno de llamar la atención fue esa manera desinteresada, libre, consciente, no forzada, y decidida, con la que cada ciudadana y ciudadano acudió a emitir su opinión en un esfuerzo por ser escuchado, y ratificar su pertenencia a esta entidad política más amplia que llamamos patria.
Si bien este primer episodio nacional de consulta popular puede mejorarse en lo futuro en muchos aspectos de planeación, logísticos y operativos; lo encomiable de la consulta radicó en que se demostró nuevamente que la sinergia entre la ciudadanía lleva a resultados beneficiosos como los incentivos simbólicos de arraigo a la nación mexicana.