El pasado lunes 9 de agosto falleció a los 77 años María Elena Chapa Hernández. Mujer visionaria, luchadora incansable en favor de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, que concretó importantes logros y sentó bases de gran relevancia que nos deben impulsar a generar las herramientas necesarias para que su legado se vea materializado en una auténtica igualdad sustantiva.
María Elena Chapa, mujer de aguda inteligencia, tenaz, sincera, solidaria, de carácter fuerte, ideas claras y objetivos definidos, abrió paradigmas desde que ingresó al Partido Revolucionario Institucional en 1969, liderando la defensa de los derechos y la igualdad de las mujeres convencida de que no se trataba de una cuestión de partidos, sino de garantizar pleno ejercicio de sus derechos humanos. Licenciada en Filosofía y la maestra en Filosofía y en Recursos Humanos por la Universidad Autónoma de Nuevo León, su desarrollo profesional inició siendo profesora de educación primaria, secundaria, normal así como universitaria.
Logró escalar posiciones importantes. Fue presidenta fundadora de International Women´s Forum (IWF) Capítulo México de 1993 a 1995; participó en la cuarta conferencia mundial sobre las mujeres celebrada en Beijing en 1995, la primera senadora por Nuevo León, la primera mujer presidenta de la Mesa Directiva del Senado y presidenta honoraria del IWF desde 1996 hasta la fecha de su deceso.
De 1988 a 1991 fue diputada federal, de 1991 a 1997 senadora de la República, de 1997 a 2000 diputada local y de 2000 a 2003 nuevamente diputada federal. La Maestra Chapa Hernández fue presidenta del Instituto Estatal de las Mujeres en Nuevo León. En 2009 recibió la medalla Simone de Beauvoir en reconocimiento a su trayectoria.
De los diversos reconocimientos que obtuvo a lo largo de su vida destacan, entre otros, que en el 56 aniversario del Voto de las Mujeres (2009), el Congreso del Estado de Nuevo León, reconoció su trayectoria en el ámbito social, cultural y político del Estado; en ese mismo año, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), le otorga el reconocimiento por su compromiso con la equidad de género y por ser impulsora del acceso de las mujeres al ámbito político; en 2018, el Senado de la República le otorgó el reconocimiento «Elvia Carrillo Puerto,» por su destacada labor cultural, económica y política. Las máximas autoridades electorales también le otorgaron diversos reconocimientos por su trabajo y trayectoria.
Asimismo, publicó diversas obras de educación y humanidades, así como artículos y ensayos en diversos medios de comunicación, destacando: Mirada de mujer (2003); la conquista del voto femenino en México (2004); Mujeres: una visión masculina (2006), entre otros.
María Elena Chepa nos deja un importante legado que, en términos generales, pueden referirse en las siguientes tesis:
· Que las mujeres y las niñas tienen derecho al disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos sus derechos humanos y a vivir libres de todas las formas de discriminación y de violencia.
· Que la protección y promoción de los derechos humanos es la primera responsabilidad que deben tener los gobiernos;
· En el desarrollo de los procesos electorales, denunciaba Chapa desde hace varios años, existe un alto riesgo de violencia política contra las candidatas a cargos de elección popular, y
· Que corresponde al Legislativo normar la igualdad entre hombres y mujeres.
María Elena Chapa decía fuerte y claro que «los derechos de las mujeres no son negociables, se ejercen; no se prestan, no se dan…».
Asimismo, María Elena Chapa incursionó con gran acierto en el litigio estratégico para la garantía y protección de los derechos políticos y electorales de las mujeres.
Junto con otras prominentes feministas, promovió el juicio ciudadano 12624 de 2011 ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que significó un parteaguas en la defensa de los derechos de las mujeres en sede jurisdiccional; pues uno de los criterios relevantes derivados de esa resolución fue reconocer el derecho de las mujeres para promover juicios en defensa de los principios constitucionales de igualdad y paridad. Asimismo, esta resolución obligó a los partidos políticos a postular, sin pretexto alguno, el 40% de candidatas a diputaciones federales y a senadurías; que las suplentes de las propietarias también fueran mujeres y que las fórmulas de hombres y mujeres se alternaran en las listas presentadas por los partidos políticos.
María Elena fue la impulsora de la presentación de juicios locales, regionales y ante la Sala Superior para que la Sala obligara al Congreso de su Estado a cumplir con el mandato constitucional de armonizar la legislación local en materia de paridad y violencia política que, a pesar de estar vinculados por la Constitución Federal y por un tribunal constitucional, el Congreso de Nuevo León se ha negado a cumplir. ¿Qué esperan las autoridades jurisdiccionales para actuar contra esta omisión legislativa y el flagrante incumplimiento a una sentencia de la máxima autoridad jurisdiccional en materia electoral, que atenta además contra los derechos humanos de las mujeres, así como contra su vida, seguridad e integridad?
Este litigio es parte de muchos otros, que por cuestiones de espacio no es posible referir, pero siempre en busca de garantizar la participación plena y en igualdad de las mujeres en todos los ámbitos, así como combatir la violencia de género.
El legado, liderazgo y compromiso inquebrantable que nos deja de frente esta extraordinaria mujer debemos honrarlo siguiendo su impulso, guía y ejemplo para materializar sus iniciativas, ideas y proyectos para que México sea una nación en la que mujeres y hombres tengamos los mismos derechos en todos los aspectos en que nos desenvolvemos en una sociedad.
Querida Chapita, te extrañaremos siempre.
Consulta el artículo en La Silla Rota.