No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. México celebró la elección más grande y compleja registrada en su historia y lo primero que debemos celebrar es la activa participación de todas y todos los electores que con su voto, hicieron de este importante ejercicio cívico un refrendo de nuestra democracia.
A lo largo y ancho del país, se alcanzó un 99.81% de casillas instaladas de las 162 mil 271 programadas que, además, constituyeron el núcleo de la recepción del voto y en donde nuestras vecinas y vecinos, más de 1 millón 400 mil de ellos, fueron las personas que estuvieron al frente de las casillas las que revisaron y contabilizaron nuestros votos. De acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) para la elección federal, que renovará la Cámara de Diputadas y Diputados, se alcanzó una participación de casi del 52%, con la que esta elección intermedia es la que ha tenido mayor participación en los últimos tres procesos electorales federales, toda vez que en 2003 fue un 41.2%; en 2009 un 44.6% y en 2015 un 47.7%.
Esta participación de la ciudadana que ejerció su derecho al voto, refrenda la confianza de la población en sus instituciones, en un sistema democrático, sobre todo, sabe que su voto cuenta y con ello puede definir el rumbo de esta gran nación. Los resultados tanto del PREP como de los Conteos Rápidos difundidos oportunamente por el Instituto Nacional Electoral (INE) que reflejan la tendencia electoral de la ciudadanía tienen un carácter preliminar, pero muestran el abanico de posibilidades que tuvo la población para elegir su mejor opción entre partidos políticos, coaliciones, candidatas o candidatos que, más allá de los resultados electorales, podemos asegurar que el modelo democrático basado en la participación ciudadana fue el gran ganador de esta contienda histórica.
Ahora bien, uno de los mayores logros alcanzados en esta jornada cívica es consecuencia de las acciones establecidas tanto en la legislación electoral, como las instrumentadas por el INE para alcanzar la igualdad de derechos de las mujeres respecto a los hombres. En principio, es de destacar la participación de más de 71 mil mujeres que hicieron campaña para lograr un cargo de elección popular que, independientemente de lo que reflejen los cómputos respectivos su incursión en la arena política es un referente de los nuevos tiempos que vivimos. Las mujeres lograrán más postulaciones que los hombres.
Esta participación de la mano con acciones impulsadas por el INE pudiera materializarse, por ejemplo, con que, de las 15 gubernaturas en disputa, 6 pudieran estar encabezadas por mujeres lo que significaría que, en una sola elección, casi se alcance el número de gobernadoras electas en toda la historia del país ,7 electas y 2 interinas.
Este proceso electoral también se caracterizó por recibir la votación de las mexicanas y mexicanos residentes en el extranjero que tuvieron la posibilidad de elegir a diversas autoridades en 11 entidades federativas y en donde se instrumentó, por primera vez, además de la vía postal, el voto por internet; se llevó con éxito el voto de las personas en prisión preventiva y esta elección fue muy relevante para incluir a grupos que históricamente han sido excluidos como las personas de población indígena, con discapacidad, de la diversidad sexual, afromexicanas, y migrantes.
Finalmente, es de celebrar que todas las fuerzas políticas contendientes, instituciones jurisdiccionales electorales, actores políticos y la sociedad con su participación, reconocieron el trabajo alcanzado por el INE como organismo autónomo en la organización de esta elección que, independientemente de los resultados electorales, una vez más, le entrega al país con transparencia y legalidad buenas cuentas.
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