VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 24 DE LA SESIÓN ORDINARIA, RELATIVO A ASUNTOS GENERALES
Señoras y señores consejeros electorales y representantes de los partidos políticos:
El día de ayer como se ha mencionado en esta misma sesión, la violencia volvió a ensombrecer nuestro proceso electoral.
El asesinato de la candidata Alma Rosa Barragán Santiago, a la alcaldía de Moroleón, Guanajuato es el más reciente de una lista de crímenes lamentables y condenables que desgraciadamente han, como mencionado, ensombrecido al proceso electoral en curso.
La violencia es la negación de la democracia misma. La violencia es la apuesta contraria a los más altos ideales de la convivencia democrática.
Mientras la vía electoral es una apuesta civilizatoria para dirimir nuestras diferencias, nuestras legítimas diferencias de manera pacífica, la violencia camina en sentido contrario, camina, apunta hacia un régimen de barbarie en el que la fuerza pretende sustituir a la razón, al diálogo, el convencimiento, a la política.
El asesinato de Alma Rosa Barragán a cuyos familiares y amigos y compañeros de partido enviamos desde aquí nuestro más sentido pésame, se suma desgraciadamente al de otras personas que aspiraban a diversos cargos públicos en este proceso electoral, o bien, alguna candidatura, candidatas y candidatos que ya estaban en campaña en los procesos locales y federal, o bien, que contendieron por algún cargo, por una candidatura partidista, que han sido asesinados en los últimos meses.
Se trata también de aspirantes, dirigentes partidistas de distinto nivel, funcionarios públicos, principalmente en el ámbito municipal, pero no sólo, y diversas personas que tienen que ver con la política, con el ejercicio de la política, y que han sido atacadas desde septiembre pasado cuando comenzó formalmente el proceso electoral en curso.
Para el INE, estos crímenes son mucho más que una cifra, eran personas que habían decidido participar en política y apostar por la vía electoral, es decir, por la vía democrática, ya sea para llegar al poder, o bien, para representar a su comunidad en los poderes legislativos federal o locales.
Son personas que participaban en el juego democrático, y que, en sentido contrario a la apuesta del crimen organizado, buscaban dirimir las naturales diferencias de la política por la vía electoral, que es, insisto, la vía pacífica y civilizada que, afortunadamente, México ha logrado construir durante las últimas décadas.
Por ello, si se me permite, a nombre de este Consejo General, hacemos un pronunciamiento de condena frente a la violencia y a la barbarie, un pronunciamiento que estoy seguro es unánime de quienes integramos este cuerpo colegiado.
Como ya lo han expresado en esta mesa en diversas ocasiones las representaciones de los partidos políticos, tengo la certeza de que en esta condena coincidimos todas y todos, con un mensaje claro de rechazo de nuestro sistema político, a quienes pretenden amenazar a la democracia con este tipo de acciones.
Lamentamos todos y cada uno de los crímenes ocurridos a lo largo de este proceso electoral, y cada una de las amenazas, ataques y acciones de violencia e intimidación que irrumpen en los comicios con fines detestables, como son el de crear zozobra, impedir la participación de la sociedad, cerrar el paso a algún candidato o candidata, o fuerza política, y sustituir el diálogo y la contienda electoral pacífica a través de la imposición de la fuerza.
Hacemos también desde aquí un llamado a las autoridades responsables de generar las condiciones de paz pública, las condiciones indispensables para que la democracia se recree durante un proceso electoral, para que se investiguen a profundidad, a cabalidad, con prontitud, con oportunidad y se sancione a los responsables.
El esclarecimiento de estos crímenes contra la política son fundamentales para el fortalecimiento y la reivindicación de la vía democrática como la vía en la que una sociedad plural y diversa convive.
Frente a estas acciones, estoy seguro, la sociedad mexicana habrá de anteponer su participación masiva en las urnas el próximo 6 de junio; el voto, una vez más, será la manera en la que las y los mexicanos le diremos no a la violencia, y refrendaremos nuestro compromiso democrático.
Hago un llamado a las autoridades municipales, locales y federales en los ámbitos de su competencia a realizar, además, todas las acciones de gobernabilidad y seguridad que garanticen que esta fiesta democrática se pueda llevar a cabo en condiciones de paz pública, en las condiciones de paz pública necesarias para que el voto pueda ejercerse además de en libertad, cosa que las autoridades electorales garantizaremos, también en paz.
El mejor y más contundente mensaje que habremos de dar como sociedad a quienes apuestan por la violencia y el crimen será una vez más el voto, que como ha ocurrido en los últimos años nuevamente habrá de expresarse de manera libre y en condiciones de equidad, legalidad y certeza.
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