VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LAS INTERVENCIONES DE LA CONSEJERA DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), CLAUDIA ZAVALA PÉREZ, DURANTE EL CONVERSATORIO VIRTUAL “DESAFÍO JURÍDICOS Y CULTURALES DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN POLÍTICA ¿INCLUSIÓN, EQUIDAD O PARIDAD?”, EN EL MARCO EL QUINTO SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN DEL LABORATORIO DE INNOVACIÓN DEMOCRÁTICA
Muchísimas gracias, Zaira.
Me da mucho gusto saludarles, muy buenos días a todas, a todo, a quienes estamos aquí.
Primero voy a agradecer y de manera muy rápida, al comité organizador del Laboratorio de Innovación Democrática y al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco por permitirme estar aquí con ustedes.
Saludo con mucho gusto a Zaira, que nos ha presentado, gracias por la amable presentación.
A Melisa Amezcua, a Claudia Arteaga, a Elizabeth Prado, que van a compartir conmigo esta mesa de diálogo, y a todas y a todos ustedes.
No me quiero retrasar más porque el tiempo nos apremia y como las preguntas son muy provocadoras he preparado unas líneas, de verdad, para no perderme porque creo que la óptica que yo les quiero presentar es, qué hemos vivido desde la política a partir de estas preguntas.
Y bien, para no retrasarnos en esta pregunta es, por qué debemos pugnar, por la inclusión, por la equidad, por la paridad, o por la igualdad, y cuál es la cuestión de diferencias, si es que la encontramos y que yo creo que sí.
En mi caso, me voy a concentrar, a tratar de dar respuesta cuál es nuestra situación en la política y en los procesos electorales, no voy a abrir otro espacio porque está abierto también en la pregunta para la academia.
Las reformas constitucionales y legales de las últimas décadas pues han permitido un avance significativo en el ejercicio de nuestros derechos político-electorales, el de las mujeres, particularmente estos avances se han visto reflejados en el acceso a los cargos de elección con un incremento importante a partir de la reforma 2014.
Hay que decirlo, ahí es donde se da mayor participación en la integración del Congreso de la Unión y de los congresos de las entidades federativas y los ayuntamientos a las mujeres, pero este incremento no ha sido gratuito ni ha sido lineal, ni porque lo más normal es que sea así.
Desafortunadamente no ha sido producto de un cambio estructural y cultural en las formas de hacer política que permitiera de manera natural la postulación paritaria de mujeres y hombres, ha sido necesario, y hay que subrayarlo, el activismo y la intervención de las autoridades electorales, de la sociedad civil, de los colectivos y colectivas de las mujeres en el poder para, primero, alcanzar los mínimos indispensables de postulación paritaria en los cargos públicos y, después, crear esas condiciones que permitan el ejercicio idóneo de los derechos político-electorales. Y digo el ejercicio idóneo porque hemos encontrado ahí una gran resistencia y que estos espacios sean ocupados por mujeres y que en esa ocasión pues que estén libres de violencia política en cualquiera de sus manifestaciones.
Estos esfuerzos se han visto reflejados en la adopción de importantes acciones afirmativas que permitieron equilibrar las formas en las que los partidos políticos pretendían dar cumplimiento al principio de paridad, entre esas acciones afirmativas están el encabezamiento de listas de representación proporcional de mujeres, que fue lo que nos permitió avanzar a los números que hoy tenemos en la integración del Congreso de la Unión tanto en Cámara de Diputados como de Senadores.
La vigilancia para que la postulación no ocurra en esos distritos o ayuntamientos definidos como perdedores por parte de los partidos políticos, que no haya ese sesgo o/y que la paridad, este criterio de paridad en sus varias dimensiones vertical, horizontal y ahora transversal.
Debo decir que varios de estos esfuerzos se tradujeron en disposiciones legales, recordemos la reforma de 2019, denominada Paridad en Todo que, además de integrar al cuerpo legal diversas acciones afirmativas que ahora son consideradas normas, introdujo mandatos respecto de la obligatoriedad de todas las autoridades del Estado mexicano de implementar políticas necesarias para que todos los órganos y las instituciones del Estado estén integrados de manera paritaria.
Ya está en ley, ahora hay que ver y hay que dar seguimiento a que verdaderamente suceda.
Voy a referirme rápido respecto a, si debemos pugnar por inclusión, equidad o paridad, debo decir que en principio sí existen diferencias conceptuales entre ellos.
La paridad de género es un principio constitucional que rige la forma en la que los partidos políticos deben postular candidaturas a todos los cargos de elección popular, podemos verlo con una regla de 50/50.
La equidad supone el derecho que poseen todas las personas a recibir un trato justo, más allá del género y la lucha por garantizar el acceso de todas las personas a oportunidades en el ámbito social.
Y la inclusión, desde mi óptica, engloba una aspiración más amplia que persigue como fin último una sociedad que se reconozca como iguales en la tutela y garantía, no sólo de los derechos, sino también del reconocimiento que acepta la diferencia.
Y aquí, estos tres con estas diferencias conceptuales engloban la igualdad. Sin la igualdad no podemos caminar en esta sociedad.
Gracias.
(Segunda Intervención)
Muchas gracias.
Bueno, a ver, en materia político electoral y sigo refiriéndome en ello.
Yo creo que nos falta mucho porque nuestro objetivo es llegar a tener una sociedad igualitaria e incluyente, que reconozca las diferencias y que permita que hombres, mujeres y todas las personas ejerzamos de manera libre nuestros derechos sin esas condiciones sociales que se nos han impuesto.
Nosotros en materia electoral creo que podemos afirmar podemos afirmar o puedo afirmar que hemos dado un avance para derribar ese techo de cristal. Hemos avanzado con reformas legales en la que nos ha permitido ir construyendo un camino, junto con las autoridades electorales y esos marcos normativos, que permitan la integración de las mujeres.
No obstante, creo que esa parte, aun cuando hemos abonado a mayor integración en números, tenemos un gran pendiente y ahí es un tema que debemos reflexionar porque la integración de las mujeres a los cargos públicos no ha estado exenta de esas mismas resistencias sociales y de toda la estructura que tenemos para cuando las mujeres están ejerciendo el cargo.
Y hay una medición muy clara respecto de qué ha pasado con la integración de las mujeres, ya sea a candidaturas o a los cargos públicos de elección popular, ha habido un incremento en la violencia política contra las mujeres. Desde esas formas de proceder sutiles que parece que no pasa nada y que están tan normalizadas en nuestra sociedad hasta violencias feminicidas.
Entonces creo que sí es uno de los grandes pendientes que nosotros tenemos porque si bien es cierto, y aquí reitero, porque hay que darles ese valor a los movimientos y a los colectivos feministas, porque son ellas y las mujeres en la política las que se han unido y, a través de esos esfuerzos, se han logrado cambiar los marcos normativos que permiten a las autoridades actuar de manera diferente.
Me parece que el gran reto está en cómo estamos ejerciendo los derechos político-electorales las mujeres, en qué exigencias se nos está pidiendo, sobre todo a las mujeres políticas, en qué desventaja se están llevando a cabo el ejercicio de sus derechos políticos-electorales, porque si son candidatas y está medido, esto está medido, tienen menores posibilidades y cobertura en medios de comunicación que son los espacios de radio y televisión o en redes sociales.
En redes sociales tienen un mayor ataque, es curioso que podemos advertir estos factores y los partidos políticos también tienen una deuda porque los recursos públicos los dirigen, los recursos dirigidos a fortalecer estas candidaturas o liderazgos los dirigen prioritariamente a los hombres.
Entonces, fortalecen candidaturas de hombres y aunque las mujeres estando en la competencia electoral tienen esta parte de dificultad para poder llevar a cabo estas candidaturas y, en el ejercicio del cargo, hemos avanzado en el marco normativo en cuanto a hacer visible la violencia, tenemos un registro, hoy ya, a partir del inicio de este proceso electoral, de personas que violentan y que por decisión firme se ha determinado que son violentadores o violentadoras.
El tema es, que esa visibilidad que hoy tenemos nos da cuenta de la crudeza que viven las mujeres que están ejerciendo el cargo, sobre todo, en el ámbito municipal. En el ámbito municipal son excluidas, son agredidas, no son convocadas, hay “N” número de formas en las que de facto se están limitando.
Así que, para concluir en este minuto que me queda, si bien nosotros hemos avanzado en marcos normativos motivados por la lucha de las mujeres en la política y de la sociedad civil y acompañados con las autoridades, el gran reto que hoy tenemos que vencer en este techo de cristal, en estos pisos pegajosos, en todo este contexto, es que las mujeres verdaderamente puedan ejercer sus derechos con esas condiciones de participación igualitaria y condiciones de ejercicios de cargo sin violencia, sin ningún tipo de violencia.
Ese creo que es de los grandes pendientes que tenemos, aunque reconozco que en materia político-electoral hemos avanzado en marcos normativos. Hasta aquí mi participación.
Muchas gracias.
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