VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA MESA DE DIÁLOGO DEL MOVIMIENTO SUFRAGISTA A LA PARIDAD DE GÉNERO, ORGANIZADA POR EL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE)
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muy buenas tardes a todos y a todas, les damos las gracias por acompañarnos en el inicio de este ciclo de mesas Del Movimiento Sufragista a la Paridad de Género.
Y, por supuesto, les damos las gracias a quien nos acompañan en las redes sociales. Y les damos la bienvenida a nuestras invitadas.
Y, bueno, quisiera saludar a las doctoras Georgina Cárdenas Acosta, a la doctora Teresa Inchaustegui Romero, la doctora Gisela Zaremberg y a los consejeros y consejera maestra Dania Ravel y el consejero doctor José Roberto Ruiz Saldaña.
Buenas tardes y bienvenidos.
En esta mesa de diálogo tiene un carácter especial por varias razones, la principal pues la efeméride de hoy, 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.
Este día conmemoramos en el mundo las luchas y reivindicaciones de las mujeres por la igualdad y el reconocimiento y ejercicio efectivo de todos nuestros derechos.
Una fecha cuyos orígenes se remontan a la lucha de las mujeres trabajadoras y también a la exigencia del sufragio universal para todas las mujeres.
Hay una consigna que comparto y que reza que el 8 de marzo no es de fiesta, es de lucha y de protesta.
Y, en efecto, este día no es de celebración, sino una conmemoración a las exigencias profundas de múltiples generaciones de mujeres, entre ellas, la del movimiento sufragista que ha sido fundamental para la democracia moderna.
Es también un día para alzar la voz sobre las condiciones y posición de desigualdad de las mujeres, especialmente de aquellas para quienes la intersección de género con otras condiciones como la etnia, la edad, la discapacidad, la identidad sexual y de género, entre otras, se traduce en mayor vulnerabilidad, exclusión y discriminación.
Asimismo, es un día para reconocer los obstáculos y exigir su erradicación para que logremos el pleno ejercicio de los derechos de todas las mujeres.
Sin duda, las violencias contra las mujeres y sus distintas manifestaciones, es el mayor lastre que debemos erradicar, siendo en particular la violencia política contra las mujeres en razón de género uno de los mayores retos que debemos enfrentar en el actual proceso electoral.
Por ello, agradezco a las especialistas que participan en esta mesa, que hayan hecho un espacio en sus agendas en un día tan especial como hoy para poder abrir esta conversación de este ciclo de mesas de diálogo que hoy iniciamos y que juntas reflexionemos el camino que nos ha llevado al movimiento sufragista a la paridad de género.
Dialogar en torno a las demandas, los planteamientos, ideas, propuestas y exigencias ciudadanas de las mujeres en torno a su participación política.
Así también, reflexionar sobre los desafíos y los obstáculos que persisten y que tienen por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de las mujeres.
Conversar sobre el tema, implica remontarnos a hace más de 100 años.
En 1916 se llevó a cabo el Primer Congreso Feminista en México, en el cual las mujeres alzaron la voz reivindicando el derecho al sufragio y el pleno reconocimiento de su ciudadanía, como sujetos de derecho.
Sin embargo, el Constituyente fue omiso a las demandas de las mujeres y no se vio reflejado en la Constitución Política de 1917.
Sería hasta 1947 cuando se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser electas, pero solo a nivel municipal.
Y hasta 1953 cuando por fin se reconoce el derecho al sufragio de las mujeres y que resultó que hasta el 3 de julio de 1955, fue la primera vez que las mujeres mexicanas ejercieron su derecho a votar.
El reconocimiento formal a este derecho fue insuficiente o ha sido insuficiente. Para lograr la participación de las mujeres en condiciones de igualdad, por lo que la última década del Siglo XX, se impulsó como una acción afirmativa la implementación de cuotas de género, y primero fue un (falla de transmisión) podían ser electas, después de cambió del 60 a 40 por ciento, y bueno, al principio esto era de manera indicativa a los partidos, después se volvió obligatoria.
Recientemente ha habido varios pasos cruciales en los avances del desarrollo y la calidad de nuestra democracia, y en ello pues se ha creado el reconocimiento constitucional del principio de paridad de género en el 2014, y fortalecido con la reforma del 2019, conocida como la paridad total o paridad en todo, y asimismo, sin olvidar la reforma del 13 de abril del 2020, donde se publican todas estas reformas en materia de violencia política contra las mujeres en razón de género.
Estos avances normativos, sin duda, son fundamentales para buscar y asegurar la participación política de las mujeres, reconociendo que esto refiere desde una óptica de línea del tiempo, a las largas luchas de las mujeres que es importante y necesario reivindicar, a fin de identificar en un sentido el horizonte inmediato los principales retos, obstáculos y desafíos que nos plantea nuestra democracia y un claro feminista, claro, incluyente e interseccional, entendiendo cómo es que estamos ante una tarea todavía en construcción, por lo cual a través de esta mesa de diálogo abrimos la reflexión sobre estos importantes temas con la participación de nuestras especialistas, doctora Georgina Cárdenas Acosta, doctora Teresa Incháustegui Romero, doctora Gisela Zaremberg y la maestra Dania Ravel, quienes contarán cada una con 15 minutos para exponer sus reflexiones.
Asimismo, también invitamos a nuestra audiencia a que puedan hacernos de sus preguntas vía chat y a las plataformas donde se sigue, a fin de enriquecer el diálogo de esta mesa.
Antes de darle el uso de la palabra a la doctora Georgina Cárdenas Acosta, me gustaría presentar de manera muy breve, muy sintética de su amplio currículum.
Es doctora en antropología e historia, ha hecho estudios de posgrados en los temas de participación política de las mujeres, actualmente es jefa de carrera de sociología y secretaria del Comité de Género de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM. Es investigadora del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1. Es integrante de la Red de Politólogas No sin Mujeres.
Especialista académica integrante del observatorio de participación política de las mujeres en la Ciudad de México y del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México.
Y en octubre del 2018, recibió la medalla Omecíhuatl en la categoría 7, otorgada por el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México por su contribución al impulso, promoción y garantía de los derechos políticos de las mujeres.
Muchas gracias, doctora.
Adelante, por favor.
Académica de la UNAM, Georgina Cárdenas Acosta: Muchísimas gracias, consejera.
Agradezco la invitación, por supuesto, me siento muy agradecida, Consejera Norma Irene De La Cruz Magaña por esta invitación.
Y también agradezco la oportunidad de compartir esta mesa con las mujeres que siempre han sido mis referentes académicas.
Un saludo cariñoso a la doctora Teresa Incháustegui, a la doctora Gisela Zaremberg y a la consejera Dania Ravel, con quienes no solo comparto foros, sino que nos une el compromiso por la igualdad sustantiva.
La verdad es que desde que me plantearon la temática de la mesa, me sentí muy entusiasmada porque me parece que ya es necesario eliminar el borrado de las mujeres, hacer justicia y reinsertar a todas las feministas que dejaron expuesta aquella democracia que restringía la participación de las mujeres a quienes no solo se les excluyó de forma explícita, sino también de forma simbólica.
Sin duda nuestras calles, parques, monumentos, auditorios y demás edificios públicos tendrían que tener el nombre de estas mujeres que han hecho historia importante, que han hecho que haya una democracia incluyente.
Partiendo de la reinserción a la historia de las mujeres, me gustaría compartir que las sufragistas de diferentes latitudes durante el siglo XIX y XX ya delineaban la idea de la paridad, sus demandas no solo se limitaban a la obtención del sufragio, sino que ya había quienes hablaban de la igualitaria representación de las mujeres.
De acuerdo con autores como Bataille y Gaspar, señalan que en 1885, Bertin Okled planteó en su programa electoral que las asambleas debían estar integradas de la misma cantidad de mujeres que de hombres.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, Monet Thomas declamaba que hubiera representación proporcional en el Parlamento.
Y en 1947, Hellen Brion demandó que en las asambleas y reuniones de consulta hubiera tantas mujeres como hombres.
Si bien hubo voces aisladas que promovieron la igualdad de representación, el énfasis en la disparidad de la representación numérica de las mujeres en los espacios de toma de decisiones, este énfasis comienza a ser visibilizado y colocado como objeto de estudio, de indignación y de cuestionamiento hasta finales del siglo XX.
Como ya sabemos, Francia será el primer país en revisar su Constitución e incluir la Ley de la Paridad en el 2000.
Este hecho representa una ruptura con el pasado, hasta ese momento la paridad carecía de precedentes legales en el resto del mundo.
Mientras tanto, ¿qué pasaba en México? Pues a finales del siglo XX, las queridas hermanas Esperanza, Enriqueta, Julia Tuñón, así como la historiadora Ana Lau, Ana Macías, Gabriela Cano, Patricia Galeana entre otras investigadoras feministas, comenzaron a documentar la amplia participación política de las mujeres en el siglo XX.
Su trabajo ha sido de gran valía, porque ayudó a reinsertar a las mujeres en la historia política mexicana, y es que no sé si les pasó a ustedes, pero por lo menos a mí, cuando estudié la educación básica, en ese momento la educación tenía ceguera de género y no nos hablaban de las mujeres que habían hecho historia en su momento.
Ahora sabemos que muchas mujeres tuvieron una amplia participación en diferentes movimientos sociales, sindicales, políticos y muchas más centraron sus esfuerzos en la búsqueda del sufragio femenino tanto a nivel local como federal.
Una vez que se obtiene el sufragio universal la participación de las mujeres se va complejizando, hay diferentes niveles de actividad, y esto hasta la década de los 70 que hay un resurgimiento de la lucha del movimiento de las mujeres a través del movimiento feminista, en donde se está buscando lograr la igualdad real con los hombres pero yendo más allá de las cuestiones legales.
Para la década de los 90, el movimiento feminista y de mujeres sigue luchando por la democracia y aporta una serie de nociones en torno a la igualdad de género y se logra la institucionalización.
El papel de las conferencias internacionales resultará crucial en ese momento de la historia, porque se van creando mecanismos e instancias que buscan garantizar la igualdad de derechos, oportunidades, el acceso a recursos entre mujeres y hombres, y esto como requisito indispensable de la democracia.
También las cuotas de género posibilitarán que las mujeres comiencen a traspasar del lumbral de minorías simbólicas y se empiecen a constituir como una minoría activa.
Pero bueno, hubo un cambio y en los albores del siglo XXI arriba la paridad. Este principio que es solo un punto de partida, que busca ampliar la justicia social, renovar valores éticos y construir una nueva cultura política, como dice Rosa Cobo:
“Es el primer paso que posibilita allanar el camino a la realización de la igualdad, es una estrategia orientada a ampliar la libertad, la igualdad y la autonomía de las mujeres en sociedades patriarcalmente estratificadas”.
Parafraseando a una de mis autoras favoritas, Adriana Medina, la paridad implica la participación activa de las mujeres en la construcción de una agenda política nacional, estatal y local, así como el diseño, la implementación de la agenda de género.
En el marco de la paridad, quisiera compartir con ustedes que, a pesar de que las especialistas han dado una larga lista de mujeres que han contribuido a la construcción de un México democrático, ¿sabían que hasta el día de ayer fueron sólo siete mujeres, los nombres de siete mujeres estaban inscritos en letras de oro en las columnas de un muro de honor de sesiones de la H. Cámara de Diputados?
Éstas eran: Ana Nava, Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez, Mariana R. del Toro de Lazarín, Carmen Serdán, Margarita Maza de Juárez y Sor Juana Inés de la Cruz. En el transcurso del día de hoy se sumaron, por fin, dos nombres más, el de Hermila Galindo Acosta y el de Elvia Carrillo Puerto.
Esto frente a 52 nombres de hombres, es decir, las mujeres apenas alcanzamos un 11 por ciento en los muros.
Tenemos una legislatura de la paridad, no obstante, las mujeres nunca estamos paritariamente nombradas en los muros de honor.
Y si observan con detalle los murales que hay en todo el recinto, es difícil observar a mujeres pintadas.
Sin duda, la exclusión es simbólica, y en ese sentido, últimamente he estado escribiendo sobre la carencia del capital simbólico de las mujeres en el ámbito político, esto desde la perspectiva de Burgui, porque esto habla de la falta del reconocimiento social, de la distinción y el crédito que es otorgado por las demás personas, aquí concretamente por los hombres que mantienen la hegemonía del poder.
De esta forma vemos como la paridad y las leyes progresista que hoy en día tenemos conviven con un orden de género, un orden de dominación masculina en el que hay intereses arraigados que se sostienen a través de relaciones de poder jerarquizadas entre mujeres y hombres y aun cuando la paridad amenaza esas relaciones de poder, este orden se encuentra encarnado a través de disposiciones duraderas.
Una de sus expresiones puede verse a través de la violencia política contra las mujeres en razón de género, que es un síntoma de la resistencia de las personas guardianas de los esquemas de dominación masculina.
Y bueno, si me lo permiten quisiera cerrar mi intervención leyendo un pequeño poema que vale mucho la pena de la escritora y poeta Oaxaqueña, Rosy Tejedora, que se llama A mis ancestras.
Disculpen que no lo lea tan bonito como ella lo leería y ahora que traigo braquets, menos, pero le voy a echar ganas, ¿okey?
A mis ancestras.
Retumba la tierra de agravios, de llantos.
En sus ojos solo veo injusticias que cada día se vuelven silencios.
Cúbranme con su rebozo, ahuyenten mis penas.
No dejen a la niña sentaba en la banqueta pidiendo pan, mirándome con deseos de jugar.
Díganle a la madre que sus hijas desaparecidas pronto regresarán.
Dígale a la trabajadora sexual que no la matarán.
Pídanle al viento que acaricie el rostro de las jóvenes que han dejado de soñar.
Abrácenme con su historia para que no olvide su lucha, sus voces y en mi memoria se han motivo para no sentirme sola.
Hoy no les pondré flores, ni alabanzas, ni promesas, quiero que sus rostros se implanten en el mío y sea la semilla que grite, ¡libertad!.
Muchísimas gracias.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: ¡Bravo!
Oye pues muchas gracias, doctora.
Es bien interesante cómo vamos, estamos hablando de, efectivamente de la legislatura de la paridad, estamos exigiendo paridad en todo y seguimos siendo invisibilizadas en la historia, ¿no?, (Falla de Transmisión) de los muros de honor, bueno ahí nos recuerda por qué estamos todavía luchando y por qué todavía estos espacios son necesarios e importante porque si no lo nombramos nosotras, ¿quién?, ¿no?
Pues muchísimas gracias.
Vamos a continuar con nuestra siguiente invitada, me voy a permitir leer una breve semblanza de la doctora Teresa Incháustegui Romero, que es doctora en Ciencias Políticas y es Presidenta de la Red Iberoamericana por la Igualdad de Género, fue diputada federal en la Sexagésima Primera Legislatura y se ha desempeñado en diversos cargos públicos a nivel federal, local y enfocados en la creación y fortalecimiento de políticas públicas a favor de la igualdad de género, entre los que destacan haber sido directora y fundadora del centro de estudios para el adelanto de las mujeres y equidad de género de la Cámara de Diputados; Directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y también Directora General de Evaluación y Desarrollo Estadístico y Directora General de Operación y Monitoreo del Instituto Nacional de las Mujeres, es profesora y docente de diferentes programas y universidades en temas de género.
En 2012 recibió la nota Amigos Curiales, amigos de la corte, por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Adelante, doctora, buenas tardes, bienvenida.
Especialista en temas de género y derechos humanos, Teresa Incháustegui Romero: Buenas tardes. No me veía. Muchas gracias.
Saludo a la distinguidas consejeras, a Gisela Zaremberg, Adriana, a todos y a todas que nos escuchan.
Bueno, yo me permití hacer una reflexión un poco, pues, más académica sobre el tema de la paridad y el sufragismo que un poco el tema que estamos iniciando esta mesa y, bueno.
Hay que decir que la paridad representa un cambio importante en la trayectoria del universalismo abstracto con el que se había medido el movimiento feminista tanto sufragista como el de la segunda ola, que estaba marcado por esto que John Scott llamó la paradoja o la ciudadanía paradójica que las mujeres habían conquistado hasta mediados de los años setenta en donde estábamos luchando por la igualdad de unos derechos confeccionados a la medida del hombre, del varón o del género masculino y al mismo tiempo tensionando este derecho a reconocer las diferencias.
Por eso, señalaba John Scott el tema de la paradójica ciudadanía.
Pero en cambio la paridad rompe esa paradoja, porque no busca derechos específicos para las mujeres, no es una, no son acciones afirmativas aunque a veces se las confundan y se las vea así, sino lo que hace la paridad es de construir este universalismo abstracto basado en los derechos a la medida de la mitad del mundo, a los hombres, en los cuales se había confeccionado los derechos sino que reconoce que la humanidad está configurada por personas, pues, básicamente, de dos sexos, no estoy hablando del género en donde puede haber una gama enorme y entonces, en función de esto los derechos deben ser cifrados sexualmente.
Y por eso también la paridad se abre para toda la gama de expresiones genéricas, así está planteado, por ejemplo, en este efectivo reparto, 50 a 50 de la reforma al artículo 72 promulgada en el 2019.
Entonces, aquí es donde, efectivamente, entramos no sólo un reparto 50 a 50 de los cargos y puestos políticos en toda la estructura de gobierno: ejecutivo, legislativo, judicial, gobierno federal, estatal y locales, sino que, además, es la primera vez que el cuerpo entra a la política.
Es decir, el cuerpo en términos de ser la medida de las necesidades humanas, por ejemplo, las de cuidado, pero también la medida de la especificación de los derechos a la salud, al trabajo, a la movilidad, a lo que queramos, el derecho a la libre movilidad, los derechos sexuales y reproductivos. Todo queda ya con cuerpo, porque se acabó el universalismo abstracto.
Y esto es un punto que a veces se nos olvida, porque seguimos entrampadas en la idea de que la paridad solamente significa reparto de poder en términos de puestos y en realidad, estamos hablando también de un nuevo modelo de políticas públicas donde la igualdad pasa por la generización de los derechos.
Y aquí, entonces, es otro campo nuevo, abierto, que se ha ido caminando a trompicones en aquellos países donde se está ya asumiendo esta nueva formulación de manera que vamos muy lentos, vamos paso a paso en este camino y creo que hace falta una recapitulación de cómo se específica estos derechos.
Voy a poner un ejemplo, que es un ejemplo muy nuestro, pero creo que sí vale y lo que de lo que significa, por ejemplo, la paridad en el sistema de normas o el sistema normativo indígena.
Uno realmente puede sorprenderse cuando lo conoce que la ciudadanía de las comunidades indígenas es exclusivamente masculina, algo que podríamos pensar que estamos hablando de dos, tres siglos atrás.
Bueno, en muchas comunidades indígenas, porque hay una variedad enorme, las mujeres están dos o tres escalones abajo y no participan en asambleas y, por lo tanto, no tienen derecho a ingresar a ese sistema de jerarquía de cargos que empiezan los hombres desde que son pequeñitos y que van subiendo todos los cargos son sin pago, el derecho a ser ciudadano que tienen los hombres corresponde a una serie de obligaciones y servicio, pero ellos van subiendo en esa jerarquía hasta que pueden acceder al máximo poder de representación de su comunidad, que es, por ejemplo, ser presidente municipal.
Las mujeres no pueden subir por ese escalón, porque todo lo que hacen por la tierra entra a su contribución familiar, su familia es el ámbito desde el cual participan la comunidad, no tiene derecho individual a la tierra, aunque cultive la tierra no tiene derecho a recibir techo, aunque participe de alguna suerte en el tequio, es decir, no tiene derecho a nada.
Y ahora, que la ley obliga a las comunidades indígenas a asimilar la paridad a su sistema normativo, tienen que construir una escalera propia que a veces también a mujeres no quieren subir porque no les interesa.
Entonces, están en esa parte de cómo construir el acceso a su derecho y las que han caminado hacia allá han comenzado a trabajar desde su cuerpo su participación en la comunidad y su participación en el cuidado de la tierra, su derecho a la tierra, su derecho a su identidad, su derecho a su ciudadanía.
Entonces, ahí está todo ya articulado, pero, pues falta mucho todavía para que podamos poner los derechos humanos en la clave de esta generación.
Qué significa para los hombres el derecho al cuidado.
Qué contra prestaciones deben de recibir o deben hacer por recibir cuidado, qué cuidados tienen que dar, en fin.
Creo que aquí es lo que está pues una nueva agenda legislativa y social, política que no es solamente una norma por decreto, sino que tiene que ser construida, consensada, debatida, porque de otra manera se convierte en algo completamente externo a la lógica y a la solidaridad de la comunidad que lo primero que piensan es ver cómo la evaden.
Ya sabemos, tenemos los ejemplos de lo que pasó en las elecciones pasadas, donde hubo hombres vestidos de mujer que querían acceder por pretenderse mujeres, en fin.
Cosas que como no son parte del cemento social que estamos construyendo, pues aparecen como cosas externas e imposiciones externas que hay que resistir.
Entonces, ¡ojo!, la paridad para que sea una realidad y para que realmente represente un nuevo contrato social entre hombres y mujeres, debe de ser construida por consenso, por armonización y, sobre todo, por generización de los derechos.
Esto sería cuánto.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchísimas gracias, doctora.
Bueno, tocó varios temas así importantes y esta definición de la paridad implica un nuevo modelo de políticas públicas, un nuevo contrato social.
Y, bueno, aquí nos pone todavía más elementos para irnos planteando cómo vamos a llegar eso, porque finalmente aún las demandas de las mujeres mexicanas no son homogéneas.
El caso específico, tenemos que hablar de nuestra lucha todavía tiene que ser inclusiva. Inclusiva por las que están atrás y hay quienes estamos adelante, entonces, efectivamente, si no tenemos esta visión misma de inclusión de todas las mujeres, de todas las formas de ser mujeres para lograr el pleno ejercicio de los derechos y la construcción de un nuevo contrato social.
Muchísimas gracias, doctora.
Vamos a seguir con nuestra siguiente invitada, la doctora Gisela Zaremberg, que es doctora en Ciencias Políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Flacso México.
Actualmente se desempeña como profesora e investigadora y coordinadora académica de la maestría en Políticas Públicas y también es parte de la red de politólogas de No sin Nosotras.
Es articulista.
Ha publicado en diversas revistas de reconocido prestigio, ha publicado varios libros, entre ellos, el voto de mujeres y asistencia social en el México Priísta y la Argentina-Peronista de Flacso también. Tuvo libros sobre instituciones políticas latinoamericanas.
Bienvenida Gisela, buenas tardes.
Adelante, por favor.
Académica de Flacso México, Gisela Zaremberg: Muchas gracias, buenas tardes.
Muchas gracias por la invitación a esta mesa.
Gracias, Consejera Norme Irene Cruz De La Cruz y a todo el equipo que organizó este evento.
Y es un honor, por supuesto, estar acompañada de colegas tan queridas este día.
Yo voy a compartir una presentación, y voy a empezar refiriendo una frase que solemos decir, pero que muchas veces no nos damos cuenta qué es lo que implica, ¿no?
Solemos decir que en 1953 obtuvimos las mujeres mexicanas, el derecho de voto y eso es cierto, pero no completamente preciso, ¿por qué? Porque en realidad obtuvimos dos derechos profundamente interrelacionados entre sí o si quieren mejor un derecho que tiene dos aspectos relativamente diferentes.
Un aspecto es que obtuvimos el derecho a votar, es decir, a ser electoras, y eso significa poner en la urna la papeleta y elegir a nuestros representantes.
Por otro lado, obtuvimos el derecho a ser votadas, es decir, a ser candidatas y a ser elegidas por otras, otros, como sus representantes.
Quiero enfatizar esta diferencia porque lo que pasó en la historia es que el primer derecho, el derecho de votar, se hizo realidad, pasó, digamos, de la letra escrita a la realidad, en forma un poco más rápida que el derecho a ser votadas.
Tardamos mucho tiempo y todavía estamos intentando hacerlo efectivo, realmente efectivo en muchas partes del mundo, inclusive estamos intentando no perder la vida en el intento o no ser violentadas en el intento.
Entonces, quiero invitarlas a una breve excursión, una especie de breve tour histórico en tres paradas, con tres paradas en distintos periodos.
El primer periodo, desde el momento en que se obtiene el derecho al sufragio hasta los años 70, la segunda parada de los años 70 hasta el 2000, y la tercera parada del 2000 hasta nuestros días. En cada periodo voy a intentar mostrar cuáles fueron los avances y la sintonía del contexto con estos avances en los derechos políticos de las mujeres, y al mismo tiempo algunas contradicciones y obstáculos.
Entonces, los invito a la primera parada.
Bueno, la primera parada, me pregunto aquí principalmente, ¿qué pasó después de haber obtenido este derecho a votar y ser votadas?
La verdad y quizá a quien le sorprenda más, menos, ya nos dirán, no pasó demasiado, especialmente con respecto al derecho a ser votadas, ¿qué quiere decir esto? El promedio internacional de acceso de mujeres a cargos electivos en congresos en los años 50, era del 7.7 por ciento a nivel internacional, inclusive en países en donde el movimiento sufragista había sido muy fuerte, como Estados Unidos o Gran Bretaña, que están en la diapositiva puestas en la línea, por debajo de la línea morada que es la línea del promedio.
En 1946 después de casi 25 años de haber obtenido el derecho a ser votadas, las mujeres en Estados Unidos apenas alcanzaban el 2.1 por ciento del acceso a cargos electivos.
En Gran Bretaña el 3.8; en México en 1964 llegamos a unos casi 10 años de haber obtenido el derecho, estaban en el seis por ciento, por debajo del promedio internacional y estoy incluyendo ahí para Cámara de Diputados a mujeres en posiciones de suplente, también.
Hay algunas excepciones, después lo voy a mencionar, pero antes de mencionar las excepciones que están para esa época por encima del promedio internacional, quisiera contarle, compartirles por qué, qué se sabe a cerca de por qué se obtuvo este resultado tan pasmosamente pobre, digamos.
Bueno, una de las razones bastante estudiadas, es que en esas épocas los estados están construyendo estados de bienestar basados en la distribución de derechos sociales universales, lo cual es por supuesto muy loable, pero el problema es que esos derechos están concebidos como para ser otorgados a hombres proveedores que fueran jefes de familia tradicionales, y las mujeres estaban, se concebía que las mujeres debían acceder a esos derechos, por ejemplo a seguridad social, o a salud en calidad de esposas de estos hombres proveedores.
Esto entre otras cosas porque los estados de bienestar se basaron en pactos entre organizaciones corporativas, obrero o campesinas, empresariales y el estado, y quién dirigían estas organizaciones, pues los dirigían hombres que tenían estas concepciones.
Finalmente, en esta construcción, de estos estados de bienestar, los partidos políticos, así donde los partidos políticos pudieron atar lealtades electorales fuertes en torno a estas organizaciones corporativas, el derecho político de las mujeres resultó muy poco afectivo, el derecho político a ser votadas, resultó muy poco efectivo, accedieron muy pocas mujeres a cargos políticos, de una manera casi simbólica como dijo Georgina, porque finalmente no hubo necesidad de movilizar poblaciones electorales más amplías, excepto los países bajos, aquí les puse los casos de Finlandia, ustedes a Dinamarca y en un periodo muy, muy cortito Argentina en la época de Perón, en donde hubo, se pudieron construir o intentar construir estados de bienestar sin que alcanzara el pacto electoral con las organizaciones corporativas y como no alcanzaba por diferente (…) en cada uno de estos países, acudieron a movilizar a la gran, la masa digamos de mujeres de población electoral que había obtenido recientemente el voto.
Esta conformación, en esta época, obviamente se basó también en pactos, digamos, patriarcales, históricos de siglos, pero quiero mostrarles específicamente qué forma tomó en, después de haber obtenido en general el derecho al sufragio, cuándo comenzó a romperse esto, cuándo comenzó a cambiar.
Bueno, en los años 70, los estados de bienestar comienzan a desmoronarse y con ellos los pactos corporativos, electorales de los que le hablé, quienes habían pensado en ese momento que el feminismo había prácticamente perdido la vida después del sufragismo, se equivocaron, pues se dieron cuenta que por medio de estos espacios que comenzaron a abrirse el feminismo y el movimiento amplio de mujeres estaba más que vivo.
¿Por qué estaba más que vivo?
Bueno, por un lado, porque las mujeres habían accedido a lograr mejores niveles educativos y comenzaron a hacer más mercado laborales a nivel político, las mujeres a sus casas que habían llegado a la cima de los partidos y que habían asumido a cargos electivos, en muchos casos se habían encargado de fortalecerse por el feminismo y con un trabajo que hicieron casi de filigrana habían entendido muy bien que la base de los partidos estaban sostenidas por el trabajo de las mujeres en los territorios, más allá de estas corporaciones de las que les hablé.
Y, finalmente, también habían participado en movimientos estudiantiles, movimientos culturales y campesinos que habían quedado por fuera, sobre todo en América Latina, muy por fuera del alcance de estos estados de bienestar.
En sintonía, también con un legado de post-segunda guerra mundial, hay que también observar que después de la posguerra, además de estos procesos de estados de bienestar, hubo otro proyecto muy importante que yo creo que es importante hasta nuestros días, que la idea de conformar un proyecto civilizatorio en torno a los derechos humanos.
Y la idea fundamental que puede haber justamente evaluado, advertido que el ciclo y el nazismo, el holocausto se habían producido justamente a partir de un proceso electoral, Hitler había ganado las elecciones, etcétera.
La idea fundamental fue que hay ciertos principios de derechos humanos que no pueden quedar sujetos a los vaivenes de las administraciones electorales o de la subida o bajada de líderes políticos coyunturales.
Estos derechos no pueden quedar sujetos a consulta popular. ¿Por qué? Porque son un baluarte, una piedra angular, sí, nada más y nada menos que de la civilización.
El feminismo hizo eco muy fuerte con esta propuesta de marco de derechos humanos.
¿Cuáles fueron las principales contradicciones, obstáculos en este tiempo?
Bueno, en primer lugar, las dictaduras, hay que decirlo, queda un poquito más atrás, mejor, todavía, que justamente las dictaduras y las guerras sucias que arremetieron contra todos estos nuevos movimientos que demandaban derechos diferentes a los tradicionales.
Y, finalmente, en las transiciones a las democracias, luego de estos fenómenos, lo que vamos a ver es ahora sí que hay una tendencia contra el territorio que tiene que ver con el ajuste al estado y las propuestas, con respecto a que los mercados iban a mejorar, iban a solucionar los problemas públicos.
La contradicción aquí es que cuando los estados abandonan sus funciones, los mercados las retoman en cobro profundamente desiguales.
Para las mujeres esto significó que los servicios de cuidado, por ejemplo, de salud, se trasladaran a las familias. Y cuando decimos que se trasladan a las familias, inmediatamente tenemos que saber que eso significa sobrecargar a las mujeres en mayor medida que los hombres. Y esto, por supuesto, también afecta sus posibilidades de acceso a la vida pública-.
¿Qué aprendieron las mujeres y qué comenzaron cada vez a instalar más a partir del año 2000 en adelante?
Bueno, voy a señalar dos cosas nada más, que me parecen fundamentales:
Una primera es la fuerza de las acciones afirmativas en el campo de los derechos políticos, específicamente de las cuotas. Las mujeres van a defender muy valientemente, que la igualdad ante la ley es necesaria, pero no suficiente, que si no se compensan las desigualdades del partido entre hombres y mujeres, con medidas compensatorias temporales, el derecho a ser votadas nunca se va a hacer realidad como quedó demostrado en la propia historia.
Entonces, defendiendo las cuotas, las mujeres en México, las mujeres en México, las mujeres, el movimiento de mujeres, el feminismo, va a iniciar a empujar una serie de reformas en el COFIPE, en el Código Federal de Procedimientos Electorales, hasta el 2014, que podrían valerse como un juego un poco del gato y al ratón con los partidos políticos; es decir, cada trampa de incumplimiento empujan una nueva reforma que hace cada vez más difícil el incumplimiento, pero yo creo que la cereza del pastel va a necesitar el complemento de una amplia red de mujeres en diferentes poderes de la unión.
Y aquí viene el segundo aprendizaje, lo segundo que van a aprender es que hay que unirse más allá de las diferencias partidarias. En eso las mujeres mexicanas, hay que decirlo, son una lid y un ejemplo para América Latina y el mundo, ¿por qué? Porque entendieron que podían unirse, sobre todo, en torno a contenidos no doctrinales que generaran suficiente consenso (inaudible).
La lucha en contra de la violencia de género y el avance en derechos políticos va a ser un tema central para poder luchar juntas.
Un ejemplo claro para mí es Mujeres en Plural en el 2009 y toda la articulación de mujeres que logran en el 2011 la sentencia histórica que hace que los partidos finalmente cumplan con la normativa de las cuotas.
Y de ahí en más todas las reformas que han mencionado, desde la inclusión de la paridad como principio constitucional en el 2004, las reformas en torno a la violencia política y las más actuales referidas a acciones afirmativas para la población indígena, la diversidad sexual, las discapacidades, las estancias de unos días para la población migrantes.
¿Cuáles son las principales contradicciones actuales en este periodo? Bueno, déjenme señalar tres.
La primera, la constitución de lo que se ha dado llamar estados duales, es decir, por un lado, los estados tienen una cara formal y pública que defiende la legalidad. Por otro, han desarrollado un a cara paralela profundamente articulada con el crimen organizado, es una tendencia lamentablemente internacional, pero muy fuerte en países con transiciones democráticas jóvenes.
La cara formal está más presente en las zonas urbanas y en las capitales, la cara más oculta en las poblaciones y en los territorios que están en los márgenes.
Como analiza muy bien Rita Segato, en estados duales la violencia hacia las mujeres, especialmente la violencia cruel, significa todo un mensaje, un mensaje de dominación, la violencia cruel, escrita en el cuerpo de las mujeres, va a ser un mensaje que imprima una derrota moral contundente sobre las comunidades en los márgenes.
Los cuerpos de las mujeres violentadas se transforman en los medios privilegiados para decir quién y cómo se manda ahí donde esas violencias ocurren.
En este tipo de estados es fundamental hacer llegar la cara formal del estado hasta los márgenes, uno de los mensajes que creo que nos está dando esta tremenda tendencia es que hoy además de legislar, lo cual no es poca cosa, tenemos que saber y lograr ser mejores en implementar, entonces, bueno, especialmente a nivel local.
En la segunda tendencia que quisiera marcar en la tendencia de la política de los medios para, especialmente, hoy en día en las redes sociales.
Los partidos políticos para ser frente a la crisis de articulación electoral con las corporaciones que se fueron desmoronando, buscaron diferentes salidas, una de ellas muy importante para recuperar, para poder construir el alcance electoral fue el uso de los medios, en su momento la televisión, pero hoy en día estamos en otra fase que tiene que ver con las redes sociales.
Las redes sociales han mostrado un efecto no esperado en un principio, hacia el incremento de la polarización política, y en esa polarización parece ser mucho más fácil que se arraiga y se extienda la violencia política hacia las mujeres.
Y una tercera tendencia contra el que quiero, y con esto terminaría, que quiero remarcar es las reacciones, la aparición de masculinidad es tóxica, que reacciona en forma extrema ante los avances de los derechos progresivos de las mujeres, y que se apoya muchas veces en movimientos conservadores reaccionarios, incluso religiosos, que buscan en forma discriminatoria cercenar el avance de derechos, incluido los derechos de la diversidad.
Es importante decir que si los liderazgos masculinos tóxicos que son… no son detenidos a tiempo, constituyen un riesgo no solo para el avance de los derechos políticos de las mujeres, sino para ponen en riesgo las democracias y cualquier proyecto civilizatorio mínimo.
Así en el PowerPoint está puesta una foto de Bolsonaro, que justo está diciendo hace unos años a una diputada que no valía la pena ni siquiera sea violada.
Se constituyó también, pero no terminó en ninguna sanción seria, y nos deja como lección, esto no pasa solamente en Brasil, ha pasado en muchos otros casos, nos deja como elección que el no parar ciertas reacciones podrían decir taurinas, usando la metáfora muy actual, pone en riesgo estas masculinidades envalentonadas, articuladas en torno a este contexto que mencioné, ponen en riesgo una noción mínima de humanidad.
Y entonces, habiendo comentado estas tres tendencias contrarias, junto con el enorme avance normativo para lo cual México es este ejemplo, creo que terminaría resumiendo que hoy tenemos en México una enorme oportunidad para hacer realidad los derechos políticos de las mujeres, bajo… a la región y en el mundo, y este marco no es ni una casualidad, ni una moda, ni un capricho, ni una conspiración entre otros, una historia de luchas protagonizadas por las propias mujeres mexicanas.
Y este marco, por supuesto, enfrenta obstáculos diferentes a lo largo de la historia, y espero, pues, quienes estén encargados, encargadas de aplicarlos y aquellas que puedan, aquellos que puedan difundir la importancia de este marco normativo progresivo, lo hagan con convicción, con la suficiente fuerza para volverlo reales y seguir haciendo historia.
Muchísimas gracias.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias.
(Falla de transmisión)… muy interesante como a pesar de que tenemos un marco normativo tan sofisticado y tan avanzado vemos esta reacción… (Falla) más violenta con las… toxicas, pero esta idea que hay una reacción violenta para tratar de retener este cambio llevando a reflexionar que nos queda todavía un gran trecho por andar.
Sobre todo porque no sólo es cambiar las leyes, tenemos que hablar de estos cambios de comportamiento, de estos cambios estructurales de cómo coincidimos nuestra relación en y con el mundo, nuestra relación desde nuestro ser mujer o ser hombre, de que nos va replanteando esta, una reflexión constante y un cuestionamiento permanente de cómo vamos ir, vamos construyendo estas nuevas formas de relación y avanzando en el camino de la paridad, pero una paridad real, de que hablaba antes, que implique y que se vea en un nuevo pacto social. Nada más.
Tenemos un camino muy largo, vamos a continuar… (falla)…
Vamos a continuar, vamos a tener la intervención de la consejera electoral, maestra Dania Paola Ravel Cuevas, bienvenida y la….. (Falla)
Es maestra en derechos humanos; en el ámbito académico ha colaborado en diferentes publicaciones, ha escrito diversos artículos, todos vinculados con el tema de paridad y violencia política contra las mujeres en razón de género.
Participó como observadora especialista en género en la misión… de observación electoral de las elecciones municipales, en Paraguay.
También participó en el parlamento… (falla) diputados y diputadas… (Falla)
Hay impulsado (Falla) una de las cosas que impulsó fue la realización de los primeros monitoreos de redes sociales con perspectiva de género, monitoreo de medios desde una perspectiva Inter seccional.
Asimismo, llevó a cabo varios foros para promover la paridad, tiene democracia incluyente en elecciones locales;
Impulsó también la medida y reformas a la normatividad interna del INE para garantizar el derecho a la no discriminación por identidad y expresión de género del personal del Instituto Nacional y para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género;
Impulsó la primera red de comunicación entre las candidatas a cargo de elección popular y los órganos políticos públicos locales, para dar seguimiento a los casos de violencia política por razón de género, iniciativa que debido a sus buenos resultados se ha vuelto una práctica habitual en las elecciones locales, no muchas de estas acciones se han visto concretadas ahora con los lineamientos, el protocolo, declaración serie de cosas que ha venido impulsando y le damos la bienvenida, qué bueno que estás esta tarde aquí.
Adelante, por favor.
Consejera Electoral del INE, Dania Paola Ravel Cuevas: Muchísimas gracias, muy buenas tardes.
Me da mucho gusto participar en esta mesa de diálogo sobre la evolución de los derechos políticos de las mujeres en México.
Gracias a todo el público que sigue esta transmisión vespertina. Hoy ha sido una jornada larga para el INE.
Desde luego, saludo con afecto a la doctora Cárdenas, a la doctora Incháustegui y a la doctora Zaremberg, con quienes tengo el gusto de compartir esta sesión.
También agradezco mucho a la maestra Norma De La Cruz, colega, Consejera Electoral, no solamente la moderación de esta mesa, sino su iniciativa para llevar a cabo este evento. Me parece magnifico estar compartiendo esta mesa con ustedes.
Hablar del movimiento sufragista a la paridad de género en 15 minutos, creo que conlleva un esfuerzo de síntesis sin precedentes, así que trataré de centrarme en los hitos para lograrlo.
Por suerte, soy la última que habla, entonces, varias cosas ya se refirieron.
La democracia tal y como se concibió en Atenas conlleva la exclusión de las mujeres de los asuntos públicos.
En la antigua Grecia eran ciudadanos todos aquellos hombres libres mayores de 18 años, la ciudadanía se adquiría por nacimiento y era considerado un privilegio.
Los esclavos y otros grupos estaban fuera de ella.
Por su parte las mujeres podían considerarse como ciudadanas de acuerdo a su estatus social, aunque los nombres eran los únicos que podrían ejercer su voto y tener voz en las asambleas.
Por lo que el verdadero poder político caía en ellos, así que la idea de inclusión de todas y todos como un valor intrínseco de la democracia es bastante contemporánea.
Durante la Revolución Francesa se sentaron las bases de la democracia moderna guiada por los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
Durante los siglos XIX y XX comenzaron a gestarse diferentes movimientos sociales impulsados por grupos excluidos invisibilizados a quienes no se les había reconocido sus derechos fundamentales.
Por ejemplo, los Estados Unidos la población afroamericana obtuvo el reconocimiento de su derecho al voto en 1870, aunque fue hasta 1965 cuando el Presidente Johnson firmó la Ley del Derecho al Voto declarando ilegales las leyes que les restringieron el voto a este grupo por los actos de violencia y racismo en su contra, incluso, desde las instituciones no les permitían ejercer sus derechos políticos.
Mientras que las mujeres podían ejercer su derecho al voto en Estados Unidos a partir de 1920, cuatro años más tarde se reconoció el derecho a la ciudadanía estadounidense las personas nativas americanas.
Sucesos como éstos, me parece que coadyuvaron a forjar un nuevo concepto de democracia, por ejemplo, Allen Troin definió la democracia moderna como el régimen político que permite que vivan bajo las mismas leyes individuos e intereses y creencias diferentes, lo que nos permite vivir juntos con nuestras diferencias, debido a que el pueblo no es una entidad orgánica ni una especie de espíritu colectivo sino el conjunto de individuos libres e iguales haciendo abstracción tanto de su papel socioeconómico como de sus capacidades e identidades culturales.
Sartori ha definido a la democracia como un ideal a seguir sin la tendencia idealista, una democracia no nace y si nace se debilita rápidamente.
Más que cualquier otro régimen político la democracia va contra la corriente, contra las leyes inerciales que gobiernan los grupos humanos.
Las monocracias, las autocracias, las dictaduras son fáciles, nos caen encima, las democracias son difíciles, tienen que ser promovidas y creídas, dijo él.
Sin embargo, para las mujeres ha sido difícil superar la estructura política que se creó para las primeras nociones de igualdad ante la ley.
Una igualdad entendida solo como la igualdad de los hombres ante la ley y específicamente, de los hombres de la clase media o burguesa.
En ese contexto, las palabras de Mary Beard cobran total sentido cuando dice que, en lo relativo a silenciar a las mujeres, la cultura occidental lleva miles de años de práctica.
Así, durante el Siglo XIX, las mujeres lucharon por ejercer sus derechos político-electorales en igualdad de condiciones, y en esta lucha el reconocimiento de derecho al sufragio representó una de las principales conquistas feministas durante el Siglo XIX, al igual que el derecho a recibir salarios más justos o la posibilidad de participar en sindicatos.
Dichos logros representaron un espacio sustantivo hacia la igualdad de derechos, tanto en la vida privada como en la pública.
Sin embargo, estas conquistas no fueron generalizadas, en América Latina solo se gestaron hasta los albores del Siglo XX.
Siguiendo este orden de ideas, vemos que fue una regla general que las demandas por la igualdad y la libertad de las mujeres se desarrollaron en primer término desde la sociedad, por grupos organizados de mujeres y movimientos feministas, cuyos esfuerzos permanentes tuvieron como consecuencia que le paso de las décadas, el tema traspasara las fronteras de la exigencia social y que estas demandas fueran incorporadas en la agenda política internacional.
Recordemos que la prosperidad y el desarrollo humanos de los estados democráticos, dependen en buena medida de la inclusión de todos los grupos que conforman sus sociedades, con el propósito de enriquecer la toma de decisiones y hacer frente a los problemas nacionales; y la participación político-electoral es solo una de las formas mediante las cuales podemos consolidar una democracia más incluyente y paritaria.
Así logramos entender que la igualdad es un derecho de todas y todos, y ésta de la mano de la libertad, es fundamental para la democracia.
Hoy sabemos que mientras existan grupos sociales que no pueden ejercer plenamente sus derechos humanos, no existirá una democracia consolidada.
A partir de múltiples estrategias, las mujeres empezaron a instaurar espacios para organizarse y visibilizar sus peticiones, basadas en la exigencia de sus derechos fundamentales para alcanzar la igualdad formal.
En un primer momento la garantía del sufragio universal se convirtió en la condición mínima de su actuación en democracia y en el primer paso hacia la consecución de la igualdad formal.
En ese sentido, vale la pena recordar que algunas de las reformas para incorporar a las mujeres en los espacios públicos y políticos, se realizaron mediante las modificaciones a los artículos 34 y 115 de nuestra Constitución, que reconoció en el sufragio femenino, en elecciones locales en 1947, y en las federales en 1953, aunque en algunas entidades ya se había reconocido previamente este derecho.
Hablar de los antecedentes referentes a la lucha de las mujeres por alcanzar un entorno democrático más igualitario en México, necesariamente nos lleva a hablar de las acciones afirmativas que buscaron revertir la subrepresentación de las mujeres en el espacio público.
El antecedente de éstas fue una recomendación a los partidos políticos en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales de 1993. Esta medida al no ser vinculante no tuvo mayor resonancia ni resultados.
Posteriormente, en 1996 se dispuso que los partidos políticos incluyeran en sus estatutos, reglas para que las candidaturas a diputadas y diputados, así como a senadoras y senadores, no excedieran 70 por ciento de un mismo género, pero nuevamente, sin sanción por incumplimiento.
En 2002 esta acción se convirtió en la cuota obligatoria con sanción y en 2008 los porcentajes cambiaron a 60/40, también con carácter obligatorio y sanción, además de que se va a incluir la alternancia entre los géneros en los listados de representación proporcional.
Cuando decía la doctora Zaremberg respecto a este seis por ciento que se logró después del reconocimiento de las mujeres en México de votar y ser votadas, respecto a su representación, recordé que antes de que tuviéramos estas cuotas, el mayor porcentaje de mujeres en la Cámara de Diputados y Diputadas fue del 11 por ciento, antes de que estos fueran vinculantes.
Entonces, vaya que sí ayudaron.
Las cuotas fueron medidas temporales no privilegios, como muchos afirmaron en su momento, que buscaron disminuir la brecha de desigualdad entre mujeres y hombres, además de reivindicar los derechos de las mujeres para revertir su subrepresentación. Debido a ello, el uso de cuotas para algunas personas se percibió como una amenaza a las relaciones de poder masculinas, no como una oportunidad para generar condiciones de igualdad de género en la política.
Aunque las cuotas por sí mismas no fueron suficientes, como ya hemos dicho, para contrarrestar todos los obstáculos que enfrentan las mujeres en la política, éstas fueron determinantes para garantizar la inclusión de más mujeres en el espacio público.
Posteriormente, vimos el arribo del principio de paridad de género a la Constitución Mexicana en 2014, pero únicamente para las candidaturas al Congreso de la Unión y a los congresos locales; lo cual representó un avance decisivo para garantizar el derecho a las mujeres a ser postuladas a cargos de elección popular en la misma medida que los hombres. Así transitamos de un sistema de cuotas de género a uno paritario, es decir, a un sistema que deconstruye la concepción del poder político y el espacio público para reconstruirlo en clave de igualdad e inclusión.
No obstante es gran avance de 2014, éste no permeo en todos los cargos de elección popular, como ya lo referí, únicamente se refería a las legislaturas federales y locales, algunas legislaciones electorales locales lo hicieron extensivo para los ayuntamientos, recuerdo que cuando yo era consejera en el Instituto Electoral del Distrito Federal, se aplicaba también para las delegaciones y en donde no, hizo su trabajo también la autoridad jurisdiccional y empezó a hablar de esta paridad horizontal.
Sin embargo, todavía en los cargos de mayor relevancia política como las titularidades de los poderes ejecutivo-locales, seguía siendo prácticamente nula la presencia de las mujeres, sigue siendo.
La subrepresentación de las mujeres en las gubernaturas ha sido infamante, desde que se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, en 1953 en México, hemos tenido 351 personas que han sido electas para ocupar las gubernaturas del país, de ellas 344, el 98 por ciento, han sido hombres, solamente siete han sido mujeres, y contabilizando ahí a la Gobernadora de Puebla que por motivo de su fallecimiento estuvo muy poco tiempo en el cargo.
Pero el problema no ha radicado en que las mujeres no sean votadas para esos cargos, el problema radica en que ni siquiera son postuladas por los partidos políticos. En 2019 al renovarse las gubernaturas de Puebla y Baja California ningún partido político postulo a una sola mujer.
Al hacer un análisis integral de 2015 a 2020, y les digo 2015 porque fueron las primeras elecciones donde aplicamos el principio de paridad de género debido a la reforma 2014, que entiendo, no era para las gubernaturas, pero supuestamente ya había dado un nuevo ambiente en la clase política que implicaba que querían impulsar más participación de las mujeres.
Bueno, si hacemos esa revisión de 2015 a 2020, podemos advertir todo un desequilibrio incuestionable en las postulaciones, de las 226 candidaturas registradas, solo 41; el 18.14 por ciento correspondieron a mujeres, mientras que 185, el 81.86 por ciento fueron de hombres, esta situación me parece todavía más inconcebible, como sabemos, que en el Padrón Electoral son más de la mitad de la población y esto se ratificó en el reciente censo del INEGI.
En este escenario, el 6 de junio 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional conocida coloquialmente como de Paridad en Todo.
Mediante la que se buscó, incluir a las mujeres en todos los niveles y ámbitos de gobierno para terminar con siglos de desigualdad política, esta reforma modificó 10 artículos de la constitución y estableció entre otras cosas en el artículo 35, fracción II, el derecho de las ciudadanía a ser votado en condiciones de paridad para todos los cargos de elección popular y en el 41, fracción I, que los partidos políticos están obligados a observar el principio de paridad en la postulación de sus candidaturas a los distintos cargos de elección popular.
La reforma incluyó un artículo transitorio segundo, con la instrucción al congreso de la unión para que, en un plazo improrrogable de un año, a partir de su entrada en vigor realizara las adecuaciones normativas correspondientes a efecto de observar el principio de paridad de género, establecido en la Constitución en los términos del segundo párrafo del artículo 41.
Pero como sabemos, ese transitorio no se cumplió, por lo que, ante la comisión legislativa, el Consejo General del INE emitió el acuerdo mediante el cual se establecieron los criterios que debían seguir los partidos políticos para garantizar el principio de paridad de género en las postilaciones en las 15 gubernaturas que se renovarán el próximo 6 de junio.
A pesar de un considerable buen susto que nos llevamos cuando ese acuerdo fue impugnado y llegó a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la postulación paritaria en las gubernaturas quedó garantizada, los logros en materia de postulaciones paritarias no son menores, sin embargo es importante tener presente que la postulación de mujeres no garantiza su acceso efectivo al poder, aunque sí representa un avance sustantivo al asegurar que aparezcan más mujeres en las boletas electorales y que sea factible que la ciudadanía las elija, incluso su simple visibilización como candidatas, manda un mensaje poderoso a la ciudadanía, que coadyuva a desmontar prejuicios de género.
Sin embargo, la igualdad formal puede ser un espejismo parafraseando a Amelia Valcárcel, especialmente cuando hablamos de igualdad sustantiva, porque todo esto aún no logra que las mujeres compitan en condiciones de igualdad, todavía vemos intentos de simulación que dejan entrever ese machismo soterrado que se resiste que las mujeres participen en la política, apena en las elecciones de 2018 vimos el caso de las llamadas “Manuelitas” en Chiapas, en donde un montón de mujeres a las cuales les podía corresponder un lugar por la vía de representación proporcional, renunciaron, renunciaron en la mayoría de los casos confundidas por sus partidos políticos, malinformadas por sus propios partidos políticos, ¿y qué era lo que buscaban? Que las listas de representación proporcional ya no hubiera mujeres para que las autoridades electorales se vieran obligadas a tener que poner en esos lugares a hombres.
El INE tuvo que atraer ese caso y establecer una regla muy básica, un lugar ganado por una mujer tenía que ser ocupado por una mujer.
También vimos el caso que ocurrió en Oaxaca, ante una acción afirmativa que aplicó al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca a favor de las personas muxes o personas trans, en donde un montón de hombres usurparon la identidad trans para darle la vuelta al cumplimiento, al principio de paridad de género.
Y hay que decir, yo no tuve registro de que algún hombre se vistiera de mujer. Lo que estaban haciendo era que viera la autoridad y no digas, por favor, que somos trans, porque eso forma parte de nuestra vida privada.
Por eso, ahora estamos preocupados de que en la Sala Superior nos diga que no tenemos que hacer pública la información que se nos presente para cumplir las acciones afirmativas que vamos a tener este año.
O después también vimos un caso en Guerrero, en donde ya después de que pasó la elección, una diputada toma el cargo, lo asume. Mes y medio después de que asume este cargo, renuncia, toma posesión del mismo su suplente, una mujer, no hay problema. Tres meses y medio después renuncia y qué era lo que querían hacer, que un hombre ocupara ese lugar, cuando le correspondía a una mujer, porque ese lugar lo había ganado una mujer.
Estos acontecimientos para mí es un patente de incongruencia entre los discursos políticos y los hechos.
La última gran incongruencia para mí, la vimos el año pasado, cuando primero se reforma la Constitución para establecer lo que nos dijeron que era paridad en todo. Y luego, ya que, primero no legislan y el INE hace que se cumpla esa paridad que nos prometieron en todo para las gubernaturas, cargos en los que han estado más subrepresentadas las mujeres, resulta que el propio Senado que en su momento aprobó esa reforma, impugna el acuerdo.
Por el momento, la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito político es un espejismo, porque las mujeres enfrentan una violencia que solo las ataca a ellas.
Estos actos de simulación forman parte de esa violencia.
Pero, desde luego, tenemos ya el concepto de violencia política contra las mujeres por razón de género que no es un fenómeno nuevo, pero constituye el principal obstáculo, desde mi punto de vista, para que las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos políticos y electorales. No basta con que sean postuladas y electas. Es necesario erradicar ese tipo de violencia para que participen en condiciones de igualdad.
Algunos análisis establecen que a medida en que aumenta la presencia a las mujeres en la política, también se intensifica el riesgo de que sean víctimas de este tipo de violencia, porque su sola presencia se affaire status quo, le obliga a la redistribución del poder entre mujeres y hombres.
Para mí es importante hacer énfasis en que la violencia política contra las mujeres por razón de género no llevó de la mano las cuotas de género ni de la paridad, siempre ha estado ahí, solo que ahora es más visible. Sabemos identificarla y se denuncie.
Todos los avances normativos que se han alcanzado para brindar la paridad de género y para combatir la violencia política contra las mujeres por razón de género, han sido relevante. Sin embargo, tendrán que acompañarse de cambios culturales importantes respecto a la representación simbólica de las mujeres.
Tenemos que hacer un frente común entre partidos políticos, autoridades, organizaciones de la sociedad civil, ciudadanía, academia para combatir la violencia política contra las mujeres en razón de género, dado que esa es mi perspectiva el principal obstáculo que hoy por hoy están sorteando las mujeres para poder ejercer plenamente sus derechos político-electorales.
Muchas gracias.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Gracias, Consejera.
Superinteresante.
No les parece curioso que entre más sofisticado nuestro sistema, la manera que encuentran para circunnavegar las nuevas legislaciones, porque, bueno, si vamos al recorrido, cuando empezaron las cuotas y era el 70/30, creían que el 30 era solo para mujeres y no con esto nada más al final de la lista, a posiciones donde no podían ganar.
Después del 40, lo que hizo reír de llegar a este punto de: Ah, no. Si nominas a una mujer, su suplente tiene que ser una mujer”, o sea, todas estas medidas no se aliaron porque estas de caprichosas. Son resultados de acciones concretas que se han hecho, y que han tratado y que en algunos lados resultaron en el menoscabo de los derechos de muchas mujeres.
Entonces, para eso solo para ir echándole más aliento a esta plática, que antes de continuar, la doctora Incháustegui tuvo que retirarse, se despide y nos deja su saludo, muchas gracias que estuvo aquí.
También le damos la bienvenida al Consejero Electoral Martín Faz que nos acompaña, súper aliado, gracias.
Llegaron varias preguntas, ¿qué les parece si les leo unas tres o cuatro?, ¿les parece cuatro?, y respondemos y a partir del tiempo ya vemos qué otras preguntas podemos contestar.
Bueno, nos preguntan, una es: ¿Cómo marcará la historia el hecho de que las mujeres hagan marchas feministas?
La otra es: En el contexto complicado de la pandemia, que recae mayormente a las mujeres, ¿nos podrían mencionar algunas alternativas o recomendaciones para aligerar estas cargas y que las mujeres puedan ejercer sus derechos?
Otra pregunta es: ¿Cuáles podrían ser los mayores desafíos a enfrentar en las próximas elecciones para lograr un proceso electoral con paridad y sin violencia política contra la mujer?
Bueno, es una de las preguntas.
La otra es… perdón, una más, ésta está buena: Buenas tardes, ¿podrían darnos algunos ejemplos de las masculinidades tóxicas en materia electoral?, gracias.
¿Qué tal?, ahora sí, ustedes nos dicen quién quiere empezar a responder.
¿Quién dice yo?, bueno, con una.
Georgina, ¿sí, tú?
Académica de la UNAM, Georgina Cárdenas Acosta: Okey, bueno.
Esto de las marchas, bueno pues lo digo con mucho entusiasmo, no siempre me puedo sumar a ellos, pero sí soy una firma convencida.
Pero sí señalar que sistemáticamente las mujeres, digamos, que no es algo tan nuevo, o sea, esto ha sucedido a lo largo de la historia, las mujeres siempre hemos marchado y siempre las sufragistas, pues, se ataban a los muros y hacían cosas llamativas.
O sea, porque los derechos nunca nos las han dado de forma gratuita, o sea, no nos las han dado pidiéndolos por favor.
Entonces, digo, solo para señalarlo, o sea, lo que pasa es que éstas últimamente han sido como más visibles por la gran convocatoria que tienen, porque además es algo sistemático y a través de las redes de comunicación podemos ver cómo están marchando las mujeres en Europa y aquí en América Latina en diferentes países.
Entonces, eso es como, de alguna manera, lo que nos está uniendo.
Respecto a los desafíos en los procesos electorales, me encanta que al menos normativamente ya hay muchísimos elementos que posibilitan que, primero que nada, pues que ya hay una ley y que además también, por ejemplo, ahí ustedes en el Instituto Electoral, tienen unos lineamientos que establecen muy claramente qué es lo que se tiene que hacer en casos de violencia política contra las mujeres al interior de sus partidos.
Es decir, ahora ya tenemos una ruta, lo que necesitamos es que las mujeres primero tomen consciencia de cuando están viviendo esta violencia, y en un segundo momento la denuncien, ¿no?, y que realmente pues esto no quede impone en verdad, ¿no?
Entonces, pues por mi parte sería lo que tendría que aportar en esta parte.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Gracias, Georgina.
¿Gisela?, ¿Dania?
Dania, por favor.
Consejera Electoral del INE, Dania Paola Ravel Cuevas: A ver, respecto al tema de las marchas, a ver, justamente en la mañana estábamos hablando las nuevas generaciones y la verdad es que yo me siento profundamente orgullosa y representada por estas nuevas generaciones, por esta generación que a veces se le llama de manera despectiva “generación de cristal”, ojalá todos hubiéramos sido generación de cristal para ser intolerantes a que cualquier discriminación, ante cualquier exclusión de las personas, de verdad que creo que eso puede marcar una diferencia.
Si hubiéramos tenido, quizá, esta reacción tan fuerte, de las y los jóvenes respecto a estos temas, antes, quizá ahora tendríamos una sociedad mucho más igualitaria e incluyente, y viviríamos mucho menos desigualdad de las que estamos viviendo, ¿no?
Yo creo que la desigualdad no solamente se basa en cuestiones económicas, la desigualdad se basa también en la dificultad que tienen las personas para el ejercicio de sus derechos.
Y estoy convencida que estas movilizaciones, estas marchas, esta manera de comunicarse de estas nuevas generaciones en particular, para tratar de cambiar las cosas, sí puede marcar la diferencia.
Ahora, respecto a los mayores desafíos que vamos a tener para este proceso electoral respecto al tema de paridad. A ver, ya lo mencionaba yo en mi intervención y estoy convencida que la violencia política contra las mujeres quizá es el mayor obstáculo porque tiene diversas manifestaciones, porque además no solamente se ejerce en el periodo de campaña, sino que hemos visto que trasciende, ya una vez que las mujeres son electas y están tratando de ejercer el cargo, no las dejan.
Entonces, es algo que es un obstáculo adicional que solamente miran las mujeres, porque es una violencia que se dirige en particular en contra de ellas, no es una violencia que derive del ambiente hostil que conocemos que puede haber en la política, no, es una violencia que se basa en su condición de mujer y que pretende descalificarlas por ser mujeres y descalificando a una, además, pretende descalificarnos absolutamente a todas.
De verdad, es algo que tenemos que erradicar, y yo creo que ahí radica el mayor reto que vamos a tener para poder garantizar que haya paridad y que haya unas condiciones igualitarias en la competencia.
Sin duda, como lo decía la doctora Cárdenas, una de las ventajas que tenemos ahora es que ya tenemos una legislación que nos da un concepto legal de violencia política, que nos da herramientas específicas, reto también que tenemos como autoridades es hacer una implementación correcta de esta nueva legislación.
Y ejemplos de masculinidades tóxicas en materia electoral. Creo que, si nos damos una vuelta por el Registro Nacional de Personas Sancionadas, vamos a ver un caso que es un claro ejemplo de masculinidad tóxica.
Una persona que tiene seis registros ¿no?, no uno, no dos, está seis veces registrada con una sentencia en donde se acreditó que hizo violencia política contra una mujer por razón de género, ¿en qué consiste? Pues en que no quiere convocarla a la sesiones de cabildo, no le da información, no le contesta sus escritos, la última vez pues resulta que entonces pues como ya lo habían dicho que tenía que convocarla, pues empezó la reunión 15 minutos antes para que cuando ellas se conectara, “¡ay!, qué crees que ya terminamos, qué lástima que no alcanzaste a llegar”, para mí esa es una masculinidad tóxica en el ámbito electoral, una persona que ya es consciente porque se le ha dicho a través de sentencias judiciales que lo hace está mal y que constituye violencia política contra una mujer por razón de género, y no le importa lo sigue haciendo.
No es que derive nada más a lo mejor de la normalización de una conducta en un sistema patriarcal y que él pensaba que pues no estaba mal, no, lo sabe y no le importa, y no le importa porque no puede tolerar que una mujer en el ámbito político, en el ámbito laboral lo cuestione, lo critique y le pida rendición de cuentas.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Adelante, doctora, por favor.
Académica de Flacso México, Gisela Zaremberg: Voy a empezar con la pregunta de cómo marcará la historia la marcha, no, no tengo bola de cristal para saber exactamente cómo marcará la historia, pero sí puedo apuntar algunas cuestiones.
La primera que sí creo que, sobre todo las jóvenes que están marchando, están disputando un asunto civilizatorio, yo sí creo, no digo que ellas necesariamente lo digan así, pero creo que estamos en un momento en donde lo que conté, el constructo de promesa, de poder construir sociedades más civilizadas que respetaran ciertos principios por encima de cualquier vaivén, está puesto en cuestión tanto por una serie de tendencias, si quieren estructurales, están poniendo a unos niveles de incertidumbre, o sea, hoy en día en promedio qué es lo que puede esperar un joven comparado con lo que podía esperar un joven hace, no sé, los años 40, 50, ¿no?, o sea, pura incertidumbre, ¿no?, y las reacciones ante la incertidumbre son muy diferentes.
Entonces, bueno, creo que las jóvenes que han encarnado el feminismo están luchando por derechos en todo el sentido de la palabra, inclusive en el sentido civilizatorio de la palabra.
La otra cuestión y esto quiero comentar un resultado de investigación sobre feminismos en México, comparado con Brasil, que me ha llamado muchísimo la atención en distintas entrevistas en profundidad y distintas maneras, es muy impresionante como en México muchas de las jóvenes que, cuando les preguntamos, cómo fue que te acercaste por primera vez al feminismo, están contando historias de violencia en sus propios cuerpos o en cuerpos de amigas o en cuerpos de amigas de amigas, esto habría que seguirlo explorando, pero nos está indicando que la violencia de este estado del que ha estado paralelo, digo, es un Perogrullo, es trial lo que estoy diciendo, pero nos hiper-rebasó.
Esto me parece un dato importante y muy significativo realmente.
Y por eso las marchas, me parecen completamente lógicas, completamente menos mal. Menos mal, que por lo menos se pueden organizar y marchar con estas realidades, en estas disyuntivas, con estas incertidumbres y todo, bueno.
Me parece que hay varias cuestiones para seguir viendo a futuro, pero que están ahí, que están moviéndose por todo, por todas estas cuestiones están haciendo cuestión atrás.
Y esto me lleva a la pregunta de masculinidades tóxicas.
Yo lo primero que quiero señalar, es que es a todos los niveles. Desde cargos presidenciales hasta operadores de calle. Esto está hasta en relaciones familiares, permea a todos los niveles y quizás uno de los fenómenos más impresionantes, es el que muchos de estos liderazgos protagonizados por masculinidad tóxica, salgan al espacio público en total descaro, podríamos decir. Algunas veces que estas masculinidades tóxicas han salido del clóset, ya no hay ninguna barrera de vergüenza para decir algunas de las cosas que dicen.
Y cuando esto se transforma en fenómenos que, si votaron por 70 millones personas, por ejemplo, como fue el voto a Trump o más o menos en medida similar como lo han votado por Bolsonaro, cuando se transforman en fenómenos que tienen tal aceptación electoral, de que están expresando un cambio cultural tan profundo que nos llevaría horas analizar más a detalle, están abriendo la puerta a lo peor del destino humano.
Por decirlo, si quieren un poco metafísicamente, pero finalmente el que no haya límites ni cultural ni de ningún tipo para alguien que le dijo a una diputada que no merecía ser violada o para alguien que dice que frente al COVID, que se dejen de ser maricones, que utilizan eso, cuando eso se vuelve aceptado y público sin ninguna barrera, creo que estamos en graves problemas.
El asunto es cómo hacemos para no llegar ahí, porque sabemos que se puede llegar ahí y estamos presenciándolo en este momento de la historia.
Y, bueno, para cerrar, la cuestión de pandemia y cargas es también una simple pregunta.
¿Se está discutiendo la cuestión de cuidados?
¿Hay proyecto en el legislativo?
Está proigualdad, que ha salido hace poco y que lo ha anunciado el Instituto Nacional de las Mujeres, lo ha puesto en el centro de la cuestión de cuidados, el tremendo asunto que estamos discutiendo.
A esto en medio de una crisis económica. Los primeros indicadores están indicando que las mujeres parecen haber perdido empleo en mayor proporción que los hombres, probablemente porque muchas también estaban mayormente empleadas en el sector informal, porque es el sector, las razones de los hombres y de las mujeres para emplearse en el sector informal es muy diferente, el sector informal es el que les permitía a las mujeres manejar los horarios para cumplir adicionalmente con las tareas del hogar y el cuidado de niños enfermos, del espacio doméstico y de la reproducción, los hombres que estaban en el mercado informal eran más por cuestiones económicas, porque les convenía inclusive más que en el mercado formal.
Entonces, bueno, todavía tenemos que ver, exactamente, cómo va a ser posible discutir un sistema integral de cuidado, porque esa es la idea, en este nuevo contexto, con estas nuevas variables de desempleo, ya no digamos, doble jornada laboral, sino triple o cuádruple.
Entonces, bueno, iremos poco a poco como se pueda, no hay una respuesta ahora acabada porque estamos en medio de la tormenta.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias.
Tenemos varias, varias, varias preguntas, pero bueno, hay dos que me parece que podría dar tiempo de responderlas.
Una que nos preguntan, si para frenar la violencia contra las candidatas, ¿consideran que uno de los retos es regular la propaganda en redes sociales?
Y la otra es: ¿qué opinión les da la muralla en Palacio Nacional, para proteger al recinto de la marcha?, ¿no intentan pintar el movimiento de violento?, es pregunta.
Otra nos dice: ¿qué medidas se deben de establecer en las leyes para garantizar los derechos de los grupos invisibilizados?
Bueno, aquí tienen más, reflexione con nosotros cómo es que por qué ahonda, en esta modernidad pareciera que para los hombres los derechos ya están dados y las mujeres tenemos que ganárnoslos. Hay mucho camino por recorrer, pues sí.
Bueno, adelante, por favor.
Académica de la UNAM, Georgina Cárdenas Acosta: Pues mira, respecto a la violencia política, señalar que lo que vemos en los medios de comunicación es solo una de las múltiples expresiones de la violencia contra las mujeres.
Ahora lo vemos a través de las redes sociales.
Por ejemplo, SIPE y Luchadoras lo estuvieron documentando en el proceso electoral y también el INE tiene un seguimiento que hizo a medios de comunicación.
CIMAC también por su lado, ¿no?, ha hecho este seguimiento en éstas y en las anteriores elecciones.
Pero esto siempre ha sido así, o sea, a las mujeres siempre se les violentaba a través de documentos, periódicos locales que se distribuían en las plazas, en donde se les difamaba o se hablaba de su vida privada.
Entonces, digamos, sí ayuda a hacer el monitoreo de medios, qué bueno que lo van a hacer aquí en el INE, lo celebro, pero ahí no termina la violencia, ¿no?, o sea, a la gente a veces la violentan en sus mismos partidos políticos, a veces cuando están en procesos electorales no las dejan subir al templete, no las dejan hablar, o ni siquiera las nombran, entonces, es muy amplia la forma en la que ésta se expresa y en las formas mucho más extremas, pues se aniquila a las personas, ¿no?, hay un feminicidio.
Entonces, pues la verdad es que hay que entrarle a través de todas las instituciones y con un compromiso del gobierno, el cual tendría que seguir promoviendo política pública para erradicar todos los tipos de violencias contra las mujeres.
Respecto a la muralla, pues es la antítesis de las democracias dialogantes, ¿no?, o sea, a mí personalmente me parece muy lamentable, pero además me encanta el ingenio y la creatividad de los movimientos feministas, que entonces, aprovecharon la ocasión para ir a nombrar los nombres de las hermanas, las hijas, las madres, las abuelas, las primas, todas las mujeres que han sido asesinadas en este país y hasta saltó un muro, ¿no?
Entonces, celebro esos procesos creativos porque lo que estamos buscando es un diálogo, ¿no?, un diálogo constructivo para encontrar una solución en este país y que no haya más 11 mujeres asesinadas diariamente.
Hasta ahí dejaría mi respuesta.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Gracias, Georgina…
Quisiera… Dania.
Consejera Electoral del INE, Dania Paola Ravel Cuevas: Gracias.
A ver, si para frenar la violencia contra las candidatas uno de los retos sería regular las redes sociales, hay que tomar este tema desde los antecedentes.
En efecto, hemos advertido que uno de los ambientes más violentos para las candidatas es justamente las redes sociales, se han hecho diversos estudios, particularmente Luchadoras, en donde advirtió que en el proceso electoral de 2018 se generó mucha violencia en contra de ellas, pero no solamente a la mejor de otros candidatos o competidores políticos sino de la ciudadanía, la ciudadanía les hacía comentarios misóginos, sexistas, hablaban de su físico, se intercambiaban fotografías de las candidatas más guapas, etcétera, etcétera.
Y lo que quiero decir es, primero, el INE sí conoce, y las autoridades electorales locales sí conocen de denuncias sobre violencia política contra las mujeres por razón de género de casos que ocurren en los medios digitales, en Internet, en redes sociales. El punto es que podamos saber quién es el autor de esa publicación.
Entonces, nosotros podemos sancionar, podemos iniciar un procedimiento siempre y cuando sepamos quién hizo esa publicación; hemos sancionado a medios digitales, hemos sancionado también a políticos cuando sabemos que tienen ahí certificada su cuenta de Twitter, entonces sabemos que efectivamente ellos pusieron ese tweet o ese post, ¿no?
El problema viene con el anonimato que muchas veces se tiene en las redes sociales, y creo que eso nos tiene que dar a la mejor para todo un foro, ni siquiera una mesa, sino todo un foro para hablar de cuáles serían esas implicaciones, porque el anonimato de las redes sociales también sirve para que se puedan hacer denuncias, para que se pueda hablar libremente de cuestiones políticas, tiene también beneficios, y hay que sopesar muy bien qué perderíamos en caso de que no tuviéramos este anonimato.
Pero en principio, me parece que es importante que quede claro que las autoridades sí conocemos de actos de violencia que se puedan ejercer a través de las redes sociales.
Luego, respecto a qué medidas se deberían de adoptar en las leyes para visibilizar a los grupos en situación de vulnerabilidad, tengo la impresión que las acciones afirmativas que ha asumido el INE son muy benéficas respecto a este tema, podría pensarse en que éstas se vuelvan legislación, sabemos que ya también por instrucción de la Sala Superior lo que va a ocurrir, en efecto, respecto a estos grupos en situación de vulnerabilidad es que el Congreso tendrá que vigilar para que tengamos una diputación migrante, pero podría pensarse que en aquellos casos que ya ha explorado el INE podría transitar para que fueran plasmados en la legislación.
Y respecto al muro, lo único que voy a decir es que me estremeció ver lo que se hizo con ese muro, ver que se convirtió en un memorial para las víctimas en donde se recuerda a todas las víctimas de feminicidio. Este monumento para honrar la vida de estas mujeres, que en muchos casos pues no se ha hecho justicia, me parece que haya sido cualquiera la intención que se tuvo para ponerlo, la reivindicación que se hizo del mismo es invaluable.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias.
Adelante, Gisela, por favor.
Académica de Flacso México, Gisela Zaremberg: Bueno, sobre el muro, lo mismo, prácticamente que daña, mi primera expresión es que fue completamente conmovedor y creativo también, muy creativo para la situación.
Yo me esperaba inclusive cosas más graves, porque también hubo en estos días una serie de provocaciones, yo diría que así, no sé si consciente, inconsciente, no, ya no me interesa, y hasta muy fuertes, muy fuertes.
Entonces, bueno, me pareció un acto en ese sentido eso, muy conmovedor y muy creativo.
Bueno, eso con respecto al muro.
Con respecto a las redes, es complejísimo, a veces me parece que lo primero que se nos ocurre es regular como si este estado del que hablé tuviera mucha, ¿hasta dónde puede llegar?
A mí, quizás, sí, con esto por ahí abro una discusión, digo, ojalá una provocación.
De lo que he aprendido comparativamente en distintos casos en el mundo, me parece que hay un trabajo que hacer con, o algo que seguir pensando en relación a los partidos políticos.
Como les dije, esta ruptura de cómo armar las lealtades electorales, hice toda esta historia, que se rompieron estos lazos a través de las corporaciones, habría distintos caminos: uno tiene que ver con conquistar el territorio, porque cómo hacemos para llegar al voto de la gente, a través de otros, intermediaros; y otro tiene que ver con la cuestión mediática, que en nuestros días es a través de las redes.
¿Cómo?, la pregunta que yo me hago es ¿cómo hacer si esto reditúa?, digo, finalmente, un partido político más allá de las coyunturas históricas especiales, etcétera, si no gana elecciones, desaparece, vamos a ponerlo así, muy.
Si hay ciertas formas en las que estos reditúan electoramente, ¿qué puede llegar ser un antídoto?, ¿o qué otras formas más constructivas, menos destructivas de estos principios civilizatorios básicos podrían ser suficientemente atractivas para reemplazar estas otras formas?, que la mencioné también, bueno, hablé de masculinidades tóxicas.
Pero si el anonimato de las redes y el azuzar esta reactividad, y el azuzar el miedo y el azuzar el poner como solución la desaparición de lo otro, por ejemplo, decir que esto viene a destruir la familia o nuestra nación, genera además estos réditos.
¿Cómo podemos construir otras alternativas para que se pueda acceder al poder, acceder al gobierno de otras maneras?
Esa es la pregunta que a mí me suscita el haber observado estos fenómenos de crecimiento y de cambio cultural-político tan fuertes.
También hay que entender que hay un fenómeno relacionado con la anti-política.
Los partidos siguen siendo nuestros principales intermediadores como representantes y los gobiernos representativos, pero al mismo tiempo en las encuestas de opinión hay países prácticamente con cero confianzas de los partidos.
En la encuesta que hicimos para el informe para el País de Calidad Ciudadana, había un 80, casi, por ciento de desconfianza de los partidos políticos, un 80 por ciento, de una encuesta de 11 mil reactivos. O sea, hicimos una muestra con 11 mil personas, es fortísimo.
Pero, al mismo tiempo, siguen siendo y eso también salió en la encuesta, los principales puntos a los que se acude para intermediar, para poder acceder a diferentes cosas, inclusive acceso a la justicia. Eso está en la encuesta, está en el límite, esa encuesta está ahí.
Entonces, lo que he visto en distintos ambientes es que pues si esto reditúa hay, se puede llamar, apostar por esto y mucho. Y claro que hay una serie de articulación de intereses varios, etcétera, pero detrás, no es únicamente mediático, no es únicamente la red, pero es una tentación grande.
Entonces, bueno, creo que se trata de eso. Decía que mencioné estos datos porque hay un fenómeno de anti-política también, ¿no? De centrarse en la figura de candidatos, candidatas, pero más candidatos hombres que recuperen la seguridad, que recuperen el orden, lo tóxico no está solamente del lado los candidatos, hay una respuesta también tóxica que se construye mutuamente.
Entonces, me parece que hay que dar la pelea en el ámbito, en todos los ámbitos, pero también en el ámbito cultural.
Algunas regulaciones, claro que pueden poner como una señal de esto. Esto no se vale, aquí hay un límite, pero es complicado por lo que ya mencionó la consejera.
Entonces, los límites los tiene, van a tener que venir en una disputa entre los propios movimientos sociales, en articulaciones institucionales, tienen que ser más elaborados y, bueno.
Lo interesante y que también he visto, es que el uso de las redes para campañas políticas que incentivas en violencias, al final en muchos casos sí reditúa, pero en otros también se termina comiendo al sistema de partidos y se termina comiendo a los propios partidos que por ahí articularon en algún momento, ¿no?
Lo que se me viene a la cabeza es el caso de Brasil, el cómo jugó el PSLB, cómo jugó el Centro, muchos partidos del centro acompañando a una figura, por ejemplo, como las que les mencioné y terminó de alguna forma, los terminó vaciando, los terminó licuando, quedaron completamente fuera de la cancha.
Entonces nada, medir los riesgos, pensarle más a este tipo de apuestas, es algo que habrá que, sí, si es posible trabajar con las dirigencias o no, digo eso escapa por ahí, habría que ver si es posible o no y desde las instituciones, lo que se puede hacer simbólicamente, por lo menos poner límites o concretamente por supuesto y bueno, seguiremos allá andando en esta disputa.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias.
Bueno, antes de que (…) a los miembros a la consejera Adriana Favela que está con nosotros y todas las que (Falla de Transmisión) ya nos hemos ajustado al tiempo, queda espacio para una última intervención por favor, no más de cinco minutos a fin de que nos compartan un poco esas reflexiones finales sobre el tema y bueno, voy a ceder el uso de la palabra en el mismo orden.
Entonces empecemos con Georgina, por favor.
Adelante, Georgina.
Académica de la UNAM, Georgina Cárdenas Acosta: Bueno pues ya nada más para reflexión final, pues me parece muy valioso cómo es que ahora vemos materializada la lucha de muchas mujeres, ¿no?, cómo es que ahora tenemos paridad, ya está normada la violencia política contra las mujeres en razón de género, incluso ahora ya también está normada la violencia simbólica recientemente se aprobó en la Cámara de Diputados el 3 de febrero, es decir, hemos tenido una serie de avances y la verdad es que esta serie de avances son importantes para este país que está buscando la progresividad de los derechos humanos.
Sin duda todavía tenemos pues muchos retos al frente porque la normatividad no cambia por sí misma una cultura patriarcal, un orden patriarcal, ¿no?, todavía le tenemos que entrar a estos temas, tenemos que ser una serie de construcciones, me gustó mucho esto que decía la consejera Dania, ¿no?, vamos a reconstruir en clave de igualdad, yo creo que por ahí va el camino, entonces invito a todas las personas a que nos sumemos a la construcción de la igualdad sustantiva y que por supuesto celebro que se sigan generando estos espacios de reflexión y de intercambio, me parece que son necesarios. Y, bueno pues hasta aquí dejaría mi intervención y les envío un abrazo sororo.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias, Georgina.
Le vamos a dar la palabra ahora a Gisela, por favor, adelante.
Académica de Flacso México, Gisela Zaremberg: Bueno.
Yo básicamente marcar que coincido que la violencia política es el obstáculo en todo este racconto histórico, ¿no?, que hice para pasar de lo formal a lo real, que en lugar de la violencia cruel contra las mujeres es, tiene un significado que implica todo un mensaje de dominación, a varios, en varios niveles, y que es de, lo que nos está reclamando creo que es una medidas digamos conjuntas, acciones conjuntas urgentes, límites, estamos en un límite.
Me parece preocupante o querer esconderlo debajo de la alfombra o querer decir, desconocerlo, me parece en ese escenario más allá de esas cuestiones preocupantes me parece fascinante y admirable lo que en poco tiempo se ha logrado en México y están estas dos cosas al mismo tiempo sucediendo.
Tenemos esta oportunidad, este marco normativo que realmente es muy progresivo si uno lo compara con los marcos existentes en otros países y, bueno, al mismo tiempo reacciones y al mismo tiempo, desconocimientos y al mismo tiempo articulaciones que están obstaculizando, hay que seguir avanzando en cada uno de los niveles, implementando en la medida de lo posible, entendiendo lo que significa esto en poder concretar estos derechos, son los reales en este momento en este contexto.
La importancia que tiene la implementación en los OPLES, en los consejos locales, quienes estén haciendo las sentencias, en difundir, en conocer esto es importante, aunque por momento podemos frustrarnos, por momentos podamos indignarnos, que, bueno, como sea esto también existe y hace un logro importante.
Entonces, ponerlo por delante y defenderlo es crucial en este momento.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchísimas gracias.
Ahora le damos el uso de la palabra a Dania, por favor.
Consejera Electoral del INE, Dania Paola Ravel Cuevas: Muchas gracias.
Las próximas elecciones de junio, además de ser las más grandes hasta ahora, tan solo considerando el número de cargos a elegir, más de 20 mil cargos van a estar en juego, también serán las que tengan a más mujeres compitiendo al mismo tiempo por un cargo de elección popular.
A pesar de este logro, los estereotipos y roles de género siguen presentes y continúan reproduciéndose como un mecanismo de presión del sistema patriarcal que deriva en violencia en contra de las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
Por fortuna, actualmente hay una mayor conciencia y reconocimiento de las barreras que sortean las mujeres que deciden emprenden una carrera en el ámbito político-electoral.
No obstante, me parece que a veces hace falta enfatizar que la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones no es una concesión y depende de la voluntad de las y los actores políticos, es un derecho que se tiene que reconocer sin cortapisas, se trata de un acto de justicia.
La participación de más mujeres dentro de la democracia representa un componente sustancial que no podemos seguir evadiendo.
A la fecha se han consolidado logros bastante significativos, destinados a tener una democracia verdaderamente igualitaria e incluyente, ya que, a pesar de haber alcanzado la igualdad formal en distintos frentes, aún tenemos un largo camino por recorrer para hablar de igualdad sustantiva en todos los ámbitos y, desde luego, el electoral no es la excepción.
Por el momento, el mayor obstáculo que enfrentan las mujeres para ejercer sus derechos políticos y electorales es la violencia política contra ellos por razón de género y pues, el entramado normativo que se ha logrado edificar a la fecha para prevenirla, atenderla, sancionarla, combatirla y erradicarla, aún persisten concepciones equivocas, sumamente retrogradas sobre las mujeres, por lo que en muchos casos conductas que implican este tipo de violencia pueden ser normalizadas.
Los mecanismos de dominación patriarcal incentivan visiones completamente sexistas y discriminatorias, que afirman falsos dilemas como el de las supuestas capacidades inherentes a los hombres y a las mujeres.
Es nuestra responsabilidad, como sociedad, erradicar este tipo de ideas que han llegado, incluso, a disuadir a mujeres de alcanzar sus aspiraciones políticas o profesionales, o como este falso dilema de “es que están dejando de lado la capacidad por darle el paso al género”, cuando jamás ése ha sido el punto.
El punto es quitar los obstáculos para que las mujeres que tienen los méritos, la trayectoria y la capacidad para estar en esos lugares, sean consideradas.
Es fundamental que tengamos más mujeres participando, no solo votantes en una democracia representativa, cosa que ya sucede, las mujeres votan más que los hombres; sino también como candidatas a todos los cargos de elección popular, ocupando posiciones a cargos como legisladoras y titulares de los poderes ejecutivos, como dirigentes de partidos políticos.
Las mujeres deben de poder estar en donde quieran estar, sin tener temor a sufrir discriminación o violencia, además de garantizar la inclusión de más mujeres dentro de los espacios de poder, en paralelo deben garantizarse las condiciones necesarias para que ejerzan sus derechos en entornos libres de violencia y discriminación, para que puedan asumir los cargos para los que fueron electas y ejercerlos también.
El hecho de que no veamos que las relaciones de poder entre hombres y mujeres se encuentran plagadas de desigualdad, nos impide actuar para remediarlas.
La normalización de la violencia basada en concepciones sobre lo que significa ser mujer, es un problema que debe atenderse desde distintos ámbitos de manera urgente.
Es tarea de todas y todos, que sumemos esfuerzos para erradicar este tipo de violencia, por lo que será central que promovamos una cultura de la denuncia, visibilización y no violencia de manera permanente.
Estamos tan solo a 89 días de la Jornada Electoral de 2021, por lo que la colaboración institucional, conjunta, el diálogo permanente y la promoción de los derechos político-electorales de las mujeres en espacios libres de violencia, son tareas clave para lograr revertir las brechas de desigualdad que persisten en nuestra democracia.
Parafraseando a Amelia Valcárcel, las mujeres tenemos el mismo derecho de estar en el espacio público, político, que los hombres, porque también es nuestro mundo y también es nuestro espacio.
Las mujeres seguiremos luchando contra la impunidad y por la justicia para todas y, sobre todo, para que nuestra existencia, autonomía y labor, sean reconocidas y respetadas.
Gracias.
Consejera Electoral del INE, Norma Irene De La Cruz Magaña: Muchas gracias (falla de transmisión).
Estamos a punto de cerrar, sí quiero (falla de transmisión) para subrayar la importancia de reconocer los aportes de las mujeres (falla de transmisión) 8 de marzo, es un día para reivindicar (falla de transmisión) los derechos humanos (falla de transmisión) nos han planteado una serie de reflexiones que nos exhorta a continuar trabajando en la generación y fortalecimiento de medidas que aseguren en nuestro país la participación política de las mujeres sin discriminación y sin ningún tipo de violencia.
Aprovecho también para invitar a quienes nos ven y nos escuchan a estar pendientes, que tendremos un abril que se realizará en el marco del Primer Aniversario del Reconocimiento de la Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género en nuestro marco normativo nacional.
Muchísimas gracias.
Buenas tardes a todas y a todos y gracias por acompañarnos.
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