Estamos por terminar un año difícil, repleto de escenarios inéditos, sumamente complejos, llenos de incertidumbre inusitada dada la evolución de la pandemia. Durante estos últimos meses, la “nueva normalidad” nos obligó a tomar decisiones fuera de lo común, causando estragos en nuestra vida cotidiana. Sin duda alguna, será un año que difícilmente podremos borrar de nuestra memoria y que recordaremos también por el aprendizaje y la acumulación de experiencias, así como por las medidas que los entes privados y públicos tuvimos que instrumentar para no detener por completo las actividades económicas, públicas y educativas, por mencionar algunas.
En el Instituto Nacional Electoral (INE) tuvimos que adoptar con celeridad soluciones tecnológicas para continuar en la medida de lo posible con los proyectos institucionales. Salvaguardar el derecho a la salud, al mismo tiempo que garantizar el ejercicio de derechos político-electorales a la ciudadanía, han sido las prioridades para el INE, por lo que hemos tenido que tomar diversas previsiones con el objetivo de disminuir al máximo las posibilidades de contagio durante el desarrollo del proceso electoral 2020-2021, en el que se renovarán 20 mil 292 cargos locales y 500 diputaciones federales. No ha sido una tarea sencilla, pero hemos ido priorizando el uso de tecnologías en cada encomienda del Instituto a fin de reducir en la mayor medida posible la interacción física entre las personas, algunos ejemplos son: la celebración de sesiones a distancia de los órganos colegiados mediante videoconferencias, el desarrollo de trabajo desde casa, la aplicación de exámenes por internet, así como la capacitación en línea.
No obstante, en el INE estamos conscientes del rezago tecnológico y económico de un gran sector de la población, una brecha que nos impide mudar por completo los procesos a la virtualidad, pues podríamos dejar fuera a personas que no tienen acceso a internet o dispositivos tecnológicos. Por esta razón, la estrategia principal ha sido apoyarnos del uso de tecnologías para facilitar algunos procesos, pero evitar que ésta sea la única forma de ejercer los derechos.
Por ejemplo, en el caso de la aplicación de evaluaciones virtuales destaca el examen aplicado a quienes aspiraban a ser consejeros y consejeras electorales locales en los Organismos Públicos Locales Electorales (OPL) de 19 estados del país. De los mil 921 aspirantes, 80% presentó la evaluación en línea desde sus casas con el apoyo del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), dejando abierta la posibilidad para quienes por alguna razón decidieran acudir a las juntas locales ejecutivas y distritales para realizar la evaluación con el apoyo de la Unidad Técnica de Vinculación, opción que tomaron 402 personas.
Otra innovación en el marco de las elecciones de Hidalgo y Coahuila que se celebraron este año, fue que por primera vez se permitió que quienes deseaban hacer observación electoral se capacitaran de manera virtual, además quienes deseaban participar podían solicitar su registro mandando el formato correspondiente a través de correo electrónico.
En el caso de las candidaturas independientes a una diputación federal, las y los aspirantes deben recabar el apoyo de la ciudadanía, equivalente al 2% de la lista nominal de electores correspondiente al distrito electoral por el que se postulen.
Para lograrlo, desde el proceso electoral federal 2017-2018, el Instituto desarrolló una aplicación móvil para recabar dicho apoyo, además, se creó la figura de auxiliares, quienes podrían ayudar a las y los aspirantes a candidaturas independientes a conseguir el apoyo de la ciudadanía. Sin embargo, debido a la situación de emergencia sanitaria originada por la pandemia y para evitar el tránsito y contacto físico de las personas, este año se implementó una solución tecnológica que también permite a la ciudadanía descargar la aplicación directamente en un dispositivo y proporcionar así su apoyo al aspirante de su preferencia. Lo anterior abre la puerta para involucrar al electorado de forma más activa en este tipo de procesos, sin necesidad de hacerlo por medio de un intermediario y sobre todo sin salir de su casa.
La incorporación de tecnologías en las distintas etapas del Proceso Electoral no sólo abona a disminuir los riesgos de contagio, sino que deja un importante precedente para su futura implementación.
La experiencia que nos dejaron los Procesos Electorales Locales de Coahuila e Hidalgo.
El 1 de abril de 2020, en el Consejo General del INE aprobamos la suspensión temporal del desarrollo de los Procesos Electorales Locales en Coahuila e Hidalgo, lo cual implicó aplazar por primera vez en la historia la celebración de una jornada electoral. Sin embargo, esto no significó que durante ese periodo el INE y los OPL no hiciéramos nada, ese tiempo lo usamos para emprender un ejercicio de análisis para determinar qué medidas podían adoptarse para contrarrestar el impacto de la pandemia en el ámbito político-electoral, así como idear un plan de acción para retomar los procesos locales y prepararnos para el inicio del proceso electoral federal 2020-2021.
Para la realización de las elecciones en ambos estados, cuya jornada electoral se celebró el 18 de octubre, se implementaron protocolos sanitarios y se adoptaron procesos para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 durante la jornada electoral.
Ambos OPL publicaron recomendaciones que tendremos la oportunidad de replicar en las próximas elecciones, además de implementar medidas como la sana distancia, la instalación de casillas en espacios ventilados, y la desinfección constante de los espacios, también se recomendó a los partidos políticos, coaliciones y candidatas y candidatos independientes el uso de la tecnología para acercarse a la ciudadanía, así como evitar propaganda con la que se tenga contacto (como trípticos o volantes).
Las y los Funcionarios de la Mesa Directiva de Casilla tuvieron dos mesas para colocarse con la finalidad de respetar la distancia indicada por las autoridades sanitarias, el uso de cubrebocas fue obligatorio y se colocaron dispensadores con gel antibacterial en varios puntos de la casilla, así como a la entrada. Lo anterior, aunado a las campañas para recordarle a la ciudadanía las medidas de prevención. Todas estas consideraciones son parte de los protocolos que deben aplicarse, mismos que retomaremos para los próximos comicios de 2021.
Las experiencias de los procesos electorales de Coahuila e Hidalgo nos confirman que sí es posible llevar a cabo un proceso electoral de manera exitosa incluso en un contexto de emergencia sanitaria.
Si en el 2020 la pandemia nos tomó por sorpresa y nos obligó a tomar medidas de emergencia, el 2021 será un año en el que retomaremos lo aprendido. La ciudadanía podrá ejercer sus derechos político-electorales sin menoscabo del cuidado a la salud y resguardando nuestra democracia.
Consulta el artículo en El Heraldo de México.