Versión estenográfica de la mesa 2 Evolución de la autoridades electorales, 30 aniversario IFE-INE

Escrito por: INE
Tema: 30 años del INE

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA MESA 2 EVOLUCIÓN DE LAS AUTORIDADES ELECTORALES, EN EL MARCO DEL EVENTO DE CONMEMORACIÓN 30 ANIVERSARIO IFE-INE, REALIZADA DE MANERA VIRTUAL

Presentadora: Muy buenas tardes.

Agradecemos a las personas que siguen la transmisión de las mesas temáticas con motivo del 30 aniversario del Instituto Nacional Electoral.

Recuerden que pueden consultar el programa en la página web www.ine.mx.

En este momento daremos inicio a la Mesa 2 titulada Evolución de las Autoridades Electorales, para lo cual contamos con la presencia de Ma del Refugio García López, Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral, quien participa como moderadora y a quien damos la palabra. 

Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral del INE, Ma del Refugio García López: Muchísimas gracias, Julieta.

Muy buenas tardes a todas y todos.

Sean bienvenidas y bienvenidos a esta mesa que, en el marco de la conmemoración del 30º aniversario de esta autoridad electoral, hoy nos permite abocarnos a un tema trascendental la Evolución de las Autoridades Electorales.

Saludo con afecto y aprecio a nuestros panelistas que el día de hoy nos acompañan.

En este contexto, resulta evidente que las instituciones vinculadas al ejercicio de la función electoral en nuestro país, ha experimentado reformas estructurales tendientes a garantizar los principios rectores, plasmados en nuestra Constitución que representan las directrices del actuar de nuestras autoridades.

No obstante, este trayecto largo no ha sido sencillo y ha requerido de un esfuerzo integral por parte de las autoridades de la totalidad de los ámbitos de gobierno, de los partidos políticos y, ante todo, de un gran esfuerzo por parte de la ciudadanía sin precedente.

De esta manera, la transformación de las autoridades electorales en el ámbito administrativo y jurisdiccional ha sido un arduo esfuerzo iniciado en el año de 1977, con la incorporación de figuras como la representación proporcional, la concesión del registro condicionado como partido político a agrupaciones ciudadanas, el acceso al financiamiento público y la participación de las fuerzas políticas en comicios estatales y municipales.

Posteriormente, en el año de 1986, a través de la Constitución del Tribunal de lo Contencioso Electoral, en la esfera del ejecutivo, aun y cuando la calificación de los comicios permanecía en los colegios electorales.

Así como la reforma de 1989-1990, surge el Instituto Federal Electoral, órgano constitucional autónomo, encabezado por el Secretario de Gobernación y con la participación del Poder Legislativo, los partidos políticos y la ciudadanía, así como un Tribunal Electoral encargado de revisar los actos de la autoridad administrativa.

Además de esta reforma, se estableció en el ámbito constitucional y legal el servicio de carrera del Instituto.

Más adelante, la reforma de 1994 modificó la estructura del Consejo General que se conformó por el Secretario de Gobernación quien lo presidía, cuatro consejeros del Poder Legislativo y seis consejeros ciudadanos.

En 1996 se transforma nuevamente la estructura de las autoridades electorales, el Poder Ejecutivo deja de tener presencia en el Instituto, ahora integrado por un Consejero Presidente y 8 consejerías electorales, además de que el Tribunal se integra al Poder Judicial de la Federación y se le concede la facultad de vigilancia de la constitucionalidad, de los actos de las autoridades electorales, así como la competencia de calificar la elección de la Presidencia de la República. Sin lugar a dudas, fue una de las reformas más trascendentales en materia electoral.

Después de más de 10 años de la última reforma, en 2007 se establecieron nuevas reglas de financiamiento público, se reguló el acceso de los partidos a la radio y la televisión, entre otros; y en el ámbito de las autoridades se modificaron los periodos de encargo de consejeros y magistrados electorales, y se instrumentó un nuevo modelo de administración de los tiempos del Estado en radio y televisión.

Finalmente, la reforma de 2014 transformó al Instituto Federal Electoral  en una autoridad nacional en la materia a través de la cual asumió la rectoría en la organización de los comicios, concediéndole facultades en el ámbito local, incrementó al 11 el número de consejeras y consejeros electorales que integran el Consejo General, modificó el mecanismo a través del cual se desahogan los Procedimientos Especiales Sancionadores, así como estableció nuevos reglas de fiscalización y creo el Servicio Profesional Electoral Nacional.

Así, pues, el proceso evolutivo de nuestras autoridades electorales ha representado un esfuerzo arduo y determinado en el que confluyen las autoridades y la ciudadanía.

Hoy ante este panel de grandes expertas y expertos en la materia, no me resta sino agradecer su participación.

Estoy convencida de que la experiencia y los conocimientos de la doctora María Marván Laborde, la doctora Blanca Heredia Rubio, el doctor Jean Francois Prud´homme y el doctor Lorenzo Córdova Vianello, habrán de garantizar el éxito de esta mesa en la justa celebración de esta autoridad electoral de todas y todos los mexicanos.

Para dar inicio con el tema que hoy nos ocupa, me permitiré leer la semblanza de nuestra primera panelista, la doctora María Marván Laborde.

Es maestra y doctora en sociología por la New School for Social Research de Nueva York y licenciada en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México.

De 2002 a 2011 se desempeñó como comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

También se desempeñó como consejera del Instituto Federal Electoral en el estado de Jalisco, miembro de la Junta de Gobierno y Consejero del Consejo Social del Instituto Nacional de las Mujeres.

Además de su labor en la administración pública, la doctora Marván fue profesora investigadora titular A, adscrita el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, de 1994 a noviembre de 2002.

Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde julio de 2002 y ha ejercido la docencia en distintas instituciones académicas entre las que destacan la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Tecnológico Autónomo de México y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.

También fue consejera electoral del Instituto Federal Electoral, sea usted bienvenida doctora María Marván, es un gusto saludarla y, por supuesto, compartir con usted esta mesa que es muy interesante acerca de todo el tránsito y transformación de las autoridades electorales.

Tiene usted del uso de la palabra hasta por 15 minutos.

María Marván Laborde: Siempre se olvida uno de prender el micrófono.

Muchísimas gracias, antes que nada, quisiera agradecer la invitación, Consejero Córdova, querido Lorenzo, muchas gracias por invitarme a participar en esta mesa que es, desde luego, de gran trascendencia y, también, quiero aprovechar para, pues, para felicitar a la institución, pero más que a la institución para felicitarnos los mexicanos por tener 30 años del Instituto Federal Electoral, ahora convertido en Instituto Nacional Electoral.

Lo primero que creo que habría que decir es que, las instituciones electorales actuales que tenemos son producto de la transición, pero, a su vez también son catalizadoras de la transición, es decir, nacen gracias a un proceso de transformación que inicia en 1977, sabemos que una de las característica de la transición a la democracia en México es un proceso sumamente largo a partir de una serie de reformas que parecen interminables o que han sido interminables, en donde tuvimos como pieza central, pero desde luego no única la transformación de las reglas electorales que fueron, que han cambiado todo el sistema electoral mexicano y donde se fue poco a poco, precisamente construyendo estas instituciones.

¿De dónde venimos?, y me encantaría saber, hacia dónde vamos? Venimos de unas instituciones electorales dependientes del gobierno, supeditadas al ejecutivo y al PRI con una conformación bastante endogámica en donde no había posibilidad de reconocer la valía de la oposición en donde las condiciones de competencia no solamente no eran justas o no eran equitativas en el sentido de el gran poder que reunía el PRI, sino precisamente porque teníamos unas autoridades electorales que no eran autónomas y que normalmente fallaban o favorecían al partido en el poder, al partido hegemónico que ya de por sí era el partido más fuerte.

Esto empieza a hacer crisis, inclusive antes de 1988, la primera autoridad, digamos, que empieza como a tener una cierta independencia muy pequeña, porque el Tribunal, el Tribunal de lo contencioso electoral era parte del Poder Ejecutivo, pero por lo menos ya era una autoridad distinta que podía revisar las decisiones de la Comisión Federal Electoral.

En 1988 hace crisis nuestro sistema electoral y pasamos a quizá una de las reformas más importantes en 1990, donde aparecen dos autoridades electorales muy importantes.

Por un lado, la autoridad administrativa, el Instituto Federal Electoral que, aun cuando sigue dependiendo de la Secretaría de Gobernación, físicamente sale de Bucareli y éste no es un dato menor, quien preside la institución es el Secretario de Gobernación, pero ahí hay dos cosas que son muy importantes que hay que tomar en cuenta; por un lado existe ya en este primer IFE de 1990, al que hoy lo estamos cantando las mañanitas con su pastel con 30 velitas, 30 años de una institución es un montón de tiempo, se dice fácil, pero una institución que cumple 30 años en un país además tan cambiante como el nuestro, en sí mismo es algo que debemos de recordar.

En ese primer IFE tenemos dos elementos que son importantes, la composición de los representantes partidarios que en ese momento tenían voz y voto, empieza a cambiar y a hacer menos abusiva de lo que siempre había sido en la Comisión Federal Electoral el PRI por sí mismo podía definir cualquier decisión y la oposición lo más que le quedaba era el derecho al pataleo, no había mucho más que eso, perdón el lenguaje tan coloquial, pero así era y además se incluyen los magistrados ciudadanos que tenían que ser abogados y que ya empiezan a formar parte del proceso de decisiones dentro del propio Instituto Federal Electoral.

Ese año se crea, sin haberlo bautizado así el primer órgano constitucional autónomo y yo digo que esto, que el primer Tribunal Electoral fue un constitucional autónomo porque no dependía ni del Ejecutivo, ni del Legislativo, ni del Judicial, ora vez, si me permiten el lenguaje coloquial, quedo como flotando en la Constitución, se creó pero no se puso dentro de ningún poder y fue una autoridad que ya empezaba a gozar de una autonomía importante para como autoridad jurisdiccional para resolver en principio las controversias de los partidos políticos y de los candidatos con la autoridad.

No, en ese momento el TRIFE se ocupó muy poco o casi nada de resolver controversias entre partidos, el primer diseño era resolver controversias de los partidos políticos con la autoridad precisamente en este proceso de creciente autonomía de la autoridad electoral, de la autoridad administrativa electoral que tendría como encargo organizar las elecciones y, por otro lado, una autoridad jurisdiccional que pudiera resolver las controversias entre, por cuando se tomaba alguna decisión en el IFE, en el Consejo General del IFE, que los partidos se sintieran agraviados, no sintieran confianza, sintieran que en realidad se estaba favoreciendo a un partido o que por alguna razón consideraran que debían de impugnar esta decisión.

En esta lógica el INE recibe el encargo de organizar las elecciones, de administrar los procesos electorales y yo creo que hay dos cosas muy importantes de destacar de este primer INE, una de ellas es la lógica de organización de generar un pequeño Consejo o un Consejo para cada elección, es decir, se divide el país en 300 distritos en cada distrito hay un consejo, consejo distrital conformado por ciudadanos  y la autoridad administrativa que se encargan de organizar la elección y de hacer todo aquello necesario para que el día de las elecciones los mexicanos, las mexicanas podamos salir a votar y todos y cada uno de nosotros tengamos una casilla a pie de nuestras casas.

Imagínense lo que estoy diciendo, todos los mexicanos y todas las mexicanas desde 1990 hasta la fecha, por 30 años, podemos salir a votar de nuestra casa caminar y llegar a votar y no tener más de 750, 800 personas en esa casilla para asegurarnos que entre 08:00 de la mañana y 06:00 de la tarde, los funcionarios de casilla, que son ciudadanos elegidos por un sorteo, es la primera autoridad electoral son las mesas de casilla, podamos votar y ellos son quienes cuentan nuestros votos.

Los consejos locales se encargan de la elección de senadores, están uno en cada capital de cada una de las entidades de la República y el Consejo General que ve toda la elección general, esta forma tan básica pero tan importante de organización del IFE, la heredó el INE y sigue funcionando así hasta la fecha, hoy día con la obligación de tener una relación con los institutos electorales locales, que se encargan de las elecciones de gobernadores, de congreso local, etcétera.

En 1994 como bien nos decía Refugio García, que nos hizo favor de presentarnos, de introducirnos a la mesa, hay un dato muy importante en la autoridad electoral, y es que los partidos políticos pierden voto en las decisiones del IFE. 

En ese momento se crean los consejeros ciudadanos, de hecho, jurídicamente son los únicos consejeros ciudadanos que hemos tenido, los otros en 1996 se llaman consejeros electorales que venían, digamos, no era gente que de tiempo completo estuviera en el Instituto y trabajaban de manera conjunta con la Junta Federal Ejecutiva en todo este proceso de organización de las elecciones.

Mencionaba también Refugio es, justamente, en 94 cuando ya la calificación de las elecciones pasa al Instituto Electoral, es decir, ya no la tienen los, ya no es una calificación política de las elecciones en la Cámara de Diputados, sino que, es un hito que no dejamos de, que no debemos dejar de mencionar, precisamente en la autonomía de las instituciones electorales.

Seguramente si nos están escuchando es porque les preocupa el tema electoral y entonces todos sabemos que 1996 marca también un parteaguas en la construcción de las autoridades electorales, el TRIFE se convierte en el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación, es decir, la autoridad jurisdiccional pasa a ser de lleno parte del Poder Judicial, y el Instituto Federal Electoral adquiere ya su autonomía total del Poder Ejecutivo y de la influencia del Presidente.

Sale en 96 el Secretario de Gobernación y los consejero electorales, nueve en ese entonces, 11 ahora, son elegidos por la Cámara de Diputados con la idea de lograr un equilibrio entre quienes están siendo nombrados, de tal manera que sí es un nombramiento político, de la Cámara de Diputados no pueden salir más que nombramientos políticos, por eso hay que tener mucho cuidado cuando hablamos, “qué barbaridades que los nombran los partidos”, bueno, pues si los nombra la Cámara de Diputados no lo pueden más que nombrar los partidos.

Ya no hay esfera de influencia del Poder Ejecutivo, y se nombra a un comisionado presidente, que desde la Cámara de Diputados decide quién será el Presidente, y ocho consejeros electorales que van a ser la autoridad máxima del Instituto Federal Electoral. Todas las decisiones, ya no regresan los partidos políticos a ser parte de las decisiones, hasta hoy no han regresado, y se encargan, decía yo ya, de todo lo que tiene que ver con la organización de las elecciones.

De 1996 a la fecha, hemos tenido evolución muy importante en las autoridades electorales, olvidé mencionar una cuestión que es muy importante, una disculpa.

En 1994 se crea la FEPADE, por primera vez tenemos dentro de la Procuraduría General de la República una institución que se dedicará a la persecución de los delitos electorales, y con esto tenemos completa nuestra triada de elecciones; hemos de decir, un esquema sumamente complejo.

Si lo vemos en perspectiva comparada, son muchísimos los países, y con esto concluyo, porque se me acabaron mis 15 minutos, son muchísimos los países que la autoridad administrativa y jurisdiccional es la misma, nosotros tenemos autoridad administrativa, autoridad jurisdiccional y la autoridad encargada de la procuración de la justicia, donde solo para concluir diré, que las autoridades electorales han sido víctimas de su propio éxito, ya que las elecciones posteriores, si bien mantienen el esquema original de la autoridad que tenemos, cada reforma electoral se les dan más facultades, más responsabilidades, más obligaciones.

La actividad jurisdiccional electoral también se ha complejizado mucho, y hemos pasado de que los partidos y los candidatos tengan una autoridad autónoma que resuelva sus controversias, a una autoridad que resuelve controversias entre partidos, entre candidatos, entre ciudadanos y partidos y al interior de los partidos.

Yo con esto concluyo y seguramente mis compañeros de mesa con quienes me da mucho gusto compartir el día de hoy, podrán agregar algo de las muchísimas cosas que me faltaron. 

Muchísimas gracias, Refugio, gracias a todos, gracias a quienes nos escuchan. 

Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral del INE, Ma del Refugio García López: Muchas gracias, doctora María Marván. 

Sin lugar a dudas, nos ha relatado de manera muy precisa, pues esta transformación de las autoridades, tanto la administrativa, la jurisdiccional y la que  persiguen, justamente, los delitos en materia electoral.

Y bueno, pues de manera, vuelvo a insistir muy precisa, sobre todo a la ciudadanía que nos está siguiendo en esta transmisión, pues conoce justamente esta transformación (falla de transmisión) y sobre todo lo que implica, justamente, la lógica de la organización de las elecciones a través de esta distribución de 300 distritos electorales y 32 juntas o, digamos, órganos delegacionales que justamente así se conformó el IFE y ahora el Instituto Nacional Electoral, pues sigue esa misma lógica de organización de las elecciones. 

Muchísimas gracias, maestra, doctora perdón, por compartir con nosotros esta participación. 

Pues vamos a dar paso a nuestra siguiente panelista, la doctora Blanca Heredia Rubio, quien está también con nosotros, agradecerle mucho que haya aceptado esta participación. 

Ella es profesora investigadora y responsable de la dirección del programa interdisciplinario sobre política y prácticas educativas en el CIDE.

Es doctora en Ciencia Política por la Universidad de Columbia y licenciada en Relaciones Internacionales por el Colegio de México. 

Realiza investigación aplicada y proyectos de emprendimiento social en la intersección entre educación y crecimiento económico. 

Como parte de su experiencia, ha sido Secretaria Académica del CIDE, vicepresidenta rectora académica de la Universidad Americana en París.

Representante del OCDE en México para América Latina. 

Fue también comisionada para el desarrollo político en la Secretaría de Gobernación y ha sido profesora invitada, entre otras universidades, de la Complutense de Madrid, y consultora para el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Agencia Noriega de Desarrollo, entre otras. 

Sea usted bienvenida doctora Blanca Heredia. 

Tiene usted el uso de la palabra, muchas gracias por aceptar esta participación y la misma será hasta por 15 minutos. 

Blanca Heredia: Muchísimas gracias, Refugio García.

Me da muchísimo gusto estar aquí en esta mesa con colegas y amigos tan queridos, Lorenzo, te saludo, doctor François, mi querida María, qué gusto estar aquí, qué gusto conocerla señora Refugio. 

Me sumo a las felicitaciones que María ha expresado en relación al IFE-INE.

Primero que nada, yo creo que ésta tendría que ser una fiesta, qué lástima que estamos en pandemia porque ésta tendría que ser una gran fiesta para todos los mexicanos.

Es un logro mayúsculo, las generaciones jóvenes, más jóvenes que nosotros, que ya de por sí somos muy jóvenes, seguramente no lo vivieron, no lo recuerdan haberlo vivido, presenciado, pero tendrán alguna noticia. 

Ya ha mencionado María el hecho de que fue, digamos, nuestro entramado institucional, el conjunto de instituciones que garantizan elecciones que son ciertas, legales, imparciales, autónomas, que permiten que el voto de los mexicanos y las mexicanas den como resultado la conformación de los órganos de gobierno y las autoridades que nos gobiernan, esa traducción tan importante pues es la que nos garantiza el entramado de instituciones que se ocupan de las cuestiones electorales en México.

Ese entramado hay que recalcarlo, significa un primer logro pensar de dónde venimos, pero en los procesos electorales pues controlados por el Gobierno y subordinados concretamente al Poder Ejecutivo durante muchos años.

Yo quisiera enfatizar otro aspecto de esa parte del logro que a mí siempre me ha resultado especialmente importante y que tiene que ver con el hecho de que a diferencia de otros países, en los que la transición a la competencia electoral plena a la competencia a la democracia electoral supuso pasar de contextos políticos en donde no había elecciones, a unos en los que sí había elecciones.

En el caso mexicano fue salto triple mortal con ocho siluetas en el camino porque en el larguísimo periodo de partido hegemónico pues nunca se suspendieron los procesos electorales, tuvimos elecciones puntualmente para todos los cargos y dijo que fue triple salto mortal porque cómo pasas de un sistema político en el que las elecciones tienen un rol más bien subsidiario en la regulación del acceso al poder político y en su legitimación y que en los años finales del régimen de partido hegemónico habían perdido crecientemente legitimidad los propio procesos electorales y estaba crecientemente cuestionados.

Cómo haces de algo que ya estaba ahí y que estaba muy desgastado, cómo vuelves eso la pieza central de tu sistema político, esto me parece que es un logro mayúsculo del cual nos debemos congratular todas las mexicanas, todos los mexicanos, en lo general, pero quiero también hacer un reconocimiento muy especial a las muchas mujeres y hombres que participaron ya de manera más específica, que dieron la batalla en diferentes frentes para que eso fuera posible.

Hay que reconocer también el papel de algunas de nuestras élites políticas de diferente momentos, los 90’s que fueron conscientes de la necesidad de permitir, digamos, y después incluso de impulsar esta transformación que no era fácil, a quién le gusta perder poder, yo no sé a algunos de ustedes, mucho, no sé, no suele ser fácil que de manera voluntaria el poder ceda espacio.

Y en este caso pues debió, obligado a ello en parte, pero también creo que hay que reconocer que alguna parte de esa elite también logro colocarse por encima de la coyuntura en mirar más lejos y mirar más ancho, y sí tuvimos una generación, la generación que construyó esta institucionalidad, sus primeros cimientos que han sido construidos a lo largo de muchos años y que me parece que es muy importante reconocer ese trabajo.

No solamente hay que reconocerlo, hay que cuidarlo.

Se ha dicho muchas veces en muchos contextos, pero y cualquiera que lo piense unos momentos se dará cuenta que es muchísimo más fácil destruir que construir; un jarrón chino se puede tomar meses o años de ser fabricado, de ser pintado con un descuido se puede caer al suelo ese jarrón, o ese jarrón de talavera poblana o tlaxcalteca, y en un descuido se te cae el jarrón, se te vuelve pedacitos y ya no hay manera de volverlo a pegar. 

De ahí la importancia de esta celebración, de estas mesas, de que podamos juntos comunicarles, sobre todo a las generaciones más jóvenes, la importancia de cuidar este patrimonio de un valor incalculable. 

Con todas sus áreas de oportunidad, con todas las cosas que pueden mejorarse, hay pocas cosas de verdad, de las que creo que nos podamos sentir tan orgulloso los mexicanos. 

Quisiera más que repasar la historia de las autoridades electorales, compartirles algunas reflexiones, dónde veo yo hoy a nuestras autoridades, dónde veo sus fortalezas, dónde veo algunas de sus debilidades y dónde veo sus desafíos principales. 

Y me concentro en esto porque imagínense que aquí entre (…) o sea, qué les voy a contar a ustedes que no sepan de la historia del INE y del IFE, que participaron muchos de ustedes en su propia construcción.

Lo primero que quiero decir es que la mayor fortaleza del INE, hoy, me voy a referir fundamentalmente al INE, a los OPLES muy poquito, a la parte jurisdiccional, al Tribunal, y básicamente. 

Tampoco voy a hablar mucho de la misma. 

Me parece que además de este brevísimo frecuento histórico que nos permita aquilatar  la importancia de esta institución y del conjunto de la institucionalidad que regula la traducción del voto en poder político para decirlo rápido, me parece que la mayor fortaleza del Instituto Nacional Electoral y del sistema en conjunto, pero concretamente del INE, es su capacidad para organizar los procesos electorales y garantizar que estos sean limpios, que puedan generar resultados legales y ciertos.

Esto se dice fácil, pero en un territorio tan complicado como el mexicano, con una población tan grande, el año que entra las elecciones más grandes que vamos a haber tenido en el histórico, se dice fácil, pero desde las casillas, mesas integradas por voluntarios, cuidadas por los partidos, hasta el Consejo General, pasando por una pieza clave del Servicio Profesional Electoral, ellos no suelen salir en la foto, pero son absolutamente fundamentales, aquí tenemos por fortuna a Refugio García, y no podemos enfatizar suficiente, me parece, como se debe.

El alma y el esqueleto del IFE son los integrantes del Servicio Profesional Electoral, y el conjunto de ciudadanas y ciudadanos que de manera voluntaria participan en la organización de los procesos electorales. 

Ésta es, desde mi punto de vista, la mayor fortaleza del Instituto Nacional Electoral, otra vez, fortaleza que hay que cuidar, que no es algo que se reproduzca en automático, que no es algo que no pueda debilitarse si no lo cuidamos, sino nos cercioramos de que tenga los recursos materiales suficientes, la posibilidad de seguirse capacitando, de seguirse actualizando, de tener condiciones de trabajo dignas. De manera que puedan realizar sus funciones con el profesionalismo que hasta ahora lo han hecho.

Ellos son los garantes últimos de la independencia y de la efectividad logística probada una y otra vez por el Instituto Nacional Electoral antes IFE, incluso, en condiciones tan difíciles como las que le tocó organizar Coahuila e Hidalgo, ya en medio de la pandemia, lo logró y estoy segura que hubo ahí aprendizajes muy importantes, que yo creo que a todos nos dejan tranquilos, porque sabemos que lo van a poder hacer bien, otra vez muy bien, contando además ya con esa experiencia de organizar elecciones en medio de esta calamidad tan espantosa que nos cayó encima, que es la pandemia.

Tenemos un Instituto que en sus atribuciones legales, en su diseño institucional complejo, muy complejo, efectivamente, tiene un órgano para cuidar al otro órgano que cuide al siguiente órgano y que tiene, sin embargo, una lógica. 

Venimos de la desconfianza, venimos de ese proceso del que ya habló María y que yo reseñé muy rápidamente de cómo pasamos de ese régimen en donde las elecciones eran de adorno a que ahora si son de veras, ese salto triple mortal implica tener dentro del propio instituto un engranaje que asegurara, digamos, que una pieza cuidara a la otra pieza.

Hay una parte del costo del Instituto mismo y los procesos electorales en México que tiene que ver con esa historia, historia por cierto que no está superada, está lejos de estar superada y de hecho, vemos en el caso de muchas instituciones erosión de los niveles de confianza que nos hablan de la necesidad de seguir invirtiendo en mecanismos que nos permitan garantizar que los ciudadanos confían en sus instituciones y en particular, confían en el INE, que es el garante de que la voluntad ciudadana sea la que determine quien ocupa el poder político.

Entre las muchas atribuciones que tiene el IFE y estos elementos que ya mencioné, el Servicio Profesional Electoral, un sistema interno casi de como de pesos, controles, contrapesos.

Tenemos también un conjunto de características asociadas a su carácter de órgano constitucional autónomo que son indispensables para que pueda seguir realizando su función de manera adecuada.

La autonomía presupuestal es fundamental, cualquier que quiera ser libre sin tener autonomía independiente sin tener autonomía presupuestal, pregúntenle a cualquier adolescente, yo tengo una hija adolescente y por eso se me viene eso primero a la cabeza, pues nosotros aunque ya hace rato que fuimos, qué tan independiente puede ser uno como adolescente si tiene que pedirle al papá o a la mamá que te dé para tu café, pues, más bien limitado.

Entonces, la autonomía presupuestal es fundamental y hay que decirlo, que la ley es muy importante, pero también importa mucho el contexto en el cual el contexto que permita más o menos que la ley y las facultades legales de una institución como el INE se ejerzan a plenitud.

Y me parece que hay que, al menos señalar, que es más fácil la independencia para este órgano constitucional autónomo y todos los otros, por cierto, o al menos esto ha parecido ser así. Nos ha quedado claro en los últimos años, el contexto de gobierno dividido en contexto de gobierno con mayoría en el Congreso, hay que simplemente notar.

Creo que tenemos un Consejo General cuya integración coadyuva también a garantizar los principios de certeza, legalidad, no los voy a repetir todos los otros, que orientan la actividad fundamental no sólo el INE sino de todas las autoridades electorales y esto es algo que también tenemos que celebrar.

Tenemos un consejo plural, integrado de manera profesional, en las últimas reformas se incluyeron también algunos cambios que me parecen son relevantes en términos de garantizar, sino de garantizar, digamos, de maximizar la posibilidad de que hubiera consejeros que fuesen independientes del… (falla de transmisión) control de cualquier partido político, y esto también es algo que hay que celebrar y es una fortaleza.

Termino con la parte del INE, señalando que, me parece que el desafío mayor que enfrenta que de cara hacia adelante, por fortuna tiene todas estas fortalezas, pero sí me parecen que enfrentan unos desafíos hacia adelante que vale la pena subrayar.

El primero más importante y único que me voy a referir aquí es el que, me parece más relevante y tiene que ver con el hecho de que estamos frente a un contexto político en donde la voluntad ciudadana así lo decidió, el partido del Presidente tiene mayoría, tiene el congreso y tiene una cantidad muy importante también de gubernaturas y más concretamente, el titular del Poder del Ejecutivo es una persona en particular, el ejecutivo muy vocal que comunica y comunica muy bien, comunica con mucha frecuencia y que en el contexto de un proceso electoral va a implicar un reto importante para el Instituto Nacional Electoral.

El cómo manejar el respeto a la investidura del Presidente y a su derecho de comunicar los actos de gobierno, pero al mismo tiempo, poder trazar una frontera clara en relación a cómo eso tiene que buscarse la manera de que se pudiera minimizar su impacto en el proceso electoral como tal y va a acabar empañándolo de alguna manera.

Hay muchos otros, digamos, desafíos más puntuales que van a tener qué ver con lo contencioso que va a ser o el tema de las definiciones de candidaturas al interior de los distintos partidos, en particular, el mayoritario, pero en toda la litigiosidad que ello va a imponer.

Me voy a referir ahora, sin embargo, a lo que considero que es el área en donde tendríamos que tener más cuidado, donde veo yo un foco amarillo, por decir lo menos, en el caso de nuestra institucionalidad electoral y que tiene que ver más bien con la parte jurisdiccional.

Creo que tenemos un sistema que la arquitectura institucional de lo electoral en México es singular en muchos sentidos, pero, quizás donde es más singular que en todos, es justamente en la parte jurisdiccional.

En la mayor parte de los países del mundo, esa función de ser el juez, digamos, de los conflictos electorales es parte del Poder Judicial. No es un órgano aparte, esto ya de por sí es curioso, bueno, yo no voy a entrar ahora de toda la historia de esa parte, simplemente señalarlo.

Pero lo que me parece más importante decir es que, en los últimos años, y probablemente a raíz de sucesos que ocurrieron en el 2016 que ahí arranca, digamos, alguna parte de la problemática, tenemos un Tribunal Electoral que es la máxima autoridad jurisdiccional, una especie de Tribunal, en fin, sí, ése, tribunal de última instancia en materia de procesos electorales, cualquier conflicto electoral primero pasará por el INE y luego pasa al Tribunal y ya de ahí ya no tiene para dónde irse, es el último árbitro, el último que decide es el Tribunal, por eso es importante.

Y la verdad, es que sí tenemos un Tribunal Electoral que presenta diversas debilidades, para decirlo con claridad ya a estas alturas, diversos cuestionamientos con respecto a sus niveles de transparencia, rendición de cuentas, una división importante al interior, sobre todo, de la Sala Superior, todo lo cual, digamos, cuestionamientos con respecto, sobre todo, al fin también hay parcialidad, autonomía de al menos alguna parte de los integrantes de la Sala Superior.

Y todo esto no sería importante excepto que es fundamental, porque al final sí son la última instancia para decidir quién gana y quién pierde en una elección el año que entra, que bueno, como todas va a ser compleja, y que en algunos lugares va a estar más o menos competida pero que exigirá y debiera de contar, digamos, con una capacidad en el ámbito jurisdiccional, de dejarnos a todos tranquilos, con buenas razones de por qué, como diría Ana Laura Magaloni, dar buenas razones de por qué ganó uno o perdió el otro, y que no nos fuéramos todos a dormir con la duda de en realidad quién habrá ganado.

Eso es lo que yo veo, una institucionalidad muy completa en la parte electoral en México que tenemos que cuidar, también muy compleja por razones históricas muy entendibles, que tiene fortalezas fundamentales que hemos de cuidar y que también tiene desafíos delante y algunas debilidades que convendría también cuidar y atender.

Por último, mi impresión es que es momento de sobriedad en todos sentidos, creo que es momento de cuidar lo que tenemos, más que en este momento introducir cambios, creo que es importante cuidar esto que tenemos que es mucho, y cuidar aquellas áreas que sí parece que requieren alguna corrección, en la propia institucionalidad ver de qué manera se pueden impulsar esos cambios, desde luego no para el proceso electoral del 21 porque ya estamos en marcha, pero sí quizá hacia adelante.

De nuevo, muchísimas gracias por la invitación, un placer estar aquí celebrando a nuestro querido IFE-INE.

¡Felicidades al Instituto!

Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral del INE, Ma del Refugio García López: Agradecemos su participación de la doctora Heredia Rubio, muchísimas gracias por compartir estas reflexiones.

Es evidente que la legitimidad de las autoridades electorales ha representado uno de sus mayores retos, y como bien menciona, es a través de las y los ciudadanos que esta transformación ha rendido frutos.

Sin lugar a dudas, el Instituto Nacional Electoral ha enfrentado retos y desafíos, sin embargo, tiene algo que lo fortalece, que es, justamente, su estructura profesional, el Servicio Profesional Electoral Nacional, integrado por funcionarias y funcionarios con muchos años de experiencia, también con muchos años de preparación en su formación profesional, justamente, para poder enfrentar estos retos que representa la organización de las elecciones porque, déjenme decirle, que las elecciones o la organización de las elecciones siempre año con año es única e irrepetible, justamente porque los contextos cambian, porque hay también pues situaciones en todos los sentidos que la autoridad electoral tiene que valorar para poder organizar las elecciones y garantizar pues esta transición pacífica del poder político en nuestro país.

Y eso lo debemos gracias a este cuerpo de funcionarias y de funcionarios que día con día se enfrentan a retos y desafíos inimaginables.

En el campo de la organización de las elecciones, bueno, yo puedo decirlo, me consta, soy testigo fiel de ello, y bueno, creo que eso al Instituto le enorgullece tener este cuerpo de funcionarias y funcionarios que han enfrentado con decisión y con mucho compromiso la responsabilidad de organizar elecciones.

Gracias, doctora, por compartir sus reflexiones.

Ahora, vamos a dar paso a nuestro siguiente panelista, al doctor Jean FrançoisPrud’homme, quien tiene estudios de doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de York, Toronto. También tiene una maestría en Ciencias Políticas y licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad de Montreal.

Desde 1984 ha sido profesor en las siguientes instituciones, el Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO México), Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Instituto de Investigaciones José María Luis Mora, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, el Colegio de la Frontera Norte, el Colegio de Sonora, la Universidad Iberoamericana, la Universidad de Montreal, el Instituto de Estudios Políticos de París.

Ésta es la semblanza curricular de nuestro panelista. Bienvenido, doctor JeanFrançois.

Sin lugar a dudas tiene usted mucho que compartirnos y compartir con quienes nos siguen en esta transmisión.

Tiene usted el uso de la palabra hasta por 15 minutos.

Bienvenido, gracias por aceptar la participación.

Jean Francois Prud´homme: Muchas gracias, Refugio.

Agradezco también la invitación a participar en este acto de conmemoración del Trigésimo Aniversario de la creación del IFE-INE.

Y desde luego, me da mucho gusto compartir esta mesa virtual con María Marván, Blanca Heredia y Lorenzo Córdova.

15 minutos es poco tiempo para dar un testimonio sobre el proceso de 30 años de construcción institucional en un contexto histórico, particularmente rico en materia de cambio político.

Entonces, voy a tratar de organizar mi reflexión en torno a cinco elementos que, desde luego, no hacen justicia a la riqueza de la historia del IFE-INE, pero que sí representan dimensiones que tuvieron un impacto en el desarrollo institucional y en la configuración organizacional del IFE, INE.

La primera reflexión que me llega a la mente, cuando deslizo la historia de la institución desde su creación en 1990, es que su desarrollo es un reflejo parcial desde luego de la especificidad del proceso de cambio democrático que vivió el país en las últimas décadas, digo, parcial porque esos cambios no se dieron, solo en el campo electoral y sus actores relevantes no fueron únicamente los partidos políticos y los funcionarios electorales.

Sin embargo, la historia de la institución permite apreciar el camino recorrido y los “ires y venires” del proceso de democratización, permite apreciar también la competida de los distintos aspectos de la vida electoral y sobre todo los voy a enumerar todo para responder a principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad y sobre todo hacer que es lo que yo llamaría la producción de confianza encuentre expresiones en órganos colegiados de toma de decisiones e instancias administrativas y procedimientos que garantizan la organización de elecciones y la aceptación de los resultados o una gran mayoría de los contendientes.

Entonces, al reconstruir esa historia del IFE, INE, permite hacer una especie de lo que yo llamaría una arqueología institucional de la democratización del sistema político mexicano con sus distintos estratos temporales, sus adiciones y sustracciones y, desde luego su carácter siempre incompleto.

Difícilmente los representantes de los partidos de oposición en las negociaciones que llevaron a la creación del Instituto Federal Electoral en 1999, hubieran podido imaginarse que participaban en un largo y accidentado proceso de construcción de una institución que terminaría teniendo una presencia a lo largo y ancho del territorio nacional, una institución con un numeroso servicio civil porque de carrera profesional, de carrera, uno de los más nutridos del Estado Mexicano, una institución con facultades y responsabilidades que abarcan todos los aspectos vinculados a la competencia electoral, tengo la tentación de decir llevadas a un extremo que no creo que exista en otros países democráticos y, también, con el desarrollo el procedimientos administrativos tecnológicos propios para garantizar la equidad, la transparencia y la confiabilidad en cuanto a registro de electores, divulgación de resultados, acceso a los medios de comunicación, ingresos y gastos de los candidatos y partidos, etcétera, etcétera.

Recuerdo el testimonio de uno de los representantes del difundo PMS en esas negociaciones, las de 1989-1990, que reconocía que, si bien existían distintas propuestas de los partidos de oposición en el campo, en materia electoral, en ese testimonio revelaba que en ese momento lo único que tenían en mente los negociadores de la oposición era encontrar una fórmula para impedir que el PRI tuviera mayoría en la Comisión Federal Electoral. 

Lo menciono y desde luego también buscar una manera de construir un órgano independiente del gobierno para la organización de las elecciones.

Y lo menciono solo para que podamos apreciar el camino recorrido en términos de construcción institucional. 

Y desde luego, cuando hablo de construcción o desarrollo institucional, no pienso en un proceso lineal y tampoco en una dinámica que esté desvinculada de lo que sucedía en el campo político nacional. 

Lejos de ello, como se puede apreciar en las múltiples reformas electorales, importantes, que se han efectuado durante esos 30 años, al contrario, los acontecimientos de la vida política nacional han influido y moldeado el crecimiento del organismo electoral. 

Y a pesar de sus defectos “temporales”, lo pongo entre comillas, corregidos al tenor de la disputa política con todo lo que implica la historia de la institución en todas sus dimensiones, constituye un magnífico testimonio del cambio democrático en el país. 

Lo digo en un momento en que denomina una narrativa en la cual las tres últimas décadas de nuestra historia suelen ser definidas a partir de la sola orientación de las políticas económicas, una especia de edad media tenebrosa, como si no hubieran sido también décadas de construcción de un sistema político democrático, por más imperfecto que haya sido. 

Como segundo elemento de reflexión, ha sido mencionado tanto por María como por Blanca, me viene a la mente el tema de la desconfianza, visto desde una perspectiva más optimista el de la construcción de la confianza. 

Es impresionante ver cómo ese tema ha influido en distintos momentos y modalidades en el proceso de crecimiento y evolución de la autoridad electoral. La confianza en todas sus expresiones, entre actores políticos, partidos u organizaciones sociales, entre los partidos y las instituciones electorales, entre la sociedad y las instituciones electorales. 

Es interesante, por ejemplo, ya se ha mencionado parcialmente a analizar la evolución de los procesos de designación y de integración del máximo órgano de toma de decisiones en el IFE, lo que conocemos ahora como Consejo General. 

El largo camino hacia la autonomía frente al gobierno, ¿no?, los concejeros magistrados, los consejeros ciudadanos, la ciudadanización del Consejo General con las reformas de 1996, los desencuentros con los partidos, los nuevos procesos de selección, etcétera, etcétera. 

Y de manera paralela, a nivel de la sociedad, el impresionante proceso de movilización y capacitación de ciudadanos para la realización de las jornadas electorales. 

Y luego, luego vino la constatación de que el tema de la autonomía era más compleja, tenía más aristas y no solamente estaba asociado a la relación con el gobierno.

Todo ello influyó en la evolución y en el crecimiento de la institución. 

Un poco regresando en el pasado, nos dimos cuenta de que la autonomía nunca es absoluta, es relativa y como bien decía Blanca, tiene que ser defendida de manera permanente en distintos contextos. 

El mismo razonamiento se puede aplicar a otros conceptos y a su permanente traducción en innovaciones administrativas, siempre perfectibles, como, por ejemplo, el del financiamiento de las campañas electorales o el del acceso a los medios de comunicación. 

Aquí habría que hacer toda una genealogía de la evolución de las percepciones y de su traducción en mandato institucional y en procedimientos administrativos, que se puede llevar a cabo en esos campos. 

Tercer elemento de reflexión. La construcción de la confianza al filo de los años, puso en evidencia las múltiples fisuras del sistema de partidos del régimen electoral. 

La equidad inicialmente se pensó que era solamente una cuestión de dotar a los partidos de recursos públicos, para que pudieran llevar a cabo sus actividades permanentes y electorales de manera honesta y docente. 

Esa equidad tenía más aristas, involucraba a otros actores sociales y económicos, era también una cuestión de supervisión de los ingresos y egresos de candidatos y partidos, de control del acceso a los medios de comunicación, y al filo del tiempo de capacidad de supervisión y de intervención de ser necesario, en la vida electoral de los demás niveles del sistema federal. 

Y todo ello, ya se mencionó también, que fue resultado paradójicamente, del éxito del desempeño de la institución electoral, y todo ello llevó al incremento de las facultades y responsabilidades administrativas de la autoridad electoral. Eso también es un factor importante para explicar el crecimiento administrativo del ahora Instituto Nacional Electoral.

Un cuarto elemento de reflexión que habría que, que me parece importante para hacer esa historia organizativa institucional del IFE-INE y que tiene que ver también con el proceso de construcción de la confianza, es ese proceso que obligó al desarrollo de una tecnología administrativa electoral innovadora propia a la institución. 

Pienso aquí en el modelo de comunicación política del INE o en el sistema de monitoreo de los gastos de campaña en tiempo real de la misma manera que en otra época lo fueron la elaboración de un Padrón Electoral confiable, el establecimiento de una credencial de electores segura, los que han vivido ese proceso que recaudaran, por ejemplo, todas las discusiones en torno al número de chips que iba a contener la credencial electoral.

Desde luego, en su momento, también los múltiples ajustes al famoso PREP o todos los procedimientos asociados a la geografía electoral, al voto extraterritorial, etcétera, etcétera.

Todos esos elementos constituyen una apreciable y muy peculiar aportación del IFE-INE al establecimiento de sistemas electorales confiables, en contextos de desconfianza democrática.

Es decir, que la innovación tecnológica apareció como un remedio hacía por lo menos, a la desconfianza persistente y es también, desde luego, un factor explicativo el crecimiento de una organización encargada de regular la vida partidista y electoral.

El último factor explicativo del proceso como último factor explicativo del proceso de configuración de la autoridad electoral en México, parece fundamental mencionar el entramado institucional del cual el IFE-INE es parte, Blanca Heredia lo mencionó como uno de los desafíos de la institución en el futuro.

Regresando a la referencia que hacia al principio de este comentario, al efecto de que eran 1989, 1990, los negociadores de los partidos de oposición tenían como horizonte quitarle la mayoría al PRI y al gobierno en la Comisión Federal Electoral y, eventualmente, crear un ente electoral estatal, público, autónomo del gobierno, tenemos que reconocer, ya se dijo, que la historia del IFE-INE es una historia de éxito.

Tan es así que todo el entramado institucional involucrado en la vida electoral mexicana, el INE aparece como la institución central y fundamental y que frecuentemente en opinión pública, se cree que la autonomía de esta autoridad electoral es absoluta, sin embargo queda claro que la organización es solo una pieza en un arreglo institucional mucho más complejo, hemos visto, no vamos a regresar a enumerar los distintos momentos o episodios históricos en donde se ha podido verificar cómo la configuración de la institución ha evolucionado en función de las múltiples reformas electorales, algunas de carácter estructural y como se dice la jerga de los politólogos.

Las reformas electorales que fueron, desde luego elaboradas y aprobadas en el congreso; la mayoría de las veces esas reformas eran una respuesta a situaciones políticas conflictivas que ponían en riesgo la calidad de la vida democrática y si hablamos de reformas legislativas hay que reconocer el papel fundamental que juega los partidos.

Esa relación compleja con los partidos rebasa la capacidad de reformar la normatividad que rige el sistema de partidos y la vida electoral, es permanente como se puede apreciar anualmente en las discusiones de la aprobación del presupuesto del IFE, INE, o como se puede apreciar también en episodios como los que se vivieron en la primera década de este siglo con esos retrasos en la designación de integrantes sustitutos en el Consejo General del IFE, INE.

Lo es también porque no solo influye en la aprobación de nuevas normas legislativas, sino que pesa también mucho en ciertas ocasiones la aprobación incompleta de medidas legislativas que obligan al INE a reglamentar procedimientos que son facultades suyas, pero que no siempre tienen un sólido asidero legislativo, ¿por qué? Porque son producto de procesos legislativos incompletos, ya se ha mencionado también en este entramado institucional pesa mucho también la instancia judicial, no es un secreto en las últimas dos décadas, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha adquirido un papel, una presencia mayor en la esfera electoral, es cada vez más frecuente que decisiones tomadas en el Consejo General del INE pues son revertidas por fallos del Tribunal.

Y más recientemente, sobre todo en materia de financiamiento de las actividades electorales, hemos podido constatar también el ejercicio de las facultades del INE en la materia dependen también de la buena colaboración con otros entes públicos como la Fiscalía General de la República o la unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda.

En fin, difícilmente se puede hablar de la evolución de la autoridad electoral en México sin hacer referencia a ese entramado institucional y a las interacciones que se establecen entre ese conjunto de instituciones. 

Bueno, para terminar, pues me parece fundamental hacer esa historia de la construcción institucional de la autoridad electoral en México.

Es el, como decía, es el resultado de un proceso complejo que cristaliza elementos importantes de la democratización de la vida política nacional. En cierto sentido, es también la otra historia de las últimas tres décadas de nuestra vida política nacional con sus aciertos e imperfecciones.

Bueno, hoy apenas esbocé algunos elementos de reflexión que contribuían a explicar las peculiaridades del proceso de configuración institucional del IFE.

Creo que hace falta elaborar una historia general de la evolución de esta institución, y supongo, a lo largo de esta semana, tendremos en las distintas mesas muchos elementos para ir construyendo esa historia.

Gracias.

Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral del INE, Ma del Refugio García López: Muchas gracias por sus reflexiones, doctor Jean François.

No cabe duda que nuestra autoridad electoral asume esa difícil tarea de fungir como árbitro de las fuerzas políticas en la lucha por el poder, pero como bien nos refiere, es a través de ese gran cuerpo de funcionarios y funcionarias electorales de carrera lo que permite que nuestro Instituto cuente con uno de sus mayores baluartes, la confianza ciudadana.

Muchas gracias por compartir esta mesa el día de hoy, en la conmemoración del 30 aniversario del Instituto Nacional Electoral.

Para concluir con esta mesa, permítanme compartirles la semblanza de nuestro siguiente panelista, el doctor Lorenzo Córdova Vianello.

Él es Consejero Presidente de nuestro Instituto Nacional Electoral, es Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, y Doctor de Investigación en Teoría Política por la Universidad de Turín, Italia.

Él es autor de varios libros en temas electorales, constitucionales y de teoría política.

En el servicio público se ha desempeñado en diversos cargos, entre los que se destacan que de diciembre de 2011 a abril de 2014 fue designado por la Cámara de Diputados como Consejero Electoral del IFE, y desde abril de 2014 fue designado por dicho órgano como Consejero Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral.

Doctor Lorenzo, también muchas gracias, sé que usted es de casa, pero siempre es importante escucharlo y que la ciudadanía también lo escuche, a quien preside los trabajos de esta gran institución que ahora celebra este 30 aniversario, y que estos 30 años dicen mucho de la historia de la organización de las elecciones.

Tiene usted el uso de la palabra hasta por 15 minutos.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Ma del Refugio.

Quiero comenzar agradeciendo mucho el acompañamiento a esta celebración, como se decía, colectiva, que no es solamente del IFE, del INE sino de los logros y de la traducción institucional de una apuesta histórica de la sociedad mexicana.

A mis estimadas y admiradas Blanca Heredia y María Marván y, por supuesto, a mi querido Jean François Prud´homme, a quienes agradezco mucho las reflexiones que han hecho. 

Y en lo que me queda, de alguna manera, estos 15 minutos, ya lo decían los tres, para hacer una síntesis de una evolución de 30 años, es escasa. 

Afortunadamente parte de la buena parte de lo que yo quería mencionar, ya ustedes lo han puesto sobre la mesa, de modo tal que sin pretender convertirme ni mucho menos en un relator, para eso está Ma del Refugio en esa mesa, sí quisiera retomar algunas de las ideas que aquí se han puesto, y sistematizarlas, digamos, en mi propia intervención. 

Lo primero que quisiera, cuatro grandes reflexiones y un apunte final con el que quiero articular estos minutos de intervención en este seminario, en esta mesa. 

La primera reflexión es una reiteración a lo que aquí ya se ha planteado por quienes me han antecedido. El Instituto Nacional Electoral, como el IFE en su momento, son ante todo un producto de la historia de nuestra transición  y su propia evolución a lo largo de estas tres décadas es el resultado de las rutas que ha emprendido el proceso de cambio político y de construcción de un sistema electoral paulatinamente más robusto con el paso del tiempo. 

Desde este punto de vista, permítanme, digamos, en un afán híper sintético, telegráfico diría yo, resumir lo que desde mi punto de vista constituyen los cuatro grandes momentos del proceso de transición a la democracia en México, para insertar ahí el rol que ha tenido el propio órgano electoral:

En un primer momento, pensando en el régimen autoritario del que veníamos, el que emanó del régimen de la revolución mexicana, a lo largo del siglo 20, la primera gran necesidad fue una apertura elemental para todo sistema democrático, es decir, la apertura del propio sistema político al creciente germinal, pero cada vez más creciente pluralismo, y la inclusión de esa diversidad, de ese pluralismo político en los espacios de representación. 

En un segundo momento y, sobre todo, después del “sisma” que aquí ya se ha mencionado, que representaron las elecciones de 1988, hubo una necesidad fundamental que era la de construir un sistema electoral, y cuando hablo de sistema electoral hablo del conjunto de reglas, es decir, de normas, de procedimientos y de instituciones que permitieran inyectar confianza, construir eso que aquí ha sido uno de los…, identificado como uno de los ejes, digámoslo así, de la lógica y de la evolución de la autoridad electoral, que es confianza en torno a los procesos electorales para poder garantizar no solamente la libertad del voto, sino sobre todo que el voto, efectivamente sea contado. 

En un tercer momento la evolución de nuestra transición pasó por construir condiciones de equidad en la competencia, para ello se apostó por un financiamiento público predominante y generoso y, por otro lado, por ese modelo de comunicación política que ya quienes me antecedieron han mencionado. 

Y, la última etapa de esta transición tiene que ver con propiciar que las condiciones, es decir, las características que se habían alcanzado, la calidad y la confianza que se había alcanzado en las elecciones federales, pudiera trasminar y replicarse en el ámbito de las elecciones locales. En pocas palabras, construir un sistema electoral de carácter nacional que permitiera homogeneizar y estandarizar reglas, criterios, procedimientos e instituciones. 

Si ésta son, coincidimos en que éstas son cuatro grandes estaciones de la transición a la democracia, la historia del IFE y del INE, en buena medida se encarna y es el resultado de las últimas tres grandes etapas.

La construcción de un sistema electoral fue nuevo, renovado, confiable, con procedimientos ciertos que, si bien no implicó un nacimiento, un parto del día para el otro sino una larga evolución que María aquí ha relatado y que engrosado también Blanca y Jean François, pues implicó, justamente, esa puesta institucional de la que hoy celebramos 30 años, la reforma de 1989-1990 apuesta por la construcción de este nuevo sistema electoral.

Desde este punto de vista del Instituto Federal Electoral hoy Nacional Electoral, son los responsables de esa construcción o más bien, la emanación, la concretización de esa construcción institucional para la confianza.

Y qué pasó como también aquí ya se ha mencionado por dos grandes: por un lado, una paulatina conquista de la autonomía hasta que en 1996 se concretiza un órgano en el que los poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo están incluidos del proceso de toma de decisiones y se centra éste en un conjunto de funcionarios autónomos e independientes de los intereses partidistas para poder procesar las decisiones y por el otro lado, es decir, esto que se conoce en nuestra historia como el proceso de ciudadanización, que quiere decir, justamente, que la tome decisiones de la autoridad electoral recae en funcionarios no partidistas, por un lado y por el otro lado, en esa ya enfatizada característica  de la autoridad electoral, que es, justamente, la profesionalización de su persona.

El Instituto Nacional Electoral, en su momento el IFE, también fue responsable de convertirse en el garante de las condiciones de equidad en la competencia.

La apuesta por el financiamiento público y consecuentemente, la fiscalización de los recursos que los partidos tienen a su disposición y su ajustase a las reglas, es decir, a los límites y prohibiciones del propio modelo de financiamiento fueron una responsabilidad encomendada a la propia autoridad electoral.

Y más adelante, el ser el gestor, el responsable de la administración del modelo de comunicación política, pero, sobre todo el auditor, el supervisor de que ese modelo complejo y, en mucho sentidos, abigarrado y cargado de prohibiciones y de reglas efectivamente se cumpliera por parte de los actores políticos, pero también por parte de otros actores sociales como por ejemplo, los medios de comunicación.

Y finalmente, en esta evolución, el INE ha sido el responsable hoy en su rol de, ente rector de órgano rector del Sistema nacional de Elecciones, de verificar, de supervisar que esos estándares que, insisto, se habían logrado en el desarrollo, en la realización de las elecciones federales pudieran trasminar, pudieran replicarse en los ámbitos locales.

Así que, de estas cuatro etapas de la transición a la democracia, el IFE y el INE después, han sido, digámoslo así, los responsables de aterrizar las tres últimas.

La historia de la autoridad electoral y aquí retomo algo que ya, en su momento, anticipó María y que tiene que ver con la paulatina sobre carga de atribuciones. 

María decía que el IFE y el INE han sido víctimas de su propio éxito.

Me parece que en buena medida va prefigurando, es otra manera de entender la evolución de la autoridad electoral.

Hoy el INE hace muchísimo más, es decir, hace en esencia lo que hacía el IFE hace 30 años, pero hace muchísimas cosas adicionales. 

Así que esta evolución de estos 30 años también puede verse como justamente la paulatina, el paulatino enriquecimiento de atribuciones o sobrecarga como quiera plantearse, que hoy vuelven a la autoridad electoral mucho más compleja de lo que era hace 30 año y, por cierto, una autoridad electoral que, si bien realiza muchas funciones que otras autoridades electorales en el mundo hacen, tienen encomendadas, también, realiza funciones que ninguna otra autoridad en el mundo realice.

Desde este punto de vista el INE no solamente organiza elecciones, cosa no menor, ya lo decía Blanca en su intervención, sobre todo en tiempos de pandemia, ahora organiza elecciones y lo podemos decir con mucho orgullo después de las elecciones de Coahuila y de Hidalgo, de octubre pasado, organiza elecciones también en tiempos de pandemia con condiciones sanitarias que no alteraron las curvas de contagio y que constituyen un banco de pruebas fundamental para organizar la elección más grande de la historia el próximo año en un contexto en el que lamentablemente la pandemia seguirá vigente entre nosotros, así que no solo organizamos elecciones, también somos los responsables de fiscalizar los recursos de los partidos políticos, en otros países son Tribunal de cuenta o gentes no electorales los que vigilan y auditan a los propios partidos.

Tenemos esa tarea registral a la que hacía referencia Jean-François al grado de que hoy nos hemos convertido en el órgano que no solamente provee una identidad para efectos electorales, sino provee el principal mecanismo que el Estado Mexicano le brinda a las y los mexicanos mayores de edad para identificarse.

Son los responsables también, se decía hace un momento de resolver las disputas que se presentan entre los partidos políticos, es decir, desplegamos esta tarea arbitral que muchas veces termina con posterioridad, con recursos ante el Tribunal Electoral, pero la primera línea, es decir, donde se discute la legalidad de la publicidad electoral, la legalidad de las aprobaciones de los servidores públicos en términos de su apego al principio de imparcialidad, establecido en la constitución entre muchos otros litigios, algunos de ellos también por cierto internos a los propios partidos políticos, se procesan en una primera instancia en la línea de la autoridad electoral.

Somos de la autoridad encargada de administrar los tiempos del estado y de garantizar la subsistencia del modelo de comunicación política y no solamente de vigilar su cumplimiento, sino también de sancionar sus violaciones.

Y finalmente somos también el ente rector del Sistema Nacional de Elecciones, nos corresponde no solamente nombrar, sino eventualmente remover y esto implica supervisarla tarea de los órganos electorales locales en el cumplimiento de sus atribuciones constitucionales.

Y a pesar de todo esto, lo que tenemos son resultados exitosos, una sobrecarga que me gusta a mi señalar el dato, en buena medida seguir para abonar en lo que María había señalado, se refleja en un hecho, con un dato que, digamos, sintetiza esta evolución de 30 años.

En 23 años el Instituto Federal Electoral fue responsable de organizar 18 elecciones federales, en siete años, seis años casi siete, bueno, los seis años que llevamos organizando elecciones ya como Instituto Nacional Electoral, el INE ha organizado 200 elecciones, ha participado en la organización de 200 elecciones, cuatro federales, la de 2015, la de diputados de 2015 y las tres del 2018, y 196 elecciones locales y el resultado de esta tarea no es un asunto menor, creo que no puedo obviar si me gusta siempre enfatizar que justamente estos seis años son los años en los cuales se ha propiciado el mayor índice de alternancia en las urnas de nuestra historia democrática.

El 62 por ciento de índice de alternancia es el que ha caracterizado estos seis años o, dicho en otras palabras, en estos, desde que el INE es tal en las elecciones, la posibilidad que tiene un partido de ganar, que ganó una elección de volver a ganar la elección sucesiva es solamente de cuatro de cada 10 posibilidades.

Me parece que esto habla de esos éxitos.

Hay un par de puntos que quiero señalar de manera, insisto, muy, muy breve.

Uno de ellos tiene que ver con el rol institucional del INE como un órgano constitucional autónomo, desde este punto de vista me parece que no solamente cumplimos el rol de ser como autoridad electoral, de cumplir una función técnica en la organización de las elecciones que, por lo tanto, tiene que estar disociada de intereses o de decisiones de tipo político, aunque por supuesto, como árbitros de la contienda política inevitablemente nuestras decisiones tienen un impacto político, pero el hecho de que seamos un órgano constitucional autónomo implica que esa función técnica no esté supeditada a las decisiones del poder político, y en cual total somos un órgano garante de los derechos político electorales, y por lo tanto, guste o no, como todo órgano constitucional autónomo al final cumplimos un rol de control del poder.

Por eso es importante la defensa de la autonomía en los distintos planos a los que Blanca se había referido incluir a la autonomía presupuestal.

Un órgano que está encomendado considerablemente de controlar los excesos del poder en este ámbito para garantizar los derechos político-electorales, inevitablemente está dotado de autonomía y se garantiza su autonomía o su función está condenada tarde o temprano a perecer.

Termino.

La institución electoral, un punto que a mí me gustaría señalar y además es un homenaje y un agradecimiento a Blanca que fue mi integrante del Comité Técnico de Selección, de quienes hoy, de los cuatro colegas que hoy se incorporaron al Consejo General, en el proceso que de alguna manera ya ella identificaba como relevante en esta garantía también de la autonomía de la autoridad electoral, es que la institución electoral y su evolución son resultado, en estos 30 años, de grandes consensos políticos, no solamente en la confección de las reglas que han ido modelando la evolución de la autoridad electoral, es decir, las reformas electorales, sino también en su integración.

Y cuando esto no sea recordado, es decir, no sea privilegiado este hecho de que tanto las reglas como la designación de los árbitros, y aquí cito aquello que mencionaba Norberto Bobbio, “no privilegian el consenso político más amplio posible, tenemos problemas”, cuando la designación de las autoridades electorales no fue el resultado de un consenso amplio e incluyente tuvimos problemas.

Por eso es particularmente relevante que no perdamos de vista que, efectivamente, en una democracia la regla de mayoría es la regla de oro para la toma de las decisiones; pero hay dos temas fundamentales en los que el máximo consenso es indispensable, la definición de las reglas a las que se tienen que someter todos los actores políticos, y la definición de los árbitros que arbitran y que aplican esas reglas.

Termino con una reflexión, y que no es otra cosa sino retomar eso que, de distintos modos, tanto María como Blanca, como Jean François han señalado, el IFE, el INE es el resultado de una construcción colectiva, como lo es la construcción de nuestra democracia. 

Nuestra democracia no nació de la noche a la mañana, no fue obra de un solo hombre, no fue obra de un solo partido o de una sola ideología, no es el resultado de un evento casual a lo largo de nuestra historia política, es una construcción producto de una larga lucha, de una puesta de generaciones, de distintos actores políticos, actores sociales, de la academia, de los medios de comunicación y que, consecuentemente, es una conquista de todas y todos.

Y como eso también la defensa de nuestra democracia y de su institucionalidad, que no significa que la misma tenga que permanecer estática y que no haya también muchas cosas que mejorar, sin lugar a dudas, pero quien pasa por el reconocimiento de lo que hemos hecho y hemos hecho bien, también es una defensa que inevitablemente debe ser colectiva. 

Muchísimas gracias y un honor de nueva cuenta compartir el panel con tan destacados amigos y sobre todos, protagonistas de esta historia a la que acabo de hacer referencia.

Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral del INE, Ma del Refugio García López: Agradecemos su mensaje al doctor Córdova Vianello, sin lugar a dudas, nuestro sistema electoral no es producto de la determinación exclusiva de un grupo de personas o de una fuerza política en concreto, ya que la apertura al pluralismo político representa un elemento fundamental del mismo.

Asimismo, la construcción de un sistema electoral compuesto por ese entramado de normas, procedimientos e instituciones generó sus primeros frutos a través de la consolidación de condiciones de equidad en la contienda para generar, finalmente, que la calidad y confianza en las elecciones pueda replicarse en el ámbito local con miras al fortalecimiento de un sistema electoral nacional.

De esta manera, habiendo escuchado estas magnificas intervenciones, no me resta sino agradecerles a nuestras y nuestros excelentes expositores.

Estoy convencida que el Instituto Nacional Electoral a 30 años de su fundación ha sabido consolidarse como un pilar esencial de nuestra vida en democracia. 

En nosotros está el gran reto de mantener la confianza y la credibilidad que nos depositan las y los ciudadanos. 

Muchas gracias a las y los panelistas por su participación y a ustedes por acompañarnos en esta mesa que celebramos en el marco del Trigésimo Aniversario de nuestro querido instituto.

Les recuerdo que nos acompañen en seguir el programa de las conferencias que se han organizado por el 30 Aniversario del IFE-INE durante esta semana y en especial, sigan por favor el jueves 10 a las 18:00 horas, el documental “INE 30 años de democracia en México” a través de o más bien por INE-TV, YouTube, y con ello cerraremos nuestro programa en conmemoración al 30 Aniversario del Instituto Nacional Electoral.

Muchísimas gracias a la doctora María Marván, a la doctora Blanca Heredia, al doctor Jean François y, por supuesto, a nuestro Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral.

Muchísimas gracias, ha sido, pues, un paso, digamos, más que a vuelo de pájaro de todo lo que implica la historia de esta gran institución que ha dado a las y los mexicanos, pero, por supuesto, se ha fortalecido también por la participación de la ciudadanía. 

Muchísimas gracias, muy buenas tardes.

Seguimos de cualquier manera siguiendo las transmisiones de esta conmemoración del 30 Aniversario.

Muchísimas gracias, muy buenas tardes.

Presentadora: Es así como concluye esta transmisión, el Instituto Nacional Electoral agradece a las personas que estuvieron en esta mesa y a quienes han seguido la transmisión, les invitamos a consultar el programa de las mesas temáticas en la página web, www.ine.mx y los esperamos el día de mañana en punto de las 10:00 horas, con la Mesa Equidad y Competencia. 

Que tengan muy buenas tardes.

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