VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA FIRMA DE CONVENIO DE COLABORACIÓN CON EL TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN, PARA LA IMPLEMENTACIÓN DEL SISTEMA DEL JUICIO EN LÍNEA, EN LOS MEDIOS DE IMPUGNACIÓN EN MATERIA ELECTORAL EN LOS QUE EL INE SEA AUTORIDAD RESPONSABLE O VINCULADA
Muchísimas gracias.
Muy buenas tardes tengan todas y todos.
Saludo con mucho afecto a mi amigo, el estimado Presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el Magistrado Felipe Fuentes.
Saludo, también, al señor Secretario General de Acuerdos de la Sala Superior, el licenciado Rolando Villafuerte.
Al Secretario Ejecutivo y al Director Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, respectivamente, Edmundo Jacobo y Gabriel Mendoza, un gusto estar acá.
Quiero comenzar agradeciendo la oportunidad de poder suscribir este convenio que, estoy convencido que renovará y revolucionará el modo en el que el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral, en sus respectivos ámbitos de competencia, procura la impartición de la justicia administrativa y jurisdiccional en materia electoral.
El desarrollo de sistemas informáticos ha sido una herramienta que ha contribuido a la certeza y la eficacia de los procedimientos en nuestra vida democrática.
Nos han servido para la actualización, depuración y verificación del Padrón Electoral; nos ha ayudado para el seguimiento de la Jornada Electoral; para la transmisión de Resultados Electorales Preliminares; y, más recientemente, desde 2014, nos han ayudado para que el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal E]Lectoral intercambiemos información, prácticamente en tiempo real, sobre las acciones realizadas para la tramitación, desahogo y resolución de los Procedimientos Especiales Sancionadores, con la finalidad de fortalecer la certeza y celeridad de las funciones de arbitraje electoral.
En 2020, ante la peor pandemia que ha vivió la humanidad en los últimos 100 años, los sistemas informáticos, como lo estamos constatando justo en este evento virtual, vuelven a ser herramientas poderosísimas para poder recrear la convivencia democrática y que, la democracia, la impartición de justicia, la vida política y pública de una sociedad no sean una víctima más de la pandemia.
En efecto, gracias a las diferentes plataformas informáticas, al compromiso de las autoridades electorales con un ejercicio omnicomprensivo de los derechos fundamentales y a la responsabilidad de la ciudadanía podemos afirmar, como decía, que la democracia no es una víctima más de la pandemia.
El hecho de que hayamos logrado realizar las primeras elecciones en el contexto del COVID-19 el domingo pasado, me parece que es una buena prueba de cómo finalmente, órganos electorales administrativos y jurisdiccionales trabajamos junto con la ciudadanía para que la democracia se recree en estos tiempos complicados.
Cada día son más las actividades que enriquecen la vida democrática y que se llevan a cabo de manera virtual: como cursos de capacitación, seminarios; conferencias; reuniones de trabajo e incluso, firmas de convenio, como el día de hoy, a través de alguna de las plataformas informáticas existentes.
Las mismas sesiones virtuales del Consejo General del INE y de la Sala Superior del Tribunal Electoral, así como el sistema que se pondrá en marcha con el convenio que el día de hoy firmaremos son ejemplos de ese compromiso y de la incesante capacidad de adaptación de las capacidades electorales para que la pandemia generada por el COVID-19 no paralice la convivencia y la recreación de la democracia.
En este sentido, la instrumentación de la segunda fase de los juicios en línea en materia electoral, que le permitirá al INE, cuando sea autoridad responsable o vinculada, intercambiar información relacionada con la tramitación o sustanciación de algún medio de impugnación, se vuelve un beneficio tanto para la ciudadanía como para los actores políticos.
Porque cualquier actor interesado en presentar un recurso, conforme a lo dispuesto en la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación, lo podrá hacer desde su domicilio, y sin tener que acudir a ninguna oficina pública.
Y hay que decirlo también, representa, y representará, un sustantivo ahorro de recursos públicos en un contexto en donde además de la crisis sanitaria tenemos que enfrentar las consecuencias de la crisis económica que la misma trajo consigo.
También para las autoridades involucradas representa una ventaja el sistema de juicios en línea, ya que se puede eficientar el uso de recursos mediante notificaciones electrónicas y el uso, como se decía, de la firma electrónica.
Desde mi perspectiva, los juicios en línea reflejan un profundo trabajo técnico desplegado por parte del Tribunal Electoral desde hace varios años, para facilitar el acceso a la impartición de justicia a actores políticos, ciudadanas y ciudadanos; y que, en el marco de la pandemia, y de cara al proceso electoral más grande y complejo de nuestra historia adquiere una importancia particular porque contribuye a ejercer los derechos políticos sin contraponerlos al derecho a la salud.
Naturalmente, el éxito de esta segunda etapa de los juicios en línea está asociado, como siempre sucede en democracia, a que todas las instancias involucradas cumplamos puntualmente nuestro rol sin excesos, con imparcialidad, objetividad y legalidad.
En tal sentido, además de celebrar la instrumentación de los juicios en línea, este convenio de colaboración me brinda una oportunidad para celebrar la colaboración y la comunicación entre el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Es claro que ambas instituciones tenemos una responsabilidad de Estado y estamos llamadas a contribuir a garantizar el ejercicio pleno de los derechos electorales de ciudadanas, ciudadanos y actores políticos.
La experiencia de otros procesos electorales demuestra que nadie gana con la estridencia en la relación entre nuestras instituciones (inaudible), no gana la democracia, ni tampoco gana la gobernabilidad democrática.
Por ello, desde mi perspectiva, en el proceso electoral más grande y complejo de nuestra historia, es suficiente la estridencia que está generando la polarización (inaudible), la intolerancia que se vive diariamente en la conversación pública, como para que las instituciones electorales contribuyamos a ella.
Ciertamente, han quedado definidos los Partidos Políticos Nacionales que competirán en el proceso electoral, pero están pendientes muchos más temas que requerirán de una aceitada comunicación institucional entre el INE y el Tribunal para beneficio de la contienda democrática, la equidad, la imparcialidad, la defensa de la autonomía y la claridad normativa; es decir, la seguridad jurídica de las contiendas electorales.
La emisión de las reglas para evitar el uso electoral de los recursos y programas públicos, el instructivo para la reelección legislativa, la emisión de criterios y acuerdos que impulsen nuestro compromiso con la paridad en todo, la revisión de las precampañas, campañas y de las candidaturas independientes, así como, por supuesto, los resultados de la fiscalización y de las eventuales impugnaciones que se presenten sobre los resultados electorales, son todos tramos pendientes.
Son todos temas que vendrán y que implicarán, inevitablemente, una comunicación y una coordinación clara, franca, abierta respetuosa, pero enfocada hacia un mismo objetivo que es el del fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática entre el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En tal sentido, sirve esta firma de convenio de colaboración para poner en marcha la segunda fase de los juicios en línea en materia electoral, para invitar a todos los actores políticos y a todas las consejeras y consejeros, a las magistradas y magistrados de todas las instancias administrativas y jurisdiccionales electorales del país para fortalecer la comunicación institucional.
Quiero terminar simple y sencillamente señalando que el desafío histórico de la elección que está en curso, la elección más grande, más compleja de nuestra historia, una elección que implicará el número de potenciales electores más grande de nuestra historia democrática, que implicará la disputa por el poder de más de 21 mil 300 cargos, una disputa nunca antes vista en una elección previa y en un contexto marcado por los grandes problemas nacionales y, hoy, por la presencia de una pandemia que está ahí y que seguirá estando por un buen rato, implica, inevitablemente, el ejercicio de una responsabilidad de Estado.
Este, este convenio es, me parece, una muestra, pequeña si se quiere, pero muy significativa de la responsabilidad de Estado que estamos asumiendo desde el Instituto Nacional Electoral y desde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que el 2021 sea un año en el que, una vez más, celebremos la recreación responsable, pero, sobre todo, la existencia de la certeza jurídica y de la institucionalidad necesaria para que la democracia siga siendo una conquista que mantenemos, recreamos, protegemos y empujamos hacia el futuro.
Con esta visión de responsabilidad colectiva nos sumamos a esta segunda fase de instrumentación de los juicios en línea y con esa visión estoy seguro que, con el Tribunal Electoral podremos dar buenas cuentas en la Jornada Electoral del 6 de junio y, también, como parece ser inevitable, en la Consulta Popular del 1º de agosto de 2021, aunque estamos todavía a la espera de la convocatoria para que esto ocurra.
Si todas y todos nos cuidamos, cuidaremos a la democracia y 2021 será recordado como el año en el que México se impuso a la pandemia de COVID-19 defendiendo, protegiendo y empujando, como decía, hacia el futuro nuestra democracia.
Muchísimas gracias al Tribunal Electoral por la confianza y la posibilidad de poder avanzar en este mecanismo que, sin lugar a dudas, vendrá a robustecer la protección de nuestra institucionalidad democrática y de los derechos político-electorales de las mexicanas y los mexicanos.
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