VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 1 DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA, RELATIVO A LA SOLICITUD DE REGISTRO COMO PARTIDO POLÍTICO NACIONAL PRESENTADA POR LA ORGANIZACIÓN DENOMINADA “ENCUENTRO SOLIDARIO”
El pluralismo político es una condición indispensable de cualquier sistema democrático, el pluralismo favorece una mejor representación de la diversidad social en las instancias de decisión política e intensifica la competencia para obtener el voto de la ciudadanía y acceder a los poderes públicos.
En el pluralismo los partidos políticos con las instancias articuladoras de consensos y demandas sociales y juegan un rol central en la recreación de la vida democrática.
Si la democracia es, pese a todos sus efectos y limitaciones, el mejor sistema de organización social y política que ha creado la humanidad, los partidos políticos son las instancias de representación ciudadana que la hacen posible.
Ya lo dijo Hans Kelsen, pensar en una democracia sin partidos es simple y sencillamente producto de la ilusión o bien de la hipocresía.
En México la reforma constitucional de 1977 reconoció la necesidad del pluralismo para la competencia electoral y la importancia de que las minorías también participen en la toma de decisiones, y de entonces a la fecha nuestro sistema electoral ha experimentado muchísimas reformas que hoy le permiten gozar de cabal salud con instituciones electorales sólidas, autónomas e independientes.
El sistema de partidos, hoy en día, es un sistema abierto con puertas de entrada y de salida, en el que las ciudadanas y ciudadanos deciden qué organizaciones políticas entran a la competencia, cuáles se mantienen ahí y cuáles pierden esa posibilidad.
Lo he planteado en otros debates y otras decisiones cruciales adoptadas en este Consejo, es la ciudadanía la que decide qué partidos obtienen, conservan y pierden su registro en el sistema electoral mexicano, pero hay, además, una serie de condiciones constitucionales y legales que deben satisfacerse y que le corresponde al INE convalidar.
Como ustedes saben, cada seis años después de las elecciones federales en las que se renuevas la Presidencia de la República, esas puertas se abren para que eventualmente nuevas organizaciones soliciten su registro como partidos políticos nacionales. Así ocurrió en 2019 cuando cientos de estas asociaciones distintas plantearon al INE su intención de convertirse en partidos.
De ellas, 89 cumplieron los requisitos iniciales para que su solicitud fuera declarada procedente. Solo 47 iniciaron finalmente el proceso de obtención de apoyo ciudadano exigido por las leyes, y la celebración, es decir, los 233 mil 945 ciudadanas y ciudadanos, al menos, y la celebración de al menos 20 asambleas estatales con tres mil asistentes o 200 asambleas distritales con 300 asistentes.
Durante el año pasado personal del INE acudió a certificar tres mil 394 asambleas celebradas a todo lo largo y ancho del territorio nacional y concursó más de un millón 800 mil registros de ciudadanas y ciudadanos presentados como afiliados, contra el Padrón Electoral.
Finalmente, en febrero de este año siete organizaciones culminaron la recopilación de apoyos y solicitaron finalmente su registro a esta autoridad, acreditando la realización de una asamblea nacional constitutiva y entregando sus documentos básicos, así como sus reportes de ingreso y gastos.
Las áreas técnicas del INE revisaron estos documentos y como hemos tenido conocimiento en recientes sesiones de este Consejo, se determinó por un lado aplicar multas por más de 6 millones de pesos por diversas irregularidades detectadas en la fiscalización de ingresos y gastos, y sanciones por diversas quejas presentadas en contra de las organizaciones solicitantes como ocurrió incluso el día de hoy.
Lo dijimos desde el inicio de este proceso y en este día es muy importante reiterarlo, el INE no le regala registros a nadie, es decir, los proyectos de resolución que hoy se ponen a nuestra consideración son el resultado de un trabajo minucioso de revisión, tanto de la autenticidad de los apoyos ciudadanos como de los requisitos que marca la ley para dar por válidos dichos registros.
Todo este arduo trabajo realizado por diversas áreas del INE y en especial por la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos, la Unidad Técnica de Fiscalización y la Unidad Técnica de lo Contencioso, tuvo como objetivo asegurarnos el cumplimiento de los requisitos legales, no solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Y es que las reglas y el cumplimiento cabal y estricto de las mismas constituyen un pilar fundamental de nuestra democracia, no se puede aspirar a ingresar al sistema electoral violando las reglas elementales en nuestra democracia, la legalidad, la equidad, la transparencia y la rendición de cuentas, así como el libre ejercicio del derecho político de afiliación.
Para hacer valer la máxima de que la ciudadanía es la que da y quita registros a los partidos, es necesario acreditar la autenticidad de los apoyos ciudadanos presentados por las organizaciones solicitantes, esto es, asegurarnos de que no se incurrió afiliaciones corporativas, financiamiento ilegal u apoyos prohibidos por nuestra normatividad, como son los de sindicatos e iglesias.
Estoy convencido que la fortaleza de una democracia está asociada a la calidad del sistema electoral y a la credibilidad social de los partidos políticos que la integran.
Permítanme ahora hacer algunas reflexiones respecto del proyecto específico que nos ocupa. Un principio básico de nuestro pacto democrático constitucional es el carácter, laico del Estado Mexicano y de sus instituciones; el Estado laico es una conquista civilizatoria de la modernidad que sienta las bases de la democracia, es decir, la tolerancia del otro y el reconocimiento de su derecho a participar igual que todos los demás, en la cosa pública, en la cosa común.
Hoy el principio del Estado laico es un principio bajo a serio. Hace ocho años se llevó al texto del artículo 40 constitucional y de todos los principios ahí contenidos, el republicano, el representativo, el democrático y el federal, es el que más se encuentra en riesgo de ser convertido en letra muerta; cotidianamente desde múltiples espacios se le ponen entre dicho.
Por eso, me parece, por ese contexto en particular es que el principio del Estado laico hoy necesita una protección reforzada, derivada del contexto. En principio, el Estado laico prevalece en todos los momentos, pero hay que defenderlo particularmente cuando el mismo se encuentra bajo asedio como está ocurriendo en estos momentos.
Es por eso, por esas razones, que las prohibiciones constitucionales que hacen realidad este principio consagrado del artículo 40, como todas las limitaciones a la participación de iglesias y ministros de culto que establece el artículo 130 de la constitución para intervenir en asuntos políticos, hoy más que nunca cobra una relevancia fundamental.
Y respecto del proyecto que hoy, es este proyecto que se está poniendo en nuestra consideración, las consecuencias son indubitables, hubo participación y de hecho se está proponiendo la anulación de algunas asambleas por la participación de cinco asambleas, por la participación de 15 ministros de culto.
Puede parecer poco que haya 15 ministros de culto participando en las actividades de organización y de dirección de dichas asambleas frente a más de 300 mil afiliados, pero me parece que por el momento que hoy estamos viviendo, la defensa del Estado laico nos lleva a tener que considerar que bastaría la intervención de un solo ministro de culto en las actividades políticas para que, desde mi punto de vista, este Instituto Nacional Electoral no conceda el registro a un partido político que, de entrada a una organización, que de entrada antes incluso de convertirse en partido político, pone en cuestionamiento un principio bajo asedio del que depende de manera primordial la convivencia democrática.
No puedo, pues, acompañar el sentido de la resolución de este proyecto que estamos conociendo precisamente porque, del contexto que hoy tenemos y en el cual el Estado laico, principio básico de nuestro sistema democrático está siendo puesto en entredicho y, por lo tanto, hay que defenderlo en todas las trincheras.
No hay un asunto menor, no hay un número menor, no relativicemos lo que constituye una conquista democrática y que nos llevó más de un siglo llevar a la Constitución a pesar de que la nación mexicana desde sus orígenes ha considerado, ha cimentado el Estado laico como un punto de partida de toda la convivencia social.
No puedo, no voy, pues, a acompañar este proyecto por las razones que he expresado.
-o0o-