VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, DURANTE LA REUNIÓN PLENARIA DE DIPUTADOS DEL PARTIDO MOVIMIENTO CIUDADANO
A mí me gustaría compartir con ustedes déjenme ver, es la misma plataforma que utilizamos en la UNAM para dar clases.
Ustedes me dicen si ven la presentación. Perfecto. Entones yo me arranco con una introducción general.
Yo comenzaría telegráficamente, no se trata de, ante ustedes que son autores en buena medida de la evolución histórica y que además en la plenaria pasada tuvimos ocasión de comentar brevemente, pero creo que es indispensable comenzar, simple y sencillamente, insistiendo una vez más que es importantísimo de cara a la elección del próximo año, reivindicar la narrativa de la transición de la democracia como producto de una larga evolución que se ha venido gestando a través de ocho grandes reformas electorales, la última la del 2014 que da origen al INE y que ha seguido una lógica más bien digámoslo así, de robustecimiento consecutivo.
Es decir, problemas que se fueron presentando a lo largo de nuestra historia, problemas que fue encarando el proceso de la transición fueron resolviéndose paulatinamente, de modo tal que el contexto que hoy tenemos, el sistema electoral que hoy tenemos, debe ser entendido como el resultado de eso, de una evolución que nos ha llevado prácticamente 40 años ir construyendo.
Creo que es importantísima la dimensión de la narrativa y particularmente en el ámbito legislativo, lo digo con mucha franqueza, porque hoy en día hay quien ha querido vender la narrativa de que la democracia empezó el primero de julio de 2018.
El primero de julio de 2018 fue una elección importantísima, una elección transformadora en muchos sentidos, una elección en la que seguramente empezó una nueva época para el país, que ojalá resuelva los grandes problemas nacionales, pero sin lugar a dudas el 2018 fue una consecuencia de los avances en términos democráticos que se habían venido realizando hasta ese momento y no, el punto de partida de la democracia.
Esta narrativa busca justamente plantear, digamos en términos dogmáticos, incluso en términos me atrevo a decir hasta demagógicos que todo lo que se había hecho hasta ahora había sido incorrecto.
Yo creo que es precisamente por lo que se ha hecho hasta ahora que el 2018 y las elecciones que le antecedieron y las que le están sucediendo, han sido posibles.
No me detengo en una reconstrucción de la evolución histórica, esto lo comentamos la vez pasada, simple y sencillamente, así telegráficamente lo menciono y nuestra evolución pasó por cuatro grandes etapas desde mi punto de vista.
Una primera etapa que implicó la apertura del sistema político a un pluralismo cada vez más creciente. Ese era el principal problema hace 40 años y permitir que la representación política se nutriera o reflejara ese creciente pluralismo que la sociedad mexicana estaba germinando y multiplicándose.
En un segundo momento, el problema fue cómo crear el sistema electoral que inyectara confianza no solamente en los resultados, sino también certeza en el sentido de que el voto de las y los ciudadanos se contaba efectivamente, se respetaban los derechos políticos y los resultados eran, el voto era la causa por la cual alguien ocupaba los espacios de representación y de gobierno y no, una eventual manipulación como ocurría hace apenas 30 años.
En un tercer momento, el problema fue y sigue siéndolo hoy, el tema de la equidad, cómo hacer que los partidos políticos que contienden en las elecciones, tengan un piso mínimo para poder competir efectivamente.
Es decir, que la competencia electoral sea eso, una auténtica competencia y no una, digámoslo así, una mascarada, una especie de telón de aparente democracia, sino que efectivamente la competencia pueda realizarse de manera efectiva y que todos los partidos políticos, estén en condiciones o cuenten con las condiciones mínimas para eventualmente ganar una elección.
Y la última reforma que es la que da origen al INE tuvo que ver y tendrá mucha relevancia en una elección como la de 2021, cuando además de la renovación de la Cámara de Diputados, habrá una disputa por el poder político a nivel estatal nunca antes vista en un mismo momento, que precisamente en el ámbito de los estados, las condiciones de integridad electoral, permítanme decirlo sí, fueran similares o idénticas, si se puede, a las condiciones de integridad electoral que se habían logrado construir en las elecciones federales.
Esa es la razón por la cual el IFE que solamente tenía competencia en el ámbito federal, se transforma en INE para tener una injerencia en el ámbito local.
Esto no ha variado desde la última vez que nos vimos. El IFE en 23 años organizó 18 elecciones, el INE en seis años ha organizado 198 elecciones, las dos elecciones que están pendientes de Coahuila e Hidalgo, nos llevarían a la organización de 200 elecciones en este periodo, antes de las elecciones de 2021.
Este es el desglose de las elecciones en las que el INE ha sido responsable exclusivo en el caso de las elecciones federales o coorganizador junto con los OPLE en el ámbito de las elecciones locales.
La alternancia, que es una de las maneras, es que he insistido mucho, perdón que reitere, pero creo que es un discurso que tiene que reivindicarse porque es una buena manera de justificar o explicar el estado de salud que tiene nuestro sistema electoral, que sin lugar a dudas tiene muchos pendientes por delante, pero que de todos modos refleja que la posibilidad de una competencia efectiva existe.
La mejor prueba, digo yo, es precisamente el grado de alternancia que hemos tenido en el periodo que va de 2015 a 2019.
Déjenme decirlo así: el periodo en el cual las elecciones, en las elecciones federales y locales está involucrado el Instituto ahora Nacional Electoral.
El grado de alternancia en este periodo ha sido del orden del 61 por ciento. Es decir, la posibilidad de que el partido que gana una elección repita el triunfo en la siguiente, es de apenas 4 de cada 10 posibilidades.
Aquí está el grado de alternancia en las cámaras federales, lo mismo ha ocurrido en el ámbito de los estados, de las gubernaturas, de 36 gubernaturas hasta ahora realizadas en 23 casos ha habido alternancia.
Ustedes pueden ver en la gráfica de la derecha, cómo ninguna fuerza política se puede decir exclusiva beneficiaria de este fenómeno. Todas las fuerzas han tenido posibilidad de ganar y han perdido también elecciones.
Y en el ámbito de los congresos locales y de los municipios, pues esto se reproduce. Me parece que esto es importantísimo tenerlo en cuenta. Sobre todo, insisto, de cara a una elección como la del próximo año, en donde vamos a tener una enorme disputa como decía del poder público a nivel estatal.
Este año todavía están pendientes de realizar dos elecciones. Nosotros estamos en la ruta de que puedan realizarse el 18 de octubre. La renovación del Congreso en Coahuila y de los ayuntamientos en Hidalgo, pero dependemos evidentemente, digamos, del aval de las autoridades sanitarias en el sentido de que las condiciones de la pandemia así nos lo permiten.
Las campañas electorales comenzarán el próximo 5 de septiembre en ambos estados. El periodo de registro de candidaturas en el caso de Hidalgo ha concluido y si no me equivoco, en el caso de Coahuila está terminando justamente en estos días, sino es que incluso ya terminó, así que lo que estaría pendiente sería sólo las etapas de campaña y la realización de las elecciones, de cómputo y eventualmente de impugnaciones.
Nosotros estaremos atentos, insisto a lo que las autoridades sanitarias nos digan. Como ustedes saben, en el mundo estamos viviendo una etapa de rebrote en algunas partes, hacia Europa, etcétera, pues habrá que tener cuidado porque nuestro desafío es cómo, sin sacrificar a la democracia no contraponemos los derechos políticos, con el derecho a la salud de todas las ciudadanas y ciudadanos.
El año siguiente, déjenme entrar ya a lo que se nos viene enfrente. Tendremos como decía la elección más grande de nuestra historia. Se van a renovar 500 diputaciones por primera vez, en esto, lo hablaré un poco más adelante, como saben, ustedes mismos tienen la posibilidad por primera vez en el ámbito federal de ser reelectos, pero, en el ámbito local habrá 15 gubernatura en disputa, mil 63 diputaciones locales se renovarán.
En todo el país existen ya y están vigentes las reglas de reelección en el plano local, solamente Coahuila y Quintana Roo no tendrá renovación de su congreso local, 30 congresos locales, pues, se renovarán, y también, 30 estados renovarán sus municipios, más de mil 900 municipios, lo que es una elección a nivel municipal el mismo día, más grande, inédita, nunca antes vista en la historia electoral del país.
Salvo Durango e Hidalgo, insisto, siempre y cuando y las elecciones de ayuntamientos de Hidalgo se puedan realizar el próximo mes de octubre, si tuvieran que suspenderse, no habría otro modo, otra fecha más que el próximo 6 de junio; es decir, la elección del próximo año, el gobernador del estado en algún momento dijo que pudieran hacerse en enero, el problema de hacerse en enero es: uno, hay que ver si en la temporada invernal la conjunción de la pandemia COVID19 que se va a conjuntar con la temporada de influenza estacional genera condiciones sanitarias para hacerla.
Pero, segundo, que es lo más importante y desde ahora lo decimos desde ya, el INE no puede estar organizando elecciones en enero, porque en enero estaremos con toda la maquinaria electoral volcada hacia la elección del 6 de junio, así que, si por alguna circunstancia se tienen que suspender las elecciones en Coahuila y en Hidalgo, programadas, reprogramas para el 18 de octubre, pues la siguiente parada, digámoslo así, del aparato electoral no puede ser antes del 6 de junio próximo, con lo cual, si esto es así, pues las elecciones del 2021 crecen aún más en dimensiones.
Esta es (inaudible) Tonatiuh si tú me permites, yo les dejaré esta presentación, sobre todo, porque los datos por una cuestión de tiempo, no quiero detenerme demasiado, pero creo que es importante que ustedes los tengan, bajo la premisa, Tonatiuh, compañeras, compañeros, que cualquier tipo de información adicional que requieran y que el INE pueda generar, estamos a su total disposición.
Bueno, solamente para una cuestión comparativa, porque, aunque se trate de una elección intermedia en el ámbito federal, la de 2021, sólo se renovará la Cámara de Diputados, en términos de sus dimensiones y volúmenes, es comparable, no con la última elección intermedia, la de 2015, sino, por el contrario, con la elección de 2018.
Aquí van a algunas cifras que nos permiten dimensionar la elección que viene frente a la última elección federal. En 2018 tuvimos, bueno, para 2021 vamos a tener un listado nominal que es casi seis millones de electores más grande que el de hace tres años, es decir, el Listado Nominal crecerá para el próximo año casi el siete por ciento respecto del que utilizamos en 2018 y no, ustedes lo saben perfectamente, el multiplicador, es decir, la variable que nos sirve para definir todas las cifras de la elección, el número de casillas, el número de funcionarios requeridos, el número de ciudadanos a insacular es justamente el tamaño de la Lista Nominal. Este crecimiento impacta en toda la elección.
Crecerá, además, el número con elecciones concurrentes, el número de estados, hace tres años hubo 30 elecciones concurrentes.
Si ustedes recuerdan, ni Nayarit ni Baja California tuvieron elecciones locales. Hoy todos los estados van a tener algún tipo de elección local, lo cual nos lleva, de acuerdo con la LGIPE, a tener que instalar en todo el país lo que se conoce como casillas únicas; es decir, casillas que están integradas con nueve funcionarios y no con siete.
Puede parecer poca cosa, son dos más, sí, pero multipliquen dos por el número de casillas y entonces tenemos cifras, digámoslo así enormes, mastodónticas, digámoslo así, porque hacer una elección es una de las actividades del Estado Mexicano que más esfuerzos demandan simultáneamente.
Vamos, insisto, a todos los estados con elecciones concurrentes, el número de casillas que tenemos previsto a instalar vista la estimación de crecimiento de la lista nominal crece casi en cinco por ciento, llegaremos, aquí me equivoque, perdónenme, en 2018 no fueron 256 mil, sino 156 mil, así que tenemos más de, alrededor de 10 mil u ocho mil casillas más en 2021.
El número de funcionarios electorales que hacen el trabajo de campo que tendremos que reclutar va a crecer; es decir, los supervisores y los asistentes de cerca de 45 mil a casi 50 mil, así que el empleo el próximo año va a crecer porque todos esos trabajos es trabajo formal, no es necesariamente que a la economía le vaya bien, la elección genera, es fuente de empleo, aunque sea temporal durante alrededor de siete meses, de cerca de 60 mil trabajadores temporales que tendremos que reclutar.
El número de ciudadano que tenemos que visitar en sus domicilios de acuerdo con lo que dice la ley crece en un seis por ciento, es decir, estamos hablando de 800 mil visitas domiciliarias más, el número de funcionarios que tendrá que estar en las casillas crecerá en alrededor de 100 mil casos, 100 mil funcionarios más, y el número de cargos de elección, si tomamos en cuenta a todo los síndicos y regidores aumentará casi, en más del 16 por ciento. Es decir, de 18 mil 200 pasaremos a elegir, a designar mediante la elección a más de 21 mil funcionarios públicos.
Todo esto se da con un prolegómeno que es este año, que ha sido muy complicado y que todavía tiene algunas etapas, digámoslo así, que debe de cumplirse, para que la elección fluya adecuadamente.
Me detengo telegráficamente, cuáles son los problemas que ha tenido que enfrentar el INE este año, algunos de ustedes los conocen bien, porque ustedes mismos son protagonistas, digamos, de una discusión, como, por ejemplo, el cambio de normas.
Primer dato, en enero de este año ocurrió algo que nunca había pasado en la historia de la autoridad electoral. Si bien ya se había discutido desde hace como 12-13 años la necesidad de que, para construir la cédula de identidad el gobierno federal a través de la Secretaría de Gobernación, tuviera acceso a la base de datos del Padrón Electoral, el INE siempre se ha declarado impedido en virtud de las reglas de protección de datos personales y de que la autoridad electoral recibe esos datos de las y los ciudadanos para la finalidad electoral, así lo dice el aviso de privacidad que cada vez que un ciudadano hace trámites en nuestros módulos suscribe, así que no estamos autorizados para entregar esos datos que son de las y los ciudadanos, y no del INE, el INE sólo las resguarda.
Bueno, por primera vez la Secretaría de Gobernación formalizó la solicitud de entrega de todos los datos biométricos en el Padrón Electoral, unos días después a finales del mes de enero, el Instituto Nacional Electoral le respondió que no tenía posibilidades de entregársela, así que la respuesta fue negativa.
Sin embargo, algunos legisladores han venido planteando en el periodo ordinario de sesiones pasado una serie de iniciativas que implicaría la entrega de la información que el INE resguarda en el Padrón Electoral a la Secretaría de Gobernación, justamente uno de los pirales que hace 30 años, por cierto, justamente hace 30 años, en 1990, implicó la creación del INE.
Sacar los datos de las y los ciudadanos del manejo de la Secretaría de Gobernación, para que se manejaran por un ente autónomo y no pudieran de esta manera tener un uso de tipo político electoral.
En segundo lugar, algo que concluyó felizmente frente a los riesgos, incluso, que en algún momento de aplicar un mayoriteo antidemocrático que vulnerara la lógica de consenso, como ustedes saben el 23 de julio ustedes mismos nombraron a cuatro colegas que se incorporaron al Consejo General y que nos permiten enfrentar la elección, digámoslo así, plenamente y debidamente integrados.
Un tercer riesgo que afortunadamente, digo yo, vistas el tipo de iniciativas que se habían venido presentando y que se conjuró, fue la posibilidad de cambios a las leyes electorales que, a partir del 31 de mayo, visto el arranque del proceso electoral en septiembre, fue, digámoslo así, ya imposible vista la prohibición constitucional.
Y digo afortunadamente, porque ustedes las conocen, muchas de las iniciativas en realidad pues, digamos, evidenciaban que se planteaba más bien un intento de, pues digámoslo así, de captura o de control político de un ente autónomo como lo es el INE, por parte de un órgano, político por definición, como es la Cámara de Diputados.
Entre otras cosas hubo quien llegó a plantear no nada más la remoción y la renovación trianual de la Presidencia del INE, sino también, que los consejos locales, que hoy designa el Consejo Local, perdón, el Consejo General, fueran nombrados por una mayoría simple por parte de la Cámara de Diputados, lo cual implicaba prácticamente que todo el control electoral estaría en manos de quienes la Cámara de Diputado definiera elección tras elección.
Afortunadamente no hubo cambios electorales, con las reglas que tenemos podemos perfectamente ir hacia adelante.
Aquí sí lamentablemente también en esa misma fecha se terminó la posibilidad de que la Cámara de Diputados y la de Senadores, que el Congreso, pudieran actualizar las leyes que tienen que ver con la Consulta Popular; que modificaron, como ustedes saben, el año pasado, una reforma al 35 constitucional, y la reelección de los legisladores.
Hoy se está hablando de la posibilidad de hacer una Consulta Popular el próximo año. Creo que vale la pena recordar lo que ustedes cambiaron al modificar la Constitución, ustedes no Movimiento Ciudadano, es decir la Cámara, por supuesto, no las cámaras del órgano legislativo constitucional.
Porque a diferencia de lo que ocurría originalmente que planteaba que las consultas populares se podrían realizar sólo cada tres años de manera coincidente con la elección federal, hoy las consultas se pueden hacer cada año, pero se tienen que realizar el primer domingo de agosto.
Esto quiere decir que si hay alguna consulta en 2021 el 6 de junio tendremos la elección de la que he hablado, y el 1° de agosto tendríamos la Consulta Popular, lo cual, en términos presupuestales, dado que no se modificó la Ley de Consulta Popular, sigue vigente la que regulaba a la Consulta antes de la reforma constitucional del año pasado.
Implicaría para todos los efectos prácticos la organización de una nueva elección con las mismas cifras de organización, el número de casillas, el número de ciudadanos requeridos, de funcionarios, etcétera; dos meses después, apenas dos meses después de realizada la elección federal.
Así que, si así lo decide el Congreso, porque lo tendrá que avalar el Congreso, pues vamos a tener que revisar dramáticamente el presupuesto que aprobamos, que hoy, justo hoy, se va a la Secretaría de Hacienda para que se presente sin moverle una coma a la consideración de ustedes.
Porque al ser otra elección, es decir, el problema es que ahora las reglas ya dicen que es otra elección y se hace con las mismas normas que la LEGIPE, ¿me explico? Y hoy ustedes ya no pueden cambiar esa ley, porque ya no se pueden modificar las leyes, porque el proceso electoral arranca en septiembre, incluido el proceso de Consulta Popular.
Entonces, aquí tenemos un pequeño problema, y el otro problema tiene que ver con la reelección, no se aprobó, luego de seis años, lo hicieron ustedes, pero la Cámara de Senadores no aprobó la minuta que ustedes aprobaron, el cambio que ustedes aprobaron, a propósito de las reglas de reelección.
El INE va a tener que emitir una serie de reglas sin tener claridad, porque la reelección en el ámbito nacional ha sido regulada de manera totalmente disímbola.
Hay estados en donde se pide una licencia del funcionario que se busca reelegir, otros en los que no; otros en los que no se dice nada, otros en los que se es súper exhaustivo en términos del uso de los recursos, etcétera, etcétera.
Entonces, en este escenario nosotros vamos a tener que movernos para fijar las reglas en las semanas, espero, por venir.
Adicionalmente, el próximo 4 de septiembre, tuvimos que posponer esto por la pandemia, tendremos que pronunciarnos respecto de si las siete organizaciones que solicitaron, que preliminarmente sostuvieron, cumplían los requisitos para convertirse en partidos políticos, efectivamente obtienen el registro o no.
Esto lo haremos de este viernes, bueno, perdón, corrijo, de hoy en ocho, el próximo 4 de septiembre.
De modo tal, que cuando el 7 de septiembre arranque el proceso electoral tengamos claridad de cuáles van a ser los partidos que aparecerán en la boleta.
La última escala delicada en este año de cara a la elección tiene que ver con el presupuesto. El miércoles pasado nosotros aprobamos nuestro anteproyecto de presupuesto en el Consejo General, probablemente lo habrán visto en las hojas de prensa.
Éste es el presupuesto que ustedes conocerán, discutirán, eventualmente modificarán; ojalá y no, pero al final del día aprobarán. ¿cuáles son las características generales? Que me gustaría brevemente, a reserva de que Tonatiuh, yo creo, como ha ocurrido en otras ocasiones, creo que va a ser muy importante poder tener más adelante, sobre todo con los integrantes de Movimiento Ciudadano en la Comisión de Presupuesto, que podamos explicarles las razones de los montos que estamos pidiendo.
Bueno, el primer dato. Nosotros presentamos un presupuesto lo más austero posible, pensando en las dimensiones de la elección.
Es decir, sin poner en riesgo la organización de la elección cómo hacemos para que el INE cueste lo menos que se pueda, sobre todo en un contexto económico que sabemos que va a ser un contexto sumamente difícil.
Bueno, ¿Cuáles son los grandes parámetros? Insisto, más adelante, cuando ustedes lo dispongan, si así lo quieren, podemos ahondar en el punto.
Miren, la elección de 2021, como decía, comparativamente con la del 18, crece casi un 7 por ciento. Es decir, va a ser una elección 7 por ciento más grande que la de hace tres años.
Sin embargo, hicimos un esfuerzo para que el presupuesto del INE de cara al próximo año creciera prácticamente la mitad de lo que crece la tarea electoral.
Es decir, en lugar, digamos, si fuera inercial esto, si la elección es 7 por ciento más grande pues el presupuesto del INE frente al del 18 sería 7 por ciento más grande.
Hicimos un ejercicio de contención para que el aumento fuera solamente de la mitad, ¿qué trajo como consecuencia esto? Que todavía no sabemos cuánto va a ser el presupuesto del próximo año, pero si esto fuera inercial el presupuesto del INE constaría 32 centavos de cada 100 pesos, lo que implica una ligera disminución respecto de lo que ocurrió en 2018.
En 2018 el presupuesto del INE costó 32 centavos de cada 100 pesos del PEF. Esto también trajo como consecuencia de que lo que estamos solicitando implicaría una disminución del costo por elector vista en 2021, pasando de un 89.5 pesos por elector, en 2018; a un 86.3 pesos en 2021.
Y también hay que señalar, pero esto lo queremos poner en una explicación aparte, que el costo del COVID en las elecciones va a significar casi 380 millones de pesos.
Estamos hablando del costo de cubre bocas para los funcionarios de casilla, mascarillas, caretas para ellos; que van a estar todo el día en contacto con la ciudadanía, estás hablando de los costos sanitizantes y demás.
Puede parecer muchísimo dinero, pero nada más déjenme hacerles un ejercicio, si necesitamos un millón 400 mil funcionarios de casilla, dotarlos de tres cubre bocas desechables a lo largo del día implica que el INE tiene que adquirir alrededor de 5 millones de cubre bocas, solamente para ellos; y, por supuesto, aunque hay protocolos sanitarios que aplicaremos desde ahora en Hidalgo y en Coahuila.
Como, por ejemplo, que nadie podrá entrar a la casilla sin un cubre bocas, esto nos va a llevar a que si un ciudadano o ciudadana llega a la casilla sin el cubre bocas le tendremos que proporcionar uno.
Porque nosotros no podemos hacer del portar o no un cubre bocas una causal para impedir el ejercicio de los derechos políticos. Así que se los tendremos que proveer, y esto implica, visto el volumen de la elección, pues costos no menos.
Estos son, lo que sigue lo voy a hacer, decir Tonatiuh, por respeto a ustedes y a mis colegas, de manera telegráfica. Miren, la democracia no venía pasando su mejor momento. Había una serie de problemas que venían discutiéndose a nivel global.
El descontento con los resultados de los gobiernos democráticos, la desigualdad oceánica que estamos viviendo, la pobreza que no cede, la falta de confianza en instituciones como los partidos o los congresos, que son los pilares de todo sistema democrático, el fenómeno de desinformación y fake news que erosiona la confianza en las elecciones, y la polarización política eran fenómenos que ya estaban ahí, y que nos preocupaban.
Bueno, a todos esos ahora hay que sumarles el tema del COVID; el COVID nos está planteando, de cara a las elecciones futuras, cuatro grandes desafíos, hay cuatro dimensiones que impactan en la democracia, que el COVID impacta en la democracia.
La primera es obvia, es una dimensión sanitaria. Las elecciones implican una movilización de millones de personas; el día de la elección, nosotros estimamos que, entre funcionarios de casilla, funcionarios del INE, observadores electorales, representantes de los partidos políticos, alrededor de entre cuatro y cinco millones de personas, estarán operando o vigilando la elección, por no hablar de los millones, decenas de millones de ciudadanos que acudirán a las urnas.
Pero, además, las elecciones implican movilización de gente por los actos de proselitismo político y esto implica concentración de personas y, por lo tanto, potenciales riesgos de contagio.
Hay una dimensión económica, hoy ya sabemos que la crisis sanitaria trae consigo una crisis, trajo una crisis económica que no va a ser una ralentización de la economía, sino ahí están las cifras recientes, se estima que este año el Producto Interno Bruto en México decaerá alrededor de 10% , que es una cifra nunca antes vista en la historia de la economía nacional y esto tendrá un impacto, evidentemente, y la preocupación fundamental es que esto va a redundar, de nuevo estimaciones de INEGI, en el incremento en 12 millones de personas que pasarán a situación de pobreza; esto va a generar una tensión hacia la política, hacia la institucionalidad democrática, muy grave.
Yo recuerdo, escuchando estas cifras, un estudio de hace 20 años, prácticamente a principios de la década pasada, del PNUD el Informe sobre el Estado de la Democracia en América Latina que concluía con una pregunta que era una advertencia: las democracias latinoamericanas, decían, están jugando un juego peligroso, ver cuánta pobreza aguanta la democracia, y creo que esto hay que tenerlo en cuenta, de cara a lo que viene el próximo año.
Tercero, una dimensión política. La pandemia, lejos, lamentablemente, de unificar a la sociedad mexicana, la está polarizando. La pandemia, el manejo de la pandemia ha sido objeto de una gran discusión política que ahonda en una polarización, por un lado, pero también y esto lo estamos viendo en el mundo, también trae consigo, en algunas ocasiones, toma de medidas, toma de decisiones, centralización del poder que pueden poner en riesgo tanto los derechos humanos, como los equilibrios democráticos que supone una democracia constitucional y, la polarización a la que hacía referencia, en donde la pandemia hoy está siendo objeto de esa, uno de los argumentos, uno de los, digámoslo así, de los sustratos de incremento de esa polarización.
Y, hoy estamos viendo una polarización conjugada con un elemento que tiene todo, menos democrático, que es todo, menos democrático; es decir, la intolerancia. La polarización es normal en una sociedad democrática, máxime cuando nos enfrentamos a una elección; ahí naturalmente las posiciones políticas tienden a confrontarse, pero una cosa es eso y otra cosa es que cuando a esa polarización se le agrega el ingrediente de la intolerancia, porque entonces al de enfrente deja de vérsele como un adversario político, un legítimo adversario político y se le comienza a ver como un enemigo y a los enemigos se les combate y eventualmente se les destruye, y ése es el sustrato de muchos sistemas autocráticos.
La última dimensión es una dimensión social. El horno no estaba para bollos y se nos agregó la pandemia. Estamos viendo en muchos lados del mundo cómo las manifestaciones de descontento, cómo la protesta que es un legítimo derecho democrático, en ocasione desborda los cauces institucionales y eso pone en crisis a los mismos sistemas democráticos.
En suma, frente a todo esto, muchos órganos internacionales han venido estudiando cómo se realizan las elecciones en la pandemia, haciendo sugerencias de cómo debería enfrentarse adecuadamente los procesos electorales en este contexto, porque la peor solución, insisto, ahí sí la democracia sería víctima de la pandemia, sería suspender las elecciones, porque las condiciones sanitarias simple y sencillamente no pueden permitirlas y, cuando hablo de suspender, no hablo de posponer, sino literalmente de suspenderlas.
¿A qué deberíamos apostar? Pues a lo que pasó en República Dominicana que, a pesar de que realizaron elecciones con múltiples mecanismos de seguridad, la curva de crecimiento de los contagios no se disparó; es decir, se mantuvo y no, por el contrario, lo que pasó en Surinam, un pequeño estado del Caribe, pero que, como pueden ver, justo 14 días después de las elecciones la curva de contagios se dispara. Es decir, las elecciones provocaron el contagio y esto es justo lo que hay que evitar.
Frente a eso, la OEA ha emitido una serie de recomendaciones, hay múltiples organismos internacionales que lo han hecho, algunas son obvias, permítanme por ejemplo en esa siguiente gráfica, plantear lo que dice la OEA, bueno, hay que hacer elecciones con medidas de distancia física, con medidas de higiene personal y colectiva, etcétera; puede parecer obvio, pero el gran desafío es cómo logramos que esto que nos piden en nuestra convivencia cotidiana ¿no? que se supone debería regir nuestra convivencia cotidiana, se replica en un contexto de gran movilización de personas, como son las elecciones.
Qué ha hecho el INE, bueno esto Martha lo conoce, porque en fin, esto lo hemos aplicado en el propio Instituto; nosotros hicimos protocolos para cómo tienen que funcionar las mesas directivas de casilla y son cosas muy obvias: tiene que haber cubrebocas, tiene que haber caretas para los funcionarios, tienen que sanitizarse los espacios, no vamos a usar los marcadores que todo mundo usa, se va a pedir que cada quien lleve su bolígrafo para hacer la marca en la boleta, si no se le proveerá de un marcador, pero que tiene que desinfectarse después de cada uso.
Una buena noticia que nos dijo el Politécnico que es el fabricante de la tinta indeleble, es que la tinta, como es un ácido que genera una reacción química sobre la piel, mata al virus. Así que afortunadamente no tenemos un riesgo de contagio por el marcador del dedo para evitar el doble voto, etcétera, etcétera.
Termino, creo que frente a todo esto, la autoridad electoral tiene que tener una enorme capacidad de explicación, porque vamos a tener elecciones distintas a las que habíamos tenido y esto no puede redundar en una pérdida de confianza.
Tenemos desafíos operativos enormes, ya les ponía un ejemplo, casi 400 millones de pesos de presupuesto adicional para poder enfrentar en condiciones sanitarias óptimas las elecciones, tenemos desafíos tecnológicos, el próximo año, afortunadamente nos acaban de entregar las dos auditoras del Sistema de Voto Electrónico para los Mexicanos Residentes en el Extranjero, los resultados de su auditoría, la UNAM es una, Deloitte es la otra empresa que ganó la licitación, y nos han dicho que el sistema es viable, hay algunas sugerencias que tendremos que ajustar, pero el próximo año, por primera vez, además de continuar este esfuerzo de uso de urnas electrónicas, bueno Tonatiuh tú lo conoces bien, porque en Jalisco se utilizaron exitosamente en el pasado, en Coahuila y en Hidalgo vamos a usar 100 urnas electrónicas, no como un piloto, sino para que la gente literalmente vote como una manera, insisto, de ir abriendo brecha en ese sentido.
El próximo año, en los 11 estados que tienen votos del extranjero, los mexicanos que se inscriban para votar desde fuera del país, podrán hacerlo, o por la vía postal, o por internet, y esto evidentemente nos puede abrir la puerta a una profusión del uso de mecanismos electrónicos.
En fin, y termino, el otro gran desafío es la defensa de la autonomía, eso lo hemos hecho, lo seguiremos haciendo bajo la premisa de que un órgano autónomo no es un órgano aislado del resto de las instancias del Estado, sino que es un órgano, insisto, es una defensa de la construcción política que tenemos que seguir hacia adelante.
Perdón si me he extendido, Tonatiuh, mil gracias por el espacio y si quieren, pues telegráficamente le pediría a Carlos Ferrer y a Emilio Buendía que pudieran hacer algunas reflexiones, o como ustedes prefieran, Tonatiuh, si quieren hacer más bien hacer una interlocución, preguntas sobre lo que se puede y no se puede, como ustedes decidan.
Muchísimas gracias.
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