VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DE LA CONSEJERA DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), DANIA PAOLA RAVEL CUEVAS, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DIGITAL “BUENAS PRÁCTICAS DE LOS ORGANISMOS PÚBLICOS LOCALES (OPL) EN EL PROCESO ELECTORAL CONCURRENTE 2017-2018 PARA GARANTIZAR EL CUMPLIMIENTO DEL PRINCIPIO DE PARIDAD Y LAS ACCIONES AFIRMATIVAS”
Muchísimas gracias, Consejero Pedro Zamudio.
Pues muy buenas tardes a todos y a todas.
Agradezco mucho las personas que nos acompañan en esta transmisión a través de la plataforma en línea.
Saludo, con mucho afecto, a la doctora Adriana Favela, quien además de ser Consejera Electoral del INE, es integrantes de la Comisión Permanente de Igualdad y No Discriminación.
A la maestra Rosselvy Domínguez, que es Consejera del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Tabasco, y también, Presidenta de la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales Electorales.
A las y los presidentes de las comisiones de Igualdad de los Organismos Públicos Locales que nos acompañan.
Así como a las y los presidentes de los Organismos Públicos Locales, y en especial, a quien me presentó, el licenciado Pedro Zamudio, que también preside la Asociación de Instituciones Electorales de las Entidades Federativas, y va a fungir en este evento, como se pueden dar cuenta, como moderador en la presentación.
El tema que nos convoca es uno por el que hemos trabajo durante mucho tiempo, la presentación de un libro que es fruto del arduo esfuerzo, yo diría, del trabajo cotidiano de las y los consejeros de los Organismos Públicos Locales para lograr la igualdad.
Pero también, es una apuesta de la colaboración en este texto, entre la entonces Comisión Temporal para el Fortalecimiento de la Igualdad de Género y No Discriminación, y las y los presidentes de las comisiones similares, en donde estas no existían, también el apoyo de las presidencias de los Organismos Públicos Locales Electorales en la elección de 2018.
Uno de los propósitos fundamentales que buscamos con este libro digital fue visibilizar la gran labor y aportaciones que hacen las comisiones de Igualdad de Género para el fortalecimiento y consolidación de nuestra democracia, ya que muchas veces se suele relegar estos temas a un segundo plano por considerar que no son importantes o que son accesorios a las actividades que se tienen que realizar para la organización de las elecciones.
No obstante, las acciones plasmadas en este documento nos demuestran todo lo contrario, ya que la democracia no es una forma de gobierno únicamente o las reglas de este para asegurar la decisión de las mayorías, sino que tiene un componente substancias, como lo llamaría Ferrajoli, que es quizá el más importante, “los Derechos Humanos y sus garantías”.
Así la democracia se erige como un sistema de límites, de protección a las personas y, por lo tanto, su realización efectiva sólo puede darse en un continuo mejoramiento.
En ese sentido, darle la bienvenida a este libro titulado: “Buenas prácticas de los Organismos Públicos Locales (OPL) en el proceso electoral concurrente 2017-2018 para garantizar el cumplimiento del principio de paridad y las acciones afirmativas”. Es una forma de invitarles a conocer el valioso trabajo que desde lo local realizan las autoridades electorales para garantizar los derechos político-electorales de todas y todos en el proceso electoral 2017-2018.
Con miras, a los que habremos de organizar conjuntamente en sus elecciones, estar aquí entonces es una manera de celebrar e indicar la forma en que los Organismos Públicos Locales han mostrado su compromiso para seguir produciendo una (inaudible) de la democracia, permita posibilitar los mejores gobiernos para todos y todas las mexicanas.
En ejercicio de construir las ideas que darían la bienvenida a la presentación de este libro, recordaba continuamente las ideas del poeta, jurista y libertador José Martí, quien decía que “la vida sólo alcanza su resplandor cuando uno cría un hijo, planta un árbol y hace un libro”.
Dichas ideas resonaban en mi cabeza haciéndome reconocer que el fondo de la frase, más que instigarnos a realizar esas acciones, era una forma de invitarnos a comprender que alcanzamos la madurez cuando somos capaces de entender que, en nuestro paso por la tierra, lo que permite y termina hablando de nosotros y nosotras son nuestros ejemplos.
Podemos advertir que, este trabajo contribuye a mostrarnos la madurez que ha alcanzado el sistema nacional electoral, por lo que, el día de hoy quisiera, por ese motivo el día de hoy quisiera celebrar este libro como un producto que aglutina correctamente esos tres ideales que he referido, ya que nos presenta las acciones implementadas para que los procesos electorales 2017-2018 fueran los más incluyentes y alcanzaran los resultados más paritarios en la historia de nuestro país.
Pero, sobre todo, es un texto que nos sirve como ejemplo de las formas en que las han incidido los Organismos Públicos Locales para que la igualdad se materialice cada vez más en la vida pública del país.
Así que presentar un libro como este me llena de gusto, ya que con él podemos ver el trabajo de infinidad de mujeres y hombres que se han afanado porque la ciudadanía ejerza sus derechos humanos, políticos, electorales sin ningún tipo de discriminación y en libertad.
Otra de las cuestiones del por qué este libro me parece un logro que hay que celebrar, es el hecho que, de que en él se asientan la mayoría de las funciones que debería tener un texto.
Su estructura dividida en cuatro partes nos revela la posibilidad de conjugar un carácter testimonial que permita revisar los hechos acontecidos en la contienda 2018; un estilo narrativo que nos cuenta las buenas prácticas realizadas para alcanzar el cumplimiento del principio de paridad; e implementar acciones afirmativas en favor de distintos grupos históricamente discriminados.
Un punto de vista jurídico en el que se presentan las reformas a las leyes electorales de los estados; y las acciones afirmativas que se llevaron a cabo. Y todo ello es acompañado por un punto de vista científico-metodológico que nos permite revisar, a través de tablas, gráficas y números, los alcances que se tuvieron con todas las buenas prácticas para garantizar el cumplimiento del principio de paridad y las acciones afirmativas.
Como sabemos, el principio de paridad de género en las postulaciones fue integrado en nuestro texto constitucional en 2014, como parte de los principios que promueve en la igualdad en el acceso al poder político. Así se estableció en el artículo 41 de la Constitución que los partidos políticos debían hacer posible el acceso de las y los ciudadanos al poder público, de conformidad con las reglas, para garantizar la paridad en candidaturas a las legislaturas federales y locales.
Derivado de ello, las autoridades electorales nos encargamos de determinar distintas medidas para poder instrumentar de la mejor manera esta reforma.
En su primera implementación en las elecciones de 2015, dicho principio ya había alcanzado resultados históricos en la integración de la Cámara de Diputados y Diputadas, pues se pasó de tener un 37.2 por ciento, a casi el 42 por ciento de mujeres.
En el caso del Proceso Electoral Federal 2018, los resultados superaron en buena medida y para bien lo esperado, ya que para la Cámara de Diputados y Diputadas resultaron electas el 48.2 por ciento de mujeres, y en la primera aplicación de dicho principio en el Senado, se alcanzó un porcentaje histórico de 49.2 por ciento.
Pero estos resultados históricos no se lograron con la aplicación, lisa y llana del principio de paridad de género, se requirió un reforzamiento a través de acciones afirmativas.
Ahora, estos porcentajes de mujeres se replicaron en la integración de los Congresos de las entidades federativas. En total, el 49.8 por ciento de las curules de los 27 estados que renovaron su Congreso fueron ocupados por mujeres.
No obstante, los buenos resultados, no podemos perder de vista que las postulaciones a las gubernaturas siguen siendo un desafío, y es un desafío bastante importante para las autoridades electorales y nos tenemos que hacer cargo que, para alcanzar y garantizar la paridad en todo, todavía nos falta esa parte, justo además como ahora lo establece la reforma constitucional publicada el 6 de junio del año pasado.
Asimismo, la implementación de acciones afirmativas que posibiliten que todas y todos puedan acceder a los cargos de elección popular sin que la identidad o expresión de género, el origen étnico, el vivir con una discapacidad, la edad y ninguna otra característica identitaria, ni las distintas interseccionalidades entre ellas sea un impedimento. Es otro de los retos que debemos de atender y estar a la altura.
Vamos, para decirlo con claridad, debemos hacer tangible el artículo primero constitucional. Y ahora, con mayor ahínco que nunca, tenemos que garantizar que las mujeres ejerzan sus derechos político-electorales, libres de violencia política en su contra en razón de género, ahora tenemos las herramientas para poder hacerlo.
Ahora bien, en esta primera participación, quisiera detenerme en algunos puntos que sirven como detonadores de reflexión y, sobre todo, que afiancen la posibilidad de entender que este libro es la apertura a un diálogo entre nuestro pasado y presente, entre los diversos organismos encargados de la organización de las elecciones, que permite comprometer las acciones que se deben hacer para llevar a buen puerto los próximos comicios.
Una de las cosas que usualmente no se pone atención es la cuestión del lenguaje, el uso de un lenguaje incluyente es un elemento necesario para cualquiera que quiera participar en la vida pública del país, pues es a través de éste que se visibiliza la participación de las mujeres en el ámbito político, ya que el lenguaje construye realidades y no estamos dispuestos a seguir siendo el sujeto invisible de un discurso que vulnera nuestros derechos, sino un sujeto político que hace su presencia plena en las normas y acciones políticas.
En la lectura del texto se puede observar cómo en el Estado de México se aprobaron los lineamientos para el uso del lenguaje ciudadano e incluyente del Instituto Electoral del Estado de México, o en Puebla se realizó el taller sobre lenguaje incluyente, no sexista y no discriminatorio; ambos ejemplos contribuyen a observar que el uso del lenguaje incluyente, que se busca en el propio texto, es una apuesta más por seguir produciendo igualdad.
El texto que presentamos también tiene un efecto didáctico, me atrevería a decir, porque clarifica para la ciudadanía algunos conceptos que, quizá para nosotros son usuales, son de uso común y estamos muy familiarizados con ellos como: acción afirmativa, alternancia en género, igualdad de género, paridad, paridad horizontal o paridad vertical.
Quiero decirles a las y los potenciales lectores que en este libro encontrarán la voz de cada entidad federativa participante, que nos dice a partir de su experiencia, su punto de vista en temas concretos. Así en este esfuerzo se logra percibir silenciosamente un juego de voces que, en su alternada participación, configuran el texto como un diálogo abierto entre las diversas entidades participantes y las y los lectores del mismo.
De esta manera, es que en cada capítulo se presiente al leerlo, una escritura a múltiples manos que explica las acciones implementadas para cumplir el principio de paridad y las acciones afirmativas que abonaron para tener elecciones más incluyentes y revela todas las buenas prácticas que se realizaron en cada entidad.
Asimismo, presenta los diversos obstáculos y desafíos y resistencias que enfrentaron. Conocerlos y saber cómo fueron superados, nos ayudará a ser más eficientes en el futuro, a la vez que aporta un insumo invaluable para otros países que llevan un camino más corto que México en la construcción de la igualdad.
La pluralidad de voces que hablan en el texto refleja el trabajo coordinado y conjunto que realizamos las autoridades electorales, si hace un momento decíamos que el lenguaje daba voz a quienes no la tenían, la multiplicidad de voces que se presentan, reproduce perfectamente la diversidad de contextos sociales en cada entidad federativa.
Esta obra nos hace atestiguar cómo los Organismos Públicos Locales realizan un esfuerzo por hacer de la pluralidad el principal motor que nos lleva al mejoramiento de nuestras instituciones y de todo lo que de ellas deriva.
La presentación de este libro y la invitación a leerlo, nos pone en la entrada de un diálogo que todas y todos tenemos que realizar para las próximas elecciones, pues en ellas deberemos seguir trabajando coordinada y conjuntamente para alcanzar resultados cada vez más óptimos; no dar ni un paso atrás a lo ya logrado y consolidar nuestro sistema como una democracia constitucional y sustancial, paritaria e incluyente.
Por el momento y, para terminar esta primera intervención, me gustaría regresar a algunas ideas iniciales y advertir que este libro es una de las formas a través de las cuales, todas y todos podemos conocer la labor que realizan los Organismos Públicos Locales y que las propias autoridades tengamos un radar y un panorama de dónde venimos, para construir hacia dónde vamos y, de este modo, lograr que las mujeres y todos los grupos que han sido históricamente discriminados, ejerzan a plenitud sus derechos.
Por el momento es todo. Agradezco mucho su atención y le dejo la conducción al Consejero Pedro.
Muchas gracias.
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