VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), MARCO ANTONIO BAÑOS MARTÍNEZ, DURANTE EL“INICIO DE LA PRODUCCIÓN DEL NUEVO MODELO DE LA CREDENCIAL PARA VOTAR”
Bueno, muchísimas gracias y muy buenos días a todas y todos.
Quisiera primero agradecerle a Rolando y a Eduardo la generosidad de tenernos en estas instalaciones de la planta que ya está produciendo el nuevo modelo de la Credencial para Votar con Fotografía.
Quiero saludar de manera muy especial a nuestro Consejero Presidente, el doctor Lorenzo Córdova, que ha sido un entusiasta promotor de la actualización tecnológica de la credencial y de las garantías de seguridad que debe de tener.
También quiero saludar muy afectuosamente a mis colegas del Consejo General, la Consejera Claudia Zavala y a la Consejera Pamela San Martín, que también forma parte de la Comisión del Registro Federal de Electores.
Saludos también con muchísimo afecto al señor Secretario Ejecutivo del Instituto, Edmundo Jacobo Molina.
A nuestro Director del Registro Federal de Electores, René Miranda.
Y a los representantes de los partidos políticos que integran la Comisión Nacional de Vigilancia y del propio Consejo General, bienvenidas y bienvenidos todos.
Lo mismo que los medios de comunicación.
Y los integrantes de la Junta General Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral que están presentes.
El Registro Federal de Electores y sus instrumentos: el Padrón Electoral y la Credencial para Votar con Fotografía son columna vertebral de las elecciones en México. Sería imposible garantizar el principio de una persona es igual a un voto si no tuviéramos estos instrumentos torales para nuestra democracia en manos de un órgano autónomo que no depende orgánicamente de los gobiernos en turno, ni de ninguno de los actores políticos que compiten por el poder.
Algo que da condiciones de certeza a todas y a todos, que nos permite contar con un listado de votantes sin sesgo, sin personas repetidas, siempre depurado e imparcial, en constante actualización, verificado y, en consecuencia, aceptado por todas las fuerzas políticas antes de cada contienda. Algo que favorece el ánimo de los electores cuando acuden a las urnas, porque abona en su confianza, respecto a que el voto que emiten será respetado.
En México votan sólo quienes deben votar, sólo quienes tienen su credencial vigente, sólo quienes están en el listado del INE, nadie más y nadie menos, y gracias a eso, el poder del voto ciudadano en los últimos 30 años cambió la fisonomía de nuestro sistema político, lo volvió democrático, competitivo y con alternancias legítimas en todos los niveles de gobierno y en todos los cargos que se renuevan en las urnas.
La solidez de nuestra credencial ha evolucionado y robustecido sus candados de confianza progresivamente, es garantía para el voto libre e individual, pero permite también el derecho a la identidad a nivel nacional, porque es un instrumento reconocido por todas las instituciones públicas y privadas en México.
La que tiene el INE, es la base de datos más depurada, actualizada y confiable sobre personas mayores de edad del Estado mexicano.
Con corte el 13 de diciembre, tenemos ya un Padrón con 90.3 millones de personas y una Lista Nominal, es decir, el número de los votantes habilitados y con credencial entregada que alcanza los 90.1 millones. De ellos 43.4 millones son hombres y 46.7 millones son mujeres.
No hay otra base de datos ni instrumento de identidad con la solvencia que tiene ésta, y debemos fortalecerla, no duplicarla ni retirarla de una institución autónoma e independiente de gobiernos y de partidos. La Credencial para Votar con Fotografía es el instrumento que permite ejercer derechos políticos y es también el que garantiza el derecho a la identidad, porque, desde 1990 que se creó el otrora IFE, se levantó un Padrón Electoral base cero, con certeza y con confianza de que no votarían los muertos o de que se rasurarían registros, según lo decidieran los gobiernos en turno.
Fue un ejercicio censal que desde entonces mantiene controles para depurar y actualizar la información de forma permanente y con la administración de un órgano autónomo.
En los tiempos de la austeridad y del control absoluto y racional de los gastos públicos, reitero que sería un error poner a competir dos credenciales, y sería también un gasto inútil construir, actualizar y depurar dos bases de datos ciudadanas distintas en manos de un mismo Estado, del Estado mexicano.
Si se optara porque fuera la misma base de datos, peor que ahora regresara a su actualización y depuración como en 1988 a manos de la Secretaría de Gobernación, estaríamos generando un problema de confianza ya superado, porque las listas de quien puede y quien no puede votar nuevamente se irían a la órbita del gobierno en turno, y creo que hay conciencia de que esto en el propio Gobierno Federal o en manos de los integrantes del mismo, no sería adecuado.
Es un tema que hemos discutido con las últimas tres administraciones federales, todas con signo partidista distinto y en todas hemos expuesto nuestros argumentos a favor de la Credencial para Votar con Fotografía.
Es verdad que el Estado tiene mandato para expedir una cédula de identidad, pero esa cédula en los hechos ya existe, y es la Credencial para Votar. Faltan los menores de edad, y el INE podría disponer su infraestructura para ampliar la base, dar garantía de calidad, de seguridad y de protección a los datos personales.
Políticamente reiteramos y públicamente también lo hacemos, que nuestra propuesta al Gobierno Federal consiste en que el INE puede registrar y expedir la cédula o documento de identidad a los menores de edad, el costo sería sólo el del plástico, tenemos la infraestructura, tenemos la metodología y la experiencia necesarias.
Avancemos en la suscripción de un convenio que nos permita juntos lograr economías importantes y fundamentales de los recursos públicos y, sobre todo, garantizar el derecho a la identidad de todas y todos los mexicanos, con independencia de su edad.
La creación de un árbitro independiente de los gobiernos en turno se perfiló con la reforma electoral de 1989-1990. Veníamos de la traumática contienda de 1988 cuando el listado de votantes, la instalación de casillas, el conteo de los votos, y la decisión de dar a conocer o no los resultados de la votación estaban a cargo del gobierno.
Los actores políticos entendieron que la pluralidad que vivimos en la realidad cotidiana no era compatible con elecciones sin confianza ni certeza, y uno de los grandes avances para la transición democrática fue sin duda nuestro Padrón Electoral y nuestra Credencial para Votar con Fotografía que, a partir de ahora, tendrá un código QR con datos cifrados.
Será mucho más segura, mejoraremos nuestra mica de electores y a la población le decimos que hoy los partidos que consultan listados para constatar que ahí no hay sesgos indebidos o irregularidades de ningún tipo, lo hacen con medidas de seguridad estrictas, in situ.
Ya no se permite que nadie se lleve copia de ningún elemento de nuestra base de datos, la cual custodiamos celosamente. Y sabemos que la confianza tiene varias dimensiones, y una que es fundamental es la protección de los datos personales.
Desde 1992 el INE ha emitido cinco modelos de Credencial para Votar. Empezamos ese año con la credencial con fotografía Polaroid. Luego, a partir de octubre de 2001 se incorporó la fotografía digital con la firma y con la huella dactilar que registrábamos al momento de la entrega.
En septiembre de 2008 se incorporó la llamada “fotografía fantasma” y el dato de la CURP integrado. Esa fue la primera generación de credenciales con vigencia por 10 años a partir de la fecha de su expedición.
Luego, en noviembre de 2013 la fotografía pasó al lado izquierdo de la credencial para cumplir con estándares internacionales, e incluimos la impresión del fondo de cada mica en alta resolución, tal y como ocurre con los billetes, donde se agregan tintas ópticamente variables para darle seguridad e impedir la falsificación.
A partir de julio de 2014 vinieron nuevos ajustes. Fue el año en que pasamos de ser IFE a ser INE. Y entonces el nuevo modelo de credencial, que es el que habíamos utilizado hasta ahora, y que vamos a transitar a un nuevo ajuste que da mayor seguridad con la generación de las credenciales en base al famoso código QR.
Cuando nació el INE en 2014, la credencial para votar atendía una demanda de la ciudadanía de 60 mil credenciales diarias, y al día de hoy, cinco años después, el nuevo centro de producción de credenciales prevé que sean emitidas alrededor de entre 70 y 80 mil credenciales diarias.
La credencial y sus medidas de seguridad, así como la reivindicación de los derechos humanos, como la identidad de género, o la confidencialidad del domicilio en la mica para quien así lo decida, han sido parte de una evolución constante, progresiva, que fortalece una y otra vez a este instrumento fundamental para nuestra vida democrática y para nuestro derecho a la identidad.
Desde enero de 2014, el Instituto aprobó que fuera la ciudadanía quien decidiera si los datos de la calle, el número exterior e interior de su domicilio permanecieran visibles o no en la credencial.
En 2016 iniciamos con una demanda añeja, que era credencializar en el extranjero y no obligar a migrantes a cruzar la frontera sólo para actualizar su mica.
En diciembre de 2018, el INE aprobó un nuevo modelo de credencial, el cual considera los avances tecnológicos para documentos de identidad con alta seguridad.
¿Qué elementos podemos destacar de la sexta generación de credenciales?
Primero, se moderniza el diseño de la seguridad de alta resolución en la Credencial para Votar. En segundo lugar, en lo que corresponde al anverso se integra un nuevo dispositivo ópticamente variable, se incluye la firma del ciudadano, que se plasma en el anverso de la misma, además.
Se realiza una distribución adecuada de los datos para una mejor presentación del documento. Los dígitos de estado, municipio y localidad se integran a los códigos bidimensionales QR. Se integra en un solo dato su emisión y vigencia. Se resalta el dato de la sección electoral, y con esta actualización la ciudadanía ya podrá decidir si el dato de su sexo aparece visible o no, o se almacena en el código QR.
Para el caso del anverso, una de las principales mejoras del modelo es la integración de dos códigos bidimensionales QR, los cuales contienen los datos de las y los ciudadanos que están en la Credencial para Votar.
Estos códigos QR pueden ser leídos por una aplicación exclusiva del INE de forma ágil y fácil para optimizar la verificación de la Credencial para Votar.
Además, la forma en la que están generados los datos en los códigos QR permiten garantizar que fueron emitidos por el INE, previniendo con ello el uso de credenciales falsas o alteradas.
Iniciado el 2020 se consultará al ciudadano si desea que su dato de sexo, esa consulta será en los módulos, aparezca impreso o no en su credencial, visible o no en ella.
Esto es parte de la vocación del INE por atender demandas vinculadas a los derechos humanos, al respeto a la libertad sexual, y a la protección de datos personales.
Me parece que hoy confirmamos que el Padrón y la credencial son instrumentos consolidados para el derecho a voto y para el derecho a la identidad, y sería sin duda, un grave error revivir el añejo debate de duplicar gastos y esfuerzos, o poner a competir una cédula de identidad adicional que tardaría años en acercarse a los méritos y seguridad que hoy ha conseguido la Credencial para Votar con Fotografía.
La credencial y sus listados de electores deben fortalecerse, no deben minarse, y menos aún duplicarse.
Muchas gracias.
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