VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DE LA CONSEJERA DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, DANIA PAOLA RAVEL CUEVAS, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL VÍDEO MUSICAL “PASIFLORINE”, DEL GRUPO LA GUSANA CIEGA, REALIZADO EN EL AUDITORIO DEL INE
La violencia política contra las mujeres por razón de género es un problema latente que además tiene diversas manifestaciones, hay que decir que, según la encuesta nacional sobre las relaciones en el hogar de 2016, podemos encontrar que el 45 por ciento de las mujeres mayores de 15 años de edad han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas.
También, según los datos de CONAVIM, nueve mujeres son asesinadas al día, y sí, en muchos de estos casos es por cuestiones de género, es decir, por el simple hecho de ser mujeres.
Reconocemos que hombres y mujeres vivimos en un contexto violento, sin embargo, la violencia que afrontan unos y otras no es la misma, simplemente cuando en la mañana un hombre piensa en tomar el transporte público, se preocupa porque no lo vayan a robar y toman previsiones para que eso no ocurra, pero una mujer comienza una odisea desde la mañana cuando piensa qué se va a poner para que no la molesten en la calle, para que no le falten al respeto, para que cuando suba al transporte público nadie toque su cuerpo de manera lasciva, para que no la violen. Después de todo eso, se preocupa porque no la vayan a asaltar.
Entonces sí tenemos que reconocer que la violencia que afrontan hombres y mujeres no es la misma, que existe un tipo de violencia que nada más está afectando directamente a las mujeres.
Desgraciadamente esta violencia no es privativa del ámbito público, también en los espacios privados las mujeres están siendo violentadas. En los lugares en donde supuestamente tendrían que estar seguras, como sus casas y, además, por quienes supuestamente las deben de amar, como sus parejas.
Y es que, hay que reconocer también que las relaciones que han tenido hombres y mujeres se han enmarcado en la desigualdad y eso implica muchas veces que los hombres lleguen a creer que cuando tienen una relación afectiva o de parentesco con una mujer esta les pertenece, les pertenece su cuerpo y les pertenece su vida.
Tenemos que comenzar a cambiar cómo concebimos el amor, tenemos que comenzar a cambiar estas estructuras y estas creencias de pertenencia del amor romántico.
Por eso yo agradezco muchísimo a La Gusana Ciega, y agradezco mucho que se sumen otros aliados para que, desde otros ámbitos, también desde el ámbito artístico se pueda advertir esta problemática y se puedan tomar cartas en el asunto, para que unidos y unidas podamos afrontar esta problemática.
Estoy convencida, además, que, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, es un día ideal para que podamos hacer un alto en el camino, y una reflexión sobre la manera cómo nos relacionamos unos con otros, y unas con otros.
Entonces, agradezco de nueva cuenta muchísimo a La Gusana Ciega, creo que pone sobre la mesa un tema que, además, es donde está derivando quizá mucha de la violencia que estamos viendo día con día. Porque, hay que decir también, que el 38 por ciento de los feminicidios en el mundo son perpetrados por las parejas de las mujeres.
Entonces, pone el dedo sobre una problemática que tenemos que atender, que tenemos que ver desde el ámbito de nuestras atribuciones, y que a final de cuentas en la medida en que nosotros solventemos también este problema vamos a tener otros ambientes libres de discriminación, libres de violencia en perjuicio de las mujeres.
Y eso incluye también el espacio público y el ámbito político. Por eso creo que esfuerzos como estos son particularmente relevantes para que unamos fuerzas para crear una construcción y una sociedad, sobre todo, más justa.
Creo que tenemos que reconocer que vale más la vida de una mujer que una pinta en una pared o en un monumento. Tenemos que comenzar a vivir libres y no a sobrevivir, como hasta este momento lo estamos haciendo en México.
Así es que muchísimas gracias a La Gusana Ciega.
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