VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA CONFERENCIA LATINOAMARICANA DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN
Don Ricardo Uceda, Director Ejecutivo del Instituto Prensa y Libertad. Mi estimado Edison Lanza, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Querido doctor Francisco Acuña, no le salen mal las improvisaciones, como acaban de ver, y me permitió a mí también rematar, así que mil gracias, mi intervención, Paco, mil gracias, Comisionado Presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de nuestro país.
Saludo también con mucho afecto a la doctora Blanca Lilia Ibarra Cadena, Comisionada también del mismo Instituto, del INAI.
Mi estimado maestro, en muchos sentidos, Luis Raúl González Pérez, Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Yo también quiero aprovechar, tal vez esta es la última ocasión en esta semana, en la que en un evento público puedo dirigirme y saludar a Luis Raúl, así que quiero también aprovechar, como lo hizo Paco hace un momento, esta oportunidad para reconocer tu trabajo; un trabajo incansable, tu compromiso inquebrantable y tu valentía a prueba de los poderes, en la conducción de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Por cierto, quiero también reconocer públicamente, Luis Raúl, a pesar de que habíamos tenido ocasión de comentarlo que, esta semana, la que está terminando, la propia CNDH, bajo tu presidencia, presentó una acción de inconstitucionalidad en contra de una de las leyes, de las reformas, de los intentos de modificación legal más ominosos de nuestra vida democrática, la así llamada Ley Bonilla, una ley que extiende el mandato de un gobernador electo por dos años, después de que las elecciones terminaran.
Quiero reconocerlo, Luis Raúl, reconocer tu trabajo, porque estoy convencido que las libertades y los derechos, o se ejercen y se defienden frente al poder, frente a cualquier poder, o como enseña reiterada y tristemente la historia, éstos terminan perdiéndose.
Y quiero aprovechar, por cierto, hablando de la Ley Bonilla y no me quiero desviar mucho, pero quisiera hacer un par de comentarios. Esta semana también el Instituto Nacional Electoral presentó una acción de inconstitucionalidad, la Suprema Corte la desechó, porque no tenemos y, ciertamente lo sabíamos, no estamos dentro de las autoridades que pueden presentar una acción de inconstitucionalidad, pero decidimos no dejar ningún resquicio jurídico abierto y presentamos esta impugnación.
Así que, permítanme, por cierto, comentarles, anunciarles ahora si llegan a ver algún periodista por ahí, por favor sean discretos, pero en los días que vienen presentaremos en este mismo sentido un amicus curiae y también una controversia constitucional para la que sí estamos legitimados, para preservar justamente la democracia y los derechos en nuestro país.
Celebro, con entusiasmo, que la edición 2019 de la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación se lleve a cabo en México.
Como saben, cada año desde 2013, este encuentro se ha venido consolidando como una gran ventana para acercarse a conocer lo mejor del trabajo periodístico de la región. Al mismo tiempo, se ha convertido en un espacio privilegiado para reiterar la importancia del periodismo independiente para la vida pública y, en particular, para la democracia.
Por eso, debemos agradecerle al Instituto Prensa y Sociedad, a sus aliados, el INAI, el CIDE, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH, el Open Society Institute y la UNESCO, por la organización de esta nueva edición de la Conferencia y, en particular, por traerla este año a la ciudad de México.
Además de celebrar que este año podamos recibir aquí esta Conferencia, hay también que celebrar que este encuentro ocurra en los tiempos en que vivimos. Es justo ahora, cuando el diálogo informado se diluye ante ataques y discurso de odio, o discursos polarizantes.
Cuando la construcción de nuestra verdad colectiva, la que entre todos integramos con información veraz, se pierde, tiende a perderse entre la desinformación y la saturación noticiosa y es en esos momentos cuando el periodismo se vuelve clave para la salud de la vida pública y la convivencia democrática.
Qué bueno que en estos tiempos los recibamos a todas y todos ustedes y nos reunamos con motivo de la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación, para conocer lo mejor del periodismo de la región y entender así lo que sucede en nuestras sociedades, aquejadas en tiempos recientes por la protesta, el hartazgo, las promesas incumplidas del tránsito a la democracia y el desencuentro entre gobernantes y gobernados.
Su papel es central para entender mejor lo que hoy sucede. Esta noche conoceremos a las y los ganadores de la edición 2019 del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación, del Premio de Acceso a la Información Pública y del Concurso CUBACRON.
Desde ahora, mi mayor felicitación por su trabajo y sus contribuciones a todas y todos los participantes y, por supuesto, a las y los ganadores.
El valor de estas premiaciones se expresa por supuesto en los trabajos mismos que serán reconocidos, pero su valor también radica en que, a través de ellos y de la labor cotidiana de todas y todos los periodistas de la región, se expresa la doble función y relevancia del periodismo para la democracia, siempre, pero sobre todo en la coyuntura actual.
Por un lado, su función como poderoso mecanismo para recabar información veraz, oportuna y rigurosa que nos ayude a comprender las convulsas realidades que vivimos y, por el otro, en segundo lugar, su función como actores clave para generar un contexto de exigencia al poder público y también a los poderes privados; arrojar luz sobre procesos opacos, develar lo que se quiera ocultar en el ejercicio del gobierno y por parte de aquellos actores, los poderes fácticos, que desde el ámbito privado buscan sólo su provecho privado, su provecho personal; lo que sin duda es válido, siempre y cuanto no sea a costa de lo público ni de lo social.
Ayudar a comprender la realidad y generar exigencia al poder son fundamentales para la vitalidad de una democracia; lo digo con claridad y sin medias tintas, sin periodismo independiente y crítico, no hay democracia posible.
Nuestras democracias, la de México y la de América Latina requieren de un periodismo riguroso, plural y exigente, si queremos preservar la vida en democracia. Si es cierto que el periodismo elabora cada día el primer borrador de la historia, ustedes son, entonces, historiadores de nuestro presente y como tales los necesitamos para darle sentido a nuestra cotidianidad, aunque a veces las tribulaciones de nuestra realidad parezcan no tener.
La democracia no puede preservarse, la democracia no puede preservarse si la ciudadanía no cuenta con los elementos informativos necesarios para construir sus juicios y darle información crítica a sus validaciones sobre el poder público, la comunidad en que vive, las empresas con las que se relaciona o el lugar donde se encuentra.
Permítanme terminar solamente diciendo lo siguiente: no son buenos tiempos para la democracia, no son buenos tiempos para los derechos, ni para las libertades, tenía razón Michelangelo Bovero cuando hace algunos años, viendo cómo la tragicómica erosión de la democracia italiana en los 90, comenzaba a construir el estado de salud de las democracias, a contagiar el estado de salud de las democracias mala tempora current, malos tiempos corren, decía entonces.
En este contexto, en el que ha sido objeto de las reflexiones de esta Conferencia, tanto en sus oportunidades, como en sus desafiantes y peligrosos riesgos, vale la pena recordar que la democracia es y ha sido una afanosa y compleja construcción colectiva; el resultado del esfuerzo y compromiso de muchos actores políticos y sociales, entre ellos, el periodismo. El periodismo libre, por supuesto, desplegado a lo largo de décadas.
Del mismo modo, la defensa de la democracia, es una responsabilidad de todas y todos. Si no cumplimos con ello, poco a poco, tal vez incluso de manera imperceptible, la democracia se nos puede, como la arena, ir de entre las manos.
Son, no lo olvidemos, tiempos de defender la democracia y eso supone defender las libertades y derechos que la sustentan frente al poder, frente a los poderes.
Agradezco mucho su atención. Felicidades a las y los ganadores y que la verdad, la verdad que es democrática; es decir, la verdad con minúsculas, la que construimos todos, que es respetuosa de las diferencias y del pluralismo, la que es tolerante, incluyente, la única verdad, pues, compatible –decía- con la democracia y no la verdad, con mayúscula, la que se escribe desde el poder y que autocráticamente algunos buscan imponer, aquella verdad y no ésta, con los trabajos y esfuerzos de todos que siga viva, muy buenas noches y muchas gracias.
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