VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL CONVERSATORIO “SELECCIÓN Y VETO DE CANDIDATURAS ELECTORALES: EXPERIENCIAS REGIONALES”, REALIZADO EN EL LOBBY DEL AUDITORIO DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL
Presentadora: El Instituto Nacional Electoral les da la más cordial bienvenida al Conversatorio “Selección y Veto de Candidaturas Electorales, Experiencias Regionales”, el cual es presidido por el doctor Lorenzo Córdova Vianello, Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
El doctor Eduardo Núñez Vargas, Director Residente del Instituto Nacional Demócrata en Guatemala.
Y el doctor Rodrigo Llano Isaza, Veedor Nacional del Partido Liberal Colombiano.
Agradecemos la presencia en este evento de integrantes de la Junta General Ejecutiva, de representantes de órganos desconcentrados del INE, de los consejeros electorales y las consejeras electorales de los Organismos Públicos Locales, de representantes de partidos políticos y medios de comunicación que nos acompañan.
De manera especial, agradecemos la presencia de Keila González Hilario, Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, quien moderará este conversatorio, y a quien damos la palabra.
Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, Keila González Hilario:Muy buenas tardes a todas y todos.
Pues, en nombre de la oficina en México del Instituto Nacional demócrata para Asuntos Internacionales, pues agradecemos la presencia de cada una, cada uno de ustedes y también siempre la constante colaboración con el Instituto Nacional Electoral.
Y bueno, pues la idea es que podamos tomar unos minutos para poder compartir con ustedes y platicar sobre este tema de selección y veto de candidaturas electorales, y compartir un poco de las experiencias regionales.
Digamos, planteamos, se propuso en coordinación con el Instituto Nacional Electoral organizar este conversatorio, porque justo hace algunos meses el Instituto Nacional Demócrata publicó un estudio que se realizó, donde de forma comparativa se pudo analizar cuáles son las experiencias en la región de América Latina sobre los mecanismos con los que cuentan diferentes agrupaciones político partidarias para los procesos de tamizaje para los procesos de selección y de veto de candidaturas en diferentes puestos de elección.
Tenemos la oportunidad de contar con la presencia de mi colega, Eduardo Núñez, quien conoce muy bien el estudio y ha tenido oportunidad de presentarlo en otros lugares de la región; y también con el doctor Llano, Veedor Nacional del Partido Liberal Colombiano, a quien quisimos invitar para compartir justo la experiencia de esta figura, y cómo ha estado funcionando en Colombia.
Y también, pues agradecemos la presencia del doctor Lorenzo Córdova, y donde esperamos que las ideas, las reflexiones, los hallazgos de esta información, pues nos pueda dar su opinión acerca de en el contexto mexicano, estos mecanismos, estos procesos cuál podría ser el futuro.
E incluso pensando en que, en las semanas recientes en los últimos meses, se han estado dando diferentes discusiones a nivel nacional, que tienen que ver con posibles reformas de carácter político electoral.
Entonces, quisiera ceder inmediatamente para aprovechar el tiempo, ceder la palabra a mi colega Eduardo Núñez, para que nos pueda comentar un poco Eduardo acerca de este estudio que se hizo, cuáles fueron las características, cuáles fueron los principales hallazgos, y también, cuáles se visualizan son los retos de implementar este tipo de mecanismos en la región de América Latina.
Director Residente del Partido Liberal en Guatemala, Eduardo Núñez Vargas: Muchas gracias, Keila.
Y bueno, por supuesto, muchas gracias, Presidente, por acompañarnos en la presentación de este estudio, en donde, para ser franco, ando como dicen en el béisbol, de bateador emergente, porque el estudio lo coordinó Kevin Casas, el actual Secretario General de Internacional IDEA, y logró presentarlo justo tres días antes de asumir, y ya no pudo pues, participar de todo el ciclo de presentaciones. Pero es importante reconocer que es un estudio conducido no sólo por un académico muy reconocido, sino por una persona que ha trabajado también de cerca con el Instituto Nacional Electoral en muchas ocasiones.
Y ahora, pues estoy seguro que lo va a seguir haciendo en IDEA Internacional.
Como bien decía Keila, el estudio básicamente lo que buscó es preguntarnos: qué están haciendo los partidos políticos para atender una suerte de demanda social, si se quiere difusa, a veces animosa, a veces colérica, también, de tener una política más depurada. No sólo depurada en cuanto a los mecanismos o sistemas de financiamiento, sino depurada, también en cuanto al tipo, al perfil, a los rasgos de idoneidad o no, que los candidatos y las candidatas que los partidos políticos presentan a cargo de elección pública tienen.
Y en qué medida mejores sistemas de selección, y mejores sistemas de verificación o de veto, de verificación de los antecedentes de estos candidatos y candidatas pueden ayudar a mitigar las percepciones crecientemente negativas, y bastante sostenidas en cuanto a su negatividad de nuestras sociedades hacia la política y los partidos, y específicamente hacia los congresos que fue donde pusimos el foco, los procesos de selección de candidaturas para órganos legislativos.
El estudio se basó, por supuesto, en la revisión de los marcos normativos constitucionales y, digamos, y leyes ordinarias en los países, en 16 países de la región, entrevistas a más de 19 líderes de partidos políticos a cargo de procesos de esta naturaleza, consultas con otros 24 partidos para ver cuáles eran sus procedimientos, y además sondeos y verificación práctica a nivel estatutaria, de una gran variedad de partidos en la región en América Latina.
Básicamente, lo primero sería tratar de clarificar qué se entiende por esta expresión tamizaje que es mucho más propia de los estudios en temas de salud pública, por ejemplo, ¿verdad?, básicamente estamos hablando de un subproceso dirigido a identificar, evaluar, y verificar de manera independiente para tomar decisiones informadas sobre los perfiles de los candidatos y candidatas a cargo de elección popular, que realizan los partidos como parte del proceso de selección y reclutamiento de candidaturas.
Como tal, puede darse ex-ante, o sea, previo al proceso de elección, durante el proceso de selección, o incluso ex-post, una vez que ha sido asignada una candidatura también pueden darse algún tipo de procesos independientes de verificación, involucra a los partidos y sus órganos internos, pero también involucra a terceros actores no partidarios, fundamentalmente, lo más evidente los medios de comunicación colectiva, y algunas organizaciones de sociedad civil que en los últimos 20 años han venido haciendo esfuerzos por transparentar la forma en que los partidos eligen, y además, hacer trabajo de verificación independiente de los antecedentes que estos candidatos y candidatas presentan a la hora de postularse.
¿Qué es lo que básicamente encontramos? Encontramos, en primera instancia, una tensión entre lo que llamaríamos las lógicas inherentes o propias de los partidos políticos, y esta demanda social de mayor rigurosidad en los procesos de selección de candidaturas.
¿Cuál es la tensión? Los partidos existen básicamente como un vehículo de acceso al poder, quieren ganar elecciones, y como tal buscan que las regulaciones sean lo más laxas, para llamarlo de alguna manera posible, o difusas posibles para evitar que se limite su universo potencial de candidatos.
A mayor rigurosidad, se restringe el universo posible de candidatos o candidatas a escoger, en mayor laxitud, pues ese universo es mucho más, se expande mucho más, y permite la incorporación de otro tipo de criterios que no tiene que ver con referentes éticos, educacionales, de perfiles profesionales, como por ejemplo, los candidatos que puedan aportar financiamiento, que no pareciera ser una condición de idoneidad pero que es un criterio que a veces los partidos utilizan, especialmente en aquellos países donde, digamos, hay modelos mixtos, en donde el financiamiento privado tiene una preponderancia o una influencia relevante, que entiendo no es el caso específico de México, en donde el financiamiento es predominantemente público, aunque por supuesto, siempre hay que someter todas las, digamos, los diseños institucionales a verificación.
En este sentido, esa tensión existe en el sentido de que los partidos prefieren, llamémoslo de una manera coloquial, correr riesgos calculados. O sea, no apostar por procesos excesivamente rigurosos para garantizar, digamos, una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a condiciones electorales cambiantes o fluidas, como son las de la época que estamos viviendo.
Encontramos un segundo elemento que es que hay muy poco regulado en los marcos constitucionales y legales en la materia, con posiblemente dos excepciones que son Brasil y Colombia.
Normalmente lo que encontramos a nivel constitucional son requisitos muy básicos que tienen que ver con una edad mínima, o como un principio de nacionalidad.
Originalmente en una fase temprana del proceso de democratización que estamos viviendo, encontrábamos algunos requisitos de carácter educativo, por ejemplo, que fueran, los candidatos fueran analfabetos o no, en su momento se puso a debate en el sentido de que podía ser un factor de restricción del derecho a ejercer, digamos, de la capacidad efectiva de ejercer los derechos políticos, de postularse, cuando la opción de ser alfabeto no es una opción necesariamente voluntaria, si no podía tener que ver con la capacidad, de prestación efectiva de servicios de alcance universal.
Hay algunas referencias menores a nivel constitucional y legal sobre umbrales ético y legales, por ejemplo, en Guatemala se habla de idoneidad, incluyendo idoneidad ética; es muy genérico, está en una ley que especifica que se llama de comisiones de postulación, pero eso, digamos, luego ha sido desarrollado por resoluciones de la Corte de Constitucionalidad, pero digamos que originalmente es muy genérico el concepto, y de un amplio espacio de discrecionalidad para su interpretación.
Pero entonces, un primer elemento es que, en general tenemos, digamos, poco en materia de regulación a nivel de los sistemas partidarios, entiéndase a nivel de constituciones, leyes de partidos, códigos electorales, etcétera.
Tenemos un poco más a nivel estatutario, que sería lo que llamaríamos la dimensión de autorregulación de los partidos, ahí encontramos un poco más, pero en término general, encontramos procesos bastante artesanales, que normalmente tiene que ver con tres cosas: uno, la verificación de bases públicas de datos sobre algunos temas generales, podría ser, por ejemplo, declaraciones impositivas.
Bueno, ustedes tienen esa figura tres de tres, que comienza siendo una iniciativa de sociedad civil, que luego es incorporada de alguna manera más institucionalizada, pero por ahí apunta algunas cosas, bueno.
Entonces, verificación de datos a nivel de bases públicas. Solicitud de documentación mínima como parte del proceso de registro de candidaturas, y la definición no siempre precisa de un órgano interno responsable.
No en todos lados está claro si el proceso puede ser impugnado, las decisiones de los órganos internos pueden ser impugnadas en alzada a los órganos jurisdiccionales que los sistemas establecen en cada uno de nuestros países.
Es omiso en términos generales, en los partidos estudiados un tema de la mayor relevancia, por ejemplo, como es el conflicto de intereses, eso no aparece prácticamente en casi ninguno de los partidos analizados, aparecen algunos partidos extra regionales, por ejemplo, podemos, en el caso español, que obliga a los candidatos a cumplir con el reglamento de incompatibilidades, como lo llaman ellos, en donde se puede incluir algunos de estos elementos, pero en América Latina tenemos muy poco regulado eso.
En un contexto es donde además hay un debate abierto sobre esta famosa puerta giratoria, en donde pasas de las empresas a la política, de la política a las empresas, de los medios a la política, de la política a los medios, en unas entradas y salidas en donde no están claramente delimitados los límites o los conflictos de interés que puedan derivarse de esa puerta giratoria.
En cuanto a los procesos, encontramos que en términos generales son precarias en todas las regulaciones, y muchas de las prácticas existentes son ad hoc, son creadas coyunturalmente, son creadas para una situación específica, y normalmente están asociadas con algún tipo de crisis. Si ha habido una denuncia contra un candidato, entonces hay una reacción de las organizaciones políticas.
No obstante, que hay una demanda generalizada de que haya mejor calidad en las caricaturas, -perdón- en las candidaturas, eso no está, podría funcionar. El subconsciente me traicionó, no, perdón. No necesariamente eso está estimulando a los partidos, hay que decirlo, a hacer procesos de selección más rigurosos y más sofisticados, más estructurados, sino que, como dije, se están decantando por controles de carácter mínimo, y digamos, poco desarrollados.
No hay patrones claramente establecidos a nivel regional que uno pueda decir hay como una tendencia regular o establecer este procedimiento, no hay un altísimo grado de heterogeneidad y un altísimo grado de variedad de mecanismos ad hoc para cada uno de los partidos políticos.
A los aspectos formalmente establecidos en el proceso de selección y de verificación de datos, que son pocos, se agregan factores de poder real, o digamos, mecanismos informales.
Es notable el papel de los candidatos presidenciales en la elección del resto de las candidaturas, especialmente en aquellos países donde la elección es simultánea, incluyendo países como el mío, Costa Rica, en donde hay dos partidos, los dos partidos históricos: Liberación Nacional, y la Unidad Social Cristiana, que estatutariamente le dan a los candidatos presidenciales o candidatas presidenciales el derecho de seleccionar los primeros cuatro lugares en los listados de diputados, y eso no es sometido a debate o a votación, es un derecho que se le asigna formalmente.
Pero en términos generales, en aquellos países donde hay elección simultánea, los candidatos presidenciales o las candidatas tienden a influir informalmente la estructuración de los listados.
Ahí empieza a aparecer, especialmente en los últimos 10 años, de manera más fuerte los factores éticos como un factor a considerar, a debatir, pero no están apareciendo con el mismo nivel factores educacionales o un debate sobre los perfiles de idoneidad profesional. Es un tema que es interesante.
Ahora bien, aunque los factores éticos aparecen, no se están reflejando en procesos formales o en criterios formales para la evaluación de las candidaturas, o sea, está más como un debate simbólico presente, pero no se traduce en mecanismos efectivos, que incorporen, digamos, criterios para la depuración o para la verificación de datos.
En términos generales, entonces tenemos procesos poco rigurosos, y digamos, poco formalizados, en términos de los mecanismos de autorregulación.
Tenemos, como les decía, dos excepciones interesantes a reflejar, desde la perspectiva de tratar de avanzar en regulaciones generales que afecten a los sistemas de partidos, es decir, que se hagan desde reformas constitucionales o desde reformas a los marcos normativos generales, el Código Federal, por ejemplo, sería acá, las leyes electorales o códigos electorales.
Son dos casos, el caso brasileño, y el caso colombiano.
En el caso de Brasil está la figura de la Ley de Ficha Limpia, emitida en el año 2010, que es una ley complementaria, aprobada de manera sorprendente por unanimidad en las dos cámaras brasileñas, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, y es una normativa que apunta a que se impida postularse a cualquier persona que haya sido condenada por un Tribunal Colegiado por delitos de distinto tipo, que incluyen, y les voy a decir textualmente lo que dice: “delitos contra la economía popular, la fe, la administración y el patrimonio públicos, el patrimonio particular, el sistema financiero, el mercado de capitales, y los previstos en la ley que regula la quiebra, así como contra el medio ambiente y la salud pública.
A esos se añaden el rechazo de la rendición de cuentas relativas al ejercicio de un cargo público o una función, la pérdida de un puesto, la renuncia a cargos públicos de elección frente a la instauración de un proceso inminente capaz de conducir a la pérdida del cargo, y la exclusión del ejercicio de una profesión regulada por ley, por decisión de un colegio profesional o por violación del deber ético y profesional”.
O sea, es una regulación amplísima, que carece de mecanismos de sanción, lo cual hace muy difícil que, digamos, tenga dientes para poder ser aplicada, habría que decirlo.
Es una ley que digamos, si ustedes la leen en el contexto post Lava Jato, uno diría: “bueno, podría tener cierto sentido frente a la preocupación evidente sobre la forma en que las redes de corrupción penetraron la política brasileña, pero si ustedes la ven, es previa a la explosión del caso de esta investigación de gran escala denominada Lava Jato, pero como digo, tiene, es un intento, digamos, de crear una estructura de, digamos, en el marco legal que obligaría a los partidos a tener, a implementar criterios de depuración previa, digamos, de candidaturas en función de esta descripción global de potencial de factores de inhabilitación.
Y la otra, es el caso colombiano que tiene una trilogía de dos leyes y un mecanismo administrativo, que llamaríamos, primero es la ley de “silla vacía”, que es una reforma al Artículo 107 de la Constitución Política de Colombia en el año 2009, que básicamente establece la responsabilidad de los partidos políticos y sus directivas, o sea, también hay responsabilidad individual de los líderes de los partidos, “cuando faltando al debido cuidado”, dice la ley, “avalar en candidatos elegidos en cargos de elección popular que hayan sido o fueren condenados por delitos relacionados con el narcotráfico, la vinculación a grupos armados ilegales, así como delitos contra los mecanismos de participación democrática o lesa humanidad”
En este caso, la agrupación podrá ser sancionada con multas, o ser obligada a devolver el financiamiento público que recibe, o incluso ser cancelada con términos de su existencia jurídica, pero va más allá, cuando se trate de condenas a quienes fueron electos por cargos uninominales, el partido no podrá presentar candidaturas en ese mismo cargo para las siguientes elecciones.
Y si ese cargo es suspendido, o esa persona es castigada o es, digamos, condenada dentro de los 18 meses inmediatamente anteriores a la siguiente elección, además el partido no podrá sustituir ese puesto, por eso es conocido como “la silla vacía”, o sea, ahí sí hay, tienes una descripción de factores de depuración pero además hay una capacidad sancionatoria por la vía económica, por la vía administrativa la cancelación de la existencia jurídica del partido, pero también, incluso, el castigo, digamos, en términos de la representación política efectiva, no puedes postular, incluso pierdes el derecho a sustituir esa figura.
La segunda pata de esa trilogía, digamos, colombianas de la Ley 130 de 1994, que permitió la creación de la figura del veedor partidario. El veedor partidario es una figura que cada partido político colombiano debe de tener, que aparte de funciones disciplinarias y de protección de los derechos de los miembros del partido político, tiene como cometido principal, revisar los antecedentes de cualquier aspirante a una lista, en cualquier nivel, en cualquier tipo de elección.
El resultado de esa revisión es un veto o un aval, ¿qué es lo interesante? Con el aval, el candidato pasa a ser sometido al órgano electivo, y puede ser electo o no, electa o no.
Pero sin el aval, o sea, si lo que recibe es un veto, esa candidatura no puede ser sometida a elección, o sea, tiene una función depuradora efectiva; un rasgo interesante, como bien podrá comentar Rodrigo más adelante, es que las decisiones no son recusables, o sea, no hay posibilidad de ir en alza ante ningún órgano jurisdiccional para revisar la decisión, es definitiva, es un tema que es interesante.
Y la tercera parte es un mecanismo administrativo, creado por el Ministerio del Interior, que es conocido como la “ventanilla única”; es básicamente un sistema que permite que el partidario pueda acudir a un solo mecanismo para obtener la información de todas las bases de datos posibles requeridas en relación con todos los factores de inhabilitación posible de las candidaturas, lo cual acorta el proceso administrativo de verificación de datos, y le permite emitir, digamos, de una manera mucho más efectiva y eficiente su veto o aval a las candidaturas.
Excepto a estos casos, lo que tenemos en términos generales entonces una legislación laxa, u omisa, y mecanismos de autorregulación, más bien de carácter simbólico, si ustedes me permiten decirlo de esa manera.
Gracias.
Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, Keila González Hilario:Muchísimas gracias, Eduardo, por compartir, digamos, esta visión regional acerca de estos mecanismos de veto, de candidaturas.
Y ahora quiero ceder la palabra al docto Llano, que nos pudiera platicar un poco qué es esto del Veedor Nacional, cuáles son las facultades, cómo funciona en este tema del proceso de selección de candidaturas dentro del partido, pero también reconociendo que tiene ya me parece más de una década como Veedor Nacional, cuáles son los logros, las lecciones aprendidas, los méritos de esta figura, y también si hay retos en esta figura del veedor.
Veedor Nacional del Partido Liberal Colombiano, Rodrigo Llano Isaza: Bueno, muchísimas gracias, señor Presidente por esta invitación, los compañeros de la NDI, a todos ustedes por venir a escuchar sobre la figura de la Veeduría Política que tenemos en Colombia, que nace cuando el Estado colombiano se vuelve inviable frente al desafío del narcotráfico, de las guerrillas y de los paramilitares.
Hubo una unión de la nación para derrotar al crimen y en esa unión de la nación se tomaron medidas que son a veces draconianas y a veces inexplicables en otros países.
Nosotros tenemos el origen, como lo decía Eduardo, en la Ley 130 del 94, que es la Ley de los Partidos Políticos, en su artículo 48 se crea la figura del veedor, el veedor de los partidos en Colombia, de los partidos y movimientos políticos es originado en las convenciones políticas de los partidos.
El Partido Liberal tiene convenciones cada dos años en los años impares menos en este año que por tener elecciones este domingo que viene no alcanzamos a organizar la convención del partido y nos dieron un plazo hasta el primer trimestre del año entrante, pero siempre tiene que ser en los años impares, cada dos años, porque si no perdemos la representación política, la personería jurídica.
¿Cuáles son las funciones del Veedor?
El Veedor tiene un cargo que se llama Veedor Nacional y Defensor de la Filial, tienen, entonces, la parte de la veeduría con los avales, la parte de defensoría del afiliado frente a los directivos del partido, tiene la responsabilidad de la disciplina partidaria y de aprobación de las donaciones que se le hacen al Partido Liberal Colombiano, tiene esas cuatro funciones.
Para no extendernos en lo que no tiene qué ver con veto de candidaturas dediquémonos a la parte de avales.
Los avales se generan cuando todo el que quiera inscribir para un cargo de elección popular en Colombia sea edil en una comunidad local, concejal de una ciudad, Diputado a la Asamblea, Senador, Representante a la Cámara, Alcalde o Gobernador. Todos tienen que tener la aprobación de la Oficina de Veeduría Nacional del Partido.
Se monta la plataforma tecnológica del partido, se van incluyendo todos los candidatos y hay una doble columna: positivo, negativo.
Si la persona está en positivo, desde cualquier parte del país se puede bajar el aval de la persona para que se presente ante las autoridades de la Registraduría Nacional del Estado Civil como candidatos del Partido Liberal Colombiano.
Si tiene un negativo no se puede bajar el aval y no se puede dar el aval a esa persona.
En Colombia existen cosas como la Ley 1475 del año 2011 que, en su artículo quinto, en su artículo décimo numeral quinto, dice que no se le puede dar aval a las personas que hayan sido condenadas o llegaren hacerlo en el tiempo para el cual se hace la elección.
Por eso, yo respondo por 14 mil 500 avales que dimos en el año 2014 para las elecciones de quienes iban a gobernar en el año 2015, 2016, 2017 y 2018, de 2015 al 2019 y va esa responsabilidad hasta el último día del periodo, del “yo respondo por esos 14 mil 500 avales hasta el 31 de diciembre del año 2019”.
Si una persona a la que ya le dimos el aval se mete unas pepas en la barriga y lo cogen en el Aeropuerto El Dorado, a nosotros nos abren un proceso, por el llegar en hacerlo. Y, además, la Corte Constitucional declaró que eso era constitucional, esa figura, pero si aplica para los delitos de vínculos con grupos al margen de la ley o el narcotráfico, delitos de lesa humanidad o contra la democracia.
Todo lo que tenga que ver con las elecciones: retención de cédulas, fraude electoral, sustitución de testigos, cualquier delito contra la democracia está ahí contemplado. Los otros delitos no están con esa gravedad que se le tiene puesta en la ley.
A mí los abogados, yo no soy abogado, soy administrador de empresas, me quieren matar cuando les digo que, en Colombia, para esos delitos, no existe la presunción de inocencia, la persona con la sola investigación por uno de esos delitos, no puede tener el aval, y no lo puede tener porque podría llegar a ser condenado.
Cuando aprobaron en el Congreso la figura, yo le dije a los senadores “me van a tener que dar un mazo de tarot para echarle las cartas a la gente, a ver si dentro de uno, dos, tres o cuatro años lo van a meter a la cárcel. Pero así está aprobada la ley y tiene una serie de sanciones, que para los directivos que aprobamos los avales, van desde una amonestación, una suspensión en el cargo o una expulsión del Partido.
Para el Partido, puede ser que le quiten la financiación estatal, que no le dejen hacer publicidad electoral por los medios oficiales, en la televisión especialmente, que se les suspenda la personería jurídica por un tiempo determinado, o que se cancele la personería jurídica y su existencia como partido político.
Entonces, nosotros trabajamos con la cédula de ciudadanía que es el documento con el cual se vota en Colombia. Ese número de cédula lo subimos a una plataforma del ministerio del interior, que se llama “Ventanilla Única”. Y la Ventanilla Única nos consigue información en la Corte Suprema de Justicia, gente que esté comenzando procesos en la Corte.
La Corte Suprema de Justicia en Colombia, cuando llama a declarar una persona no llama para averiguar si le va a dar más información, la Corte ya tiene toda la investigación hecha y lo que quiere saber es si esa persona miente o está diciendo la verdad. De manera que el que cae en manos de la Corte a un juicio, casi que está perdido.
Nos da elementos de los antecedentes de todos los ciudadanos en los últimos 20 años por cualquier delito que haya cometido. Nos entregan unas sábanas larguísimas, en donde yo sé, la persona, cómo se llama, qué cédula tiene, qué delito ha podido cometer, en qué juzgado está, en qué ciudad y en qué etapa del proceso está el delito por el cual se le está acusando o juzgando.
Nos da información de la Contraloría General de la República para saber quién le debe al Estado, quién ha sido multado en cargos públicos y no ha pagado las multas, ahí aparece, el certificado dice “está o no está reportado”, simplemente la cédula y ya uno sabe que tiene que frenar esa persona.
Nos da el certificado de policía, y el certificado de policía nos da si la persona está en enredos con algún juzgado en cualquier lugar de Colombia.
Nos da información sobre la SIJIN en caso de que la persona haya tenido prisión en el interior, y el Ministerio de Relaciones Exteriores, si ha tenido prisión en el exterior, la Ley colombiana dice que no puede ser ni siquiera inscrito como candidato, quien en cualquier época y por cualquier delito haya sido condenado a pena privativa de la libertad por una sentencia judicial.
No importa si fue porque le pegó a la mamá, o porque mató a mil 500, o porque le hizo un gran robo al Estado, por cualquier delito, calumnia, por cualquier cosa, eso lo saca de la vida política en Colombia para eterna memoria, es una condena a perpetuidad. Y eso es muy importante tenerlo en cuenta.
Todas esas consultas son las que nosotros utilizamos también cuando nos llegan donaciones, averiguamos por los dueños de las empresas, los directivos y los miembros de las juntas directivas.
Eso hace que la Veeduría tenga una gran responsabilidad frente a la sociedad colombiana y frente a los partidos políticos, no podemos permitir que sancionen al Partido y tampoco que lo sancionen a uno, entonces, la gente está esperando que el Veedor haga adecuadamente su trabajo, e investigue los antecedentes de todo los candidatos, no porque el tipo me caiga gordo, porque no haya votado por mí, porque, cualquier cosa, no, porque yo tengo un papel en contra de ese individuo, y yo le puedo decir: “usted fue condenado, o usted está en proceso por uno de los cargos de la Ley 1475, Artículo 10”.
Entonces, la estructura de los partidos tiene la veeduría no dentro de su función orgánica, sino como un organismo de control que está a lado, y que está vigilando la aplicación de la ley en estos sentidos, que les he venido explicando.
Es fase que la veeduría tenga unas relaciones muy especiales con los otros organismos del partido, como uno es elegido en la convención del partido que elige cuatro cargos, la convención elige al Director Nacional, al Veedor, al Revisor Fiscal, y a los miembros del Tribunal de Control Ético.
Como el Director tiene el mismo origen legítimo que tiene uno como Veedor, no lo puede tocar, se lo tiene que aguantar los dos años para los cuales ha sido elegido, y esperar que la convención, si uno actuó mal, le haga un juicio, o no lo reeligen el cargo, a mí me están reeligiendo desde hace 12 años en el cargo, gracias mi Dios.
De manera que, con la Dirección Nacional es un respeto absoluto sobre las decisiones de la Veeduría en cuanto a avales; con la Secretaría General del Partido, un respeto absoluto en la presencia del Veedor en las bancas parlamentarias a la cual existe por derecho propio.
Y en la Tesorería un respeto absoluto por las decisiones de la Veeduría en cuanto si aceptan o no aceptan las donaciones, ése es más o menos la figura del Veedor Nacional en los partidos políticos en Colombia.
Muchas gracias.
Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, Keila González Hilario:Muchísimas gracias, doctor Llano, por comentarnos acerca de cómo funciona esta figura del Veedor Nacional.
Y ahora cedo la palabra al doctor Lorenzo Córdova, para escuchar un poco sus impresiones, retroalimentación, acerca de los resultados y hallazgos del estudio, pero también esto, cómo empata con el contexto mexicano y las discusiones actuales y futura en estos temas.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Bueno, yo quiero comenzar agradeciendo muchísimo al NDI la posibilidad de discutir este informe, este reciente informe, un informe muy bien logrado, hay que decirlo de los doctores Kevin Casas y Tomás Quesada, que como ya anticipaba Eduardo, pues son especialistas de primer orden, pero además, con una práctica, digamos, en la administración electoral y en la gestión política, que no es un asunto menor, y que le dan a este estudio, disponible, por cierto en línea ya en la página del NDI, no solamente una actuaría de una vigencia sino además, una riqueza, para seguir discutiendo sobre un tema que está, creo que lejos, de estar agotado, en el plano conceptual y, por supuesto, muy lejos de estar claramente aterrizado y definido en el plano legislativo, el plano normativo.
Así que la verdad, quiero comenzar agradeciendo la oportunidad y por supuesto pues digamos, la ocasión de poder reencontrarnos con amigos a los que les tenemos respeto y afecto ¿no? Como son Eduardo y el doctor Llano, que no tenía el gusto, pero créanme y, se lo digo como Presidente del Consejo General del INE, no le envidio su trabajo. A pesar, de que en varias ocasiones han pretendido que nosotros en el INE hagamos algo semejante a lo que ustedes normativamente realizan.
Y, por supuesto, a Keila mil gracias por ayudarnos en esta por ofrecernos este espacio y, además, por moderar esta mesa.
Yo quisiera, la verdad es que es un estudio de una enorme actualidad, que atiende una serie de problemas, insisto, no sólo conceptuales, sino también, concretos que enfrentan los partidos políticos, me da la impresión en todo el mundo.
Sobre todo, porque aquella vieja, en el contexto actual, aquella vieja distinción que muchos hacían y muchos seguíamos entre democracias consolidadas y democracias en vía de consolidación, en los tiempos que corren se ha diluido y hoy los problemas que aquejan a las democracias son problemas transversales a todos, problemas como la crisis de la política, la crisis de los partidos políticos, la crisis de las instituciones democráticas, como los parlamentos, por ejemplo, el fenómeno de la desinformación, como un fenómeno eruptivo de los procesos electorales, pero también, de la recreación misma de las sociedades democráticas.
El surgimiento al interior desde las propias democracias, de posturas antidemocráticas, de posturas intolerantes, con otros que minan la esencia misma y la lógica misma, por no hablar de los valores y de los principios de esta forma de gobierno, son problemas transversales.
Es más, si uno piensa en temas, algunos de los que he mencionado, por ejemplo el tema del combate a la desinformación, pues sociedades de democracias en vías de consolidación como la mexicana, como habríamos dicho hace unos años, estamos mucho más avanzadas y enfrentamos este dilema con posturas mucho más democráticas, que democracias añejas como la francesa, en donde este tema se ha apostado por la criminalización en lugar de una lógica, digámoslo así, de respecto de las libertades y de la prevención de la propia libertad de expresión.
Lo que quiero decir, y con esto quiero comenzar, es que hoy los temas que aquejan a las democracias son temas globales, y desde esa perspectiva un estudio como este, mecanismos de tamizaje y veto de las candidaturas legislativas en los partidos políticos de América Latina, es un insumo muy importante para una discusión que nos es común.
Ahora, dentro de todos estos temas, el ámbito específico en el que esta discusión se da, pues me parece que tiene que ver inevitablemente con el problema común de crisis de los propios partidos políticos y crisis de la representación política, y el surgimiento, más allá de reglas muy establecidas, de figuras disruptivas, exitosas políticamente que a través de postulaciones normadas, reguladas, logran trascender, los filtros establecidos y llegar a espacios digamos, de gobierno, de decisión política, con lo que se genera una especia de círculo vicioso.
Déjame decirlo de una manera burda, si un partido político postula a alguien que a la postre resulta ser un abogado de narcotraficantes y es exitoso en conseguir un cargo público, pues al final todo esto acaba alimentando el propio descrédito de la política, el descrédito de los partidos, el descrédito de los legislativos y alimenta a ese, que me parece que es el principal riesgo que está detrás de todo esto, no de las soluciones, sino de que, estas soluciones intentan resolver, que es la generación de un caldo de cultivo fértil para que germinen pulsiones autoritarias y la democracia se nos agote desde de adentro.
Creo que parte de este problema, permítanme hacer una aproximación primero, conceptual, y que hay llevado a este tipo de mecanismos que están, insisto, ampliamente documentados y es un insumo muy importante, de nueva cuenta, este documento para la discusión de estos temas, en una especia, digámoslo así, de pragmatización de la vida política y, no quiero ahora pretender aquí hablar de la política desde la perspectiva del filósofo político, que lo soy, que busca, digámoslo así, acercar en la medida de lo posible la realidad política, digamos, a los modelos ideales, a los modelos normativamente deseables.
Digamos, que después de ocho años en la autoridad, bueno, siete años casi en la autoridad electoral a esa vocación de filósofo político, digámoslo así, hoy la acompaña una vocación, no digo meramente o puramente, pero también una buena dosis de realismo político, la política es lo que es y creo que nos vamos a equivocar si pretendemos que la política, o desilusionar si la política no es lo que aspiramos a que sea.
Por supuesto, hay que tener parámetros, hay que tener paradigmas y buscar que lo que tenemos hacer que, en la medida de lo posible, a un modelo ideal bajo una premisa, jamás, jamás, jamás la política va a ser lo que aspiramos necesariamente a que sea.
Los modelos ideales son solamente puntos de referencia y el problema en la realidad es cómo logramos, digámoslo así, desde una lógica gradualista mayores aproximaciones a ese modelo ideal.
Candidatos puros, candidatos inmaculados, candidatos con un pasado intachable, candidatos arcangélicos no los vamos a encontrar en ningún lado del mundo. Esos no existen, si buscamos arcángeles hay que ir a las iglesias y ahí nos vamos a llevar grandes desilusiones, por cierto, hasta ahí nos vamos a llevar grandes desilusiones.
Dicho eso, no, que creo que es importante como punto de partida.
Claro que parte del problema que tenemos es también que los partidos políticos cada vez más en general, en el mundo cada vez más está alejado de aquella idea prototípica, el arquetipo, el modelo ideal de partido político al que aspiramos.
Déjenme decirlo así.
¿Qué es lo que nutre y da sentido a un partido ideológico históricamente?
Pues una batería ideológica, programática, común, que es la base de la aglutinación de sus afiliados, de sus militantes.
Bueno, ustedes díganme en el mundo, por supuesto, no estoy pensando en México, como autoridad electoral no voy a juzgarlo, díganme hoy, solamente respóndanme esta pregunta:
¿Qué es la izquierda y qué es la derecha?
Es decir, estamos viviendo en el mundo y es parte del problema, que enfrentamos un vaciamiento ideológico de los partidos políticos.
Y cada vez más los partidos políticos son lo que no pueden dejar de ser, pero malo cuando sólo son eso, es decir, mecanismos de acceso, de búsqueda del poder, instalaciones, no digo electorales, digo, electoreras.
No estoy diciendo que nos tengamos que plegar frente a este dato de la realidad sin más, pero creo que no podemos obviar, que en todo el mundo los partidos políticos cada vez son más eso.
¿Por qué? Porque los partidos políticos. Si bien es cierto que la selección o la elección de los candidatos deberían seguir aquella máxima, aristotélica, ¿no? de que la elección es el mecanismo por definición para elegir a los mejores.
Luego, como los mejores no existen, la elección se traduce en un mecanismo para elegir al menos peor, pero es otra historia. Y no hablo solo de los partidos políticos, también en la política.
Pero, a ver, y el mejor debería ser el más informado, el más letrado, el más ilustrado, el ideológicamente con mayor empaque, perdón, en la vía de los hechos el mejor es el que más posibilidades tiene de ganar una elección, y ése es el dato duro del que no vamos a poder, o sea, nos guste o no nos guste, esa es la realidad de los partidos.
Creo que todos estos mecanismos, son mecanismos correctivos que buscan, pero tampoco me parece que puedan lograrlo, tratar de, digámoslo así, está bien, el mejor candidato para un partido político es el que más probabilidades tiene de allegarle votos, de ser competitivo frente a otras fuerzas políticas, y de ganar el cargo en disputa.
Si esto es un asunto de política de búsqueda del poder, no de teoría, teorización, no es filosofía política, así que hay que tomar, primer comentario, estos mecanismos con cierta cautela, aunque creo que es indispensable esta discusión.
Y me da mucha curiosidad, los dos, ya lo decía Eduardo, los dos mecanismos institucionales, los dos espacios en donde este tipo de mecanismos han logrado un grado de institucionalidad diversa, han sido justamente Colombia, de donde hemos escuchado a Rodrigo una experiencia práctica, y Brasil.
Y fíjense nada más quién gobierna Brasil, qué bonitos mecanismos de tamizaje y que funcionalidad tuvieron los mecanismos de tamizaje, ¿no?, hoy gobierna a Brasil alguien, que lo peor del asunto es que ya sabíamos que era un misógino, que ya sabíamos que era un defensor de la dictadura, que ya sabíamos que era un detractor de los derechos humanos desde antes de las campañas, y por él votaron los brasileños, y lo hicieron democráticamente.
Yo no sé cuánto más vaya a durar la democracia en Brasil si siguen por ahí, los outsidersmuchas veces son los candidatos más atractivos, y Brasil es un país, uno de los dos países, como nos revela el estudio, que tiene mecanismos de tamizaje.
¿A dónde quiero llegar?, porque no quiero ser un provocador y no creo que este es un estudio inocuo, bueno, no quiero ser demasiado provocador.
Lo que pasa es que creo que esta discusión y estos mecanismos hay que analizarlos, creo que sobre la base de dos premisas: una, que sin lugar a dudas tienen un valor axiológico, positivo, que hay que valorar, pero que hay que ponderar en su traducción práctica, porque si no, van a ser mecanismos que no nos van a servir para nada; y dos, que los contextos hacen la diferencia.
Creo que el caso Colombia no es un caso radical en el mecanismo de los tamizajes, del que hay que aprender algunas cosas, pero que hay que comprender, y que no podemos pretender e importar, porque no todos los países hemos vivido, digamos, el drama en términos de la captura del Estado por parte del narcotráfico, y la presencia, además simultánea y, por cierto, vinculada de una guerrilla que tenía un control territorial real de buena parte del territorio.
Y como dice nuestro maestro Dieter Nohlen, el contexto hace la diferencia, muy probablemente los mecanismos de tamizaje o de control de las candidaturas que se instrumentaron en Colombia responden a esa necesidad de depurar un Estado completamente capturado.
Digo, Pablo Escobar estuvo en el parlamento, la mitad de los legisladores acabaron en la cárcel porque eran narcotraficantes, porque eran paramilitares, es decir, también tengamos en cuenta que Colombia, en este sentido, se cuece aparte, y venturosamente Colombia se enrutó de nueva cuenta a una lógica que está siempre a prueba, pero una lógica que es bien distinta a lo que era los años 90 aquel país.
Así que ya nada más digo, tengamos cuidado, porque no es que no tengamos problemas similares en México, pero distan mucho todavía de ser los que estuvieron en Colombia.
Se habla mucho en la vida política de que si tal legislador está comprado o no por el narco, que si el narco financia campañas, y eso se dice muchísimo, pero casualmente eso se dice durante las campañas electorales y los partidos en las campañas electorales como lo sabemos desde el INE, se dicen absolutamente de todo.
¿A dónde quiero llegar con esto? Hasta, déjenme hacer un aterrizaje en el caso mexicano, no es que no tengamos mecanismos de tamizaje en el caso mexicano, tenemos algunos, algunos, digámoslo así, que cumplen objetivos eventualmente distintos, no necesariamente objetivos éticos.
La existencia de paridad en las candidaturas y la cantidad de mecanismos afirmativos que hemos instrumentado para lograr congresos paritarios son también, en muchos sentidos, mecanismos de tamizaje, porque obligan a los partidos, hombre, a lo mejor con una cosa muy, que aparentemente podría ser muy sencilla, tienes que postular hombres o mujeres, luego si vemos el caso de los muxes en Oaxaca no es tan sencillo, y los partidos muchas veces abusan en este sentido.
Tenemos un mecanismo de tamizaje, que es el impedimento de haber ocupado un cargo público antes de poder ocupar una candidatura o aspirar a una candidatura, tenemos candidaturas indígenas, pero evidentemente distan mucho del tipo de tamizaje que este estudio da cuenta.
Y aquí déjenme decirlo así, ha habido muchas propuestas que apuntan en ese sentido, ¿cuántas veces no nos piden los partidos políticos, aquí tenemos algunos representantes de los partidos ante el Consejo General del INE, durante el proceso electoral: “es que el INE debería exigir que se haga un examen antidoping a los candidatos”, híjole, sin una base legal es un poco complicado que el INE niegue una candidatura por hacer un examen antidoping, y si alguien en algún momento de su vida fumó mariguana, con qué autoridad voy a decir yo que no es, digámoslo así, que no está habilitado para ocupar un cargo público.
Y es que creo, vuelvo a insistir, ésta es parte de la discusión, que esta discusión también tiene que, que no está ni de lejos conceptualmente resuelta, tiene también que ponderarse bajo ciertos hechos.
Es decir, al final del día, estos mecanismos de tamizaje suponen también, al final, una serie de restricciones de derechos políticos.
Y escuchaba el caso colombiano y vuelvo a entender, a Colombia hay que entenderlo en el contexto colombiano, pero qué no se supone que alguien que ha sido sancionado por un delito, y que ha purgado su pena, justamente ese hecho, el haber pagado una pena es una especia de reparación o de pago, digámoslo así, del daño social que se hizo.
Primer punto.
Es decir, una vez que ya concluyó, yo entiendo que mientras estás en la cárcel no, y entiendo perfectamente lo que significa eventualmente, oye, pero si estás en proceso no te postulo a un cargo público como una manera de adquirir fuero y eludir la responsabilidad penal.
Pero otra preocupación, y, ¿de veras con nuestros aparatos de justicia…?, digamos, donde en México hay casos documentadísimos y evidentes de un uso político de la justicia, y no estoy pensando solamente en el desafuero, que es un caso verdaderamente de estudio, estoy pensando en el caso de Greg Sánchez, estoy pensando en muchos, Martín Martí.
Es decir, muchos casos en donde se inicia una acción penal justamente como una manera, ¿no?, y cuando pasa la elección, ah, usted disculpe, sabe qué, no hay causa para ejercer la acción penal.
Es decir, si tuviéramos, y no la tenemos, una procuración de justicia y una justicia absolutamente imparcial frente a los intereses políticos, en nuestros países, en muchos de nuestros países, pues bueno. Bueno, vean Moro, Moro es el gran autor del Lava Jato, y hoy es el Ministro de Justicia de Bolsonaro, ¿no?, por cierto.
Dicho eso, hasta dónde una justicia imparcial es de la que hacemos depender o no la posibilidad de prosperar una candidatura.
Quiero… claro, o el tema de la puerta giratoria, exactamente.
A ver, yo creo que hay un mecanismo que no está planteado aquí, y que muy probablemente, en tanto continuamos esta discusión que es, me parece indispensable, tanto del punto de vista conceptual como también de la retroalimentación del éxito o no de estos mecanismos que en el ámbito comparado se van instrumentando, hay una cosa que sí es clave en esta historia, más allá de si avanzamos o no a mecanismos formales como los casos que aquí se relatan, de tamizaje, o no.
Y es que yo creo que no debemos perder de vista que en un sistema político democrático el responsable del tamizaje final de quién llega o no a un cargo público, sin acabar, haciendo eludir, pretendiendo que los partidos políticos eludan la responsabilidad de que son ellos los que postulan.
Por eso me da mucha risa cuando los partidos llegan y, bueno, risa no, preocupación, cuando los partidos llegan al INE y dicen: “establece un antidoping para que solamente los candidatos libres de sustancias psicotrópicas puedan llegar a votar y luego a ser votados”. Y yo decía “y nosotros por qué, háganlo ustedes, pues que no es parte.
Digo, puede haber un partido contrario a las drogas, o contrario a no sé qué, pues, háganlo ustedes.
Al final del día el responsable de postular candidatos ante la sociedad es el partido político, y si al final resulta que postulan a un corrupto, pues ese partido político lo va a pagar en las urnas, y si postulan a un misógino, ese partido político, bueno, si estuviéramos en Brasil, ganaría la Presidencia de la República, o lo echan.
El tamizaje final en una democracia no debemos perderlo de vista, es responsabilidad de los ciudadanos.
Claro, el gran dilema es ponerles a las y los ciudadanos de frente todos los elementos para poder hacer un juicio al voto.
Al final del día, creo que lo importante de esta historia y la mejor manera de cuidar a la democracia sin necesariamente entrar en un tema de tensión, que muchas veces es justificable. Perdón, ya entendí, que muchas veces es justificable en términos de restricción de derechos.
Es el teléfono de Rodrigo, entiendo, pero.
A ver, es que, al final lo que quiero decir es, pues, que hay un tema de derechos que tenemos que procurar y que tenemos que siempre ser muy cautelosos hasta dónde llegamos, porque los tamizajes al final se traducen en restricción de derechos.
Hay veces que los derechos se tienen que restringir, nada más hay que ver, como lo dice toda la teoría de los derechos fundamentales, que toda restricción de derechos tiene que ser proporcional, que tiene que ser necesaria, que tiene que ser justificada.
Yo creo que la solución y de veras, ahora termino, está en algo para lo que muchos de estos mecanismos, yo lo veía como mexicano, podrían ser necesarios no tanto para permitir o no la postulación de una candidatura, al final eso es algo que a los partidos les toca decidir, sino más bien para generarle información a los ciudadanos, porque un voto informado es un voto libre.
Y aquí déjenme terminar solamente con una experiencia, pues que habla mucho de lo lejos que estamos, del compromiso con la transparencia de todos los actores políticos, de todos.
Desde hace un par de elecciones, de hecho, desde el 2012, el IFE todavía, estableció un portal de transparencia y una, digamos, invitó a los partidos a que presentaron los curriculums de todos los candidatos, ojo, estoy hablando de los curriculums, ni siquiera estoy hablando de la historia criminal o clínica o lo que sea de los propios partidos, de los candidatos.
El INE retomó esa tradición. En 2018 con cerca de 90, casi 100 mil candidaturas, y precandidaturas, los partidos políticos solamente presentaron poquito menos del 30 por ciento de los curriculums. Estoy hablando de los curriculums, en una plataforma que tenía el propósito que las y los ciudadanos pudieran confrontar las trayectorias y, bajo ciertos formatos básicos.
Por qué quieres ser diputado, por qué quieres Senador, por qué quieres ser alcalde.
Bueno, estábamos hablando solamente de cargos federales, porque es la responsabilidad exclusiva de este Instituto, para poder contrastarlas y es que la clave, creo de nueva cuenta y no hay que perderla de vista, es la transparencia.
Yo creo que ese es el mejor compromiso que los propios partidos pueden asumir en este proceso de reconstrucción que es indispensable, de su credibilidad, de su buena fama pública y, sobre todo, de la concepción de los mismos como eslabones fundamentales de la construcción de todo proceso democrático, porque sin partidos, simple y sencillamente no hay democracia.
Y creo que, en esta lógica de construir democracia, fortalecer la democracia, los partidos políticos tendrían que entender la gravedad que significa no hablarle claro a los ciudadanos a los que les están pidiendo el voto.
Plantear todas esas historias. A mí la idea de la ventanilla única me parecía interesantísima como una manera de poder allegarse información, pero al final del día, yo creo que la mejor manera, todavía más, es un mecanismo de tamizaje, es un tamizaje informal el que yo estoy planteando y es un tamizaje que le transfiere, como creo que tiene que estar, insisto, la decisión final de quién llega o no a un cargo público a las y a los ciudadanos.
Claro, si no tienen toda la información los ciudadanos lo que mañana van a decir los ciudadanos: es me engañaron.
Pero eso es parte también y lo digo con un cierto dolor, pues de las virtudes de la democracia ¿no?
Si tú en un sistema democrático colocas, digo, luego está todo el aparato de rendición de cuentas, pero colocaste a una persona indeseable éticamente desde tú punto de vista incorrecta, etcétera, etcétera, pues la gran ventaja es que en la siguiente cicla electoral, la elección, el voto, es también no solamente un mecanismo para elegir a quién viene sino también para castigar la acción de los propios gobiernos.
Entonces, bienvenido este ensayo, este trabajo, creo que es un estudio muy rico, muy importante, creo que los propios partidos políticos deberían, pero no tanto, no sé si tanto como una imposición legal, sino como un mecanismo de construcción de confianza de la ciudadanía aprender de muchos de estos mecanismos, pero vuelvo a insistir, yo creo que al final del día el mecanismo de tamizaje más importante, en clave democrática, tiene que ver con la transparencia que supone que todos los ciudadanos tengan toda la información posible respecto de quiénes son los que le están pidiendo el voto.
Muchísimas gracias.
Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, Keila González Hilario:Muchísimas gracias doctor Córdova.
Nos queda poco tiempo, pero quisiera hacer una pregunta puntual a cada uno de nuestros expositores.
A Eduardo: ¿Qué piensas sobre, digamos, cómo obtener este balance entre perfil idóneo? Pero también, considerando candidatos o candidatas con bajo perfil educativo pero que vienen, digamos, de grupos obreros, campesinos, que representan este segmento social, económico de la población.
A Rodrigo: ¿Cuáles son los requisitos para llegar a ser veedor? ¿si todos los partidos políticos tienen los mismos requisitos? ¿y cuál sería la tasa de éxito? Digamos ¿cómo les ha ido con eso?
Y, al doctor Córdova: Pensando un poco en el caso mexicano, de lo que se ha discutido de las experiencias de la región, ¿qué elementos considera que podrían implementarse desde la autoridad electoral, lo que podría promover la autoridad electoral, que los partidos políticos implementen y considerando el marco normativo por ejemplo que tiene México en materia de protección de datos personales, etcétera, ¿no?
Entonces, preguntas puntuales para respuestas puntuales de cada uno, por favor.
Director Residente del Partido Liberal en Guatemala, Eduardo Núñez Vargas: Bueno, mire, en realidad el tema de ponerle requisitos de carácter educativo, perfil profesional, requisitos éticos o cualquier otro elemento de limitación o criterio para hacer como una suerte de depuración preventiva del perfil de los candidatos y candidatas que pueda realizar un partido político, normalmente enfrenta tres tensiones, que se han planteado acá
Una, que creo que la planteaba bien Lorenzo, es la atención entre derechos humanos, el derecho a ejercer, efectivamente, sus prerrogativas políticas y criterios más rigurosos de selección de candidatos y en qué medida esos criterios implican como planteaba Lorenzo una restricción o no a los derechos de un ciudadano o una ciudadana a postularse.
Eso, de paso les digo es el argumento más recurrente para decir: no hay que establecer nada que vaya más allá de lo que ya dice la Constitución, y la Constitución siempre dice: nacionalidad de edad y un par de cosas más genéricas.
Entonces, si la Constitución no establece más límites no le corresponde ni al partido ni a ningún otro cuerpo normativo ir más allá, ese es un argumento muy recurrente para justificar no avanzar en esto.
Una segunda atención es, como lo planteaba también yo, la detención entre una suerte de demanda difusa, de mejor política y por ende mejores candidatos, mejores candidatos y candidatas y la necesidad de los partidos de ganar elecciones y buscar candidatos que ganen elecciones, aunque para ganar elecciones no sea necesariamente ni profesionalmente idóneos, ni educacionalmente formados, ni éticamente correctos o correctas. Este es un dato que es importante y los partidos se van decantando más por la vía de ganar las elecciones que por la vía de tener perfiles de candidaturas más depuradas.
Y la tercera atención, es la atención entre idoneidad profesional y representación. Es decir, todo el mundo dice: es que quisiéramos diputados y diputadas mejor formados, más ilustrados o ilustradas, etcétera, pero al final de cuentas los congresos son cuerpos de representación que deben reflejar de buena manera la sociedad en la que existen, la pluralidad que caracteriza a nuestras sociedades, y poner candados excesivos afecta la representación del tipo de sociedad en que las instituciones políticas existen.
Entonces efectivamente digamos que no hay una frontera clara, sino que es una frontera, digamos, difusa, se mueve en función fundamentalmente, como bien planteaba Lorenzo, recordando a Dieter Nohlen del contexto, que es como de muy buena manera uno puede entender la legislación colombiana tan drástica, y si se quiere restrictiva.
Entonces, el camino pareciera que va fundamentalmente por dos vías: una vía sistémica, que podría ser establecer ciertos criterios generales, que puede ir por la vía de controles previos, o puede ir por la vía que plantea Lorenzo de transparentar, por ejemplo, que los partidos tengan la obligación de publicar los perfiles, de poner a disposición de actores interesados los antecedentes de sus candidatos y candidatas, para que puedan hacer una verificación independiente, de si está dando información real o ficticia, etcétera.
Establecer sistemas de debida diligencia por parte de las autoridades partidarias, incluir la creación de órganos especializados, para que se haga esto de manera autónomo, un poco la figura del Veedor, o sea, que no esté supeditada las direcciones nacionales de los partidos, para que no haya posibilidad de interferencia, hasta los mecanismos de prever mecanismos de impugnación para que el candidato o candidata que, siendo individuo, se sienta afectado de sus derechos, y pueda ir por las vías jurisdiccionales que correspondan.
Es una veta que implica, digamos, cierto acuerdo político, siempre difícil, como es inherente a las reformas, digamos, en el ámbito normativo.
Pero el otro mecanismo son los mecanismos de autorregulación, y yo creo que ahí los partidos pueden hacer mucho más, y hay partidos que están haciendo mucho más; tiene que ver también con definir los mecanismos internos de selección, tiene que ver con una cosa tan básica como que el partido debata qué tipo de candidatura quiero proyectar, cuál es el ID, cuál es el ADN de nuestros candidatos, qué es lo que yo quiero vender, qué es lo que quiero presentar, por qué quiero que, cuál es el perfil del candidato o de la candidata que quiera.
Y aquí tenemos casos muy interesantes de partidos que han, especialmente partidos nuevos, debo decir, partidos nuevos de reciente creación, que nacen en el contexto de todo este debate sobre la lucha contra la corrupción, esta nueva ola de lucha contra la corrupción que vemos en América Latina, y que han incorporado en su narrativa, en su proyecto político la lucha contra la corrupción, y la promoción de la transparencia como en eje central.
Y ahí, por ejemplo, de un partido como Patria Justa, en el caso paraguayo; como Semilla en el caso guatemalteco; como el Partido Liberal en el caso chileno, o como el Partido Acción Ciudadana en el caso de Costa Rica. Esos partidos incorporan criterios mucho más rigurosos, de entrada, pero lo hacen por disposición propia, por acuerdo político, tiene que ver con el diálogo interno y el establecimiento de perfiles y de criterios de selección de candidaturas.
Qué es lo interesante, y les pongo una nota a partir de la experiencia del Partido Acción Ciudadana de Costa Rica, y hablo porque como soy tico, tengo derecho a opinar por más que se enojen conmigo, es el actual partido del gobierno en mi país, es más ha sido, ha repetido consecutivamente la Presidencia en dos ocasiones, del 2010 a la fecha, del 2014 a la fecha, perdón.
Es que conforme el Partido Acción Ciudadana se volvió electoralmente más viable, paulatinamente fue flexibilizando sus criterios de tamizaje, es decir, la rigurosidad de origen se va diluyendo, si me permiten decirlo, y no es el único caso, podríamos citar otros casos, diluyendo conforme el partido se vuelve electoralmente viable.
Es un dato que es interesante, o sea, el pragmatismo se incorpora, o sea, es una lógica como entre convicción y responsabilidad, para citar un poco a Weber, si ustedes quisieran, ¿verdad?
Al inicio el partido se basa en la lógica de la convicción, rigurosidad ética, códigos de ética muy rígidos, criterios muy severos de, digamos, de selección, la posibilidad incluso de que la autoridad partidaria le pida la renuncia a un cargo público por incumplir el Código de Ética, y conforme se hace el ejercicio del poder, pues ya la autoridad, pues no le pide, porque es un tema pragmático, requieren representación legislativa, por ejemplo.
Entones, es un dato que hay que ponerlo en perspectiva porque, insisto, la frontera nunca es estable rígida, sino que siempre es movible, si ustedes quieren en función de la fluidez con la que las coyunturas políticas se están moviendo.
Entonces, aquí me parece que la clave es, a final de cuentas, que el partido defina el perfil, debata el perfil, porque tiene que ver el perfil de sus candidatos, es además del perfil, es el rostro público del partido, vos no podés tener una narrativa “X” si tus candidatos tienen una narrativa “Y”, es decir, tiene que ver con la identidad, con la capacidad de construir una imagen pública coherente y creíble, que se traduzca, además, en la posición de esas candidaturas.
Veedor Nacional del Partido Liberal Colombiano, Rodrigo Llano Isaza: La pregunta de los requisitos para ser Veedor, los estatutos del Partido Liberal dicen: “ser una persona de intachable conducta, y reconocida autoridad moral”, un saludo a la bandera, no es nada, cualquiera puede ser, ahí no dicen preparación ni edad ni género, nada.
Intachable conducta a quién le pueden decir que no es de intachable conducta, eso es muy complicado.
Pero la veeduría es un filtro, y un filtro muy importante para que los candidatos que llegan a las urnas sean personas decentes, que sean una garantía para los ciudadanos de que no se van a trastear el erario al otro día.
Yo llevo 12 años como veedor, le he puesto la firma más o menos a 70 mil avales de candidatos, y no he tenido problemas sino en cuatro casos; dos de ellos tres años después de haberles dado el aval se nos abrió un proceso, uno porque lo acusaron de haber matado a una persona, lo detuvieron, lo juzgaron, lo condenaron, lo metieron a la cárcel, y a los cinco años, la Corte Suprema dijo: “señor, en una acusación, contra usted no hay pruebas, vaya para la casa”. A los colombianos nos costó 5 millones de dólares esa determinación.
Otro se metió en un robo continuado en una asamblea de un departamento, también tres años después.
En ambos casos nos abrieron proceso y salimos bien.
El tercer caso, una persona por paramilitarismo, y pudimos probar que en el momento en que le dimos el aval no tenía ningún cuestionamiento por parte de los órganos judiciales de la nación.
El cuarto, ya fue en las elecciones del año pasado para Congreso, donde me tocó llamar a un Senador y a un representante y decirles: “lo lamento, usted no va más en las listas del Partido Liberal, porque ustedes tienen unos procesos, y a usted señor Senador lo van a meter a la cárcel” y lo metieron a la cárcel. Ahí todavía no nos han abierto proceso, vamos a ver cómo nos defendemos de esa parte, porque son hechos de 10 años atrás.
A ese Senador le tenían interceptado el teléfono y le tenían 94 mil conversaciones grabadas, entonces yo no sé si el tipo metió la pata en la 72, en la 32 mil o en la 54 mil, pero metió la pata y lo metieron a la cárcel.
Entonces yo creo que sí ha sido exitosa la figura de le Veeduría, porque el porcentaje es mínimo. Debiera ser cero, pero el llegar y hacerlo nos complica demasiado la vida.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Bueno, yo no estoy cierto de cuáles deberían ser las instituciones que habría que importar de lo que ocurre en otros lados, el contexto mexicano, vuelvo a insistir, un contexto muy particular, pero más bien lo que quisiera hacer, y aprovecho así también para hacer una invitación a revisar el texto, es que es un texto que además no solamente hace este ejercicio de compilación, sino que, termina con una serie de recomendaciones para tres actores: para los partidos políticos, para los legislativos, y también para las autoridades electorales.
Y sobre la base de estos tres, me permitiría, más bien, hacer alguna reflexión respecto de algunos temas que ya se han puesto aquí, y que están contenidos en el propio libro como mecanismos de tamizaje.
Y bajo esta lógica de cuáles son los tres actores: primero, yo creo que el tema, éste es un tema fundamentalmente de autorregulación, déjenme decirlo así, si hay un partido que decide no tener ningún mecanismo y que así, cínicamente sale a decir: “oigan, yo voy a postular a este actor o este conductor, porque es el que tiene más popularidad o más seguidores, es decir, a lo mejor éticamente y políticamente, democráticamente, conceptualmente sería reprobable, pues, que alguien llegue hacer una candidatura por el número de seguidores que tiene en su cuenta de Twitter, pero si un partido lo quiere poner que lo ponga.
Es decir, yo creo que hay un asunto. Lo quiero decir de manera provocadora, ese ya no es un asunto ni de la autoridad electoral, en todo caso, serán los ciudadanos los que juzgarán.
Mi punto es, lo que sí es que tiene que ser transparente cuáles son los mecanismos y selección de los candidatos, porque es un elemento de juicio para los electores en el sentido de que si lo votan o no.
Yo creo que el tema de la auto-regulación es un tema que tiene que ser objeto de discusión al interior de los partidos políticos y, claro, en el contexto actual que si hay un órgano como lo sugiere el estudio dentro de un partido que se encarga, pueden ser la Veedurías o lo que sea, de hacer una criba interna y poner a disposición del público las razones por las cuales sus candidatos, desde su punto de vista, son intachables y, además, coinciden con la ideología del partido, que además es una de las cosas. ¿Qué significa una conducta ética? Pues a lo mejor para un partido es, no sé, equis.
No se puede porque somos un estado laico, peo que vaya todos los domingos a misa, bueno, pues si eso es que es compartido cree que es bueno, pues, adelante. A lo mejor no lo es para alguien más.
Lo que quiero decir, es que al final del día yo creo que es muy complicado establecer parámetros, digámoslo así, de juicios universales y transversales a los partidos.
Por eso creo que la dimensión, la auto-regulación a la que hacía referencia ahora Eduardo, es indispensable en este sentido y si un partido tiene estos mecanismos de cribaje, y si un partido hace el antidoping, porque decide hacerlo ya se las arreglará con las instancias, con la justicia electoral eventualmente sobre si estos mecanismos son o no violatorios de derechos.
Pues es un mecanismo también que le sirve para venderlo públicamente. Primer punto.
Segundo punto. Yo creo que por lo que hace a las autoridades legislativas, yo creo que no nos vendría mal, porque la atenta invitación que hace el INE y el contexto de exigencia público que hace no funciona o no nos ha funcionado como aspiraríamos, pues que tenga que haber una obligación legal en términos, de hecho, la hay, el problema es que no hay consecuencias claras y el INE no es el responsable de hacerlo, el responsable es el órgano de transparencia.
Yo creo que aquí tendría que quedar muy claro, digámoslo así, que debe de haber una serie de obligaciones de transparencia de las y los candidatos que tiene que ser información pública.
Creo que eso sí debería establecerse como un piso mínimo. No sé si el legislador tiene que ponerse a decir cuáles son, en fin, pero, yo creo que hay cierta información, sí, básica, que debería ser obligatoria su entrega para los propios partidos políticos.
Porque, además, déjenme decirlo así. Eso puede ayudarnos a tener contiendas políticas de mayor calidad, porque lo ideal sería que se discutieran programas políticos.
Ya sabemos que los programas políticos, que las plataformas electorales como les llamamos en México, sirven esencialmente para una cosa: para cumplir el requisito que luego les permite a los partidos políticos postular candidatos.
Un partido que no registra su plataforma ante la autoridad electoral de cada elección no puede postular candidatos. Lo más curioso es que luego en la legislación se pueden hacer coaliciones electorales y en plataforma política de cada partido puede decir cosas disparatadamente opuestas y no pasa nada, pero esa es otra historia.
O sea, creo que ahí ya hay un tema de responsabilidad de los partidos de volver a hacer el tema programático, ideológico, el eje central de su actuar político, vuelvo a insistir es otra cosa y no quiero desviar el punto.
Pero, yo creo que, si se obliga a los partidos políticos, a presentar una cierta información se puede dar, como decimos en México, carnita para discusión durante las campañas, porque, ¿qué van a hacer los partidos políticos de oposición? ¿Qué va a hacer el propio partido?
Pues va a decir, miren, yo postulo a este candidato que fuel alcalde de aquí y que, además, fue legislador y ahí están los documentos.
¿Qué va a hacer el partido de oposición? Va a decir: va a decir, no es cierto eso es una mentira, fue un canalla como, bueno, pues esas son las campañas, para eso son campañas para generar la información a los propios partidos políticos respecto de quienes están pidiendo el voto.
Yo creo que un piso que obligue a estas, digamos, la entrega de una cierta información básica común a todos los candidatos, pues, creo que es algo que podríamos avanzar.
¿Y cuál sería la responsabilidad, finalmente, de la autoridad electoral?
Pues, transparentar eso.
O sea, yo creo que la autoridad electoral es la responsable, digo, luego lo hará cada partido político en su propia campaña. Pues, por supuesto, las campañas electorales son eso, mi candidato es el mejor, vota por ¿no?
La autoridad electoral lo que tendría que hacer es, generar la mayor diseminación de esa información y alimentar iniciativas, no lo mencioné, pero que creo que es un mecanismo, al final de tamizaje no vinculante, no institucionalizado de iniciativas, de iniciativas como la de voto informado de la UNAM, que ha tenido una alianza con el propio Instituto, que es un grupo de, sobre todo jóvenes universitarios, que bajo una cierta metodología, que ha sido probado durante varias elecciones, entrevistan a candidatos, se sube en una plataforma esas entrevistas, que son entrevistas paralelas, entrevistas que permiten información, digámoslo así, comparable, no es que sean entrevistas respecto a temas radicalmente opuestos, y que generan información a los propios ciudadanos.
¿Cuál sería la responsabilidad de la autoridad electoral? Promover todas estas iniciativas desde la propia sociedad civil, que, desde la academia, que pueden nutrir de información a los electores.
Vuelvo a insistir un punto en una cosa, el punto de partida, sin embargo, son los propios partidos políticos, los responsables de generar la información de los propios partidos y la contra información de respecto de los candidatos, perdón, respecto de los propios candidatos y la contra información respecto a los candidatos de los otros partidos, pues son los partidos, para eso son las campañas electorales, esa es la lógica, así deberían ser las campañas electorales.
Si volvemos las campañas electorales mecanismos o espacios de contraste, ojalá ideológico, pero también de las personalidades, de las trayectorias, etcétera, de las cualidades y virtudes, o de los defectos de los propios para candidatos, pues estaremos en una elección mucho más, digamos, atractiva o impregnada de información, que una campaña en donde, pues los jingles, o las notas, o las caras, o la frase hecha, pues, se presenta como si fuera oferta política, en fin.
Directora Residente en México del Instituto Nacional Demócrata, Keila González Hilario:Muchísimas gracias.
No me queda a mí más que dar las gracias al doctor Lorenzo Córdova, a mi colega Eduardo Núñez, y al doctor Rodrigo Llano, por sus intervenciones, por su participación.
Evidentemente da para seguir platicando y discutiendo ese tema, y de verdad, muchísimas gracias a ustedes por acompañarnos en este conversatorio.
Pido un aplauso para los expositores.
Presentadora: Ya dio Keila el cierre, pero lo doy yo.
El Instituto Nacional Electoral agradece mucho su asistencia, su participación.
Que tengan muy buenas noches.
Y cuidado con el tráfico porque está lloviendo.
-o0o-