VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA INAUGURACIÓN DEL SEMINARIO CON PARTIDOS POLÍTICOS “FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL”, REALIZADO EN LA UNIDAD DE SEMINARIOS JESÚS SILVA HERZOG DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Muy buenos días a todas y a todos, la verdad es un gusto saludarlos.
A Germán Escorcia, nuestro representante, nuestro socio estratégico en esta iniciativa, que es una iniciativa que como adelantaba él, pretendemos que tenga incluso un impacto regional, pudiendo eventualmente replicarse en los distintos países con los que, en el ámbito de las relaciones en materia electoral el Instituto Nacional Electoral tiene vinculación, pero, sobre todo, aquellos en donde Virtual Educa está también desarrollando, digamos, las múltiples tareas, las múltiples iniciativas que ya Germán nos anticipaba, pero particularmente ésta que nos ha llevado a esta alianza formalizada ya con convenios de colaboración de fortalecimiento de los sistemas democráticos.
Saludo con mucho afecto y agradezco mucho la atención de la convocatoria, porque la idea era justamente esa, no es hacer, ya lo explicaré más adelante, pero no es hacer foros abiertos al público, se podrán abrir y tendrán ocasión, sino, espacios, como ya anticipaba Germán, de reflexión entre operadores políticos; que no pretenden ni de lejos sustituir los espacios naturales en los que la política se procesa y las decisiones colectivas se conforman, sino, establecer espacios de reflexión transversales, no solamente de los problemas que enfrentan las democracias en el mundo desde las distintas perspectivas que, a 40 años de la publicación, en septiembre recién pasados, no de la publicación, sino de la instrumentación por primera vez en un proceso electoral de la reforma política de 1977. Para decirlo en palabras de don Jesús Reyes Heroles, pues que representan el complicado mosaico ideológico nacional de una sociedad plural, diversa y compleja como son las democracias modernas, como es la mexicana.
Así que la verdad quiero agradecer en primera instancia, mucho, la atención al llamado de esta convocatoria y que, lo digo desde ahora, pretende constituirse en un espacio periódico de reflexión en lo que, podamos, con la participación de destacados analistas, digámoslo así, de la vida pública, de la vida política, desde sus distintos ámbitos, tanto en el contexto nacional, pero también, en el contexto internacional, generar este espacio de discusión.
La idea en abstracto es que, con los principales teóricos de la democracia, pero también, desde sus distintas perspectivas, desde la perspectiva política, desde la perspectiva teórica, política, desde la perspectiva económica, desde la perspectiva social, podamos eventualmente convocar.
Nuestra idea es que, la Secretaria del PRI, los miembros de los comités ejecutivos de distintos partidos políticos, legisladores, digamos protagonistas de la discusión y de la construcción de consensos y de decisiones en el ámbito parlamentario, en fin, podamos generar espacio o mecanismos de interacción con teóricos de la democracia de primera línea, y con ello, empezar a nutrir o contribuir a nutrir, desde una perspectiva conceptual, desde una perspectiva comparada, la discusión pública en nuestro país.
Pues ya me estoy saliendo del guion y sí quisiera ceñirme antes de no dejar algunas ideas que me importaba compartir con ustedes, así que permítanme ceñirme al texto que he tenido preparado.
La verdad estaba haciendo tiempo para que también se sumara una protagonista de primera línea, la maestra Yeidckol Polevnsky, Presidenta de un partido político nacional, en esta lógica, insisto, de generar estos espacios de discusión.
Uno de los atributos constitutivos de las democracias es la existencia de espacios activos de deliberación e interlocución entre ciudadanos y entre actores políticos, más allá de los formalmente establecidos, como el Parlamento, que es el sitio deliberativo por excelencia.
En cierto sentido, la vitalidad de una democracia se puede observar en la existencia de estos espacios y de oportunidades de diálogo en donde los problemas de la vida pública se pueden entender y debatir en forma colectiva y, de ser posible, identificar alternativas de solución desde las distintas perspectivas políticas e ideológicas que permean en la sociedad.
Dicho en otras palabras, una democracia, sin duda tiene esa dimensión formal de las instancias institucionales planeadas precisamente y previstas precisamente para que, con una lógica de inclusión, las decisiones colectivas puedan tomarse, pero también, implica esa otra dimensión, citando a Carlos Santiago Nino, una dimensión deliberativa que trasciende los espacios formales y que, idealmente debería reproducirse en todos los ámbitos en los que la vida pública se articula: los ámbitos políticos, pero también ámbitos, distintos ámbitos, como los ámbitos sociales.
Es la -perdón- en la deliberación y el intercambio de visiones, al seno de sociedades plurales y complejas, como son las modernas, es que se expresa, creemos desde el INE, el carácter civilizatorio de la política, porque la política, justo como la definió Bernard Crick, es u proceso deliberado de conciliación de intereses divergentes, una actividad auténticamente civilizatoria por el simple hecho de que es la única que permite que las personas vivan en comunidad sin recurrir a la violencia.
Convencidos de la importancia del diálogo para maximizar espacios de debate efectivo, de “la verdad”, entre comillas, entendida no como, digamos, algo dogmático, único, que no acepta, digámoslo así, interpretaciones distintas.
Sino, por el contrario, entendida como un conocimiento, información para el ejercicio responsable de la ciudadanía, justamente la verdad como eje en el ámbito de la ENCCÍVICA, como lo hemos definido desde el propio Instituto Nacional Electoral.
Es decir, no es la verdad de los curas desde el púlpito, la verdad dogmática, sino la verdad como construcción, digámoslo así, desde distintos puntos de vista, a partir del diálogo, entendido ante todo como un diálogo que parte de la franqueza, que parte, digámoslo así, de la apertura, de la tolerancia y del respeto.
Y de la exigencia, otro de los ejes de la propia ENCCÍVICA, concebida como la generación de nuevos contextos de demandas de la sociedad hacia las autoridades, hacia los actores políticos, para el cumplimiento de la palabra pública empeñada.
Es bajo esas premisas que en el INE diseñamos en el 2016 la Estrategia Nacional de Cultura Cívica que ustedes coinciden. El fin último de esa estrategia es contribuir al fortalecimiento de la cultura democrática entre la ciudadanía, sí, pero también entre las y los políticos, quienes no dejan de ser ciudadanos, pero, además, se dedican activamente a la construcción de las decisiones públicas como parte de un servicio público.
Es desde esa perspectiva que en el INE hemos decidido impulsar la mano de la sociedad, de la alianza estratégica con Virtual Educa, la iniciativa que hoy da inicio con este seminario, la escuela de buena política.
El objetivo de este esfuerzo, que no es ni mucho menos original, y aquí para evitar cualquier acusación de plagio creo que hay que citar de dónde tomamos esta idea, el objetivo de este esfuerzo está inspirado en ejercicios similares que se desarrollaron en Roma y en Turín a lo largo de la década pasada luego de, digamos, del desgastante y erosionador ejemplo que los gobiernos, que los distintos gobiernos de Silvio Berlusconi llevaron a ese país.
La erosión de la política y de la democracia como un principio de convivencia, y la imposición de nuevas formas antidemocráticas de ejercicio del poder.
Ésta es una iniciativa que distintos teóricos de la democracia, por cierto, no necesariamente afines en términos de sus convicciones políticas, pero sí de su compromiso democrático, como Michelangelo Bovero, como Luigi Ferrajoli, como Giovanni Sartori, como Paolo Comanducci, Riccardo Guastini, y demás; se plantearon como un ejercicio, no de discusión intelectual entre académicos, sino como un espacio para la discusión de los académicos con los actores políticos, como una manera no solamente de retroalimentarse, sino, además, de fortalecer en los actores políticos los compromisos, los valores, pero sobre todo, digámoslo así, la atención, la asunción de cuáles son los riesgos que las nuevas formas de hacer política, no necesariamente democrática, en un contexto de desilusión global con la democracia, estamos teniendo.
Y desde esa perspectiva poder construir, digámoslo así, una escuela, y aquí es algo importante, más en la lógica de las escuelas griegas de pensamiento, la platónica, la aristotélica; es decir, una escuela que sea más bien un espacio de reflexión y de construcción colectiva, digamos, de planteamientos, para reivindicar la buena política.
Este esfuerzo de deliberación e interlocución está dirigido justamente a líderes y dirigentes de partidos políticos. No se trata de una escuela para futuros políticos, para eso están los centros de formación de cuadros de los distintos partidos.
No se trata de eso, se trata de un espacio en donde los políticos en activo pueden discutir y tienen este espacio, que no muchas veces está abierto y franco, con quienes reflexionan de los problemas de la política desde la academia, para ir construyendo soluciones conjuntas desde las distintas perspectivas y posicionamientos que la pluralidad política e ideológica de las sociedades complejas que tenemos presenta.
Como decía, aunque le hemos denominado escuela no se trata de dar capacitación alguna, no osaríamos hacerlo, más bien, es más, creo que nos tendrían que enseñar ustedes muchas cosas, a propósito de la política, pero más bien el propósito del INE y Virtual Educa es, como ya lo decía, facilitar un espacio para la libre deliberación y discusión de un tema fundamental en el que estoy convencido todos quienes estamos en esta mesa coincidimos: cómo fortalecer la democracia constitucional en México teniendo presentes los principales debates internacionales en la materia.
Así quienes participen en estas discusiones abordarán temas sobre democracia, cultura cívica, desempeño gubernamental, rendición de cuentas, sistemas de partidos políticos, entre otros posibles.
En otras palabras, de lo que se trata es de que, a partir de los diagnósticos, análisis, e información que compartan distintos expertos en diferentes materias, y que serán los detonantes del diálogo en reuniones como ésta; las y los actores profesionales de la política, ustedes, intercambien posiciones, agreguen intensidad al debate, construyan ese proceso deliberativo al que hacíamos referencia antes.
No se trata de llegar a soluciones necesariamente o de alcanzar consensos de ningún tipo, para eso están los espacios institucionales diseñados, digámoslo así, del Estado mexicano para llegar a tomar esas decisiones, sino más bien de comprender de forma conjunta temas fundamentales de nuestra vida democrática.
La convocatoria del INE y de Virtual Educa, no es para aprender la técnica del gobierno o el instrumental para tomar decisiones de políticas públicas, ni cómo se negocia, vuelvo a insistir. Bueno, desde el INE tenemos que negociar permanentemente, así que algo sabemos, pero los profesionales de la negociación, en términos políticos, son ustedes; la idea, pues, no es esa, sino más bien a lo que aspira esta Escuela de Buena Política, es a algo más modesto en sus medios, pero más ambicioso, tal vez, en sus fines.
Recordar, a partir del diálogo regular, informado y ordenado, la relevancia de la virtud en la práctica política y, sobre todo, entre quienes se dedican a ella que es, en buen sentido, hacer política, o hacer buena política.
Además de este seminario y de los otros que se llevarán a cabo en los próximos meses y a los que, por supuesto, serán convocados, la Escuela de Buena Política habilitará un curso virtual y aquí viene la alianza clave, el elemento fundamental de la alianza con Virtual Educa, que ofrecerá una experiencia de enseñanza-aprendizaje para promover el conocimiento, el entendimiento en nociones fundamentales de la democracia constitucional y de valores clave para la cultura política-democrática en esta lógica de retroalimentación; es decir, no unidireccional, sino de ida y vuelta.
Será un curso dirigido esencialmente a dirigentes, militantes y simpatizantes de partidos políticos, así como a actores de otros ámbitos de la política, más allá de los partidos, como son el parlamento.
El proceso de diálogo y deliberación que inicia con este seminario y la Escuela de Buena Política que lo enmarca, busca también necesariamente analizar y aquilatar lo que hemos logrado como nación que, no es poco, ese conjunto de esfuerzos y logros compartidos que, durante al menos las últimas tres décadas han impulsado generaciones de políticos, luchadores sociales, académicos y periodistas, entre otros, que apostaron por democratizar al país.
Y, por cierto, es una feliz coincidencia que, hoy justamente cuando arranca la Escuela de Buena Política, hace 29 años nacía el Instituto Federal Electoral, justo hoy el 11 de octubre.
En efecto, frente a la visión creacionista de quienes sostienen dogmáticamente que la democracia empezó en un momento determinado, de la noche a la mañana, hoy es necesario reivindicar una visión evolucionista que con una base empírica y a partir de un elemental sentido histórico, permite explicar el desarrollo de nuestra democracia como producto de cambios articulados a lo largo de décadas y que, además, han tenido a lo largo de estas décadas, una enorme cantidad de próceres de la construcción de la democracia, algunos conocidos, otros anónimos, pero son justamente los autores de esta historia, de esta construcción colectiva que hoy nos tiene donde estamos.
Algunos de ellos, por cierto, premiados y por premiarse en el Senado, a propósito de la Belisario Domínguez; es decir, creo que la historia de la democratización de México, si se interpreta como algo que de repente surgió y no como una lucha de la sociedad, así en plural, a lo largo de cuatro décadas, pues me parece que es injusto hasta con quienes son los autores de lo que hoy, como mexicanos en democracia, podemos beneficiarnos.
Suponer que la democracia es obra de un solo grupo, partido u hombre, producto de un solo momento electoral, es desconocer que nuestro sistema político democrático es un proyecto que ha convocado al mayor número de esfuerzos políticos y sociales del México moderno.
Bobbio decía que la democracia perfecta no puede existir o, de hecho, no ha existido nunca, pero la dificultad de alcanzar el ideal democrático, agregaría por mi parte y de manera muy modesta, no debería suponer renunciar a intentarlo.
En ese esfuerzo, el diálogo constructivo informado entre los profesionales de la política y al que el INE Y Virtual Educa convocan, ahora en este espacio, me parece que es condición indispensable.
La calidad de la democracia sólo puede ser tan alta como la calidad de sus ciudadanos y la calidad de la política, de su práctica, difícilmente puede superar la calidad misma de quienes la conducen y navegan, sus políticas y políticos, y también, por supuesto, de quienes son los beneficiarios de la misma, las y los ciudadanos.
Para lograr el objetivo de mejorar la calidad de nuestra vida política democrática, conviene recuperar, desde ideas antiguas, clásicas y vigentes, como la de virtud política.
Y quizá la mejor forma de expresar esa virtud política y, con esto concluyo, a la que me refiero y lo que significa y a lo que apela esta Escuela de la Buena Política, sea recuperando aquella metáfora de Maquiavelo sobre la estrategia del arquero, en El Príncipe, cuando nos dice: “el hombre prudente –cito- debe intentar siempre seguir los caminos recorridos antes por los grandes hombres e imitar a aquellos que han sobresalido de manera extraordinaria sobre los demás para que, aun cuando su virtud no alcance la de éstos, se impregne al menos un poco en ella y debe hacer, como los arqueros prudentes, que cuando el lugar que quieren alcanzar les parece demasiado alejado, conociendo además hasta dónde llega la potencia de su arco, ponen el punto de mira muy por encima del lugar de destino, no para alcanzar con su flecha tanta altura, sino para poder, con ayuda de tan alta mira, llegar al lugar que se han propuesto”.
Con la Escuela de Buena Política, el INE y Virtual Educa, convocamos a todas y todos ustedes para que apuntemos nuestras flechas a la altura necesaria para fortalecer la calidad de nuestra democracia.
Muchísimas gracias.
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