VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 18 DE LA SESIÓN ORDINARIA, EN EL QUE SE APRUEBA EL ANTEPROYECTO DE PRESUPUESTO PARA EL EJERCICIO FISCAL DEL AÑO 2020
Gracias, señor Secretario.
Colegas, permítanme intervenir en la presentación de este proyecto.
El sistema electoral ha sido motor de transformación política y social en México, haber alcanzado elecciones en condiciones de certeza y equidad, con autoridades autónomas y técnicamente solventes ha permitido la expresión de nuestra pluralidad política y ha abonado a la gobernabilidad y paz social en el país.
Las tareas que cotidianamente lleva a cabo el INE, concebidas inicialmente para asegurar la certeza y equidad en la disputa por los poderes públicos, han trascendido, por mucho, las elecciones, y se han consolidado como herramientas de la sociedad para la convivencia cotidiana en clave democrática.
La credencial para votar, por ejemplo, es uno de los bienes públicos más tangibles que genera el INE cotidianamente. Hoy casi 99 de cada 100 ciudadanas y ciudadanos, de 18 años y más, se identifican en todos sus trámites, cotidianamente, con su INE, y las transacciones financieras, bancarias y trámites legales, se realizan mediante consultas a la base de datos multibiométrica que resguarda esta institución, lo que garantiza certeza a ciudadanas y ciudadanos, así como instituciones, sobre la identidad de quien presenta y porta la credencial para votar.
Todos los días operan más de 900 módulos distribuidos en todo el país, con la finalidad de que nuevos ciudadanos puedan inscribirse, y que cada uno de los 90 millones de ciudadanas y ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, puedan actualizar sus datos o reponer su credencial de manera gratuita, con seguridad y confiabilidad en la protección de sus datos.
En el INE somos celosos defensores de nuestra autonomía constitucional, pero estamos conscientes de nuestra pertenencia al Estado Mexicano y por ello, cotidianamente celebramos convenios con diversas instituciones, para colaborar en la construcción de bienes públicos.
Hoy el INE se ha vuelto un aliado del gobierno mexicano, en labores que trascienden lo electoral, como la identificación de personas desaparecidas o fallecidas, la autenticación con fines fiscales o migratorios, identificación de la identidad con fines fiscales o migratorios, el monitoreo y grabación permanente de las transmisiones de más de dos mil concesionarios de radio y televisión de todo el país, y la fiscalización de las prerrogativas que reciben los partidos políticos, entre muchos otros temas.
Cada una de esas funciones sociales derivan del cumplimiento de las atribuciones constitucionales y legales del Instituto Nacional Electoral, y como se puede ver, se vinculan con el día a día de la población, y no sólo con el ejercicio del sufragio y el arbitraje de la contienda electoral.
El INE es una institución que trabaja todos los días para la sociedad, y le da servicios a la ciudadanía, permanentemente, no sólo cada tres años, no sólo cuando hay elecciones.
Debo mencionar que para no alterar o incumplir con alguna de estas funciones, en 2019, a consecuencia del recorte presupuestal que nos impuso la Cámara de Diputados, el Instituto tuvo que realizar un esfuerzo extraordinario de ajuste programático por más de 900 millones de pesos al que, de por sí, era ya el presupuesto más bajo solicitado de su historia.
Este esfuerzo implicó la cancelación de algunos proyectos de difusión, editoriales, de cultura cívica, servicios administrativos y del voto en el extranjero. La disminución del plazo de contratación de herramientas informáticas, de gestión documental y del modelo de riesgos en materia de fiscalización; la instrumentación de esquemas de ahorro en diversas licitaciones, y la cancelación temporal de la contratación de 600 plazas del Servicio Profesional Electoral y administrativas.
Estos ajustes han permitido que en este año el Instituto Nacional Electoral siga llevando a cabo, sin alteración alguna, sus funciones constitucionales en materia electoral y sin afectar los servicios adicionales a las y los mexicanos que he señalado.
Pero estas medidas de ajuste no pueden extenderse en el año 2020. El inicio formal del Proceso Electoral Federal en septiembre del próximo año, hay quien sostiene que podría posponerse, pero creo que eso es un desconocimiento de la propia ley electoral.
Y el hecho de que en 2021 se lleven a cabo elecciones concurrentes locales, en 32 entidades, en las 32 entidades, incluidas 15 elecciones de gobernador, nos impide volver a cancelar proyectos, posponer el mantenimiento de nuestros sistemas o mantener plazas congeladas.
El proyecto de presupuesto que está a consideración de este Consejo para el año fiscal 2020, contiene un gasto operativo por el mismo monto de lo que el INE solicitó para el 2019 en términos reales, a lo que hemos agregado el costo de los proyectos vinculados a la organización de las elecciones locales del próximo año en Coahuila e Hidalgo y en lo relativo a los proyectos de los comicios federales y locales de 2020-2021 que, como ya he mencionado, deben comenzar a financiarse desde septiembre del próximo año, so pena de ponerlos en riesgo; como, por ejemplo, la producción del materia del papel seguridad con el que se imprimirán las boletas para que las mexicanas y los mexicanos podamos votar.
En tal sentido, los recursos presupuestales solicitados para el INE para 2020, ascienden a 12 mil 493.3 millones de pesos, de los cuales 10 mil 381 corresponden al presupuesto base del Instituto con una disminución en términos reales de lo solicitado para 2019; y dos mil 111.9 millones a aquellos proyectos que se desprende de la función de rectoría del INE en el sistema nacional de elecciones.
Hay que señalar que los recursos presupuestales solicitados por el INE para 2020, equivalen al 0.21 por ciento del presupuesto de egresos de la Federación estimado para el próximo año. Es decir, el INE busca ejercer únicamente 21 centavos por cada 100 pesos del gasto público programado.
Nunca antes se había solicitado una cantidad tan baja respecto al presupuesto en un año preelectoral.
El proyecto de presupuesto que está a su consideración, como lo saben, es producto de un proceso de discusión con todas las áreas operativas del INE y en su integración. Hemos incorporado comentarios y sugerencias del órgano interno de control en materia de austeridad.
Para el ejercicio fiscal 2020, el INE busca mantener la misma política de contención, de racionalidad y eficiencia del gasto que en 2019 con buenas prácticas que generan ahorros y que permiten mantener las funciones esenciales del Instituto, sin descuidar los procedimientos que dan certeza a las elecciones y sin sacrificar derechos y conquistas laborales de nuestro personal.
La solicitud de recursos presupuestales que presentaremos a partir del día de hoy, si este Consejo la aprueba, demuestra una vez más que el INE es una institución sensible al contexto económico y social que vive nuestro país.
Reitero que en el INE no sólo hemos aplicado medidas extraordinarias para eficientar el uso de recursos públicos, sino que cada compañera y compañero que labora en el Instituto no sólo han sido solidarios con la austeridad, sino que han asumido hasta el límite de sus capacidades la asignación temporal de tareas adicionales.
Las consejeras y consejeros confiamos en que las diputadas y diputados de cara a la revisión presupuestal de 2020, serán sensibles a la necesidad presupuestal planteada hoy por el INE para que nuestras elecciones sigan siendo la base de la estabilidad política y de la gobernabilidad en clave democrática en nuestra nación.
El INE no es una institución creada exclusivamente para las elecciones, es un organismo autónomo con funciones sociales para nuestra convivencia cotidiana, con atribuciones constitucionales para que la sociedad ejerza sus derechos y participe en la vida pública y para que, en pocas palabras, la democracia siga siendo la base de las futuras transformaciones de la nación.
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