VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, DURANTE LA DEVELACIÓN DE LA PLACA CONMEMORATIVA EN HONOR AL VOCAL EJECUTIVO DE LA JUNTA LOCAL DEL INE EN DURANGO, MAESTRO HUGO GARCÍA CORNEJO
Muchas gracias, gracias Matías, Liliana, Hugo, pequeño Hugo, Isabela.
Gracias por estar aquí en este espacio que, a partir de hoy, llevará el nombre de su esposo y de su papá.
En un espacio, además, que ayudó a gestionar, acondicionar en el centro de la capital de este estado.
Durante, casi tres décadas, más de dos décadas y media, como señala Edmundo, fundador del Instituto Federal Electoral, Hugo brindó servicios permanentemente a la democracia y a la profesionalización y fortaleza de la autoridad electoral más importante de nuestro país.
La idea de crear instituciones es garantizar que el funcionamiento de la misma, de una institución, trascienda la presencia o ausencia de personas.
Solemos decir que el IFE, el INE hoy es su gente, pero es mucho más allá de su gente. El IFE, el INE no les pertenece a las personas, le pertenece a la sociedad mexicana y va más allá de las personas que hemos tenido el privilegio, en algún momento, de laborar en la misma.
Aunque también es cierto que hay personas que trascienden a las instituciones, y eso nos va a pasar con Hugo.
El talento de Hugo, así como su carisma y compromiso con la autonomía y la profesionalización del INE van a permanecer en la forma de trabajar en esta Junta Local, y en todas aquellas, por cierto, que como ya decía Edmundo, a lo largo y ancho del país, ayudó a consolidar, tanto en el sur como en el centro y en el norte de México.
Supongo, Liliana, a lo mejor se acordará también Isabela y el pequeño Hugo, que seguramente en más de una ocasión habrán odio a su papá, a su esposo, decir que el INE era una gran institución y que tenía un Servicio Profesional que ha sido reconocido como el mejor del Estado Mexicano.
Pues déjenme decirles que ese cuerpo de profesionales premiados y reconocidos tenía en Hugo García Cornejo, a su esposo, a su papá, a uno de los mejores. Era en ese sentido, un destacado entre los destacados, de ese tamaño es su grandeza.
Su muerte, triste, dolorosa ocurrió precisamente en la organización de una elección más. Ocurrió en el ámbito de sus labores y en el ámbito de su entrega, no solamente a la democracia mexicana, no solamente a esta, una de las mejores instituciones del Estado mexicano gracias al trabajo de él y de sus compañeros, sino también en medio de un proceso electoral más; en la recreación de la democracia en el estado de Durango en el proceso que está en curso.
Hugo era un líder que escuchaba a su gente, que abogaba por su gente, que ayudaba a todos los que podía, y que respaldaba a todos los que estaban bajo su cargo. Sin condescendencias, pero sin, tampoco, abusos ni mucho menos.
Hugo era probablemente el prototipo, el mejor prototipo de funcionario electoral. Era uno de esos líderes carismáticos que tenía la facilidad para construir acuerdos. Y es aquí en esta sala en donde se construían en el estado de Durango los acuerdos políticos que le han permitido en los años recientes a esta entidad recrear pacíficamente, institucionalmente la lucha por el poder político.
Por eso decidimos que fuera aquí, ésta, esta sala, la sala de construcción de acuerdos, la sala de toma de decisiones (inaudible) se recrea la democracia, la que lleve su nombre.
Pero, además, era, y ustedes lo conocían probablemente mejor que yo: un gran ser humano. Una de esas personas en las que la gente cree y de las que la gente aprende; era una de esas personas en las que, en la vida, uno agradece haber conocido.
Quiero decirles Liliana, Hugo, Isabela, que el INE siempre contó con Hugo y ustedes siempre, como te lo dije por teléfono Isabela, van a contar no sólo con el INE, sino también con quienes lo quisimos, lo seguimos queriendo y lo querremos siempre.
Hace unos meses, unas semanas, en un hecho también inédito, pero que asumimos era la manera de estar a la altura y reconocer la entrega que Hugo le dio siempre a esta institución, en la sesión de Consejo General en donde dimos cuenta y lamentamos el fallecimiento de nuestro querido Hugo, también decidimos que la mejor manera de honrarlo era dándole un minuto de aplausos.
Nuestro colega Ciro Murayama que representó en los días más difíciles, los días posteriores a la muerte de Hugo, al Instituto aquí en Durango, hizo lo propio, pero quiero pedirles, para terminar que me acompañen de nueva cuenta, como algo que no nos cansaremos nunca de hacer para reconocer a alguien como Hugo, que me acompañen también y que terminemos estas intervenciones, dándole un minuto de aplausos a nuestro querido, hoy y siempre Hugo García Cornejo.
Aplausos.
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