Versión Estenográfica de la clausura del IX Foro de la Democracia Latinoamericana

Escrito por: INE
Tema: Coberturas especiales


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CLAUSURA DEL IX FORO DE LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA: DESAFÍOS DE LA POLÍTICA Y LA DEMOCRACIA EN LA ERA DIGITAL, REALIZADO EN EL PALACIO DE MINERÍA

Presentador:  Para la sesión de clausura integran la mesa, dado que el señor canciller Marcelo Ebrard no nos pudo acompañar en esta ocasión, pero está en su representación, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Jefe de Oficina de la Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, el maestro Javier Jileta.

Está también con nosotros el doctor Francisco Guerrero, Secretario para el fortalecimiento de la democracia de la Organización de los Estados Americanos.

El doctor Gianni Buquicchio, quien es Presidente de la Comisión de Venecia y el doctor Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto.

Muchas gracias.

Tiene la palabra el maestro Javier Jileta, por favor.

Jefe de Oficina de la Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, de la SRE Javier Jileta: Antes que nada, les agradezco mucho, es un honor para mí estar aquí con ustedes, doctor Córdova, señor Guerrero, Ms. Buquicchio.

Les vengo a transmitir un mensaje del señor Canciller. La Secretaría de Relaciones Exteriores agradece la invitación el Instituto Nacional Electoral a la Novena Edición del Foro de la Democracia Latinoamericana y lo felicita por su quinto aniversario.

A nombre del Canciller Marcelo Ebrard y la Subsecretaria de Asuntos Multilaterales, Martha Delgado, aplaudimos la generosidad y los esfuerzos involucrados para la organización de estos espacios para la discusión.

Durante estos días escuchamos la opinión de diversos especialistas, quienes nos hablaron de cómo esa herramienta llamada tecnología puede ser usada en beneficio de la democracia, así también, escuchamos sobre los riesgos y responsabilidades que conlleva.

Es importante recalcar que la libertad de expresión es el pilar fundamental para elegir una democracia, jamás en la historia había existido tanto acceso a foros de expresión, de debate y de conocimiento y eso es un logro que debemos aplaudir y del cual estar orgullosos y tomar ventaja.

Sin embargo, también debemos ser cautelosos en cómo esas herramientas son usadas y el contenido que se promueve en las mismas. Los recursos que tenemos en la era digital pueden ayudarnos a reunir miles de opiniones que antes no eran consideradas, también son nuestras aliadas cuando se trata de ejercer nuestro derecho a elegir.

En ese sentido, la independencia y el alto nivel de profesionalismo de las instituciones electorales en México han sido claves para recuperar la credibilidad del Proceso Electoral y se han convertido en un factor importante para la consolidación del régimen democrático en México y la región.

En los foros internacionales y particularmente en nuestra región, México se ha posicionado como un actor comprometido con la promoción de valores democráticos al considerar que se trata de una forma de organización que garantiza el desarrollo incluyente, así como la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de todas las personas.

En la Cancillería estamos conscientes de que para que la democracia sea una forma de gobierno sustentable se requiere generar ciudadanía, es decir, que los ciudadanos vean en la democracia el mejor sistema político posible y que sean capaces de apropiarse de sus derechos políticos civiles y sociales.

El gobierno mexicano reconoce que para el fortalecimiento de instituciones nacionales es primordial contar con la participación ciudadana, esto se debe de lograr a través de un buen gobierno y del respecto de los derechos fundamentales, deberemos como servidores públicos, proteger el derecho a la privacidad y buscar que los mismos derechos humanos que se reconocen off line se reconozcan on line.

El diálogo entre naciones y el intercambio de ideas son fundamentales para la promoción y consolidación de las democracias en el Continente Americano.

Juntos como ciudadanos debemos aprovechar la era digital para construir una democracia para que nadie se quede atrás.

De nueva cuenta, muchas gracias al Instituto Nacional Electoral por la invitación del parte del Canciller y esperamos seguir colaborando juntos en beneficio de México.

Muchas gracias.

Presentador: Muchas gracias al maestro Jileta.

Tiene la palabra el doctor Francisco Guerrero.

Secretario para el fortalecimiento de la democracia de la OEA, Francisco Guerrero: Muy buenas tardes.

Han sido muchas horas de reflexión, es la tercera vez que me toca ir al bat, ahora el béisbol está muy de moda en mi país, entonces voy a utilizar la expresión beisbolística.

Por supuesto, quiero aprovechar la oportunidad para agradecer a mis compañeros de mesa, de manera especial a Lorenzo Córdova, quien es y ha sido nuestro anfitrión de manera reiterada en este espacio que creo que ha ido formando ya comunidad, una comunidad que una vez al año se reúne para discutir asuntos que son importantes para el Continente Latinoamericano, para las Américas.

No quisiera extenderme mucho, porque creo que necesitamos sedimentar toda la información que ya hemos recibido.

En estos intercambios, cuando platico con mis ex colegas del INE, pero también con los visitantes internacionales que nos acompañan en intercambios que hemos tenido con la Comisión de Venecia, con nuestro buen amigo Gianni Buquicchio, hemos llegado a ciertas conclusiones que creo que es importante simplemente dejar apuntadas hacia adelante.

Yo tiendo a llamar a las redes un gran megáfono, y cuando me refiero a un megáfono, me refiero a un instrumento que permite que el descontento y la demanda de los ciudadanos por un mejor gobierno se multiplique, y creo que en eso hemos estado de acuerdo todos, nunca antes habíamos tenido un espacio de expresión tan grande, tan amplio como el que nos dan las redes sociales.

En materia del voto electrónico, hoy en la mesa especializada que se llevó a cabo, evidentemente surgen experiencias muy exitosas, hablaban de la experiencia de la India, hablábamos de la experiencia brasileña, pero también habría que hablar de la tremendamente fatídica experiencia en Venezuela, donde la propia compañía proveedora reconoció que por lo menos un millón y medio de votos habían sido robados e incorporados para el resultado que finalmente terminó.

Así que no hay, como se decía, una sola fórmula, hay muchas fórmulas en torno al uso de la tecnología.

Pero también, por otro lado, cuando escuchamos las experiencias de Félix Ulloa en El Salvador, de lo que narrábamos sobre lo que pasó con WhatsApp en Brasil, también llegamos a la conclusión de que las campañas han modificado la forma en que se llevan a cabo.

Y para los que somos estudiosos de las elecciones, esto es cada vez más claro; yo decía en mi intervención del día de ayer que es el mismo juego, pero es un juego que se da en un tablero distinto, y se da también con condiciones distintas.

Quizá, y con esto concluiría, lo que queda en el ambiente es que efectivamente, las sociedades pueden demandar más a través de las redes sociales, que la tecnología nos puede ayudar a generar confianza, pero que también al final del día esto no necesariamente nos lleva a buenos gobiernos.

Y ése es un reto que creo que deberíamos de reflexionar con mayor profundidad; qué bueno que tenemos todos estos medios nuevos, pero qué malo, y lo hemos visto en el trayecto de los últimos años, que quienes llegan exitosos a través de estos medios no necesariamente tienen la capacidad para ejercer un buen gobierno.

Y a todos los que hemos sido autoridades electorales nos queda siempre ese sentimiento. Yo estoy convencido, y esto no lo digo sólo en el caso de México, sino en las últimas elecciones, en las últimas 15 elecciones en América Latina, que en términos generales ya podemos proclamar que, desde el punto de vista logístico, las elecciones son exitosas.

Sin embargo, poco se dice y poco se habla sobre las amenazas cotidianas que reciben los órganos electorales, sobre las amenazas a su autonomía, sobre la intención de modificar sobre la marcha reglas que han funcionado durante décadas, y esa tendencia sí la tenemos clara en el continente americano, no es novedoso.

Desafortunadamente, quienes se proclaman demócratas en el momento de la campaña no necesariamente actúan como tal en el momento en el que son gobierno, y esa para mí es, quizá, la reflexión más importante.

Y no puedo evitarlo porque la camiseta de haber sido árbitro electoral la sigo teniendo abajo del saco y de la camisa, por eso es tan importante que el Instituto Nacional Electoral mantenga este tipo de foros, primero porque ratifica su liderazgo a nivel internacional, ya nos recibió en la reunión de autoridades electorales internacionales.

Ha sido un actor muy intenso en la participación democrática del continente, y ahora en su quinto aniversario es necesario e indispensable hacer votos para que al Instituto Nacional Electoral se le siga fortaleciendo.

Es patrimonio de los mexicanos, es patrimonio de la democracia, del continente, y por su puesto Lorenzo, lo he digo como lo he dicho en muchas ocasiones, todos los que trabajamos en la OEA pensamos y confiamos en que la democracia en México continúe en la buena ruta ha tenido y, que por supuesto en el pasado proceso electoral del año 18 se ratificó una vez más que el Instituto Nacional Electoral y, por supuesto, la parte relativa al arbitraje que es tan importante siguió en buena ruta y en buena salud.

Ahora lo que nos corresponde es simplemente continuar con ese trabajo a efecto de que, para el siguiente Foro de la Democracia que, si no me fallan los números, será el número 10, podamos hacer una reflexión profunda sobre un tema que a mí me parece fundamental: la autonomía y la independencia de los órganos electorales.

No digo que ese tenga que ser necesariamente el tema, pero me parece que sería una reflexión muy importante para el continente, porque los órganos electorales de manera permanente no solo en América Latina, sino en el mundo enfrentan muchas veces de la mano de las propias redes sociales estos ataques permanentes, y ahí tenemos que hacer causa común a efecto de defender lo que hemos construido durante los años.

Si me permiten una última circunstancia que quería comentar, se encuentra en el publico Emilio Rabasa, quien fuera Embajador de México en la OEA, con quien tuve el gusto de compartir durante varios años procesos importantes, es simplemente, querido Emilio, te mando un abrazo desde acá, y me da mucho gusto verte ahora integrado en tus actividades en México.

Muchas gracias.

Un saludo a todos.

Presentador: Muchas gracias al doctor Guerrero.

Tiene el uso de la palabra el doctor Buquicchio.

Presidente de la Comisión de Venecia, Gianni Buquicchio: Muchas gracias.

Los romanos decían que errare humanum est, perseverare est diabolicum; como soy diabólico voy a hablar nuevamente en italomexicano.

Al final de mayo, casi 400 millones de electores serán invitados a las urnas en 27 o 28 naciones europeas, dependiendo del BREXIT.

En palabras de la comisionada europea Věra Jourová, éste será el mayor ejercicio democrático del mundo, y ella llama tomar medidas para frenar los riesgos de manipulación e interferencia, incluso por parte de actores extranjeros, para contrarrestar las campañas masivas de desinformación en línea, los ataques cibernéticos y otros usos indebidos del entorno online.

Las tecnologías de la información hacen que los procesos democráticos sean más accesibles para los ciudadanos. Internet y las redes sociales pueden permitir que muchas personas expresen su opinión, se organicen con fines políticos e, incluso, examinen el desempeño de las instituciones públicas y los funcionarios electos a un costo relativamente bajo.

También tienen el potencial de contribuir activamente la vida democrática, y de establecer una comunicación directa entre los políticos y los ciudadanos.

Internet y las redes sociales han generado reclamos para involucrarse directamente en la política cotidiana. Éste es ciertamente un desarrollo muy positivo.

El desafío ahora es mantener el equilibrio entre la democracia representativa y estas aspiraciones.

Y un desafío aún mayor es contrarrestar los efectos de la polarización y fragmentación que el uso de Internet y las redes sociales crean en las campañas electorales.

Pero los intereses comerciales de los intermediarios de Internet, la economía, los algoritmos informáticos y las dinámicas sociales que conforman las plataformas de las redes sociales, también están afectando a la política de otra manera.

A través de la desinformación, la comercialización de Big Data y la publicidad política híper segmentada, las redes sociales pueden desdibujar las líneas entre el debate democrático responsable y la interferencia ilegítima en las elecciones. La influencia puede convertirse en interferencia.

Las capacidades tecnológicas también pueden amenazar la integridad de los procesos electorales, lo que llamamos democracia electoral. Se pueden utilizar para desincentivar la participación de los votantes, e impedir que los ciudadanos se registren y/o voten, alterar los resultados de las elecciones y apropiarse de la información sobre los electores.

Pueden usarse contra partidos políticos y políticos para llevar a cabo ciber espionaje, que tiene por objetivo la utilización de informaciones personales y políticas, con fines de coerción y manipulación, y también robar o manipular la base de datos de votantes o partidos, se piratean las máquinas de votación y los sitios o cuentas de correo electrónico con el fin de difundir el contenido que ahí se encuentra. Lo que está en juego es la confianza de la gente en las elecciones, la confianza no es sólo una cuestión de hechos, es una cuestión de percepción.

Si las personas se convencen que los resultados de las elecciones pueden ser manipulados, su participación en el proceso electoral y aceptación de sus resultados podrían verse comprometidas.

A la Comisión de Venecia, como a todos nosotros aquí, los resultados de las elecciones no importan, los resultados de las elecciones, no le importa quién gana o quién pierde, lo que nos importa es el proceso.

Para nosotros es inmensamente importante que las campañas electorales sean plataformas para un debate genuino, inclusivo y diverso, que realmente puede ayudar a los ciudadanos a formar una opinión para ejercer su derecho a votar. La prevención de las amenazas cibernéticas y la desinformación no deben llevar a frenar la libertad de expresión. La cura sería peor que la enfermedad.

La prevención de la interferencia en las elecciones requiere una respuesta competente, creativa, coordinada y multipartidista por parte de las autoridades dentro del estado, para la cooperación con los intermediarios de Internet, y para una mayor coordinación y cooperación internacional.

Existen herramientas y métodos, y están siendo probados y desarrollados. Sin ir más lejos, aquí en México en las últimas elecciones, el Instituto Nacional Electoral ha hecho mucho para establecer una cadena de confianza diseñada para garantizar la seguridad en las elecciones.

El INE, en particular, ha establecido alianzas con actores clave, intermediarios de Internet, redes sociales, medios digitales nativos, medios tradicionales, y también ha creado un sistema de tecnologías digitales para detectar la desinformación. Este es, ciertamente, un ejemplo que otros Estados podrían seguir y no solo en América Latina. La educación y un compromiso claro y transparente podrían restablecer la confianza en los procesos electorales.

Para concluir me gustaría expresar mi agradecimiento al INE y en especial a Lorenzo Córdova por el éxito de este noveno foro internacional; y también a Manuel Carrillo y a todo el equipo del INE que hizo posible la perfecta organización de este evento.

Muchas gracias

Presentador: Muchas gracias señor Buquicchio.

Tiene la palabra el Presidente del Instituto Nacional Electoral.

Doctor Córdova.

Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, muy buenas tardes a todas y todos.

Yo quiero comenzar honrando, aquí recordando y honrando la memoria, por cierto, de uno de los más reconocidos impulsores de la democratización del continente, que lamentablemente falleció el año pasado, Dante Caputo, un amigo de mucho tiempo, de las muchas autoridades electorales del continente y que, por cierto, fue uno de los impulsores y primeros ideólogos, me atrevería incluso a decir, del Primer Foro de la Democracia Latinoamericana.

Quiero también agradecer mucho la presencia de las autoridades electorales de Nepal, que nos han acompañado a lo largo de estos dos días y que durante la próxima semana participarán en estos talleres reiterados del Instituto Nacional Electora, en los que hemos establecido mecanismos de cooperación horizontal, bajo la premisa, como aquí se ha señalado, de que no hay soluciones únicas para enfrentar los desafíos de la democracia, sino que la retroalimentación y el conocimiento de las distintas experiencias prácticas es la mejor manera de irnos reforzando recíprocamente.

Quiero también saludar, como ya lo hizo Francisco Guerrero, al Embajador Emilio Rabasa y, en particular la presencia, saludar y reconocer la presencia del Ministro Pérez Dayán.

Estimados colegas de mesa, probablemente, ninguno de los temas que hemos analizado en estos foros tiene un impacto tan amplio en la recreación de la vida democrática como lo está teniendo la era digital.

No solo las democracias en proceso de consolidación están siendo impactadas por las herramientas que proporciona la masificación de la informática, la telefonía celular y el acceso al Internet, sino que también las democracias más antiguas y consolidadas están discutiendo cómo enfrentar estos desafíos.

Todos los ámbitos de la vida pública y privada en el mundo entero están involucrados en la vertiginosa y cambiante dinámica de la era digital, la velocidad con la que fluye la conversación en las redes, su volatilidad, el uso de las plataformas digitales por parte de partidos y autoridades, la facilidad que tienen para distorsionar imágenes y noticias, y la forma en la que las redes pueden contribuir a posicionar, o bien a minar, a instituciones y actores políticos son desafíos transversales que impactan la vida pública y la organización de las elecciones en todo el mundo.

Es claro que la transición a la democracia en el mundo fue un proceso largo y complejo que se concibió y evolucionó inicialmente en un contexto sin redes sociales y, sin embargo, hoy todos estamos teniendo que lidiar con la convivencia, y convivir con las redes sociales y los desafíos que las mismas suponen.

En las mesas de este foro se habló, entre muchos temas, de dos maneras para enfrentar el rol, muchas veces disruptivo, que tienen las redes sociales en los procesos democráticos.

Una manera es la que pretende someter y dominar la desinformación, y la otra, la que se enfoca más en contrarrestar esa desinformación con información que usa y no que repudia las redes y que se basa en la corresponsabilidad, tanto de los medios nativos como de los medios digitales.

Hasta el momento, al menos luego de escuchar las intervenciones en este foro, parecería que somos más los que nos inclinamos porque las redes sociales y, en general, la era digital sea una era de libertades acompañada de corresponsabilidad en una era fundada en la censura y en bajar el switch de lo que la tecnología ha traído consigo. Ahí, me parece, radica el principal desafío de nuestras democracias.

La democracia, creo yo, siempre debe decantarse por la defensa de los derechos y las libertades por distintas y antagónicas que sean las posturas. Defender la democracia a través de la democracia.

Para eso queremos la vida democrática, para que la diversidad enriquezca el debate democrático, para que el pluralismo sea una oportunidad y no sea vista como un riesgo, algo que ante la crispación y polarización se asuma justo como algo negativo, como un peligro, sino por el contrario, reivindicar al pluralismo, para que la participación en la conversación pública y en los comicios también, por cierto, sea tolerante y respetuosa, o para decirlo en breve, sea democrática.

Porque para decirlo sin medias tintas, un discurso polarizador de buenos y malos, como todo discurso maniqueo, inevitable e invariablemente es antidemocrático.

Los panelistas en este foro mencionaron que una de las características de las redes sociales es que por su propia naturaleza tienden a polarizar a la sociedad. También se dijo que las causas seculares de la desigualdad social, de la injusticia, del descrédito de las instituciones públicas y de los partidos y autoridades estaban ahí antes de las redes, y seguramente seguirán ahí y se potenciarán con el activismo de las redes.

Sin embargo, permítanme decirlo de esta manera: nuestras sociedades ya están suficientemente polarizadas por la desigualdad, por lo que no necesitamos una polarización aún mayor, producida, impulsada, alimentada a través de las redes sociales. Ésa es sin más, un riesgo franco para la convivencia democrática.

Las redes, sin embargo, llegaron para quedarse, y sirven, entre muchas otras cosas también, para que las personas canalicen sus inquietudes, su inconformidad e incluso su descontento, y hasta ayudan a la catarsis que necesita la población ante la larga lista de promesas incumplidas de nuestra democracia.

Sin embargo, los retos que está imponiendo la era digital a la recreación de la democracia son múltiples y transversales. Nuestros sistemas democráticos están obligados para seguir siendo viables y sustentables, adaptarse al ritmo y a las prácticas de la era digital, pero eso no significa, como se mencionó, por cierto, al final del panel anterior, asumir con resignación que las mismas deben dejarse conducir, las democracias deben dejarse conducir por los ritmos y las prácticas que naturalmente tienen las redes sociales.

El desafío no es, pues, adaptar la democracia a la era digital, subordinándose sin más a sus dinámicas que, por sí, por cierto, en cuanto tal, no son necesariamente democráticas, y es que no nos equivoquemos, las redes lo que hacen es horizontalizar la discusión, no necesariamente democratizarla.

Así que, parafraseando una expresión al principio, benditas redes sociales, pero a la vez, atención con las malditas redes sociales.

Un debate democrático supone responsabilidades para quienes intervienen en él, esto es algo que la teoría política nos ha enseñado desde la antigüedad clásica, el debate democrático siempre, invariablemente requiere de sus interlocutores asumir responsabilidades, y las redes inevitablemente las diluyen.

El desafío pues, me parece, es sin ejercer políticas antidemocráticas, por ejemplo, la censura, en el contexto de la era digital, salvaguardar los derechos y las libertades fundamentales, sin renegar a la misma era digital, sobre todo, ya sea con modalidades tradicionales de votación, con votación electrónica o con modalidades hibridas como se comentó en una mesa esta mañana, necesitamos fortalecer, como se decía, la institucionalidad electoral y crear también contextos de exigencia que favorezcan que el poder obtenido de manera democrática se ejerza para responder a las promesas de campaña.

La recreación de la democracia en la era digital, me parece, debe apostar por la libertad de expresión en las redes, así como por la corresponsabilidad de la sociedad y de los medios de información, en lugar de criminalizar la participación por esas vías en los asuntos públicos.

Reconozcamos que para tener credibilidad en un contexto en que las audiencias se han atomizado y las redes, en muchos casos, están inhibiendo a la medición de las organizaciones tradicionales como los partidos políticos, es indispensable la autonomía e independencia de las instituciones públicas, particular las electorales, para tener credibilidad y atemperar el encono con hechos verificados, con un discurso responsable.

Más allá del uso intensivo marginal de la tecnología de las redes, es la imparcialidad y la fortaleza de la institucionalidad democrática, la electoral en primera instancia, lo que permite que las elecciones cumplan con su poder civilizatorio, y en eso no nos equivocamos, la democracia es posible sólo con institucionalidad democrática. Las redes ayudan si se usan responsablemente, pero sólo las redes no traen consigo democracia en automático.

Permítanme concluir subrayando que la recreación de la democracia es una tarea colectiva y necesariamente incluyente, tanto de quienes se manifiestan en las calles o a través de los partidos, como también quienes lo hacen a través del mundo de las redes sociales. Y eso en el mundo del Siglo XXI significa adecuar las herramientas de la comunicación para participar en la conversación que se da en los medios digitales, implica abrir mecanismos de participación pertinentes para las nuevas generaciones, exige modernizarnos sin perder certeza en los procedimientos, en las reglas del juego democrático pactadas y construido a lo largo de tres siglos, y en el caso de México, en los últimos 30 años al menos; y sobre todo, suponer hacer todo lo que hoy podamos para que el futuro sea más democrático y más incluyente para todas y todos.

En pocas palabras, cuidar la democracia implica cuidar el presente para tener un futuro. Es cuidar todo aquellos que hemos construido, como decía, en el mundo desde hace tres siglos, y en México en particular desde hace 30 años, para proteger las libertades y los derechos.

Ese entramado de reglas, instituciones, procedimientos que han sido pactados, consensuados y acordados que llamamos, en breve, democracia constitucional.

Son tiempos ante los desafíos que enfrenta la democracia hoy, de defender la democracia, tanto de los riesgos que la amenazan desde fuera, como de los riesgos, a veces silenciosos, imperceptibles, pero como la historia enseña, tan peligrosos como los que vienen de fuera, que la amenazan desde dentro. Y eso, no nos olvidemos, al salir de este espacio, es una tarea, es una responsabilidad de todos nosotros.

Muchas gracias a todas y todos, y hasta el X Foro Latinoamericano de la Democracia.

Muchas gracias.

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