La construcción de sistema electoral mexicano ha generado bienes públicos que trascienden a las herramientas necesarias para la mera disputa de los poderes públicos en las urnas, tal vez el ejemplo más notable de ellos, sea la Credencial para Votar con Fotografía y todo el aparato técnico, informático, de infraestructura y, por supuesto, el personal que sustentan el Registro Federal de Electores, el Padrón Electoral y, por ende, la base de datos sobre la que la Credencial para Votar se expide.
La arbitrariedad, opacidad en los resultados y falta de competencia en las elecciones organizadas hasta hace 30 años, sembraron entonces el germen de la desconfianza, no sólo en las instituciones públicas, sino en general en los procesos comiciales, de ahí que hundan las preocupaciones vertebradoras de las reformas electorales desde 1990, haya sido desmontar los factores que alimentaban los señalamientos de alteración de los resultados en las elecciones.
Para lograrlo, se diseñaron múltiples procedimientos y se transparentaron todos ellos, se involucró a los partidos políticos en prácticamente todas las instancias revisoras de las tareas de organización electoral y se ha mantenido una política de incorporación de innovaciones tecnológicas para que la ciencia y la tecnología contribuyan al proceso de construcción de confianza, tanto entre los partidos políticos como de cara a la sociedad.
En el ámbito del registro de electores, y especialmente de la credencial para votar, el escrutinio público, partidista y académico ha sido tan acucioso que el INE hoy cuenta con la base de datos más grande y más actualizada y confiable de las mexicanas y mexicanos mayores de 18 años y además de quienes no viven en el territorio nacional, como ustedes saben, rondamos ya el millón de solicitudes de mexicanos, de credencialización de mexicanos desde el extranjero.
Todo ello, conformado con los mismos estándares técnicos, una base de datos de las y los ciudadanos mexicanos, decía, que residen en otros países mediante el proceso de credencialización foráneo.
La confiabilidad lograda en la credencial, con la credencial para votar ha permitido que dicho documento se haya convertido en el instrumento privilegiado para acreditar la identidad de las y los ciudadanos mexicanos en las últimas tres décadas.
Hoy por hoy la credencial para votar es el documento que el Estado mexicano a través del INE ha construido de manera colaborativa y con corresponsabilidad de la ciudadanía, de especialistas y de partidos políticos para que las y los mexicanos de 18 años y más nos identifiquemos ante instituciones públicas, privadas, centros del sector salud, trámites notariales, educativos, bancarios, etcétera.
De ahí la importancia de no dejar en la incorporación de innovaciones tecnológicas para la producción de este mecanismo que es fundamental para que las y los mexicanos ejerzamos nuestro derecho a la identidad.
Ese es el motivo del acuerdo que hoy está frente a nosotros, aumentar, como ya señalaba el Consejero Baños, las medidas de seguridad de la credencial para votar con mecanismos de seguridad y el uso de medidas de cifrado asimétrico que potencien su habilidad tanto en operaciones con instituciones públicas y/o privadas, como en procesos de participación ciudadana.
Estas innovaciones no implican la necesidad de reimprimir, como ustedes saben, o sustituir las credenciales vigentes, estas nuevas credenciales mantendrán un período de vigencia a la par de las anteriores conforme a la temporalidad establecida en cada credencial, es decir, coexistirán las credenciales del nuevo modelo, como ha ocurrido cada vez que se aprueban cambios en la misma con los modelos anteriores, con los hoy vigentes.
Se trata de aprovechar que el contrato con la empresa que produce las actuales credenciales vencerá próximamente, para agregar esas nuevas medidas de seguridad basadas en la información que se puede obtener un Código QR, que la licitación que tendrá que hacerse para la producción de estos mecanismos de identidad en los próximos años pueda incorporarse en la licitación que ya se ha mencionado.
Me importa subrayar un punto adicional, el aumento de las medidas de seguridad que estamos planteando a este Consejo fortalece la credencial, su robustez, su infalsificabilidad, pero no incrementará su costo, de hecho el costo de la credencial para votar que se produce este año y la que se producirá con las nuevas medidas de seguridad representa apenas un 40 por ciento del costo que en su momento representaban las credenciales Polaroid que se produjeron hasta 2001 por el Instituto Federal Electoral.
Y me importa también subrayar en los tiempos que corren la razonabilidad del presupuesto que se ha presentado a la consideración de la Cámara de Diputados por parte de esta institución, señalando un dato que es fundamental, el 32 por ciento de ese presupuesto, es decir un monto equivalente a tres mil 300 millones de pesos es el costo que tiene para esta institución el beneficio que le brindamos a la sociedad mexicana de contar con un mecanismo de identificación de manera gratuita.
No es un gasto, es una inversión en la maximización de un derecho que cotidianamente día tras día beneficia a la inmensa mayoría, al inmenso monto de la población de mexicanos.
Esta credencial, en otras palabras, será más segura y más barata que antes, pero además los insumos que se generan a partir del proceso de credencialización, es decir, la permanente y cotidiana actualización de la base de datos biométricos más grande y viva del Estado mexicano, hoy el Registro Federal de Electores cuenta con más de 90 millones de registros, la base de datos que le sigue es la del IMSS con alrededor de 20 millones de registros, está siendo utilizada sin un costo adicional para el beneficio de las y los mexicanos a partir de numerosos mecanismos de autenticación que ya están en práctica y muchos otros que se instrumentarán en el futuro para garantizar que el robo de identidad, que la identificación de cadáveres desconocidos pueda seguir avanzando sin poner en riesgo la vulnerabilidad de los datos resguardados por el Instituto Nacional Electoral dentro del Registro Federal de Electores.
La credencial para votar es una contribución de la organización de las elecciones a la convivencia democrática en nuestro país, hace 30 años el principal tema de debate político en torno a las elecciones tenía que ver con el Padrón Electoral. En esta mesa se dieron, hace apenas 24 años, épicos debates en torno a la confiabilidad del entonces recién estrenado Padrón Electoral como una manera de inyectar certidumbre en los propios procesos electorales.
Hoy si bien la colaboración de los partidos apunta a afinar y robustecer los mecanismos de seguridad contenidos en la, de los datos contenidos en la credencial, la discusión ya no está como hace 30 años, en torno a la construcción de un Padrón Electoral confiable.
Hoy tenemos gracias a ese esfuerzo y a esa colaboración uno de los padrones más confiables, más actualizados y más seguros a nivel mundial. Eso es lo que se ha logrado gracias a una inversión política, técnica y humana que hoy nos permite, sin temores a vulnerar la confiabilidad de este mecanismo a apostar a un instrumento de identificación renovado, más seguro y que permita seguirle brindando a las y los mexicanos el primordial mecanismo de seguridad con la posibilidad de que el mismo tenga un uso potencialmente mayor hacia el futuro.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en el punto 24 de la Sesión Extraordinaria, en el que se aprueba la actualización del modelo de la Credencial para Votar en territorio nacional y desde el Extranjero
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