Desde 1997 el INE ha realizado ejercicios de participación cívica y democrática para la infancia y las juventudes en el marco de los procesos electorales federales, con la finalidad de abrir espacios para su libre expresión en torno a diversas temáticas relacionadas con su vida cotidiana y el ejercicio de sus derechos.
En este contexto, es innegable que las elecciones impregnan en la sociedad una atmósfera cívica particular; no obstante, al no contar con la mayoría de edad, la población infantil y juvenil queda al margen de las grandes decisiones del país, a la espera de alcanzar la edad requerida para darse cita en las urnas, ejercer su derecho a expresarse y ser parte de la dialéctica de una sociedad participativa. Por lo cual, las Consultas Infantiles y Juveniles que organiza el INE les dan la posibilidad de vincular esa atmósfera de participación que viven los adultos, para que sean tomados en cuenta y se unan a ese clima cívico mediante ejercicios que propicien la construcción de una cultura democrática.
En esta ocasión, la 8va Edición de la Consulta Infantil y Juvenil fue dirigida a la población escolarizada y en el espacio público, de niñas y niños de 6 a 9 años, de 10 a 13 años, y adolescentes de 14 a 17 años, y versó sobre temas relacionados con la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos[1].
Es importante señalar que el Informe Parcial de dicha Consulta fue conocido el 7 de diciembre en el Consejo General del INE, y en él se documentó que la Consulta fue realizada en las 32 entidades del país, en los días 17 al 25 de noviembre pasado; se habilitaron 20 mil 553 casillas y hubo 49 mil 170 colaboraciones de personas voluntarias. Las casillas fueron distribuidas en espacios públicos de libre acceso, como escuelas, Módulos de Atención Ciudadana del Registro Federal de Electores y casillas itinerantes. En ellas, se tomaron en cuenta medidas de inclusión y el uso de nuevas tecnologías atendiendo distintas modalidades para su participación, por ejemplo, boletas en formato electrónico; boletas en formato impreso; hojas para expresión gráfica (que permitieron manifestaciones a través de dibujos); boletas en lenguas indígenas, así como boletas adaptadas en sistema Braille.
Tomando en cuenta que el promedio de participación histórica que se registra desde 1997 es de 3 millones 129 mil 179 jóvenes, niñas y niños, en esta 8va Edición nos propusimos como meta alcanzar 4 millones de opiniones. Y para nuestra sorpresa, la participación en esta ocasión ascendió a 5 millones 425 mil 573, lo cual puede explicarse porque, anteriormente, nunca se había realizado este ejercicio durante 9 días consecutivos [2].
Si contrastamos estos datos con la elección presidencial que vivimos este año, por cada 10 electores que emitieron su voto en las urnas en la elección presidencial del pasado 1 de julio, hubo una niña, niño o adolescente que opinó en esta edición de la Consulta Infantil y Juvenil: 228 mil 208 lo hicieron mediante hojas de expresión gráfica; 412 mil 487 a través de la modalidad digital; 4 millones 784 mil 878 con la tradicional boleta impresa donde 100 casillas contaron con boletas adaptadas al Sistema Braille y 80 con boletas traducidas a idiomas indígenas.
Cabe decir que el contenido de las boletas fue construido con el asesoramiento de diversas instituciones y organismos como el Sistema Nacional de Protección Integral a Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), tomando además como base diagnósticos e informes especializados en infancia, adolescencia y género, a efecto de que esta Consulta contara con los elementos ideales para impulsar un ejercicio cívico con matices en la promoción de los derechos humanos, la perspectiva de género, la no discriminación y la participación.
Al respecto, será en los siguientes meses en los que conoceremos las reflexiones que, sobre estos temas, ha dejado la Consulta en los distintos ámbitos del desarrollo infantil y juvenil, esperando que esta información sirva como insumo para impulsar acciones y políticas públicas en beneficio de la juventud y la niñez. En este sentido, el INE se ha comprometido a entregar a diversas autoridades dichos resultados, entendiendo que es necesario que esas opiniones no sólo sean escuchadas, sino que sean procesadas en beneficio de esta población.
En el INE sabemos que la educación cívica es la fuente para formar sujetos transformadores de sus contextos y realidades. Por lo que esta Consulta se vuelve vital al ser un ejercicio de asimilación y de preparación para una vida democrática plena, ya que representa, probablemente, el mayor instrumento nacional de construcción de ciudadanía desde edades tempranas, a fin de que niñas, niños y jóvenes se familiaricen y hagan suyo el rostro de la participación, se hagan de una conciencia cívica, crítica y participativa, que sirva a futuro para fortalecer nuestras prácticas democráticas nacionales, al moldear y ejercitar, desde ahora, su ciudadanía.
[1] En 1997 el tema fue La democracia y los derechos de los niños, en el 2000 fue México también cuenta contigo, en 2003 fue Tú tienes mucho que decir, en 2006 y 2009 se trató de Nuestra elección es participar por la escuela que queremos, en 2012 respecto de Democracia y vida digna y en 2015 de Por un México con justicia y paz, tu opinión cuenta.
[2] En 1997, 2000, 2003 y 2015, la Consulta duró sólo un día y coincidió con la celebración de los comicios federales. En 2012, si bien sólo se consultó un día, este ejercicio no coincidió con los comicios del 1 de julio, ya que fue celebrada el 29 de abril. En 2006 y 2009, la Consulta se realizó en un periodo de 5 días (del 23 al 27 de marzo y del 19 al 23 de junio, respectivamente), y de manera previa al día de las Elecciones.
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